Follar delante de gente. [Hilo para tratar sobre su temática y NO para contactar]

Si alguna chica o pareja quisiera, me gustaría follarme a mi chica mientras me miran. No se, tenemos esa fantasía muy amenudo últimamente.
Si buscais chica o pareja os recomiendo pasaros por un local liberal, los de zaragoza son un poco cutrecillos, os recomiendo madrid o barcelona
 
Habéis follado alguna vez en casa junto a una pareja de amigos, sin intercambio? Es uña situación que me imagino y me pone mucho.
Me imagino tomando unas copas con ellos y que se va calentando la cosa …
 
Habéis follado alguna vez en casa junto a una pareja de amigos, sin intercambio? Es uña situación que me imagino y me pone mucho.
Me imagino tomando unas copas con ellos y que se va calentando la cosa …

Yo tengo una experiencia con mi mujer y otra pareja justo como cuentas y es, con diferencia de las cosas más excitantes que me han pasado en la vida.

En breve voy contando.
 
Yo tengo una experiencia con mi mujer y otra pareja justo como cuentas y es, con diferencia de las cosas más excitantes que me han pasado en la vida.

En breve voy contando.

Es una historia bastante larga de contar, porque es una situación que se dio por un calentamiento de las dos parejas poco a poco a lo largo del fin de semana, así que la dividiré en partes.

Ocurrió durante un fin de semana que nos fuimos a la playa con otra pareja, Emilio y Marina, los dos, antiguos compañeros de la facultad de Elena, mi mujer.

Llegamos el viernes, ya de noche y bastante cansados, por lo que nos fuimos a cenar algo rápido y a la cama.

Estábamos en la cama besándonos y metiéndonos mano cuando empezamos a oir los gemidos de Marina, un tanto ahogados, que no dejaban dudas sobre lo que estaban haciendo. Al poco, empezamos a oír a Emilio gimiendo a un ritmo cada vez más rápido hasta que escuchamos un gritito de ella que anunciaba su orgasmo.

Nos habíamos parado para poder oírles mejor y en cuanto acabaron, volvimos a la acción. Le dije a Elena que no podíamos ser menos que ellos y me baje a hacerle una buena comida de coño, que es lo que más loca le vuelve. Al principio se cortaba un poco pero conforme iba aumentando la intensidad de mis lamidos iba subiendo el volumen de los gemidos y gritando una y otra vez “Sí, sí, si, no pares, no pares”

Cuando llegó el orgasmo los suspiros se debieron oír en toda la vecindad. Acto seguido comencé a follarla y ella otra vez con los gemidos, a los que uní los míos hasta que nos corrimos los dos.

Al día siguiente, mientras estábamos desayunando, Marina comentó que parecía que nos lo habíamos pasado bastante bien. Yo contesté que, por lo que oímos, ellos tampoco lo habían pasado mal. Y ella me dijo algo así como “No tan bien como Elena, porque a ti no se te oía” Y mi mujer, sin cortarse, dijo “Claro, porque no podía hablar, tenía la lengua ocupada en otras cosas”.

Emilio casi escupe el desayuno y todos nos partimos de la risa cuando su mujer le dijo “Ves, a ver si aprendes, que enseguida te cansas”

El día transcurrió sin más sobresaltos, mañana en la playa, arrocito en una terraza para comer, vuelta a la playa por la tarde y a casita a cenar unas pizzas. Yo había propuesto ir a una playa nudista cercana, pero ellos decían que les daba corte y que a lo mejor otro día, así que me tuve que conformar con un día de playa corriente.

Luego sigo…
 
Después de cenar nos pusimos a jugar a las cartas y para animar el juego decidimos que quien perdiera en cada ronda tenía que tomarse un chupito.

Al rato ya estábamos todos bastante achispados y yo propuse que el que perdiera, aparte de beberse el chupito, tenía que quitarse una prenda. Elena nunca rehuye un reto y además ya teníamos experiencia en el tema de juegos de cartas y despelote, así que aceptó de inmediato. Ellos se miraron y dijeron que vale.

Por resumir, pasado el tiempo estábamos de esta guisa: Emilio y yo en calzoncillos, Elena en ropa interior y Marina en ropa interior y camiseta.

El siguiente en perder y primero en quedarse en bolas fuí yo, a continuación Elena, dos veces seguidas que se puso de pie para quitarse las braguitas y que la pudiésemos ver bien, incluso se dió la vuelta para enseñarnos el culito.

Marina, que se veía ganadora, empezó a picarnos diciendo que nosotros ya no teníamos nada que perder y que habría que ponernos una prenda, un reto o algo así. Quedamos en que si perdía uno de los dos, el resto podía tocarnos el culo durante diez segundos.

Perdió Marina dos veces seguidas y por primera vez pude contemplar esas maravillosas tetas. A continuación yo, que les puse el culo en pompa para que me lo sobaran, muertos de risa. El siguiente reto sería tocarle las tetas al perdedor otros diez segundos. Perdió Emilio, quedándose en pelotas y Marina dijo que ya había ganado y que podíamos dejarlo, pero le dijimos que ni de coña, que hasta que no estuviésemos todos desnudos no parabamos.

Perdió mi mujer y le sobeteamos las tetitas. Yo empezaba a calentarme y Emilio también a juzgar por lo morcillona que se nos iba poniendo. Lo siguiente sería besarle el culo al que perdiera, aunque nos la saltamos porque, por fin, perdió Marina y pudimos verla totalmente en bolas tras hacernos un mini strip tease que ya nos puso a los dos chicos con la polla mirando al cielo.

Estábamos todos bastante excitados y decidimos seguir jugando. La siguiente fue, como decía, besar el culo y tengo que confesar que perdí aposta. Esta era un tanto inocente pero tenía su gracia.

La siguiente era besar las tetas y Elena dijo que se presentaba voluntaria para perder. Era evidente que empezaba a ser mejor perder que ganar, así que cambiamos las reglas y el reto había que hacérselo al ganador y subimos el tiempo a veinte segundos.

Ganó Elena, primero fui yo, luego Marina y terminó Emilio que le dejó los pezones como escarpias, era evidente que lo había disfrutado.

Volvimos a subir el nivel con el siguiente reto, tocar los genitales al ganador. Y gané, empatado con Marina. Como somos unos caballeros, primero le tocó el turno a ella, empezando su marido que no se limitó a ponerle la mano encima del coño sino que le metió un poquito el dedo en la vagina. Elena se concentró más en el clítoris, arrancándole unos gemidos de gozo. Cuando me tocó a mí, llevé el dedo a su rajita, que estaba empapada y entró solo.

En mi turno mi mujer comenzó a masturbarme sin previo aviso, luego siguió Marina y terminó Emilio, que pensaba que se iba a cortar, pero no. Si hubiese sido más tiempo me habría corrido seguro.

Finalmente, decidimos que la siguiente sería la última prueba. El ganador recibiría sexo oral del resto y, para hacerlo más interesante, serían treinta segundos.

Y aquí lo dejo, por ahora…
 
Yo con una novia que tenía hace años, en un local de intercambio.
 
Bueno la experiencia no estuvo mal. Era gracioso que follabas en camas grandísimas con otras parejas follando al lado tuyo y con tíos que iban con sus parejas mirando como follabas y masturbándose.
Jejejeje, está muy guay, yo también lo he probado y me lo pasé genial, lo mismo que comentas, follando a mi pareja (que no mi mujer) delante otra pareja, parando para ver como follan ellos, luego ellos parando para vernos, hablando entre nosotros mientras lo hacemos, intercambiando... Una pasada.
 
Jejejeje, está muy guay, yo también lo he probado y me lo pasé genial, lo mismo que comentas, follando a mi pareja (que no mi mujer) delante otra pareja, parando para ver como follan ellos, luego ellos parando para vernos, hablando entre nosotros mientras lo hacemos, intercambiando... Una pasada.
Pues si , tiene que ser fantástico, yo no probé eso con otra pareja , pero me encantaria
 
Sigo mi historia y perdón por la espera

En la prueba final, nuevo empate, esta vez de Elena y Emilio. Mi mujer se sentó en el sofá y abrió las piernas ofreciéndonos su coño. Me arrodillé y comencé a pasarle la lengua por los labios y al entrada de la vagina. A continuación fue Marina quien se dirigió directa al clítoris mientras nosotros dos nos acariciamos el rabo sin disimulo. Finalmente Emilio comenzó a lamerle todo el chocho, desde la raja al botoncito.

Ahora le tocaba a él y fue su mujer quien comenzó a hacerle una mamada de auténtica experta, para mi sorpresa, metiéndose el rabo, que no era pequeño, hasta la base. Luego fue mi mujer quien se dedicó a succionarle con los labios a toda velocidad la punta del rabo. Al terminar se sentó en el sofá y comenzó a hacerse un dedito.

Era mi turno, y no era la primera vez que me comía una polla, demostrando mis habilidades hasta el punto de dejarle al límite del orgasmo.

Entonces, sin decir nada, me arrodillé delante de Elena y volví a comerle su coñito, esta vez ya sin prisa y con toda la dedicación. Marina, que estaba sentada a su lado, le hizo un gesto a su marido para que hiciera lo mismo. Os podéis imaginar lo que era eso, cada uno comiéndole el chichi a nuestra mujer a escasos centímetros el uno del otro.

Elena, al igual que la noche anterior, comenzó a gritar “sigue, sigue, así, así” hasta que finalmente apretó las piernas en torno a mi cabeza y supe que había llegado al final. Cuando se relajó, nos pusimos a mirar a nuestros amigos. Emilio seguía dale que te pego pero con escaso éxito. Entonces se apartó y dijo que no podía más, que tenía la lengua destrozada.

Mi mujer tomó mi cabeza y la guió a la entrepierna de Marina para que ocupase el lugar de su marido. Comencé mi labor mientras nuestras parejas no dejaban de observarnos y, poco a poco, vi como respondía a mi atención incrementando sus jadeos y el movimiento de la pelvis hasta que estalló en un orgasmo feroz.

Al tiempo pude oír a Elena diciéndome “Fóllame, fóllame ya”. Le subí un poco el culo y se la clavé de frente mientras apoyaba la espalda en el sofá. Emilio cogió a Marina, la puso a cuatro patas en el suelo y empezó a follarsela.

No quería perdérmelo, por lo que se la saqué a mi mujer para sentarme yo en el sofá mientras ella me montaba dándome la espalda para poder ver mejor a nuestros amigos. Vimos como Emilio se tensaba y arqueaba la espalda dando las últimas embestidas que indicaban que había terminado y casi al unísono lo hizo Marina.

Supongo que el verlos sobreexcitó a Elena porque, por segunda vez, se corrió, lo que agradecí porque estaba aguantando como podía, estaba a reventar y yo también me corrí.

Ya agotados, nos fuimos cada uno a nuestra habitación.

Al día siguiente, las dos parejas coincidimos en que había sido una auténtica pasada, pero que era mejor que no se repitiera porque habíamos estado a un pelo de ir a más y eso podía poner en peligro nuestra amistad.

Eso sí, ya no tuvimos problema en ir a la playa nudista, y hemos repetido todos los años, ya con nuestras familias.
 
Sigo mi historia y perdón por la espera

En la prueba final, nuevo empate, esta vez de Elena y Emilio. Mi mujer se sentó en el sofá y abrió las piernas ofreciéndonos su coño. Me arrodillé y comencé a pasarle la lengua por los labios y al entrada de la vagina. A continuación fue Marina quien se dirigió directa al clítoris mientras nosotros dos nos acariciamos el rabo sin disimulo. Finalmente Emilio comenzó a lamerle todo el chocho, desde la raja al botoncito.

Ahora le tocaba a él y fue su mujer quien comenzó a hacerle una mamada de auténtica experta, para mi sorpresa, metiéndose el rabo, que no era pequeño, hasta la base. Luego fue mi mujer quien se dedicó a succionarle con los labios a toda velocidad la punta del rabo. Al terminar se sentó en el sofá y comenzó a hacerse un dedito.

Era mi turno, y no era la primera vez que me comía una polla, demostrando mis habilidades hasta el punto de dejarle al límite del orgasmo.

Entonces, sin decir nada, me arrodillé delante de Elena y volví a comerle su coñito, esta vez ya sin prisa y con toda la dedicación. Marina, que estaba sentada a su lado, le hizo un gesto a su marido para que hiciera lo mismo. Os podéis imaginar lo que era eso, cada uno comiéndole el chichi a nuestra mujer a escasos centímetros el uno del otro.

Elena, al igual que la noche anterior, comenzó a gritar “sigue, sigue, así, así” hasta que finalmente apretó las piernas en torno a mi cabeza y supe que había llegado al final. Cuando se relajó, nos pusimos a mirar a nuestros amigos. Emilio seguía dale que te pego pero con escaso éxito. Entonces se apartó y dijo que no podía más, que tenía la lengua destrozada.

Mi mujer tomó mi cabeza y la guió a la entrepierna de Marina para que ocupase el lugar de su marido. Comencé mi labor mientras nuestras parejas no dejaban de observarnos y, poco a poco, vi como respondía a mi atención incrementando sus jadeos y el movimiento de la pelvis hasta que estalló en un orgasmo feroz.

Al tiempo pude oír a Elena diciéndome “Fóllame, fóllame ya”. Le subí un poco el culo y se la clavé de frente mientras apoyaba la espalda en el sofá. Emilio cogió a Marina, la puso a cuatro patas en el suelo y empezó a follarsela.

No quería perdérmelo, por lo que se la saqué a mi mujer para sentarme yo en el sofá mientras ella me montaba dándome la espalda para poder ver mejor a nuestros amigos. Vimos como Emilio se tensaba y arqueaba la espalda dando las últimas embestidas que indicaban que había terminado y casi al unísono lo hizo Marina.

Supongo que el verlos sobreexcitó a Elena porque, por segunda vez, se corrió, lo que agradecí porque estaba aguantando como podía, estaba a reventar y yo también me corrí.

Ya agotados, nos fuimos cada uno a nuestra habitación.

Al día siguiente, las dos parejas coincidimos en que había sido una auténtica pasada, pero que era mejor que no se repitiera porque habíamos estado a un pelo de ir a más y eso podía poner en peligro nuestra amistad.

Eso sí, ya no tuvimos problema en ir a la playa nudista, y hemos repetido todos los años, ya con nuestras familias.
Una historia sensacional, una pasada. A ese tipo de experiencias me refería. Ha caído una buena paja leyendo tu relato.
Alguien más tiene alguna historia real parecida? Pero sobre todo en vuestras casas, no en locales de intercambio, aunque también me ponen, me gustan más entre parejas de amigos sin experiencia liberal.
 
Mi mujer me ha confesado que nos vean follar es algo que la excita mucho y la gustaría probar. No se atreve pero si encontrase a alguien de confianza o una situación adecuada seguro que lo haría. Ya que es algo que ella quiere.
Así estamos unos cuantos. Se ponen bien cachondas pensando en follar con otra pareja delante (yo el primero que me pongo brutote), pero después empiezan con los miedos de si a ver si van a ser unos locos, de si nos van a hacer algo… y aunque creo que se puede dar varios pasos antes para ir conociendo a esa pareja, no se atreven a ir poco a poco. De todas formas, creo que a medida que van cumpliendo años, se vuelven más deshinibidas.
 
Aún estoy en fase inicial ( casi no me atrevo a mencionarlo , solo alguna vez cuando follamos ) así que lo del local Liberal me pilla muy lejos jejejee
creeis que si se busca de una forma directa podria tener resultado , ??
porque para que fuera algo espontáneo , se te tienen que juntar los astros
alguien le ha pasado algo parecido ?
Yo a mi mujer le he comentado varias veces de ir a un local de intercambio y se niega rotundamente, me dice que en el momento de ir dejaríamos la relación. Piensa que ella no podría verme follar con otra.
Y sin embargo ella si que fue hace años con un follamigo que tenía cuando no tenía pareja y yo también fui, antes de estar con ella, con una follamiga que tenía, ya he comentado las dos situaciones en otros foros.
Ella dice que si va a un local de este tipo sería si no tuviese sentimientos hacia mi. Piensa que se perderían los sentimientos que tenemos mutuamente.
 
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