El Talismán

"Julia optó por fundar realmente "M&J International", y lo hizo con la ayuda de otras cuatro destacadas compañeras de clase, quienes aún siguen trabajando con ella"

Me pregunto quienes serán esas otras 4 compañeras, y porqué Julia a ninguna de ellas las considera amigas cercanas, dado que estuvieron con ella desde el comienzo. Supongo que hay alguna razón que se aclarará después.
 
"Julia optó por fundar realmente "M&J International", y lo hizo con la ayuda de otras cuatro destacadas compañeras de clase, quienes aún siguen trabajando con ella"

Me pregunto quienes serán esas otras 4 compañeras, y porqué Julia a ninguna de ellas las considera amigas cercanas, dado que estuvieron con ella desde el comienzo. Supongo que hay alguna razón que se aclarará después.

Sigue leyendo, querido amigo, y pronto desvelarás todos los secretos que aguardan. No solo eso, también te adentrarás en el enigmático mundo que envuelve a Julia. Solo si sigues explorando, podrás descifrar el misterio que la rodea.
 
Está claro que a Julia en el pasado le ocurrió algo que le causó ese trauma, pero no tengo dudas de que Liam le va a hacer salir de ese problema poco a poco.
De momento, en poco tiempo y aunque ellos se nieguen, se han enamorado y veremos a ver cuánto tiempo tardan en darse cuenta y dejar de evitar algo que ya se ve claramente.
 
EL TALISMÁN. PRIMERA PARTE. LA MUCHACHA DE LOS OJOS TRISTES.


Boston.

Boston, la capital de Massachusetts y una de las ciudades más antiguas de EE.UU., es el centro económico y cultural de Nueva Inglaterra. Con una población de 645.169 habitantes en 2008, es parte de la extensa área metropolitana de Gran Boston, que alberga a 4.5 millones de personas. Fundada en 1630, Boston fue clave en la Revolución estadounidense y se transformó en un importante puerto y centro manufacturero tras la independencia. La ciudad es conocida por ser sede de la primera escuela pública y de Harvard, así como por su primera red de metro. Hoy en día, es un centro de educación superior y medicina, con una economía diversificada que incluye tecnología y biotecnología, destacándose por su alta densidad de empleo y uno de los costos de vida más elevados del país.

(Fuente: Conocipedia).



Capítulo 5: ¿Bailamos?

Marzo 2010.

Sede de Etos Entertainment.

Boston.

Liam.


Al día siguiente, puntualmente a las 9 de la mañana, nos reunimos en el despacho del director general de la empresa. Apenas cruzamos la puerta, me convierto en testigo de una acalorada discusión entre Julia y el director. El ambiente es tenso, y la incomodidad se palpa en el aire. El director cuestiona abiertamente la capacidad de Julia para llevar a cabo la auditoría en su empresa, insinuando que no confía en sus habilidades. Es evidente que, a sus ojos, Julia no proyecta la imagen de una experta en finanzas, algo que ya había notado anteriormente. Más bien, parece que la ve como una simple oficinista en prácticas, subestimando tanto su experiencia como su competencia.

Pero lo más alarmante no es solo su percepción superficial basada en la apariencia de Julia. El director deja entrever prejuicios más profundos y cuestiona la idoneidad de una mujer para realizar esa labor, sugiriendo que hubiera preferido la presencia de un hombre en su lugar. En un momento dado, incluso se dirige hacia mí, buscando apoyo para sus quejas y tratando de validar su punto de vista. Es evidente que este hombre no tiene ni idea de quién es realmente Julia. Si conociera su trayectoria y su prestigio en el mundo financiero, estaría no solo agradecido, sino orgulloso de que alguien de su calibre esté realizando una auditoría en su empresa. La ignorancia del director sobre la valía de Julia es tan evidente como lamentable.

-Permítame sugerirle algo -dice Julia, con tono firme pero respetuoso- lo más apropiado sería que me dejara hacer mi trabajo sin que mi género sea motivo de preocupación. Sin embargo, si usted prefiere que un hombre sea quien realice la auditoría, no tengo ningún inconveniente en retirarme de inmediato. En ese caso, informaré a mi cliente que esta empresa no es una opción viable para invertir, y que deberá buscar otra entidad dispuesta a inspeccionarla y ofrecerle financiación. Aunque, sinceramente, tengo mis dudas de que encuentre a alguien mejor capacitado para esta tarea.

Julia hace una pausa, permitiendo que sus palabras calaran en el director, dejando claro que no solo habla desde la seguridad en su profesionalismo, sino también desde su experiencia. La decisión está ahora en manos del director: continuar con una auditoría realizada por una experta reconocida en el sector o arriesgarse a comprometer el futuro financiero de su empresa por un prejuicio sin fundamento.

-Haz lo que tengas que hacer, pero cuidado con meter la pata o te va a caer una bronca monumental. El jefe de contabilidad va a estar encima de ti, supervisando cada movimiento, así que no intentes ninguna estupidez que pueda joder el negocio. Si te desvías un milímetro, te las verás conmigo, y te aseguro que no te va a gustar.

-Liam, creo que lo mejor es que nos vayamos. No pienso quedarme en un lugar donde se permiten estos comportamientos irrespetuosos. No estoy dispuesta a tolerarlo.

-¡Oye, tú! ¿A dónde demonios crees que vas sin echarle un vistazo a nuestras cuentas? No pienses que puedes escaquearte de tu responsabilidad, amiga. Prepárate, porque te espera un día larguísimo de números y facturas. Y te lo advierto: si intentas hacer alguna trampa, te juro que el infierno será un paseo comparado con lo que te espera.

-Si quiere que me encargue, lo haré, pero siguiendo mis propios métodos. Prefiero trabajar de manera autónoma y sin supervisión constante. Además, soy yo quien define las condiciones de trabajo, no usted.

-No hace falta que te pongas tan quisquillosa con tu maldito trabajo. Hazlo como te dé la gana, pero no me fastidies demasiado. Tengo asuntos mucho más importantes que estar aquí perdiendo el tiempo contigo todo el día. Así que, pon de tu parte y no me compliques la existencia.

-Muy bien, en ese caso, por favor proporcióneme todas las claves necesarias para acceder al sistema. Le agradecería que se retire una vez hecho, ya que prefiero trabajar sola y sin interrupciones.

-¡No me vendas cuentos! Yo soy el jefe y este es mi despacho, así que tengo todo el derecho a estar aquí cuando me dé la gana. Haz lo que tengas que hacer, pero no te sorprendas si me ves por aquí echando un ojo. Si realmente te molesta, puedo buscarte otro lugar para que trabajes en paz, pero no te hagas ilusiones de que te librarás de mi vigilancia.

-Este despacho me resulta muy agradable, así que le agradecería si pudiera trasladarse a otra área. Además, le agradecería que informara a su secretaria que no deseo recibir llamadas durante el tiempo que esté aquí.

-¿Qué es esta tontería, Julia? No estoy aquí para que tú me des órdenes como si yo fuera tu subordinado.

-Señorita Gracia para usted, ya que no le he dado permiso para que me tutee. Indíquele al señor Brown el lugar adecuado para realizar su trabajo y asegúrese de proporcionarle el acceso necesario a la red y a los proyectos pertinentes. Es crucial para mí tener una visión clara del funcionamiento de sus sistemas.

-¡Para nada! No puedes entrar allí porque no tienes las claves de acceso. Y si cree que voy a dárselas, está más perdida que un pulpo en un garaje. Esos códigos son exclusivos para profesionales capacitados, no para mirones. Así que mejor olvídese de la idea.

La expresión imperturbable en el rostro de Julia deja en evidencia que su solicitud es de suma importancia y requiere una atención inmediata.

-De acuerdo, le daré acceso, pero antes tendrá que firmar un acuerdo de confidencialidad. Si quiere acceder a nuestros proyectos, que se atenga a las consecuencias. Que no vaya a soltar información por ahí o si no va a tener un buen problema con nosotros, ¡y eso no es una amenaza, es una promesa!

-Estoy dispuesto a firmarlo, no hay ningún problema, -le digo.

Mientras nos dirigimos hacia el centro informático donde se encuentran los servidores centrales, no puedo evitar pensar en la actuación de Julia. No parece la misma chica tímida y reservada que yo conocía, ha demostrado ser muy diferente al manejar hábilmente la confrontación con el director, al punto de expulsarlo de su propio despacho. Todavía estoy sorprendido cuando el director, cuyo nombre no recuerdo, comienza a hablar conmigo.

-Venga, Liam, tú y yo a tuteo, ¿no? En cuanto a Julia, ¿quién se cree que es para este trabajo? Ella no tiene ni idea de lo que está haciendo. Deberías convencerla de que me deje supervisar su trabajo porque no me fío de ella.

-Mire señor…, señor…, como demonios se llame, es igual, mire, por lo que veo usted no ha oído hablar de Julia Gracia ¿verdad? No, ya veo que no. Pero seguro que habrá oído hablar de M&J International.

-Si, claro, ¿no han elegido a esa empresa como la mejor del año? ¿me equivoco?

-No, no se equivoca, pues sepa que esa Julia, como usted la llama, es la máxima responsable de esa empresa. Tiene revisando sus cuentas a la fundadora y actual Ceo de M&J International. Le aseguro que está sobradamente preparada.

-No puede ser, no me creo que una mujer como Julia haya podido crear esa empresa, y menos que se dedique a auditar a empresas como la mía. ¿Pero te has fijado en su aspecto? Si parece una retrasada mental. Seguro que los verdaderos Ceos de su empresa son M y J, y Julia será la amante de alguno de ellos o de los dos. Conozco a este tipo de mujeres que van de modositas y luego son unas auténticas putas, que van ascendiendo a base de mamársela a sus superiores. Desde luego la debe mamar muy bien para haberse liado con su jefe, quien quiera que sea, y convertirse en su putita. No Liam, no me voy a dejar engañar.

No puedo evitar reaccionar al escucharlo hablar de Julia de esa manera, y termino agarrando su americana por las solapas.

-Tenga cuidado con lo que dice, mequetrefe. Le aconsejo que modere su lenguaje o se las tendrá que ver conmigo. Es mejor que desaparezca de mi vista, y nos deje hacer nuestro trabajo, sin que nadie nos moleste.

Después de ignorar al individuo, me pongo a trabajar de inmediato mientras desaparece de mi vista. He traído mi propio equipo con varios programas de diagnóstico para evaluar los sistemas y servidores. Después de varias horas de inspección minuciosa, mi impresión no es nada buena. La empresa está trabajando con equipos obsoletos de hace 10 años que nunca se han actualizado. Para empeorar las cosas, algunos de mis programas de diagnóstico más modernos son incompatibles con las versiones anticuadas de los equipos. Afortunadamente, he traído una variedad de programas diferentes y puedo hacer algo al respecto. Paso toda la mañana trabajando en esa tarea. Por la tarde, planeo evaluar al personal encargado de los proyectos para obtener una idea de su nivel de formación como programadores.

Durante el almuerzo, en las instalaciones de la empresa (no he conseguido convencer a Julia de salir a comer en un restaurante), ella me comenta que la contabilidad de la empresa es un completo desastre. Pero a pesar de las dificultades, está decidida a resolver todo el embrollo contable que han creado.

Por la tarde, me reúno con varios programadores para discutir el proyecto en el que están trabajando y para obtener una mejor comprensión de la situación.

Durante mi conversación con los desarrolladores, me doy cuenta de que en los últimos años han renunciado los programadores más capacitados y no han sido reemplazados. Los que aún permanecen no tienen suficientes habilidades para llevar el videojuego adelante, y se encuentran con problemas que no pueden resolver o tardan demasiado en solucionarlo. Además, debido a la antigüedad de los equipos que utilizan, los productos que lanzan al mercado son obsoletos para los equipos que los jugadores tienen en sus hogares, lo que se traduce en una cantidad mínima de descargas.

Estoy concentrado en estos asuntos cuando la secretaria del director viene a buscarme.

-Señor Brown, la señorita Gracia quiere que vaya a su…, al despacho, necesita su ayuda.

Me acerco hasta el despacho donde se quedó trabajando Julia. Cuando llego, me encuentro a Julia, de mal humor, peleándose con algunos archivos que se le resisten.

-¿Qué ocurre, Julia? ¿Necesitas ayuda con algo?

-¿Podrías echarme una mano con unos archivos que me están dando problemas para abrir, Liam?

-Veamos de qué se trata.

-Hay aquí algunos archivos encriptados que no puedo abrir, y sospecho que aquí tienen la verdadera contabilidad, lo que he encontrado hasta ahora, no es nada importante.

-Puedes estar tranquila, Julia. Déjame echar un vistazo a esos archivos encriptados, y veré qué puedo hacer para descifrarlos y acceder a la información que necesitas.

Conecto un pendrive en el ordenador y ejecuto un programa que creé específicamente para descifrar claves. Después de teclear algunos comandos, en apenas 10 minutos, logro desbloquear todos los archivos del ordenador, permitiendo que Julia acceda a la información que necesita.

Después de ayudar a Julia a desbloquear los archivos, ella se centra en investigarlos y yo, al ver que ya no me necesita, vuelvo a mi tarea.

Durante la cena, en la suite de Julia, le comento mis impresiones sobre lo que he inspeccionado.

-¿Has descubierto algo tú, Julia?

-Un agujero enorme. Tienen deudas ocultas que superan las declaradas, pensaba que no las iba a descubrir, por eso quería ponerme a su jefe de contabilidad, para que buscara por otro lado. No tiene ni la más remota idea de hacer un balance, ni llevar una contabilidad adecuada. Ha intentado ocultar la verdadera contabilidad, pero gracias a ti, pude descubrirla.

-Tú también podrías haberlos descodificado, Julia, eres muy inteligente.

-Reconozco que me desenvuelvo bastante bien con la informática, Liam, pero los conocimientos que tienes tú en ese campo están a otro nivel. Gracias a ti, hemos podido obtener la información necesaria para presentar un informe completo y fiable sobre la situación financiera de la empresa.

-Entonces, deduzco que no sugerirás a William que compre esta empresa, ¿verdad, Julia?

-Creo que sería un error recomendar la compra de esta empresa. A pesar de que vuestra empresa cuenta con importantes activos y tiene la confianza de los mercados, esta empresa tiene más deudas de las que ha declarado y no es productiva. Aunque pudieran conseguir el capital para comprarla y pagar sus deudas, no tendrían suficiente para reflotarla y hacerla rentable. Esto solo llevaría a una gran deuda y eventualmente al cierre de ambas empresas.

-Además, -le digo- considerando que entraría en un mercado muy competitivo en el que se requiere una gran inversión para mantenerse actualizado en tecnología, tendría que contratar programadores altamente capacitados y ofrecerles un salario competitivo para evitar que se vayan a la competencia. En definitiva, desde un punto de vista técnico, tampoco veo viable la operación.

-Elaboraremos los informes mañana y los presentaremos a la empresa. Después, por la tarde, regresaremos a Nueva York.

-No sé cómo reaccionará el energúmeno cuando vea nuestras conclusiones.

-Las personas que amenazan y se comportan de manera colérica no son una amenaza real, Liam. Solo están haciendo alarde de sus bravuconadas. No me intimidan ese tipo de personas, sé cómo lidiar con ellas.

Satsuki también está presente, pero apenas habla, excepto para comentar sobre la comida, se mantiene reservada. Después de lo que me dijo Julia, decido no pedirle que me permita conducir el Bentley, no quiero parecer patético rogándole por ello.

Acabamos de cenar y se me ocurre que es temprano para retirarme a mi habitación, aunque sea una habitación lujosa.

-¿Os apetece que demos un paseo por los alrededores? Es un poco pronto para meternos en la suite, y además hace un clima muy agradable para pasear.

-Gracias, Liam, pero voy a repostar el vehículo y aprovechar para que lo limpien un poco. Quiero que mañana esté en perfectas condiciones para el viaje.

-Y a ti, Julia ¿Te gustaría dar un paseo por aquí?

-En realidad, preferiría trabajar un poco en lo que hemos estado investigando…, ¿Pasear por la calle, dices?

-Si, mira, enfrente hay un parque. Un paseo al aire libre puede ser muy relajante a estas horas. Julia, deberías dejar el trabajo por hoy y dedicarte tiempo para ti misma.

-Sí Liam, me apetece, vamos a dar ese paseo.

-Perfecto, vamos entonces. Disfrutemos del clima y del paisaje.

Nos adentramos en un parque que se encuentra justo en frente del hotel. Varias personas también están paseando por allí, disfrutando del buen clima.

-Julia, durante nuestro viaje me contaste cosas muy interesantes, pero mencionaste que has pagado un precio muy alto. ¿Podrías explicarme a qué te referías concretamente?

-Mira Liam, yo no soy una persona muy sociable, ya te habrás dado cuenta. Cuando llegué a EE.UU. sólo tenía dos metas, acabar mi carrera, y triunfar en los negocios lo antes posible. No quería distracciones para no desviarme de mis objetivos, por eso desde el primer momento, renuncié a la vida social para centrarme en mi carrera y mi empresa. Estábamos creciendo muy deprisa y el poco tiempo que me dejaban los estudios, lo dedicaba a la empresa. Aprendí mucho en esa época, del mundo empresarial y financiero y a tratar con ese tipo de personas, alguno tan desagradables como el de Etos Enternaiment, como has podido comprobar. Pero yo los sé manejar bien, no me dan miedo.

Y sí, he alcanzado el éxito que me propuse cuando llegué a este país, pero he fracasado en otro aspecto de la vida al que no le di la importancia debida. No tengo amigos, Liam, solo clientes y asociados.

Cuando os vi el martes compartiendo vuestras anécdotas de la universidad, me reí, pero también me sentí un poco triste al no tener ninguna experiencia similar que contar. No hice amigos en la universidad, no me uní a ninguna fraternidad y nunca asistí a ninguna fiesta estudiantil, aunque al principio me invitaron, pero yo elegí no hacerlo. No culpo a nadie, ya que fue mi elección, pero admito que fue una decisión equivocada. Tengo mucho dinero que nunca podré gastar, pero no tengo a nadie con quien disfrutarlo. Este es el precio que he pagado por mi éxito. Sé que puedes envidiarme por lo que he logrado y lo que poseo, pero te aseguro que yo os envidio a vosotros aún más. He llegado a un punto en mi vida en el que me desenvuelvo muy bien en el mundo de los negocios, pero siento un gran temor al entablar cualquier conversación fuera de ese entorno. No sé cómo manejarme en este medio hostil, en el que me siento amenazada y parece que todo el mundo me mira y me juzga. Esta semana ha sido muy positiva para mí, pero estoy todo el día en tensión, pensando que algo malo me va a pasar.

-Entiendo lo que dices, Julia. Si bien has hecho un gran sacrificio para alcanzar el éxito, parece que no te ha brindado la satisfacción que esperabas.

-No, no me compensa, pero lo he comprendido demasiado tarde. Ya nunca podré vivir la etapa universitaria que tú y Sophie habéis experimentado, y me doy cuenta de que estoy perdiéndome otros momentos de mi vida que nunca voy a recuperar. Por eso, estoy poniendo mucho esfuerzo en superar estos miedos que me tienen paralizada.

Seguimos paseando un poco más, pero el sol ya se está ocultando y nos estamos quedando solos en el parque.

-Liam, ¿te importaría si salimos del parque? Me estoy empezando a agobiar de estar aquí.

-De acuerdo, vamos a salir del parque y seguir caminando en la calle.

Continuamos caminando y conversando por los alrededores. Ni Julia ni yo mencionamos la idea de volver al hotel, y no sé exactamente por qué, pero me siento cómodo en su compañía y no quiero separarme de ella todavía.

En una calle cercana al hotel, un bar llama mi atención por su nombre. Me paro frente a la fachada, y le indico a Julia que mire el cartel.

-¡Qué curioso!, el bar se llama igual que mi empresa, M&J.

-Julia, esto tiene que ser una señal, ¿por qué no entramos y tomamos algo aquí en M&J?

-¿Entrar ahí? No creo que sea buena idea…, Liam. Nunca he estado en un bar y estoy segura de que estará lleno de gente.

-Julia, no hay razón para tener miedo. No pasará nada, solo vamos a estar un momento. Además, estarás conmigo, no tienes nada de qué preocuparte. ¿Qué te parece si entramos?

Cuando llegamos a la puerta del bar, Julia se aferra a mi brazo y sujeta su colgante con la otra mano, mostrando claramente su nerviosismo.

-De acuerdo, voy a entrar, pero por favor Liam, no te apartes de mí, no me dejes sola.

-Por supuesto, Julia, no te dejaré sola ni me alejaré de ti ni por un instante.

-Prométemelo.

-Te lo prometo, Julia. No voy a separarme de ti ni un momento. Entraremos juntos y será una experiencia nueva para ti. ¿Lista?

El establecimiento es una taberna irlandesa con muebles de madera, banquetas en la barra y mesas distribuidas por todo el lugar. Al entrar, un camarero nos da la bienvenida y nos guía amablemente hacia la única mesa disponible. Hacemos nuestro pedido: media pinta de cerveza negra para mí y un refresco de cola sin abrir para Julia. Mientras esperamos, miro alrededor del local y noto que todas las mesas están ocupadas. Algunas personas beben en la barra y en un rincón hay un grupo jugando a los dardos. En otro rincón, dos parejas bailan al ritmo de la música.

Julia, todavía aferrada a mi brazo, mueve su silla para acercarse a mí, como si buscara protección. También observa el lugar detenidamente, pero su expresión denota tensión y cierto temor.

-Tranquila Julia, no tienes por qué preocuparte, nada va a pasar. Observa a los demás, ni siquiera han reparado en nosotros al entrar. Aquí cada uno va a lo suyo y no se preocupa demasiado de los demás.

-Lo siento Liam, esto es nuevo para mí, es la primera vez que entro a un sitio de estos.

Entiendo cómo te sientes, Julia. Pero no te preocupes, estamos aquí juntos y nada malo va a pasarte. Además, es normal que te sientas nerviosa en situaciones nuevas. Pero mira a tu alrededor, esto es solo un bar, no hay nada que temer.

El camarero trae nuestras bebidas. Él coloca mi cerveza frente a mí y un vaso de refresco de cola para Julia.

Julia se dirige al camarero con una expresión seria.

-Perdone, pero le he pedido el refresco sin abrir. Lléveselo y tráigame otro sin abrir y un vaso sin hielo, por favor.

El camarero parece confundido, pero asiente y se lleva la bebida de Julia.

Observo a Julia sin comprender lo que acaba de suceder.

-Disculpa Liam, tengo algunas manías, -explica Julia.

-Tranquila Julia, no tienes que darme explicaciones. Venga, cuéntame más cosas de ti. Antes de llegar a los EE.UU. ¿Qué hacías? ¿Vivías en España con tu familia?

-No…, no, Liam…, no hablemos más de mí. Ahora te toca a ti, cuéntame algo…, por ejemplo, ¿tienes novia o estás casado?

-Vaya, qué pregunta tan directa, Julia. No, ni estoy casado, ni tengo novia. Tuve una novia en mi época universitaria, Isabella. Estudiamos en la misma universidad, aunque ella hacía psicología. Nos conocimos en una de esas fiestas estudiantiles, que organizábamos y al poco nos hicimos novios.

-¿Y por qué terminasteis vuestra relación?

-Éramos jóvenes e inmaduros, ambos éramos infieles. Nos dimos cuenta de que era demasiado pronto para comprometernos y ser fieles el uno al otro, así que decidimos terminar la relación y quedarnos como amigos. A veces nos encontrábamos para tener relaciones sexuales o salir a tomar algo, pero teníamos libertad para ver a otras personas para lo mismo. Ahora también vive en Nueva York y seguimos siendo buenos amigos. Me encantaría presentártela, estoy seguro de que le caerías bien.

No me atrevo a decirle que ya le había hablado de ella.

El camarero le sirve a Julia el refresco que había pedido, sin abrir y con un vaso sin hielo.

-Puede que haya sido un poco indiscreta al preguntarte eso. No tengo derecho a preguntarte sobre tu vida sentimental, lo siento.

-Para nada me incomoda que me preguntes, Julia. Me has compartido detalles sobre ti, y es natural que tengas curiosidad por mi vida. Así que siéntete libre de preguntarme lo que quieras.

-No, no importa Liam. No quiero ser una entrometida.

Durante un momento, ambos nos quedamos en silencio. Yo la miro directamente a los ojos, pero a ella le resulta difícil mantener mi mirada, rápidamente la desvía o baja la vista.

-Julia, ¿podrías hacerme un favor?

-¿Qué…, qué pasa?

-¿Te importaría si te quito las gafas, Julia?

Acerco mis manos hacia las gafas de ella, con la intención de quitárselas, pero ella hace un gesto de apartarse.

-Confía en mí, Julia, solo quiero ver tus gafas. ¿De verdad las necesitas?

Le retiro las gafas y las dejo sobre la mesa.

-¿Sabes qué, Julia? Tienes unos ojos bonitos.

Ella permanece en silencio.

-¿Podría pedirte otro favor, Julia? ¿Por qué no sueltas tu cabello?, le pregunto mientras le quito el pasador que lo mantiene recogido, dejando que su melena caiga libre.

-Me gusta cómo te ves con el pelo suelto.

-¿Qué…,que has hecho Liam? ¿me has…, me has me has soltado el pelo?

Me planteo sugerirle a Julia que afloje un par de botones de su blusa, pero me preocupa que lo tome a mal. La lleva abrochada hasta el cuello y pienso que estaría más atractiva si se abriera un poco la blusa. Sin embargo, opto por no decir nada al respecto, siguiendo los consejos de Sophie e Isabella.

-Ya sabía que eras hermosa.

-No te burles de mí, Liam.

-Por supuesto que no me burlo de ti, Julia…, no me burlo…,

-No…, no me gusta llamar la atención, Liam.

-No hay nadie observándonos, Julia. Todos están ocupados en sus cosas sin preocuparse de nosotros.

Echa un vistazo alrededor para verificar que lo que digo es cierto. Todos parecen estar ocupados en sus propias cosas y no prestan atención a nosotros.

-Tienes razón, es que no me acostumbro a estar en lugares con tanta gente.

Con delicadeza, ella peina su cabello con sus dedos, creando unos movimientos femeninos que hacen que algunos mechones ondulados caigan sobre su rostro, dándole un aspecto muy sensual.

Me quedo hipnotizado observándola, y noto cómo su belleza se destaca aún más con su cabello suelto. Antes había estado oculta tras su disfraz, pero ahora, con cada gesto y movimiento, se muestra más y más sensual.

De repente, ella se da cuenta de mi mirada fija en ella y se sonroja. Intenta apartar los mechones de pelo de su cara con suavidad, pero no lo consigue del todo.

-¿Qué ocurre, Liam? ¿Por qué me miras así? -Me pregunta con una sonrisa, lo que resalta aún más esa imagen seductora que solo yo puedo percibir.

Me quedo unos segundos en silencio, sin saber qué decir, y finalmente respondo:

-Nada, solo estaba pensando en lo afortunado que soy de estar aquí contigo.

Ella baja la vista y sonríe de nuevo, pero esta vez es una sonrisa más tímida, casi avergonzada. Me doy cuenta de que quizás me he excedido en mi comentario, pero a la vez me siento bien por haberle hecho saber que me gusta estar con ella.

Comienzan a sonar las primeras notas de "Unchained Melody" de The Righteous Brothers. Sin pensarlo, me levanto de mi silla y tomo la mano de Julia.

-Ven, Julia, vamos a bailar. Me encanta esta canción. -le digo con entusiasmo.

-Espera Liam, no soy muy buena bailando, hace mucho tiempo que no lo hago. -responde Julia con una nota de timidez en su voz.

-No te preocupes, te guiaré. Verás que bailar no es tan difícil. Solo tienes que dejarte llevar por la música y seguir mis pasos. -respondo, tratando de tranquilizarla y animarla a bailar conmigo.

Con una sonrisa tímida, Julia me sigue cogida de mi mano. Me muevo hacia la pista de baile, entre las otras parejas que se balancean al son de la música, y abro un hueco para nosotros. La envuelvo con mis brazos y empezamos a bailar, moviéndonos al compás de la música. Al principio, parece tensa, pero pronto se relaja y comienza a disfrutar del ritmo. La música es lenta y melancólica, y en la penumbra de la pista, me siento más cerca de ella que nunca.

Julia aprende rápido a seguir el ritmo y mantiene una distancia adecuada. A medida que avanzamos en el baile, nuestros cuerpos se acercan y se funden como si fueran uno solo. Julia cierra los ojos, y apoya su cabeza en mi hombro, moviendo sus caderas muy suavemente, al ritmo de la música.

A medida que los acordes de la canción progresan, el ambiente se vuelve cada vez más envolvente, y ambos nos dejamos arrastrar por la magia del momento. La química entre nosotros se intensifica con cada segundo, como una corriente invisible que nos mantiene unidos. Puedo percibir el suave aroma de su cabello y el ritmo pausado de su respiración, que se mezcla con la música, creando una sinfonía perfecta. La atracción que siento por ella es irresistible, como una fuerza que me empuja hacia ella sin que pueda controlarlo. Por un instante, me invade la duda: ¿sentirá ella lo mismo? Sin embargo, ninguno de los dos hace el más mínimo intento por separarse, como si ambos supiéramos que, en ese preciso momento, estamos exactamente donde debemos estar.

Mientras continuamos bailando, la excitación dentro de mí crece con cada paso, intensificándose con el roce de su cuerpo contra el mío. Tal vez sea el movimiento hipnótico de sus caderas, su aroma embriagador que parece envolverme, o esa sensualidad latente que he empezado a descubrir en ella. La suave iluminación del local, que añade un toque de intimidad, junto con la música que suena como un susurro envolvente, crean un ambiente que potencia cada sensación. Es como si todo conspirara a favor de este momento. No puedo evitarlo: mi cuerpo responde de manera inevitable, y siento cómo la excitación se manifiesta en una erección que, por la cercanía entre nosotros, tiene que ser evidente para ella. A pesar de la vergüenza que podría sentir, no hay ningún signo de incomodidad en su rostro, lo que solo intensifica la conexión y el deseo que nos envuelven en ese instante.

La canción llega a su fin, y nos separamos.

-Gracias Liam, ha sido maravilloso -me dice sonriendo.

-El placer ha sido mío, Julia. Ha sido un baile perfecto.

Volvemos a sentarnos en la mesa, pero siento que la distancia entre nosotros ha disminuido, y que algo ha cambiado en nuestra relación. Julia no menciona nada acerca de mi evidente erección y no parece estar incómoda al respecto.

Intento disimular mi excitación debajo de mi americana, mientras abandonamos el local y nos dirigimos al hotel.

-No eres tan torpe como dices, Julia. Has bailado muy bien y has sabido coger el ritmo perfectamente. Apenas he necesitado guiarte, solo un poco al principio.

-Estaba muy avergonzada, pensaba que todos me estaban mirando, por eso he seguido tu consejo y me he concentrado en la música, cerrando los ojos. Ha sido genial. -explica Julia con una sonrisa.

-¿Por qué no disfrutas de bailar con más frecuencia?

-Bueno, desde que llegué aquí he estado muy centrada en mis estudios y en mi trabajo, y no he dedicado tiempo para el ocio. Y tampoco tengo compañero de baile, Liam. Ya sabes, no tengo amigos y lo de bailar sola no tiene mucha gracia.

Julia contesta con un semblante melancólico, mientras caminamos por las calles de Boston, ya prácticamente vacías a esas horas de la noche.

-Si te apetece, podríamos quedar otro día y bailar juntos de nuevo. Yo estaría encantado de ser tu pareja de baile y enseñarte algunos pasos, si te interesa. -le sugiero.

-Eso estaría muy bien. Me encantaría volver a bailar contigo -dice Julia sonriendo- Pero, Liam, ¿y si alguien nos ve? ¿Qué pensarán de nosotros?

-No te preocupes por eso. Si alguien nos ve, no tiene por qué pensar nada malo. Solo hemos bailado juntos, no ha pasado nada más -respondo tranquilamente-. Además, ¿por qué preocuparte por lo que puedan pensar los demás? Lo importante es que tú disfrutes y te sientas bien.

Julia asiente con la cabeza y una sonrisa se dibuja en su rostro.

-Tienes razón. No debería preocuparme tanto por lo que piensen los demás.

Llegamos al hotel, y subimos en el ascensor hacia nuestras habitaciones.

-Julia, ¿qué te parece si desayunamos mañana en la cafetería del hotel?

-¿Qué tiene de malo desayunar en la suite?

-No hay nada de malo en desayunar en la suite, pero creo que sería bueno para ti comenzar a tener una vida social más abierta y salir un poco más. Hoy has entrado en un bar por primera vez y creo que la experiencia no te ha resultado desagradable, ¿qué tal si mañana desayunamos juntos en un restaurante para que puedas seguir disfrutando de nuevas experiencias?

-Tienes razón, es que me cuesta mucho abandonar mis hábitos de ermitaña, pero mañana desayunamos en el restaurante, avisaré a Satsuki. Son cosas que debo empezar a hacer de forma habitual.

-Me alegra que estés dispuesta a intentarlo –le digo con una sonrisa reconfortante- Verás que no es tan malo salir un poco de tu zona de confort. Además, siempre puedes contar conmigo para acompañarte en estas aventuras sociales.

Cuando llegamos a nuestra planta, nos despedimos en la puerta de su habitación.

-Quería agradecerte, Liam, por esta tarde. Me he divertido mucho contigo y me has animado a hacer cosas que para mí han sido muy importantes. No te imaginas cuánto ha significado para mí

-De nada, Julia. Ha sido un placer pasar el día contigo y ver cómo vas superando tus miedos y tus límites. Me alegra mucho ser parte de ese proceso.

Nos quedamos mirándonos unos instantes sin saber qué decir, como si no tuviéramos prisa por despedirnos. Por primera vez, noto que no aparta la mirada de la mía, lo que me hace pensar si estaría esperando algo de mí, tal vez un beso. Pero ¿y si la beso y ella me rechaza? ¿Y si me invita a entrar en su habitación? Tal vez ella está esperando exactamente eso. Sin embargo, justo cuando me decido a besarla, Julia se me adelanta.

-Que tengas buenas noches Liam. Nos vemos mañana en el desayuno.

-Buenas noches Julia, que duermas bien.

Y no hay beso.

Me dirijo hacia mi suite con un sentimiento de arrepentimiento por no haber tomado la decisión de besar a Julia cuando tuve la oportunidad. Siento que ella también lo esperaba, pero mi indecisión me ha hecho perder el momento.

Sin embargo, pronto me doy cuenta de que tal vez haya sido lo mejor. Julia es una persona complicada y no quiero precipitar las cosas. Me siento confundido y necesito una ducha para despejar mi mente. ¿Estoy empezando a sentir algo por Julia? ¿podría ser que Isabella tenga razón? No, yo amo mi soltería y no tengo la intención de cambiar. Probablemente lo que sucedió en el bar fue solo un momento pasajero de excitación debido al ambiente y la música, solo eso.

Ya en la ducha, mi pene casi no había perdido la erección y se mantenía firme.

-Parece que a ti te da igual lo que yo piense, vas por libre. Habrá que hacer algo para que te calmes y no tengo ninguna amiga cerca, así que, vamos a ello.

Sophie e Isabella, eran mis principales estimulaciones eróticas cuando me masturbaba, y a ellas recurrí. Como es de esperar no me fallan y mi polla enseguida reacciona alcanzando su máximo esplendor en poco tiempo. Acaricio mi polla con una mano mientras me masajeo los huevos, llenos de semen, con la otra, excitándome con la imagen de Sophie mamando mi polla en la cama. Me excita mucho esa imagen. No paro de menearme la polla. Estoy muy cachondo y sé que no voy a tardar mucho en correrme. En mi mente, Sophie levanta la cabeza y me mira, sonriendo, con mi semen en su boca. Pero no es Sophie la que me mira, es Julia, que me mira, sonriente, bailando abrazada a mí, y mi polla no aguanta más y explota expulsando chorros de semen contra la pared de la ducha.

-Julia…, sí Julia…, sí, joder.

Termino la ducha y respiro profundamente mientras apoyo mi frente en la pared, disfrutando del placer. Una vez terminado, me seco con la toalla y me observo en el espejo, sintiendo cierta vergüenza por mis pensamientos y acciones. Me hablo a mí mismo:

-¿Julia? ¿de verdad? Estás fatal, Liam.

. . . . . . . . . . . .

Suite de Julia.

Julia.

-
Julia, ¿te has hecho algo en el cabello? Te veo diferente.

-Sí, Lola, Liam me ayudó a soltarme el pelo y me quitó las gafas. Cree que me veo mejor sin ellas -responde Julia.

-Más hermosa, sí, y diferente…, no sé, no es solo el pelo, algo ha cambiado en ti. ¿Ha tenido que ver Liam en eso?

-Después de la cena, dimos un paseo solos por un parque cercano y posteriormente entramos en un bar.

-¿En un bar? -dijo Lola sorprendida-. Entonces, Liam sí te está sacando de tu zona de confort, está consiguiendo más cosas de ti que yo, voy a tener que contratarlo. Y por lo que veo, algo ha sucedido en el bar para que hayas cambiado tu aspecto.

-Después de que Liam me lo propusiera, al principio no estaba muy convencida de entrar al bar. Pero recordé tus palabras y pensé que en algún momento tendría que enfrentar mi miedo y que no había mejor compañía que Liam. Así que me agarré a su brazo y no lo solté mientras estuvimos sentados, hablando. Siguiendo tu consejo, mostré interés en él y disfruté de la velada.

-Julia, me alegra que hayas tomado mi consejo y hayas disfrutado de la noche con Liam. Es importante que aprendas a ser más sociable y a interesarte por los demás. ¿Qué te contó Liam durante la noche?

-Le pregunté si tenía pareja o si estaba comprometido y…,

-¿De verdad le preguntaste eso? ¿Tenías mucho interés en saber si estaba soltero o en una relación?

-Reconozco que no fue la forma más apropiada de empezar una conversación, pero fue lo primero que se me vino a la mente. De todas formas, por si te interesa saberlo, te diré que Liam no tiene pareja en este momento.

-Parece que te importa más a ti que a mí, Julia. Pero lo fundamental es que habéis tenido una conversación y que él también ha empezado a hablar sobre sí mismo. Es un buen comienzo.

-¿Comienzo? ¿Qué comienzo?

-El comienzo de una buena amistad, Julia, a menos que tengas en mente algo más que eso.

-No…, no estoy pensando en otra cosa. Quiero…, quiero una amistad con Liam, eso es lo que quiero.

-Pues sigue así, Julia, vas muy bien. Tienes que ir aprendiendo a sacar temas de conversación más personales, y menos de trabajo. Aún os queda un día y puedes sacarle más temas, para que vayas practicando.

-Además, hice algo que no hacía desde hace mucho tiempo. Estuvimos bailando. Fue un momento muy agradable.

-¿Bailando? Eso no lo tenía en mente tan pronto. ¿No te estás apresurando demasiado, Julia?

-Reconozco que me dejé llevar por el momento, Lola. La verdad es que Liam me animó a bailar y no pude negarme, aunque no lo tenía planeado. Pero me gustó mucho, me sentí cómoda con él y hasta sentí cosas que no había sentido antes. ¿Sabes? Hace años que no bailaba.

-¿Podría decirse que has tenido una cita, Julia?

-Sí, se podría decir que hemos tenido una especie de cita.

-¿Puedes hablarme un poco más sobre el baile y lo que has sentido cuando Liam te ha tomado para bailar?

-Al principio estaba muy tensa y nerviosa por bailar bien, así que no sentí nada especial. Pero luego, con la atmósfera del lugar y con una canción muy romántica, me dejé llevar y terminamos bailando muy cerca, con mi cabeza sobre su hombro. Hubiera deseado que esa canción no acabara nunca.

-Te entiendo, y ya sé lo que veo diferente en ti.

-¿Qué es lo que me ves de diferente, Lola?

-Lo que veo diferente en ti, Julia, es que estás más relajada, más abierta y más dispuesta a disfrutar de la vida. Te has permitido ser vulnerable y dejar que alguien te guíe y te muestre cosas nuevas. Me alegra verte así, porque sé lo mucho que has luchado para llegar hasta aquí. Es algo difícil de explicar, pero se nota que estás más feliz. Como si hubieras encontrado algo que te faltaba y que ahora tienes. No sé si me explico bien.

-¿Qué es lo que estás intentando decirme, Lola?

-Julia, creo que es evidente que estás enamorada, aunque quizás todavía no te has dado cuenta. Se te nota en la forma en que hablas de Liam, tus ojos brillan cuando lo mencionas.

-Te equivocas Lola, me gusta Liam, pero no estoy enamorada de él.

-Lo veo en tu cara, Julia, tienes una luz especial en tus ojos y una sonrisa más amplia. No podrás negar la evidencia mucho tiempo más, tarde o temprano te darás cuenta. Perdona que sea tan directa, Julia. No quiero que te molestes por lo que te digo.

-No estoy molesta contigo, Lola, eso no sería justo. Pero en este caso, siento que estás equivocada.

-Entiendo que pienses eso, pero creo que no estoy equivocada. Pero olvidemos eso por ahora. Me gustaría que mañana intentaras sacarle a Liam temas más personales para seguir conociéndolo mejor.

-Sí, tienes razón, debería intentar conocerlo mejor. Pero tampoco quiero forzar las cosas ni parecer demasiado interesada, ¿no crees? Quiero que las cosas fluyan naturalmente.

-Claro, entiendo lo que quieres decir, pero a veces es necesario dar un pequeño empujón para que las cosas avancen. De todas formas, confío en que sabrás encontrar el equilibrio adecuado. Y si necesitas algún consejo o ayuda, ya sabes que me tienes para apoyarte.

-Gracias, Lola, eres una buena amiga. Espero que todo salga bien mañana.

-Si no tienes nada más que contarme, creo que es momento de que me desconecte. Podemos continuar la conversación mañana.

-Excelente, Lola, nos vemos mañana entonces. ¡Que tengas un buen día!

Sigo con la ropa de calle, así que voy al dormitorio a cambiarme.

"Lola sigue insistiendo con Liam, pero no entiendo por qué. No siento nada especial por él, ni siquiera me atrae sexualmente, así que no hay motivo para enamorarme."

Mientras me desvisto, reflexiono sobre esto en mi mente. Al quitar mi braga, noto que está húmeda, como si me hubiera orinado encima.

La tentación de tocarme es irresistible, y no puedo evitar meter mis dedos en mi vagina y sentir cómo la humedad se extiende. Mi mente está en blanco, sólo puedo pensar en el placer que me estoy dando. Mi vagina es un volcán de donde no deja de manar flujo.

Siempre había recurrido a la masturbación manual para satisfacer mis deseos sexuales, y con el tiempo cogí una habilidad que me proporcionaban unos orgasmos increíbles. Pero la monotonía de la misma técnica me llevó a buscar nuevas experiencias. Después de explorar algunas tiendas de sex-shop en línea, encontré un anuncio de un pene de silicona que reproducía exactamente el miembro de un famoso actor porno, aunque no recordaba su nombre. Pensé que sería interesante probarlo, ya que nunca me había introducido nada en mi vagina y que mejor para empezar que con un pene, aunque sea una imitación. Sin pensarlo demasiado, lo añadí a mi cesta de compra, junto con un tubo de lubricante recomendado por la misma tienda. En la pantalla del portátil, no parecía tan grande, pero cuando lo tuve en mi mano, me pareció enorme y lo volví a guardar en la caja. Tendría que haber prestado más atención a las medidas, pero la impresionante similitud con la realidad me había dejado cautivada.

Después de comprar el pene artificial de silicona, lo tuve guardado durante meses sin usarlo. Pero una noche, cansada de la monotonía de solo usar mis dedos para masturbarme, recordé la existencia del juguete y decidí probarlo. Era mucho más grande de lo que pensaba y esa primera vez, solo conseguí introducir la punta, pero aun así me proporcionó un gran placer combinado con las caricias de mis dedos. A partir de ese día, empecé a usarlo casi a diario y mejoró notablemente mis sesiones de masturbación.

Cuando estaba haciendo la maleta para el viaje, ya con todo listo para cerrarla, recordé que tenía el pene de silicona guardado. No sé por qué, pero decidí meterlo en la maleta sin tener la intención de usarlo durante el viaje. Y ahora iba a por él como una desesperada.

Decido buscar en mi maleta al juguete que ha sido mi compañero en muchas noches solitarias. Lo encuentro en un bolsillo escondido y lo llevo a la cama. Empezando por mis pechos, me pellizco los pezones y disfruto del placer que me doy a mí misma con mis manos. Sin embargo, mi cuerpo pide más y mi vagina exige algo de acción, aunque sea con un juguete sexual de silicona. No quiero reprimir mi deseo y sin lubricante, empiezo a introducir el juguete en mi hambrienta vagina, que lo acepta de buena gana. Pero todavía no es suficiente, necesito más intensidad. Por eso, con la ventosa en la base del juguete, lo coloco en el suelo y me pongo a cuatro patas como una perra para chuparlo. Saboreo mis propios fluidos y eso me excita aún más. En cuclillas, con el juguete apuntando a mi coño, me veo reflejada en el espejo. Me siento como una hembra en celo a punto de ser empalada por una polla de 20 centímetros. Me dejo caer lentamente sobre el juguete, sintiendo cómo mi coño se va adaptando a su tamaño. En el espejo, veo cómo el juguete desaparece dentro de mí, lo cual me provoca un intenso placer. Me retuerzo los pezones con fuerza, me froto el clítoris y muevo mi pelvis en círculos, disfrutando de la sensación de estar llena por dentro. Subo y bajo rápido, cada vez más rápido, botando sobre el juguete que se hunde cada vez más profundo. Cuando me doy cuenta, estoy ensartada en él y siento una mezcla de vergüenza y excitación al ver mi imagen en el espejo. Me vuelvo loca de placer, moviendo mi pelvis con rapidez. En el espejo, mis tetas rebotan con la intensidad de la cabalgada. De repente, mi imagen desaparece y en su lugar, veo el rostro de Liam mirándome con deseo, como si estuviera en el bar de nuevo.

-Liam…, fóllame fuerte…, Liam, fóllame…, métemela toda…, destrózame el coño…, Así Liam, así…, fóllame…, fóllame…, Liam…, fóllame…, Liam…,

El clímax que he experimentado ha sido el más intenso que he sentido nunca. Me siento agotada y sin fuerzas, con el pene de silicona todavía dentro de mi vagina. Al levantarme para retirarlo, noto el charco de líquido que se ha formado debajo de mí. Nunca había experimentado una descarga tan intensa, ha sido algo realmente increíble.

De pie, desnuda frente al espejo, con el consolador en la mano y el sudor recorriendo mi piel, me miro con el cabello desordenado y pegajoso. Me reprendo en voz alta por la situación en la que me encuentro.

-¿Liam? ¿de verdad? Estás fatal, Julia.

.

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La historia de Julia continua en:

Capítulo 6: Solo un beso (Just a Kiss).


Julia experimenta un cambio significativo en su confianza y seguridad. Su profesionalismo es puesto a prueba cuando se enfrenta a un director de empresa misógino y arrogante, a quien logra superar con inteligencia y determinación. A medida que el viaje avanza, Liam y Julia desarrollan una conexión más profunda, explorando temas como el machismo y los desafíos que enfrentan las mujeres en el ámbito profesional.

Satsuki.jpegEtos.jpegJulia enfadada.jpegJulia con bebida.jpegJulia.jpegExtraños en la noche.jpeg
 
Que tal capitulo el de hoy.
Julia en lo laboral es toda una fiera y no se deja amedrentar por nadie.
Julia y Liam ambos se masturbán en sus cuartos y terminan haciéndolo pensando en el otro y con tremendos orgasmos cada uno.
No queda la duda que ya están enamorados, pero siguen tercos ambos para reconocerlo, ojalá que pronto lo hagan.
 
Como tenía tiempo antes de irme, no me he podido resistir y lo he leído.
Esto es como la escena de Jim Carrey en Mentiroso compulsivo cuando no podía mentir y cogió un boli azul e intento escribir que el boli era rojo y salió toda la cara pintada " blue".
Pues aquí igual, pueden negar la evidencia, pero ya están absolutamente enamorados. Creo que no van a poder resistir mucho y pronto se dejarán llevar por sus sentimientos y la pasión.
 
EL TALISMÁN. PRIMERA PARTE. LA MUCHACHA DE LOS OJOS TRISTES.


Capítulo 6: Solo un beso (Just a Kiss).

Marzo 2010.

Four Season Hotel. Boston.

Liam.


Me pregunto si Julia habrá cambiado de opinión y decidido quedarse en su habitación para desayunar. En ese momento, veo a Satsuki acercándose hacia mí, sola, y se sienta en la misma mesa.

-¡Buenos días, Satsuki! ¿cómo estás? - le pregunto con una sonrisa.

Ella me devuelve la sonrisa, y me responde que está bien. Luego, se queda mirando fijamente su taza de café, y parece que no tiene intención de decir nada más. Yo tampoco sé muy bien qué decir, así que decido dejar pasar unos segundos de silencio incómodo.

Finalmente, decido preguntarle algo sobre Julia.

-Oye, ¿sabes si Julia bajará a desayunar? -le pregunto, tratando de sonar casual.

-Parece que Julia se quedó dormida, bajará en un momento. ¿Regresaron muy tarde anoche? Porque ella nunca se queda dormida, a veces incluso se levanta antes que el servicio. Es muy extraño que se levante tarde.

-No, no regresamos tarde. Pero ella me comentó que quería dedicar un poco de tiempo a trabajar en el informe de hoy, tal vez se quedó un poco más de lo esperado.

- Es posible, pero, en cualquier caso, bajará pronto.

Pero Satsuki todavía no ha terminado de hablar cuando veo a Julia que se acerca a nuestra mesa. Me sorprende su apariencia: lleva su larga melena suelta, resaltando su brillo y suavidad. Cada mechón se mueve con gracia mientras ella camina, aportándole un aire de belleza natural. Me encuentro cautivado por la elegancia y el encanto que transmite con ese peinado, que le da un aspecto aún más cautivador y seductor. No lleva maquillaje, sin embargo sí se ha puesto color en los labios. Me pregunto si Satsuki tuvo algo que ver con su cambio de imagen, y sospecho que tal vez por eso se ha retrasado.

Julia llega a la mesa con su sonrisa radiante y me doy cuenta de que ha dejado sus gafas en su habitación. Me alegra verla con su nuevo look, aunque me decepciona un poco que su vestimenta no lo acompañe adecuadamente. Su blusa sigue estando demasiado cerrada para mi gusto.

Julia me saluda mientras aún sigo con la boca abierta de asombro.

-Hola Liam, buenos días.

-Buenos días, Julia. Estás…, estás muy guapa. -le digo un poco nervioso.

-Gracias, Liam. Te hice caso sobre el pelo y tenías razón, luce mejor así. -responde Julia con una sonrisa.

-¿Qué hiciste anoche? ¿Trabajaste en el informe como me dijiste? Tal vez por eso te levantaste tarde hoy, ¿verdad? -pregunto a Julia.

-No, no estuve trabajando. Estuve…, estuve…, ocupada haciendo otras cosas y perdí la noción del tiempo. -responde Julia con una sonrisa nerviosa.

Noté que Julia no quería o no podía explicar lo que había estado haciendo anoche. Yo tampoco tenía la intención de contarle mis asuntos. ¿Estaría ella en la misma situación que yo? Tal vez es mejor cambiar de tema antes de que mi mente comience a divagar demasiado.

-Si quieres, Satsuki, puedes quedarte en el hotel y yo conduzco el Bentley. Así puedes descansar un poco para esta tarde. A Julia no le importará, ¿verdad Julia?

-No Liam, el Bentley es mío y no lo toca nadie más que yo. Me da igual lo que diga mi jefa.

-Ya te avisé Liam, ni siquiera yo tengo autoridad sobre el Bentley. Anda vámonos, que quiero acabar este asunto lo antes posible.

-Tenía que intentarlo Julia, era mi última oportunidad.

.

Una vez en el despacho del director, cada uno de nosotros nos dedicamos a redactar nuestros informes respectivos, enumerando y detallando todos los aspectos de lo que hemos descubierto en la empresa.

Después del incidente con Julia en el primer día y conmigo un poco más tarde, no habíamos visto al director. Nos habíamos establecido en su despacho y él no había aparecido ni para saludarnos. Finalmente, completamos nuestros informes, imprimimos dos copias de cada uno, los colocamos en carpetas y le pedimos a su secretaria que le avise para que venga a vernos, ya que hemos terminado.

Llega el director, se muestra confiado y rápidamente se apodera del informe que le entrega Julia.

-Le pedimos amablemente que revise los informes antes de nuestra partida, ya que hemos completado todo lo que debíamos hacer aquí.

El director empieza a leer el informe de Julia, y a medida que sus ojos recorren las páginas con creciente velocidad, su expresión se transforma gradualmente. Al principio, su semblante es neutral, pero con cada párrafo, sus facciones se tensan, reflejando sorpresa e interés. La rapidez con la que pasa de una página a otra sugiere que el contenido lo está absorbiendo por completo, despertando en él una mezcla de emociones que se hacen evidentes en los leves cambios de su rostro.

-¡Menuda catástrofe de informe has entregado! Parece que lo ha escrito un mono borracho. ¿De verdad crees que alguien va a tragarse semejante despropósito? ¿O es que te has fumado algo raro antes de ponerte a escribir? Porque el nivel de este informe es tan lamentable que ni un chaval de instituto borracho en su primera fiesta lo haría peor. Si pensabas que ibas a fastidiarme, lo has conseguido, pero lo único que has demostrado es tu total incompetencia y falta de profesionalidad. A partir de ahora, voy a hacer mi propio informe y lo voy a enviar directamente a tu jefe. Prepárate, porque no tardará en darte la patada por tu ineptitud. No te hagas ilusiones pensando que has hecho algo para vengarte de mí, porque lo único que has logrado es que te vean por lo que realmente eres.

-Le aconsejo que se calme. He descubierto que intentó ocultar información valiosa en carpetas cifradas, asumiendo que no podríamos descifrarlas. Además, intentó desviar nuestra atención al querer poner a otra persona para que nos hiciera buscar en una ubicación diferente. El informe que hemos generado refleja con precisión la situación actual de su empresa, independientemente de sus intentos de manipulación. Lamentablemente, mi evaluación es muy desfavorable y recomendaré a mi cliente que se retire de esta operación, ya que podría llevarle a una situación financiera comprometida. En lo que respecta a mi posición, no tengo intención de despedirme a mí misma. Por favor, permítanos proceder con nuestro viaje de regreso a Nueva York después del almuerzo, ya que su retención está interfiriendo con nuestros planes.

-No creas que esto va a quedar así, me he informado de tu empresa y de esa tal Julia. Por lo visto nadie la conoce, vive alejada de la vida pública y nadie sabe que aspecto tiene. Yo creo que ni siquiera existe y tú te haces pasar por ella. Mira, no me vengas con tonterías, que yo ya sé cómo funcionan estas cosas. Seguro que eres una de esas zorras que se acuesta con todo el mundo para conseguir lo que quiere. Tal vez seas la amante de tu jefe, y por eso te han dado este puesto. Como le dije a tu compañero Liam, tienes que mamar muy bien las pollas de tus jefes, para ir ascendiendo, ¿Es así verdad zorrita? Pero que sepas que no va a pasar nada, yo mismo me encargaré de que tu empresa sepa la verdad sobre tus mentiras.

Me lanzo hacia ese despreciable individuo, pero antes de que logre alcanzarlo, Julia lo sujeta por la corbata y se acerca a su rostro para decirle:

-Le sugiero que preste atención a lo que voy a decir. Además del informe que le hemos entregado, hemos encontrado información en su ordenador que podría ser de interés significativo para las autoridades fiscales. ¿Desea que compartamos esta información con ellos? Si no quiere perder su empresa y terminar tras las rejas, mejor que se aparte de nosotros ahora mismo, y deje que nos marchemos

-¿Cómo?..., no…, no…, yo…,

-No diga ni una palabra más. Será lo mejor para usted. El señor Brown y yo nos vamos, pero vaya despidiéndose de la inversión que pretendía. -dice con firmeza mientras lo miraba con desprecio.

Julia lo suelta y sin emitir ni una palabra, recogemos nuestras pertenencias y abandonamos el despacho y la empresa. Durante el trayecto de regreso al hotel en el Bentley, noto que Julia sigue tensa, mientras yo no dejo de asombrarme por todo lo que acababa de suceder.

-Vaya, Julia, ese tipo era un auténtico energúmeno, pero has sabido manejarlo con maestría. Incluso yo me he sorprendido de cómo lo has enfrentado. Ahora puedes relajarte, Julia, todo ha terminado.

-Aún me tiemblan las piernas, pero, aunque no te lo creas, he conocido a muchos tipos así, y estoy preparada para enfrentarme a ellos. Los negocios financieros, están dominados mayoritariamente por hombres. Las mujeres no encajamos bien, a no ser de secretarias, asistentes y otros trabajos de menor cualificación, como el de servir café a tus superiores.

Cuando comenzamos este negocio, a veces me hacía pasar por la asistenta del director para entrevistarme con clientes, para que me escucharan. Ya sabes, esa M&J, piensan que son socios masculinos. Solo así me escuchaban porque pensaban que estaban escuchando las propuestas de mis supuestos jefes, cuando la realidad es que esas propuestas que presentamos a nuestros clientes, están redactadas por un equipo de 5 mujeres.

Solo cuando después de unos años, hemos demostrado nuestra valía, nos han ido aceptando, pero de vez en cuando te encuentras con tipos así. Afortunadamente yo no hago este tipo de trabajos, tengo colaboradoras que lo hacen incluso mejor que yo. Esto ha sido una excepción.

-Julia, eres increíble. Aunque aún estoy impresionado por lo que acabamos de presenciar, no puedo dejar de admirar tu valentía y profesionalidad. Es triste que todavía exista tanto sexismo en el mundo de los negocios, pero es genial que hayas encontrado una manera de superarlo y destacar en tu campo. Cada vez me sorprendes más, Julia. Si aplicaras esas habilidades a otros aspectos de tu vida, tal vez no tendrías problemas para relacionarte socialmente. -comento mientras no dejo de admirar su coraje y determinación en el trato con ese hombre.

-Son mundos diferentes, Liam. En el mundo de los negocios no hay amigos, las relaciones son muy distintas y no se pueden aplicar las mismas reglas. Me enfrento a una sociedad que me etiqueta con términos despectivos, como "zorra", simplemente por haber triunfado en los negocios. No se valora mi esfuerzo por ser mujer, y parece que todo lo que consigo, es por ser una zorra. Sé que soy una mujer real, que puedo ser visceral y feroz si es necesario, y no me preocupa lo que otros piensen. Mi camino ha sido duro, pero soy más fuerte y decidida que nunca.

Por cierto, ¿es cierto lo que ha dicho? ¿Te había hablado de mí en esos términos tan humillantes? -pregunta Julia con preocupación.

-Sí, Julia. No te lo dije para no preocuparte, pero intentó ponerme en tu contra y dijo cosas muy feas de ti. Tuve que amenazarlo para que se callara. -respondió Liam.

-Gracias Liam, no sabes cuánto te agradezco que hayas hecho eso por mí. -dice Julia con una sonrisa de gratitud en su rostro-. Aunque la verdad es que ya me imaginaba que algo así podría pasar. Es un hombre muy machista y arrogante, y no soporta que las mujeres tengamos éxito en este mundo de los negocios.

-Ya lo sé Julia, y por eso mismo no podía permitir que hablara así de ti -respondo con determinación.

Llegamos al hotel y recogemos nuestros equipajes. Una vez que el Bentley está cargado, comemos algo rápido en el restaurante del hotel y decidimos no entretenernos demasiado. Al terminar la comida, partimos de Boston rumbo a Nueva York. Ambos nos ocupamos en atender algunos mensajes que tenemos pendientes en el móvil, mientras Satsuki conduce.

Guardo mi móvil y contemplo a Julia. Está concentrada, con la cabeza inclinada hacia su teléfono móvil, leyendo y respondiendo mensajes. Su cabello le cubre parte del rostro, y mueve una mano para apartarlo detrás de su oreja. Desde mi ángulo, puedo ver su rostro de perfil. Observo su expresión relajada y me siento afortunado de estar compartiendo este viaje con ella.

Julia levanta la cabeza y me mira con una sonrisa.

-¿Querías decirme algo, Liam?

Me sobresalto al darme cuenta de que estaba mirando fijamente a Julia, y respondo rápidamente.

-¿Yo?..., no, no…, bueno, tengo una curiosidad. Ya me has contado los problemas que tienes para hacer amigos y socializar. Pero también me has hablado mucho de tu equipo, que creo que contigo, sois cinco mujeres, o socias, como tú las llamas. Además de ese equipo, ¿tenéis más trabajadores?

-Bueno, sí, tenemos un equipo más amplio además de nosotras cinco, que formamos la dirección. Contamos con otros departamentos que se encargan de diferentes áreas en nuestra empresa. Tenemos especialistas en finanzas, análisis de mercado, estrategia empresarial, entre otras. Cada empleada de nuestra empresa, desempeña un papel crucial en el funcionamiento y éxito de nuestro negocio. Somos un gran equipo y nos aseguramos de contar con profesionales altamente capacitadas y comprometidas. La colaboración y el trabajo en equipo son fundamentales para alcanzar nuestros objetivos.

Además, tenemos un departamento internacional que opera las 24 horas del día para atender a nuestros clientes de todo el mundo. Sin embargo, quiero destacar que las cuatro mujeres de mi equipo han estado conmigo desde el principio y han demostrado su valía y lealtad hacia la empresa. Somos las cinco quienes realmente dirigimos la empresa, yo solo coordino el trabajo. Cada una de ellas tiene la capacidad de ocupar mi lugar en caso de necesidad, como ha sucedido esta semana en la que no he estado presente en el despacho y no se ha notado mi ausencia. Aunque hemos estado permanentemente conectadas.

-¿Sabes? Muchas veces surgen amistades e incluso parejas en el trabajo, como en el caso de Sophie y yo. Si tú y tus compañeras están tan compenetradas, ¿no ha surgido ninguna amistad entre vosotras?

-Creo que eso es en parte culpa mía. Nos compenetramos bien en el trabajo, pero a nivel personal, yo he puesto una barrera desde el principio y ninguna se ha atrevido ni a acercarse. Sé que entre ellas sí ha surgido esa amistad porque alguna vez han quedado para celebrar algún cumpleaños, y otras celebraciones, y al principio me invitan, pero siempre he rechazado la invitación.

Mis palabras parecen haberla sorprendido, y puedo ver cierta tristeza en su mirada. Tal vez he tocado un tema sensible para ella. Decido cambiar de tema y no profundizar más en el asunto.

-Bueno, Julia, cada persona tiene su forma de relacionarse y establecer amistades. Si te sientes cómoda con la dinámica actual, no hay nada de malo en ello. Lo importante es que te sientas bien y que tengas un equipo en el que confías y que funciona eficientemente. Pero veo que siempre hablas en femenino de tus empleados, ¿No trabaja ningún hombre en tu empresa?

-Siento más afinidad y comodidad trabajando con mujeres. Del mismo modo, mi personal de servicio está compuesto exclusivamente por mujeres. Esto crea un ambiente en el que me siento más cómoda y puedo establecer una conexión más profunda con las personas que me rodean.

Asiento con la cabeza, intrigado por la personalidad de Julia y su estilo de liderazgo. Me parece admirable que haya logrado construir una empresa exitosa y un equipo leal compuesto por mujeres.

-Es porque algún hombre te ha hecho daño, ¿verdad? ¿Un desengaño quizá?, ¿una infidelidad?

Julia me mira con seriedad, considerando mis palabras.

-No… no sé, Liam, no se trata de eso. -responde con calma.- Es simplemente una elección personal basada en mi comodidad y en el hecho de que me siento más segura en un entorno femenino.

-Entiendo. Es importante trabajar en un ambiente donde te sientas valorada y puedas desarrollar todo tu potencial.

-Exactamente. Creo firmemente en el poder de la colaboración y la solidaridad entre mujeres. Juntas, podemos lograr grandes cosas.

Aunque no he obtenido la respuesta que esperaba, estoy impresionado por la determinación y la pasión de Julia hacia su trabajo y su equipo.

Julia me mira, sus ojos reflejan un rastro de tristeza y desconfianza.

-Liam, aprecio tu deseo de ayudarme, pero mi temor no se trata solo de experiencias pasadas. -responde sinceramente.- Es una combinación de diferentes circunstancias y vivencias que me han llevado a ser cautelosa en mis relaciones con los hombres. No es que crea que todos los hombres son iguales, pero he aprendido a protegerme y a priorizar mi propia seguridad y bienestar.

Afirmo con la cabeza, reconociendo que no puedo cambiar el pasado de Julia ni sus vivencias personales.

-Entiendo que cada uno tiene su propia historia y experiencias que nos han moldeado. Respeto tu postura y estaré aquí para apoyarte en lo que necesites, sin presionarte ni intentar cambiar tus sentimientos.

Julia sonríe, agradecida.

-Gracias, Liam. Tu apoyo significa mucho para mí. Es reconfortante saber que puedo contar contigo sin sentirme juzgada. Es curioso, no logro entender por qué, pero contigo no me siento incómoda, algo que nunca había experimentado con alguien más. Si estás dispuesto a seguir ayudándome, me gustaría conocer más sobre ti.

-Claro, Julia. Estoy dispuesto a compartir contigo. ¿Qué te gustaría saber?

-Me encantaría saber qué te motivó a dedicarte a tu profesión y cuáles son tus pasiones en la vida.

-Bueno, siempre he sentido una pasión por la tecnología y la innovación. Desde joven, me fascinaba cómo la tecnología podía cambiar nuestras vidas y mejorar el mundo en el que vivimos. Eso me llevó a estudiar ingeniería informática.

-Es fascinante cómo encontraste tu camino en algo que realmente amas. ¿En qué consiste tu trabajo realmente?

-Como ya sabes, nuestra empresa se dedica al desarrollo de software de gestión personalizado para diversos tipos de negocios. Contamos con un equipo de programadores altamente capacitados que materializan las ideas y necesidades de nuestros clientes. Mi rol principal es el de diseñador del programa y establecer las pautas a seguir, luego de escuchar atentamente las necesidades del cliente. Sophie y su departamento se encargan de elaborar los presupuestos, mientras que el padre de Sophie, una vez que el cliente lo ha aprobado, brinda la aprobación final para proceder con la operación. Aunque puede parecer un trabajo rutinario al explicarlo de esta manera, personalmente encuentro una gran satisfacción en la parte creativa de mi trabajo, especialmente cuando comienzo a diseñar un nuevo software partiendo de cero.

-Como experto en software de gestión, imagino que debes estar al día en las últimas tendencias y avances tecnológicos, ¿verdad?

-Sí, por supuesto. Mantenerse actualizado es fundamental en nuestro sector, y eso implica estar al tanto de las últimas innovaciones en tecnología y programación. Siempre estamos investigando nuevas formas de hacer las cosas más eficientemente y de mejorar la experiencia del usuario. Es un trabajo que requiere mucha dedicación y constante aprendizaje, pero a mí me apasiona. Además, yo tengo mis ideas propias y algún día me gustaría crear mi propia empresa para desarrollarlas. Ese es mi sueño.

-Seguro que lo consigues. Si decides crear tu empresa propia, nosotras podíamos ayudarte cuando llegue el momento.

-Lo tendré en cuenta Julia.

-Debe ser un trabajo muy importante el que desempeñas en tu empresa.

-En mi empresa todos somos valorados por igual. Contamos con personas altamente capacitadas que podrían ocupar mi puesto sin comprometer la calidad de nuestros productos.

-Parece un trabajo interesante que tiene su lado creativo. ¿Tienes alguna inclinación artística?

-Creo que sí, no solo en el ámbito de la informática. La fotografía es mi principal pasatiempo, al que dedico muchas horas de mi tiempo libre.

-La fotografía es fascinante. Me hubiera gustado aprender más sobre ella, pero sinceramente, soy bastante torpe en ese aspecto. Apenas sé cómo utilizar la cámara de mi teléfono móvil.

-Ja ja ja. Tener un buen ojo fotográfico es fundamental para capturar la imagen que deseas. El resto es cuestión de práctica. Sin embargo, lograr una buena foto puede resultar desafiante. A veces paso horas e incluso días enteros para obtener la imagen perfecta.

-¿Qué tipo de fotografías tomas que requieren tanto tiempo de espera?

-Oh, disculpa si no te lo mencioné antes. Me encanta fotografiar la vida salvaje, especialmente los animales en su hábitat natural. Es un proceso que demanda mucha paciencia y dedicación, ya que a menudo debo esperar durante horas para capturar el momento perfecto. A veces, incluso después de tanto esfuerzo, no logro obtener la imagen deseada. Pero sí, puedo confirmarte que es una experiencia excitante y llena de emoción.

-Eso tiene que ser apasionante.

-Sí, y definitivamente no es fácil. Cuando deseo fotografiar en parques nacionales, primero debo obtener los permisos correspondientes, ya que solo se permite acampar en áreas designadas. Este proceso burocrático puede llevar algún tiempo. Una vez que he elegido el lugar, monto una tienda con tela de camuflaje y la cubro con ramas para mezclarme con el entorno de la mejor manera posible. Luego, con provisiones para varios días, espero pacientemente hasta que los animales se sientan más confiados y se dejen ver. A través de las pequeñas ventanas de la tienda, aprovecho para capturar la mayor cantidad de fotografías posible, para luego seleccionar las mejores tomas.

-¿Puedo ver algunas de tus fotos?

-Lamentablemente, no tengo ninguna aquí. Todas mis fotografías están en otro ordenador que utilizo exclusivamente para ese propósito. Pero si te apetece, cuando lleguemos a Nueva York, puedes subir a mi apartamento y te mostraré algunos de mis trabajos.

-¿A…, a tu apartamento? No estoy segura, Liam…, Tal vez otro día.

-Por supuesto, Julia, cuando tú quieras. Estaré encantado de mostrarte mis fotografías en cualquier momento que te resulte conveniente.

Respetando la decisión de Julia, decido no insistir en ese momento y prefiero mantener el ambiente distendido entre nosotros.

A medida que avanzamos en el viaje, observo con atención los cambios en Julia. Su transformación es evidente, y me alegro ver cómo ha superado sus inseguridades iniciales. La forma en que interactúa conmigo de manera más relajada y sonriente indica que ha ganado confianza en sí misma.

Aunque todavía puedo notar algunos destellos de timidez en su mirada, ya no evita tanto el contacto visual, lo que refleja un progreso significativo. Me siento orgulloso de haber contribuido, aunque sea en parte, a este cambio positivo en Julia. La dinámica entre nosotros se ha vuelto más cómoda y natural, y eso nos permite disfrutar del viaje y de la compañía mutua.

En lugar de mencionar directamente los cambios que he notado en Julia, decido guardar esos pensamientos para mí mismo, esperando que con el tiempo ella misma se dé cuenta de su crecimiento y fortaleza personal. Me siento feliz de poder presenciar esta evolución en ella y espero seguir compartiendo momentos agradables juntos en el futuro.

Mientras continuamos en silencio durante parte del trayecto, aprovecho para reflexionar sobre mis propios sentimientos. Aunque inicialmente solo estaba interesado en Julia como una compañera de trabajo y una amiga, no puedo negar que mi relación ha evolucionado en algo más profundo.

Recuerdo los momentos en los que mi ví atraído por la belleza y la personalidad de Julia, especialmente durante el baile en el bar. Además, el recuerdo de mis pensamientos mientras me masturbaba pensando en ella sigue presente en mi mente. Me pregunto si lo que siento ahora es simplemente un resultado de la excitación y la proximidad que experimentamos durante ese encuentro, o si hay algo más significativo entre nosotros.

A pesar de mis esfuerzos por mantener la calma, las palabras de Isabella continúan resonando en mi mente. ¿Es posible que mis sentimientos vayan más allá de una simple atracción superficial o un calentón pasajero? Tal vez lo que estoy experimentando es un vínculo más significativo, algo que podría crecer de manera genuina y duradera. No puedo evitar recordar aquel momento en mi habitación, cuando mis pensamientos y deseos estaban completamente enfocados en ella. Sin embargo, intento convencerme de que fue solo un impulso momentáneo, una reacción natural ante la intimidad del baile.

Sé que no puedo permitirme complicar las cosas. Debo mantener la cabeza fría y concentrarme en nuestro trabajo. No quiero que mis emociones descontroladas arruinen la relación profesional y amistosa que tengo con Julia. Es esencial que gestione mis sentimientos para evitar que interfieran con nuestra colaboración y amistad.

Decido mantener mis pensamientos en silencio por ahora y disfrutar del tiempo juntos sin complicar las cosas. Quiero seguir conociendo a Julia en un nivel más profundo y entender mejor sus propios sentimientos antes de tomar cualquier decisión o confesar algo que podría cambiar nuestra relación actual.

Con esa determinación en mente, vuelvo mi atención al paisaje que se despliega ante nosotros mientras continuamos el viaje hacia Nueva York.

A medida que nos acercamos a Nueva York, me siento un poco melancólico al darme cuenta de que el viaje está llegando a su fin. He disfrutado de la compañía de Julia y la conexión que ha surgido a lo largo del viaje.

-Liam, hemos llegado a tu calle. El lunes me encargaré personalmente de entregar el informe. Nos volveremos a ver entonces.

-Por supuesto, Julia. Pero permíteme que insista, ¿qué te parece si subimos a mi apartamento y te muestro algunas de las fotos que he tomado? Tal vez no tenga otra oportunidad de enseñártelas.

-No Liam, a Satsuki no le gusta dejar el Bentley en la calle.

-Si quieres, puedo quedarme aquí esperándote, Julia. No hay ningún problema.

-Vamos, Julia, no puedes negarte. Solo será media hora, te lo prometo.

-Está bien, Liam, de acuerdo. Pero solo media hora, ¿eh? Tengo mucha curiosidad por ver esas fotos.

-Gracias, Julia. Estoy seguro de que te van a encantar.

Subimos juntos en el ascensor hacia mi apartamento, disfrutando de un breve momento a solas. Puedo percibir que Julia se siente más relajada y cómoda en mi compañía. Parece que, a lo largo de este viaje, he logrado ganar su confianza y crear un ambiente de confianza mutua.

Una vez dentro de mi apartamento, Julia se sorprende al ver las paredes adornadas con mis fotografías y pregunta, asombrada:

-¿Todas estas fotos las has hecho tú? Vaya, parecen muy profesionales.

Le respondo con una sonrisa:

-Sí, Julia, todas estas fotos son el resultado de mi trabajo. Me alegro que las encuentres profesionales. He dedicado mucho tiempo y esfuerzo para capturar cada imagen de la mejor manera posible.

Julia examina detenidamente cada foto, observando los detalles y la calidad de las imágenes. Me complace ver que aprecia la profesionalidad en mi trabajo, ya que la fotografía de vida salvaje es una de mis mayores pasiones.

La diversidad de animales capturados en mis imágenes la deja sin palabras. Bisontes y antílopes americanos, tortugas, la imponente águila calva, y especialmente llama su atención una serie de fotos dedicadas al cóndor de California, una especie en peligro de extinción.

Le cuento a Julia sobre el desafío que supuso capturar esas imágenes del cóndor. Debido a su naturaleza reservada y su escasa presencia, lograr fotografiarlo en pleno vuelo y en tierra fue todo un logro. Le explico cómo tuve que investigar sus hábitos y ubicaciones, y esperar pacientemente durante horas para poder capturar el momento perfecto. La rareza de su cabeza y su majestuoso vuelo hacen de estas fotos algo especial para mí.

Julia examina detenidamente cada una de las fotografías, apreciando los detalles y la belleza de estas criaturas en su entorno natural. Admiro su interés y su conexión con las imágenes, sintiendo una satisfacción profunda al ver cómo mi trabajo logra transmitir emociones y despertar admiración en ella.

Julia se muestra interesada en ver más fotografías y acepta mi invitación de verlas en el ordenador. Antes de comenzar, le pregunto si desea beber algo, a lo que ella responde que prefiere agua fresca.

Rápidamente, me dirijo a la cocina y regreso con una botellita de agua y un vaso para Julia. Yo también me tomo otra botella de agua, pero sin vaso. Le entrego la botella sin abrir y le digo:

-Toma, Julia, te la he traído sin abrir, sé que la prefieres así.

Julia agradece el gesto mientras se acomoda en el sofá. Me siento a su lado y enciendo el portátil, colocándolo sobre la mesita. Abro una carpeta en la que guardo mis últimas fotos y le indico a Julia que puede ir pasando las imágenes a su propio ritmo. Mientras lo hace, le explico qué tipo de animal aparece en cada foto y dónde fue tomada.

Llega un momento en el que el silencio se apodera de la habitación. Dejo de mirar las fotos y, en cambio, mis ojos se posan en Julia mientras ella sigue absorta en las imágenes, mostrando un genuino interés y admiración en cada una de ellas. Su entusiasmo es palpable, y siento una conexión especial entre nosotros.

En ese instante, me doy cuenta de que mi admiración hacia Julia no es superficial ni fingida. Realmente me gusta, y no quiero separarme de ella. No sé si es amor, pero siento una fuerte atracción y deseo estar cerca de ella.

Julia, percibiendo mi mirada, gira la cabeza para encontrarse con mis ojos. Nos quedamos mirándonos intensamente, ninguno de los dos aparta la mirada. Es una situación familiar, similar a la que vivimos frente a la puerta de la habitación del hotel. Pero esta vez, no voy a vacilar ni titubear.

Nuestras caras están muy cerca, y siento una corriente eléctrica recorriendo mi cuerpo. El aire se carga de tensión y expectativa. En este momento crucial, decido tomar la iniciativa y actuar con determinación.

-… Julia…, yo…, me gustaría besarte…, déjame besarte…, no me correspondas si no quieres…, pero déjame besarte…,

Aparto suavemente el cabello de su rostro y me acerco lentamente a sus labios. Noto que ella no se aparta ni me rechaza. Nuestros labios se encuentran en un suave y delicado beso. Continúo besándola con ternura, mientras ella corresponde con pequeños besos. Poco a poco, Julia cede y sus labios se entreabren. Ahora nos besamos mutuamente, nuestros besos se vuelven más intensos, mostrando una pasión y deseo genuinos. La abrazo por los hombros mientras seguimos besándonos.

Sin embargo, en medio de nuestra pasión, Julia se aparta de repente y se libera de mi abrazo. Su expresión se vuelve seria y distante, como si algo la estuviera perturbando. Me doy cuenta de que tal vez me he dejado llevar demasiado rápido y no estoy interpretando correctamente sus señales. Me siento incómodo por haberla presionado y respeto su decisión de apartarse.

-Lo siento, Julia -susurro, con tono apenado-. No debería haberme dejado llevar de esa manera. Si te he hecho sentir incómoda, te pido disculpas.

Ella me mira con una mezcla de emociones en sus ojos, pero no dice nada. Nuestro momento íntimo ha quedado interrumpido y ahora hay una tensión palpable en el aire. Me siento avergonzado y confundido, sin saber cómo proceder.

-No…, no…, esto es un error.

Se levanta del sofá y coge su bolso para irse.

-Julia, lamento mucho si mi comportamiento ha sido inapropiado o incómodo para ti. No fue mi intención presionarte ni hacerte sentir mal. Si prefieres irte, lo entenderé y respetaré tu decisión. Pero antes de que te vayas, hay algo que necesito decirte…,

Se va hacia la puerta y yo tras ella. La alcanzo justo cuando la abre.

-Espera Julia…, yo…,

-No Liam, no lo digas…, -y pone su dedo índice sobre mis labios indicándome que permanezca callado.

Con tristeza en sus ojos, Julia abre la puerta y se marcha, cerrándola detrás de ella. En ese momento, susurro las palabras que tenía pendientes.

"-…,te quiero."

Me siento desolado mientras contemplo la puerta, anhelando que Julia regrese. Sin embargo, el tiempo pasa sin recibir ninguna señal de ella. ¿Debería ir tras ella?, no creo que sea la mejor opción en este momento, pero puedo mandarle un mensaje. Decido tomar mi teléfono móvil y buscar el número de Julia.

Pero seré idiota, si no se lo he pedido. No tengo su número. Ahora me encuentro en la situación de no tener forma de contactarla. Considero la posibilidad de llamar a la empresa, pero dudo que me proporcionen su número y, además, es probable que a estas horas no haya nadie disponible para atender mi solicitud.

Decido esperar hasta el lunes, cuando Julia regrese a la empresa para entregar los informes. Será una oportunidad adecuada para hablar con ella en persona y abordar la situación de manera más tranquila y apropiada. Pero ahora tengo que llamar a Isabella, necesito contarle todo.

-Hola Liam, qué sorpresa recibir tu llamada a estas horas. ¿Cómo ha ido en Boston? ¿Ya has regresado? Cuéntame cómo ha sido el viaje. Y sobre Julia, ¿te has comportado correctamente? Espero que no la hayas asustado, ¿verdad?

-Hola Isabella, el viaje fue bien en general, pero con Julia, bueno, creo que cometí un error y la asusté.

-¿Qué quieres decir con que cometiste un error? ¿Qué hiciste exactamente?

-Ha ido todo bien, de verdad Isabella. Durante este viaje, siento que hemos conectado de una manera especial. Julia parecía menos tensa y más segura de sí misma en comparación a los días anteriores, y ha habido avances significativos. Sin embargo, debo admitir que tenías razón.

-Entiendo, Liam. Me alegra escuchar que el viaje fue en su mayoría positivo y que notaste un cambio en Julia. ¿A qué te refieres con que tenía razón?

-Estoy enamorado de Julia, Isabella. La verdad es que desde que la conocí en la empresa, algo en ella me llamó la atención. Durante este viaje, hemos pasado mucho tiempo juntos y he podido conocerla mejor. Ha habido momentos en los que sentí una conexión especial entre nosotros, y hoy, cuando estábamos en mi apartamento, la besé. Pero después de ese momento, Julia se alejó de repente y decidió irse sin darme la oportunidad de explicarme o hablar más al respecto.

Creo que metí la pata al expresar mis sentimientos. Quizás fue demasiado repentino para ella y la abrumé. Estoy confundido y no sé cómo abordar la situación. Quiero disculparme con Julia y tener la oportunidad de hablar con ella para entender sus sentimientos y aclarar las cosas.

-Recuerda que te advertí sobre Julia, Liam. Te dije que había tocado tu corazón y que debías cuidarla si no querías perderla.

-Sí, así fue. Pero ahora no es momento de reproches. Más bien, necesito que me des algunos consejos sobre qué debo hacer ahora.

-Liam, por ahora no hagas nada, no intentes intervenir, ya que cualquier intento de contactar a Julia podría empeorar la situación. Es crucial que le des el espacio y el tiempo necesarios para reflexionar sobre lo que ha sucedido y para organizar sus pensamientos y sentimientos. Es posible que Julia comparta tus sentimientos, o tal vez no, pero es algo que solo ella podrá descubrir por sí misma. Forzar la situación o presionarla en este momento solo podría complicar las cosas.

Cuando Julia haya tenido el tiempo suficiente para aclarar sus emociones y esté lista para hablar, ella misma te buscará. No debes apresurar ni interferir en su proceso. Mantén la calma y permítele el espacio que necesita para llegar a sus propias conclusiones. Si realmente existe una conexión profunda entre ustedes, esta se manifestará en su debido tiempo. Mientras tanto, es importante que te enfoques en tus propias emociones, permaneciendo abierto a cualquier desenlace que pueda surgir. Recuerda que cada persona tiene su propio ritmo y proceso para comprender sus sentimientos.

Además, ten presente que Julia está recibiendo apoyo de un psicólogo profesional, quien le está brindando la orientación necesaria para manejar la situación. Confía en que, con la ayuda de su terapeuta, ella tomará las decisiones más adecuadas para su bienestar. Tu papel en este momento es esperar con paciencia, sabiendo que lo mejor para ambos se desarrollará a su tiempo.

-¿Y si no aparece más? ¿Si la he asustado y prefiere mantenerse alejada?

-Tiempo, Liam, dale tiempo, y si no vuelve a aparecer en tu vida, simplemente significa que no estaba destinada para ti.

-Gracias Isabella. Ella aparecerá, estoy seguro de que siente lo mismo por mí, lo he visto en sus ojos. Cuando llegue ese momento, estaré aquí esperándola.

. . . . . . . . . . . .

Mansión residencia de Julia. Long Island. 23:00 horas.

Julia.


-Tranquilízate Julia y cuéntame que ha pasado.

-Lo que nunca debería haber pasado Lola, nunca tenía que haber subido a su apartamento.

-¿Has subido al apartamento de Liam?

-Sí, ha sido un error.

-¿Estabais solos?

-Si, solos los dos…, y…, tenías razón Lola.

-¿Tenía razón en qué?

-Ya lo sabes Lola…, estoy enamorada de Liam.

-Será mejor que dejes de dar vueltas por la habitación, Julia. Ni te veo ni te oigo bien. Siéntate y cuéntame todo desde el principio.

-Sí, te lo tengo que contar desde el principio. Ayer pasó algo que no te conté, Lola.

-Cuéntamelo ahora, si lo ocultaste ayer sería por algo.

-Te conté que estuvimos bailando, pero no te di detalles sobre lo que sucedió durante el baile. Al principio, sentía cierto temor de hacer el ridículo, pero Liam me animó y, al concentrarme en la música, me dejé llevar y me aislé del entorno. Bailamos muy pegados, con mi cabeza apoyada en su hombro, disfrutando del baile y su compañía. Fue un momento mágico y me sentía muy bien estando con él.

Sin embargo, durante el baile, noté que Liam estaba excitado. Podía sentir su erección mientras bailábamos. En ese momento, tuve la opción de alejarme, pero confieso que también me excitaba la sensación de su pene contra mi vientre. Nunca antes me había pasado algo así, sentirme excitada por alguien. Deseé que la música no acabara nunca para poder disfrutar de ese momento eternamente.

Finalmente, la música llegó a su fin y dejamos de bailar. No sé si Liam notó mi excitación, ya que hice todo lo posible por disimularla. Sin embargo, era evidente que él estaba excitado, tenía un notable bulto y no sabía cómo colocarse la chaqueta para disimularlo.

Después de dejar el bar, nos dirigimos al hotel mientras conversábamos sobre otros temas. Al llegar a la puerta de mi habitación, nos quedamos mirándonos por un momento. Ambos teníamos expectativas, y supongo que él esperaba que lo invitara a entrar. Con la excitación que aún nos embargaba, puedes imaginar cómo habría terminado la noche. Noté en su mirada el deseo que había sentido en el bar cuando soltó mi cabello. Por mi parte, esperaba un beso o que dijera algo.

Sin embargo, al ver su indecisión, decidí poner fin a la velada allí mismo y nos despedimos sin más. No hubo beso. Y sinceramente, creo que fue lo mejor en ese momento.

-Julia, ¿cómo es que no me lo dijiste?

-No quería enfrentarme a la realidad. Me había enamorado de él y si te lo hubiera confesado, habría tenido que reconocerlo. Creí que era solo la excitación del momento, y que al otro día se me olvidaría. Pero lo que sucedió luego, Lola, te va a sorprender.

-¿Después de despediros? ¿Qué fue lo que pasó?

-No, después de hablar contigo. Cuando me desnudaba para ponerme el pijama, mi braga estaba empapada, como si me hubiera orinado, pero cuando me toqué mi vagina, estaba muy caliente y muy mojada. Estaba excitada, Lola, muy excitada. Tanto que me tuve que masturbar, y lo hice pensando en Liam.

-La excitación que experimentaste durante el baile ya estaba presente, y es bastante común masturbarse pensando en alguien, como en este caso, Liam. No es algo tan inusual.

-Pero lo peor es que traje un juguete sexual. Es un consolador de silicona de un tamaño considerable. Al principio, no tenía la intención de usarlo, ni siquiera sé por qué lo metí en mi maleta, pero anoche estaba tan excitada que lo busqué y lo fijé en el suelo con la ventosa que tiene incorporada. Anteriormente, lo había utilizado para satisfacerme, pero nunca lo había utilizado de manera tan profunda. Anoche me penetré con ese consolador de 20 centímetros, como si fuera una puta. Lo disfruté intensamente, Lola, como si fuera una puta, pero yo no soy una puta Lola, no lo soy.

-Claro, Julia. En momentos de gran excitación sexual, muchas mujeres, incluyéndome a mí, pueden experimentar una liberación de inhibiciones y adentrarse en dinámicas más intensas y provocativas. La sensación de sentirse "una puta" puede resultar excitante y satisfactoria, siempre y cuando sea consensuada y se respeten los límites establecidos.

El hecho de disfrutar libremente de nuestra sexualidad y explorar diferentes facetas eróticas no implica que seamos unas putas. Somos mujeres que eligen experimentar y disfrutar del juego sexual de forma libre e independiente. La diversidad de deseos y fantasías es parte natural de la sexualidad humana, y cada persona tiene el derecho de explorar y vivir su sexualidad de acuerdo con sus propias preferencias y límites. Mientras se mantenga el respeto mutuo y el consentimiento en todas las interacciones, no hay nada de malo en disfrutar de diferentes roles y dinámicas en el ámbito sexual.

-Antes de follarme a ese pene, hice algo que me genera vergüenza contártelo, pero siento la necesidad de compartirlo. Una vez asegurado en el suelo con su ventosa, me encontraba en un estado de excitación tan intenso que adopté una posición a cuatro patas, como una perra en celo, y me lo introduje en la boca. Debido a que ya lo había utilizado anteriormente en la cama, estaba impregnado con mis propios fluidos. Saboreé mis propios fluidos directamente del pene, lo cual incrementó aún más mi excitación. Ahora me siento avergonzada por todo lo que ocurrió ayer.

-No tienes por qué sentir vergüenza, Julia. Lo que hiciste no es nada fuera de lo común. Muchas mujeres disfrutan de experiencias similares y exploran su sexualidad de diversas maneras.

-No, Lola, las mujeres normales no hacemos eso.

-Uf, Julia, tenemos que tener una conversación seria sobre esto, ¿no crees? ¿Consideras que lo que hiciste anoche es ser una puta?

-Sí, y no estoy orgullosa de mi comportamiento. No debería haberlo hecho. No me considero una puta.

-No lo eres, Julia, y tampoco has hecho nada de lo que debas avergonzarte. Es importante que te liberes de ciertos prejuicios y estigmas asociados a la sexualidad. Sin embargo, volveremos a ese tema más adelante. Ahora me gustaría saber qué ha sucedido hoy en el apartamento de Liam.

-Al llegar al portal del edificio donde vive, Liam me invitó a subir a su apartamento para mostrarme una colección de fotos que ha tomado. Le apasiona la fotografía de animales en su hábitat natural y quería compartirlas conmigo. Decidí aceptar su invitación no solo porque tenía curiosidad por ver las fotos, sino también porque recordé tu consejo de aprovechar la oportunidad de pasar tiempo a solas con él.

-Muy bien, y ¿Qué sucedió después?

-Nos acomodamos en el sofá de su sala y comenzamos a revisar las fotos en su portátil, mientras él me explicaba los detalles de cada una. En un momento, quedó en silencio y solo nos mirábamos. Yo también lo observaba y pude notar en su mirada el deseo que había sentido el día anterior. Sabía lo que estaba por suceder, sabía que deseaba besarme y esta vez no iba a dudar. Nos besamos, al principio suavemente y luego con mayor pasión. Mi respuesta fue algo tardía, pero finalmente también correspondí al beso. Nos entregamos a besos apasionados, con un deseo mutuo, como dos personas enamoradas.

-¿Es eso lo que erais? ¿dos enamorados?

-Ahí me di cuenta de que estaba realmente enamorada de Liam, algo que había estado negando hasta ese momento. Sin embargo, no tengo certeza de si él siente lo mismo por mí, Lola. Lo que percibí en su mirada era puro deseo. Creo que su intención era simplemente follarme. Me sentí confundida y preocupada, Lola. No quería que nuestra relación se redujera solo a un encuentro físico, y por eso decidí alejarme.

-¿Y si esos ojos reflejaban su enamoramiento, Julia? A veces las miradas pueden ser engañosas. Durante el viaje, ¿ha tenido alguna actitud inapropiada contigo? ¿Ha intentado cruzar límites de manera irrespetuosa?

-¡No, al contrario! Ha sido sumamente respetuoso y amable. Durante todo el viaje me ha tratado con educación y en ningún momento ha tenido un comportamiento inapropiado hacia mí. Además, antes de besarme, tuvo la cortesía de pedirme permiso.

-¿Y le diste permiso?

-No lo hice verbalmente, pero no me aparté ni rechacé su beso. No se puede decir que me haya forzado a besarlo. Fue algo que ambos deseábamos.

-Parece ser un hombre encantador. ¿Por qué entonces piensas que solo quería tener relaciones sexuales contigo?

-Porque todos los hombres son iguales, solo piensan en meter su miembro en cualquier agujero que encuentren.

-Pero, ¿a ti te atrae sexualmente Liam?

-Sí, y hoy también me he excitado durante el beso. Claro que me atrae.

-Si se sienten mutuamente atraídos, ¿cuál es el problema en tener una satisfacción sexual juntos?

-Practicar sexo sin ser pareja no es apropiado, Lola. Ya te dije que no soy una puta.

-Parece que anoche estabas muy enamorada de tu pene de silicona, ya que decidiste tener relaciones con él sin ser pareja.

-No me lo recuerdes, Lola, aún estoy muy avergonzada de lo que hice anoche y no se volverá a repetir.

- Tienes unos enfoques muy tradicionales y conservadores, Julia. Tenemos que trabajar sobre eso. Pero ahora te aconsejo que reflexiones sobre tus sentimientos y que tengas una conversación con Liam para conocer sus verdaderas intenciones contigo. Según lo que me has contado, creo que Liam también está enamorado de ti. Y Julia, si tienes la oportunidad de tener una experiencia íntima con él, aprovecha el momento. Hay una gran diferencia entre un juguete de silicona y la conexión real con otra persona.

Sin embargo, recuerda que la decisión final es tuya y debes hacer lo que te haga sentir cómoda y respetada. No te sientas presionada por estereotipos o expectativas sociales. Lo importante es que explores tus sentimientos y tengas una comunicación clara con Liam para entender sus intenciones. No te cierres a la posibilidad de vivir una experiencia íntima si ambos están de acuerdo y se sienten atraídos mutuamente. Recuerda que el amor y el deseo pueden coexistir de diferentes maneras. Mantén la mente abierta y escucha a tu corazón.


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La historia de Julia continúa en:

Capítulo 7: Novia a la fuga.


Liam siente un profundo amor por Julia, pero su relación se ve afectada por malentendidos y emociones contradictorias. Julia decide buscar a Liam para aclarar sus sentimientos, pero una situación inesperada la hace sentir traicionada.


 

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Mucho me temo que cuando se van a aclarar las cosas la va a ver con Isabella y va a confundir las cosas.
Lo importante es que ya se han dado cuenta de que están enamorados y, aunque haya malentendidos al final se arreglará.
 
Al fin ambos reconocen que se han enamorado del otro.
Ahora solo falta que Julua hable con Liam para que ambosvse digan que están enamorados el uno del otro, pero como siempre algo pasa que generará algún mal entendido y hará que se dilate por más tiempo el que estén juntos.
 
Me sorprende que nadie haya notado un pequeño detalle: hasta ahora no he publicado ninguna imagen de Liam. Curiosamente, lo único que sabemos de él es que tiene unos impresionantes ojos azules. ¿Será que nadie ha echado en falta su presencia visual?

Del mismo modo, tampoco he compartido ninguna imagen de Isabella. ¿Alguno de vosotros lo ha advertido? Decidí hacerlo a propósito, para ver si alguien captaba la conexión. Porque, aunque no lo parezca, ella y Liam tienen algo en común. ¿Os atrevéis a adivinar qué podría ser?

Ah, y por cierto, hay algo peculiar en una de las imágenes que ya publiqué... uno de los personajes tiene seis dedos en una mano. ¿Ya lo habéis notado? ¡A ver quién lo descubre primero!
 
Me sorprende que nadie haya notado un pequeño detalle: hasta ahora no he publicado ninguna imagen de Liam. Curiosamente, lo único que sabemos de él es que tiene unos impresionantes ojos azules. ¿Será que nadie ha echado en falta su presencia visual?

Del mismo modo, tampoco he compartido ninguna imagen de Isabella. ¿Alguno de vosotros lo ha advertido? Decidí hacerlo a propósito, para ver si alguien captaba la conexión. Porque, aunque no lo parezca, ella y Liam tienen algo en común. ¿Os atrevéis a adivinar qué podría ser?

Ah, y por cierto, hay algo peculiar en una de las imágenes que ya publiqué... uno de los personajes tiene seis dedos en una mano. ¿Ya lo habéis notado? ¡A ver quién lo descubre primero!
Me dejas con una intriga tremenda. No se que pueden tener los dos en común.
Según lo que se sabe por el relato, Isabella y Liam se conocieron en el pasado y tuvieron una relación y hasta hace poco eran follamigos. A partir de ahí no se que pueden tener en común, porque evidentemente hermanos no son y familiares tampoco.
En cuanto a que no hay fotos de Liam, a mí me ha parecido ver una de un hombre que yo daba pie seguro que era el, pero si me dices que no, no se quien será entonces.
 
Por cierto, centrándome en la historia, me parece que el próximo capítulo va a ser un poco triste porque lo que iba muy bien parece que se va a poder estropear por unos mal entendidos por parte de ella que espero que Lola le ayude y le haga ver qué no debe precipitarse y que debe tener claro que los dos sienten lo mismo y deben darse una oportunidad.
 
😂

Pues nos despistaste a todos, como no pensar que es Liam si en la imagen le está haciendo lo que dice la historia? 😂

En realidad, esa imagen está inspirada en la canción "Extraños en la noche" y pueden ser los protas del relato o no. Ella si que es Julia, pero él no aunque tiene cierto parecido.

Digamos que entre las opciones que me dio la IA, ese era el que menos parecía a Liam.

Tampoco es importante para la historia. Solo es una curiosidad.
 
En realidad, esa imagen está inspirada en la canción "Extraños en la noche" y pueden ser los protas del relato o no. Ella si que es Julia, pero él no aunque tiene cierto parecido.

Digamos que entre las opciones que me dio la IA, ese era el que menos parecía a Liam.

Tampoco es importante para la historia. Solo es una curiosidad.
Usas una IA que te guarda el aspecto de personaje no? O le das una imagen referencial?
 
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