Mi sobrina de 18 años y yo (Relato real)

Este relato, del que voy en la página 15, me ha enganchado con una fuerza inusual, algo que me pasó leyendo La Fiesta del chivo, de Vargas Llosa.
Lo que en principio parece fijar el morbo en la relación tío-sobrina, no es así, sino en la respuesta de una adolescente al descubrir la potencia y placer del sexo guiada por un experto que la conduce con templanza, bien aconsejada y bien introducida.. y metida.
Y las entregas periódicas, como los folletines de hace un siglo, añaden interés y curiosidad a los absortos lectores.
Me quedo con que Teresa ha logrado un Grado en madurez, sensatez, y con que le quedará una personalidad más templada y segura que ao resto de amigas en manos de inmaduros y poca sustancias amigos de la Play y la bachata.
Agradeceré alguna foto de la joven, y si quizá hay alguna recuerdo que voy en la página 15.
Gracia Alberto.
 
Este relato, del que voy en la página 15, me ha enganchado con una fuerza inusual, algo que me pasó leyendo La Fiesta del chivo, de Vargas Llosa.
Lo que en principio parece fijar el morbo en la relación tío-sobrina, no es así, sino en la respuesta de una adolescente al descubrir la potencia y placer del sexo guiada por un experto que la conduce con templanza, bien aconsejada y bien introducida.. y metida.
Y las entregas periódicas, como los folletines de hace un siglo, añaden interés y curiosidad a los absortos lectores.
Me quedo con que Teresa ha logrado un Grado en madurez, sensatez, y con que le quedará una personalidad más templada y segura que ao resto de amigas en manos de inmaduros y poca sustancias amigos de la Play y la bachata.
Agradeceré alguna foto de la joven, y si quizá hay alguna recuerdo que voy en la página 15.
Gracia Alberto.
Vaya, me dejas sin palabras.

Muchísimas muchísimas gracias por tan maravilloso comentario acerca de lo que estoy contando.

Y además eres muy certero en tus apreciaciones porque, efectivamente, esto hace tiempo que dejó de ser un simple encuentro de tío y sobrina para ser un proceso de descubrimiento y aceptación para ella y un proceso de reafirmación de autoestima para mí. No deja de ser una especie de terapia, pero vestida con el cariño y el deseo que nos profesamos.

Además, precisamente respecto a lo que comentas sobre la madurez y la templanza adquiridas por Teresa, hoy publicaré una pequeña continuación de nuestros encuentros pero donde no hay nada sexual, solo una conversación que mantuvimos días después del trío y donde, efectivamente, ella me mostró el punto de serenidad en el que se encontraba.

En cuanto a la foto, creo que todavía no has llegado al relato en el que adjunté una foto de Teresa.

Espero que te guste y que lo que falta por contar te siga gustando del mismo modo que hasta ahora.

De nuevo, muchas gracias.
Alberto.
 
Muy buenas de nuevo.

Como le comenté hace un momento a @Luis12 , procedo a contaros algo que, en sí, no es una continuación como tal del relato. O sí, pero no es una continuación sexual.

Escribo estas líneas para contar lo que sucedió días después del trío que hicimos Ricardo y yo con mi sobrina. Y que sirvió para reafirmar más aún lo que estábamos haciendo y, sobre todo, cómo lo estábamos haciendo.

Como sabéis, como siempre hago, al día siguiente de nuestro encuentro a tres escribí a Teresa para saber cómo se encontraba.

Me dijo que tenía mil agujetas, que le dolían todos los músculos del cuerpo y que sentía el coño y el culo muy abiertos, palpitantes.

Que sentía algo de escozor pero que cada vez que recordaba lo que había pasado y lo bien que se lo habia pasado, cualquier molestia del día después le parecía insignificante.

Yo me alegré mucho de saber eso, pero aun así quería hablar con ella. Sin sexo de por medio. Una cosa era que lo pasáramos bien juntos y otra muy distinta que no me preocupara por saber cómo se sentía ella como mujer, como persona.

Así que le dije eso, que quería hablar con ella, quedar un día solo para tomar algo.
Teresa se quedó preocupada y preguntó varias veces si es que había algún problema, si había hecho mal...

Yo la tranquilicé diciéndole que no, que todo lo contrario, que todo estaba bien, pero que quería hablar con ella para saber cómo se encontraba, cuáles eran sus sentimientos y pensamientos...

Mi sobrina repitió que ella estaba bien, feliz, pero yo insistí y, finalmente, quedamos en que, tras la Semana Santa, yo iría un día a recogerla y a llevarla a la universidad por la mañana.

La Semana Santa pasó sin novedad y, tras un intercambio de mensajes, convenimos que iría a buscarla para llevarla a la universidad el martes 22 de abril por la mañana.

Quedamos a la salida del metro donde la dejaba después de cada encuentro sexual, y tras demostrarnos con un buen morreo que teníamos muchas ganas de vernos, me dirigí hacia la Universidad Complutense.

Fui directo. Le pregunté qué tal estaba, cómo se sentía como mujer.

- Cuando hablamos de esto por primera vez -me dijo Teresa-, ya te comenté que estaba bien, que me sentía bien. Cuidada, mimada, feliz y satisfecha.
- Sí, lo recuerdo, pero desde entonces a ahora han pasado muchas cosas, incluída la última con Ricardo -le comenté.
- Bueno, la verdad es que cuando noté que había otro hombre me quedé helada, sobre todo por lo inesperado, pero en cuanto empezó a comerme al tiempo que tú me tocabas, perdí el sentido y ya viste que me dejé llevar -contestó Teresa.
- Y te gustó realmente o solo lo hiciste por mí? -necesitaba saber que ella lo hacía por deseo y no por darme el gusto a mí, de ahí mi pregunta.
- No seas tonto -dijo mi sobrina-, claro que lo hice porque me gustó. Cómo no iba a gustarme? Caray, recibir placer por partida doble tiene o tendría que gustarle a todo el mundo.
- Jejeje, en eso tienes razón, pero lo difícil es siempre empezar a probar.
- Ya, pero tú siempre pones muy fácil eso, lo de probar cosas nuevas, y me encanta -dijo Teresa pícaramente.
- Pues me alegro un montón escuchar todo esto de ti, porque yo por encima de cualquier placer lo primero que quiero es tu bienestar.
- Pues estoy fenomenal, tío, me siento incluso más empoderada como se dice ahora -confesó Teresa-. Sentirme tan querida, respetada y deseada, y ahora no solo por ti sino también por Ricardo, me hace sentirme más segura, con más confianza en mí misma.
- Pues entonces me haces inmensamente feliz -le dije con un punto de emoción-, porque si además de darte placer he conseguido que te veas más...madura, la satisfacción es completa.

Estábamos cerca del destino, la Universidad Complutense, y hasta llegar allí seguimos hablando un poco más sobre lo mismo, así como sobre sus amigas, sus estudios, mis hijos y mi mujer...

Paré un poco retirado de su facultad, para así despedirme de ella como merecía, y tras fundirnos en otro maravilloso beso/morreo y quedar en concretar una cita lo antes posible, justo antes de salir del coche, Teresa me preguntó:

- Pero la próxima cita va a ser también con sorpresa?
- Quieres que la haya? -le pregunté.
- Sí todas las sorpresas dan tanto placer como la de Ricardo, puedes hacer lo que quieras, jajaja -sonrió mi sobrina.
- Tomo nota, picarona.

Y en eso quedamos. Yo me quedé muy tranquilo tras esta maravillosa conversación, y el siguiente encuentro lo contaré el fin de semana.

Gracias.
Alberto.
 
Muy buenas de nuevo.

Como le comenté hace un momento a @Luis12 , procedo a contaros algo que, en sí, no es una continuación como tal del relato. O sí, pero no es una continuación sexual.

Escribo estas líneas para contar lo que sucedió días después del trío que hicimos Ricardo y yo con mi sobrina. Y que sirvió para reafirmar más aún lo que estábamos haciendo y, sobre todo, cómo lo estábamos haciendo.

Como sabéis, como siempre hago, al día siguiente de nuestro encuentro a tres escribí a Teresa para saber cómo se encontraba.

Me dijo que tenía mil agujetas, que le dolían todos los músculos del cuerpo y que sentía el coño y el culo muy abiertos, palpitantes.

Que sentía algo de escozor pero que cada vez que recordaba lo que había pasado y lo bien que se lo habia pasado, cualquier molestia del día después le parecía insignificante.

Yo me alegré mucho de saber eso, pero aun así quería hablar con ella. Sin sexo de por medio. Una cosa era que lo pasáramos bien juntos y otra muy distinta que no me preocupara por saber cómo se sentía ella como mujer, como persona.

Así que le dije eso, que quería hablar con ella, quedar un día solo para tomar algo.
Teresa se quedó preocupada y preguntó varias veces si es que había algún problema, si había hecho mal...

Yo la tranquilicé diciéndole que no, que todo lo contrario, que todo estaba bien, pero que quería hablar con ella para saber cómo se encontraba, cuáles eran sus sentimientos y pensamientos...

Mi sobrina repitió que ella estaba bien, feliz, pero yo insistí y, finalmente, quedamos en que, tras la Semana Santa, yo iría un día a recogerla y a llevarla a la universidad por la mañana.

La Semana Santa pasó sin novedad y, tras un intercambio de mensajes, convenimos que iría a buscarla para llevarla a la universidad el martes 22 de abril por la mañana.

Quedamos a la salida del metro donde la dejaba después de cada encuentro sexual, y tras demostrarnos con un buen morreo que teníamos muchas ganas de vernos, me dirigí hacia la Universidad Complutense.

Fui directo. Le pregunté qué tal estaba, cómo se sentía como mujer.

- Cuando hablamos de esto por primera vez -me dijo Teresa-, ya te comenté que estaba bien, que me sentía bien. Cuidada, mimada, feliz y satisfecha.
- Sí, lo recuerdo, pero desde entonces a ahora han pasado muchas cosas, incluída la última con Ricardo -le comenté.
- Bueno, la verdad es que cuando noté que había otro hombre me quedé helada, sobre todo por lo inesperado, pero en cuanto empezó a comerme al tiempo que tú me tocabas, perdí el sentido y ya viste que me dejé llevar -contestó Teresa.
- Y te gustó realmente o solo lo hiciste por mí? -necesitaba saber que ella lo hacía por deseo y no por darme el gusto a mí, de ahí mi pregunta.
- No seas tonto -dijo mi sobrina-, claro que lo hice porque me gustó. Cómo no iba a gustarme? Caray, recibir placer por partida doble tiene o tendría que gustarle a todo el mundo.
- Jejeje, en eso tienes razón, pero lo difícil es siempre empezar a probar.
- Ya, pero tú siempre pones muy fácil eso, lo de probar cosas nuevas, y me encanta -dijo Teresa pícaramente.
- Pues me alegro un montón escuchar todo esto de ti, porque yo por encima de cualquier placer lo primero que quiero es tu bienestar.
- Pues estoy fenomenal, tío, me siento incluso más empoderada como se dice ahora -confesó Teresa-. Sentirme tan querida, respetada y deseada, y ahora no solo por ti sino también por Ricardo, me hace sentirme más segura, con más confianza en mí misma.
- Pues entonces me haces inmensamente feliz -le dije con un punto de emoción-, porque si además de darte placer he conseguido que te veas más...madura, la satisfacción es completa.

Estábamos cerca del destino, la Universidad Complutense, y hasta llegar allí seguimos hablando un poco más sobre lo mismo, así como sobre sus amigas, sus estudios, mis hijos y mi mujer...

Paré un poco retirado de su facultad, para así despedirme de ella como merecía, y tras fundirnos en otro maravilloso beso/morreo y quedar en concretar una cita lo antes posible, justo antes de salir del coche, Teresa me preguntó:

- Pero la próxima cita va a ser también con sorpresa?
- Quieres que la haya? -le pregunté.
- Sí todas las sorpresas dan tanto placer como la de Ricardo, puedes hacer lo que quieras, jajaja -sonrió mi sobrina.
- Tomo nota, picarona.

Y en eso quedamos. Yo me quedé muy tranquilo tras esta maravillosa conversación, y el siguiente encuentro lo contaré el fin de semana.

Gracias.
Alberto.
@AlbertoBenitez cuando está historia llegue a su fin que espero y deseo sea muy tarde , pásame un pdf . No me cansaré de darte las gracias por ser tan generoso de contarnos vuestros encuentros y dejarnos ser cómplices de esta relación tan bonita y respetuosa que tenéis.
Un montón de besos 😘 😘
 
@AlbertoBenitez cuando está historia llegue a su fin que espero y deseo sea muy tarde , pásame un pdf . No me cansaré de darte las gracias por ser tan generoso de contarnos vuestros encuentros y dejarnos ser cómplices de esta relación tan bonita y respetuosa que tenéis.
Un montón de besos 😘 😘
Puedes jurar que será un inmenso placer pasarte el PDF con todo lo que he ido contando, querida @LADYNALA .
Es un honor que alguien como tú me/nos dedique tan hermosas palabras siempre.
Este modo de proceder tuyo, tan respetuoso, es el que yo tengo como norma con todo el mundo en general y con Teresa en particular.
Mil gracias y un saco de besos 🥰🥰🥰
 
Vaya, me dejas sin palabras.

Muchísimas muchísimas gracias por tan maravilloso comentario acerca de lo que estoy contando.

Y además eres muy certero en tus apreciaciones porque, efectivamente, esto hace tiempo que dejó de ser un simple encuentro de tío y sobrina para ser un proceso de descubrimiento y aceptación para ella y un proceso de reafirmación de autoestima para mí. No deja de ser una especie de terapia, pero vestida con el cariño y el deseo que nos profesamos.

Además, precisamente respecto a lo que comentas sobre la madurez y la templanza adquiridas por Teresa, hoy publicaré una pequeña continuación de nuestros encuentros pero donde no hay nada sexual, solo una conversación que mantuvimos días después del trío y donde, efectivamente, ella me mostró el punto de serenidad en el que se encontraba.

En cuanto a la foto, creo que todavía no has llegado al relato en el que adjunté una foto de Teresa.

Espero que te guste y que lo que falta por contar te siga gustando del mismo modo que hasta ahora.

De nuevo, muchas gracias.
Alberto.
Mi análisis te habrá parecido sesudo y racional, pero os aseguro a ambos que me pongo muy irracional y zoológico cuando te leo, mi cerebro es todo polla, y sin haber llegado a leer la página del trío ( que me has adelantado inoportunamente …) digo que sin haber leído el “menage a trois, “ sería candidato entusiasta a ensartar a Teresa por allí donde prefiriera)
 
Mi análisis te habrá parecido sesudo y racional, pero os aseguro a ambos que me pongo muy irracional y zoológico cuando te leo, mi cerebro es todo polla, y sin haber llegado a leer la página del trío ( que me has adelantado inoportunamente …) digo que sin haber leído el “menage a trois, “ sería candidato entusiasta a ensartar a Teresa por allí donde prefiriera)
Jajaja.
Una cosa no quita la otra.
Cuando la sangre se instala allá abajo, todo se convierte en irracionalmente vicioso. Me encanta la palabra "ensartar".
Lamento el spoiler, aunque estoy seguro que te gustará el modo de llegar al menage a trois, y del mismo no voy a desvelarte nada.
 

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