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Mari encontró a Álex, esperó que bajara con Mónica de la cima, pudo subir y hacer su llamada a Víctor. Después, se juntaron todos mirando cómo se hacía la carne y las verduras que las señoras habían preparado, cooperaron para entrar en la cabaña y colocar en la mesa los diferentes platos de carne y verduras. Las señoras, muy celosas de su cocina y de la cabaña, eran muy atentas con todos y disfrutaban viendo comer a los demás el menú que habían seleccionado, prepararon dos hamburguesas y patatas fritas para los niños, patatas acabaron comiendo todos, se aseguraron de hacer suficientes.
Cuando se acabó el almuerzo, cada uno se colocó en su sitio para hacer la siesta, las señoras en sus camas y los maridos… bueno, el padre de Elvira hizo café, en una taza bastante grande, la mitad de café y una cuarta parte de ron, un buen carajillo que le debía a su amigo por perder en la petanca. Salieron fuera y se sentaron en un tronco que había unos metros adentrándose en el bosque, sentados allí, después de tomarse el primer sorbo, vieron como Mónica y Álex, con su manta debajo del brazo, le hacían un nudo al trapo en la rama del árbol y subían por el camino a la cima, otra vez.
-Tú chico sigue tan impetuoso como siempre.- Le decía el padre de Elvira al de Álex.
-Ha estado mucho tiempo sin ningún ‘ímpetu’, tú lo sabes.
El compañero hacía una mueca, pensaba.
-Te acuerdas de cuando eran unos niños, veníamos aquí y una pareja se hacía cargo del hijo del otro para que pudiéramos subir a la cima a…
-A follar, sí, y tanto que me acuerdo.
-Hasta que se hicieron mayores… y se enamoraron.
-Entonces eran ellos los que no paraban de subir.
-¡Hostia sí! No tenían suficiente nunca.
-Estaban muy enamorados Elvira y Álex.
-Mucho… sabes una cosa, no entiendo que les pasó, no es normal, esa manera de quererse, de desearse ¿Tú sabes que ocurrió?
-Según Elvira, se enamoró de otro hombre…
-No me lo creo.
-Yo tampoco.
Se hizo un silencio mientras bebían el carajillo.
-No sé qué pasa, pero estos no engañan a nadie, los has visto, cuando se hablan, las miradas.
-Claro que lo he visto, también es verdad que se tienen mucho cariño, son amigos desde pequeños.
-Amigos y más que amigos han sido.
-De todas maneras, Fran parece buen chico.
-Sí que lo es, no hemos coincidido mucho, igualmente yo lo veo muy pendiente de Elvira y ella de él, se la ve enamorada y feliz, así que nosotros estamos contentos. Supongo que vosotros estáis contentos don Mónica.
-Mucho, es una chica extraordinaria, tiene muy buen corazón y se la ve tan enamorada de Álex, y él de ella, claro.
-Y guapa.
-Muy guapa, cuando nos la presentó en la recepción del ayuntamiento por las fiestas de invierno, ella sola iluminaba toda la sala de lo guapa que es.
Volvieron a beber del carajillo.
-¡Escucha! ¿Tú no necesitas subir a la cima?
-¿Yo? Follamos la noche antes de venir aquí, hasta la semana que viene no creo qué…
-Pues igual que nosotros.
-Juventud, divino tesoro.
-Y divina fuerza y vigor para follar a todas horas.
Los dos se reían y brindaban con las tazas.
Más tarde, cuando Álex y Mónica bajaron de la cima, estuvieron jugando con los hijos de García, se les juntó Mari, Álex se metió en la tienda de cabaña, Mónica y Mari decidieron dar un paseo hasta la charca de las ranas con los niños. Así, Vicente, pudo colocarse la manta debajo del brazo… y subir con García a la cima, también necesitaban su momento íntimo.
Al día siguiente, en el desayuno, se notaba cierta tensión, hasta que habló Elvira.
-Escucharme un momento por favor, esta tarde, Fran y Álex saldrán con el cuatro por cuatro, mama, si necesitáis algo de comida, bebida o cualquier cosa, decirlo ahora, haremos una lista, pueden parar y comprarlo.
-Con lo que tenemos podemos abastecernos los próximos cuatro días, después sí que sería bueno poder comprar algunas cosas frescas. Si a alguien le hace falta algo que lo diga.
Todos pensaban y movían la cabeza, negando que necesitaran algo.
- He calculado que volverán sobre la media noche.- Seguía explicando Elvira.- Se les tendría que guardar algo para cenar.
-De eso nos encargamos nosotras.- Confirmaba la madre de Álex.
-Desde media tarde, hasta la media noche, es mucho tiempo para no comprar nada ¿No?- Preguntaba inocente Vicente.
Los demás, lo miraron con una cara que al hombre le quedó claro que la había cagado. Todos, menos los niños y él, sabían a qué salían.
-Es que él no estuvo en la reunión del otro día.- Intentaba defenderle su mujer.
-Pero tú se lo explicarías ¿No?- Le decía Elvira.
-Lo intentó, pero cuando empecé a escuchar según qué cosas… preferí que no siguiese, yo… es que soy pacifista y no me gusta la violencia.- Se explicaba Vicente.
-Si todos fuéramos pacifistas- Le contestaba el padre de Álex.- harían con nosotros lo que quisieran, alguien tiene que defendernos y ponerlos en su sitio, si viviéramos en un mundo ideal, seguramente no haría falta la violencia, pero… eso es imposible ¿No lo cree profesor?- Vicente movía la cabeza dándole la razón.
Aquella mañana, Mari, sentada en el escalón de la cabaña, veía pasar la vida, miraba a los dos de la petanca, discutiendo, claro. Mónica, Álex y García se tomaban un café en la tienda de Mónica, en la de García, su marido, les daba clases a los niños. Se distraía mirando a unos y a otros, hasta que vio pasar a Elvira y Fran, llevaban una manta, estaba claro donde iban, disimuladamente dio la vuelta a la cabaña, esperó que subieran un trozo de camino y los siguió. Antes de llegar se desvió por el medio del bosque, buscó un lugar seguro y los observó, Elvira se estaba bajando el tanga y Fran los calzoncillos de espaldas a ella, bonito culo tiene Fran, pensó Mari. Como los veía en pelotas a los dos, pensó, porque no te quitas tú también la ropa, estarás más cómoda, ayer, con las bragas y el pantalón del chándal en los tobillos no fue muy cómodo, la verdad. Y así lo hizo, mientras miraba a la pareja meterse mano y Fran empezar a comerle el chochete a Elvira, ella se quitaba la ropa, hasta colocar las bragas encima del chándal que había dejado en el suelo, se arrodilló, se mojó los dedos de una mano pasándoselos por la lengua y… se tocó el coño empezando a masturbarse, con la otra mano se acariciaba las tetas, más o menos igual que veía que se las acariciaba Fran a Elvira mientras le comía el potorro.
Un poco más tarde, cuando Elvira también le había comido un rato la polla a su novio y estaban follando, Fran encima le estaba dando caña, Elvira le agarraba el culo, se les notaba disfrutar, pero… el polvo no era igual que el del día anterior de Mónica y Álex, Mari no sabía que era, pero faltaba algo, y no era porque follaran mal, no, follaban a buen ritmo, en diferentes posiciones, cuando Elvira estaba encima era cuando se le veía disfrutar más, Mari pensaba que hasta para eso tenía que ser mandona la tía, se corrieron los dos, los tres si contamos a Mari, se había dado caña con la paja hasta correrse, viendo como Fran se le corría en la cara y la boca a Elvira.
Mari vio como Elvira se limpiaba la cara y se estiraba al lado de Fran, pensó que era buen momento para irse, recogió las bragas, miró otra vez donde estaba la pareja y vio a Fran solo.
-¿Qué haces pedazo de pervertida?- Le gritaba Elvira agarrándola por el pescuezo por detrás, a Mari se le cayeron las bragas de la mano del susto.
-Nada, nada…
-¿Cómo que nada? Te he visto mirándonos como una pervertida ¿Qué pasa? ¿Necesitas una polla? Pues esa que acabas de ver te olvidas o te mato, y esta vez no es una broma.
-Yo solo quiero la de mi novio, y no está aquí.
-Si no está, te…- Se quedó en silencio Elvira.
-Me hago una paja, eso es lo que he hecho.
Elvira entendía en parte a Mari, veía como no paraba de subir gente a follar y ella se comía los mocos abajo sin poder hacerlo. Le soltó el pescuezo, Mari se puso de pie, una delante de la otra en pelotas.
-Así que te gusta ver un buen polvo, te lo habrás pasado bien.
-Bueno…
-¿Cómo que bueno? ¿Qué quieres decir?
-Que hay otros que follan mejor.
A Elvira se le puso cara de mala leche, Mari lo vio y pensó en tocarle los cojones, vengarse un poco.
-¿Me estás diciendo que también has visto a Álex y Mónica?
-O a otros.
-A otros no, los otros son García y Vicente, y perdona, pero a esos dos no se les ve follando de maravilla.
-Tienes razón, fueron Mónica y Álex, no te puedes imaginar cómo follan, parece que estén hechos el uno para el otro, con que armonía se mueven, como se adelantan a los movimientos del otro, parece una coreografía perfectamente practicada, se destrozan, se comen, se les nota la pasión que se tienen…
-¿Te gusta Mónica?
-Es muy buena gente y muy guapa, sí, me gusta y le estoy muy agradecida por lo que ha hecho por mí.
-Claro, a mí no tienes que agradecerme nada.
-A ti también te lo agradezco, pero ella es mejor persona que tú y… más guapa.
-¡Cállate! Ponte las bragas y lárgate de aquí.
Mari, se vistió lo más rápido que pudo y se fue, con una sonrisilla sabiendo que le había tocado los cojones a Elvira. Elvira volvía con Fran, pensaba, claro que follan bien, pero no es por Mónica, según los perfiles eran muy compatibles, pueden ser compatibles de carácter, de sexo no dicen nada los perfiles. Es por Álex, no sé que tiene, a mí me pasó lo mismo, me miraba y me encendía, no podíamos parar de follar, y le está haciendo lo mismo a Mónica.
Cuando Mari llegó al campamento, Mónica estaba con los niños de García.
-Estamos pensando en ir a ver las ranitas ¿Te vienes con nosotros?- Le preguntaba Mónica a Mari.
Ella le sonreía confirmándolo con la cabeza, claro que le caía bien Mónica, siempre pensaba en ella, iniciaron el camino vigilando a los niños.
-¿Álex no viene?
-Está esperando a Fran, tienen cosas de que hablar sobre la salida de esta tarde.
-Vale.
-¿Cómo estás? Cuando volvamos, si quieres puedes llamar a Víctor.
-Bien, un poco aburrida, suerte de ti que cuentas conmigo. Sí que me gustaría hablar con él, al menos por teléfono, que no se olvide de mí.
-No creo que se olvide de ti, seguro que te esperará.
-Eso me dice él, pero… ¿Hasta cuando me tendrá que esperar? ¿Cuándo nos podremos ir de aquí y hacer vida normal?
-No lo sé, Mari, no lo sé, espero que pronto.
-¿Qué tiene que pasar?
-Tampoco lo sé, la única que sabe cosas es Elvira, y ya sabes cómo es, no explica nada.
Llegaron a la charca, los niños gritaban señalando a las ranas.
-Puede que alguna sea una princesa, como en el cuento.
-En el cuento era un príncipe, Mónica.- Le contestaba uno de los niños.
-Si fueran princesas, esa sería Mónica.- Decía Mari señalando una.
-¿Por qué?- Preguntaba el otro niño.
-Por qué es muy bonita ¿A que sí?- Les preguntaba Mari, Mónica reía.
-Sí, sí.- Contestaban los niños.
-Y esa sería Elvira.- Señalaba otra Mari.
-Mari, esa es muy fea.- Decía un niño.
-Por eso, por eso.- Confirmaba riéndose Mari. Mónica se moría de risa.
Entre risas de unos y tensión de otros, por la salida de aquella noche, pasaron el día. Cuando llegó la hora, Fran metió, escondido en el matero del coche, una caja bastante grande. A Álex, Elvira le entregó una pistola que se guardó sujetándola en la parte trasera del pantalón, lo que no sabía Álex es que Fran llevaba otra en su funda colgando por debajo del sobaco, la chaqueta se la tapaba. Los despidieron levantando la mano mientras ellos se alejaban en el cuatro por cuatro de Elvira. Cuando llegaron a la carretera, Álex miró la hora.
-Si lo hacemos rápido cuando lleguemos al destino, un poco antes de las doce de la noche podemos estar de vuelta.
-Es lo que hemos calculado.- Decía Fran.
-¿Tú sabes que se tiene que hacer? Supongo que Elvira te lo ha dejado claro.- Preguntaba Álex preocupado.
-Me lo ha dejado clarísimo, no te preocupes, es muy fácil.
Mientras conducía, Fran sonreía, le hacía gracia que Álex se preocupara tanto. A la hora que tocaba Fran entraba en la ciudad del objetivo.
-Que viaje más aburrido.- Comentaba Fran.
-Mejor, no hemos tenido ningún problema y ha sido tranquilo.
-Si no nos hemos cruzado casi con coches, y tan tranquilo que ha sido.
Fran fue girando calles y atravesando avenidas, hasta conducir por una calle ancha al lado de un parque o algo parecido.
-Dejaremos el coche aquí, al lado de esos otros, más arriba estaría solo aparcado y podría levantar sospechas.- Álex pensó que Fran estaba preparado, esas cosas no las piensa cualquiera.- Tendremos que caminar un poco más pero valdrá la pena.- Acabó diciendo Fran, Álex callaba, no sabía exactamente qué plan tenían él y Elvira.
Bajaron del coche, Fran abrió el maletero, se aseguró de que nadie les miraba, la calle era oscura y no pasaba nadie, sacó la caja de maletero, la agarró como el que lleva una maleta grande. Miró la pendiente y subió por ella, mientras se cerraba el maletero eléctricamente, Álex le siguió.
-Caminaremos entre los árboles, así será más difícil que nos vean.
-Tú entiendes de esto.
-Alguna idea tengo.- Contestó Fran.
Llegaron al punto que Fran tenía estudiado, Fran le señaló un cementerio que se veía a lo lejos.
-¿El cementerio, ese es el objetivo?- Preguntaba Álex sorprendido.
-Sí.
-Pues, has aparcado un poco lejos ¿No?
Fran no le contestó, abrió la caja, metió la mano y sacó dos prismáticos, le entregó uno a Álex. Los dos miraban el cementerio.
-¿Has visto la puerta principal?- Preguntaba Fran.
-¡Hostia! Hay dos tíos custodiándola, y cada cuarenta o cincuenta metros dos tíos más, a estas horas que no hay nadie se nota mucho ¿Sabías que estarían vigilando?
-Elvira, ella tiene mucha información de las sucursales, ella lo sabía. Mira dentro.
-Sí, hay lápidas.- Contestó Álex.
-¡Coño! ¿Qué quieres que haya? ¿Una discoteca…?
-¡Joder tío! Tú me has preguntado.
-Mira a la izquierda, el primer bloque de nichos ¿Lo ves?
-Sí.
-Síguelo hasta el final, el último bloque ¿Ves algo raro?
-No.
-Yo tampoco.
-Que gracioso.
-Lo digo porque según Elvira, ese bloque es falso, tiene que haber una entrada oculta en algún lugar, dentro matan a las chicas y las entierran en un sótano allí mismo.
-¡Coño! Cuanto sabe Elvira.
-Sí, sabe muchas cosas.- Contestó Fran con un tono de cachondeo.
Fran sacó uno de los móviles de Elvira, empezó a escribir un mensaje.
-¿Ahora te pones a escribirle a alguien, en este momento?
-Es a la prensa, Elvira ya los tiene avisados, cuando lean el mensaje vendrán para aquí.
-A ver si lo entiendo, si Elvira tiene contactos con los periodistas ¿Por qué no les pasa la información y que sean ellos quienes acaben con la Logia?
-Por qué la Logia es muy poderosa, cuando empezaran a investigar, los comprarían, los amenazarían o los matarían directamente, nunca se sabría nada, de la manera que lo haremos nosotros es mejor y más divertida.
Álex estaba a punto de preguntar cómo lo harían, cuando Fran abrió la caja y sacó un cacharro que se apoyó en el hombro mirando por una mirilla.
-¿Qué coño es esto, Fran?- Preguntaba nervioso Álex.
-Ya verás que divertido.
Fran miraba por la mirilla el punto que quería que alcanzara el misil, apretó un botón, una luz roja empezó a parpadear, hasta cambiar a color verde. Quitó la vista del visor y miró a Álex.
-Ya está preparado, ahora mira esto.
Álex lo miraba con los ojos muy abiertos, estaba alucinando con lo que estaba viviendo esa noche. Fran se giró, apuntó con el misil un lugar de la ciudad, apretó el gatillo y disparó, el misil salió en dirección contraria donde estaba el cementerio.
-¿Qué coño haces?- Gritó horrorizado Álex.
-Mira, mira.- Le decía tranquilo Fran.
El misil voló por encima de media ciudad, se alejó, fue dando la vuelta y se dirigió directamente al cementerio, llegó y pegó un leñazo en medio del bloque de nichos que lo destrozó, no dejó una piedra encima de otra, todo hecho mierda, debajo se podía ver con los prismáticos el agujero del cementerio oculto.
-¡La madre que me parió! Que pepinazo ha pegado eso.- Decía Álex.
Miraban a los guardas, uno que estaba en la puerta principal hablaba por el móvil, los demás corrían como pollos sin cabeza.
-Vámonos.
Dijo Fran metiendo el aparato y los prismáticos dentro de la caja de nuevo, la cerró y empezó a caminar en dirección al coche, Álex le seguía, guardó la caja en el maletero, se subieron y se largaron.
-Una pregunta ¿Por qué has disparado eso en dirección a la ciudad? ¿Te querías quedar conmigo?
-No, si disparo directamente al cementerio, hubieran visto de donde venía el misil, ahora mismo nos estarían persiguiendo y nosotros estresados. Disparando en la dirección que lo he hecho, el misil ha dado la vuelta, cuando lo han visto venía de la dirección contraria a la que vamos, por allí nos estarán buscando… y nosotros nos vamos tan tranquilos.
-Tú sabes mucho ¡Eh!
-Más o menos.
-¿Esto es lo que hace Elvira cuando ataca las sucursales?
-Más o menos.
-¡Escucha! ¿Eso que nos contaste de tu negocio? ¿Qué hacías de mediador? ¿No es verdad, no?
Fran giró un momento la cabeza mirando a Álex.
-Más o menos.
¡Hostia Fran! Deja de responder más o menos, me estás poniendo nervioso.
-Sí que hago de mediador, mi cliente siempre sale contento, el otro, no tanto.
Ahora era Álex quien miraba a Fran fijamente.
-¿Lo has entendido?- Preguntó Fran, al ver que Álex ponía una cara rara.
-Más o menos, prefiero no saber nada más.
Fran reía, Álex sonreía.
Llegaron al campamento sin ninguna incidencia, un poco antes de la media noche, Mónica y Elvira fueron las primeras en abrazar a sus novios, después lo hicieron todos los demás, menos los niños que ya dormían. Las señoras calentaron la cena y se la sirvieron, a ellos los trataban como si hubieran llegado de la guerra, los sentaron en la mesa, le sirvieron la cena, los maridos de la petanca, abrieron una botella de vino, les sirvieron y se sirvieron ellos, también les acompañaron con el vino, Mónica, Elvira, García y hasta Mari, el único que no quiso fue Vicente, era muy tarde según él. Las madres de Elvira y Álex, cuando todos estaban en la mesa, se despidieron y se fueron a dormir, Vicente aprovechó el momento y también lo hizo, no le interesaba saber qué habían hecho Fran y Álex por ahí fuera.
-Bueno ¿Cómo ha ido? Solo coméis y no decís nada.- Preguntaba impaciente Elvira.
-Bien ¿No, Álex?- Contestaba Fran.
-¿Esa es la manera que tienes de luchar contra la Logia?- Le preguntaba Álex a Elvira.
-¿Nos queréis contar que habéis hecho?- Se impacientaba el padre de Álex.
Álex les hizo un resumen, un resumen bastante detallado.
-Es la única manera de hacerles daño que se me ocurrió, ir descubriendo sucursales y que fuera un escándalo en la prensa, ahora se habla de ello en las noticias, se preguntan cuantos lugares existirán más así, y eso les pone nerviosos, ven peligrar la Logia.
-Así ¿Tú eres la única que pelea contra esa gente?- Preguntaba García.
-Es la única que tiene cojones de hacerlo.- Contestaba Fran.
-Hay más gente que quiere un cambio en la Logia…
-Unos acojonados que no se atreven a decir nada para que no les hagan daño.- Apuntaba Fran.
-Tienen familia y tienen miedo, saben que esos cabrones son capaces de todo, se la juegan pasándome información, si los descubrieran los matarían.
-¿Y tienes que ser tú la Juana de Arco?- Le preguntaba preocupado su padre.
-Soy yo por fuerza mayor, o lo hago o nos matan a todos, llegó un momento que yo les sobraba…
-¡Espera, espera!- Intervenía Álex.- ¿Tú trabajabas para la Logia? ¿Estás dentro?
Su padre y el de Elvira, disimulaban, Álex se estaba enterando de cosas que no sabía, Fran miraba a Elvira, estaba claro que había ocultado algunas cosas.
-Me infiltré para investigarlos.- Dijo seria Elvira.
-¡Ah vale!- Parecía que lo entendía Álex.
-Al estar dentro tenía información privilegiada, como la que tenía cuando entramos en la universidad, o como la tengo ahora.
Lo que no dijo Elvira es que la información de la universidad, se la habían dado sus padres y Satu, cuando se reunió con ellos en esa misma cabaña.
-Mientras acabáis de cenar voy a hacer una llamada.- Les dijo Elvira.
-Voy contigo.- Se ofreció Mónica.
Elvira le iba a decir que subía sola, después pensó que Mónica no era tonta y tendría algo que preguntarle, mejor hablar con ella y no dejar que se comiera la cabeza pensando demasiado. No se equivocó Elvira, nada más iniciar el ascenso.
-Dime Elvira ¿Qué tiene que ver tú separación de Álex con la Logia?- Esta chica es lista, pensó Elvira.
-Nada ¿Por qué te preocupas tanto de mi relación con Álex? Estás bien con él, solo hay que veros, se os ve felices, él no tiene ninguna duda de quién es su pareja ¿Por qué?
-Por qué tengo la sensación de que ocultas algo, algo muy fuerte que podría cambiarlo todo, por eso me preocupo.
-Mira Mónica, creo que me sobrevaloras demasiado y ves algún tipo de conspiración rara, las cosas son más fáciles de lo que crees, lo nuestro se acabó, y ahora nos vemos en esta situación por…
-A mí no me preocupa esta situación por grave que sea, me preocupa que tú puedas haber hecho algo en el pasado de lo que te arrepientas.
Elvira miró a Mónica, pensó que tal vez había leído el documento que le entregaron García y su marido.
-Ves, ya estás pensando en cosas raras del pasado ¿Quieres vivir el presente? ¡Coño!
-Eso es lo que quiero, vivir el presente y el futuro con Álex sin sorpresas…
-No tendrás ninguna sorpresa, al menos por mi culpa, tú, tú tienes muy mala memoria ¡Eh! Ya te he hablado de esto y tú sigues dale que dale ¡Qué tía tú!
Siguió el camino Elvira delante de Mónica, a buen ritmo, hasta que llegó arriba, sacó el móvil y se dispuso a llamar, Mónica le dejó espacio para que pudiera hablar con intimidad.
-¡Hostia puta, Elvira! Que huevos tienes, al presidente está a punto de darle algo, no sabe cómo pararte.- Le decía excitado el jefe.
-Y así voy a seguir, les descubriré todas las sucursales si hace falta.
-Ten cuidado, están poniendo muchos medios para encontrarte, saben que eres su único peligro.
-Ya lo sé, jefe ¿Alguna novedad?
-De momento nada, por favor Elvira, no te precipites, selecciona bien los objetivos y trabájalo antes de atacarlos.
-Así lo estoy haciendo jefe.
Se despidieron, Mónica vio que había acabado la llamada y se acercó, notó que Elvira estaba muy seria.
-¿Algo no va bien?- Le preguntó a Elvira.
-No, todo está tranquilo, de momento, es qué… Como os he dicho antes, yo me encontré en medio de esto, o son ellos o nosotros, y… estoy cansada Mónica, estoy cansada de sentirme sola…
-No estás sola, te ayudaremos en todo lo que podamos, ya lo sabes.
-Sí, en vosotros confío y sé que estaréis conmigo, no me refiero a eso, me refiero a gente que podría intentar acabar con la Logia y no se atreve, nadie mueve un dedo, sí, algo hacen, buscan información, chantajean a alguien de dentro para que les de información, pero no tienen cojones de enfrentarse directamente, si lo hiciéramos todos a la vez esto se acabaría muy pronto, y no lo hacen… ¿Y sabes por qué?
Mónica le miraba a los ojos, sin decir nada, esperando que Elvira se contestara a ella misma.
-Por qué si me matan, se acabará todo, bajarán las orejas y estarán de acuerdo con todo lo que les digan, la Logia seguirá igual que siempre ¿Entiendes por qué me siento sola?
Mónica movía la cabeza confirmándolo, se acercó a Elvira y la abrazó, estuvieron un rato allí, abrazadas, sin decir nada. Elvira se separó, se quitó alguna lágrima de la cara y miró con una sonrisa a Mónica.
-¿Un whisky? Me vendrá bien un pelotazo.- Le preguntaba Elvira.
-No estás sola, claro que te acompañaré.- Reía Mónica.
Cuando llegaron abajo, todo estaba apagado, menos la tienda de Fran y Elvira, ya se habían ido a dormir todos, menos Fran y Álex que las esperaban en la tienda. Se besaron las parejas al encontrarse.
-Vamos a tomar algo.
Decía Elvira, Fran fue a buscar cuatro vasos, ella abría una caja, parecida a la que Fran llevó el misil, metió la mano y sacó una botella de un whisky escocés muy caro.
-Pensaba que ibas a sacar unas bombas o algo para acompañar.- Se cachondeaba Álex.
-Tenemos nuestra propia bodega, para casos como el de hoy.- Explicaba Fran.
-Sí, hoy es un buen día para celebrar que la misión ha salido bien y… por los amigos que nunca te dejan sola.
Brindaron, Elvira miraba a Mónica, ella le devolvía una sonrisa.
-¿Cuándo tienes pensado volver a hacer algo?- Preguntaba Álex.
-Veo que te ha gustado la experiencia- Respondía Elvira.- ¿Quieres volver a hacer de guardaespaldas de Fran?
-Me parece que a Fran no le hace falta ningún guardaespaldas.
Mónica miraba a Álex extrañada, no entendía que quería decir.
-Sabe mucho Mónica, es muy bueno este hombre.- Añadía Álex.
-¿De verdad eres tan bueno?- Le preguntaba Mónica a Fran.
-Más o menos.- Respondieron Fran y Álex a la vez.
Se partían los dos de risa brindando por la ocurrencia, Elvira también reía, conocía esa respuesta de Fran cuando no quería responder a algo, Mónica los miraba a los tres, no entendía que era tan gracioso.
...
, ni he visto el gol. Estoy desconectado y algo pasota. A ver cuando empiece la liga aunque sea en el destierro.