La cena del Idiota

El idiota es el prota, va a quedar como un idiota aunque nos duela, ya que el 99% de los personajes (incluída su novia) parece que disfrutan verlo como un idiota, sumado a que este le encanta estar gritando a los 4 vientos lo poca cosa que es y lo gran cosa que son los demás, pues peor. Sumado además al problema sexual qué tiene y la poca voluntad para solucionarlo, más que peor.
Ahora, la duda está en que va a hacer después de quedar como idiota. Tomará represalias?, serán de forma violenta?, no creo, ya que ni físico ni malicia le veo. Quizás sea intelectualmente trazando un plan, aunque también me cuesta creerlo, quizás tenga algún contacto que pueda hacer el trabajo sucio por él.
Y lo último, quizás simplemente se aleje del ambiente tóxico y rehaga su vida pacíficamente alentándose asimismo viendo videos de Rocky.

Tomar represalias????

Que arrase con todo ese pueblo y la gasolinera, que los haga arder por las cuatro esquinas, que los borre de la historia, que ni los arqueólogos logren saber de él. :cool::devilish::ninja:

BTB...BTA, BTM, BTC, BTG, BTE, BTJ, BTR...😤
 
Tomar represalias????

Que arrase con todo ese pueblo y la gasolinera, que los haga arder por las cuatro esquinas, que los borre de la historia, que ni los arqueólogos logren saber de él. :cool::devilish::ninja:

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Un meteorito como en "your name" 😅
 

Platos rotos​



Llevaban caminando los últimos minutos en silencio. A Dani le estaba costando digerir todo lo que había oído por boca de su amiga Eva. Alba le había ocultado cosas, al menos las más importantes.

Eva caminaba junto a él, un paso por detrás, con el agua golpeando sus tobillos y las manos a la espalda. Los transeúntes con los que se cruzaban no podían evitar quedarse mirando a aquella chica Ferrari.

—No sé lo que pasó después. Alba no tuvo por qué hacer nada —dijo ella—. Dudo que haya cedido a hacerle nada a nadie. Se ponía muy arisca cada vez que le tocaba hacer alguna prueba.

—Venga ya. Enjuagarse la boca después de salir de allí es demasiado sospechoso, ¿no crees?

—Que no sé si se estaba enjuagando. Solo he dicho que me lo parecía.

—Ya, ¿y el caramelito para quitar el sabor?

—Pues eso, el mal aliento que deja toda una noche bebiendo.

—No sé, Eva, no sé, pero es todo muy sospechoso. —Se notaba su estado de ánimo resentido. Habían caminado hasta el final de la playa y estaban de vuelta.

—Oye, Dani, todo esto de la fiesta y el desmadre de después… Sea lo que sea lo que haya pasado, no la tomes con Alba, ¿vale?

—¿Estás de broma? ¿Hace una mamada y no me tengo que enfadar?

—Solo digo que… —bajó el volumen como si alguien pudiera oírles— que Aníbal… bueno, que con él de por medio no todo es lo que parece, ¿vale? Solo eso.

No ayudaba mucho a tranquilizarlo. Ya casi habían llegado de vuelta y se encontraban a unos pasos de Martina. Se había desperezado y hablaba con Alba que volvía a estar a su lado.

Dudaba de sentarse con ella. No se veía capaz de comportarse como si no pasara nada. Tras la charla con Aníbal y el paseo por la orilla con Eva, volvía a sentir ese desasosiego en el estómago que lo dejaba sin fuerzas.

Marcos comenzó a hacer señas con la mano para que se acercara. Dani aprovechó y siguió caminando hacia él sin detenerse cuando pasó junto a las chicas.

Alba, que había percibido algo extraño, se levantó al igual que su prima y se colocó junto a él y Eva. Los cuatro caminaron hacia el círculo de toallas que formaban el resto de amigos. Alba y él se fueron quedando algo rezagados.

—¿Qué te ha contado esa? —preguntó de sopetón.

—Nada, solo hemos estado poniéndonos al día.

No quedó convencida, pero permaneció en silencio hasta llegar donde estaba el grupo. Se sentó junto a su prima que le había dejado un hueco en su toalla y se pegó a ella para que Dani se colocara en la porción que quedaba, pero en lugar de hacerlo, pasó de largo y se sentó con Marcos que había dejado hueco junto a él. Eva lo hizo junto a Enrico que apartó la cara cuando intentó besarlo.

—Oye, Dani, hemos estado hablando sobre lo de ayer —comenzó a decir Marcos en voz alta—. Nos sentimos muy mal por haberte dejado colgado. Fue una cagada de todos.

A Dani no lo tranquilizó demasiado. Habían estado jugando a sus espaldas a temas muy comprometidos. Además, Marcos también había participado en esa ruleta rusa de la mamada, así que también podía habérselo montado con Alba.

—Sí, tío —dijo Aníbal colocando una mano sobre su hombro—. Estuvimos toda la noche echando risas mientras tú estabas en la calle solo, pasando frío.

Lo había dicho con voz grave y sentida, pero que no dejara de mirar a Gonzalo le hacía recelar.

—Anoche se nos fue mucho la pinza —insistía Marcos apesadumbrado—. Ya te habrá contado algo Alba.

Ella se puso rígida.

—Queremos compensarlo —dijo Gloria que acababa de colocarse de rodillas tras el—. Gonzalo y yo vamos a organizar una cena en nuestra casa. Y ésta sí va a ser una cena informal, de pachanga. No como la de ayer. Así que cada uno vista como quiera.

Que sacara a relucir el detalle de su ropa le hizo pensar que creía que esa era su forma habitual de vestirse, como si fuera un raro y un cutre.

—La vamos a hacer en tu honor —dijo Marcos.

—No hace falta, de verdad, chicos —contestó él, abrumado—. Ya lo hemos hablado y… está todo bien.

—Venga, no insistas. Déjanos hacerla ¿No te parece, Alba? ¿Tú qué dices?

Dani la miró con ojos suplicantes a la espera de que le echara un capote, pero ella apartó la vista hacia su prima que, a su lado, insistía como una más para que aceptara.

—Podría estar bien —dijo mirando al grupo.

Dani dejó caer los hombros y no le quedó más remedio que claudicar en una de esas situaciones en las que es imposible negarse sin parecer un borde.


— · —


—Sabías que no quería ir —le dijo él cuando se quedaron a solas en las toallas. El resto del grupo al completo había ido al agua a refrescar la resaca de anoche.

—Pensaba que sí —dijo haciéndose la inocente—. Además así podrás pasar más rato con tu amiga Eva.

—¿Por eso lo has hecho? No te estarás volviendo una paranoica con ella, ¿no?

—El paranoico serás tú, que desde que has vuelto de tu paseíto estás de unos morros… —Bufó por lo bajo—. A saber qué te habrá contado la amiguita tuya esa.

—Nada, no me ha contado nada. Por eso he venido cabreado con ella. —Mintió, pero no se le ocurrió mejor forma de proteger a su amiga y que Alba no sospechara que le había hablado de la fiesta.

La jugada le salió bien, porque, de repente, dejó de estar a la defensiva.

—Ay, vale, perdona. No quería ser una borde. —Se pegó a él, buscando el contacto— Y lo de esta noche, pues… si lo vamos a pasar bien, ya verás. Y así compensamos la putada de ayer. —Rozó la punta de su nariz con la suya—. Me gusta que estemos juntos.

—No sé, todavía me encuentro un poco fuera de lugar con tus amigos.

—Bah, son unos juerguistas y se les va mucho la pinza, pero son inofensivos.

Dani ahogó una mueca. Eso de que se les iba la pinza ya le había quedado claro.

—Venga, vamos al agua, que nos están esperando —pidió Alba tirando de él.

—Ve yendo tú, yo voy enseguida. —No se encontraba con ánimo de hacer como si no pasara nada delante de todos.

Ella no insistió y se alejó corriendo, prefiriendo darle algo de espacio. Dani se entretuvo mirando alrededor para hacer tiempo. El grupo de amigos había dejado todas sus pertenencias sobre las toallas. Las de Aníbal, metidas en una bolsa grande de paja, estaban a su lado. Un pensamiento malévolo se le cruzó por la mente.

Había descubierto una foto reveladora en el teléfono de Alba y se preguntó qué podría guardar Aníbal en el suyo.

Sacudió la cabeza quitándose la idea. Debía dejar aquello de una vez y no volverse loco con algo que con toda seguridad era una tontería. En algún momento había que poner punto final. Además, cuando se busca algo con tanto ahínco se corre el riesgo de encontrar lo que no se quiere.

Pero la bolsa seguía allí, y su móvil estaría dentro.

Miró hacia el grupo de amigos. Estaban lejos. Cogió aire y, de sopetón, metió la mano en el capazo. Reconoció los pantalones que había llevado esa noche. Por lo visto no había parado mucho en casa. El tiempo justo para ponerse un bañador y meter en la bolsa la misma ropa que llevaba puesta. Palpó en busca del teléfono hasta que dio con él.

Al activar la pantalla apareció el patrón de desbloqueo. Chasqueó la lengua después de varios intentos frustrados.

Mientras lo devolvía a su sitio y dejaba todo como estaba, se fijó en un pañuelo de tela que asomaba de un bolsillo. Era de un color azul con encaje. Tiró de él constatando que no era un pañuelo, sino unas bragas. En mitad de ellas podían leerse las iniciales A.D.

Se quiso morir.

Las extendió frente a su cara. Eran las que Alba había llevado esa noche. Ahora Aníbal las tenía guardadas en su bolsillo. Recordó lo que dijo Cristian sobre que su novia era de las que llegaban a casa sin bragas, tal vez porque ya sabía que había venido sin ellas. Aquel chaval había demostrado saber de buena mano lo que pasó aquella noche. Se preguntó qué pasaba con eso de “lo que pasa en el juego se queda en el juego”.

Le empezó a costar respirar con normalidad y recordó que Alba había dicho que había cosas que le daba vergüenza contar. ¿Sería follar con Aníbal lo que tanto le costaba reconocer? ¿Era eso lo que habían apostado? Había desfasado mucho, dijo. ¿Tanto? También había dicho que nunca haría nada que le hiciera daño.

Apretó las bragas dentro del puño.

En la distancia, pudo distinguir al grupo de amigos en el agua. La mayoría permanecían en la orilla. Alba estaba algo apartada, hablando con Aníbal. Por su actitud se intuía que discutían. Dani se fijó en él y apretó las mandíbulas. Aquel falsario le había puesto una mano en el hombro mientras guardaba las bragas de su novia en su poder.

Vio a alguien corriendo hacia él, era Martina. Tras ella venía Marcos. No supo qué hacer con las bragas, no quería que le vieran con ellas en la mano, pero tampoco se las iba a devolver a Aníbal. Sin tiempo para decidir y, puesto que no tenía bolsillos, se las metió por dentro del pantalón, en los huevos. Rogó para que no tuviera que bajarse los pantalones delante de nadie porque la situación se volvería muy bochornosa.

—¿No vienes al agua? Estamos todos —dijo Martina echándose sobre su espalda completamente empapada.

—Sí, bueno, es que… —improvisó una excusa— iba a volver a casa enseguida y… no quería llegar mojado.

Martina lo abrazaba por detrás. Su pelo goteaba sobre la piel caliente de Dani. Marcos se tiró en una toalla frente a él.

—Pues vamos contigo. Marta nos ha escrito para decirnos que nos invita a comer. Ha debido cocinar para un regimiento.

Se quedaron hablando los tres un buen rato. Las bragas de Alba seguían molestándolo. Martina hizo señas a su prima para que se les uniera y así poder irse de vuelta los cuatro juntos. Llegó acompañada de Aníbal y fue un poco raro cuando tocó despedirse de él.

No supo descifrar su sonrisa. Bien podía estar regodeándose por dentro a su costa. Dani correspondió con un breve choque de manos y una tímida sonrisa amistosa. Las bragas de su entrepierna le quemaban más que nunca.


— · —


La tarde fue algo más tranquila después de comer. La pasaron descansando en las tumbonas del jardín trasero, junto a la piscina. Alba estuvo la mayor parte del tiempo dormitando o parloteando con sus primas. Marcos, aún bajo las consecuencias de la resaca, aprovechó para dormir lo que no había conseguido durante la noche. Dani se pasó todo el tiempo pensando en aquellas bragas. Seguía negándose a creer que Alba hubiera aprovechado para pegársela con Aníbal aunque, por otra parte. ¿Qué explicación tenía que las tuviera él?

—¿Te pasa algo? —dijo Alba en una ocasión.

—No, que va.

—¿Seguro? te veo raro.

—No he dormido bien. —No era del todo mentira.

Todo se torcería un poco más cuando Cristian llegó acompañado de su recua de amigos. Ocuparon la zona e inundaron de ruido y gritos el plácido lugar. Chillidos, chapuzones y salpicones comenzaron a ser moneda de cambio.

Aunque, para sorpresa de Dani, Cristian se estaba comportando como una persona normal, mucho más relajado que el día anterior. La explicación: una joven rubia que se sentaba a su lado. Esbelta, muy guapa y con un cuerpo y unas tetas que no estaban nada mal. Se llamaba Cristina, muy apropiado para él. Hasta se podrían hacer juegos de palabras con sus nombres.

Pero lo bueno se iba a acabar. Ella y otra amiga abandonaron la casa haciendo que Cristian se viera libre de volver a ser el gracioso abusón de siempre. Cuando ambas muchachas pasaron junto a Dani pudo apreciarla mejor.

Era guapa, de una belleza natural, nada que ver con el resto de muchachas emperifolladas hasta las orejas. De esas que con la cara lavada y una sonrisa estaban estupendas. Ella giró la cabeza lo justo para cruzar la vista con Dani una fracción de segundo. Por la forma de mirarlo diría que su novio ya le había hablado de él. En cualquier caso, con su ausencia volvieron los empujones y los salpicones.

—Ay, estos chicos están tan llenos de energía que necesitan sacarla de alguna forma —decía Marta excusándolos—. Voy a por algo de picar a ver si se relajan un poco. Y de paso traigo algo fresco para nosotros.

Dani se ofreció a ayudarla y, aunque ella se negó, insistió en acompañarla y así alejarse un rato de allí. Marta tenía preparados en la nevera unos boles con fruta y trozos de dulces helados. Los colocó en una bandeja enorme y añadió algunos cubiertos y servilletas. También guardaba una sangría de su invención con algo más de alcohol de lo normal. Sacó unos vasos que solo utilizaba en ocasiones especiales y los colocó en otra bandeja junto con una jarra. Era una especie de juego de té antiguo con grabados de finos dibujos.

—Te la llevo yo —se apresuró a decir él a la vez que se hacía con ella.

Marta se puso algo nerviosa. —Ten cuidado, eran de mi madre. A ella se lo regaló la suya cuando se casó. Han pasado de generación en generación desde mi bisabuela. Que no se te caigan, por favor.

—Los protegeré con mi vida —contestó con guasa.

—Yo me llevo esto para la chiquillería. A ver si se relajan.

Marta se llevó la bandeja con la comida y dejó la otra para Dani. Éste la tomó por los laterales y caminó con cuidado a través de la casa. Dentro hacía un fresco helador y agradeció volver a la calle donde el calor volvía a hacer que su piel de gallina recuperara su color. Ahora se arrepentía de haber entrado con el cuerpo y el bañador empapado que lo había dejado tiritando o, al menos, de no haberse puesto una camiseta.

Mientras Marta llamaba a los adolescentes para que se acercaran a la mesita donde acababa de colocar la bandeja, Dani caminaba con la vista puesta en la suya guardando el equilibrio, con cuidado de no dar un paso más largo que otro. Bordeó la esquina de la piscina acercándose a la zona donde estaban Alba, Martina y Marcos.

Los tres sonrieron cuando reconocieron la bebida que transportaba; seña de identidad típica de Marta junto con la cubertería especial. Dani correspondió orgulloso por ser quien se la facilitara. Y justo cuando estaba a punto de llegar, volvió a comprobar lo gracioso que podía ser Cristian.

Él y un amigo corrían uno tras otro, persiguiéndose cuando casi lo tiran al pasar por detrás. Uno de ellos golpeó su hombro haciendo que los vasitos tintinearan.

—¡Cuidado, joder! —gritó hacia ellos. Cristian se paró al oírlo.

—¡¿Qué?! —contestó retador.

—¿Cómo que qué? ¿Es que no me ves?

Lo miró con cara de no estar para bromas y el chico pareció darse cuenta de que iba a elegir mal enemigo, así que cerró la boca. Dani lo vio recular y lo dejó estar, prosiguiendo su camino; orgulloso por haber frenado a aquel niñato. Sonrió para sus adentros y se sintió como una especie de ángel vengador. Marcos y las chicas ya lo esperaban con una sonrisa.

Y de repente, su bañador bajó de golpe hasta los tobillos.

Por acto reflejo soltó una mano para intentar recuperar la prenda o, al menos, tapar sus partes. No consiguió ninguna de las dos cosas y, como resultado, la bandeja se desestabilizó perdiendo su equilibrio.

El estallido de cristales hizo girarse a Marta que lanzó un grito desgarrador. En ese mismo instante, Dani trastabillaba con la prenda enredada en sus tobillos y daba un planchazo contra el suelo.

Pero lo peor no fue eso ni de lejos.

Aunque se incorporó con rapidez volviendo a colocarse el bañador trabado en sus pies, todo el mundo se había quedado mirando su polla ya de por sí discretita y que, a causa del frío, estaba en el peor de sus momentos. Los amigos de Cristian, al otro lado de la piscina, estallaban en carcajadas. Sus amigas se tapaban la boca ocultando sus risitas abochornadas mientras lanzaban miraditas de soslayo. Pero la mirada que lo mató fue la de Martina. Tenía los ojos como platos y un rictus de horrorosa sorpresa. Tanto que terminó apartándola como si sintiera grima por lo que acababa de ver.

Marta corrió a recoger los cristales con la vana esperanza de encontrar alguno intacto. Alba la seguía detrás interrogándolo con la mirada. Él estaba tan pasado que no acertaba a dar una explicación.

—Joder, yo… lo siento.

Cristian y su amigo se alejaban hacia su manada que los recibía como héroes. Dani no daba crédito a lo cabrón que podía llegar a ser aquel niñato. Marta recogía uno a uno los cristales esparcidos por el pavimento. La jarra había estallado desparramando el líquido rojo por el suelo.

—¿Voy a por una fregona? —No sabía qué hacer.

—¡Y para qué coño quiero yo una fregona! —Estalló a medio camino entre el lamento y el chillido.

—Me ha hecho caer —dijo casi en un susurro señalando al Cristian que ya se encontraba al otro lado de la piscina.

—Déjalo, Dani, haz el favor —chilló histriónica—. Déjalo ya.

Se levantó con la bandeja llena de restos de cristal roto y desapareció dentro de la casa. Alba, que se había colocado junto a él mientras Marta recogía los trozos, apretó ligeramente su brazo y salió tras ella. Martina las siguió inmediatamente después, quedándose Dani en plena soledad. Odió a aquellos niñatos que no paraban de reír y estuvo tentado de ir donde ellos a ajustar cuentas. Marcos se acercó y palmeó su espalda.

—Tranqui, tío. Le podía pasar a cualquiera.

—Ha sido Cristian. Ha sido su culpa. —La rabia lo corroía—. Puto chaval.

—Ya, bueno. Siempre se comporta como un gilipollas cuando está con sus amigos. No te agobies.

El muy cretino no solo había sido el causante del estropicio, sino que lo había ridiculizado delante de todos. Hubiera querido explicar que el frío tenía mucha culpa de lo que habían visto. Sobre todo quería explicárselo a Martina. Había perdido la cuenta de cuántos ridículos estaba haciendo delante de aquella familia.

Marta no volvió a salir de casa. Debía estar realmente disgustada. Alba y su prima pequeña permanecieron con ella, consolándola. Solo Marcos le hizo compañía como único apoyo hasta que tuvo que irse.

—Bueno, colega, nos vemos esta noche en casa de Gonzalo. Dile a Martina que me pegue un toque cuando vaya a volver.

—Ah, sí. La cena.

Ya no se acordaba y en ese momento era lo último que le apetecía. Ahora se arrepentía de no haber sido más insistente. Se despidió de él y se quedó solo en aquel jardín con aquellos niñatos que no habían parado de cuchichear desde el incidente. No tardó en irse hacia la casa. Marta estaba sentada en el sofá del salón con su hermana y su prima escoltándola a cada lado. Al estar de espaldas a la puerta no lo oyeron llegar.

Por el tono percibió su estado de ánimo enfadado. Sujetaba un pañuelo que desplegaba y arrugaba sin parar. Seguía hablando sobre el incidente. Dani se quedó bajo el quicio sin atreverse a terminar de entrar.

—...y tampoco tenía que haber dejado que llevara la vajilla al patoso de tu novio.

—Que no ha sido su culpa, Marta —contestaba Alba con tono conciliador—. Y no le llames así, por favor.

—Déjame que le llame como me dé la gana —bufó—. Es que… mira que soltar la bandeja.

—A lo mejor si no le hubieran bajado los pantalones…

—A lo mejor, a lo mejor… —bufó con retintín—. Que para lo que tiene ahí abajo, podría haber mantenido las dos manos en su sitio, sosteniendo la puñetera bandejita. Joder, si tiene una polla ridícula.

Tal y como se temía, su pene había sido el blanco de todas las miradas. Entendía que estuviera cabreada, pero de ahí a que la tomara con él entrando en lo personal iba un trecho. Además, LO HABÍA PROVOCADO CRISTIAN.

—Venga Marta, no te pases —recriminaba Alba con cierto tono de hastío.

—Es la verdad. Qué quieres que le haga. No haberte buscado un novio con una polla de niño.

—Marta, prima, relaja, ¿eh? Además, la tiene normal.

—¿Normal? ¿A ti te parece normal? —Se giró hacia su hermana que de repente se veía metida en una guerra que no quería librar—. ¿Tú dirías que su polla es normal?

Martina dudó unos instantes sin saber qué partido tomar. Alba la miraba con una ceja levantada esperando su veredicto.

—La verdad es que no la tiene muy grande que digamos, pero tampoco pasa nada por eso, ¿no? —Miraba a una y a otra buscando situarse en el punto medio.

—¿Que no la tiene grande? Venga, Martina. La tiene enana. ¿Cómo se puede salir con un tío con una polla así?

—Oye rica, lo importante es saber usarla —saltó Alba.

—¿Y la usa bien? Porque la última vez que hablamos por teléfono no lo parecía.

Marta disparaba a hacer daño y a Dani casi se le escapa un lamento. Alba, que se había quedado descolocada, no había esperado ese golpe bajo de su prima que la mantuvo en fuera de juego durante unos segundos.

—Bueno, mira, cómo la use o la deje de usar es cosa mía. —Hizo un mohín y bajó la voz—. No sé para qué te cuento nada.

—Me lo cuentas porque te desahogas conmigo. Porque en el fondo, deseas una buena polla y con la de tu novio no te llega.

Alba rehuyó su mirada, pero no lo desmintió, lo que hizo sentir a Dani más pequeño. Pasaron unos segundos antes de que retomara la palabra.

—Quizás no sea el mejor en la cama, pero tiene otras virtudes. No todo en esta vida tiene que ver con el sexo.

Marta estalló en carcajadas. —Venga ya, prima. ¿Y lo dices tú, que te has pasado la vida saliendo con musculitos empotradores? A ver si va a ser por eso que estás tan tontita con Aníbal.

—Yo no estoy de ninguna manera con Aníbal. ¿Pero qué dices?

—Mira Alba, que no engañas a nadie. Que se te ve el plumero desde lo de Rafa.

—¿¡Qué!? Pero qué bobada…

—Bueno, primita —intervino Martina con una vocecita—, por aquí todos lo comentan. Y que le tienes ganas desde aquello.

Alba se puso tiesa como un palo. —En primer lugar, yo no le tengo ganas, que quede claro. En todo caso las ganas las tendrá él. Que fui yo la que no quiso nada. No al revés.

—No es así como se cuenta por aquí —insistía Marta—. Hubo otra por delante de ti que te quitó el premio. Te quitó a tu chico Aníbal. Por eso te enfadaste tanto aquel día, y por eso te fuiste de la manera que lo hiciste.

—Me fui por… bah, vale, sí, lo que tú digas. —Se levantó y caminó de un lado a otro.

—Ey, no te enfades conmigo. Que yo estoy de tu parte —dijo Marta maliciosamente conciliadora—. Solo digo que, de nuevo, se presta la oportunidad y que esta vez Aníbal está libre.

—¿Pero qué dices? Anda quita y no seas boba, además… que no, o sea, que no. Que paso de hacerle eso a Dani, y menos estando él aquí.

—Ya sí, será por eso. Y por esa misma razón la liaste ayer con Aníbal, ¿no? —Mostró una sonrisa lobuna—. Mientras el bueno de tu novio se moría de frío tirado en la calle a menos de 20 metros de donde estabais.

—¡Tía!, que te lo conté en confianza.

—¿El qué? —preguntó Martina levantando la cabeza como una suricata—. ¿Qué pasó ayer? Al final me fui a dormir con Lidia y no sé cómo acabasteis la noche. He oído cuchichear algo a Marcos y Gonzalo, pero no me he enterado de lo que decían.

—Nada —contestó Alba fulminando a Marta con la mirada.

—Sí, eso, “nada” —dijo con una sonrisa maliciosa a su hermana.

Dani fruncía el ceño, turbado. Resulta que Alba y Aníbal se conocían más de lo que habían dicho. «¿Qué había pasado entre ellos dos? ¿Y qué tenía que ver con Rafa?». Pero sobre todo, «¿qué coño pasó ayer?»

De nuevo las bragas volvieron a su mente y un desasosiego le inundó su estómago. Apoyó la espalda contra la pared y se pasó la mano por la frente intentando ordenar el torrente de información.


— · —


—Oye, si no quieres que vayamos a la cena… —dijo Alba para romper el hielo.

Estaban en la habitación. A Dani le costaba disimular su estado de ánimo que Alba no había tardado en notar. Se habían cambiado en silencio, preparándose para ir a casa de Gonzalo y Gloria.

—No, es igual. Ya hemos dicho que íbamos. Es tarde para echarnos atrás.

Debió haber aceptado la proposición de su novia. Aquella iba a ser otra noche para olvidar.
 
Pero lo de Dany ya no tiene ninguna lógica. Dejarse maltratar tanto, ya es de alguien con un problema mental serio.

Si su viaje en un principio era para estar sólos, se pueden ir, pero no. A Dany le pone que lo humillen y no lo quiere aceptar. Otra explicación no le encuentro.

Aunque lo defiendan, idiota le queda muy corto a Dany. Ninguno de dejaría humillar tanto.
 
Pero lo de Dany ya no tiene ninguna lógica. Dejarse maltratar tanto, ya es de alguien con un problema mental serio.

Si su viaje en un principio era para estar sólos, se pueden ir, pero no. A Dany le pone que lo humillen y no lo quiere aceptar. Otra explicación no le encuentro.

Aunque lo defiendan, idiota le queda muy corto a Dany. Ninguno de dejaría humillar tanto.
El relato trata sobre DOLOR por infidelidad. Y aquí añado traición, engaño...
Si hago de Dani una persona normal, en un solo capítulo ya he colgado la palabra FIN.

A ver, lo que trato es de reflejar dolor y más dolor, eso es lo que mueve a esta historia. Si de verdad chirría tanto y escuece a los ojos como veo, me temo que lo que sigue no va ser de vuestro agrado.
 
El relato trata sobre DOLOR por infidelidad. Y aquí añado traición, engaño...
Si hago de Dani una persona normal, en un solo capítulo ya he colgado la palabra FIN.

A ver, lo que trato es de reflejar dolor y más dolor, eso es lo que mueve a esta historia. Si de verdad chirría tanto y escuece a los ojos como veo, me temo que lo que sigue no va ser de vuestro agrado.
Vamos, que le van a dar a Dani por todos los lados y no lo va a ver ni venir.... Hasta que se quite la venda de los ojos, espero que no lo hayas dejado para el último capítulo, me gustaría recrearme un poco más en su ascenso, si es que lo hay.
 
Él que se la queda pierde y todos los amigos del pueblo lo saben. Dani lleva con ella cuatro años perdidos y los que siguen🤦‍♂️
Pues ella cualquiera diría que perdió más que 4 años. Y es que a Dany no hay por donde cogerlo. Es un misterio como ella aguantó tanto. Quizás le pone tener un tipo tan patético a lado, no sé.
El relato trata sobre DOLOR por infidelidad. Y aquí añado traición, engaño...
Si hago de Dani una persona normal, en un solo capítulo ya he colgado la palabra FIN.

A ver, lo que trato es de reflejar dolor y más dolor, eso es lo que mueve a esta historia. Si de verdad chirría tanto y escuece a los ojos como veo, me temo que lo que sigue no va ser de vuestro agrado.
Vamos hombre, sólo opino sobre un personaje que me parece muy deprimente, y si, el dolor lo siento, así que el objetivo de la historia se está cumpliendo 👍🏼

Gracias por compartir.
 
Pues ella cualquiera diría que perdió más que 4 años. Y es que a Dany no hay por donde cogerlo. Es un misterio como ella aguantó tanto. Quizás le pone tener un tipo tan patético a lado, no sé.

Vamos hombre, sólo opino sobre un personaje que me parece muy deprimente, y si, el dolor lo siento, así que el objetivo de la historia se está cumpliendo 👍🏼

Gracias por compartir.
Dani esta metido en un pozo de mierda y únicamente va a decir....................."señor vendice estos alimentos que vamos a tomar,..amen"
 
El amor incondicional que Dani siente, es así y no puede remediarlo. Puede a luz de los demás que sea un "idiata desacarado" si es cierto pero...es noble....y creo que en el fondo Alba lo admira por eso y otras cualidades. Alba no se porta nada bien con él.....una celosa increible, ahora bien ella puede flirtear .....lo mio es mio y lo tuyo también.
 
El amor incondicional que Dani siente, es así y no puede remediarlo. Puede a luz de los demás que sea un "idiata desacarado" si es cierto pero...es noble....y creo que en el fondo Alba lo admira por eso y otras cualidades. Alba no se porta nada bien con él.....una celosa increible, ahora bien ella puede flirtear .....lo mio es mio y lo tuyo también.
Nobleza tiene, pero no tanto, sobre todo en no querer solucionar un grave problema sexual qué tiene a su novia visiblemente frustrada.

Joder, son 4 años, se pudo hacer mucho pero no se hizo nada.

No dudo que sea un buen tipo, divertido, pero dada las cosas, tiene también serios baches mentales.

Yo no sé cómo haya sido Alba antes, pero en este viaje parece que está saliendo esos 4 años de frustración, y de la peor forma.

No sé cuanto más tardará él en explotar.
 
Pues ella cualquiera diría que perdió más que 4 años. Y es que a Dany no hay por donde cogerlo. Es un misterio como ella aguantó tanto. Quizás le pone tener un tipo tan patético a lado, no sé.

Vamos hombre, sólo opino sobre un personaje que me parece muy deprimente, y si, el dolor lo siento, así que el objetivo de la historia se está cumpliendo 👍🏼

Gracias por compartir.
Releyendo mi comentario, veo que ha quedado más seco de lo que pretendía.
Mis disculpas.

Quería decir que con un Dani del primer capítulo no quedaría hueco para todas las escenas humillantes.

Por eso comentaba que toca sufrir durante gran parte del relato todavía.
No pretendía ser grosero ni llamar la atención a nadie ni, por supuesto, que dejar de leer o comentar.

De hecho, me encanta que la gente esté tan llena de emociones a causa de mis personajes.
 
El amor incondicional que Dani siente, es así y no puede remediarlo. Puede a luz de los demás que sea un "idiata desacarado" si es cierto pero...es noble....y creo que en el fondo Alba lo admira por eso y otras cualidades. Alba no se porta nada bien con él.....una celosa increible, ahora bien ella puede flirtear .....lo mio es mio y lo tuyo también.
Y algo que no debería comentar todavía. Al final, todo tiene un porqué.
 
Pues más que platos rotos, toda una vajilla van saliendo cositas que no nos gustan….Alba parece que no fue tan víctima de la fiesta, con Aníbal hay una historia anterior no resuelta ( parece que ella quería estar con el aunque estaba con Rafa y otra se le adelantó)…ahora 4 años después se hace la poco interesada pero es lo contrario…los amigos De Alba están tomando a Dani como un idiota, incluso Eva no le dice toda la verdad me imagino por no fastidiarle y por temor, ademas su prima marta está claro que no le gusta Dani y lo ridiculiza y para colmo el capullo de Cristian jodiendo…pobre Dani mejor no vayas a la puta cena esto tiene mala pinta….la otra vez Alba volvió sin sujetador ni bragas ……por cierto que cabron Anibal.
 
Pues si a pesar de tener un pene por debajo de lo normal, Alba ha estado con él cuatro años, quiere decir que es alguien que perece la pena cuidarlo para no perderlo. Algo que no está haciendo Alba. Todas los promesas del los primeros capítulos de "estaremos casi solos" "serán nuestras vacaciones para nosotros hasta el día de la boda" se han quedado en nada. Alba, en cuanto puede, prefiere irse con sus amigos en vez de quedarse con Dani, sabiendo que además está a disgusto.

Y algo tiene que tener Alba, para que Dani aguante tantas putadas.
 
Pues si a pesar de tener un pene por debajo de lo normal, Alba ha estado con él cuatro años, quiere decir que es alguien que perece la pena cuidarlo para no perderlo. Algo que no está haciendo Alba. Todas los promesas del los primeros capítulos de "estaremos casi solos" "serán nuestras vacaciones para nosotros hasta el día de la boda" se han quedado en nada. Alba, en cuanto puede, prefiere irse con sus amigos en vez de quedarse con Dani, sabiendo que además está a disgusto.

Y algo tiene que tener Alba, para que Dani aguante tantas putadas.
Pues si, nuestro personaje debe ser un tío bastante bueno pero con un pequeño defecto……jajajajaja y ella debe ser una diosa y eso no es compatible en general.
 
Y el que Aníbal tenga la braguita de Alba, puedo pensar que Alba pagó prenda, en vez de hacer la mamada. Pero resulta que en esa ronda, se dijo que no se pagaría prenda, y que habría mamada si o sí, ya fuera con chico o con chica. Ahora tengo dudas si hubo mamada o Aníbal aceptó la prenda a cambio. ¿A cambio solo de la prenda, o hubo alguna otra promesa?
 
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