Juegos Exhibicionista en pareja ... 🤘🏼

Nosotros solemos ir a playas nudistas de vera y allí todo el día desnudos y follando en playas y terraza del apartamento pata que nos vean, también hemos ido a zona dogging de almeria a follar en una zona de pinos y nos encanta que los mirones se hagan pajas mientras follamos
Que maravilla, esto que comentas es mas habitual en clubes liberales, pero que lo hagais con total normalidad en la calle es maravilloso
 
Nosotros solemos ir a playas nudistas de vera y allí todo el día desnudos y follando en playas y terraza del apartamento pata que nos vean, también hemos ido a zona dogging de almeria a follar en una zona de pinos y nos encanta que los mirones se hagan pajas mientras follamos
Ayer estuvimos.nosotroa en vera
 
Nosotros solemos ir a playas nudistas de vera y allí todo el día desnudos y follando en playas y terraza del apartamento pata que nos vean, también hemos ido a zona dogging de almeria a follar en una zona de pinos y nos encanta que los mirones se hagan pajas mientras follamos


Hola Enri, me podias dar mas detalles de la zona dogging de Almeria?
 
Nosotros solemos ir a playas nudistas de vera y allí todo el día desnudos y follando en playas y terraza del apartamento pata que nos vean, también hemos ido a zona dogging de almeria a follar en una zona de pinos y nos encanta que los mirones se hagan pajas mientras follamos
Lo de Vera, espero poder ir con mi mujer el verano que viene, no sabía que hubiese tanto morbo por allí, pensé que solo era una playa nudista. Estando lejos de casa se animaría a más cosas, como hacerlo en público mientras se pajean.
 
Lo de Vera, espero poder ir con mi mujer el verano que viene, no sabía que hubiese tanto morbo por allí, pensé que solo era una playa nudista. Estando lejos de casa se animaría a más cosas, como hacerlo en público mientras se pajean.
Es buen sitio el pinar de la playa de Quitapellejos, al final de la playa. Se ven bastante movidas.
También en la playa entre el chiringuito Natsun y el final de la playa,
N
 
Hola. Pues nosotros jugamos mucho al exhibicionismo de mi pareja. Tengo la gran suerte de compartir mi vida con una mujer cuya generosidad no tiene límites y siempre me regala momentos excitantes y morbosos. Y resulta muy curioso todo esto, porque ella es una persona que no necesita para nada exhibirse. Siempre se viste tan normal, que por la calle se convierte en invisible para los hombres. En cambio, cuando sale a jugar conmigo y para mi, se convierte en lo que podéis ver en las fotos que ponemos en algunos hilos de esta página.
Podría compartir muchas experiencias exhibicionistas, en bares, en restaurantes, en terrazas, en casa con técnicos, en la playa, en la montaña, en el coche... en fin son muchas que podré ir contando por aquí poco a poco, si no os aburro.
Puedo empezar por un día que estábamos tomando una cerveza en una terraza. Ella llevaba un vestido bastante corto, que tiene un generoso escote con el que tiene que estar en permanente guardia para que no se le salgan las tetas.
A la segunda cerveza le propuse jugar a lo que nosotros llamamos "los repartidores", que consiste en dejarse ver intencionadamente (aunque tiene que parecer un descuido) por los trabajadores de reparto cuando están haciendo su trabajo muy cerca de nosotros, ya que además coincidía que allí tenían la zona de parada. Cada vez que pasaba uno, ella leía algo en su móvil y, disimuladamente, abría un poco las piernas para que se le viera el chichi.
Algunos miraban, otros no y nunca sabes lo que pueden llegar a ver, pero a mi me producía una excitación importante.
Entonces ella me avisó que por mi espalda se estaban acercando dos trabajadores de una empresa de reparaciones y que iba a hacer un movimiento de piernas más exagerado para asegurar su mirada. Pues cuando ellos pasaban, ella levantó una pierna para hacer algo en su bota, dejando a la vista de ellos su chichi en todo su esplendor.
Estos sí miraron y sí lo vieron porque inmediatamente yo los vi comentar entre ellos lo que habían visto. Entonces ,disimuladamente se pararon en un escaparate y dieron la vuelta por otra acera para después cruzar la calle y volver a hacer el mismo recorrido.
A mi mujer le gustó que emplearan 3 o 4 minutos en disimular para volver a pasar, por lo que volvió a premiarles con el maravilloso paisaje de su coño.
Yo temblaba de morbo. Y me sentí muy bien.
Como me encanta tener imágenes de todos los buenos momentos, os dejo algunas fotos de lo que pudieron ver los repartidores y lo que vieron los operarios aquel día.
Saludos.
Ummm que morbazo como enseña la rajita
 
Hola. Pues nosotros jugamos mucho al exhibicionismo de mi pareja. Tengo la gran suerte de compartir mi vida con una mujer cuya generosidad no tiene límites y siempre me regala momentos excitantes y morbosos. Y resulta muy curioso todo esto, porque ella es una persona que no necesita para nada exhibirse. Siempre se viste tan normal, que por la calle se convierte en invisible para los hombres. En cambio, cuando sale a jugar conmigo y para mi, se convierte en lo que podéis ver en las fotos que ponemos en algunos hilos de esta página.
Podría compartir muchas experiencias exhibicionistas, en bares, en restaurantes, en terrazas, en casa con técnicos, en la playa, en la montaña, en el coche... en fin son muchas que podré ir contando por aquí poco a poco, si no os aburro.
Puedo empezar por un día que estábamos tomando una cerveza en una terraza. Ella llevaba un vestido bastante corto, que tiene un generoso escote con el que tiene que estar en permanente guardia para que no se le salgan las tetas.
A la segunda cerveza le propuse jugar a lo que nosotros llamamos "los repartidores", que consiste en dejarse ver intencionadamente (aunque tiene que parecer un descuido) por los trabajadores de reparto cuando están haciendo su trabajo muy cerca de nosotros, ya que además coincidía que allí tenían la zona de parada. Cada vez que pasaba uno, ella leía algo en su móvil y, disimuladamente, abría un poco las piernas para que se le viera el chichi.
Algunos miraban, otros no y nunca sabes lo que pueden llegar a ver, pero a mi me producía una excitación importante.
Entonces ella me avisó que por mi espalda se estaban acercando dos trabajadores de una empresa de reparaciones y que iba a hacer un movimiento de piernas más exagerado para asegurar su mirada. Pues cuando ellos pasaban, ella levantó una pierna para hacer algo en su bota, dejando a la vista de ellos su chichi en todo su esplendor.
Estos sí miraron y sí lo vieron porque inmediatamente yo los vi comentar entre ellos lo que habían visto. Entonces ,disimuladamente se pararon en un escaparate y dieron la vuelta por otra acera para después cruzar la calle y volver a hacer el mismo recorrido.
A mi mujer le gustó que emplearan 3 o 4 minutos en disimular para volver a pasar, por lo que volvió a premiarles con el maravilloso paisaje de su coño.
Yo temblaba de morbo. Y me sentí muy bien.
Como me encanta tener imágenes de todos los buenos momentos, os dejo algunas fotos de lo que pudieron ver los repartidores y lo que vieron los operarios aquel día.
Saludos.
Mmm,para comerle todo el coño
 
Nosotros también somos d playas nudistas nos encanta, también hemos estado por grupos d !!!NORMA DEL FORO VULNERADA,MODERADORES AVISADOS!!! donde se exhibía disfrutaba con los comentarios
Creo que hemos coincidido
 
Salimos ayer de compras, fuimos hacia las 7 de la tarde. Siempre hay menos gente, y màs tranquilidad. El almacen cerraba a las 9. Ella vestia con un vestido corto, y sin nada debajo. Tacones altos. Un hombre de màs o menos nuestra edad empezo a seguirnos. Donde ibamos, el estaba. Ella empezo por agacharse, dejando el vestido que suba. Y subia. Fuimos a buscar unas botellas de agua, ella se agacho y yo la meti los dedos en la pepita. Sabemos que es un sitio donde nos hay cameras. El tio estuvo mirando. Se acerco bastante. Luego, nos siguio hasta el coche, estuvo mirando mientras cargabamos el maletero, luego ella se subio, estuvo esperando con las piernas abiertas, sentada. Pero nada. Se quedaba mirando sin atreverse. Asi que pusimos marcha atràs y nos paramos a su altura, ella le pregunto si conocia un buen restaurante. Tenia el vestido levantado, las piernas abiertas y la pepita jugosa. El miro, pero no se atrevio a tocar. Lastima, estaba ella bien dispuesta.
 
Última edición:
Son de nuestros favoritos. Si miras las reglas del juego que inventamos hace un montón de años y que seguimos jugando una vez al mes o así, verás que hay bastantes reglas de este tipo.

Una vez al ganar le pedí que saliera a la calle solo con un abrigo y unos zapatos. Estábamos en una gran ciudad, aunque era tarde y no había mucha gente en la calle, pero yo le metía mano, ella se dejaba y fue una sensación que todavía recuerdo.

Mas de una vez le pedí exhibirse delante de la webcam para algún extraño e incluso extraña. En una de esas sesiones, mientras ella chateaba, yo le hice una sesión de fotos. Me he masturbado muchas veces viéndolas. No solo por la situación, sino por ver la cara de viciosa que tenía ella en ese momento, mientras se ponía a cuatro patas, o cuando abría bien las piernas o cunado acercaba su cara a la pantalla para ver la polla chorreante de semen del desconocido.
Me has puesto cachondo, a ver si la mía se anima.
 
Hola. Pues nosotros jugamos mucho al exhibicionismo de mi pareja. Tengo la gran suerte de compartir mi vida con una mujer cuya generosidad no tiene límites y siempre me regala momentos excitantes y morbosos. Y resulta muy curioso todo esto, porque ella es una persona que no necesita para nada exhibirse. Siempre se viste tan normal, que por la calle se convierte en invisible para los hombres. En cambio, cuando sale a jugar conmigo y para mi, se convierte en lo que podéis ver en las fotos que ponemos en algunos hilos de esta página.
Podría compartir muchas experiencias exhibicionistas, en bares, en restaurantes, en terrazas, en casa con técnicos, en la playa, en la montaña, en el coche... en fin son muchas que podré ir contando por aquí poco a poco, si no os aburro.
Puedo empezar por un día que estábamos tomando una cerveza en una terraza. Ella llevaba un vestido bastante corto, que tiene un generoso escote con el que tiene que estar en permanente guardia para que no se le salgan las tetas.
A la segunda cerveza le propuse jugar a lo que nosotros llamamos "los repartidores", que consiste en dejarse ver intencionadamente (aunque tiene que parecer un descuido) por los trabajadores de reparto cuando están haciendo su trabajo muy cerca de nosotros, ya que además coincidía que allí tenían la zona de parada. Cada vez que pasaba uno, ella leía algo en su móvil y, disimuladamente, abría un poco las piernas para que se le viera el chichi.
Algunos miraban, otros no y nunca sabes lo que pueden llegar a ver, pero a mi me producía una excitación importante.
Entonces ella me avisó que por mi espalda se estaban acercando dos trabajadores de una empresa de reparaciones y que iba a hacer un movimiento de piernas más exagerado para asegurar su mirada. Pues cuando ellos pasaban, ella levantó una pierna para hacer algo en su bota, dejando a la vista de ellos su chichi en todo su esplendor.
Estos sí miraron y sí lo vieron porque inmediatamente yo los vi comentar entre ellos lo que habían visto. Entonces ,disimuladamente se pararon en un escaparate y dieron la vuelta por otra acera para después cruzar la calle y volver a hacer el mismo recorrido.
A mi mujer le gustó que emplearan 3 o 4 minutos en disimular para volver a pasar, por lo que volvió a premiarles con el maravilloso paisaje de su coño.
Yo temblaba de morbo. Y me sentí muy bien.
Como me encanta tener imágenes de todos los buenos momentos, os dejo algunas fotos de lo que pudieron ver los repartidores y lo que vieron los operarios aquel día.
Saludos.
Que coñito más rico
 
Buenos días. Algunos ya nos vais conociendo poco a poco a través de nuestras colaboraciones en este foro. Tenemos bastante material fotográfico para publicar en varios hilos de esta página y, de hecho, lo hacemos en "salir a la calle sin bragas", en "vestidas sin sujetador", en "transparencias", en "esposas nudistas", en "gente de la zona norte"... en fin, que vamos nutriendo determinados hilos con nuestras cositas.
Pero hoy dudábamos si publicar esto en "gente de la zona norte", en "compartir esposa" o en este hilo por el que finalmente nos hemos decidido.
Sabemos que estamos en la sección de relatos pero esperamos que los administradores no nos regañen por poner algunas fotos para ilustrarlo.
Al grano. Después de haber entablado relación telemática con un chico, con incontables conversaciones y envío de fotos eróticas a través de una aplicación y A LO LARGO DE UNOS CUATRO O CINCO AÑOS, nos decidimos a conocerlo personalmente para alimentar el morbo necesario para algunOs de nosotrOs.
Como la distancia que nos separaba era larga, acordamos un encuentro a mitad de camino para facilitar las cosas al "invitado".
Yo, la parte masculina de la pareja, tenía mis dudas acerca del comportamiento y del atrevimiento de mi esposa. Iba muy nervioso pero con la esperanza de que ella estuviera a la altura.
Ella, en cambio, iba segura y con toda la artillería preparada para el juego (he de aclarar que todos teníamos claro que era solo un juego de exhibición y morbo y el invitado tenía el conocimiento de que no debería de tener más pretensiones).
Por su parte él, según nos confesó posteriormente, hacía el viaje con la idea preconcebida de que no iba a merecer la pena el gasto del viaje con su correspondiente pérdida de tiempo. Había visto muchas fotos de ella desde el móvil, le atraía, le gustaba, pero seguro que, o le plantábamos o no sería tanto como él lo imaginaba.
Cuando llegamos al punto de encuentro yo temblaba como una hoja de papel. Mi esposa, en cambio, estaba segura de si, plena y con ganas de regalarme el juego que yo tantas veces le había pedido.
Ella llevaba una minifalda sin bragas, medias de rejilla color carne y una camisa transparente, por supuesto, sin sujetador, tal y como yo le había pedido.
Se produjo el encuentro y yo cada vez temblaba más. Al invitado también se le notaba nervioso. Dimos un paseo por el pueblo para romper el hielo, en el que ella era la más tranquila y la que llevaba la voz cantante. Al rato propuso sentarnos a tomar una cerveza y ahí casi se me sale el corazón por la boca. Lo estaba haciendo genial, tal y como yo lo había soñado.
El invitado sabía que a partir de ese momento él tenía que mirar todo lo que ella mostrara, sin pudor, pero manteniendo la calma, el tipo y el respeto, lo cual cumplió sin el más mínimo problema, conversando con naturalidad a la vez que iba viendo los descuidos cada vez más abundantes de mi esposa.
Os puedo decir que fueron momentos de latidos extraordinarios para mi y para el invitado.
Quizás otro día continúe con el relato porque todavía ahora me pongo nervioso por el simple hecho de escribirlo, así que de momento os dejo con la parte gráfica del relato
Ojalá os guste tanto como a mi. Saludos.
 

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Buenos días. Algunos ya nos vais conociendo poco a poco a través de nuestras colaboraciones en este foro. Tenemos bastante material fotográfico para publicar en varios hilos de esta página y, de hecho, lo hacemos en "salir a la calle sin bragas", en "vestidas sin sujetador", en "transparencias", en "esposas nudistas", en "gente de la zona norte"... en fin, que vamos nutriendo determinados hilos con nuestras cositas.
Pero hoy dudábamos si publicar esto en "gente de la zona norte", en "compartir esposa" o en este hilo por el que finalmente nos hemos decidido.
Sabemos que estamos en la sección de relatos pero esperamos que los administradores no nos regañen por poner algunas fotos para ilustrarlo.
Al grano. Después de haber entablado relación telemática con un chico, con incontables conversaciones y envío de fotos eróticas a través de una aplicación y A LO LARGO DE UNOS CUATRO O CINCO AÑOS, nos decidimos a conocerlo personalmente para alimentar el morbo necesario para algunOs de nosotrOs.
Como la distancia que nos separaba era larga, acordamos un encuentro a mitad de camino para facilitar las cosas al "invitado".
Yo, la parte masculina de la pareja, tenía mis dudas acerca del comportamiento y del atrevimiento de mi esposa. Iba muy nervioso pero con la esperanza de que ella estuviera a la altura.
Ella, en cambio, iba segura y con toda la artillería preparada para el juego (he de aclarar que todos teníamos claro que era solo un juego de exhibición y morbo y el invitado tenía el conocimiento de que no debería de tener más pretensiones).
Por su parte él, según nos confesó posteriormente, hacía el viaje con la idea preconcebida de que no iba a merecer la pena el gasto del viaje con su correspondiente pérdida de tiempo. Había visto muchas fotos de ella desde el móvil, le atraía, le gustaba, pero seguro que, o le plantábamos o no sería tanto como él lo imaginaba.
Cuando llegamos al punto de encuentro yo temblaba como una hoja de papel. Mi esposa, en cambio, estaba segura de si, plena y con ganas de regalarme el juego que yo tantas veces le había pedido.
Ella llevaba una minifalda sin bragas, medias de rejilla color carne y una camisa transparente, por supuesto, sin sujetador, tal y como yo le había pedido.
Se produjo el encuentro y yo cada vez temblaba más. Al invitado también se le notaba nervioso. Dimos un paseo por el pueblo para romper el hielo, en el que ella era la más tranquila y la que llevaba la voz cantante. Al rato propuso sentarnos a tomar una cerveza y ahí casi se me sale el corazón por la boca. Lo estaba haciendo genial, tal y como yo lo había soñado.
El invitado sabía que a partir de ese momento él tenía que mirar todo lo que ella mostrara, sin pudor, pero manteniendo la calma, el tipo y el respeto, lo cual cumplió sin el más mínimo problema, conversando con naturalidad a la vez que iba viendo los descuidos cada vez más abundantes de mi esposa.
Os puedo decir que fueron momentos de latidos extraordinarios para mi y para el invitado.
Quizás otro día continúe con el relato porque todavía ahora me pongo nervioso por el simple hecho de escribirlo, así que de momento os dejo con la parte gráfica del relato
Ojalá os guste tanto como a mi. Saludos.
Excelente relato, y muy morboso, el invitado estoy seguro que disfruto mucho, y le encantaría repetir y le mereció la pena el viaje.. así da gusto compartir y tomar unas cervezas en una terraza con tan buenas vistas..ojalá te animes y nos sigas contando
 
Buenos días. Algunos ya nos vais conociendo poco a poco a través de nuestras colaboraciones en este foro. Tenemos bastante material fotográfico para publicar en varios hilos de esta página y, de hecho, lo hacemos en "salir a la calle sin bragas", en "vestidas sin sujetador", en "transparencias", en "esposas nudistas", en "gente de la zona norte"... en fin, que vamos nutriendo determinados hilos con nuestras cositas.
Pero hoy dudábamos si publicar esto en "gente de la zona norte", en "compartir esposa" o en este hilo por el que finalmente nos hemos decidido.
Sabemos que estamos en la sección de relatos pero esperamos que los administradores no nos regañen por poner algunas fotos para ilustrarlo.
Al grano. Después de haber entablado relación telemática con un chico, con incontables conversaciones y envío de fotos eróticas a través de una aplicación y A LO LARGO DE UNOS CUATRO O CINCO AÑOS, nos decidimos a conocerlo personalmente para alimentar el morbo necesario para algunOs de nosotrOs.
Como la distancia que nos separaba era larga, acordamos un encuentro a mitad de camino para facilitar las cosas al "invitado".
Yo, la parte masculina de la pareja, tenía mis dudas acerca del comportamiento y del atrevimiento de mi esposa. Iba muy nervioso pero con la esperanza de que ella estuviera a la altura.
Ella, en cambio, iba segura y con toda la artillería preparada para el juego (he de aclarar que todos teníamos claro que era solo un juego de exhibición y morbo y el invitado tenía el conocimiento de que no debería de tener más pretensiones).
Por su parte él, según nos confesó posteriormente, hacía el viaje con la idea preconcebida de que no iba a merecer la pena el gasto del viaje con su correspondiente pérdida de tiempo. Había visto muchas fotos de ella desde el móvil, le atraía, le gustaba, pero seguro que, o le plantábamos o no sería tanto como él lo imaginaba.
Cuando llegamos al punto de encuentro yo temblaba como una hoja de papel. Mi esposa, en cambio, estaba segura de si, plena y con ganas de regalarme el juego que yo tantas veces le había pedido.
Ella llevaba una minifalda sin bragas, medias de rejilla color carne y una camisa transparente, por supuesto, sin sujetador, tal y como yo le había pedido.
Se produjo el encuentro y yo cada vez temblaba más. Al invitado también se le notaba nervioso. Dimos un paseo por el pueblo para romper el hielo, en el que ella era la más tranquila y la que llevaba la voz cantante. Al rato propuso sentarnos a tomar una cerveza y ahí casi se me sale el corazón por la boca. Lo estaba haciendo genial, tal y como yo lo había soñado.
El invitado sabía que a partir de ese momento él tenía que mirar todo lo que ella mostrara, sin pudor, pero manteniendo la calma, el tipo y el respeto, lo cual cumplió sin el más mínimo problema, conversando con naturalidad a la vez que iba viendo los descuidos cada vez más abundantes de mi esposa.
Os puedo decir que fueron momentos de latidos extraordinarios para mi y para el invitado.
Quizás otro día continúe con el relato porque todavía ahora me pongo nervioso por el simple hecho de escribirlo, así que de momento os dejo con la parte gráfica del relato
Ojalá os guste tanto como a mi. Saludos.
situación morbosisima. Ojala ser el "invitado"
 
Buenos días. Algunos ya nos vais conociendo poco a poco a través de nuestras colaboraciones en este foro. Tenemos bastante material fotográfico para publicar en varios hilos de esta página y, de hecho, lo hacemos en "salir a la calle sin bragas", en "vestidas sin sujetador", en "transparencias", en "esposas nudistas", en "gente de la zona norte"... en fin, que vamos nutriendo determinados hilos con nuestras cositas.
Pero hoy dudábamos si publicar esto en "gente de la zona norte", en "compartir esposa" o en este hilo por el que finalmente nos hemos decidido.
Sabemos que estamos en la sección de relatos pero esperamos que los administradores no nos regañen por poner algunas fotos para ilustrarlo.
Al grano. Después de haber entablado relación telemática con un chico, con incontables conversaciones y envío de fotos eróticas a través de una aplicación y A LO LARGO DE UNOS CUATRO O CINCO AÑOS, nos decidimos a conocerlo personalmente para alimentar el morbo necesario para algunOs de nosotrOs.
Como la distancia que nos separaba era larga, acordamos un encuentro a mitad de camino para facilitar las cosas al "invitado".
Yo, la parte masculina de la pareja, tenía mis dudas acerca del comportamiento y del atrevimiento de mi esposa. Iba muy nervioso pero con la esperanza de que ella estuviera a la altura.
Ella, en cambio, iba segura y con toda la artillería preparada para el juego (he de aclarar que todos teníamos claro que era solo un juego de exhibición y morbo y el invitado tenía el conocimiento de que no debería de tener más pretensiones).
Por su parte él, según nos confesó posteriormente, hacía el viaje con la idea preconcebida de que no iba a merecer la pena el gasto del viaje con su correspondiente pérdida de tiempo. Había visto muchas fotos de ella desde el móvil, le atraía, le gustaba, pero seguro que, o le plantábamos o no sería tanto como él lo imaginaba.
Cuando llegamos al punto de encuentro yo temblaba como una hoja de papel. Mi esposa, en cambio, estaba segura de si, plena y con ganas de regalarme el juego que yo tantas veces le había pedido.
Ella llevaba una minifalda sin bragas, medias de rejilla color carne y una camisa transparente, por supuesto, sin sujetador, tal y como yo le había pedido.
Se produjo el encuentro y yo cada vez temblaba más. Al invitado también se le notaba nervioso. Dimos un paseo por el pueblo para romper el hielo, en el que ella era la más tranquila y la que llevaba la voz cantante. Al rato propuso sentarnos a tomar una cerveza y ahí casi se me sale el corazón por la boca. Lo estaba haciendo genial, tal y como yo lo había soñado.
El invitado sabía que a partir de ese momento él tenía que mirar todo lo que ella mostrara, sin pudor, pero manteniendo la calma, el tipo y el respeto, lo cual cumplió sin el más mínimo problema, conversando con naturalidad a la vez que iba viendo los descuidos cada vez más abundantes de mi esposa.
Os puedo decir que fueron momentos de latidos extraordinarios para mi y para el invitado.
Quizás otro día continúe con el relato porque todavía ahora me pongo nervioso por el simple hecho de escribirlo, así que de momento os dejo con la parte gráfica del relato
Ojalá os guste tanto como a mi. Saludos.
Esperando ansiosos que continúes con el morboso relato...y vaya morbo tiene tu mujer !!!!
👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻
 
Entre los juegos extremos, la he 'obligado' a pasearse casi desnuda en un aparcamiento de camioneros en una autopista. Fue una noche de otoño, la deje en los servicios y fui a aparcar a unos buenos 70 metros, con la parte de adelante del coche mirando hacia el baño. Cuando salio, solo llevaba tacones, medias y body completamente transparente. Y el bolso con su abrigo dentro. Encendi las luces para que los tios las vean bien. La verdad es que fuimos algo decepcionados porque habia muchos camiones (aparcamiento lleno) pero solo la vieron 5 o 6 y salieron dos para venir a verla hasta el coche.
Otro fue cuando tuvimos en Francia la ola de atentados... Cada vez que entrabamos en un centro comercial o que ibamos al cine, habia un guardia de seguridad que miraba el bolso y que pedia que abramos los abrigos para comprobar con no llevabamos armas o otras cosas. Ella, en varias ocasiones, ha llevado un body o una blusa transparente sin sujetador. Abria bien el abrigo, enseñando las tetas a los pobres chicos. Màs de uno tuvo ganas de hechar mano a sus globos. Ademàs que siempre tenia un detalle para que se vea que no era un solo descuido : falsas joyas en los pezones, cadenas, sujetadores sin copas...
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