La Destartalá

Bueno, teniendo en cuenta que Tato es un diminutivo de Carlos, y dado que ese es mi nombre y lo conozco, se viene abajo tú comentario. 😒

Por donde yo vivo, Tato o Tata es el hermano/a mayor. Tata, también era la chica o mujer que cuidaba a los niños pequeños en las familias adineradas.
 
Por donde yo vivo, Tato o Tata es el hermano/a mayor. Tata, también era la chica o mujer que cuidaba a los niños pequeños en las familias adineradas.
Por donde yo vivo también.
Aquí se usaba que los señores llamaban por su nombre a la muchacha de servicio, y los niños le ponían el tata delante, unos la llamaban "Lluisa" y los niños "tata Lluisa".
Al hermano también se le llama "tete".
 
Pues bueno. Ahora voy a daros mi valoración de esta nueva historia de @Akuaries .

Se hizo esperar pero ... valió la pena.

Ale, a por la segunda parte sin demora ni dilación ...
Eso es lo que opinamos todos, los que leemos y comentamos, los que leen y no comentan, los que comentan sin leer, y los que ni leen ni comentan. Y si alguien lo duda ahí está la última encuesta del CIS.

Ámbito: País en el que se habla y se escribe español de España
Universo: Población general mayores de 18 años capaces de excitarse viendo a Blancanieves y a los enanitos (cada uno sabrá con quien).
Tamaño de la muestra: Enoooorrrme
Procedimiento: Aquí te pillo, aquí te mato ... con la pregunta, marrano ... bueno, si cae lo otro pues mejor, más fiable que no fiel.
Error muestral: Como la infidelidad, se supone que no hay

RESULTADOS DE LA ENCUESTA:

A favor de que continúe inmediatamente con la segunda parte:
TODOS

A favor de que continúe mañana sábado 08/07/2023 con la segunda parte: TODOS

A favor de poner al "Jodío Autor" a correr delante de los toros en San Fermín si no continúa inmediatamente:
TODOS Y TOROS.
 
Última edición:
Pues bueno. Ahora voy a haceros mi valoración de esta nueva historia de @Akuaries .

Se hizo esperar pero ... valió la pena.

Ale, a por la segunda parte sin demora ni dilación ... eso es lo que opinamos todos, los que leemos y comentamos, los que leen y no comentan, los que comentan sin leer, y los que ni leen ni comentan. Y si alguien lo duda ahí está la última encuesta del CIS.

Ámbito: País en el que se habla español de España
Universo: Población general mayores de 18 años capaces de excitarse viendo Blancanieves.
Tamaño de la muestra: Enoooorrrme
Procedimiento: Aquí te pillo, aquí te mato ... con la pregunta, marrano ... bueno, si cae lo otro pues mejor, más fiable que no fiel.
Error muestral: Como la infidelidad, se supone que no hay

RESULTADOS DE LA ENCUESTA:

A favor de que continúe inmediatamente con la segunda parte:
TODOS

A favor de que continúe mañana sábado 08/07/2023 con la segunda parte: TODOS

A favor de poner al "Jodío Autor" a correr delante de los toros en San Fermín si no continúa inmediatamente:
TODOS Y TOROS.

Me parece que esta encuesta está pelín manipulada, porque los toros, no saben/no contestan.
 
Me parece que esta encuesta está pelín manipulada, porque los toros, no saben/no contestan.
Te informo de que están contabilizados en el grupo de los que leen y envisten en lugar de comentar, y en el de los que no leen pero envisten igualmente.

Si lo deseas te paso por privado todos los detalles de la encuesta.
 
😂😂😂. Yo voy a "surcar" las aguas de mí piscina en un ratito.
Ya te veo, ya ... ahí con tu gato pidiendo auxilio ...

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Ya te veo, ya ... ahí con tu gato pidiendo auxilio ...

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Mis gatos es verdad que rondan la piscina, pero ni se atreven a acercarse mucho.
Evidentemente si por desgracia alguno cae, aunque esté con ropa me lanzo a salvarlo.
 
Segunda Parte


En Ciudadseca la vida continuaba, había pasado un año y medio de los terribles acontecimientos que removieron los cimientos de toda la ciudad. Álex y Mónica ya habían avisado a todos los familiares y amigos de sus planes de futuro, ya estaban oficialmente prometidos. Unos pocos meses atrás, por causas naturales, falleció la señora Satu. Hacía tiempo que Mónica ya estaba instalada en el apartamento de Álex, para que pagar el alquiler de un apartamento cuando estaba viviendo con él. A los pocos días del entierro de Satu, Álex recibió la llamada de un notario, sorpresa, la señora Satu le había dejado en herencia todo lo que tenía, la casa y algo de dinero, eso confirmó lo que Álex ya sabía, Satu no tenía familia.

Álex se puso en contacto con un arquitecto, la idea era reformar la casa de Satu para adecuarla a los nuevos tiempos y crear un hogar para Mónica y él, los dos estaban muy emocionados con esa idea, al vivir encima, estaban continuamente viendo el avance de las obras.


Elvira, por otra parte, estaba enterada de cómo iba la vida por Ciudadseca, cuando hablaba con sus padres la informaban de todo lo que pasaba en la ciudad, y en la vida de Álex, claro. Ella quería seguir muy de cerca como le iba a él, después de hacer el tremendo sacrificio personal que tuvo que hacer para que él fuera feliz y viviera sin peligros, necesitaba saber que había servido para algo, ella tenía muy claro que nunca podría compartir la vida con él, lo único que le importaba no pudo conseguirlo, vivir y tener una familia con el amor de su vida, Álex.

Elvira seguía con su vida, bastante sencilla de llevar la verdad, a esas alturas solo trabajaba cuando surgía un problema en alguna de las sucursales de la Logia, por la comisaría casi ni aparecía si no era para investigar algo que le interesaba, algunos compañeros ni la conocían, los que sí la conocían eran sus jefes, porque estaban metidos en la Logia, por eso le dejaban hacer lo que le salía del coño, mientras cumpliera con el trabajo encomendado por el Presidente todo estaba bien. Elvira se dedicaba a ir al gimnasio, al campo de tiro para practicar y poca cosa más, hacer algún viaje de placer de vez en cuando y pegar algún polvete pagando. No quería ningún problema en su vida.

Una tarde estaba en su casa, una tarde de esas de sofá, manta y tele, cuando le sonó una llamada en el móvil, miró quien la llamaba, en la pantalla vio ‘Mama’.

-Hola.- Contestó Elvira.
-¿Cómo que hola? Desde luego ¿No me dirás que no te acuerdas? Cada año lo mismo, tú no estás bien ¡Eh!- Le decía la madre.
-¿De qué me he olvidado ahora, mama?- Le preguntaba tranquilamente Elvira, estirada en el sofá con el móvil enganchado a la oreja.
-Nena, me tienes preocupada, deberías conocer a alguien, hacer como Álex, él ha podido rehacer su vida…
-No quiero hablar de eso, tengo cosas que hacer, dale un beso al papa…
-Espera, espera, ya sé que no te gusta esa conversación…
-No, no me gusta…
-¡Felicidades! Por eso te llamaba, no te acuerdas que hoy es tú cumpleaños ¿Verdad? Como cada año, es que pasas de todo, hija…
-¡Hostia puta!
-Habla bien Elvira, ya sabes que no soporto esas palabrotas.
-Perdóname mama, gracias…
-Tú padre también te felicita.
-Ya me lo imagino, dile que gracias también.
-¿Qué? ¿Vas a salir a celebrarlo? Deberías hacerlo.
-Bueno, seguramente.

Le contestaba Elvira, mirándose vestida en chándal, tirada en el sofá como un saco de patatas.

-Vale Elvira, un abrazo muy fuerte de los dos, pásatelo bien.

Se despedía su madre, ella colgó la llamada y se quedó mirando el techo. Le pasó lo mismo que le pasaba los últimos años, no se acordó de su cumpleaños, no le importaba, no lo celebraba, para qué, si no podía celebrarlo con Álex, se acordaba cuando él ese día siempre le daba la sorpresa, esperándola con un regalo, la cena preparada y un pastel con velas, una lágrima le recorrió la cara ¡Joder! No puedes seguir así Elvira, se dijo en pensamientos a ella misma. Agarró de nuevo el móvil, buscó un número de teléfono en la agenda y llamó, preguntó si tenían mesa libre para una persona en uno de los mejores restaurantes de la capital, la reservó, se levantó, se pasó la mano por las mejillas para secarse las lágrimas, mientras caminaba se fue quitando la ropa, hasta bajarse y quitarse el tanga, se metió en la ducha. Después buscó en el armario ropa, escogió una muy elegante, se vistió lentamente, tenía tiempo, empezó por ponerse un tanga, un sujetador a juego, se miró en el espejo, hizo una mueca y siguió vistiéndose, escogió los zapatos, se pintó un poco la cara, para disimular que había llorado más que nada, se puso el abrigo, comprobó que dentro del bolso lo tenía todo, el móvil, la cartera con las tarjetas de crédito, la placa de policía, un paquete de pañuelos de papel y la pistola cargada, por si las moscas.

Hoy lo voy a celebrar, pensaba Elvira mientras conducía. Cenó un menú de esos de degustación que valen un ojo de la cara, con el maridaje incluido. Después pensó, lo voy a redondear con una copa, o dos, en un lugar elegante ¿Por qué no? Y es lo que hizo, allí estaba, sentada en la barra, en un taburete, con un gin tonic delante que se tomaba lentamente, mirando a la gente. Igual que una vieja amargada, pensaba sonriendo Elvira, el vino y el gin tonic estaban haciendo su efecto.

Sería por deformación profesional, por ser policía, pero sin darse cuenta tenía controlada una mesa que estaba cerca de la entrada al local, sentados había dos hombres, al principio pensó que si en aquel lugar alguien parecía peligroso para liarla, era uno de ellos, después se fijó mejor, ya se dio cuenta por qué le llamaba la atención el tío aquel, era grande, alto, con melena, no tan larga como la que llevaba Álex, pero casi, se le parecía, un poco en la cara y en el cuerpo, se le notaba fuerte, trabajado en el gimnasio. Se giró en el taburete volviendo a mirar para adelante, para la pared que había detrás de la barra llena de botellas. Le dio varios tragos a la copa, no calculó cuanto tiempo pudo pasar hasta que notó que alguien se sentaba en el taburete de al lado. Se giró, lo reconoció, era el tío atractivo que estaba sentado en la mesa, lo miró mejor, tenía la piel morena y una media barba, de esas cuando está saliendo, le gustaba esa barba, encontraba a los hombres muy atractivos con ellas.

-Perdona ¿Te conozco? Es que he visto que antes me mirabas.

Le dijo el tipo, ella sonrió.

-¿Ya se ha ido tu amigo y te aburres?- Le dijo Elvira lo primero que le vino a la cabeza.
-Perdona, me llamo Fran.
-¿Fran?
-Sí.
-Fran ¿De Francisco?
-Pues sí.
-Vale, te llamas Paco.
-No, no, me llamo Fran.
-Bueno, Fran, Francisco, Paco, Curro, Kiko ¿No?

Fran la miraba con una sonrisa.

-Tú… eres muy graciosa ¿No?
-Para mí, serás Paco.

Elvira seguía mirándolo con la sonrisilla, le hacía gracia, no se acordaba que era aquello de ligar, por una vez, dejaba a un tío tirarle los tejos allí delante.

-Está bien, perdóname, no quería molestarte.- Le decía el hombre, poniéndose de pie para irse.
-No, no, perdóname tú a mí por no contestarte, no, no te conozco, solo miraba la puerta y os he visto en la mesa, eso es todo.
-Mi amigo se ha ido y yo he pensado que… tal vez querrías tomarte una copa conmigo.
-Por qué no.- Pensó en voz alta Elvira.

Fran llamó al camarero, le pidió otra copa para Elvira y lo mismo para él. Cuando se las sirvió, miró a Elvira.

-Mira, te voy a decir la verdad, no me gusta jugar con la gente…
-¡Vaya! Un hombre sincero, con principios.- Se cachondeaba Elvira.
-Yo sí te conozco.- Le dijo Fran.

Elvira volvió a mirarle fijamente a la cara, intentaba recordar esa cara, asociarla a algo, a algún lugar.

-No, tú no me conoces…- Empezaba a explicarse Fran.
-¿Yo no te conozco y tú a mí sí? Esto parece un acertijo, está bien ¿De dónde me conoces?

Fran callaba, estaba claro que pensaba en la respuesta.

-Me parece que me he precipitado, no creo que seas tú, será mejor que me largue.

Elvira notó que le había cambiado la cara a Fran, no sabía que pasaba, pero que aquel tío la conocía, estaba claro, le agarró de una manga mientras se levantaba, pegó un tirón y volvió a sentarlo.

-Mira majo, ya has llegado demasiado lejos, me has invitado a una copa y me has dado conversación ¿Tal vez has hablado demasiado? No es culpa mía, ya me estás diciendo de qué coño me conoces, no quiero irme a dormir hoy con esa duda.

Fran la miraba a los ojos, pestañeó un par de veces y se pasó la mano por la boca.

-Está bien, qué más da… tuviste el bonito detalle de hacerme una peineta.

A Elvira se le escapó una carcajada, le iba a contestar que eso era imposible, que ella jamás hacía eso.

-¡No me jodas!- Soltó Elvira levantando la voz, volviendo a bajarla más de lo normal.- ¿Eras tú quien…?
-Sí, te tuve a tiro un montón de tiempo, estaba a punto de dispararte cuando anularon la misión, tuviste suerte…
-No lo creas, los que tuvieron suerte fueron ellos, si no la llegan a anular a tiempo hoy tendrían muchos problemas.

Se miraron sonriéndose.

-Dime una cosa- Decía Elvira.- Si la misión ya estaba anulada ¿Por qué viste la peineta?

Ahora era él quien se reía.

-¿Sinceramente?
-Para mentirme no hace falta que me contestes.
-Cuando la anularon, le puse el seguro al arma… y seguí mirándote, por detrás, bueno, en realidad te miraba el culo, para qué negarlo. Entonces me encontré con una peineta de cojones, la verdad es que no sabía si era por intentar matarte, o por mirarte el culo.

Los dos reían.

-¿Trabajas solo o estás involucrado con esa gente?- Le preguntó Elvira buscando información.
-No tengo ni idea que hace esa gente, alguien que se hace llamar el Presidente contactó con mi compañero, el que estaba tomando algo conmigo antes, y nos contrató.
-Así sois un grupo.
-Bueno, un grupo de tres, al otro también lo conoces, es al que le diste las buenas noches antes de subirte al coche.
-Así, ya me conocías…
-Perdona, no tengo ni puta idea de quién eres, nos dijeron que una mujer saldría del edificio y teníamos que eliminarla, también nos habían entregado una lista de nombres para eliminar, en una ciudad con un nombre muy raro.
-Ciudadseca.
-Sí, algo así ¿Cómo te llamas? No sé ni tu nombre.
-Elvira, me llamo Elvira.

Le contestaba ella a la vez que del bolso sacaba la placa de policía, enseñándosela con precaución para que no la viera nadie más.

-¡Joder! Esa gente se atreve con la policía, que fuerte.
-Esa gente se atreve con todo.
-¿Quiénes son? ¿Qué hacen?- Le preguntaba Fran.
-Creo que será mejor que no lo sepas.
-Mujer, esto no es justo, yo te he respondido a todo y tú no sueltas prenda.
-Mira Paco, no tengo tanta confianza contigo.
-Fran.
-¿Qué?
-Me llamo Fran ¡Coño!
-Ya te he dicho que para mí, te llamas Paco.
-Te gusta tocar los cojones ¡Eh!
-No sabes cuánto, en fin, creo que se hace tarde, ha sido un placer conocerte.

Le decía Elvira, levantándose para irse. Fran también se levantó.

-Dame tu teléfono o algo, me gustaría quedar contigo en otro momento.- Le decía Fran.
-Algo.- Le contestó Elvira caminando.
-¿Cómo que algo?
-Tú me has dicho que te diera el teléfono o algo, pues eso, algo ¡Vale! Adiós.

Elvira caminaba saliendo del local, Fran la miraba sonriendo por detrás. Que cojones tiene esta tía, y que toca huevos que es, no me extraña que la quisieran matar, él mismo reía de lo que estaba pensando.

A Elvira no se le quitó la sonrisa, cuando llegó a su apartamento y se miró en el espejo del cuarto de baño, se dio cuenta que tenía la cara sonriente. Le gustó aquella conversación, además, era un tío interesante, no cada día conoces a alguien y te dice al presentarse que casi te mata, bueno, interesante y guapo, el tío está bueno, la verdad. En fin, ha estado bien, seguramente no lo volveré a ver nunca más, pensó Elvira antes de meterse en la cama.

Eso es lo que pensó Elvira, pero el día siguiente, que tampoco tenía mucho que hacer, la cabeza le dio mil vueltas. Se decía a ella misma que no, después que sí, otra vez que no y volvía a pensar que sí, total, que por la noche volvió a entrar en el mismo local, había ganado el sí. Un rápido vistazo a la sala y se encontró con un sonriente Fran, Paco para ella, levantando la mano, saludándola sentado en una mesa. Elvira se acercó, él, muy galante, se puso de pie y apartó la silla que tenía delante para que ella se sentara, Elvira se quedó de pie delante de él.

-Hola Paco ¿Me estabas esperando?
-¿Ya empezamos?
-No me has contestado.
-Sí, te esperaba, he pensado que volverías por aquí, y has vuelto.

Elvira se sentaba y miraba lo que se estaba tomando Fran.

-¿Quieres una?- Le preguntaba Fran.
-Sí.

Fran levantó la mano y le hizo un gesto al camarero, para que le trajera una cerveza a Elvira. El camarero se la dejó en la mesa y se fue.

-Me he pasado las últimas veinticuatro horas pensando.- Le decía Fran.
-¡Nooo me digas! Un hombre que piensa y todo, dime, dime ¿Qué es lo que te ha hecho pensar tanto?
-Tía, eres incorregible ¡Por Dios!
-Ya, ya, venga explícamelo.
-Creo que ayer hablé demasiado…
-En eso te doy la razón, cada día no te dice alguien que ha estado a punto de reventarte la cabeza de un balazo.
-Me gustas Elvira.

Le dijo Fran de buenas a primeras, ella le miró fijamente a los ojos, cuando estaba a punto de darle un trago a la cerveza.

-¡Vaya! Un hombre que piensa y va directo al grano ¿Con eso que quieres decir?

Fran le miraba a los ojos con una sonrisa, ella bebía cerveza.

-¿Por qué me miras tan fijamente? ¿Estás esperando una respuesta?- Preguntaba Elvira, se le notaba un cierto nerviosismo. Fran soltó una carcajada.
-¡Bueno! La mujer segura de ella misma, toca cojones… se ha puesto nerviosa…
-Yo no me he puesto nerviosa, no sé qué te crees pero no…

Fran seguía riéndose delante de ella.

-Explícamelo.- Le pedía Fran.
-¿El qué?
-Lo que te pasó con alguien, porque algo te pasó, estás muy dolida…
-¡Eh, eh! Te acabo de conocer tío, tú no eres más que un asesino sin escrúpulos, si no te llegan a avisar en estos momentos yo estaría muerta, y tú… tú te estarías tomando esa cerveza tan tranquilo ¡No me jodas!
-¿Cenamos?

Le preguntó Fran, así de golpe, cambiando la conversación.

-Mira…- Hizo una pausa Elvira, antes de seguir hablando.- yo también he estado pensando…
-¡Vaya! Una mujer que piensa…
-No seas tonto y no me la devuelvas, rencoroso…- Fran reía.- Vale, tengo que reconocer que me lo paso bien hablando contigo.
-Pero… por qué hay un pero ¿No?- Le decía Fran.
-¡Qué me has querido matar, coño! ¿Te parece poco?
-Eso… eso son cosas del trabajo mujer, una cosa es la vida profesional y otra la particular.
-¡Sí, claro! Hoy te doy besitos y mañana te pego un tiro porque un gilipollas me lo ha ordenado ¿Y si voy a cenar contigo y en cualquier esquina me quieres estrangular o algo?
-Espera, espera, que vas muy deprisa, primero, si te quisiera matar ya lo habría hecho. Segundo, ayer, tú misma me reconociste que si te hubiera pasado algo, los que habrían salido perdiendo son los que te querían eliminar, eso quiere decir que los tienes agarrados por los huevos y se los estás apretando, así, que no creo que te quieran hacer daño. Tercero, tú, eres policía, pero por lo que veo no eres una policía normal, en algo estás metida, y tiene que ser muy gordo para que te quieran quitar de en medio y no puedan, tan inocente no eres. Y cuarto, tengo hambre y me gustaría cenar contigo.

Elvira lo miraba en silencio.

-Te explicas muy bien, no sé de donde sacas tantas conclusiones… pero te explicas muy bien.
-¡Vamos Elvira! ¿Eres policía?
-Sí, inspectora jefe.
-No conozco a ningún policía, inspectora jefe o jefazo, que tenga un coche como el tuyo, que vista con la ropa que vistes tú… mira, a mí no me engañas, o eres una policía multimillonaria, me extrañaría, o te pagan muy bien, pero que muy bien, lo suficiente para vivir a un ritmo muy alto, seguro que vives en una buena casa o un apartamento de esos carísimos.

Elvira lo volvía a mirar, esta vez con una sonrisilla.

-Pues tú, no es que hagas la pinta de estar pidiendo limosna en la puerta de la iglesia…
-No señora, yo me gano muy bien la vida, también me la juego mucho, la verdad.
-¡Sí, claro! Apuntando con un rifle a cientos de metros de distancia, cobarde, que eres un cobarde.
-No siempre es así…
-¿Tenías miedo de enfrentarte directamente a mí?
-No, querían que lo hiciera así, para que saliera en la prensa y la gente pensara que algo sucio llevabas entre manos, de otra manera podía ser un robo. Con un tiro de un rifle de precisión quedaba claro que era un ajuste de cuentas, a saber que habrían explicado de ti después.
-Que pedazo de cabrones…
-Elvira, no te preocupes por eso, todo está bien, tranquila, no pasa nada, nos hemos conocido y te he pedido cenar juntos, eso es todo.
-Bueno, bueno, eso es todo, no sé, ir a cenar es un paso más, sabemos perfectamente que significa.
-¿A qué te refieres?
-¡Ja! Ahora te haces el tonto, hoy nos conocemos, mañana vamos a cenar, pasado follamos ¿Y después qué? Vivimos juntos y por la noche cenando nos contamos como nos ha ido el día, yo te explico mis cosas y tú me dices cuantas cabezas has reventado de un tiro, que bonito. En eso he estado pensando yo en las últimas horas.
-Así… te gusto.

Se miraban los dos a los ojos con una sonrisa.

-Sí, me gustas.- Confesó Elvira.
-¿Vamos a cenar?- Le preguntó Fran.
-Vamos a cenar.- Confirmó Elvira.

Se levantaron, Fran pagó las consumiciones, salieron del local y caminaban por la calle.

-Así, en la cena, me contarás que te pasó para tener el corazón tan dolido.- Le decía Fran.
-No te voy a contar nada ¿Qué te has creído?
-Mujer, tendremos que empezar a confiar uno en el otro ¿No?
-Cállate Paco.

Los dos seguían caminando y riendo.

-¿Me dejarás que te invite?- Preguntaba Paco, digo Fran.
-Por supuesto, tú has tenido la idea, tú pagas.
-Vale.
 
Buen comienzo de la segunda parte.
Al parecer todo indica que Elvira ha encontrado al hombre que le puede hacer olvidar a Alex y del cual enanorarce y rehacer su vida.
Más aún quien se imaginaria aginarua que ese hombre es quien le apunto con su rifle y estuvo a punto de matarla.
Elvira se merece ser feliz y parece que ha encontrado al hombre con el que puede serlo
 
Alex y Monica son una pareja consolidada, se han comprometido y viven juntos.
Esperemos que no pase nada que juegue en contra y terminen con una separación u otra cosa.
Ellos forman una linda pareja
 

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