Pedromiguel
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No había duda de que me gustaba a mí.
Me sorprendió que me puse bastante celoso con Tania, no era demasiado razonable. Sobre todo después de la acción con él. Pero era así, estaba celoso y pese a ello me excitaba verlos.
Ya dije que yo sabía que no me era fiel, pero no era lo mismo verla y que lo hiciera en mi presencia.
Cuando bailaba con ella, su contacto me la ponía dura y cuando los veía a ellos y me imaginaba que estaban sintiendo, me seguía dura, con disimulo me tocaba sobre el pantalón. Era un pantalón corto, bastante ancho. Descubrí que me permitía sacarla por una pierna y tocarla desnuda, sin que se notara de lejos.
Cuando estábamos por irnos me llevó a bailar “la última”. Nos abrazamos, bastante alegres por todo lo que habíamos tomado, y los estímulos del trío, nos movíamos despacio, seguramente sin ninguna relación con la música que estaba sonando. No era lo importante. Me gustaba sentir su cuerpo semidesnudo bajo mis manos, caliente y algo sudado por el baile. Seguía solo vestida con el sostén y la falda.
Me apretó más y me dice al oído:
- Santiago me contó una historia. ¿Es cierto? - um, ese aliento cálido y húmedo en la oreja, ¡cómo me pone!
- no sé, ¿qué te contó? -tratando de ganar tiempo
- si no sabes, debe ser mentira, estuvieron juntos en la sauna hoy de tarde?
- ah! ¿Y qué te contó de eso?
. Sí, de eso. ¿Dice que le chupaste la polla en la sauna? ¿Qué te dio toda la leche en la boca y te la tragaste?
Porque eso es lo que me contó. ¿Eres puto?
- bueno, sí, es verdad. Es lo que pasó. Soy bi, me gusta el sexo con mujeres y con hombres.
- me dijo, que te dijo, que me iba a contar porque quiere follarnos a los dos - me mordió la oreja, y me quejé, cuando dijo eso, como enojada.
- sí, lo hizo, pero no creí que lo fuera a hacer. No estoy muy seguro de querer que te folle.
Se separó de mí, seguimos abrazados, y me miró a los ojos, seria.
- Yo estoy muy segura de que no lo voy a coger! Es un idiota soberbio, no me gusta. Por eso lo estoy dejando que se caliente conmigo. ¡Espero darle un buen dolor de huevos! Y ahora vamos a coger que estoy muy caliente, el juego con los dos ha sido divertido. Es un soberbio... ¡pero está muy bueno! Vos hacé lo que quieras con él. A mí no me molesta, creo.
Pero no seas nabo. Solo eso.
Me sorprendió que me puse bastante celoso con Tania, no era demasiado razonable. Sobre todo después de la acción con él. Pero era así, estaba celoso y pese a ello me excitaba verlos.
Ya dije que yo sabía que no me era fiel, pero no era lo mismo verla y que lo hiciera en mi presencia.
Cuando bailaba con ella, su contacto me la ponía dura y cuando los veía a ellos y me imaginaba que estaban sintiendo, me seguía dura, con disimulo me tocaba sobre el pantalón. Era un pantalón corto, bastante ancho. Descubrí que me permitía sacarla por una pierna y tocarla desnuda, sin que se notara de lejos.
Cuando estábamos por irnos me llevó a bailar “la última”. Nos abrazamos, bastante alegres por todo lo que habíamos tomado, y los estímulos del trío, nos movíamos despacio, seguramente sin ninguna relación con la música que estaba sonando. No era lo importante. Me gustaba sentir su cuerpo semidesnudo bajo mis manos, caliente y algo sudado por el baile. Seguía solo vestida con el sostén y la falda.
Me apretó más y me dice al oído:
- Santiago me contó una historia. ¿Es cierto? - um, ese aliento cálido y húmedo en la oreja, ¡cómo me pone!
- no sé, ¿qué te contó? -tratando de ganar tiempo
- si no sabes, debe ser mentira, estuvieron juntos en la sauna hoy de tarde?
- ah! ¿Y qué te contó de eso?
. Sí, de eso. ¿Dice que le chupaste la polla en la sauna? ¿Qué te dio toda la leche en la boca y te la tragaste?
Porque eso es lo que me contó. ¿Eres puto?
- bueno, sí, es verdad. Es lo que pasó. Soy bi, me gusta el sexo con mujeres y con hombres.
- me dijo, que te dijo, que me iba a contar porque quiere follarnos a los dos - me mordió la oreja, y me quejé, cuando dijo eso, como enojada.
- sí, lo hizo, pero no creí que lo fuera a hacer. No estoy muy seguro de querer que te folle.
Se separó de mí, seguimos abrazados, y me miró a los ojos, seria.
- Yo estoy muy segura de que no lo voy a coger! Es un idiota soberbio, no me gusta. Por eso lo estoy dejando que se caliente conmigo. ¡Espero darle un buen dolor de huevos! Y ahora vamos a coger que estoy muy caliente, el juego con los dos ha sido divertido. Es un soberbio... ¡pero está muy bueno! Vos hacé lo que quieras con él. A mí no me molesta, creo.
Pero no seas nabo. Solo eso.