Ha ocurrido, aunque no como yo pensaba (mis primeros cuernos). [Hilo para tratar sobre su temática y NO para contactar]

Es una suerte encontrar una pareja con la que tener complicidad. Nosotros tuvimos una época "swinger" en la que probamos con varias parejas, pero con ninguna cuajó la cosa. Incluso en dos ocasiones la cosa no acabó nada bien.
Con una de las parejas, después de tres encuentros que, pensábamos, habían estado bien, empezaron a poner pegas para quedar. Cuando les insistimos ella nos soltó que yo no daba la talla y que no estaba satisfecha. Pero lo dijo de manera totalmente insultante, para hacernos sentir culpables.
Y con la última pareja que lo intentamos también acabó mal la cosa. Después del primer encuentro, él contactó con mi mujer para verse a espaldas de mí y de su mujer. Evidentemente ahí cortamos toda relación, aunque con el tiempo volvimos a saber de ella, poco después de aquello se había separado de él.
Muy acertado comentario. De hecho ellos mismos nos han comentado los peligros de tener una pareja fija, aunque a priori parezca la panacea. Hemos quedado con ellos otra vez después de esa primera, y la idea es solo vernos con ellos de manera muy esporádica, aunque sí nos han dicho que nos van a presentar a varias parejas y a un par de chicos con los que creen que podemos encajar.
 
La segunda vez que quedemos con Ana y Antonio se vinieron a casa. Esto era una de las cosas que pensábamos que jamás haríamos, meter a alguien en casa. Pero en primer lugar, nos han transmitido mucha confianza. Y en segundo lugar, al ser una pareja, de nuestra edad aproximada, de nuestro "estilo" más o menos, no genera extrañeza en los vecinos de las casas colindantes, lo que sí haría ver entrar y salir a un tío solo.

Se vinieron sobre las 20 horas, para una cena tranquila. Una sensación que me llamó la atención, por extraña, es estar cenando con una pareja, en tu casa, donde pasas tu vida habitualmente con tus amigos, sabiendo que en una hora o dos vas a estar follando con la mujer de otro y él se va a estar follando a tu mujer, posiblemente en tu cama.

Después de cenar nos pusimos unas copas y salimos a nuestra terraza. Es una terraza bastante amplia, desde la que se ve el mar. Por la disposición que tiene es muy privada, y no hay forma de que te vea nadie, si no te pones prácticamente en la barandilla, en la que entonces te pueden ver los vecinos de ambos lados (aunque son de extranjeros y ahora no están). Pusimos un poco de música, y esta vez les habíamos dicho a las chicas que nos gustaría verlas jugar. Mi mujer se deja hacer, se deja comer coño y come coño, aunque no es muy proactiva en sexo bi. Pero esta vez, sería por estar en casa, la confianza que nos dan Ana y Antonio, o las copas, la vi más predispuesta.

Antonio y yo nos sentamos en los dos sofás individuales que hay y ellas se sentaron en el triple que hay en medio; al principio ninguna de las dos se lanzaba y hubo risas y bromas. Me extrañó pero luego recordé que en la primera cita habíamos follado, pero entre ellas ni se habían tocado. Al final Ana se lanzó a darle un pico, y a los pocos minutos se estaban comiendo la boca de una manera que no esperaba, con pasión, con ganas. Bajé la música al mínimo porque como ya os he comentado, me pone cerdisimo el sonido del sexo entre dos personas. El chasquear de las bocas, los sonidos húmedos de las lenguas, los gemidos contenidos (o no tan contenidos). Antonio y yo estábamos completamente absortos, con las pollas al aire y tocándonos. Ahí pude ver lo que decía mi mujer, que de tamaño iba justo, lo estándar. Ellas ya se habían desabotonado blusas, pechos al aire y comiéndose los pezones alternativamente, y con las manos cruzadas cada una en el coño de la otra. Ana llevaba unas bragas rojas de encaje espectaculares que me pusieron a mil. Yo esperaba que Ana se bajase al pilón a comerle el coño a Ana, pero me sorprendió escuchar a Carmen decirle "voy a comerte el coño" y levantarse, arrodillarse, abrirle a tope las piernas a Ana, y meter la cabeza dentro. Casi me corro. De nuevo, curioso el cerebro cómo reacciona a los nuevos impulsos. Llevo meses viendo cómo se follan a C. de todas las maneras, la he visto con el coño y el culo, la cara y la boca llenas de lefa, tener varios orgasmos seguidos en tres minutos follada por tres tíos, y simplemente escucharla decir "voy a comerte el coño" casi hace que me corra. Antonio y yo nos levantamos y acercamos a sentarnos uno a cada lado, apretados junto a ellas, para disfrutar del espectáculo de ver la lengua de C en el clítoris de Ana y cómo le metía y sacaba varios dedos del coño. Ese sonido de fluidos, ese olor a sexo, esos gemidos... es una droga, creedme. Una droga. A los pocos minutos Ana empezó a mover la pelvis arriba y abajo de manera incontrolada, estaba claro que se iba a correr. Enseguida empezó a gemir y a decir "no pares, no pares, no pares..." y se corrió como una bendita en la boca de Carmen. Ahí vino otra de las imágenes para no olvidar: Carmen se separa del coño de Ana y nos mira sonriente a todos; su cara, colorada del esfuerzo, su pelo alborotado cayendo por su frente, su blusa abierta mostrando sus maravillosos pechos, y toda su boca y barbilla chorreando de los flujos de Ana.
 
La segunda vez que quedemos con Ana y Antonio se vinieron a casa. Esto era una de las cosas que pensábamos que jamás haríamos, meter a alguien en casa. Pero en primer lugar, nos han transmitido mucha confianza. Y en segundo lugar, al ser una pareja, de nuestra edad aproximada, de nuestro "estilo" más o menos, no genera extrañeza en los vecinos de las casas colindantes, lo que sí haría ver entrar y salir a un tío solo.

Se vinieron sobre las 20 horas, para una cena tranquila. Una sensación que me llamó la atención, por extraña, es estar cenando con una pareja, en tu casa, donde pasas tu vida habitualmente con tus amigos, sabiendo que en una hora o dos vas a estar follando con la mujer de otro y él se va a estar follando a tu mujer, posiblemente en tu cama.

Después de cenar nos pusimos unas copas y salimos a nuestra terraza. Es una terraza bastante amplia, desde la que se ve el mar. Por la disposición que tiene es muy privada, y no hay forma de que te vea nadie, si no te pones prácticamente en la barandilla, en la que entonces te pueden ver los vecinos de ambos lados (aunque son de extranjeros y ahora no están). Pusimos un poco de música, y esta vez les habíamos dicho a las chicas que nos gustaría verlas jugar. Mi mujer se deja hacer, se deja comer coño y come coño, aunque no es muy proactiva en sexo bi. Pero esta vez, sería por estar en casa, la confianza que nos dan Ana y Antonio, o las copas, la vi más predispuesta.

Antonio y yo nos sentamos en los dos sofás individuales que hay y ellas se sentaron en el triple que hay en medio; al principio ninguna de las dos se lanzaba y hubo risas y bromas. Me extrañó pero luego recordé que en la primera cita habíamos follado, pero entre ellas ni se habían tocado. Al final Ana se lanzó a darle un pico, y a los pocos minutos se estaban comiendo la boca de una manera que no esperaba, con pasión, con ganas. Bajé la música al mínimo porque como ya os he comentado, me pone cerdisimo el sonido del sexo entre dos personas. El chasquear de las bocas, los sonidos húmedos de las lenguas, los gemidos contenidos (o no tan contenidos). Antonio y yo estábamos completamente absortos, con las pollas al aire y tocándonos. Ahí pude ver lo que decía mi mujer, que de tamaño iba justo, lo estándar. Ellas ya se habían desabotonado blusas, pechos al aire y comiéndose los pezones alternativamente, y con las manos cruzadas cada una en el coño de la otra. Ana llevaba unas bragas rojas de encaje espectaculares que me pusieron a mil. Yo esperaba que Ana se bajase al pilón a comerle el coño a Ana, pero me sorprendió escuchar a Carmen decirle "voy a comerte el coño" y levantarse, arrodillarse, abrirle a tope las piernas a Ana, y meter la cabeza dentro. Casi me corro. De nuevo, curioso el cerebro cómo reacciona a los nuevos impulsos. Llevo meses viendo cómo se follan a C. de todas las maneras, la he visto con el coño y el culo, la cara y la boca llenas de lefa, tener varios orgasmos seguidos en tres minutos follada por tres tíos, y simplemente escucharla decir "voy a comerte el coño" casi hace que me corra. Antonio y yo nos levantamos y acercamos a sentarnos uno a cada lado, apretados junto a ellas, para disfrutar del espectáculo de ver la lengua de C en el clítoris de Ana y cómo le metía y sacaba varios dedos del coño. Ese sonido de fluidos, ese olor a sexo, esos gemidos... es una droga, creedme. Una droga. A los pocos minutos Ana empezó a mover la pelvis arriba y abajo de manera incontrolada, estaba claro que se iba a correr. Enseguida empezó a gemir y a decir "no pares, no pares, no pares..." y se corrió como una bendita en la boca de Carmen. Ahí vino otra de las imágenes para no olvidar: Carmen se separa del coño de Ana y nos mira sonriente a todos; su cara, colorada del esfuerzo, su pelo alborotado cayendo por su frente, su blusa abierta mostrando sus maravillosos pechos, y toda su boca y barbilla chorreando de los flujos de Ana.
Pues si una imagen espectacular, esperando la continuación, gracias por estos aportes.
 
Lo que ocurre es que ahora me da más morbo verla a ella, que follar yo a otras. No dejo de pensar en lo de anoche y lo de última hora de esta mañana.
Espero que al menos le hicieras el amor cuando ellos se fueron..

Por cierto, los del hotel fliparian con el asunto 😬
 
Estamos en Sevilla de fin de semana. Esta noche salimos cada uno por un lado, libertad para hacer lo que queramos con quien queramos, sin tener que contarlo si no queremos. Solo una regla, al hotel llegamos a la hora que queramos, pero solos.
 
Estamos en Sevilla de fin de semana. Esta noche salimos cada uno por un lado, libertad para hacer lo que queramos con quien queramos, sin tener que contarlo si no queremos. Solo una regla, al hotel llegamos a la hora que queramos, pero solos.
Osea que en vuestro hotel no os podéis llevar a quien os folleis
 
Una curiosidad,cuando vas de caza y conoces a una mujer,si te pregunta si estás casado,le dices que no o le dices que si pero es un matrimonio abierto?
Le cuento la verdad. Realmente no es un matrimonio abierto. Solo en determinados momentos, cuando “jugamos”, y solo hace unos meses.

Edito: a según qué horas y sitios, ninguna mujer pregunta. Si le gustas te folla y punto.
 
Estamos en Sevilla de fin de semana. Esta noche salimos cada uno por un lado, libertad para hacer lo que queramos con quien queramos, sin tener que contarlo si no queremos. Solo una regla, al hotel llegamos a la hora que queramos, pero solos.
buenos días, igual es pronto para saber que tal la noche? la tuya, y lo que sepas de la de ella. Gracias
 
Buenos días, estamos en el hotel, recién despertados. Yo llegué a las 4. Ella sobre las 5. Ambos hemos follado
Cuando puedas, si lo estimas oportuno nos lo cuentas y en mi caso me gustaría mas saber como va y evoluciona vuestra relación personal. Gracias y que lo disfrutéis.
 
No la escuché llegar, yo me había duchado y estaba dormido. Ella al parecer llegó sobre las 5, se duchó también (no me enteré de nada) y se acostó. Esta mañana en el desayuno nos lo hemos contado, ha sido una experiencia sensual y bonita contárnoslo, nos ha gustado.

Yo fui a cenar en un restaurante del centro, y luego me fui a tomarme algo, con las expectativas bastante bajas. Después de una hora o así de cruce de miraditas y la tontería típica de la "caza", me puse a charlar con un grupito de cuarentonas largas, que estaban de despedida de una amiga (pero nada de vestidas raras ni cosas así, sino elegantes, con cierto estilo). Al final me quedé solo y acabé liado con una de ellas, cincuenta y pico, no especialmente guapa pero un culo y unas tetas tremendas, la típica gordibuena que nos gusta a todos los hombres. Morreos a la salida del pub (ya estábamos solos ella y yo), manoseos en la calle más oscura que pudimos, Uber y a su casa. Una follada rápida pero intensa, ella bastante guarrilla, y para el hotel en Uber de nuevo. Un polvo razonablemente correcto. (A Carmen, por supuesto, le he dado todos los detalles).

Mi mujer me cuenta que después de cenar se dio un paseo, entró en un par de sitios, y en uno de ellos dio con un par de jovencitos (calcula no más de 25). Dice que fue ella quien les entró, que se puso cachonda de pensar que era ella quien se los iba a follar, no al contrario. Charla, risas, tonteo, toquecitos y al final magreo y sobeteo con uno de ellos. Estudiantes, así que sin sitio discreto, así que a lo pragmático: hotel/hostal más cercano. Subió solo con uno de ellos, y por lo visto el chavalete era un artista, follando desde las 12 y pico hasta las 4 más o menos. El chaval, iluso, le ha pedido teléfono o ********* porque pensaba seguir viéndola. Decía que quería ser su follamigo. Evidentemente, se va a quedar con las ganas. Carmen, evidentemente, me ha dado más detalles, algunos bastante morbosos.

Edito: este tipo de aventuras más light meten picante a la relación, nos ponen cachondos, y no rompen nuestra cabeza. Tiene pinta de que vamos a repetirlo bastante.
 
No la escuché llegar, yo me había duchado y estaba dormido. Ella al parecer llegó sobre las 5, se duchó también (no me enteré de nada) y se acostó. Esta mañana en el desayuno nos lo hemos contado, ha sido una experiencia sensual y bonita contárnoslo, nos ha gustado.

Yo fui a cenar en un restaurante del centro, y luego me fui a tomarme algo, con las expectativas bastante bajas. Después de una hora o así de cruce de miraditas y la tontería típica de la "caza", me puse a charlar con un grupito de cuarentonas largas, que estaban de despedida de una amiga (pero nada de vestidas raras ni cosas así, sino elegantes, con cierto estilo). Al final me quedé solo y acabé liado con una de ellas, cincuenta y pico, no especialmente guapa pero un culo y unas tetas tremendas, la típica gordibuena que nos gusta a todos los hombres. Morreos a la salida del pub (ya estábamos solos ella y yo), manoseos en la calle más oscura que pudimos, Uber y a su casa. Una follada rápida pero intensa, ella bastante guarrilla, y para el hotel en Uber de nuevo. Un polvo razonablemente correcto. (A Carmen, por supuesto, le he dado todos los detalles).

Mi mujer me cuenta que después de cenar se dio un paseo, entró en un par de sitios, y en uno de ellos dio con un par de jovencitos (calcula no más de 25). Dice que fue ella quien les entró, que se puso cachonda de pensar que era ella quien se los iba a follar, no al contrario. Charla, risas, tonteo, toquecitos y al final magreo y sobeteo con uno de ellos. Estudiantes, así que sin sitio discreto, así que a lo pragmático: hotel/hostal más cercano. Subió solo con uno de ellos, y por lo visto el chavalete era un artista, follando desde las 12 y pico hasta las 4 más o menos. El chaval, iluso, le ha pedido teléfono o ********* porque pensaba seguir viéndola. Decía que quería ser su follamigo. Evidentemente, se va a quedar con las ganas. Carmen, evidentemente, me ha dado más detalles, algunos bastante morbosos.

Edito: este tipo de aventuras más light meten picante a la relación, nos ponen cachondos, y no rompen nuestra cabeza. Tiene pinta de que vamos a repetirlo bastante.
Bastante interesante lo malo es que ella seguramente follaran siempre y uno a lo mejor siempre no, aunque muy morboso eso de contarlo.
 
Bastante interesante lo malo es que ella seguramente follaran siempre y uno a lo mejor siempre no, aunque muy morboso eso de contarlo.
Eso es por descontado. Yo tengo claro que de cada 10 veces que salga solo, follaré 3 o cuatro como máximo y con suerte. Y en invierno es aun más difícil, menos gente saliendo, menos libido...

Ella, si quiere, follará siempre que salga, casi con quien quiera, y hasta repetir la misma noche si le apetece. Es así y mejor tenerlo asumido.

En cualquier caso, yo de momento disfruto. Sé que en toda su vida ha follado con muchos tíos, y a mi me pone verla follar, o que me lo cuente luego, así que sin problema, mientras la cabeza aguante.
 
Ahora tengo tiempo de dar más detalles, Carmen está en el SPA de relax. Ojo, lo que voy a contar es de "segunda mano", cuento lo que ella me ha contado, y C no es especialmente especialista en relatar cosas que le han pasado.

Al parecer tardó poco en conseguir la atención de los chavales (normal), y se sentó con ellos en una terraza, al aire libre. Jóvenes, no más de 25/26 según sus cálculos, estudiando en la Universidad. Le he dicho que entonces tendrían máximo 23 pero dice que no, que no tenían pinta de 23. No sé...

Guapetones, bien vestidos, pijitos, como a ella le gustan. Al principio muy educados, pero con varias cervezas y conversacióncada vez más picante, se van soltando. Se van de la terraza a un pub con música y baile. Poco a poco se van soltando y comienzan los sobeteos ligeros que se van convirtiendo en cada vez más atrevidos hasta que según me dice ella, le cogen el culo casi descaradamente, se rozan con sus tetas y le ponen las pollas más que duras en el trasero. Ella ya ha detectado al que se va a intentar follar (no me ha dicho por qué no se folló a los dos, cosas de mujeres). Le dice a uno que si se van a un sitio más tranquilo, él le dice que con su amigo y ella dice que no, que sólo él. El otro no se lo toma muy bien al principio pero al final se marcha, sin decirle adiós siquiera a Carmen. Los sobeteos suben de nivel y en la zona más cerca del baño, un poco más apartada, se comen la boca y Carmen le roza la polla con la mano por encima del pantalón. Le pregunta si tiene sitio, no lo tiene (piso compartido de estudiantes, que no garantiza que tenga privacidad) así que ella lo coge de la mano, salen a la calle, miran Google Maps y tiran andando para el hostal más cercano (llamada antes para ver su hay habitaciones). Por el camino, morreos, cogida de culo, sobada de polla, incluso entre dos coches él le mete la mano por los vaqueros hasta tocarle el coño, encharcado.

Llegan al motel, ella le pide el carnet y le dice que se aparte un par de metros (no quiere que él vea nombre en su carnet, privacidad imprescindible), reserva habitación y tiran para arriba. El encargado de la recepción ni se inmuta, debe estar más que acostumbrado. Por las escaleras, más morreos. Entran y el chaval ya no se aguanta, se tira para Carmen y empieza a desabrocharle camisa y se amorra a sus tetas, mientras intenta bajarle el pantalón. Cuando lo consigue, le da la vuelta, la apoya en la pared y comienza a comerle culo y coño. Carmen dice que ese nene tiene que follar muchísimo porque tiene técnica. Al rato ella se da la vuelta, lo pone de pie, le baja pantalón y le come la polla como ella sabe hacer. Ella le pregunta si tiene condones, y sí, tiene. Mientras el chaval saca los condones de la cartera (tiene dos), ella se desnuda y se tumba en la cama. Cuando lo mira él ya tiene el condón puesto, se va para ella, la acerca al borde de la cama y se la clava sin muchos miramientos. Empieza un mete saca duro, con potencia (juventud divino tesoro) en el que ella se corre varias veces. Le da la vuelta, la empotra por detrás, y cuando ya se ha corrido ella un par de veces él dice que se corre, ella se da la vuelta, él se quita el condón y le pone, según dice Carmen, las tetas llenas de leche como hace tiempo que no se las había visto.

Charla, ducha rápida, conversacionales banales sobre qué estudia etc hasta que a los 10 minutos ya la tiene dura otra vez. Condón, y esta vez un polvo más tranquilo, disfrutando ambos, cabalgada, a cuatro, en el borde de la cama... él nene según dice C sabe lo que se hace. Ella le pide que le folle el culo y dice que tenía que haber visto su cara, se le abren los ojos de sorpresa. Se pone a reventarle el ojete un buen rato, hasta que él dice que se va a correr otra vez, ella se da la vuelta, le quita el condón y le pega cuatro chupetones en la polla hasta que se corre como un bendito en su boca.

Descanso, charla, él le pregunta a ella cosas, que ella no contesta (privacidad imprescindible) y al rato, empalmado de nuevo, y esta vez sin condón (Carmen dice que sigue estando cachonda al ver a ese yogur fibrado, empalmado como un cerdo, en la cama a su lado), se ponen a follar. Y ahí es donde dice Carmen que ha disfrutado más. Él, ya saciado de lujuria, la ha estado follando despacio, por todos lados y posturas, más de una hora. Besándola, lamiéndola, flipando de la MILF que se estaba levantando. Ella dice que lo ha pasado genial, que se ha dejado ir, y se ha corrido en el tercer polvo al menos tres veces, orgasmos menos intensos pero más sentidos.

Al final el nene se vacía en el coño de Carmen (y el muy inocente pregunta si toma pastillas). Charla durante un rato, vestirse y cada uno para su casa (Carmen al hotel). Él le pide teléfono o Insta, ella dice que ni de broma, que muchas gracias y lo ha pasado bien pero hasta nunca. Él no insiste, y adiós.

En resumen, la follada normal que un joven de 23/24/25 le pega a una cincuentona, que va a estar contando a sus amigos 20 años.
 
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