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Unas semanas más tarde, en Ciudadseca todo estaba tranquilo, como siempre, en la comisaría, Álex ponía al día algunas gestiones administrativas, los demás, Mónica, García y Benítez, conversaban durante casi todo el día. No fue fácil volver a la normalidad, los que estuvieron en el campamento necesitaron su tiempo para acomodarse otra vez a la vida cotidiana, los que ayudaron a Elvira a entrar en la oficina del Presidente, les quedó marcado para toda la vida, tantos disparos, tantas explosiones, aquello fue lo más parecido a estar en la guerra que harían en sus vidas, fue algo descomunal que esperaban no tener que volver a repetir.
Volvían a quedar los viernes para cenar las parejas y después tomar algo en el bar de siempre, Álex acababa cantando alguna cosa y la vida continuaba. La casa de Álex y Mónica ya casi estaba terminada, quedaban unos cuantos detalles y ellos ya pensaban en la mejor fecha para hacer la inauguración, un motivo para reunirse con familiares y amigos para hacer una fiesta.
Mari y Víctor, más ilusionados que nunca, reiniciaron su vida en común en el apartamento, volvieron a invitar a Gus, esta vez a cenar, querían acabar bien lo que en su momento no les dejaron terminar. Por supuesto Mari perdonó a Gus, no era una mujer rencorosa, al revés, era una chica bondadosa que quería que todos estuvieran bien.
Elvira, una noche caminaba por la acera, se acercó a la fachada del edificio, el edificio donde estaba la oficina del presidente de la Logia, miró desde fuera, se acordó del destrozo que habían hecho Fran y sus amigos para que ella pudiera entrar por detrás sin ser vista. Abrió la puerta de cristal y entró.
-Buenas noches señorita Elvira.- La saludó amablemente el guardia de seguridad.
-Buenas noches ¿Cómo está?
-Todavía con el susto en el cuerpo, no quiera saber usted la que se lio aquí, suerte tuve de que me llamaron para que me fuera a tiempo, no dejaron nada, lo destrozaron todo, la vidriera, mesas, sillones, cuadros, lámparas, la pared, esto parecía un escenario de guerra señorita.
-Me alegro que a usted no le pasara nada.
-Tuve suerte, sí. Adelante, adelante, la están esperando.
-Muchas gracias.
Se despedía Elvira del guardia, llegó a los ascensores, esperó que bajara uno en particular, el que la llevaba directamente a la oficina del Presidente, se metió dentro y apretó el botón para subir a la última planta, cuando se cerraron las puertas se le escapaba la risilla pensando en la conversación con el guardia. Llegó a la última planta, se abrió la puerta del ascensor y entró directamente en la oficina del presidente, al final de la enorme oficina, reconoció la mesa de siempre, con las sillas para visitas delante de siempre, detrás, de pie, dándole la espalda, justo en el mismo sitio por donde salió volando el antiguo presidente, un hombre miraba las vistas a través del ventanal.
-Buenos noches, Gran Maestre.- Saludó Elvira.
El hombre se dio la vuelta sonriendo.
-¿No me llamas jefe? Lo has hecho siempre.
-Ya no, es por respeto.
-Si estoy aquí, es gracias a ti.
-Si estamos vivos es por el trabajo de los dos.
El Gran Maestre le ofreció sentarse, Elvira esperó a que lo hiciera él antes.
-No sabía que eras tan educada delante del Presidente.
-Antes presidente, ahora, Gran Maestre, Siempre he sido educada y respetuosa, no cambiaré.
-Está bien, te quiero felicitar por toda la operación, no esperaba que acabases atacando directamente al Presidente, la verdad.
-Estaban tan confiados de que eso no pasaría que se relajaron, ellos pensaban que nos tendrían huyendo siempre, usted sabe que más tarde o más temprano se habrían enterado de que usted era la mayor amenaza, si le llegan a matar se acaba todo, las sucursales que estaban en contra del anterior presidente lo estaban porque creían en usted, confiaban en que con usted se haría el cambio que le hacía falta a la Logia, y así ha sido ¿Cuántos votos consiguió?
-El 100%.- Contestó el jefe, o ex jefe, Elvira reía.
-Que valientes que son, siempre apoyando al más fuerte.
-La Logia es así.
-La Logia, la verdadera Logia, la que fundó… su antepasado el Marqués de Ciudadseca.
-¡Hostia! Perdona, no me lo esperaba ¿Lo sabías?
-Si sé que usted pertenece a la línea de sucesión del Marqués, sí. Sé también que el antiguo presidente, el volador- Le decía Elvira señalándole con las cejas la ventana por donde salió volando el anterior presidente. El jefe, el Gran Maestre, reía.- él pertenecía a la línea de sangre del hermano del Marqués. Sabe, usted fue quien me dio la dirección para ir a ver al presidente la primera vez, usted sabía lo que me iba a decir, usted sabía que me iba a destrozar la vida para siempre…
-Lo sé Elvira, perdóname si puedes…
-No puedo, no se lo perdonaré nunca, de hecho… al principio, antes de enterarme de que usted era pariente del marqués, cuando me entrenaba duramente soñando con acabar con la logia algún día, pensaba en cargarme al presidente, el siguiente era usted, soñaba con matarlos personalmente a los dos, por hijos de puta…
-No lo hiciste.
-No, cuando descubrí quien era usted me di cuenta, nunca podría acabar con la logia, pero… con su ayuda, sí podría acabar con los asesinatos de la secta que había convertido a la Logia ese hijo de la gran puta.
-Era la única manera de poder hacer algo, lo siento Elvira, lo siento de verdad, yo nunca quise hacerte daño… no tenía salida, si quería que una persona preparada me ayudara a cambiar la Logia, a recuperar lo que tenía que haber sido siempre, tenías que ser tú, una mujer con carácter y enfadada que odiara a la Logia, yo mismo te animaba a que hicieras los campamentos más salvajes y duros, a que aprendieras a disparar con todo tipo de armas, quería que estuvieras preparada para lo que sabía que llegaría.
-¿Por qué yo? ¡Coño!
-Por qué eras la que dabas el mejor perfil, además… eres mujer, la Logia nunca sospecharía de que una mujer acabaría con ellos ¿Cómo lo descubriste?- Preguntaba el Gran Maestre para cambiar de conversación.
-¿El qué?- Preguntaba molesta Elvira.
-Quien era mi antepasado.
-No sé por qué, me pareció que su manera de actuar era muy diferente a la del presidente y los otros miembros que conocía de la Logia, así que quise saber quién era usted, no fue fácil descubrirlo, se cambiaron los apellidos, pero… teniendo contactos, todo se consigue.
-Por suerte quedaron algunas sucursales que no entraron en ese juego. Por cierto, dejaremos de llamarlas sucursales.- Añadía el Gran Maestre.
Se hizo un corto silencio.
-Me alegro de que sea usted el Gran Maestre.
-Elvira, espero seguir contando contigo, por supuesto te he vuelto a activar todos tus privilegios, incluido el sobre sueldo.
-Ya no serán necesarios mis servicios, ya no tienen porqué ocultar nada ilegal.
-Te pagaré más, te aumentaré la asignación…
-¿Para qué quiere que siga trabajando para la Logia? No tiene ningún sentido.
-Para que vengas de vez en cuando a hablar conmigo, llevamos años trabajando juntos para esto, ahora no te puedes ir. Y… porque nos portamos muy mal contigo, sé que tuviste que renunciar a cosas muy importantes, déjame que te recompense, aunque solo sea económicamente.
-Usted lo sabe todo ¿Verdad?- Preguntaba Elvira.
-Sí que lo sé, aunque estuviera en un segundo plano, estaba en los órganos de poder de la Logia, lo sabía todo, por eso…
-Por eso habló conmigo para que le ayudara a llegar aquí, porque sabía que yo estaba dolida.
-Eso mismo, ahora que lo hemos conseguido, no te puedes ir, dime que te quedas.
-¿Para qué? ¿Qué voy a hacer para la Logia?
-Cualquier cosa, yo que sé, o nada, depende, ya te lo he dicho, de vez en cuando vienes por aquí y hablamos un rato.
-Vale, si me sube el sueldo y solo tengo que venir a hablar con usted… me parece bien ¿Y la comisaría?
-¿Qué le pasa a la comisaría?
-En la central ¿Qué haré allí? ¿Seré una policía normal?
-Elvira, tú no has sido una policía normal en la vida, allí no pintas nada ya…
-Igual que usted.
-Exactamente, igual que yo, no tenemos nada que hacer en la central, al menos de momento.
-Entonces ¿Qué hago?
-¡Ay Elvira! ¿Qué vas a hacer? Lo que ya hacías, no aparecer por allí, y ahora menos, no tienes nada que hacer, si tengo que investigar alguna cosa, te avisaré y harás lo que tengas que hacer, si tienes que ir a la central a buscar información, irás y ya está.
-¿Qué va a tener que investigar? Como está la Logia ahora no habrá que investigar nada.
-Pues tranquilidad para los dos, mira, acabemos con esto, vas a cobrar lo mismo que cobrabas de la Logia, perdón, con un aumento, y seguirás cobrando tu sueldo de inspectora jefe en la central, vivirás de puta madre, sin tener que preocuparte de nada…
-Solo de venir a hablar con usted.
-Exacto, ese será tú trabajo, y no hace falta que vengas cada semana, tampoco me des mucho por culo que tengo cosas que hacer.
-Muy bien. Buenas noches Gran Maestre.
Se despedía Elvira poniéndose de pie.
-Buenas noches Elvira.
Se despedía el ex jefe, Elvira se giró y caminó en dirección al ascensor.
-Elvira.- Llamó su atención el Gran Maestre.
-Sí.- Contestó ella girándose.
-Gracias por todo, gracias por tener los cojones que tienes, sin ti nos hubieran matado.
Elvira movía la cabeza aceptando las gracias.
-¿Sigue paseando al perrito para que cague?
-Por supuesto.
El Gran Maestre reía, ella se volvía a girar sonriendo, entró en el ascensor y bajó. Se despidió del guardia de seguridad de la puerta principal, salió a la calle, se encendió un cigarro, mirando donde ella pensaba que debía de estar Fran apostado, para acabar con ella la última vez que había salido de allí, caminó lentamente, disfrutando del pitillo, paró delante de su coche, se acabó el cigarro mirando el vehículo. Se subió, dejó el bolso en el asiento del pasajero, puso el motor del coche en marcha, le llegó a sus oídos el ronroneo de un motor V8, Elvira hizo una mueca, manipuló la palanca del cambio y el vehículo se empezó a mover. Me lo voy a cambiar, pensó Elvira, lo voy a cambiar por otro más potente, creo que ya sé por cual, en rojo estará divino, bueno, a lo mejor lo hablo con Fran esta noche, puede que a él no le guste… ¡Qué coño! Me gusta a mi ¿No? Pues me lo compro.
Álex y Mónica, estaban en el apartamento, recogían la ropa y algunos detalles que querían tener en la casa, ya estaba terminada y era el momento de mudarse, no fue difícil, solo tenían que bajar las cosas del piso de arriba. La casa había quedado tal como la pensaron, un salón grande unido a la cocina, una cocina completa y cómoda, desde allí, una escalera comunicaba con el apartamento de Álex hasta ese momento, consiguieron diseñar una habitación grande con el cuarto de baño incluido, la de ellos, un par más de buen tamaño y una cuarta más pequeña, el piso de arriba, donde vivían hasta ese momento, lo utilizarían de despacho y gimnasio. El jardín lo dejaron bonito, con la idea de construir una piscina más adelante. Al siguiente día del traslado, hicieron la lista de invitados para la inauguración, no les costó mucho hacerla, asistiría un montón de gente, los familiares, los amigos y toda la comisaría, no trabajaba tanta gente en la comisaría, era pequeña, solo faltarían los pocos que estuvieran de guardia esa noche. Después de la lista quedaba decidir el día, pensaron que tres semanas era tiempo suficiente para que la gente se organizara. No faltaban en la lista, Elvira y Fran, ni tampoco Mari y su novio Víctor. Para ese día pensaron que la familia de Mónica y Mari con su novio, los que venían de más lejos, pasarían la noche en la casa, a Elvira y Fran les ofrecerían la habitación del apartamento, si querían.
En la comisaría hablaron con todos, a los demás los llamaron personalmente, se confirmó, en tres semanas harían la fiesta que tanta ilusión les hacía a Mónica y Álex. Se fue acercando la fecha, cuando faltaban cuatro días, esa misma semana, la madre de Mónica habló con ella, no podían asistir, les salió un compromiso de última hora, Mónica, los invitó la siguiente semana a una barbacoa y pasar el fin de semana con ellos.
Como ya hacía buen tiempo, prepararon el salón y la terraza que daba al jardín trasero para la fiesta, repartirían comida y bebida en varias mesas para que cada uno se espabilara como pudiera, algo informal, lo importante era pasarlo bien y que no faltara de nada. Los invitados fueron llegando, los primeros fueron los amigos, García y su marido Vicente, Susan y Benítez, por si tenían que ayudar en alguna cosa, como todo estaba listo, se tomaron una cerveza los seis esperando a los demás, fueron llegando policías, Lita, la forense, Elvira y Fran, Mari y Víctor los últimos por el viaje. Se hacían corrillos, muchos policías por la casa, el grupo se mantenía unido comiendo, bebiendo y riendo, Susan, Benítez, García, Vicente, Álex, Mónica, Elvira, Fran, Mari y Víctor. Mari no se separaba de Mónica, a su lado se sentía segura y tranquila, tuvo que aguantar algunas bromas de Elvira, como siempre. Mari le dijo a Mónica, cuando pudo hablar con ella con un poco de intimidad, que estaban pensando con Víctor en casarse, él se lo había pedido, le enseñó el anillo de compromiso, a Mari se le veía contenta, muy contenta, por supuesto aprovechó para invitar a la boda a Mónica y Álex, más tarde, no se sabe si afectada por el alcohol o qué, acabó invitando a todo el grupo, también es verdad que se habló mucho de la vida en el campamento, eso le hizo recordar las conversaciones con Vicente y García mientras jugaba con sus hijos, a Elvira y Fran también los invitó, no se podía olvidar que Elvira, por muy mala leche que tuviera con ella, le salvó la vida dos veces, y ya que estaban allí, pues también invitó a Benítez y Susan. Para acabar y que no faltara nadie, acabó invitando a los padres de Elvira y de Álex, convivió mucho con ellos en el campamento, nunca se olvidaría del vaso de whisky que le hicieron beber el primer día que llegó.
La fiesta avanzaba, la gente salía al jardín, a fumar, a pasear un poco o simplemente a seguir hablando. Es en lo que pensó Elvira en algunos momentos de la noche, salir a fumar, allí estaba, con su pitillo encendido y tomándose un copa, cuando llegó Álex con su copa en la mano, se sentó con ella.
-¿Qué tal?- Preguntó Álex.
-Es bonito el jardín, y la casa, os ha quedado todo muy bien.
-Más adelante, en aquella zona haremos una piscina, no será muy grande, para refrescarse un poco en verano estará bien.
-Es buena idea, además, te revalorizará la casa, siempre se paga más por una con piscina que sin.
-Hemos vivido tiempos tensos.- Cambiaba la conversación Álex.
-Sí, desde luego que sí.- Respondía Elvira, bebiendo de la copa.
-A partir del momento que apareciste en mi vida de nuevo.
-Yo no tengo la culpa de que vivieras en una ciudad que había una sucursal de la Logia, si hubierais sido más eficientes podíais haber resuelto el caso sin que yo tuviera que aparecer, porque mira que era un desastre de comisaría, ahora no sé como la llevarás, pero antes…
-¿Estamos bien Elvira?
Le preguntó Álex, cambiando de conversación, Elvira lo miró un momento, le dio una calada al cigarro y bebió de la copa.
-Creo que sí, yo estoy bien.
-¿Nuestras vidas? ¿Están bien así?- Volvió a preguntar Álex, especificando un poco más.
Elvira se levantó, Álex se levantó, uno delante del otro, se miraban a los ojos sin apartar la mirada, Elvira pensaba, Álex esperaba una respuesta.
-Están bien, están muy bien tal como están.
Respondió Elvira, por un momento pensó que Álex lo sabía todo, que se había enterado y le estaba preguntando si debían volver a estar juntos o no. Álex, al escuchar la respuesta sonrió, aquella sonrisa, aquella sonrisa le dio la pista a Elvira que Álex no sabía nada, que se lo estaba preguntando como amigo.
-Yo siempre te llevaré en el corazón Álex, y seguiremos siendo amigos ¿No?
-Claro que sí, te he soportado todos estos años, no vendrá de unos cuantos más.
Se cachondeaba Álex, Elvira reía, él separó un poco las manos, en gesto de abrazo, ella se acercó y se abrazó a él, un abrazo largo, sintiéndose uno al otro, oliéndose uno al otro, recordando momentos en los que estaban totalmente enamorados uno del otro.
-Ya era hora de que os atrevieseis a abrazaros, parecía que teníais un imán que os rechazaba.
Se escuchó la voz de Mónica cerca de ellos.
Elvira y Álex se separaron, seguían agarrados por la cintura y con un brazo extendido, pidiéndole a Mónica que se uniera a ellos, es lo que hizo Mónica, se abrazaron los tres. Agarrados los tres, con Álex en medio, así entraron en la casa, Fran se acercó, Elvira se soltó abrazando y besando a Fran, Álex se acercó al piano, todos sabían que iba a pasar, Álex les cantaría. Susan y García se acercaron a Mónica.
-¿Qué ha pasado, Mónica?- Preguntaba Susan.
-Creo que ya está todo alineado.
-¿Alineado? ¿Qué dices?- Preguntaba extrañada García, como si pensara que Mónica estaba perdiendo la cabeza.
-En su sitio, en su lugar, Álex quiere a Elvira como una amiga, y a mí como compañera para toda su vida, eso pasa.
García y Susan no quisieron preguntar nada más, pensaron que las palabras de Mónica significaban algo para ella, algo que solo entendía ella.
Álex cantó, con Mónica y Elvira al lado haciéndole los coros, la fiesta continuó hasta entrada la madrugada, la gente se fue despidiendo, hasta quedar, Mari, Víctor, Elvira, Fran, Álex y Mónica. Mari y Víctor se fueron a dormir, Elvira se tomaba la última copa, fumándose un cigarro, sentada en el porche que daba al jardín, salió Mónica y se sentó a su lado. Elvira la miró, Mónica le sonreía.
-¿Me vas a venir con otra escenita de celos?
-No, ahora ya no, estoy muy tranquila.
-Está bien que vayas madurando.
-Yo no, vosotros habéis madurado, veros abrazados me lo ha confirmado.
-Podría ser al revés.
-No, hasta ahora no os habíais atrevido a tocaros, que lo hagáis en público significa que ya lo tenéis superado.
-¿El qué hemos superado? A ti no hay quien te entienda.
-Las ganas de follaros, al principio, solo con las miradas, se os notaban las ganas de follaros uno al otro, no lo podíais remediar, es así.
-¿Y ahora ya no, según tú?
-Ya no, os queréis, pero habéis aceptado vuestras vidas.
Elvira le dio un trago a la copa mirando a los ojos a Mónica, ella también sabía que lo habían aceptado, ella sabía que antes se tenía que aguantar las ganas de besarlo, desnudarlo y follárselo, o que se la follara, tanto daba. Pensó que Fran tenía mucho que ver con su nueva actitud.
Se fueron a dormir, Elvira y Fran subieron a lo que fue el apartamento de Álex, Mónica y Álex se acercaban a su habitación cuando escucharon los gemidos de Mari, la tía no se ha cortado, se ha puesto a follar sin problemas, pensaba Mónica. Y sí, así lo hizo Mari, cuando se vio a solas con Víctor en su habitación, bueno, no era suya, pero esa noche la iba a utilizar, le agarró los huevos por encima del pantalón, se los amasó, a la vez que se lo desabrochaba, le sacó la polla, se la estuvo pajeando mientras se besaban y él le agarraba el culo tocándole el chichi con un dedo por detrás. Se arrodilló delante de él, le comió la polla con ganas, acariciándole los huevos y el culo, Víctor se aguantaba las ganas de levantar la voz gimiendo, después fue él quien la estiró en la cama, le abrió el vestido, le bajó y quitó las bragas de un tirón, rompiéndoselas por un lado, se amorró literalmente a comerle el coño, se lo comió todo, hasta el culo, desde el culo, pasando por el agujero del coño, llegando al clítoris, no quedó rincón que Víctor no lamiese, chupase o succionase, Mari no era tan discreto como él, a ella sí que se le escuchaba gemir… y correrse, lo hizo la primera vez encima de él, cabalgándolo con ganas, después dejó que él la girara y se la follase a cuatro, dándole unos buenos golpes con su cuerpo en el culo cada vez que la penetraba con fuerza. En ese momento fue cuando la escucharon gemir Mónica y Álex, gemir y correrse. Víctor la estiró boca abajo, acercó su boca al oído de Mari.- Te he follado la boca, el coño y ahora te voy a follar el culo.- Fóllame lo que quieras, dame duro, dame duro.- Le respondía Mari muy excitada, él se mojaba la mano con saliva, se la pasaba por el agujerito del culo, lo lubricaba lo mejor que podía, después se agarraba la polla, la apuntaba y despacio se dejaba caer penetrándola por el culo, la polla entró sin problemas, suave, hasta el fondo, Mari le agarraba una cadera a Víctor, lo levantaba y lo acompañaba penetrándose de nuevo, ella le marcó el ritmo, enseguida Víctor se estaba follando a Mari por el culo a buen ritmo, gruñendo, mirándole la carita de placer a Mari, corriéndose dentro, llenándole el culo a lechazos.
Cuando Mónica y Álex se habían desnudado y se estaban metiendo en la cama, escuchando de lejos los gemidos de Mari y más tarde los de Víctor corriéndose, empezaron a escuchar los de Elvira, no sabían que le estaba haciendo Fran, pero que le gustaba a Elvira estaba claro. Lo que no sabían es que Fran se estaba follando a Elvira, después de comerle el coño, de pie, empotrándola contra una pared, una de las posturas preferidas de Elvira, ella sabía moverse para darse placer, y eso pasaba, se follaban los dos, moviéndose, agarrándose, de la espalda, del culo, de donde fuera. Él le daba golpes de cintura, duros y profundos, ella miraba para arriba, poniéndoselo los ojos en blanco del gusto que sentía. Se agarraba Fran, estaba a punto de correrse.
-Me corro, me corro.- Le decía entre gemidos a Fran.
-Si no me esperas te la meteré por el culo.
-¿Por el culo le ha dicho?
Le preguntaba Mónica a Álex, mientras él le comía el coño.
-Creo que sí.- Respondía Álex concentrado en su trabajo.
Elvira se corrió, Fran le seguía dando caña, dejándola casi exhausta, después la giró, ella sacó el culo, él le pasó la mano por el coño mojado pasando los flujos al agujero del culo, para lubricarlo, después se escupía en una mano para lubricarse la polla, sin perder más tiempo le apuntó la polla y se la fue metiendo, Elvira gemía al sentirse sodomizada.
-Se la ha metido.- Le decía Mónica a Álex, mientras le comía la polla.
-¿Vas a estar retrasmitiendo el polvo de esos dos?
-Sí
Fran le follaba el culo a Elvira con ganas, ella gemía, se le notaba estar disfrutándolo. Álex se movía encima de Mónica follándosela, movía las caderas como sabía que a ella le gustaba, Mónica se agarraba al culo de Álex, le encantaba aquella manera de moverse de su novio, también gemía y se excitaba, por como se la follaba Álex y por la sensual voz de Elvira gimiendo, disfrutando de cómo la sodomizaba Fran. Fran se corrió y Elvira le siguió, se corría por segunda vez, y esta vez la estaban follando por el culo.
-¿Se ha corrido?- Preguntó extrañada Mónica mientras Álex se la estaba follando a cuatro.
-Yo que sé, quieres estar atenta a lo tuyo ¡Coño!
-Se ha corrido follándosela por el culo, cuanto sabe esta Elvira.
-Córrete así y después probamos a ver si tú también eres capaz.
-¿Capaz de qué?- Preguntaba Mónica, entre gemidos apagados por la almohada.
-De correrte mientras te follo tú bonito culo.
-No lo creo.
Contestaba Mónica, justo cuando empezaba a correrse por los empujones de Álex follándosela a cuatro patas. En aquella misma posición, Álex cambió de agujero, se lo lubricó y se la metió en el culo, empezó muy despacio, Mónica se fue moviendo para penetrarse más rápido, se le escapó algún gemido de gusto, Álex metió una mano por debajo, le fue frotando el coño suavemente, al principio, después, cuando se fue animando follándose el culo de su novia, le estaba haciendo a la vez una paja de puta madre, Mónica se corrió, ya lo creo que se corrió, y Álex le llenó el culo de leche, aguantándose las ganas de gritar de gusto. Cayeron los dos en la cama cansados, se escucharon sonrisillas, desde la habitación de Mari y desde arriba, los habían escuchados todos los invitados.
La siguiente semana en la comisaría solo se comentaba el fiestón de la casa del comisario, pasaron rápidos los días. Durante aquella semana, Álex se había preocupado de arreglar el piso superior, lo que había sido su apartamento, una parte dedicada a despacho, tanto para él como para Mónica, y otra parte la dejó como gimnasio, dejó el saco de boxeo y alguna cosa más para hacer deporte, su antigua habitación la dejaron intacta, igual que el cuarto de baño y el vestidor, allí durmieron Elvira y Fran.
El sábado a media mañana, después de levantarse, desayunar, ducharse, vestirse y arreglar la habitación para enseñarla a las visitas, Mónica se despidió de Álex, iba a buscar a sus padres a la estación. Álex, cuando se fue Mónica, subió tranquilamente las escaleras, se sentó en su mesa de despacho, miró por el ventanal a la calle, recordó cuando quisieron matarlos, a ellos y a Elvira que acababa de llegar. Abrió uno de los cajones de la mesa, sacó un sobre, un sobre igual que el que le llegó a Vicente, el marido de García, en el instituto. Recordó cuando le llegó, un compañero le dijo que un motorista, dejó la moto delante de la comisaría, se bajó y sin quitarse el casco le entregó al policía que estaba de guardia en la puerta principal el sobre, le dijo que era para el comisario, el policía se lo entregó al compañero que estaba de guardia en la recepción, y este se lo llevó a su despacho, recordaba abrirlo y leer las primeras líneas, pensó que aquel documento no podía leerlo en la comisaría, que necesitaba más intimidad, salió del despacho, a Mónica le puso una escusa y se fue al apartamento, muy cerca de donde estaba en ese momento, un poco más atrás, sentado en el sofá que había antes, volvió a sacar los papeles del sobre y los leyó con tranquilidad, con la tranquilidad que te puede dar leer todo lo que te han ocultado durante toda tu vida. Se enteró de todo… y lloró, lloró al descubrir que sus padres, los de Elvira y casi toda la gente que había conocido y conocía pertenecían a la Logia, entendió que significaba la cena que patrocinaba la universidad para inaugurar las fiestas de invierno, entendió porque cuando él llegaba y saludaba a sus padres, todo el corrillo de gente cambiaba la conversación. En realidad era una cena de la Logia, una reunión a la que no podía asistir cualquiera, una reunión entre asesinos y su víctima, una chica que no sabía nada de lo que le esperaba y la sentaban en una mesa, junto a otros compañeros para disimular, como le pasó a Reme, allí la conocieron. Para que la gente, encima, pensara, que buena es la universidad que se cuida de los chicos sin recursos, que mentira más asquerosa la de la universidad, y que asqueroso que su familia y la de la mayoría de sus amigos de la niñez estuvieran encubriendo semejante atrocidad, y no solo la encubrían, es que presenciaban los sacrificios. Y siguió llorando, mucho más, por lo que había hecho Elvira por él, lo que llegó a hacer para protegerlo, para que se mantuviera fuera de la Logia, para que nadie le hiciera ni un comentario sobre el tema. Ahora lo entendía, nunca se tragó que Elvira se enamorara de otra persona, él sabía lo que sentía por ella y lo que sentía ella por él, desde niños juntos, muchos años amándose con locura, se conocían muy bien. Y siguió llorando, por impotencia, impotencia pensando que se tenía que haber dado cuenta, en aquel momento se tenía que haber dado cuenta que a Elvira le pasaba algo, si él hubiera estado más listo, si no se hubiera dejado arrastrar por los sentimientos, por el daño que sintió al saber que Elvira no le quería, si hubiera… si hubiera… todo en pasado, ya estaba, lo hecho, hecho estaba, ya no se podía cambiar nada…
¿Qué habría pasado? Sí Elvira no hubiera sido tan generosa con él, si no hubiera aceptado aquellas condiciones de la Logia y se lo hubiera contado todo, su relación ¿Habría sido la misma? ¿Habría podido él aceptar que sus padres estaban implicados? ¿Habría podido trabajar para la Logia? Tapándole las mierdas que hacían. Conociendo sus valores y la manera de ver la vida, sobre todo en aquel momento, cuando ocurrió, bastante más joven ¿No se habría resentido la relación con Elvira? Por mucho que la amara. La realidad es que nunca lo sabría, los acontecimientos fueron como fueron, la realidad es que Elvira sufrió mucho por su silencio separándose de él… y él se sentía culpable. Otra pregunta le venía a la cabeza, martilleándosela ¿Debía decirle a Elvira que lo sabía todo? ¿Qué todo el esfuerzo que había hecho ella durante años no le sirvió para nada? ¿Debía? ¿O era mejor dejar las cosas como estaban? Que ella pensara que había valido la pena tanto sacrificio.
Álex se levantó de la mesa, agarró el sobre, bajó lentamente las escaleras, salió al jardín, colocó el sobre en medio de un montoncito de leña que tenía preparada para la barbacoa… y lo encendió. Vio como el fuego convertía en cenizas el sobre y los papeles que contenía, como desparecía para siempre, no sabía si existiría alguna copia en algún lugar, no lo creía, esa información era muy personal, de él y de Elvira, sobre todo para él, que desconocía muchas cosas que le explicaba aquel documento ¿Tal vez se lo enviaron para ponerlo en contra de Elvira? Seguramente, debió ser una estrategia de la Logia para encontrar a Elvira, esperaban que él perdiera la cabeza y se enfadara con Elvira ¿Cómo se iba a enfadar con ella? Y más sabiendo que su vida corría peligro, no lo conocían, no sabían lo fiel que era con sus amigos, y más con Elvira, a ella le perdonaría cualquier cosa siempre, la quería demasiado.
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