El Talismán

Y se puede saber el nombre de la IA? 😁

Uno tiene sus preferidas pero nunca está de más saber
Yo utilizo copilot y chatgpt. A mí me gusta más Chatgpt, porque interpreta mejor mis peticiones, pero en la versión gratuita, solo te deja hacer una o dos imágenes al día , así que a veces tengo que usar copilot. Aunque utilizan la misma tecnología Dalle, hay diferencias.
 
Yo utilizo copilot y chatgpt. A mí me gusta más Chatgpt, porque interpreta mejor mis peticiones, pero en la versión gratuita, solo te deja hacer una o dos imágenes al día , así que a veces tengo que usar copilot. Aunque utilizan la misma tecnología Dalle, hay diferencias.
Apóyate en Meta AI del whatsapp, a mi me ha sorprendido bastante con los resultados.
 
Ah, pues lo probaré, gracias por la recomendación.

Me acabo de enterar que aún no está disponible en Europa.
Mira tú, normalmente creo que nos llega todo al último 😁

Ojalá no demore, porque si es interesante. Yo con sólo ponerle "Has una imagen de Un tigre comiendo tallarines" me puso esto:

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Mira tú, normalmente creo que nos llega todo al último 😁

Ojalá no demore, porque si es interesante. Yo con sólo ponerle "Has una imagen de Un tigre comiendo tallarines" me puso esto:

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Creo que debe ser por la legislación europea, en el tema de compartir datos con otra aplicaciones, de hecho deben estar preparando una versión más restrictiva para que Europa lo apruebe.
 
EL TALISMÁN. PRIMERA PARTE. LA MUCHACHA DE LOS OJOS TRISTES.

Capítulo 7: Novia a la fuga (Runaway Bride).

Apartamento de Liam en Harlem

Marzo 2010.

Liam.


Después de la partida de Julia y una intensa conversación con Isabella que me deja profundamente perturbado, paso la noche dando vueltas en la cama, incapaz de conciliar el sueño. Esta mañana es igual de desalentadora; me levanto con una sensación de vacío que me impide siquiera pensar en desayunar. A medida que avanza el día, la sensación de soledad se hace insoportable. Hacia el mediodía, impulsado por una necesidad apremiante de compañía, tomo el teléfono y llamo a Sophie. Siento una urgencia casi desesperada de estar con alguien que pudiera brindarme consuelo en ese momento.

Sophie atiende mi llamada con una calidez y comprensión que me reconfortan de inmediato. En este momento de profunda vulnerabilidad, necesito estar junto a alguien que realmente me entienda y me acompañe sin juzgarme. Sophie, con su empatía y cariño, se convierte en un faro de luz que ilumina la oscuridad emocional que me envuelve. Su presencia y disposición a escucharme me brindan un alivio que parecía inalcanzable, devolviéndome una chispa de esperanza en medio del desasosiego que me consume.

-Hola Sophie, por favor entra. Agradezco que hayas venido.- le digo mientras nos fundimos en un cálido abrazo.

Sophie posee una copia de las llaves de mi apartamento, sin embargo, nunca las empleaba. Siempre prefería llamar antes de visitarme, por si acaso estaba acompañado, evitando así interrumpir.

-Liam, tu llamada me ha dejado muy inquieta y preocupada.

-Lamento haberte molestado, pero realmente necesitaba hablar con alguien y tú eres mi mejor amiga.

Sophie ha traído consigo una selección de alimentos que comienza a colocar en la cocina mientras continuamos hablando.

-No es ninguna molestia en absoluto. Me habría disgustado si no lo hubieras hecho. No solo soy tu follamiga, también estoy para ti cuando me necesitas, como ahora. Cuéntame qué te sucede. ¿Ha ocurrido algo durante el viaje?

-Sí, sí ha pasado algo, que me he enamorado de Julia.

Cuando las palabras salen de mi boca, el rostro de Sophie se transforma de inmediato, como si hubiera recibido un golpe inesperado. Puedo ver cómo su expresión, antes relajada y confiada, pasa en un segundo a una mezcla de sorpresa, incredulidad y desconcierto. Sus ojos, siempre brillantes y seguros, ahora se abren un poco más, como si intentaran procesar lo que acaban de escuchar. Sus cejas se arquean ligeramente, y su boca se entreabre, pero no emite ningún sonido, atrapada entre querer responder y no saber cómo. Es evidente que no esperaba algo así.

-¡Vaya! Esto definitivamente parece mucho más serio de lo que había anticipado. Necesito que me cuentes todo con lujo de detalles. No dejes nada fuera, por favor, quiero entender exactamente lo que ha sucedido. Es importante para mí comprender cada aspecto de la situación.

Su tono cambia, pasando de la sorpresa inicial a una inquietud palpable. Mientras me mira, su expresión ya no es simplemente de curiosidad, sino de una preocupación real. Se inclina ligeramente hacia adelante, en un gesto que denota interés genuino y una necesidad urgente de clarificación. Sus ojos no se apartan de los míos, esperando mi relato, y aunque su voz suena calmada, puedo percibir la tensión en el aire.

-Sophie, ni siquiera yo estoy seguro de cómo ha sucedido. Creo que me enamoré de ella desde el primer momento en que la vi, ese lunes cuando me la presentaste, ¿Recuerdas? Sus ojos tan tristes llegaron directo a mi corazón, pero no fue hasta ayer que decidí reconocerlo y admitirlo.

Con un suspiro, comparto con Sophie cómo finalmente he llegado al punto de reconocer y admitir mi enamoramiento hacia Julia. Ha sido un proceso interno en el que me he enfrentado a mis propias emociones y luchado contra las dudas y los miedos que han surgido.

-¿Y ella? ¿También se ha enamorado de ti?

-Yo creo que sí, lo vi en sus ojos. Ayer, cuando regresamos de Boston, la invité a subir a mi apartamento para mostrarle algunas fotos. La verdad es que no quería que nos separáramos aún. Llegó un momento en el que quedamos en silencio, nos miramos intensamente… y… entonces la besé.

-¿Entonces simplemente la besaste sin previo aviso? ¿Y ella aceptó ese beso? ¿Te devolvió el gesto? Pero espera, no me contestes todavía. Quiero que me cuentes en detalle todo lo que ha sucedido durante el viaje antes de llegar a ese momento del beso.

-Sí, será mejor que te lo cuente todo desde el principio.

Paso la siguiente hora contándole todos los detalles de lo que ha sucedido entre Julia y yo, desde el inicio hasta el viernes por la tarde en mi apartamento. Le explico cómo hemos compartido momentos especiales, nuestras conversaciones y las emociones que habían surgido entre nosotros.

-Y le soltaste el pelo en aquel bar.

--Sí, Sophie, algo sorprendente ocurrió. Parecía como si hubiera surgido otra versión de Julia. Cuando sonríe y lleva el cabello suelto, sin sus gafas, desprende una sensualidad irresistible. Durante nuestro baile, sus sutiles movimientos de cadera irradiaban una sensualidad que resultaba muy sexi. Tanto, que me provocó una erección mientras bailábamos.

-¿Te excitaste bailando con Julia?

-Y eso no fue todo.

Le cuento a Sophie, con todo detalle, todo lo que pasó después, el no-beso en la puerta de su habitación y como me masturbé pensando en Julia.

-¡Ah! Y deberías haber presenciado cómo se enfrentó al director de la empresa. En ese momento, Julia mostró una determinación y carácter que contrastaban por completo con la chica tímida e insegura que conocimos el lunes en nuestra empresa. Te sorprendería saber que incluso sacó al director de su despacho para tomarla ella misma mientras llevábamos a cabo nuestra evaluación. Incluso le daba órdenes a la secretaria.

-Me dejas totalmente sorprendida. Parece que hay dos facetas de Julia: una que se manifiesta en su entorno profesional y otra en su vida personal.

-Eso es exactamente lo que me confesó ella misma. Julia me explicó que, en el ámbito financiero, donde los hombres predominan, ha aprendido a navegar con habilidad entre esos "tiburones". Sin embargo, en lo que ella denomina su "vida real", se siente como una auténtica extranjera. A pesar de su competencia y confianza en el mundo de los negocios, su vida fuera del trabajo le resulta un terreno en el que no encaja completamente, lo que crea una profunda sensación de desconexión y malestar.

Respecto al beso, le comuniqué mi deseo de besarla antes de hacerlo y ella no expresó ninguna objeción. Comencé dándole pequeños besos en el cuello y los labios. Aunque ella no me correspondía de inmediato, tampoco me rechazaba. Cuando la besé en los labios por segunda vez, ella los abrió ligeramente y comenzó a besarme también. Al principio, fue tímida, pero luego nuestros besos se volvieron apasionados y llenos de deseo, como los de dos amantes. Sin embargo, todo se desvaneció repentinamente cuando ella se levantó y se marchó. Dijo que había sido un error y que no podía continuar. No entiendo nada, Sophie. No sé qué hice mal para que ella se fuera de esa manera.

-No te tortures, Liam. Julia es una persona muy especial y sabemos muy poco acerca de ella. No podemos saber qué está pasando por su mente en este momento. ¿Qué piensas hacer ahora?

-No puedo hacer nada. Isabella me ha aconsejado que tenga paciencia, que no presione a Julia. Es importante que ella aclare sus propios sentimientos y cuando esté lista, me buscará. Solo me queda esperar y estar disponible cuando ella decida enfrentar la situación.

-Estaremos juntos en esta espera, Liam. Siempre estaré a tu lado para apoyarte. Mientras tanto, podemos compartir una comida y continuar conversando. Como sabía que probablemente no habías preparado nada para comer, traje algo que podemos calentar en el microondas, además de una botella de vino.

Sophie se levanta para empezar a calentar la comida, mientras yo preparo la mesa con un mantel, los platos y las copas. Comenzamos a comer mientras continúo compartiéndole más detalles de lo sucedido. La atmósfera es cálida y reconfortante, y entre bocado y bocado, sigo narrando los eventos y expresando mis emociones. Sophie escucha atentamente, brindándome su apoyo y ofreciendo palabras de aliento cuando es necesario.

-Durante nuestro viaje, Julia compartió conmigo detalles sobre su vida. Me habló de su experiencia universitaria y de cómo fundó su propia empresa.

Le relato a Sophie todos los detalles que Julia me había compartido durante nuestro viaje.

-Me sorprendió la estructura organizativa de su empresa. A pesar de que Julia es la Directora General y la única accionista, las decisiones no las toma ella de manera individual, sino que cuenta con un equipo de 5 mujeres, incluyéndose a sí misma. Es un enfoque de dirección colegiada.

La cultura empresarial que Julia ha creado, está enfocada en la colaboración y la participación de todas las integrantes del equipo directivo. En M&J se valora y se promueve la diversidad de opiniones, lo que permite tomar decisiones más equilibradas y enriquecedoras para la empresa.

Durante la comida, no ingiero mucho alimento, ya que mi apetito es limitado en este momento. Sin embargo, sí he consumido una cantidad notable de vino, tal vez incluso en exceso.

-Pareces cansado, Liam. ¿Por qué no te acuestas un rato y descansas?

-No he podido dormir en absoluto esta noche, así que creo que tienes razón. Voy a seguir tu consejo. ¿Te importaría acostarte conmigo? No quiero estar solo en este momento.

-Claro Liam, te haré compañía.

Acostarme en la cama con Sophie implica follar, es imposible estar a su lado y que la polla no se empalme. Nos acostamos desnudos y follamos, pero no como otras veces. Mantengo una buena erección y hago gozar a Sophie, pero me doy cuenta que mi mente divaga por otros derroteros. No dejo de pensar en Julia, mientras me follo a Sophie de forma mecánica. Siento como si estuviera traicionando a Julia, pero en realidad, es una tontería, ya que ni siquiera somos pareja.

-Liam, hay algo que no está bien contigo. No has estado como otras veces.

-Lamento no estar concentrado en lo que estoy haciendo Sophie.

-No te preocupes, Liam, lo entiendo. No puedes dejar de pensar en Julia, ¿verdad?

Ante la comprensión de Sophie, me siento aliviado y asiento con la cabeza. Aprecio su capacidad para leer mis pensamientos y emociones, lo que me brinda un sentido de apoyo y confort. Sus palabras me invitan a abrirme aún más y compartir mis preocupaciones. Respiro profundamente antes de responder.

-Sí, Sophie, no puedo dejar de pensar en Julia. Está constantemente en mi mente y me resulta difícil concentrarme en otras cosas. Cada recuerdo, cada momento que pasamos juntos, se reproduce una y otra vez en mi cabeza. Me pregunto qué pude haber hecho mal. Es como si estuviera atrapado en un bucle de pensamientos y emociones. No sé cómo superarlo, cómo seguir adelante.

Sophie coloca una mano reconfortante sobre mi brazo y me mira con una mirada llena de compasión. Sus palabras son suaves y reconfortantes mientras busca ofrecerme consuelo y orientación en este momento difícil.

-Liam, entiendo lo difícil que puede ser dejar de pensar en alguien que ocupa un lugar importante en tu corazón. Es natural que esos pensamientos persistan y que te sientas atrapado en ellos. Sin embargo, recuerda que no tienes control sobre los sentimientos y acciones de Julia. Lo que puedes controlar es cómo manejas esta situación y cómo te cuidas a ti mismo. Anda duerme un poco y descansa la mente, te sentará bien.

El cansancio me vence y me quedo dormido. Cuando despierto, no sé cuánto tiempo ha pasado. Estoy un poco desorientado, sin estar seguro de cuánto tiempo he estado durmiendo. Me dirijo al salón, donde encuentro a Sophie absorta en una serie de Streamflix. Observo cómo ha recogido la mesa y lavado los platos, agradecido por su acto de bondad. Me siento reconfortado al verla allí, cuidando de nuestro entorno mientras descansaba.

-Liam, ¿Cómo te sientes después de tu descanso?

-Bien, bien, Sophie, me siento mejor. Mas descansado. ¿Qué haces aquí aún? ¿Por qué no te has ido a casa?

-Eres mi amigo, Liam, y me importas. Quiero estar aquí para ti y ofrecerte mi apoyo. Si en algún momento prefieres que me vaya, solo dímelo y lo entenderé. Pero por ahora, me gustaría quedarme y asegurarme de que estés bien. No quiero que estés solo. Mira, se me ha ocurrido una idea, para que te distraigas un poco. He pensado en pedir algo de comida a domicilio, cualquier cosa, lo que te apetezca, y luego nos vamos de copas hasta que nos echen de los bares.

Sonrío ante la propuesta de Sophie y aprecio su intención de ayudarme a distraerme.

-Sophie, aprecio mucho tu preocupación y tu propuesta suena genial. Estoy dispuesto a intentarlo. Pediremos comida a domicilio y luego saldremos a disfrutar de una noche divertida. Creo que me vendrá bien distraerme un poco y disfrutar de tu compañía.

-Adelante, haz el pedido que desees mientras me preparo en la ducha. Luego buscaré entre la ropa disponible aquí para elegir algo seductor. Mi objetivo es que te distraigas y que por un tiempo puedas apartar a Julia de tus pensamientos. Quiero brindarte momentos de diversión y que disfrutes de mi compañía, al menos durante unas horas.

No me complico mucho con la comida y decido pedir una pizza que a los dos nos gusta. Hago el pedido y me informan de que llegará en aproximadamente 15 minutos. Mientras tanto, aprovecho para elegir la ropa adecuada para una noche de desahogo y diversión. Quiero que sea una noche larga y sin preocupaciones, en la que mañana no tenga que recordar nada. Busco algo que me haga sentir seguro y atractivo, pero también cómodo para aguantar una borrachera. Elijo una combinación que me gusta y me siento satisfecho con mi elección.

De repente, el ruido de la ducha cesa, lo que significa que Sophie está a punto de salir. En ese momento, suena el timbre del telefonillo, indicando que la pizza ha llegado justo a tiempo. Sin dudarlo, abro la puerta sin hacer preguntas y me dirijo al dormitorio para buscar mi cartera y tener el dinero listo.

Cuando regreso al salón, escucho el timbre de la puerta. Con el dinero en la mano, abro la puerta esperando encontrarme con el repartidor de la pizza, pero para mi sorpresa, detrás de la puerta no hay ningún pizzero.

-¡Julia!

. . . . . . . . .

Julia.

Durante los fines de semana, Satsuki disfruta de su tiempo libre de manera relajada, mientras que yo me retiro a Long Island para concentrarme en mi trabajo en el despacho de mi residencia. Cuando necesito desplazarme a Nueva York, suelo utilizar mi Audi, que tengo exclusivamente para mis desplazamientos privados.

Hoy, he prometido a Lola que iría al cine, y he decidido ir a los cines Regal, sin motivo específico, a pesar de que los cines AMC están justo enfrente. Al llegar, selecciono una sala al azar y compro una entrada sin pensarlo demasiado. Me acomodo en mi butaca y espero a que comience la película, aunque no tengo ni idea del título ni del argumento.

La sala está bastante llena, pero la presencia de los demás espectadores no me incomoda en absoluto. Mi mente está absorta en otros pensamientos, por lo que no presto atención a las personas que me rodean. Aunque mis ojos están fijos en la pantalla, mi mente sigue divagando, incapaz de sumergirse en la trama de la película.

Mientras me sumerjo en mis pensamientos, una oleada de dudas y preguntas sigue invadiendo mi mente. Me pregunto si Lola tendrá razón al sugerir que me estoy perdiendo algo importante al aferrarme tan rígidamente a mis patrones establecidos. Tal vez sea el momento de replantearme mi enfoque hacia las relaciones y permitirme explorar nuevas experiencias que siempre he mantenido a raya. Sin embargo, también me inquieta cómo podría ser percibida por los demás si decido seguir mis deseos y entregarme a la pasión. Temo ser juzgada y que mi vulnerabilidad sea explotada en mi entorno profesional, donde mi imagen y reputación son cruciales.

El beso con Liam, tan especial y dulce, despertó en mí emociones que no había experimentado antes, pero también desató un conflicto interno entre mis instintos y la imagen que proyecta mi vida profesional. Aunque la idea de descubrir qué más podría haber entre nosotros me seduce, me esfuerzo por reafirmar mi rol como mujer de negocios, apartando esos pensamientos de mi mente.

A pesar de mis esfuerzos por justificar mi actitud y mantenerme en mi camino, no puedo evitar la inquietud persistente: ¿sería igual de dulce si nos entregáramos al sexo de forma completa? Esta pregunta ronda en mi mente, desafiando mi autocontrol y añadiendo otra capa de complejidad a mi dilema interno.

Que lío, no sé qué hacer. Piensa Julia, piensa. Estoy en el cine, pero mi mente está enredada en mis propios dilemas. La película pasa frente a mis ojos sin que realmente la vea, rodeada de personas que me resultan indiferentes. Sin embargo, Liam ocupa mis pensamientos y me siento abrumada. ¿Debería llamarlo y quedar para hablar con él? Necesito saber qué siente por mí, cuáles son sus intenciones. No puedo seguir viviendo en esta incertidumbre, no quiero pasar otra noche sin dormir. Decido salir de la sala y llamarlo, después podré regresar y retomar la película.

Pero seré tonta, no tengo su número de teléfono. Será mejor que salga a caminar un poco por la calle, necesito aire fresco. ¿Qué debo hacer ahora? Quiero hablar con él. ¿Y si me acerco a su apartamento? ¿Sería apropiado que una mujer como yo vaya sola a casa de un hombre soltero? ¿Pensará que estoy buscando sexo? ¿Qué impresión causaría si lo hago? Me da igual. Necesito verlo, necesito hablar con él. Tengo que resolver estas dudas.

No, no, espera un momento, no puedo dejarme llevar por la impulsividad. Antes de tomar cualquier decisión, debo reflexionar sobre las posibles consecuencias. Ir a su apartamento sin previo aviso podría resultar incómodo para ambos, especialmente si no estoy segura de sus sentimientos y de cómo me recibiría. Es importante que me tome un tiempo para pensar en lo que realmente quiero y en cómo abordar la situación de manera adecuada.

A la mierda, no necesito reflexionar. He llegado a un punto en el que siento que no puedo posponer más la resolución de esta situación. La incertidumbre me está afectando y necesito abordarla de una vez por todas. Estoy decidida y no daré marcha atrás en mi determinación. Hoy tengo la oportunidad de definir mi futuro sentimental.

Aparco cerca de su apartamento, ¡qué suerte encontrar un hueco libre! Me acerco al portal con un momento de indecisión, pero me obligo a pulsar el timbre de su piso. Al instante, la puerta se abre sin hacer preguntas. ¿Estaría esperando a alguien? Subo en el ascensor, sintiendo nerviosismo. Aún no estoy completamente convencida de si es una buena idea venir. Ojalá Lola estuviera aquí conmigo, ella seguramente sabría qué hacer en esta situación. Siento un nudo en el estómago mientras subo en el ascensor. ¿Qué le diré cuando lo tenga enfrente? ¿Seré capaz de expresar mis sentimientos y mis dudas de manera clara?

Finalmente, estoy frente a su puerta y antes de pulsar el timbre, me quito las gafas y suelto mi cabello. Acomodo un poco mi apariencia con las manos y, decidida, presiono el timbre. La puerta se abre rápidamente.

-¡Julia!

. . . . . . . . . . . .

Liam me observa con una expresión de sorpresa en sus ojos, claramente no esperaba mi visita. Por un instante, mis palabras se quedan atrapadas en mi garganta, incapaces de salir. Me esfuerzo por recuperar la compostura, controlando mi nerviosismo, y le ofrezco una sonrisa cálida, intentando transmitir una sensación de confianza y calma a pesar de la tensión que siento.

-Ho…, hola Liam. Es…, Espero no interrumpirte, ¿pue…, puedo entrar?

-Claro Julia, pasa por favor.

Trato de mantener la calma y una actitud segura mientras Liam me invita a pasar a su apartamento. Camino hacia adentro, sintiendo la mezcla de nerviosismo y determinación que me impulsa a tener esta importante conversación.

Liam cierra la puerta detrás de mí y nos encontramos en su acogedor apartamento. Nos quedamos los dos parados en el vestíbulo, un silencio tenso y cargado de emociones se instala entre nosotros. Puedo sentir el peso de nuestras palabras no dichas, la incertidumbre que nos rodea.

-Julia, tengo que pedirte perdón por lo que pasó ayer. Me dejaste muy preocupado por si te había lastimado. No quería que te sintieras presionada ni incómoda en ningún momento. Mi intención nunca fue lastimarte, sino expresar mis sentimientos…,

-No, Liam, no me hiciste daño, pero quiero hablar contigo sobre eso, algo importante que necesito aclarar…,

-Sí, sí, yo también quería hablar contigo. Verás, Julia, tengo que confesarte algo. Durante estos días en Boston, he tenido la oportunidad de conocerte mejor y me he dado cuenta de que estoy…,

-Hola Julia, no esperaba verte aquí. Me alegra mucho verte. ¿Cómo estás?

Sophie se une a nosotros, luciendo una bata de baño y con el cabello envuelto en una toalla. Su presencia añade un giro inesperado a la situación.

-¡Sophie! No…, no sabía…, que estabas aquí. Perdona, parece que…, os he interrumpido. No quiero molestar…, tal vez sea mejor que me vaya. Lo siento.

Julia, visiblemente afectada, se gira rápidamente, abre la puerta y sin decir una palabra, se aleja del apartamento de Liam. Su expresión refleja una mezcla de dolor y confusión.

. . . . . . . . . . . .

Liam.

Nos quedamos atónitos, con la mirada fija el uno en el otro, incapaces de procesar lo ocurrido. El repentino giro de los acontecimientos ha dejado un ambiente cargado de sorpresa y desconcierto. El silencio se hace presente entre nosotros, llenando la habitación con una tensión incómoda. Nos preguntamos qué ha pasado y cómo llegamos a esta situación inesperada. Sin palabras, nos comunicamos con las miradas, buscando alguna respuesta o una forma de abordar la situación.

-Sophie, estoy completamente desconcertado. No puedo entender lo que acaba de suceder. ¿Qué demonios ha pasado?

-Lo siento, Liam, me siento responsable de esta confusión. Es posible que Julia haya malinterpretado la situación. Al verme salir del baño de esa manera ha debido pensar que tú y yo…,

-¿Qué tú y yo…, que?

-Liam, deberías ir tras ella, aclarar las cosas y hablar con sinceridad. Es importante que resuelvas esta situación.

Asiento con la cabeza, sintiendo la urgencia de aclarar las cosas con Julia. Sin perder más tiempo, corro hacia la puerta y salgo en busca de Julia, determinado a resolver los malentendidos y ganar su confianza.

Corro hacia la puerta con una desesperación palpable, intentando alcanzar a Julia antes de que se vaya, pero el ascensor ya ha llegado a la planta baja. Sin perder tiempo, desciendo rápidamente por las escaleras, saltando de dos en dos los escalones. Llego a la calle, donde mi mirada se desplaza frenéticamente en ambas direcciones en busca de Julia. Finalmente, la veo subiendo a un Audi. Con el corazón acelerado, grito su nombre con toda la fuerza que me queda: "¡JULIA!"

Desafortunadamente, la puerta del coche se cierra en ese instante y Julia no puede oír mi llamada. Sin pensarlo, me lanzo a correr hacia el Audi, mi respiración entrecortada y mi desesperación en aumento. Pero el coche arranca y comienza a alejarse rápidamente. Sigo corriendo tras el vehículo, gritando “¡JULIA! ¡JULIA!” con toda la intensidad de mi voz, intentando con desesperación captar su atención.

A pesar de mis esfuerzos frenéticos, el Audi gana velocidad y se aleja cada vez más. Agotado y desolado, me quedo atrás, viendo cómo el coche se convierte en un punto lejano en la distancia. Mi grito final se desvanece en la noche, mientras me desplomo de rodillas en la calzada, sintiendo una impotencia abrumadora y un dolor punzante en el pecho.

El eco de mi grito se disipa lentamente en el aire, dejándome abrumado por una mezcla intensa de emociones. Ee rodillas en mitad de la calle, respiro de forma entrecortada y errática reflejando la profunda frustración y tristeza que siento. Las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos mientras la realidad se instala: he perdido a Julia de manera irremediable.

En ese instante, Sophie, todavía en su bata de baño, se acerca con pasos silenciosos. Sin necesidad de palabras, coloca una mano reconfortante en mi hombro y se agacha a mi lado. Su presencia es un consuelo en medio de la tormenta emocional que me azota. Me apoyo en ella, buscando alivio y apoyo en la calidez de su amistad, mientras ella comparte mi tristeza sin decir una sola palabra.

Ambos permanecemos en la calle, inmersos en la desolación y la decepción, pero hallando algo de consuelo en la compañía mutua. La escena no pasa desapercibida; varios transeúntes se detienen, curiosos por el drama que se desarrolla entre nosotros y el Audi. Algunos se acercan para entender mejor la situación, mientras que otros observan desde una distancia respetuosa, intrigados por lo que está ocurriendo. Un conductor impaciente toca el claxon, instándonos a despejar la vía y liberar el paso, añadiendo un toque de realismo a la escena de angustia que se despliega.

-Volvamos Liam, no podemos hacer nada ahora.

Abrumado por una sensación de vulnerabilidad y desorientación, finalmente acepto el consejo de Sophie y decido regresar al apartamento. Aunque me resulta difícil aceptar la situación y procesar su fracaso, reconozco que, en este momento, es lo más sensato.

Mientras caminamos juntos en silencio, la atmósfera está cargada de una tensión palpable. Mantengo la cabeza baja, con los hombros encorvados, reflejando la pesada carga emocional que llevo conmigo. Mi mente está envuelta en una maraña de sentimientos: frustración por no haber alcanzado a Julia y decepción por el desenlace inesperado. Cada paso parece ser un recordatorio de lo que he perdido, y el peso de mi desilusión es evidente en mi andar lento y resignado.

Sophie me acompaña, ofreciendo su presencia como un ancla en medio del torbellino emocional que soporto. Su silencio compartido es un consuelo en sí mismo, una forma de comunicarme sin palabras, permitiéndome a Liam procesar sus emociones mientras avanzan hacia el apartamento.

-Sophie, Julia ahora sí se ha ido de verdad. No creo que regrese.

-No te preocupes por eso en este momento. Si ella tiene que venir el lunes a entregar el informe, tendrás la oportunidad de verla y hablar con ella nuevamente. No deberías perder la esperanza tan fácilmente. Mantén la fe de que podrás resolver las cosas y encontrar una forma de seguir adelante juntos.

-Sophie, debes entender que ya no volverá, ni el lunes ni en ningún otro momento. Se ha marchado definitivamente.

-Mira, vamos a cambiar el plan. Tómate algo para dormir y mañana verás las cosas desde una perspectiva diferente. No te dejaré solo, pero lo mejor que puedes hacer ahora es dejar de pensar en Julia y descansar en la cama.

.

Sophie.

Liam sigue mi consejo. Cuando ya está en la cama y dormido, Tomo el teléfono de Liam y busco entre sus contactos. Encuentro el que estoy buscando y realizo la llamada.

-¿Isabella? Hola, soy Sophie, amiga de Liam.

. . . . . . . . . . . .

Mansión de Julia en Long Island.

Julia.


-Julia, veo que estás bastante alterada. ¿Qué querías hablarme? ¿Has considerado lo que te mencioné?

-Sí, Lola. Esta tarde he ido a casa de Liam, porque tenía un lío tremendo en la cabeza y necesitaba aclarar las cosas con él. Quería saber que sentía realmente por mí, si estaba enamorado de mí, o si solo quería que fuera otra de sus amigas, para follar de vez en cuando, pero cuando llegué a su casa, no estaba solo.

Sophie estaba allí con él, lo cual me tomó por sorpresa. En ese momento, sentí una mezcla de confusión y decepción. No sabía qué significaba su presencia, si eran solo amigos o si había algo más entre ellos. Fue un golpe duro para mí, ya que había ido con la intención de resolver nuestros sentimientos y descubrir si había un futuro para nosotros. Necesito tiempo para procesar todo lo que ha sucedido y para comprender el impacto que esto tiene en mis sentimientos y en lo que quiero para mi futuro.

-¿Te refieres a Sophie, su compañera de trabajo?

-Sí, exactamente. Parece ser que tienen una relación más allá de la amistad y el trabajo.

-Julia, es posible que sean simplemente amigos, no debes pensar en algo más.

-¿Solo amigos? Lola, no lo creo. Mientras hablaba con Liam en el vestíbulo, Sophie apareció recién duchada. ¿Es normal que una amiga se duche en el apartamento de un hombre soltero? ¿No te parece que eso podría ser una señal clara de que hay algo más entre ellos?

-Podría haber una explicación diferente para lo que presenciaste. Tal vez Sophie necesitaba refrescarse después de hacer ejercicio o por cualquier otro motivo. No podemos asumir lo peor sin pruebas claras. Es importante mantener la calma y buscar una conversación honesta con Liam para aclarar tus dudas. No saquemos conclusiones, que pueden ser incorrectas.

-¿Incorrectas? No. Liam es un mentiroso, como todos. Me dijo que no tenía novia, ni estaba casado, y resulta que está en una relación con Sophie. Probablemente lo mantienen en secreto para que su padre no se entere, pero son pareja. La bata que Sophie llevaba era de mujer, no era prestada por Liam, lo que indica que ya la tenía en el apartamento. Si tienen esa confianza como para tener ropa de ella allí, es evidente que son algo más que amigos.

-Julia, entiendo que te sientas confundida y dolida en este momento, pero debemos considerar todas las posibilidades antes de sacar conclusiones precipitadas. Es cierto que la situación parece sospechosa, pero también es posible que haya una explicación diferente. Tal vez Sophie sea solo una amiga cercana y haya una razón legítima para que estuviera en el apartamento en ese momento. Antes de sacar conclusiones definitivas, te sugiero que hables con Liam y le pidas una explicación sincera. Escucha atentamente lo que tiene que decir y luego decide cómo quieres proceder. Recuerda, es importante mantener la calma y abordar la situación de manera madura y reflexiva. ¿pudiste hablar con él?

-Después de ver a Sophie, me di cuenta de que no hacía falta tener esa conversación. El mensaje estaba claro y entendí la situación.

-Julia, entiendo que sientas que ya no es necesario hablar con Liam después de lo que viste. Sin embargo, sigo creyendo que sería importante tener una conversación abierta con él para obtener una visión completa de la situación. Podría haber explicaciones o detalles que aún no conoces y que podrían cambiar tu perspectiva. No te precipites en sacar conclusiones definitivas, especialmente si estás enamorada de él. Es mejor aclarar las cosas de manera directa y honesta para tomar decisiones informadas.

-No, Lola. Me equivoqué al enamorarme. No quiero permitir que me engañen nuevamente, ni que me traicionen o lastimen. Ya he pasado por eso antes, y no deseo repetirlo. Me prometí a mí misma que no volvería a abrir mi corazón de esa manera.

-¿Cómo es eso de que ya lo viviste una vez? ¿Hay algo que no me hayas contado? ¿Quieres que hablemos de eso?

-No estoy segura, Lola. Ha pasado mucho tiempo y todavía me duele recordarlo.

-Pero tal vez podría brindarnos algunas pistas para comprender lo que estás experimentando y así poder ofrecerte mejores consejos. No quiero que me ocultes nada, Julia, pero si hoy no te sientes lo suficientemente fuerte, podemos dejarlo para otro día.

Suspiro y me quedo en silencio por un momento, mirando fijamente a Lola. Luego, con voz temblorosa, finalmente hablo.

-Hace años, en el colegio donde estudiaba, llegó un chico nuevo llamado Ángel. Su atractivo físico llamó la atención de todas las chicas, pero lo que realmente destacaba de él era su personalidad. No era el típico chico guapo y engreído que solo se fijaba en las chicas populares, y yo definitivamente no era una de ellas. En aquel entonces, me veía como una chica con sobrepeso, poco agraciada, con gafas y aparato dental. Para evitar obsesionarme con mi apariencia, me refugié en el estudio, el cual era lo único que me daba alegrías en aquel momento.

Un día, Ángel se acercó a mí y me pidió ayuda con un trabajo que no lograba comprender. Al principio, me sorprendió su solicitud, ya que él también era muy estudioso y se desenvolvía bien académicamente. Sin embargo, propuso que nos reuniéramos en su casa o en la mía para explicarme mejor el tema de forma más tranquila y comprensible. Me quedé perpleja y llegué a preguntarme si todo aquello era una broma elaborada para burlarse de mí.

Ángel comenzó a visitarme en mi casa esa tarde, buscando mi ayuda para comprender los problemas que le resultaban difíciles. Cada día parecía tener un nuevo problema por resolver, y yo estaba encantada de poder pasar más tiempo con él. Nuestros encuentros se convirtieron en una rutina y Ángel dejó de buscar excusas para venir, simplemente se autoinvitaba.

En medio de nuestras sesiones de estudio, comenzaron a surgir momentos de cercanía y complicidad. Los primeros roces, los primeros besos, y pronto nuestros encuentros se volvieron más íntimos. En ese momento, me sentía completamente enamorada de él, y él me prometió amor eterno.

Sin embargo, pronto me di cuenta de que las promesas de amor eterno son más a menudo una ilusión que una realidad tangible. La euforia y la felicidad que una vez sentí se desvanecieron con sorprendente rapidez. La cruda realidad me golpeó con fuerza, y las circunstancias cambiaron de manera drástica. Lo que antes parecía un futuro lleno de posibilidades se transformó en una serie de desafíos y decepciones, revelando que las promesas de siempre y el "felices para siempre" son más frágiles y efímeros de lo que imaginaba.

Ángel y yo éramos conscientes de que estábamos listos para dar el siguiente paso en nuestra relación. Ambos sentíamos que era el momento adecuado, pero siendo jóvenes, teníamos miedo de enfrentar problemas con nuestras familias. Ángel había cumplido recientemente los 16 años, mientras que yo aún tenía algunos meses por delante.

En un acto de compromiso, le prometí a Ángel que el día de mi cumpleaños le entregaría mi virginidad. Él respetó mi decisión y nunca más me presionó al respecto. Fue una promesa que hicimos en base a nuestro amor y respeto mutuo.

A medida que se acercaba mi cumpleaños, Ángel y yo comenzamos a buscar un lugar adecuado para celebrar ese momento especial. Habíamos escuchado hablar de "La Peña", que era frecuentado por chicos mayores. Era un espacio donde solían reunirse, para conversar y también se organizaban bailes con una iluminación tenue y sin la presencia de adultos.

Además, se rumoreaba que "La Peña" ofrecía la posibilidad de reservar espacios privados para parejas que deseaban intimidad. Ángel se encargó de gestionar la reserva y logró obtener dos horas exclusivas para nosotros.

Esta oportunidad nos emocionó y nos llenó de expectativas, ya que sería nuestro momento íntimo en un entorno más privado. Estábamos ansiosos por disfrutar de esas dos horas juntos, donde nadie nos molestaría y podríamos expresar nuestro amor y pasión de una manera especial.

Con todo planeado, nos preparábamos para vivir una experiencia única en "La Peña", donde compartiríamos momentos de complicidad y conexión en ese espacio reservado para nosotros.

Ese día me preparé meticulosamente para la ocasión. Durante los días previos, seguí una dieta para lucir mejor el vestido que había elegido especialmente para la ocasión. Decidí visitar la peluquería para que me hicieran un peinado elegante, deshaciendo las trenzas que mi madre insistía en que llevara. También me quité el aparato dental y opté por usar lentillas en lugar de mis gafas habituales. Completaba mi look con medias y estrenaba unos tacones, no muy altos, pero era la primera vez que me atrevía a usar ese tipo de calzado.

Loísa, mi mejor amiga, estuvo a mi lado durante todo el proceso. Ella me ayudó a vestirme y a maquillarme, y no dejaba de repetir lo guapa que me veía. Al mirarme al espejo, también me sentí hermosa. Era la primera vez que me veía a mí misma como una mujer, y no como una niña. En ese momento, sentí que este día marcaría mi transición hacia la mujer que estaba destinada a ser.

Cuando Ángel me vio, su expresión de sorpresa y admiración fue evidente. Sus palabras halagadoras sobre mi apariencia despertaron en mí una mezcla de alegría y vanidad. Su gesto romántico de regalarme un anillo sencillo pero significativo aumentó aún más mi emoción.

Ángel expresó sus deseos de un futuro juntos, mencionando un anillo definitivo que sellaría nuestra unión para siempre. Aquellas palabras resonaron en mi corazón y, sin poder contener la emoción, lo abracé con fuerza. Mientras nos inundábamos de besos y palabras de amor, mis ojos se llenaron de lágrimas de felicidad.

En aquel momento, sentí una conexión profunda con Ángel y vislumbré un futuro lleno de promesas. Era como si el tiempo se detuviera y solo existiéramos nosotros dos, envueltos en el amor y la esperanza de una relación duradera. Aquella experiencia fue un punto de inflexión en nuestra historia, dejándome con el corazón rebosante de ilusión y expectativas.

Ángel me propuso una cena informal con bocadillos antes de disfrutar de la noche. Queríamos saborear cada momento de ese día especial. Entramos en un bar animado donde la música invitaba a bailar y donde, en cierta medida, no se preocupaban demasiado por la edad a la hora de servir alcohol a los menores de 18 años. Aunque yo no era una bebedora habitual, decidí probar algo diferente esa noche para sentirme más adulta. Opté por un gin-tonic, aunque no sabía exactamente qué era, sabía que era una bebida común entre los adultos. Nos sentamos en una mesa y dejamos nuestras bebidas para disfrutar de unos bailes cercanos y lentos, hasta que el ritmo cambió y regresamos a nuestra mesa.

Entre sorbos de nuestras bebidas, nos besamos apasionadamente y nos acariciamos con deseo. La excitación crecía en ambos y la pasión se desbordaba. Antes de marcharnos, sentí la necesidad de ir al baño, ya que los efectos del alcohol empezaban a marearme. No estaba acostumbrada a beber y mi cuerpo lo estaba notando. En el baño, intenté refrescarme la cara y retocar mi maquillaje para contrarrestar el mareo. Aunque el malestar persistía, podía soportarlo. Al salir del baño, mi objetivo era encontrar a Ángel y dirigirnos a "La Peña". Sin embargo, al llegar a nuestra mesa, no lo encontré. Su copa estaba vacía y la mía a medias. Escudriñé el lugar con la mirada, pero no lo veía por ningún lado. Supuse que tal vez se había ido al baño. Pacientemente, me senté a esperar su regreso. El mareo no hacía más que intensificarse, pero intenté controlarlo. Pregunté a algunas personas conocidas si lo habían visto, y uno de ellos me informó que lo había visto entrar al almacén con una chica. Me quedé atónita y, luchando contra el mareo y la visión borrosa, me dirigí tambaleante hacia el almacén para comprobarlo por mí misma.

Al abrir la puerta lentamente, me encontré con Ángel recostado entre unas cajas de bebidas. Pensé que quizás se encontraba mal, que tal vez también se había mareado como yo. Atreviéndome a abrir un poco más la puerta, pude ver a Loísa, mi mejor amiga, arrodillada frente a él, realizándole sexo oral. Ángel tenía la mano en su cabeza, marcando el ritmo. En ese momento, mi mundo se derrumbó por completo. Me sentí desvanecer y caí al suelo perdiendo el conocimiento. Desperté en mi casa, en mi cama. Alguien, al encontrarme en esa situación en el suelo, había llamado a mis padres. Todos asumieron que se debía al efecto del alcohol, ya que había sido mi primera borrachera, según me dijeron.

Intenté ponerme en contacto con Ángel y Luisa, necesitaba una explicación. Pero los dos me habían bloqueado y no recibían ni mis llamadas ni mis mensajes. Volví a refugiarme en mi antigua imagen, dejando atrás la versión más segura y confiada de mí misma. Me convencí de que no merecía el amor y la felicidad, volviendo a sentirme como la niña con sobrepeso y las gafas. En aquel momento, hice un juramento personal: nunca más permitiría que el amor me hiciera vulnerable y me lastimara de esa manera. Cerré mi corazón y me juré a mí misma que no volvería a enamorarme.

Al poco tiempo, mis padres, viendo mi tristeza, nos mudamos a Zaragoza y ya no los volví a ver, ni saber nada de ellos. Seguí adelante con mi vida, pero la traición y el dolor se quedaron arraigados en lo más profundo de mi ser. Fue una lección dolorosa que me enseñó a desconfiar y a protegerme de las personas que decían amarme. Aunque ha pasado mucho tiempo desde aquel incidente, todavía llevo las cicatrices emocionales de aquella traición. Ahora, al recordarlo, el dolor vuelve a surgir, pero sé que he superado esa etapa y estoy decidida a no permitir que me vuelvan a lastimar de esa manera.

Desde entonces, he aprendido a ser más cautelosa y a no dejarme llevar solo por las apariencias. He aprendido a valorarme a mí misma. Aunque aquel episodio me causó mucho dolor, también me enseñó importantes lecciones sobre la importancia de conocer a las personas realmente antes de entregarme por completo.

Lola, espero que ahora comprendas por qué me cuesta tanto confiar y permitirme enamorarme. Aquella experiencia dejó cicatrices profundas en mi corazón, y aunque intento superarlas, el miedo siempre está presente. No quiero volver a pasar por algo así, no quiero que me vuelvan a hacer daño.

-Entiendo tu dolor, Julia. Es comprensible que te hayas vuelto cautelosa y que tengas miedo de ser lastimada de nuevo. Pero recuerda que no todas las personas son iguales, y es importante darle una oportunidad al amor y a las personas. No dejes que el pasado defina tu futuro.

Entiendo cómo puede haber afectado tu vida a una edad tan temprana. Sin embargo, considero que hacer una promesa tan dura como la de nunca volver a enamorarse puede resultar demasiado restrictiva. El amor es una experiencia humana natural y no siempre podemos controlar nuestros sentimientos. ¿Podría ser posible que te hayas aislado socialmente como una forma de protegerte de posibles decepciones amorosas?

-Decidí enfocarme por completo en mis estudios y dejar de lado las relaciones románticas. Creí que, al mantenerme alejada de los hombres, podría evitar enamorarme nuevamente. Durante todo ese tiempo, me encontraba bien en ese aspecto, hasta que conocí a Liam, y nuevamente me ha sucedido lo mismo.

-No deberíamos permitir que una mala experiencia con una persona nos condicione de por vida, Julia. No podemos cerrarnos a nuevas oportunidades por temor a otro fracaso. No deberíamos rechazar a alguien que realmente nos valora y merece estar a nuestro lado, solo porque alguien en el pasado nos hizo daño. Es importante recordar que no todos los hombres son iguales, hay personas buenas dispuestas a entregarse por completo en una relación. Recuerda que cada relación es una experiencia diferente y que mereces encontrar a alguien que te valore y te haga feliz.

-Todos comparten la misma mentalidad, Lola. Solo buscan clavar sus pollas en la primera puta que se les cruce. Les importa una mierda el respeto, la conexión emocional o cualquier mierda romántica. Solo quieren satisfacer sus impulsos sexuales y luego largarse sin mirar atrás. No te engañes pensando que el siguiente te va a tratar diferente, porque al final todos son unos cerdos egoístas. Así que no te hagas ilusiones y no te dejes llevar por los cuentos de hadas, porque en el fondo todos son unos putos depravados.

-¡Julia! Me sorprende escucharte hablar así, nunca antes te habías expresado de esa manera.

-Disculpa Lola, pero me molesta la actitud de hombres que solo se dejan llevar por sus instintos sexuales, como Liam o Ángel.

-No sé Julia, hay algo en tu relato con Ángel que no concuerda. Como sabes, grabo todas nuestras entrevistas. Lo revisaré nuevamente para analizar con mayor detalle lo que me has contado. En cuanto a Liam, lo que presenciaste en su apartamento puede tener múltiples interpretaciones y estás optando por la peor. Deberías haber escuchado a Liam antes de sacar conclusiones. Te has ido de su casa en dos ocasiones sin darle la oportunidad de expresarse y contarte su versión de los hechos.

-Lola, incluso si Liam hubiera intentado justificarse, no habría alterado mi percepción de lo que presencié. Lo que vi con claridad no puede ser negado.

-Julia, no tienes la opción de volver atrás porque la vida te empuja constantemente hacia adelante, como un lamento interminable que no cesa. Es preferible vivir con la alegría y el compañerismo de quienes te rodean, en lugar de llorar frente a un muro ciego que no ofrece respuestas ni consuelo.

La vida es hermosa, lo descubrirás con el tiempo. Recuerda que un hombre solo o una mujer sola, sin compañía, carecen de valor pleno por sí mismos. La conexión con los demás es lo que realmente enriquece nuestras vidas.

Nunca te rindas ni te detengas en tu camino. No permitas que el desánimo te lleve a decir "no puedo más y aquí me quedo". A pesar de los desafíos que puedan surgir, mantén la esperanza y la determinación. La vida tiene belleza y sorpresas por ofrecerte, y en medio de las dificultades, encontrarás amigos y encontrarás el amor.

-A la mierda el amor, Lola, porque el amor es una puta mierda. ¿Para qué coño complicarse la vida con sentimientos y relaciones? Al final solo te rompen el corazón y te dejan hecha polvo. No voy a perder el tiempo con el amor, porque al final me deja más jodida de lo que estaba. Prefiero olvidarme de esa mierda y vivir como me dé la gana.


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La historia de Julia continúa en:

Capítulo 8: Olvídate de mí.


Liam se despierta con hambre y se sorprende al encontrar a Sophie e Isabella en su cocina, especialmente al notar la preocupación de Isabella. Julia, desilusionada por sus experiencias amorosas, se enfrenta a Lola, su terapeuta, en una conversación llena de emociones.

Julia en cines Regal.jpegAudi de julia.jpegSophie.jpegJulia.jpegNo te rindas Julia.jpeg
 
Buff, lo que me temía. Julia se le ha metido en la cabeza que tiene una relación con Sophiecuando solo son amigos.
Pero claro, creo que ha tenido muy pocas luces, porque al fin y al cabo ha tenido sexo con Sophie.
aunque en realidad de momento no son nada.
De todas formas,confío en que esto cambiará porque aunque esté ahora desilusionada y confundida y lo haya mal interpretado, al final Lola le hará cambiar su perspectiva y cuando hable con Liam, se confesarán su amor y seran felices juntosm
Supongo que ahora vendrá una época difícil hasta hacerle entrar en razón a Julia.
Creo que acabarán juntos ( más te vale que sea así, porque si no 🪓🪓🪓🪓).
 
Me sorprende que julia siendo una gran profesional, que trabaja con datos y estadísticas, tenga una opinión tan generalizada de los hombres.

Por otro lado, si bien Liam no es pareja de Sophie, son folla amigos, incluso quizás más, y eso también choca, ya que Julia no tenía ni idea de eso, y para ella puede resultar lo mismo que sean pareja oficial o simple folla amigos. Le puede dar igual, así Liam trate de justificarlo.

Veremos si Julia deja de ser inconsecuente con sus generalizaciones y también si Liam logra convencerla de que ser folla amigos y novios es diferente.
 
Un poco exagerada la reacción de Julia, no?.
No son novios, no son amantes y apenas amigos. Y ella ya pretende que Liam le guarde fidelidad.
Es sorprendente que Julia tenga una perspectiva de las relaciones entre hombres y mujeres, propia de una niña de doce años. Ésto último no tiene nada que ver con su fobia a la gente, es más bien una " inmadurez emocional ', más que reseñable.
 
Hay que ponerse en el lugar de Julia.
Vas a la casa del hombre del que te has enamorado para aclarar tus sentimientos con él y te encuentras apareciendo por allí a una mujer en bata y recién duchada. Es que es complicado eso.
De todas formas, no tengo dudas que con mayor o menor dificultades, se arreglará.
 
Me sorprende que julia siendo una gran profesional, que trabaja con datos y estadísticas, tenga una opinión tan generalizada de los hombres.

Por otro lado, si bien Liam no es pareja de Sophie, son folla amigos, incluso quizás más, y eso también choca, ya que Julia no tenía ni idea de eso, y para ella puede resultar lo mismo que sean pareja oficial o simple folla amigos. Le puede dar igual, así Liam trate de justificarlo.

Veremos si Julia deja de ser inconsecuente con sus generalizaciones y también si Liam logra convencerla de que ser folla amigos y novios es diferente.
Creo que Lian le dijo que eran folla amigos
 
Julia es una persona extraordinaria. Aunque ha logrado destacar y desarrollar todo su potencial en el mundo de los negocios, donde su astucia y determinación la han convertido en una figura imparable, en el ámbito de las relaciones sociales se ha quedado rezagada. No porque le falte carisma, sino porque no ha dedicado el tiempo necesario para cultivar esos lazos profundos que suelen forjarse con el tiempo.

Su pasado sigue siendo un misterio en muchos aspectos. Más allá de lo poco que ha revelado, como la dolorosa traición de su novio con una amiga cercana, no conocemos en detalle sus vivencias de juventud ni la educación que recibió. Estos elementos, fundamentales para comprender la forma en que alguien enfrenta la vida, aún permanecen velados. Son las experiencias tempranas, las enseñanzas recibidas y los momentos decisivos los que modelan nuestra forma de pensar y de actuar, y en el caso de Julia, esos aspectos clave todavía están por descubrir. Sin duda, su historia personal es tan compleja y profunda como su éxito en los negocios, pero su faceta más íntima y emocional sigue siendo un enigma para quienes la rodean.
 
No lo recuerdo, pero si fue así, entonces la reacción de Julia no tiene mucho sentido

Liam nunca le había mencionado a Julia su relación con Sophie, y mucho menos había explicado la naturaleza casual de la misma. Para Julia, el concepto de "follamiga" no encaja en su visión del mundo. Ella siempre ha asociado el sexo con un compromiso emocional y una relación estable, algo serio y profundo.

Por eso, al encontrarse a Sophie en el apartamento de Liam, recién salida de la ducha y claramente cómoda en el espacio, Julia no tuvo que preguntar demasiado para llegar a una conclusión: estaban involucrados íntimamente y, por lo tanto, debían ser novios. Para ella, el escenario no dejaba lugar a interpretaciones. En su mente, si dos personas comparten algo tan íntimo como el sexo, debe haber una relación formal de por medio.

La revelación fue un golpe devastador. Liam le había asegurado que no tenía pareja, lo que la llevó a confiar en él de una manera más abierta, creyendo que podría haber algo más entre ellos. Ahora, sentía que había sido engañada, traicionada incluso. Y aunque la relación entre Liam y Sophie es mucho más libre y sin ataduras de lo que Julia puede imaginar, para ella, ese tipo de dinámicas resultan incomprensibles.

Julia, con sus ideas conservadoras sobre el sexo y las relaciones, tiene dificultades para aceptar cualquier forma de intimidad que no esté ligada a un compromiso. Lo que para otras personas puede ser una situación sin importancia, para ella se transforma en un conflicto moral y emocional.

Lola tiene mucho trabajo para cambiar esas absurdas ideas.
 
Última edición:
Liam nunca le había mencionado a Julia su relación con Sophie, y mucho menos había explicado la naturaleza casual de la misma. Para Julia, el concepto de "follamiga" no encaja en su visión del mundo. Ella siempre ha asociado el sexo con un compromiso emocional y una relación estable, algo serio y profundo.

Por eso, al encontrarse a Sophie en el apartamento de Liam, recién salida de la ducha y claramente cómoda en el espacio, Julia no tuvo que preguntar demasiado para llegar a una conclusión: estaban involucrados íntimamente y, por lo tanto, debían ser novios. Para ella, el escenario no dejaba lugar a interpretaciones. En su mente, si dos personas comparten algo tan íntimo como el sexo, debe haber una relación formal de por medio.

La revelación fue un golpe devastador. Liam le había asegurado que no tenía pareja, lo que la llevó a confiar en él de una manera más abierta, creyendo que podría haber algo más entre ellos. Ahora, sentía que había sido engañada, traicionada incluso. Y aunque la relación entre Liam y Sophie es mucho más libre y sin ataduras de lo que Julia puede imaginar, para ella, ese tipo de dinámicas resultan incomprensibles.

Julia, con sus ideas conservadoras sobre el sexo y las relaciones, tiene dificultades para aceptar cualquier forma de intimidad que no esté ligada a un compromiso. Lo que para otras personas puede ser una situación sin importancia, para ella se transforma en un conflicto moral y emocional.

Lola tiene mucho trabajo para cambiar esas absurdas ideas.
Sabes? Muchas veces surgen amistades e incluso parejas en el trabajo, como en el caso de Sophie y yo. Si tú y tus compañeras están tan compenetradas, ¿no ha surgido ninguna amistad entre vosotras?
Éramos jóvenes e inmaduros, ambos éramos infieles. Nos dimos cuenta de que era demasiado pronto para comprometernos y ser fieles el uno al otro, así que decidimos terminar la relación y quedarnos como amigos. A veces nos encontrábamos para tener relaciones sexuales o salir a tomar algo, pero teníamos libertad para ver a otras personas para lo mismo. Ahora también vive en Nueva York y seguimos siendo buenos amigos. Me encantaría presentártela, estoy seguro de que le caerías bien.
 
Muchas veces surgen amistades e incluso parejas en el trabajo, como en el caso de Sophie y yo

Quizá no esté bien redactado, pero claramente se refiere a la amistad con Sophie, no que sean pareja. Pero entiendo que la frase puede dar lugar a confusión. Fallo mío.

Con respecto a Isabella, la verdad es que quería mostrar aquí la infidelidad de Liam y también su promiscuidad. Mas tarde sabremos porque quería mostrar este aspecto de Liam.
 
EL TALISMÁN. PRIMERA PARTE. LA MUCHACHA DE LOS OJOS TRISTES.


Capítulo 8: Olvídate de mí.

Apartamento de Liam en Harlem.

Marzo 2010.

Liam.


Al abrir los ojos por la mañana, una intensa sensación de hambre me invade de inmediato. Mi estómago ruge en protesta, recordándome que el día anterior apenas probé bocado. La sensación es tan fuerte que no puedo ignorarla, así que me levanto rápidamente y me dirijo a la cocina con la esperanza de encontrar algo que calme mi apetito.

Al entrar en la cocina, me encuentro con Sophie e Isabella, quienes están charlando animadamente mientras saborean sus tazas de café humeante.

-¿Isabella? ¿Pero… cómo… tú aquí? -balbuceo, completamente desconcertado, mientras trato de procesar lo que estoy viendo. La sorpresa es tal que las palabras se me escapan de forma torpe y entrecortada, como si mi cerebro no lograra coordinar mis pensamientos con mi voz.

-¡Buenos días, Liam! -dice Isabella con una sonrisa cálida, aunque detecto una leve preocupación en su mirada-. Sophie me llamó anoche, bastante inquieta por ti, y la verdad, tengo que admitir que yo también estoy un poco preocupada. No pude quedarme tranquila, así que decidí venir a ver cómo estabas.

Al escuchar las palabras de Isabella, me quedo completamente perplejo. No tenía idea de que Sophie había estado en contacto con ella sobre lo que me estaba ocurriendo. La revelación me toma por sorpresa, y una mezcla de curiosidad y preocupación empieza a crecer dentro de mí. ¿Qué exactamente le habrá dicho Sophie? ¿Cuánto sabe Isabella sobre mi situación? Estas preguntas revolotean en mi mente mientras intento asimilar lo que acaba de decirme.

-¿Cómo te sientes, Liam? -pregunta Sophie, su voz suave y cargada de preocupación mientras me observa con atención, como si estuviera tratando de leer más allá de mis palabras. Es evidente que le importa sinceramente mi bienestar, y su mirada busca alguna señal en mi rostro que revele cómo estoy en realidad.

-Me siento mejor..., aunque debo admitir que tengo bastante hambre -respondo con una ligera sonrisa, tratando de aliviar la tensión. Luego, miro a ambas y añado con un tono más ligero-: Supongo que no hace falta que os presente, ¿verdad?

-No te preocupes por eso, Liam, nosotras ya nos hemos encargado de todo -dice Sophie con una sonrisa cálida y reconfortante mientras me mira fijamente a los ojos—. Ven, siéntate con nosotras y permíteme prepararte algo para desayunar. Estoy segura de que te ayudará a recuperar energías y te hará sentir mucho mejor.

Issabella asiente con entusiasmo y añade:

-Sí, Liam, toma asiento. Hemos estado esperando a que te despertaras para compartir un buen desayuno juntos. Además, así podremos conversar y ponernos al día con calma.

Sin poder resistirme a su amabilidad y preocupación, me acerco a la mesa y tomo asiento junto a ellas, sintiendo cómo la calidez de su compañía empieza a disipar cualquier malestar que aún pudiera sentir. El aroma del café recién hecho y la promesa de un desayuno casero hacen que mi estómago vuelva a rugir, recordándome cuánta hambre tengo en realidad.

Sophie se dirige hacia la cocina con determinación, abriendo armarios y recogiendo ingredientes con una destreza que demuestra lo cómoda que se siente en mi hogar. Mientras tanto, Isabella me ofrece una taza de café humeante y me dedica una mirada llena de afecto y tranquilidad.

-Relájate, Liam. Estás entre amigas -dice suavemente.

-Te agradezco mucho el gesto, Isabella -le digo con una sonrisa genuina-. Pero, me queda una duda..., -añado, mirándola con curiosidad-. ¿Tú también pasaste la noche aquí?

La pregunta me surge de manera natural, impulsada por el deseo de saber si Isabella ha estado presente desde anoche, al igual que Sophie. Me intriga saber si ambas estuvieron aquí, preocupadas por mí, mientras yo dormía sin saberlo.

-No, en realidad acabo de llegar esta misma mañana, hace apenas un rato -responde Isabella, con una suave sonrisa-. Sophie me ha mantenido al tanto de todo lo que ocurrió ayer con Julia, y cuando me contó los detalles, supe que debía venir lo antes posible para ver cómo estabas.

Sus palabras me hacen sentir tanto alivio como una ligera preocupación, ya que me doy cuenta de que ambas están al tanto de la situación. Mientras habla, Isabella me observa con una expresión de comprensión, dejando claro que está aquí para ofrecer su apoyo en lo que sea necesario.

-Sí, ayer conseguimos asustarla de verdad, y estoy convencido de que no va a regresar -digo con firmeza, sintiendo una creciente seguridad en mis palabras.

-Quiero disculparme por mi acción inoportuna de ayer -comienza Sophie con un tono de arrepentimiento en la voz-. Al salir del baño en ese momento, me di cuenta de que Julia pudo haber interpretado la situación de manera equivocada, y reconozco que eso fue culpa mía. Lamento profundamente haber contribuido a crear esa confusión y el malentendido que pudo haber surgido.

Sophie me mira con una expresión de sincero pesar, como si el peso de sus acciones estuviera claramente visible en su rostro. La preocupación y el arrepentimiento en sus palabras reflejan cuánto le importa la situación y su deseo de enmendar el error.

- Siento una profunda tristeza por no haber tenido la oportunidad de aclarar las cosas con Julia. Ella se fue de manera tan apresurada en cuanto vio a Sophie, y no pude hacer nada para detenerla. La impresión que me queda es que ha tomado una decisión definitiva y parece que se ha marchado para siempre, Isabella. La sensación de haber perdido la oportunidad de resolver este malentendido me pesa, y me preocupa que quizás no haya manera de enmendar las cosas ahora.

-El término "para siempre" es una medida de tiempo que puede ser bastante relativa -comienza Isabella con una voz suave y comprensiva-. Si Julia tuvo el valor de venir hasta aquí a pesar de sus fobias e inseguridades, eso demuestra que siente algo muy profundo por ti, Liam. Aunque ahora pueda estar confundida y necesite tiempo para procesar sus emociones, confío en que su psicólogo la ayudará a reflexionar sobre lo que realmente siente. Con el tiempo, estoy segura de que buscará resolver las cosas y, tarde o temprano, regresará.

-Es una mujer -respondo con una voz que mezcla certeza y comprensión-.

-¿Cómo dices? -pregunta, confundida y tratando de entender el significado de mis palabras.

-No es psicólogo, es psicóloga; se llama Lola -le corrijo a Isabella con un tono preciso-. Además, Julia prefiere rodearse exclusivamente de mujeres en su entorno profesional.

-¿Entonces, sólo tiene amigas? -pregunta Isabella, intrigada y buscando entender mejor la situación.

-No, no tiene amigas, son socias y empleadas de su empresa, el personal de servicio, su chófer…, pero no son amigas. Julia no tiene amigas, ni amigos.

La revelación de que Julia se rodea únicamente de mujeres provoca que Isabella se quede pensativa por un momento. Sus ojos se nublan ligeramente mientras procesa esta nueva información, como si intentara comprender las razones detrás de esa elección. Es evidente que esta particularidad de Julia despierta en Isabella una mezcla de curiosidad y reflexión, haciéndola reconsiderar ciertos aspectos de la situación.

-El dato que acabas de proporcionarme es realmente relevante -dice Isabella, frunciendo ligeramente el ceño mientras procesa la información-. Es posible que Julia haya experimentado alguna situación negativa con algún hombre en su pasado, quizás con un antiguo novio. Eso podría explicar bastante sobre sus fobias actuales y el porqué de su preferencia por rodearse únicamente de mujeres.

Hace una pausa, reflexionando más profundamente antes de continuar:

-Si ese es el caso, entonces su comportamiento tiene mucho más sentido. Una experiencia traumática podría haber dejado una huella profunda en ella, afectando la manera en que se relaciona y confía en los hombres ahora. Entender esto nos ayuda a ser más empáticos con su situación y quizás a encontrar mejores formas de apoyarla y ayudarla a superar sus miedos.

Isabella me mira con una mezcla de compasión y determinación en sus ojos.

-Tal vez, con el apoyo adecuado y tiempo, Julia pueda sanar esas heridas del pasado y abrirse más. Sería importante que continúe trabajando con su psicóloga, para abordar estos temas y encontrar la manera de superar esas barreras que la están limitando. Mientras tanto, podemos intentar ser pacientes y comprensivos, brindándole un entorno seguro y amable cuando esté lista para acercarse de nuevo.

Siento que las palabras de Isabella arrojan una nueva luz sobre la situación, ayudándome a comprender mejor las posibles razones detrás del comportamiento de Julia. Esto me da esperanza de que, con el tiempo y el apoyo adecuado, las cosas puedan mejorar entre nosotros.

-Es muy probable que la posibilidad que mencionas tenga sentido -digo, reflexionando en voz alta-. Si Julia ha pasado por una experiencia traumática con algún hombre en el pasado, tal vez con un antiguo novio, eso podría ser la raíz de su fobia actual.

Me detengo un momento, considerando todas las implicaciones.

-Quizás haya experimentado un desengaño, una infidelidad, o incluso una traición profunda que la dejó marcada emocionalmente. Si eso es así, no es difícil imaginar que esos eventos hayan moldeado la forma en que percibe y se relaciona con los hombres ahora. Es posible que, para protegerse de más dolor, haya desarrollado esta fobia, una manera de mantener a raya cualquier posibilidad de volver a ser herida de la misma manera.

Miro a Isabella, buscando en sus ojos alguna confirmación o perspectiva adicional.

-Sí, definitivamente es posible que Julia haya atravesado por un desengaño, una infidelidad, o incluso una traición en su pasado. A veces, el dolor del pasado puede moldear nuestras relaciones futuras de maneras que ni siquiera somos completamente conscientes. Realmente me gustaría poder hablar con Julia sobre todo esto, intentar comprender mejor lo que está pasando por su mente.

Pero, pensando en lo que sería más útil, tal vez sería aún más beneficioso hablar con la profesional que la está tratando, Lola. Ella podría ofrecernos una perspectiva más clara y orientarnos sobre cómo podríamos apoyar mejor a Julia en este proceso. ¿Sabes algo más sobre Lola? ¿Cómo podríamos ponernos en contacto con ella para tener esa conversación? Creo que con su orientación podríamos hacer una diferencia real en ayudar a Julia a superar lo que está enfrentando.

-No, lamentablemente no sé más sobre Lola -respondo-. No tengo detalles sobre su práctica o cómo podríamos contactarla directamente. Todo lo que sé es lo que Julia mencionó brevemente, y parece ser alguien en quien confía profundamente.

-Liam, quiero que sepas que estoy completamente dispuesta a ayudarte con Julia -dice Isabella, con un tono de firmeza y determinación-. Pero para poder hacerlo de la mejor manera posible, necesito que me brindes toda la información que tengas sobre ella. Has pasado tiempo junto a Julia en Boston, y estoy segura de que habéis compartido momentos y conversaciones que podrían ser clave para entenderla mejor.

Isabella me mira con seriedad, subrayando la importancia de lo que está pidiendo.

-Cualquier detalle que puedas recordar, por más insignificante que te parezca, puede ser relevante. Gestos, comentarios, recuerdos de lo que haya dicho o hecho... Todo puede ayudar a construir un perfil más completo de su situación emocional y mental. Mi objetivo es tener una imagen clara de lo que Julia está viviendo. Con la información adecuada, podremos entender mejor sus miedos, sus anhelos y las razones detrás de su comportamiento.

Isabella hace una pausa, esperando mi respuesta, y añade:

-No estás solo en esto, Liam. Estoy aquí para acompañarte en este proceso y para hacer todo lo posible para conocer a Julia. Pero necesitamos trabajar juntos y compartir todo lo que sabemos para poder ayudarte realmente.

A lo largo de la mañana, me dedico a relatarle a Isabella, con todo lujo de detalles, lo que ha sucedido con Julia desde que apareció en la oficina el lunes hasta el tenso momento de ayer, cuando me dejó varado en la calle mientras se alejaba en su Audi. No omito ningún detalle, consciente de que cada pequeño aspecto puede ser crucial para comprender la situación en su totalidad.

Sophie también interviene, aportando sus propias impresiones y reflexiones sobre lo que ha ocurrido. Sus observaciones añaden una capa adicional de comprensión a los eventos, ayudándonos a ver las cosas desde diferentes perspectivas. Isabella, siempre meticulosa, graba cada palabra con su pequeña grabadora que lleva a todas partes, asegurándose de capturar cada matiz y detalle importante de nuestra conversación.

Mientras hablo, noto cómo Isabella escucha atentamente, sin perder ni un solo detalle. Es evidente que se toma muy en serio esta tarea, consciente de lo delicado de la situación y de lo mucho que está en juego. La grabadora en su mano es una herramienta para poder analizar la información más tarde, pero también un símbolo de su compromiso con encontrar una solución que pueda ayudar a Julia.

-Muy bien, después de considerar toda la información que me has proporcionado, me siento segura en mi diagnóstico inicial -comienza Isabella, su tono firme pero lleno de empatía-. Después de escuchar tus relatos, Liam, no me queda ninguna duda al respecto: Julia padece de antropofobia, y parece que su condición es bastante grave, aunque se manifiesta principalmente a nivel social o emocional. Es evidente que en el ámbito profesional, Julia se desenvuelve con total seguridad y confianza, sin dejarse intimidar. El incidente con el jefe de la empresa en Boston que mencionaste es una prueba clara de ello. Para ella, el mundo de los negocios es su refugio, un entorno donde se siente segura y poderosa, donde controla cada situación con habilidad.

Isabella hace una pausa, reflexionando antes de continuar.

-Sin embargo, en sus relaciones personales, la historia es muy diferente. Aquí es donde sus inseguridades y esa constante sensación de amenaza la llevan a experimentar fracasos. Es como si, fuera de ese entorno profesional que domina, se sintiera vulnerable y expuesta. Pero, Liam, hay algo notable en todo esto: has logrado ganarte su confianza de una manera que pocos, o quizás nadie más, ha conseguido. Para alguien como Julia, hablar de sí misma es extremadamente difícil, y sin embargo, contigo muestra una disposición inusual a abrirse. El hecho de que el viernes estuvieras convencido de que Julia compartía tus sentimientos no era una ilusión. Ahora, después de analizar su comportamiento contigo, estoy casi segura de que tenías razón. Julia también siente amor por ti, pero está aterrada de dar ese siguiente paso.

Isabella se inclina un poco hacia adelante, subrayando la importancia de lo que va a decir a continuación.

-Hay algo que me llama mucho la atención. A pesar de que le preguntaste sobre su vida antes de la universidad, Julia no compartió ningún detalle sobre ese periodo. Estoy convencida de que ahí es donde se encuentra la clave. Algo ocurrió antes de su llegada a Estados Unidos, algo que la rompió profundamente, mucho más allá de lo que podría causar una simple infidelidad. Es de esa experiencia, de ese dolor no resuelto, de donde proviene su temor a relacionarse con las personas. Si queremos ayudarla a superar esta fobia y a avanzar en su vida personal, será crucial entender qué ocurrió en ese tiempo de su vida que la ha marcado tan profundamente.

Isabella concluye con un tono de preocupación y determinación, dejando claro que encontrar la raíz de este trauma es el siguiente paso para ayudar a Julia a sanar y a permitirle vivir plenamente, tanto en sus relaciones personales como en su vida en general.

-¿Qué podemos hacer a partir de ahora? -pregunto, sintiendo la urgencia de la situación-. ¿Qué acciones concretas podemos tomar para ayudarla? Y lo más importante, ¿cómo podemos comunicarnos con ella?

-Lamentablemente, en este momento no es posible comunicarse con ella directamente -dice Isabella con un tono de preocupación-. Si estás pensando que Julia aparecerá mañana en tu empresa para entregar los informes personalmente, me temo que estás equivocado. Lo más probable es que envíe a una de sus empleadas para hacer la entrega, o incluso opte por enviarlos por un mensajero.

Isabella me mira con seriedad, subrayando la importancia de lo que está por decir.

-Liam, te sugiero encarecidamente que no llames a su empresa para preguntar por ella. Si la presionas demasiado en este momento, podrías provocar que se retraiga aún más, y eso complicaría mucho las cosas. Julia necesita espacio y tiempo para procesar lo que está ocurriendo, y cualquier intento de forzar un contacto directo podría hacer que se cierre por completo. Ahora mismo, la paciencia es clave. Debemos esperar y darle la oportunidad de decidir cuándo y cómo quiere retomar el contacto, sin sentir que está siendo obligada a hacerlo.

-¿Entonces, nuestra única opción es esperar? -pregunto, con una mezcla de frustración y preocupación-. ¿No hay ninguna acción que podamos tomar en este momento para acercarnos a Julia o facilitar una comunicación que no la presione demasiado?

-A partir de ahora, el camino que tome Julia está en manos de Lola -explica Isabella con calma y determinación-. Si Lola sigue una metodología similar a la que yo recomendaría, es probable que pueda ofrecerle el tipo de orientación y apoyo que Julia necesita. Esto podría aumentar las posibilidades de que ella regrese eventualmente y comience a enfrentar sus problemas de manera más abierta.

Isabella hace una pausa, subrayando la importancia de confiar en el proceso.

-Sin embargo, es crucial que permitamos que Lola haga su trabajo sin interferencias. Debemos confiar en su experiencia y en su capacidad para manejar la situación de manera profesional. Confiemos en que Lola tenga las herramientas y el conocimiento necesario para guiar a Julia a través de este proceso. La confianza en el proceso y en la profesional que está al mando es fundamental para que Julia pueda avanzar y sentirse lista para retomar el contacto.

Asiento con una mezcla de resignación y esperanza, entendiendo plenamente la necesidad de permitir que Lola, la psicóloga de Julia, asuma su papel con total autonomía. Reconozco que, para que el proceso de recuperación de Julia sea efectivo, es esencial que confiemos en la experiencia y la capacidad profesional de Lola.

-Liam, creo que sería muy beneficioso para ti tomar unos días de vacaciones para desconectar y relajarte. Salir de la rutina diaria y cambiar de ambiente podría ayudarte a despejar la mente y reducir el estrés. Yo me encargaré de hablar con mi padre sobre esta sugerencia. Voy a buscar la mejor manera de convencerlo para que te conceda este tiempo.

Sophie sonríe con una mezcla de empatía y determinación, mostrándose dispuesta a ayudar.

-Entiendo que estás pasando por un momento complicado y que podrías beneficiarte mucho de un descanso. Confía en que haré todo lo posible para que esto se lleve a cabo. Mientras tanto, enfócate en cuidarte y en aprovechar al máximo este tiempo para ti mismo. Es fundamental que te permitas un respiro para que puedas regresar con una perspectiva renovada y más energía para enfrentar lo que venga.

-Gracias por tu oferta, Sophie, pero prefiero mantenerme enfocado en el trabajo en lugar de darle demasiadas vueltas a la situación con Julia en este momento. Creo que es importante concentrarme en mis responsabilidades y en lo que está en mi control.

Hago una pausa, reflexionando sobre la situación antes de continuar.

-Creo que Isabella tiene razón y que, con el tiempo, Julia regresará. Ella ha demostrado tener una gran capacidad para superar sus desafíos y, aunque ahora esté alejada, estoy seguro de que encontrará su camino de regreso. Mientras tanto, prefiero canalizar mi energía en lo que puedo hacer aquí y ahora. Aprecio mucho tu apoyo y comprensión en esto.

Isabella asiente con una sonrisa tranquilizadora, comprendiendo que necesito enfocarme en mis responsabilidades para distraerme de mis preocupaciones sobre Julia. Sabe que mantenerme ocupado es clave para ayudarme a superar el estrés y la ansiedad que siento en relación con la situación.

-Liam, vamos a confiar en Lola. Estoy convencida de que Julia encontrará su camino de regreso. Entiendo que esta situación es difícil y que puede parecer incierta en este momento, pero confío en la capacidad de Lola para guiar a Julia a través de sus desafíos. Mientras tanto, enfócate en lo que puedes controlar y mantén la fe en que las cosas se resolverán de la mejor manera posible.



Mansión de Julia en Long Island.

Julia.


-Hola Julia, ¿Cómo te encuentras hoy?

-¡Hola Lola! Si te estás preguntando sobre mi opinión sobre el amor, déjame decirte que sigo pensando que es una completa mierda. Solo sirve para hacerte perder el tiempo y dejarte con el corazón hecho trizas. El amor te hace sentir completamente vulnerable y te arrastra en una montaña rusa de emociones que ni siquiera sabes cómo manejar. ¿Realmente vale la pena? La verdad, es un puto circo.

Lola escucha atentamente mis palabras, reconociendo la tristeza y la desilusión en mi voz.

- Julia, comprendo que hayas atravesado experiencias dolorosas que te hayan llevado a sentirte de esta manera respecto al amor. Sin embargo, me gustaría señalar que el amor también puede ser una fuente de alegría, crecimiento personal y conexiones profundas con los demás. Aunque, es cierto que el amor implica riesgos y vulnerabilidad, también tiene el potencial de proporcionar momentos de verdadera felicidad y plenitud. Cada persona experimenta el amor de manera única, y aunque haya desafíos y desilusiones en el camino, también es posible encontrar relaciones genuinas y enriquecedoras. Te animo a mantener una mente abierta y a darte la oportunidad de explorar lo que el amor puede ofrecerte, ya que podría traerte sorpresas gratificantes.

-¡Vamos, Lola! ¿En serio vas a seguir con esas tonterías del amor? Es una completa ilusión, una fantasía que te venden para que te olvides de la dura realidad. ¿Realmente crees que vale la pena? ¡Por supuesto que no! Es solo un truco para mantenerte distraída y enredada en una montaña rusa emocional sin sentido. Es hora de despertar y ver las cosas como son: el amor, tal como te lo han vendido, es solo una distracción que no vale el esfuerzo.

-Déjame decirte algo, querida amiga: no hay una manera infalible de saberlo con certeza. El amor es como una apuesta arriesgada, un juego de azar en el que puedes ganar o perder. Puedes optar por refugiarte en tus miedos y decepciones pasadas, evitando la posibilidad de experimentar algo realmente hermoso y significativo. Pero piensa en lo que podrías estar perdiendo: la emoción, la pasión y la conexión profunda que solo el amor puede ofrecer. ¿Realmente estás dispuesta a renunciar a estas experiencias enriquecedoras solo porque temes ser lastimada? La única manera de saber si el amor vale la pena es atreverte a arriesgarte, abrir tu corazón y permitir que alguien entre en tu vida.

Por supuesto, existe el riesgo de que te lastimen y de que las cosas no salgan como esperabas. Sin embargo, también hay una oportunidad real de encontrar la felicidad y la plenitud que tanto anhelas. La decisión es tuya, Julia. ¿Prefieres quedarte en tu zona de confort, protegiéndote de la posibilidad de amar, o estás dispuesta a dar un paso hacia lo desconocido y descubrir si el amor puede ofrecerte algo verdaderamente valioso?

Recuerda que la vida es corta y el amor, aunque arriesgado, puede ser una experiencia maravillosa si te atreves a vivirlo plenamente. La verdadera belleza del amor a menudo reside en el acto de abrirte y permitirte sentir, a pesar de los posibles riesgos.

-¡Lola, escúchame bien! El amor solo te hace vulnerable y te arrastra a un mar de sufrimiento. Es como estrellarte contra una pared una y otra vez, esperando un resultado diferente. No hay garantías en el amor, solo corazones rotos y promesas incumplidas. Si quieres saber si vale la pena, pregúntales a los miles de personas con el corazón destrozado y a las parejas atrapadas en relaciones tóxicas. El amor es una trampa, un juego de ilusiones que solo te hace perder tiempo y la cabeza. En resumen, el amor es una mierda y no vale la pena. ¡Que no te engañen con cuentos de hadas!

-El amor, Julia, no viene con garantías, al igual que la vida misma. Si estás esperando pruebas irrefutables de que el amor realmente vale la pena, podrías encontrarte esperando para siempre. El amor requiere que tomes riesgos, que te abras emocionalmente y que aceptes la posibilidad de ser vulnerable. Es un acto de fe y valentía que no siempre ofrece seguridades.

No puedo prometerte que no experimentarás más decepciones o heridas, ya que las relaciones humanas son complejas y, a veces, pueden no salir como esperabas. Sin embargo, lo que sí puedo decirte es que el amor auténtico y recíproco tiene el potencial de proporcionarte momentos de inmensa felicidad, una conexión profunda con otra persona y oportunidades para el crecimiento personal.

La pregunta es: ¿cómo puedes saber si el amor vale la pena? La única manera de descubrirlo es permitiéndote abrir tu corazón nuevamente, paso a paso. No es necesario que tengas expectativas excesivas, pero sí es importante que te acerques al amor con la disposición de dar y recibir. Este es un camino que debes recorrer por ti misma, tomando decisiones basadas en tus propios sentimientos y experiencias.

No puedo decirte con certeza si valdrá la pena para ti, pero puedo asegurarte que si no lo intentas, nunca lo sabrás. Abre tu corazón y da el primer paso; solo así podrás experimentar la verdadera esencia del amor y ver si realmente tiene el valor que buscas.

Escucho las palabras de Lola con una profunda atención, sintiendo una mezcla de incertidumbre y esperanza que burbujea en mi interior. La experiencia del amor ha sido una montaña rusa para mí, llena de momentos difíciles y desilusiones que han dejado cicatrices en mi corazón. El miedo aún se aferra a mí, a veces impidiéndome abrirme completamente.

A pesar de esto, no puedo evitar sentir un anhelo profundo por experimentar la conexión auténtica y la plenitud que Lola describe. Hay una parte de mí que sueña con esa chispa especial, esa sensación de estar verdaderamente comprendida y conectada con otra persona. El deseo de encontrar un amor genuino, que ofrezca crecimiento y felicidad, es fuerte.

Me encuentro en una encrucijada entre el temor de ser herida nuevamente y la esperanza de descubrir algo realmente valioso. Esta esperanza es un rayo de luz que me impulsa a considerar la posibilidad de abrirme al amor una vez más, a pesar del riesgo. La idea de encontrar esa conexión y satisfacción con Liam es tentadora y me hace cuestionar si estoy dispuesta a dar ese paso hacia lo desconocido.

-Julia, también me gustaría saber si finalmente fuiste al cine y cómo te fue con la experiencia. Ayer, en medio de toda nuestra conversación sobre Liam, no tuvimos la oportunidad de tocar ese tema. Me encantaría escuchar cómo te fue y qué te pareció la película. Compartir detalles sobre cómo disfrutaste la salida puede ser una buena manera de distraernos un poco y cambiar de enfoque.

Es un gran alivio poder cambiar de tema, ya que me estaba empezando a sentir bastante agobiada por la intensidad de nuestra conversación anterior. Hablar sobre Liam y sus complicaciones ha sido emocionalmente agotador, y cambiar de enfoque me ofrece un respiro necesario. Distraerme con algo más ligero y agradable me permitirá relajarme un poco y recuperar el equilibrio.

-Así es, Lola. Finalmente fui al cine y debo decir que, sorprendentemente, en ningún momento me sentí agobiada. Mi mente estaba completamente absorta en pensamientos sobre Liam, y no presté atención a la multitud que me rodeaba. De hecho, incluso me aventuré a caminar por las calles, mezclándome con la gente sin sentirme incómoda. Como me dijo Liam, esto es Nueva York, y aquí nadie parece preocuparse demasiado por los demás. La experiencia resultó ser una especie de escape para mí, permitiéndome sumergirme en el momento y disfrutar de un respiro necesario.

-Es cierto, adoptar ese enfoque puede ser muy beneficioso. Cuando nos distraemos con otros asuntos y nos alejamos de nuestros temores, podemos encontrar un alivio temporal y olvidar nuestras preocupaciones por un rato. Esta estrategia puede ser una herramienta útil que te permitirá enfrentar tus miedos de manera más gradual y manejable.

La clave es entrenar nuestra mente para desviar la atención hacia actividades y proyectos que nos resulten interesantes y gratificantes. Al involucrarnos en hobbies, pasatiempos o tareas que realmente nos apasionen, podemos crear un espacio de calma y bienestar que nos ayuda a distanciarnos de nuestras ansiedades. Este enfoque no solo nos ofrece un respiro, sino que también nos permite vivir más plenamente en el presente.

Recuerda que este proceso requiere tiempo y esfuerzo, y es normal que no veas resultados inmediatos. Sin embargo, al persistir en esta práctica, fortalecerás tu capacidad para gestionar tus preocupaciones y experimentar momentos de paz y satisfacción personal. Explorar y aplicar esta técnica puede ser un camino valioso para mejorar tu bienestar emocional y descubrir cómo puedes encontrar equilibrio en medio de tus desafíos.

-Definitivamente, ayer resultó ser muy efectivo.

-Julia, tras revisar detenidamente la grabación de nuestra sesión de ayer, he notado algunas contradicciones en tu relato sobre tu novio, Ángel. Según lo que contaste, Ángel era un chico atractivo que atraía a otras chicas en el colegio, lo que sugería que tenía la capacidad de haberte engañado con casi cualquiera, incluso con tu amiga Loísa, sin que tú te enteraras. Sin embargo, antes de que ambos os dirigierais a “La Peña” para tu primera experiencia sexual, Ángel decidió ir al almacén a encontrarse con Loísa, arriesgándose a ser descubierto.

Esta situación me resulta confusa, ya que no logro entender las razones detrás de su comportamiento. Si Ángel realmente estaba interesado en ser infiel, ¿por qué tomar el riesgo de encontrarse con Loísa justo antes de un evento tan significativo para los dos? Exponerse a la posibilidad de ser descubierto no parece tener mucho sentido si su intención era mantener una relación secreta o engañosa.

-Así fue, Lola. Lo vi con mis propios ojos. No se trataba solo de rumores o suposiciones; estaba allí y presencié la situación de primera mano. Fue una experiencia directa y tangible que me dejó claro lo que estaba sucediendo. Verlo personalmente me permitió entender la situación de manera más profunda. Si necesitas más detalles sobre lo que vi o cómo me sentí en ese momento, puedo compartir toda la información que pueda ayudarte a comprender mejor lo que ocurrió.

-Lo que viste estaba nublado por el alcohol, y es posible que tu percepción estuviera alterada debido a la intoxicación. El alcohol puede afectar significativamente nuestra capacidad para interpretar lo que realmente está sucediendo a nuestro alrededor. ¿Estás completamente segura de que eran Ángel y Loísa los que viste?

También es importante considerar si les diste la oportunidad de explicarse. ¿Les pediste directamente a Ángel o a Loísa que te aclararan la situación? Hablar con ellos y escuchar sus versiones de los hechos podría proporcionar una perspectiva más completa y ayudarte a entender mejor lo que realmente ocurrió. A veces, nuestras percepciones pueden ser influenciadas por el estado emocional y físico en el que nos encontramos, por lo que obtener una explicación directa puede ser clave para resolver cualquier confusión o malentendido.

-Presencié los eventos con bastante claridad, aunque reconozco que mi visión borrosa y el mareo causados por el alcohol pudieron haber influido en mi percepción. Es posible que mi mente, alterada por la bebida, haya distorsionado algunos detalles de la situación. Sin embargo, a pesar de estas condiciones, estoy firmemente convencida de que eran Ángel y Loísa los que vi.

Intenté ponerme en contacto con ellos para pedirles explicaciones y escuchar su versión de los hechos, pero me bloquearon en sus teléfonos móviles. Esto me dio la impresión de que habían planeado deliberadamente la situación para burlarse de mí o evitar enfrentar la realidad. Desde ese momento, nunca más volví a verlos, lo que intensificó mi sensación de traición y confusión. La falta de respuestas y la aparente intención de evitar cualquier tipo de diálogo me dejaron con muchas preguntas sin resolver y una herida difícil de sanar.

-Debes considerar que, al igual que lo que ocurrió con Liam y Sophie, es posible que hayas creado una narrativa en tu mente y que te resulte difícil aceptar la posibilidad de estar equivocada, Julia. A veces, nuestra perspectiva puede ser influenciada por nuestras emociones y experiencias previas, y puede llevarnos a interpretar las situaciones de manera parcial o errónea.

Sería beneficioso para ti escuchar más a las personas involucradas y considerar sus perspectivas antes de llegar a conclusiones apresuradas. Las relaciones personales pueden ser complejas, y a menudo las acciones de los demás no tienen una explicación lógica o clara inmediata. Mantener la calma y buscar una comunicación abierta es crucial para resolver cualquier conflicto o malentendido.

En lugar de quedarte atrapada en tus suposiciones, hubiera sido más constructivo tener una conversación honesta con Ángel y Loísa para esclarecer lo que ocurrió. Escuchar sus versiones de los hechos te habría proporcionado una visión más completa de la situación y te habría permitido tomar decisiones basadas en una información más precisa. Por otro lado...

-Por otro lado ¿qué? Lola.

-Si asumimos que lo que me contaste realmente ocurrió tal como lo describiste, no creo que sea motivo suficiente para tomar una decisión tan drástica como la que tomaste. Situaciones como esa son más comunes de lo que pensamos, y aunque son dolorosas, no deberían definir el resto de tu vida. Aprender a vivir con estas experiencias difíciles es parte del proceso de crecimiento personal.

Todos enfrentamos obstáculos y decepciones en algún momento, y lo crucial es cómo manejamos estos desafíos. En lugar de encerrarte en tu caparazón, es importante tener la valentía de seguir adelante y abrirse a nuevas experiencias. La vida está llena de oportunidades para aprender y crecer, y enfrentarlas con una mentalidad abierta puede llevarte a encontrar nuevas formas de felicidad y realización. No te límites a permanecer en el pasado; sigue adelante con la esperanza de descubrir nuevas posibilidades y relaciones que puedan enriquecer tu vida.

Me siento bastante confundida y necesito una explicación más detallada y clara de parte de Lola.

-Lola, me gustaría entender con más claridad a qué te refieres. ¿Estás sugiriendo que tal vez fui demasiado drástica al tomar esa decisión?

-Julia, comprendo que te sientas confundida y herida por lo que descubriste. No me corresponde juzgar si tu decisión fue excesiva o no, ya que cada persona maneja sus situaciones de manera única y personal. Lo que quiero expresar es que, aunque esa experiencia te haya causado un gran dolor, no la veo como la única razón para tomar una decisión tan drástica.

No pretendo minimizar tus sentimientos ni cuestionar la validez de tus decisiones, pero tengo la impresión de que hay algo más profundo detrás de tu reacción. Siento que hay un aspecto de la situación que no has compartido o que te resulta difícil abordar. Algo más ocurrió, algo que te rompió por dentro y ha dejado una marca duradera en tu vida. Me gustaría entender mejor lo que realmente te ha herido y cómo te ha influido, para poder ofrecerte el apoyo adecuado y ayudarte a enfrentar lo que sea que te esté afectando en este momento.

-No, Lola, no hubo nada más. Lo que te conté ayer es todo lo que ocurrió, no hay nada adicional que añadir. Es es todo lo que sucedió y no hay nada más.

-Yo creo que sí, y es probable que ese miedo a relacionarte con los demás provenga de esa experiencia traumática que me ocultas. Si en algún momento te sientes preparada para compartirla conmigo, estoy aquí para escucharte.

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La historia de Julia continua en:

Capítulo 9: No es tan fácil.


Liam, angustiado por la desaparición de Julia, comparte con Sophie su creciente desesperación y su pérdida de esperanza respecto al regreso de ella. Julia, decide llamar a Sophie, motivada por la insistencia de Lola, sospechando que Sophie podría ofrecerle algún tipo de ayuda emocional.

Lola y Julia.jpeg¿Donde estás.jpeg
 
Bueno, pues Sophie e Isabella parece que le van a ayudar mucho a recuperar a Julia y esa conversación con Sophie va a ser definitiva para hacerle ver que Liam le ama.
Además parece que Lola está consiguiendo ablandarla.
Es significativo lo último que le dice Lola de que algo más le está ocultando y pronto saldrá a la luz.
Por cierto, eso que dice Julia de que el amor es una mierda, me recuerda a mí en cuanto a fútbol, que cuando pierde el Sevilla, el fútbol me interesa cero. 😁
 
Julia o hay algo que no ha contado o debe de sufrir algún trastorno, ya que lo que le pasó (lo de los cuernos), si bien fue muy feo, tampoco es para volverse como una paria ante los demás.

Además, la chica es una profesional de los números, no concuerdan con sus generalizaciones sobre el amor y los hombres.

La chica tiene un problema mental, o diría que hasta me parece autista en cierto grado.
 
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