Su primer amante fue un maduro. Estábamos en Alemania, era un lago donde había una zona nudista y cerca, un bosque donde las cosas se calentaban mucho más. A ella le gustó este tío enseguida. Era maduro, ella con 19, el màs de 50 pero aparentaba más. Pelo blanco, seguro de si mismo, cuidado y pollón XXL. El día ese, ella se dejó hacer de todo por él, menos follar, y ella le hizo una mamada de esas que ella hacía durar mucho...
Era alemán pero hablaba bien el francés, después de correrse en la boca de ella, nos invitó a tomar algo el sábado en su casa. Insistió mucho y al final aceptamos. Nos dió su dirección, su teléfono.
Cuando volvimos a casa ella me dijo que si íbamos, y que el insistía, ella se dejaría follar. Que ella se sentía en confianza. Ya todo el verano habíamos estado en zonas así, ella había tenido muchas aventuras, algunas muy intensas pero sin dar el paso.
Ella solo tenía 19, tetitas pequeñas, muy muy atrevida. Tenía un éxito total con los maduros. Se exhibía, dejaba que la tocen y había ya mamado una cuantas pollas.
El día vino. Se preparó un buen rato. La vulva afeitada, leche hydratante en el cuerpo, perfumada, maquillada... Al final un vestido veraniego corto, de esos que se abren completamente delante, unos tacones y fuimos. Nos sentamos en un sofá bien cómodo, ella entre nosotros dos... El vestido era corto y su amante no tardó en descubrir que iba sin nada debajo. Unos diez minutos después de llegar estaba de rodillas con una polla en casa mano, pasando de uno a otro. Su amante se tiró un buen rato comiendola la vulva. Y fue ella que le invito a penetrarla metiéndole el condón. Empezó por detrás, follándosela fuerte. Ella se corrió una primera vez. Mientras la clavaba su pollón, nos besábamos y ella me decía que la estaba follando fuerte y que ella sentía mucho. Después de un rato, su amante se paró y me llamó. La estaba acariciando despacito el ano y se notaba que ella estaba preparada para recibirlo. De forma muy natural, ella se montó encima de mi. Su vagina me trago, estaba caliente y empapada. Vi que su amante se posiciona a y casi enseguida sentí su pollón hundirse dentro. Ella gemía entre nosotros dos. La pregunte si estaba bien y solo me dijo que la follemos fuerte y me besó. Sentía su amante sodomizarla, una sensación maravillosa. Tardó poco ella en correrse. Fue fuerte y intenso. Yo me corrí también a sentir las pulsaciones de la polla de su amante. Nos quedamos los tres tumbados en el suelo. Cuando ella se recuperó algo, lo primero que hizo fue quitar el condón de su amante y empezar a chuparle para ponérsela dura otra vez...