El Fruto Prohibido. ( Continuación - 261 )
Ya por la mañana me despertó la alarma del móvil; y según abrí los ojos sentí a Carmen a mi lado, tumbada boca abajo, con la cabeza ladeada hacia su izquierda, y su brazo derecho extendido sobre mi pecho; era una postura muy habitual en ella, sobre todo cuando dormía placenteramente...
La miré, y acaricié sus oscuros cabellos, para luego acercarme y besar su cuello.
Apartando su brazo le dije:
----- Ehhh... Venga despierta, hay que levantarse.
Reaccionó dando media vuelta, a la vez que se estiraba mientras bostezaba.
----- ¿ Que pasa ? ----- me dijo con voz tenue.
----- Hay que levantarse, tenemos que ponernos en marcha ya mismo.
----- ¿ Que hora es ? ----- me preguntó
----- Ya son las siete. ----- le respondí.
Bostezó de nuevo, y pegándose a mí, se agarró a mi brazo, para decir a continuación:
----- Joder que putada, con lo bien que se está en la cama.
----- Yaaaaa... pero el deber nos llama y tenemos que rematar el servicio.
----- ¿ Puedo quedarme un poco más ?
----- No, lo siento pero no.
----- Joder, necesito un poco más de cama, el polvazo de ayer me dejó fuera de combate.
Yo me reí...
y le dije:
----- Bueno, vamos hacer una cosa. Yo me voy al baño y me voy aseando, pero en cuanto termine y lo deje libre, vas tú; si o si... Y no hay peros que valgan.
----- De acuerdo. ----- me respondió.
De inmediato pegué un salto y me senté en el lateral de la cama; tras restregarme los ojos y estirarme levemente, me fui directo al baño. Y allí me fui aseando y perfumando, después de haberme hecho también un rápido y apurado afeitado, que me dejó con un aspecto más presentable.
En cuanto terminé y regresé a la cama, `pude ver que Carmen se había dormido de nuevo, pero ya no podía conmoverme; así que agarrándola por un hombro la agité suavemente y la desperté de nuevo.
----- Venga, que ya tienes libre el baño.
Pero se seguía haciendo la remolona; así que la agarré de una mano, y tirando de ella la obligué a ponerse de pié.
----- Tirano... ----- me dijo.
Yo me reí...
y le di un cariñoso cachetillo en su hermoso trasero, según se iba para el baño.
A continuación procedí a vestirme, poniéndome un atuendo informal de tipo sport como el día anterior. En cuanto salió del baño, ella hizo lo mismo, mientras que yo iba revisando unos papeles en su carpeta.
En cuanto se vistió y me dijo que ya estaba lista, nos pusimos rápidamente a recoger nuestras cosas y hacer de nuevo los equipajes, acomodando todo en nuestros respectivos trolleys, puesto que en cuanto desayunásemos y estuviésemos listos para ir de nuevo a la convención, teníamos que entregar los cuartos y abonar la factura correspondiente. Y así, tras comprobar que no nos dejábamos nada olvidado, salimos hacia los ascensores y bajamos al parking, donde fuimos acomodando los trolleys en el maletero del coche y los trajes sobre la bandeja trasera.
Acto seguido subimos a la cafetería, donde nos encontramos con Inma, que ella sola se encontraba desayunando en una mesa para cuatro.
La saludamos con los buenos días de rigor, y nos respondió con su hermosa sonrisa de siempre...
----- Hola, buenos días... ----- nos dijo.
Miré alrededor y le pregunté:
----- ¿ Donde anda Konrad ?
----- Esta arriba terminando de recoger lo suyo. Baja ya mismo. ----- me aclaró.
----- Ok. ----- le respondí.
Luego miró a Carmen y le preguntó:
----- ¿ Que tal has dormido ?
Esta puso una expresión risueña
y le respondió:
----- De maravilla chica, de maravilla.
Inma sonreía y le decía:
----- Te creo, se ve que has amanecido con cara de felicidad.
Entonces Carmen hizo un gesto cómplice y le aclaró:
----- Es lo que tiene el despertarse bien follada.
Yo me quedé sorprendido con esa respuesta
que no sabía donde meterme, mientras que Inma se partía de risa
y le decía:
----- Pero que golfa y que jodida que eres.
----- Ya, ya... menuda mosquita muerta que eres tú. ----- le decía Carmen.
----- Así estabais tan dormidos cuando regresamos de tomar la copa. Te llamé varias veces pero nada. ----- le dijo Inma.
La verdad es que no me sentía cómodo en medio de las dos mientras hablaban de intimidades y con esa picaresca... Así que como vi que Inma tenía allí mismo a su lado su trolley y su vestido, vi la oportunidad de borrarme, al menos momentáneamente.
Y le pregunté:
----- ¿ Ya recogiste todo ?
Me hizo un gesto afirmativo y le dije:
----- Entonces dámelo que bajo al coche en un momento y lo acomodo.
----- No, no te molestes.
----- Si no es molestia... ----- le dije.
Carmen la miró con un gesto de complicidad y le dijo:
----- Si el que está molesto es él. ¿ O no te has dado cuenta ?
Ambas se rieron...
mientras que yo hacía gestos como de dejarlo pasar.
Mientras agarraba el trolley y la bolsa de tela que contenía su vestido, Carmen le preguntaba.
----- ¿ Que tal tu ?
----- Bien, bien... ----- le dijo sonriendo.
----- ¿ Quedaste bien servida ?
----- No me puedo quejar.
Y allí las dejé mientras bajada de nuevo al parking para ir acomodando en el coche el equipaje de Inma... Cuando regresé ya estaba allí Konrad con las dos y se encontraban todos desayunando.
Según llegaba pude oír a Inma que les decía sonriendo:
----- Cuidado... que viene el jefe...
Me hice el sorprendido...
y dije mirando a un lado y otro:
----- ¿ Donde ? ¿Donde está el jefe ?
Ella se reía divertida...
mientras que yo la agarraba de los hombros, y con suaves zarandeos le decía:
----- Tendrás tu quejas de este jefe que no manda nada de nada.
Y sonriendo respondía:
----- Ninguna, ninguna queja.
Vi que Konrad también había bajado sus cosas, pero decidí que ya las bajaríamos después; así que acto seguido me fui al bufet y me preparé un té con algo de leche, después tomé una bandeja donde puse el té con dos piezas de fruta y un pequeño vaso con zumo de naranja. Y acto seguido me fui a la mesa, donde tomé asiento y me puse a desayunar con ellos, y mientras desayunábamos estuvimos comentando algunos aspectos sobre la jornada de trabajo que teníamos por delante y algunas de las tareas que nos esperaban.
También les expliqué que tras desayunar entregábamos las tarjetas de acceso al cuarto y abonábamos la factura.
----- ¿ Y es coche ? ----- me preguntó Inma.
Entonces le expliqué:
----- El coche se queda aquí en el parking, ya negocíe con el hotel que nos permitan dejarlo a cambio de nuestro compromiso de venir a comer luego en la cafetería. Así que lo dejamos aquí con los equipajes, y ya después de comer lo tomamos y nos metemos en carretera.
Cuando terminamos de desayunar, bajé de nuevo al coche en compañía de Konrad, con quien fui acomodando sus cosas en el maletero y en la bandeja trasera, mientras que las chicas nos esperaban en la misma recepción con las carpetas y los portátiles. En cuanto subimos pague la cuenta del hotel con una tarjeta que Celia me había facilitado; pedí factura escrita y les recordé que dejaba el coche en el parking... Ellos a su vez me recordaron que tenía las cinco de la tarde como hora tope para evitar que tuvira que abonar un día más de parking. Y así si más nos fuimos caminando hacia la convención.
Llegamos justo en hora, y tras pasar los pertinentes controles accedimos a nuestro espacio donde nos pusimos a funcionar de inmediato, conectando los portátiles nosotros y ordenando las carpetas ellas. Y así fue transcurriendo la mañana sin mayores novedades ya que trabajamos a buen ritmo y bien coordinados; ya estábamos fogueados del día anterior. Konrad hizo de comodín entre Inma y yo, dándonos relevos que nos rebajaban el estrés, mientras que Carmen iba archivando toda la documentación que se iba generando, siguiendo las instrucciones que en todo momento le íbamos dando; y así hicimos un gran trabajo.
Concluimos justo cuando se dio punto y final al evento, casi a la una de la tarde. Según acabamos dejé allí a Konrad y las chicas recogiendo el material, desconectando los portátiles y ordenando las carpetas. yo mientras tanto me iba a ver a los clientes, a quienes tenía que entregar algún pendrive, a parte de firmar el documento de fin de servicio... Me mostraron su satisfacción con el trabajo que habíamos hecho, que habían quedado muy contentos y que esperaban contratarnos más adelante para servicios como éste, a la vez que yo les mostraba mi agradecimiento por el detalle.
Me despedía de aquella gente con cordialidad y el compromiso de enviarles a lo largo de la semana entrante el resto de pendrives con todas las grabaciones y los documentos generados. Me ofrecieron ir a tomar algo con ellos, pero me disculpé declinando la invitación con la excusa de que teníamos poco tiempo, ya que después de comer teníamos que regresar a Madrid.
Volví con Konrad y las chicas, y al entrar pude ver que ya habían terminado de recoger todo y me estaban esperando. Hice gestos de euforia y les dije:
----- Somos un gran equipo...
Los cuatro nos pusimos eufórico celebrando que ya habíamos terminado esa maratón de traducciones, y según nos acercamos, nos abrazamos los cuatro dando saltos y celebrando el trabajo que habíamos hecho.
Tras comprobar que no nos dejábamos nada olvidado, nos dirigimos a la entrada, y tras entregar las credenciales al personal de seguridad, salimos a la calle y nuevamente fuimos caminando hacia el hotel, a donde no tardamos en llegar. Al entrar saludamos en la recepción, y encargamos a las chicas que pillasen una mesa en la cafetería mientras que Konrad y yo bajábamos al coche para guardar los portátiles y las carpetas que traíamos de la convención..
Cuando subimos de nuevo y entramos en la cafetería, enseguida distinguimos a Inma y carmen que se habían sentado en una mesa para cuatro en la que se encontraban comentando mientras miraban la carta del menú. Tomamos asiento y pensé que íbamos a tirar nuevamente de los platos combinados, pero Inma nos comentó que había visto que tenían una tortilla de patata con muy buena pinta.
----- Pues no se hable más. ----- dije yo.
Y así acordamos pedirla junto con unas ensaladas al gusto. Pero Carmen se desmarcó de la tortilla y optó pon unas espinacas con garbanzos, además de unos espárragos con pimientos.
----- Pero tía, si tiene muy buena pinta y debe estar buenísima. ----- le dijo Inma.
Carmen le hizo un gesto de evidencia y le respondió:
----- Ya, pero conoces mi condición.
----- Jooooo... pero si solo es patata y cebolla.
----- Si claro, pero te olvidas del huevo.
----- ¿ Que pasa con el huevo ?
----- Que era un proyecto de pollito abortado.
Inma hizo gestos negativos y le dijo:
----- Eres una mikis mikis...
----- Y tu una petarda... ----- le respondió Carmen
Konrad y yo las observábamos divertidos
mientras que ella seguían picándose entre si.
En cuanto nos sirvieron nos pusimos a comer si más, y así estuvimos comentando las impresiones personales de esta experiencia, más él y ellas que yo, la verdad; las sensaciones que nos llevábamos y las ganas de repetir otra vez con algo parecido.
----- Bueno. ya veremos si convenzo a David otra vez... ----- le dije.
A lo que me respondieron con sus risas...
Continuará......................................................................
