yo no me he casado pero he tenido cuñadas, porque he tenido y vivido con alguna novia y tenían hermanas. He tenido rollo con dos hermanas de dos novias. Con la segunda lo conté en el foro antiguo. Con la primera, fue corto y tremendo. Tras un año, empezó a tontear conmigo y a hacer referencias sexuales como quien no quiere la cosa sin venir a cuento. Yo no tenía ganas de complicarme la vida, pero uno no es de piedra. Era pelirroja y con buen cuerpo, estaba en la universidad. Un fin de semana nos fuimos con ella y otros hermanos a un hotel rural. Las habitaciones estaban arriba. De vuelta de una caminata por las montañas, nos duchamos todos. Cuando terminé de ducharme y vestirme, vi la puerta de la habitación de ella abierta, estaba de espaldas desnuda. Se dio la vuelta, me vio y se quedó mirándome fijamente. Me recompuse y bajé al salón. Poco después bajó ella. Hacía como si no hubiera pasado nada. Al día siguiente, se volvió a repetir. Se ofrecía desnuda, tranquila, sin moverse, mirándome a los ojos, muy seria. Volvimos a Madrid. Ya todo era muy complicado. La pillaba mirándome de reojo y ella me pillaba mirándola, en cualquier situación. Un día unos primos de ellas dieron una fiesta en el chalet del pueblo. Fuimos todos. Muchas risas, mucha música, mucho baile y mucho alcohol. La pillé mirándome. La miré. Ella se dio la vuelta y caminando me echó otra mirada por encima del hombro. Salió al jardín. Fui tras ella. A la vuelta de la esquina, estaba apoyada en la pared. Nos besamos. Se puso a cien inmediatamente. Recuerdo que llevaba un pantalón vaquero muy ajustado. Se lo desabroché pero no podía bajárselo mucho. Le acaricié el coño. Se mojó mucho. Empezó a mover las caderas adelante y atrás. Me apretó la cabeza mientras me besaba y, en silencio, suspirando, se corrió. Se subió el pantalón y volvió a entrar en la casa. La cosa no pasó de ahí, porque el rollo que yo tenía con su hermana se volvió complicado, con idas y venidas y, al final, rompimos. Pero, pasados diez años, me volví a encontrar a mi ex cuñada. Era una mujer espléndida. Tenía novio y vivía con él. Charlamos un rato sin entrar en materias complicadas, pero, cuando nos despedíamos, en seco, como un disparo, mirándome me dijo "Fue una lástima aquel día, pero tenía que volver porque no quería dar el cante. Pero más lástima que no lo hubieras vuelto a intentar otro día. Te habría dejado destrozado".