Estoy ahora más tranquilo, sigo en la otra habitación, he sacado el portátil y voy a escribir, que siempre me ayuda a relajarme y poner orden en mi cabeza. Carmen ha entrado hace unos minutos, con restos de semen en la barbilla y unos goterones tremendos en las tetas, y me ha dicho "buenos días, amor, la mejor sesión de sexo de mi vida, te quiero, voy a ducharme". Le he preguntado si se van ya y me ha dicho que no cree, sonriendo y haciéndome un guiño.
Esto que hemos hecho marca claramente un antes y un después en nuestra relación, sexual por supuesto, pero creo que también lo va a hacer como pareja, como matrimonio. Durante esta noche, mientras los escuchaba follar hasta que se cansaron (más de las 2:00 de la mañana) y luego en el silencio de la noche, he llegado a muchas conclusiones.
1. Que aunque creas que conoces a tu mujer, no la conoces.
2. Que aunque hayas tenido sexo abierto/liberal, trios, etc y creas que la conoces más, sexualmente, y lo has visto todo, no lo has visto todo.
3. Que si buscas tíos para follarte a tu mujer, los busques como los busques, guapos, cañeros, o pollones, los encuentras en 24 horas, pongas los requisitos que pongas. Todos los que quieras.
4. Que una mujer es capaz de aguantar mucho sexo. Mucho. Los tíos nos corremos, una o varias veces, y estamos listos. Si tu mujer tiene a varios a su disposición, es capaz de aguantar muchísimas horas teniendo sexo. Si encima, como ha pasado esta noche, uno es jovencito y otro ha tomado Cialis, tienes sexo para todas las horas que quieras.
5. Que la cabeza de un marido puede estar a la vez disfrutando como un cerdo viendo como empalan a tu mujer, grita de gusto como una cerda, y pide más polla, y al mismo tiempo tener las entrañas encogidas y sentir casi dolor físico en el pecho.
Ahora están en la ducha, no sé si los dos con ella o solo uno, de risas y charla (no están follando).
Acaba de llamar al portero el guapete, que se tuvo que ir a pasar la noche con su mujer y ha vuelto. He salido a abrirle y él y el cañero me han preguntado si todo bien, y si se pueden quedar un rato más ahora, que Carmen les ha pedido que se queden. El problema, que me deja claro que tengo que ir al psicólogo, no con ella sino yo solo, es que mi cabeza me dice "para, para ya" y mis entrañas me dicen "déjalos, déjalos follar y disfruta mirando como la revientan otra vez".
Una cosa que me llama la atención es que no me he pajeado ni corrido, ni ayer por la tarde cuando empezaron, de tranquilos, y no se había desmadrado la cosa, ni esta noche oyéndolos follar, ni esta mañana cuando me ha despertado un orgasmo de Carmen. Me he levantado empalmado, ahora la tengo dura como un yunque, con presemen en la punta, pero no me he pajeado ni me apetece hacerlo. Seguramente porque si me corro, los voy a echar a patadas.
Me acabo de asomar, están los tres en el sofá, en pelotas, de risas y bromas, mientras Carmen está de rodillas mamando una tras otra polla y pajeando a otra.