La Destartalá

...

Pasaron los días, no había ninguna noticia ni novedad, eso ponía nerviosa a Elvira, demasiada tranquilidad, pensaba, en las discretas reuniones con el jefe lo comentaban, al jefe no le dijo nada de lo que le habían enviado al marido de García. Ninguno de los dos lo veía claro, algo tenía que pasar, siempre se habían enterado de las decisiones del presidente, aunque solo fueran cosas sin importancia. Ahora, hacía unas semanas que nadie sabía nada, no se filtraba ninguna noticia, ninguna acción, eso les hacía pensar que el presidente y los pocos de su confianza se habían blindado.

Elvira no aparecía mucho por la comisaría, no había trabajo, al menos del que realizaba ella, todo estaba muy tranquilo. Fran, en él era más normal, tampoco tenía ningún ‘encargo’, así que convivían cada día haciendo actividades juntos, gimnasio, prácticas de tiro con diferentes armas, salidas a cenar a buenos restaurantes, y sí, también follaban mucho, es lo que tiene estar tranquilo y tener tiempo.

Álex y Mónica le estaban dando los últimos retoques a la casa nueva, calcularon que en un par de semanas ya estaría lista, también pensaron en hacer una inauguración invitando a los familiares y a los amigos… incluyendo a Elvira y Fran, claro. Tal como habían quedado con Elvira, Álex le envió un mensaje a un móvil con tarjeta de prepago que tenía Elvira, en realidad tenía uno normal, el personal, otro con otra tarjeta prepago, el que se comunicaba exclusivamente con Fran, y al que le envió el mensaje Álex, en ese solo recibía mensajes o llamadas del jefe y de Álex y Mónica, todo por la seguridad.

-Te invitamos a ti y a Fran, el próximo día 28 a la inauguración de nuestra nueva casa.- Le envió Álex.
-¿Habrá mucha gente?- Contestó Elvira al cabo de un rato.
-Solo amigos y familiares.
-¿Tus padres estarán?
-Mujer, si digo familiares, ya te lo puedes imaginar, lo hacemos en esa fecha para que puedan venir también la familia de Mónica.
-Os vendré a visitar un día de estos.

Fue lo último que contestó, Álex pensó que Elvira seguía siendo Elvira, que rara la última frase ¿Por qué tendría que visitarlos? Así como así, de un día para otro, solo por invitarla a ella y a su novio a una fiesta.

Tal como dijo, a los dos días, Mónica recibió una llamada de Elvira, aquella tarde, cuando acabaran su trabajo en la comisaría y llegaran a su casa, les iría a visitar. Mónica se lo dijo a Álex, se encogieron de hombros, no sabían por qué querría verlos Elvira. Después de ducharse al llegar del trabajo, Álex, tocaba sentado en el sofá unas notas con la guitarra, Mónica se bebía un café con leche mirando por el ventanal, esperaba ver a Elvira llegar. No tardó mucho en verla, aparcó su imponente coche delante de la casa, salió del vehículo, abrió la cancela y entró en el jardín delantero. Mónica fue a abrirle la puerta del apartamento, Álex se levantó y dejó la guitarra dentro del armario donde la guardaba, en ese momento entró Elvira.

-¿Para qué tanta prisa en vernos?- Preguntó Álex, antes de saludarse los tres.
-Chicos, algo no va bien, desde que hablé con vosotros la última vez… no sé qué pasa, pero algo no va, todo está demasiado tranquilo.- Les decía preocupada Elvira.
-A lo mejor, simplemente están dejando pasar un tiempo después de lo que ocurrió en el orfanato.- Opinaba Álex.
-No, no es eso, siempre nos habíamos enterado de lo que pasaba, siempre había alguna filtración de las reuniones, con esa información podíamos saber cómo estaban las cosas en la Logia, si querían cambiar algo, las decisiones que tomaban – Por eso Elvira, sabía que la querían matar el último día que fue a visitar al presidente.- pero ahora, desde que ocurrió lo del orfanato, no sabemos nada, seguro que se están reuniendo, seguro que están tomando decisiones, creemos que lo hacen en pequeño comité, solo los más cercanos al presidente… por eso no hay ninguna filtración, y eso me preocupa.
-Tranquila Elvira- La calmaba Mónica.- ¿No crees que lo mejor es seguir con nuestras vidas? Tampoco podemos estar pendientes de todo lo que hagan, nosotros solo queríamos invitaros a la inauguración de la casa ¿No has visto al entrar lo bonita que está?
-Creo que Mónica tiene razón, tenemos que seguir viviendo, si hacen algo ya intentaremos solucionarlo cuando ocurra.- Le daba la razón Álex a su novia.
-No lo entendéis- Les decía Elvira mirándoles a los ojos, seria, muy seria, tomándose un tiempo antes de seguir hablando.- Estamos en peligro, y cuando digo estamos, me refiero a vosotros dos, yo, tus padres Álex, mis padres ¿Y vosotros? Queréis hacer una fiestecita juntándonos a todos, que fácil se lo queréis poner, que novatos que sois…
-Espera, espera Elvira ¿No te estás pasando? ¿No será que eres tú la que estás demasiado obsesionada con ellos?

Elvira y Álex empezaban a discutir, se escuchó el motor de una potente moto que se acercaba a la casa, Mónica se acercaba al ventanal para ver qué pasaba.

-¿Pasan muchas motos por aquí?- Preguntó levantando la voz Elvira.
-Ninguna, por eso voy a ver qué pasa.- Respondió Mónica sin dejar de caminar.

Elvira salió corriendo, había escuchado como la moto se paraba, dio un salto y se tiró, literalmente, encima de Mónica.- ¿Qué haces?- Gritó Mónica, antes de que tocaran el suelo, una ráfaga de disparos de metralleta entraron destrozando los cristales del ventanal, impactaban contra el techo y los muebles altos. Elvira, desde el suelo, miró a Álex, que también se había estirado en el suelo al escuchar los disparos, él la entendió a la primera, era el que estaba más alejado del ventanal y podía moverse, se arrastró hasta la entrada, allí estaba fuera del alcance de las balas, abrió el armario, dentro estaba la caja fuerte donde guardaban las armas cuando llegaban a la casa él y Mónica, cargó las dos pistolas, les quitó el seguro, abrió la puerta de golpe y bajó las escaleras laterales de dos en dos, mientras corría hasta la esquina, para tener visión de lo que estaba pasando en la calle, escuchó que una de las ametralladoras dejó de disparar, se asustó al mirar desde la esquina, eran dos tíos en una moto, mientras uno no dejaba de disparar al apartamento, el otro estaba montando un lanzagranadas, si disparaba una granada dentro del apartamento, Mónica y Elvira morirían, además, con el gas natural que llegaba a la casa, seguramente acabaría explotando todo. Álex, ni se lo pensó, salió a pecho descubierto, disparando con las dos pistolas contra los agresores, viéndose sorprendidos… y uno de ellos herido por una bala de Álex, dejaron de disparar, tiraron el tubo lanzagranadas y salieron a toda hostia con la moto, Álex corrió hasta la puerta, miró por la calle, justo en ese momento giraban la esquina.

Llegaron Mónica y Elvira, Elvira recogió el tubo lanzagranadas, le puso el seguro, Mónica se abrazó con Álex.

-¿Qué coño ha sido esto Elvira? Gritaba nervioso Álex.
-Ha sido lo que os estaba diciendo, algo está pasando, y creo que ya sé que es.- Le respondía Elvira mientras guardaba el lanzagranadas en el maletero de su coche.
-¿Te vas a llevar eso?- Le preguntaba Mónica extrañada.
-Sí, si viene la policía no le diremos nada del lanzagranadas.

No le dio tiempo a decir mucho más, las sirenas de la policía se escuchaban a pocas calles. Llegaron los compañeros de Álex y Mónica, de los que llegaron, un grupo reducido eran ayudantes de Lita, la forense, cuando ella estuvo trabajando en el cementerio de las sacrificadas en la universidad, necesitaba ayuda, ella sola no podía con tanto trabajo, así que formó a un pequeño grupo de la policía para que la ayudaran.

Al poco rato también llegó Benítez, empezó a dar gritos dándoles instrucciones a los agentes, vosotros, acordonad con cinta todo el perímetro, que no entre nadie que no sea de la policía, le pedía a una patrulla, no sé por qué, por la calle no pasaba ni Dios, bueno, sí, un vecino que viendo el lio que se montó, paseaba al perro como escusa para enterarse de lo que pasaba, los demás vecinos miraban desde las ventanas o el jardín. Vosotros empezar a recoger muestras y pruebas, les ordenaba al grupo de ayuda de la forense. Allí no paraban de llegar coches de la policía, taponaron la calle, la gente entraba y salía, todos con prisas.

Mientras los agentes recogían los casquillos de bala, había muchos. Benítez hablaba con García, ella no podía dejar su puesto en la comisaría, la tranquilizaba diciéndole que todo estaba bien, sabían que era la dirección de Álex cuando algunos vecinos llamaron a la policía dando la ubicación de los disparos. Elvira, Mónica y Álex hablaban dentro del apartamento.

-Quieren matarnos Álex, lo que ha pasado seguramente ha sido un acercamiento, una prueba, supongo que querrían saber si era fácil acabar con nosotros.
-Cabrones, hijos de la gran puta.- Se quejaba Mónica asustada.
-Llama a tus padres Álex, solo para saber que están bien, si es así no les digas nada, no vale la pena preocuparlos de momento.

Le aconsejaba Elvira a Álex mientras caminaba, bajó las escaleras y se dirigió al jardín trasero, donde tuvo la conversación con Mónica y Álex cuando cenaron la última vez en el apartamento, llamó a Fran.

-Hola cariño.- La saludó.
-Dime que no has sido tú, prométeme por tus muertos que no has sido tú.- Le decía levantando la voz muy cabreada Elvira.
-¿Qué no he sido yo de qué? ¿Qué me estás diciendo Elvira…? ¡Hostia puta! ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?- Preguntaba Fran, nervioso, se dio cuenta a media conversación que algo grave debía haber pasado para que Elvira le dijera lo que le dijo.
-Sí, estoy bien- Siguió Elvira más tranquila, por el tono de voz de Fran sabía que no había sido él.- alguien nos ha disparado, dos tíos en una moto, dos metralletas y un lanzagranadas, si no llega a ser por Álex, que estaba cerca de la puerta y ha podido salir a dispararles, ahora mismo estaríamos fritos los tres.
-¡Joder! Una cosa Elvira ¿Alguien sabía que estabas allí con ellos? ¿No es posible que fueran a por ellos y tú estuvieras por casualidad?

Se hizo un silencio, Elvira pensaba, Fran tiene razón, nadie sabía que iba a estar aquí, venían a matarlos a ellos.

-Fran, por favor, investiga un poco, seguro que te enterarás de quien ha sido, uno de ellos está herido, hay manchas de sangre en la acera.
-De acuerdo ¿Cuándo vuelves?- Preguntó Fran.
-Pronto, no me puedo ir ahora, esto está lleno de policías.

Se despidió de Fran, volvió al jardín delantero, allí estaban, Benítez, Álex y Mónica hablando, mirando como los compañeros de Lita recogían pruebas y hacían fotos de las balas, la mancha de sangre y la señal que dejó el neumático de la moto al salir a todo gas.

-Me llevo todo lo que pueda.- Les decía uno de los compañeros de la forense a Álex, intentaremos deciros algo lo antes posible.

Álex se acercaba a Benítez.

-Mañana empiezas con la investigación, a ver si sabemos quién ha hecho todo esto.
-Vale, pero primero voy a llamar a García, para que destine una patrulla y vigilar las veinticuatro horas tu casa.
-Como quieras.- Respondía Álex.
-Buena idea Benítez, no sabemos qué puede pasar.- Afirmaba Elvira.

En ese momento Elvira recibió una llamada, miró el móvil y se apartó de nuevo caminando por el jardín para contestar.

-Elvira- Dijo el jefe nervioso, hablando muy rápido.- van a por tu ex novio y su pareja, me acaba de llegar la noticia…
-Tarde… jefe, tarde, ya han venido… y yo estaba con ellos.
-¡Hostia! ¿Estáis todos bien?
-Sí, por suerte no pudieron acabar la misión, uno de ellos está herido.
-Lo siento, me enteré tarde, tengo que hacer algo para conseguir mejor información.
-Amenaza a alguien, busca la mierda de esa gente que está en el comité del presidente, a alguien podrás extorsionar para que nos ayude.
-En eso estoy, y creo que ya sé quién puede ser.
-Pues dale, no podemos ir por ahí sin información y sin saber cuáles serán sus próximos pasos.
-Intentaré averiguar quién ha intentado mataros…
-No te preocupes, eso déjamelo a mí.

Cuando Elvira volvió con el grupo, en ese momento llegaba otra persona, Lita, la forense.

-Me he enterado y he salido corriendo ¿Estáis bien?- Preguntaba preocupada.
-Sí, estamos bien por poco.- Respondía Mónica.
-Un compañero tuyo se ha llevado las pruebas que ha podido, no mucho la verdad, a ver si puedes encontrar algo.- Le decía Benítez.
-No encontrarás nada, han sido profesionales.- Añadía Elvira.
-La sangre, se podrá sacar el ADN.- Decía Álex.
-Seguro que sí.- Respondía Lita.
-Otra cosa es que coincida con alguna persona, no lo creo.- Comentaba Elvira.

Mónica miraba el ventanal destrozado.

-Alguien conoce a un cristalero, nos va a hacer falta.
-¿Un cristalero?- Preguntaba uno de los agentes folladores, que estaba también por allí.
-Sí ¿Conoces alguno?- Afirmaba Mónica.
-Mi cuñado, ahora mismo lo llamo.

El grupo siguió comentando sobre lo ocurrido, al poco rato apareció la subinspectora García, se abrazó a Mónica, Álex y Elvira, se le notaba muy preocupada y afectada.

-¡Que hijos de puta! ¿Quién ha podido hacer algo así?- Preguntaba García.
-En eso estamos, investigaremos- Respondía Benítez.- Lita hará su trabajo y a ver si entre todos lo sacamos.
-Vosotros investigar, es vuestro trabajo, pero esto… estos no eran unos pandilleros cualquiera, eran profesionales, yo desde la central puedo tener más medios, también lo investigaré.- Les decía Elvira, pensando en la investigación que pudiera hacer Fran, él conocía a mucha gente del mundillo de los sicarios y seguro que de algo se enteraría.
-¿Has avisado a las patrullas para que estén de guardia aquí?- Le preguntaba Benítez a García.
-Nosotros seremos los primeros.- Contestaban los agentes folladores.
-Cuando acaben el turno serán reemplazados por otros compañeros, Álex y Mónica tendrán seguridad las veinticuatro horas.- Añadía García.
-No creo que…- Empezaba a decir Álex.
-Tienen razón, mejor que no estéis solos, nunca se sabe.- Afirmaba Elvira.

Lita, que había entrado en el apartamento para hablar con algún compañero que quedaba, salió en esos momentos.

-Hemos recogido todos los proyectiles posibles de dentro, ya podéis entrar cuando queráis, unos compañeros os están limpiando el salón, no tardarán mucho.
-Gracias Lita, ya limpiaremos nosotros…- Comentaba Álex.
-No comisario, están cooperando algunos compañeros y lo tendremos listo en un momento.- Le decía uno de los agentes folladores.
-Bueno chicos, esto está controlado, yo me voy, estaremos en contacto.- Les decía Elvira, se despidió de todos y se fue.

No tardaron mucho en bajar unas cuantas personas con unas bolsas de plástico en las manos y una escoba en la otra. En ese momento llegaba el cristalero, el cuñado, el agente lo fue a saludar, Lita se despidió y se fue, después lo hicieron, Benítez y García. Subieron al apartamento, Álex, Mónica, los dos agentes fo… de guardia y el ‘cuñao’, solo entrar todos miraron el techo.

-¡Madre de Dios! Os han dejado el techo como un puto colador.- Opinaba uno de los agentes.

El cristalero no podía ni hablar, abría los ojos como platos.

-¿Qué coño ha pasado aquí?- Preguntaba.
-Nada cuñado, tú toma las medidas y habla con quien sea para tenerlo lo antes posible.- Le contestaba su cuñado el agente.
-Mañana mismo lo voy a buscar y por la tarde os lo pongo ¿Va bien?
-Perfecto, cuando puedas.- Le agradecía Mónica.

Se fue el cristalero, los cuatro que se quedaron miraban el salón.

-Por lo menos no me han roto la guitarra, ni el piano, ni el equipo de música.- Intentaba consolarse Álex.
-Y estamos vivos.- Apostillaba Mónica.
-Sí claro, eso es lo más importante.- Confirmaba Álex.
-Bueno, os dejamos tranquilos, si queréis algo estaremos fuera.- Les comunicaba uno de los agentes.
-Gracias chicos.- Les agradecían Álex y Mónica.



Fran, se vestía en su apartamento, cuando acabó, abrió un armario, retiró la madera de la parte de abajo, estiró de un tirador abriendo un compartimento secreto, habían varias armas, agarró una pistola, se aseguró de que tenía el cargador lleno y una más en la recamara, de que tenía el seguro puesto y se la colocó detrás, sujeta por el pantalón, después agarró un cuchillo, un pequeño cuchillo dentro de su funda, se lo guardó en el bolsillo, también agarró un pequeño artefacto, lo volvió a cerrar todo. Antes de salir, se metió en el bolsillo las llaves de la moto y se puso la chaqueta de motorista, abrió un armario y sacó el casco. Bajó en el ascensor al parking, puso la moto en marcha, se abrochó la chaqueta, se colocó el casco y salió del garaje como si fuera la salida del Gran Premio de Jerez de motociclismo.

Dejó la moto en un callejón, caminó por la acera, se paró delante de un portal, se aseguró que no había nadie a su alrededor, se acercó a la cerradura de la puerta, sacó el pequeño artefacto, metió la punta en la cerradura y con un par de movimientos la puerta se abrió. Entró, subió por las escaleras, poco a poco fue avanzando por un pasillo, hasta pararse delante de la puerta que estaba buscando, se metió la mano en el bolsillo de la chaqueta y llamó. La abrió su jefe, su compañero de trabajo, lo saludó como siempre, Fran se dio cuenta al instante que el compañero tenía una mano escondida detrás de la espalda, sospechó que escondía un arma, entraron los dos en el salón, estirado en el sofá, sangrando estaba el otro compañero.

-Fran, por favor, dile que me lleve a un hospital, me voy a morir.- Le pedía el herido.
-Ya te he dicho que no te puedo llevar al hospital, yo mismo te sacaré la bala, no es la primera que saco ¡Tranquilízate coño!

Fran los miraba a los dos sin decir nada, el jefe se dio cuenta.

-Lo siento Fran, no podíamos decirte nada.
-¿No podíais decirme nada?
-No sabíamos que ella estaría allí.
-¿Y cómo lo sabéis ahora que ella estaba?

El jefe se dio cuenta que lo habían pillado, intentó mover la mano con el arma que tenía detrás de la espalda, lento, Fran había sacado antes la mano del bolsillo con el pequeño cuchillo agarrado, le rebanó el cuello de un certero movimiento. El jefe cayó al suelo con las manos en el cuello desangrándose, Fran se acercó al compañero.

-Yo no sé nada, te lo juro…

Empezaba a decir el compañero, Fran levantó un pie y le piso la herida, el tío pegó un grito de dolor, Fran aflojó la presión sobre la herida.

-Te ha mentido, lo sabíamos, no me hagas daño.
-Dime lo que pasó.- Le exigió Fran con mala leche.
-Ese tío, el que llaman presidente, habló con el jefe hace unos días, quería que nos cargáramos al ex de tu novia y su pareja, él- Señalando al compañero que estaba en el suelo tieso.- me dijo que no podíamos decirte nada porque tú no lo aceptarías, nos pagaron muy bien, esos tíos pagan bien…
-Sigue hablando.
-Lo íbamos a hacer hoy, al acercarnos a su casa… Por eso te digo que te ha mentido, vimos a Elvira como entraba, sabíamos que estaba allí, yo… te prometo que le he dicho al jefe que no podíamos hacerlo, él ha insistido, de hecho, ha llamado a no sé quien para decírselo, según él teníamos que matarlos a todos, dos pájaros de un tiro, me ha dicho, por lo visto también querían matarla a ella, pero más adelante.
-¿Por qué no me dijisteis nada? Es la primera vez que hacéis una misión sin mí.
-Pensamos, no, él pensó, que sería un problema, que tú no querrías hacerlo.

Fran le escuchaba y veía de reojo, como el compañero intentaba meter una mano por debajo de la almohada, debajo de su cabeza, cuando vio que agarraba algo, con otro certero movimiento le cortó también el cuello, el compañero abrió los ojos, se tapó la herida con una mano, de la otra le caía una pistola encima de la alfombra. Fran caminó, abrió la puerta y la cerró detrás de él, bajó por las escalas, salió a la calle, agarró el móvil y llamó a Elvira.

Elvira conducía de vuelta después de lo ocurrido en Ciudadseca, iba por la autopista cuando recibió la llamada de Fran.

-Hola Paco.- Le saludó cachondeándose.
-Menos cachondeo, no vengas a mi apartamento, ha llegado la hora de mudarnos al piso franco.
-De acuerdo.

Le contestó escuetamente Elvira, miró con atención la carretera y apretó el acelerador, si Fran le había dicho de ir al piso franco es que algo grave pasaba, lo pactaron así en su momento cuando se fueron a vivir juntos, dejaron su bonito apartamento para un caso así, su apartamento nadie sabía a quién pertenecía, no podrían localizarlos, había llegado el momento de hacer uso de él.

Fran llegó a la dirección donde sabía que estaba el apartamento de Elvira, nunca había estado por seguridad, marcó una contraseña en la puerta del parking, se abrió, entró muy despacio, mirando los números en las puertas de los garajes.- Que discreto es este edificio, tienen plazas de garaje cerradas, nadie sabrá si hay un coche dentro o no.- Pensaba Fran. Llegó delante del garaje que buscaba, vio el teclado enganchado en la pared, bajó de la moto, marcó la contraseña y se abrió la puerta, dentro había un hueco muy grande, vio un cuatro por cuatro aparcado, además quedaba sitio para otro coche, a un lado, junto a la pared, dos motos de montaña de buena cilindrada y… otra moto deportiva.- Como le gustan las motos a esta mujer.- Pensó Fran con una sonrisilla, dejó su moto detrás de las otras, abrió un armario, dentro había un pequeño inflador de ruedas y algunas herramientas, estiró bastante y el armario se adelantó, detrás, escondida, tapada por una maderita, había una llave, la del apartamento. La agarró, salió del garaje, volvió a cerrar la puerta, entró en el ascensor y subió hasta el ático.

Al abrir la puerta y entrar, se dio cuenta que aquello era otra cosa, su apartamento era bonito, no lo iba a negar, y con buenas vistas, pero aquello ¡Joder! Aquello era otra cosa, que lujo. Con Elvira nunca hablaron del dinero que ganaba o tenía cada uno, estaba claro que ella tenía mucho, mantener aquello no era barato. Le sonó el teléfono, sabía que era Elvira por el tono de llamada.

-¿Vas a pasar o te vas a quedar en la entrada? Tontaina.- Se cachondeaba Elvira.
-¡Coño me estás viendo!- Exclamaba sorprendido Fran.
-La alarma me ha avisado en cuanto has entrado al garaje.
-¿La alarma? ¿Qué alarma?
-Nada, una silenciosa que tengo puesta, no quiero que haga ruido de sirenas ni nada, solo que me avise si entra alguien ¿Te gusta?
-No entiendo porque no me has traído nunca aquí.
-Dijimos que solo iríamos si había una urgencia, además, no me fiaba de ti, no me robes nada ¡Eh!
-¡Cabrona estás hecha! Ven pronto anda, tengo ganas de verte.
-No me queda mucho, ponte cómodo y tomate una cervecita.
-Vale.

Se hizo un poco de silencio.

-Elvira.- Dijo Fran.
-Dime.
-Te quiero mucho.

Ella sonreía y se mordía el labio, pensaba mientras conducía.

-Paco.- Dijo ella.
-¿Ya estamos?- Se quejaba Fran.
-Yo también te quiero mucho.

Un momento de silencio y cortaron las comunicaciones, los dos sabían que nunca se lo habían dicho tan explícitamente, hasta ese momento no se atrevieron a expresar sus sentimientos de manera clara y abierta, ya lo habían hecho.

...
 
Por experiencia propia se que a veces es mejor callarse las cosas, en una ocasión el novio de mi una de mis mejores amigas le fue infiel, yo fui testigo y se lo conté a ella.

Tuvieron una bronca grande y se separaron, pasadas dos semanas arreglaron las cosas y volvieron a ser pareja, a que no sabéis quien salió escaldado, pues si, acertais, me dejo de hablar.

Habeces las personas prefieren no saber, yo personalmente prefiero que me digan las cosas aunque estas me puedan hacer daño, pero como he dicho no todos somos iguales.
La franqueza puede parecer una noble virtud, pero siempre debe ser contrapesada con las consecuencias de la misma porque debemos responsabilizarnos de las acciones que hacemos en su nombre.
Es como la libertad, si no nos responsabilizamos de las consecuencias de los actos que hacemos en su nombre, no es libertad.
 
Todo un capítulo.
Los 3 se salvaron por un peloy por la rápida reacción de Elvira que salvo a Monica y la rápida reacción de Alex al ver lo que hacía Elvira que pudo salvarlas a las 2.
Le dejaron como colador la casa a Alex y Monica.
Si que el presidente se las tiene jurada a los 3.
 
Me ha gustado ... acción, mentiras, medias verdades y alguna verdad ¿Quién es de fiar y quién no? ¿El jefe llamaba para avisar o para verificar? ¿La moto deportiva sirve para hacer repartos en las escuelas? La próxima vez que me llame mi jefe ¿Debo ir armado?
 
Todo un capítulo.
Los 3 se salvaron por un peloy por la rápida reacción de Elvira que salvo a Monica y la rápida reacción de Alex al ver lo que hacía Elvira que pudo salvarlas a las 2.
Le dejaron como colador la casa a Alex y Monica.
Si que el presidente se las tiene jurada a los 3.
Me parece que el refugio de montaña va a estar muy concurrido.
 
El segundo aviso de la maf...la logia no venía en sobre. Se ha declarado la guerra. Habrá sitio en el piso franco para todos? Porque mientras Elvira y Fran se esconden el resto están desprotegidos.
¿Seguro que es el "segundo aviso"? Elvira se quejaba de que no percibían ningún movimiento de la Logia, ninguno, ni movimiento ni aviso, y nunca le preguntó a Fran si él sabía algo del motorista del sobre ... tal vez ella sepa quién era ese motorista.
Yo creo que la Logia no está por avisar a nadie, está por pasar a la acción sin aviso y con operaciones completamente secretas.

Lo del dineral de Elvira, tampoco es nada normal.
 
Última edición:
Apreciado @berserk37 espero que de la lectura del capítulo de hoy y la experiencia con el novio de tu amiga, hayas sacado una buena lección. Si pillas a otro novio de otra amiga ejerciendo su libertad sin responsabilizarse de sus consecuencias, cargatelo con discreción... harás justicia, ya si eso de proporcionalidad hablamos otro día, y no perderás a una amiga, francamente sería lo mejor para ti, pero hazlo con discreción...en esta ocasión no conviene ser franco, por las consecuencias, ya sabes.

La cuestión es cuanta confianza hay entre los personajes, cuanta franqueza hay y si todos ellos son realmente conscientes de la situación y de las consecuencias de sus actos... Ahora que sabe el peligro que corren ¿García se sentirá en la obligación de contarles a Alex y Mónica lo que Elvira no les ha contado "con franqueza"?
 
Última edición:
A ver espero haber mal interpretado las cosas y que Fran no está realmente metido en ese intento de asesinato. Y lo de que solo le preocupara que estaba Elvira me parece fatal.
O sea que le daba igual que mataran a Alex y Mónica.
De todas formas, creo que posiblemente lo he mal interpretado.
 
O es que van a la desesperada, porque ya han perdido dos sucursales. Eso les hace cometer errores. Fue una suerte que Elvira se encontrará allí, sino ya estarían fiambre Alex y Mónica.
También, también, a la desesperada, sí, también puede ser ... y sí, una enorme suerte que estuviese Elvira allí con ellos.

No hemos hablado mucho de la escena, pero visualmente es muy buena ... ahí tocando la guitarra sobre el sofá mientras Mónica se toma un café con leche sujetando la taza con las dos manos y mirando embelesada a Álex ... la llegada del torbellino de Elvira y en un minuto todo a la mierda reventando cristales, saltando astillas de los muebles, cayendo trozos de techo ... muy visual.

También tengo que decir que eso me pasa a mi y todos muertos por el cohete ese mientras intento recordar la contraseña de la caja fuerte donde guardo las armas ... ¡Mira! Algo que hace bien el comisario mindundi.
 
Última edición:
A ver, que no está en el intento de asesinato lo tengo claro. Pero debería decírselo a Elvira, aunque eso haría que la perdiera.
Después de este capítulo, Fran no me convence nada y no es bueno para Elvira.
Bueno, no sé, si una operación sale mal, creo que es de primero de asesino a sueldo ocuparse de que no queden cabos sueltos que te puedan incriminar aunque ni ellos mismos lo sepan. Lo que está claro es que sus dos "socios" desconfiaban de Fran y le temían, algo poco frecuente en estos grupos paramilitares en los que la camaradería es fundamental para jugarse la vida juntos, bueno salvo el psicópata de turno al que los demás temen porque piensan que es capaz de acabar con todos sus compañeros para quedarse con todo el botín o eliminar toda implicación.
Por otro lado, me ha parecido un poco indiscreto Fran, no me lo imagino explicándoles a sus "socios" cosas de Elvira, ni tan siquiera quien es Elvira, la discreción en los asuntos personales es de parvulario de asesino a sueldo.

Lo que no tengo muy claro es si se quieren y se protegen, si uno duerme con su enemigo al que ama o si los dos duermen con su enemigo al que hacen ver que aman ... vamos, que no tengo nada claro lo que hay en la trastienda de esta pareja.
 
Última edición:
Una duda asalta mi cabeza, con lo que le iba la marcha por delante y por detrás a la forense Lita, no entiendo cómo no ha incluido en su "equipo" a los agentes folladores Pol Delante y Pol Detrás ... aquí hay algo raro.
 
Dentro de la paranoia que sucede a la lectura del capítulo diario, no puedo evitar ver hilos que todo lo conectan, tanto en el plano de la evidencia, como en el subplano del subconsciente ... sí, sí, paranoico perdido me tiene. Yo no sé si será casualidad que el autor utilice la misma palabra, "jefe", en el círculo próximo de Elvira y en el de FranPaco, y si eso es una señal de que a través de esa palabra hay una conexión entre Elvira y FranPaco ... o si aquella sonrisilla de Fran cuando Elvira se iba de madrugada a reunirse con "su jefe" tiene algo que ver o todo sucede en mi cabeza o en un universo para-lelos al que me traslada la lectura del relato.

En fin, es hora de la infusión para la próstata, suerte de ella que me devuelve a la realidad.
 
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