Mi sobrina de 18 años y yo (Relato real)

Buenas tardes.
He visto cerrarse muchos hilos aquí.
Y el mío no va a ser menos, dado que está tomando otra deriva y no porque yo la haya creado.
Ha sido un (breve) placer.
Suerte a todos.
Es una pena que hayas decidido cerrar este hilo tan interesante y morboso. estoy seguro de que tienes tus motivos.
Lo que más rabia da es que por culpa de algunos impresentables mete patas nos veamos todos privados de conocer el resto de esta historia.
Te sugiero humildemente que bloquees o ignores a todos estos impresentables y que el resto podamos seguir disfrutando de tu fantástica vivencia.
Sea cual sea tu decisión , te agradezco mucho el hecho de haberla compartido hasta este punto. Pero te confieso que me encantaría conocer el resto de la historia, que promete ser muy , muy morbosa. Estoy seguro de que la gran mayoría de lectores están de acuerdo.

Un saludo, y muchas gracias.
l
 
Buenas tardes.
He visto cerrarse muchos hilos aquí.
Y el mío no va a ser menos, dado que está tomando otra deriva y no porque yo la haya creado.
Ha sido un (breve) placer.
Suerte a todos.
Lo lamento enormemente, estaba deseando leer la continuación de la historia. Humildemente me voy a permitir pedirte que te lo pienses y que no permitas que unos cuantos imbéciles te boicoteen el hilo, que para muchos de nosotros es morboso e interesante y que lo tratamos con todo el respeto que se merece y te mereces. Un saludo.
 
Hola de nuevo.

No sabía que se podía bloquear a los demás usuarios.
He ignorado a las personas que contaron cosas que nada tenían que ver con el relato, y ya no aparecen en mi muro, no sé si en el de los demás.

No me apetece mucho seguir contando y que vuelvan a aparecer comentarios ajenos a lo que cuento.
Compartiré la continuación tanto aquí como por privado con las personas que me han escrito.
Y si hubiera alguna interrupcion aquí, entonces seguiré solo por privado.

Gracias.
 
Sigo con el relato.

A la mañana siguiente, yo me desperté muy muy excitado, y no solo era por tener ganas de orinar, sino también porque era imposible quitarme de la cabeza lo que había sucedido la noche anterior.

Esa mirada de mi sobrina... Esa paja sin que ella me quitara ojo...

Yo no tenía la menor idea de qué hacer. Ni mucho menos de qué iba a pasar con ella si es que tenía que pasar algo.

La cuestión es que nos levantamos todos a desayunar excepto Teresa, que es de naturaleza perezosa, y a la que mis hijos tuvieron que ir a levantar de la cama para que desayunara rápido e ir a la playa.

Teresa se levantó y cuando cruzó su mirada conmigo se puso muy colorada. Durante todo ese día fue incapaz de sostenerme la mirada cuando yo hablaba o cuando yo la miraba disimuladamente. Pero lo que no pudo evitar varias veces al día fue mirarme el paquete.

Bien es cierto que yo estuve caliente todo el día; que además solo llevaba bañador o pantalón corto sin calzoncillos debajo, para marcar más; y que en algún momento hice algún movimiento cercano a ella para que viera bien mi excitación...

Sea como fuere, así pasamos el día.
Y llegó la noche.
Y de nuevo la madrugada.

Yo decidí no dormir, albergando la posibilidad de que se repitiera lo de la noche anterior. Aunque era consciente de que por la cabeza de Teresa podía pasar no volver a hacer algo así.

Pero la suerte estaba de mi parte. A las 2.30, escuché pasos, y pocos segundos después vi (el baño estaba entre la habitación donde dormíamos mi mujer y yo y la de mi cuñada y mi sobrina) cómo Teresa entraba en el baño no sin antes echar una mirada fugaz a nuestra habitación.

Mi polla se puso más a mil si cabía, y un minuto después me levanté, salí de la habitación y, justo antes de entrar en el baño, volví a sacarme la polla por encima del pantalón del pijama.

Y entré.

Continuaré lo más pronto posible.
 
Última edición:
Buenas tardes.
Me llamo Alberto, tengo 49 años (cumplo este año 50) y soy un hombre felizmente casado. Y padre de familia.
Soy un hombre muy morboso, y disfruto mucho leyendo los relatos reales de los usuarios de este foro.
Nunca pensé que yo tendría una historia que contar, pero ahora que hace un año que tengo relaciones con mi sobrina de 19 años (18 tenía cuando empezamos), no sé quiénes leéis estos relatos estaríais interesados en conocer todo lo sucedido con Teresa (mi sobrina).
Adelante comparte...
 
Llevo poco tiempo por aquí, pero este relato me encanta de lo morboso que es. Por favor, sigue pronto.
 
Buenas tardes.
Me llamo Alberto, tengo 49 años (cumplo este año 50) y soy un hombre felizmente casado. Y padre de familia.
Soy un hombre muy morboso, y disfruto mucho leyendo los relatos reales de los usuarios de este foro.
Nunca pensé que yo tendría una historia que contar, pero ahora que hace un año que tengo relaciones con mi sobrina de 19 años (18 tenía cuando empezamos), no sé quiénes leéis estos relatos estaríais interesados en conocer todo lo sucedido con Teresa (mi sobrina).
Como empezó todo?
 
Comienzo relato, y lo hago con las presentaciones.

Como comenté, me llamo Alberto. Tengo 49 años (cumplo 50 en diciembre) y vivo en el centro de Madrid. Vivo con mi mujer y dos hijos que tenemos en común.
Físicamente soy muy muy normal: 1.70; con algún kilo de más; poco pelo. Paso muy desapercibido por regla general.

Sexualmente siempre he sido una persona muy morbosa. Lo fui mucho más antes, entre los 25 y los 35 años, sobre todo en mis épocas de soltería, donde di rienda suelta a casi todas mis fantasías.

Una vez casado, entre mi mujer y yo el sexo siempre ha sido muy normal, sin estridencias. Nada de fantasías realizadas, tan solo penetraciones clásicas, sexo oral mutuo y poco más. No me quejo por ello, porque como digo todo lo que tenía que probar ya lo hice en su momento. Hasta hace un año.

Mi mujer tiene una hermana, Martina, casada con Juan, mi cuñado. Una pareja muy normal, y que son padres de Teresa, mi sobrina. Tambien viven en Madrid.

Mi sobrina cumplió 18 años en febrero de 2024, con lo que ahora ya tiene 19 años.
Teresa siempre ha sido una chica muy tradicional, como sus padres (y como mi suegra y mi mujer), esto es, se ha dedicado mucho a estudiar (está en la Universidad estudiando una ingeniería); ha salido más bien poco (empezó a hacerlo a los 17 años, y nada de fiestas o salir de noche, solo al cine, a algún cumpleaños...); es muy educada con un punto de timidez...

Y físicamente, pues tampoco destaca por nada en particular. Como mucho, en que es muy esbelta: mide casi 1.80 y está bastante delgada (no porque coma poco, sino porque su constitución es así). Por extensión, tiene un pecho casi plano y un culo delgado.
Y de cara es igualmente muy normal: morena, pelo muy largo, ojos algo rasgados, labios finos...

En resumen: jamás me había resultado ni medianamente atractiva. O, mejor dicho, jamás me habría imaginado que podría suceder lo sucedió en agosto del año pasado.

En cuanto pueda, sigo contando. Espero seguro siendo de vuestro interés.
A es tu sobrina política
 
Me haces pegarme a la pantalla cada vez que continúas la historia, me encanta como la relatas y la tensión que le das, todo muy detallado pero dando rienda suelta a la imaginación
 
Me haces pegarme a la pantalla cada vez que continúas la historia, me encanta como la relatas y la tensión que le das, todo muy detallado pero dando rienda suelta a la imaginación
Intento ceñirme lo más posible a todos los detalles y a todo lo que iba sintiendo yo. Esta noche continúo.
 
Continúo donde lo dejé...

Pues allí estaba yo, con la polla en la mano a punto de entrar en el baño con la expectación de no saber cómo encontraría a mi sobrina.

Entré despacio, y lo primero con lo que me crucé fue con su mirada. Directa, primero a mi cara y de inmediato a mi polla.

Sin duda, estaba esperándome, no solo porque ella me lo confirmara días después, sino porque, además de desnudarme de arriba a abajo con su mirada, tenía las bragas a la altura de los muslos (donde se las había subido el día anterior cuando entré en el baño y la sorprendí) y no en los tobillos.

Yo me sonreí y ella tenía la respiración agitada, agitación que fue a más cuando empecé a masturbarme lentamente, con parsimonia, haciendo que ella viera perfectamente cómo estaba yo.

A todo esto, se me pasó por la cabeza avanzar un poco y acercarme a ella, pero por si las moscas de inmediato me quedé quieto en el mismo sitio en el que lo había estado la noche anterior (esto es, con el lavabo y la lavadora entre los dos).

Teresa cada vez respiraba más deprisa, y movía sus piernas nerviosa, pero sin separarlas.

Yo no podía aguantar mucho más, así que al igual que la noche pasada, fui hasta el final, corriéndome encima de un poco de papel y siempre haciendo que mi sobrina lo viera todo claramente.

Antes de abandonar el baño, volví a mirarla. Tenía fuego en su mirada, la boca entreabierta y la respiración agitada.

Le mandé un beso, sonreí y me fui a la cama.

Poco después salió ella y se detuvo unos segundos en la puerta de nuestra habitación buscándome con la mirada. Yo me agarré la polla por encima del pantalón para que se diera cuenta de que la estaba viendo. No debía esperárselo y desapareció del umbral de la puerta.

Como la noche anterior, me costó mucho dormir. Estaba alucinando con lo que estaba pasando, y no sabía muy bien cómo gestionarlo, pues no sabía muy bien qué podía pasar o hasta dónde podía llegar (si es que tenía que llegar a algún sitio).

Solo podía esperar a que llegara el día siguiente. Y mereció la pena, porque algo cambió.

En cuanto pueda, sigo contando.

Gracias.
 
Continúo donde lo dejé...

Pues allí estaba yo, con la polla en la mano a punto de entrar en el baño con la expectación de no saber cómo encontraría a mi sobrina.

Entré despacio, y lo primero con lo que me crucé fue con su mirada. Directa, primero a mi cara y de inmediato a mi polla.

Sin duda, estaba esperándome, no solo porque ella me lo confirmara días después, sino porque, además de desnudarme de arriba a abajo con su mirada, tenía las bragas a la altura de los muslos (donde se las había subido el día anterior cuando entré en el baño y la sorprendí) y no en los tobillos.

Yo me sonreí y ella tenía la respiración agitada, agitación que fue a más cuando empecé a masturbarme lentamente, con parsimonia, haciendo que ella viera perfectamente cómo estaba yo.

A todo esto, se me pasó por la cabeza avanzar un poco y acercarme a ella, pero por si las moscas de inmediato me quedé quieto en el mismo sitio en el que lo había estado la noche anterior (esto es, con el lavabo y la lavadora entre los dos).

Teresa cada vez respiraba más deprisa, y movía sus piernas nerviosa, pero sin separarlas.

Yo no podía aguantar mucho más, así que al igual que la noche pasada, fui hasta el final, corriéndome encima de un poco de papel y siempre haciendo que mi sobrina lo viera todo claramente.

Antes de abandonar el baño, volví a mirarla. Tenía fuego en su mirada, la boca entreabierta y la respiración agitada.

Le mandé un beso, sonreí y me fui a la cama.

Poco después salió ella y se detuvo unos segundos en la puerta de nuestra habitación buscándome con la mirada. Yo me agarré la polla por encima del pantalón para que se diera cuenta de que la estaba viendo. No debía esperárselo y desapareció del umbral de la puerta.

Como la noche anterior, me costó mucho dormir. Estaba alucinando con lo que estaba pasando, y no sabía muy bien cómo gestionarlo, pues no sabía muy bien qué podía pasar o hasta dónde podía llegar (si es que tenía que llegar a algún sitio).

Solo podía esperar a que llegara el día siguiente. Y mereció la pena, porque algo cambió.

En cuanto pueda, sigo contando.

Gracias.
Me está encantando la historia, muchas gracias.
 

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