No sé si fui cornudo

Esperando tu continuacion , y tus comentarios , es realmente una buena historia , muchas parejas deberian realizar este tipo de catarsis , y poner el contador a cero , nunca es tarde, y creo que siempre se gana , aunque el resultado no sea el previsto en algunas ocasiones, pero el no tener deudas con tu pareja creo que es la mejor manera de mirar hacia delante .
Gracias por tu comentario, tan acertado como siempre que intervienes. Obviamente, nadie está exento de llevarse o poner cuernos, otra cosa es que surja la oportunidad, y cuanto más buena esté tu pareja, más oportunidades surgirán.

El problema nunca es lo que te cuenten, el problema es lo que no se cuenta. Que se ha tirado una semana follando como loca? Ese es su mayor pecado? Ha estado a mi lado en las duras? Si. Hemos sido felices? También. Una traición imperdonable? En serio? Traición para mí es que cuando la necesite no esté a mi lado. Pero que se lo haya pasado pipa una semana o dos sin que haya afectado al matrimonio lo más mínimo?

Como bien dices, ha sumado, no ha restado nada. Y, si nos ponemos estupendos, ha probado otra cosa, ha disfrutado como loca y eligió estar conmigo y me sigue prefiriendo a mí y no alberga la más mínima duda.

Seguiré, como dije en el comentario anterior, cuando me vuelvan las ganas. Me lleva tiempo escribir y quiero cuidar la narrativa, y eso no lo puedo hacer si escribo desganado
 
Gracias por tu comentario, tan acertado como siempre que intervienes. Obviamente, nadie está exento de llevarse o poner cuernos, otra cosa es que surja la oportunidad, y cuanto más buena esté tu pareja, más oportunidades surgirán.

El problema nunca es lo que te cuenten, el problema es lo que no se cuenta. Que se ha tirado una semana follando como loca? Ese es su mayor pecado? Ha estado a mi lado en las duras? Si. Hemos sido felices? También. Una traición imperdonable? En serio? Traición para mí es que cuando la necesite no esté a mi lado. Pero que se lo haya pasado pipa una semana o dos sin que haya afectado al matrimonio lo más mínimo?

Como bien dices, ha sumado, no ha restado nada. Y, si nos ponemos estupendos, ha probado otra cosa, ha disfrutado como loca y eligió estar conmigo y me sigue prefiriendo a mí y no alberga la más mínima duda.

Seguiré, como dije en el comentario anterior, cuando me vuelvan las ganas. Me lleva tiempo escribir y quiero cuidar la narrativa, y eso no lo puedo hacer si escribo desganado
Tómate tu tiempo. Pero que se pronto :ROFLMAO: 🤪

No podías haberlo explicado mejor, la verdad.

En nuestro caso tambien ha sumado, aunque no hayan sido cuernos, sino juego en pareja...

Espero tener novedades en breve.
 
Gracias por tu comentario, tan acertado como siempre que intervienes. Obviamente, nadie está exento de llevarse o poner cuernos, otra cosa es que surja la oportunidad, y cuanto más buena esté tu pareja, más oportunidades surgirán.

El problema nunca es lo que te cuenten, el problema es lo que no se cuenta. Que se ha tirado una semana follando como loca? Ese es su mayor pecado? Ha estado a mi lado en las duras? Si. Hemos sido felices? También. Una traición imperdonable? En serio? Traición para mí es que cuando la necesite no esté a mi lado. Pero que se lo haya pasado pipa una semana o dos sin que haya afectado al matrimonio lo más mínimo?

Como bien dices, ha sumado, no ha restado nada. Y, si nos ponemos estupendos, ha probado otra cosa, ha disfrutado como loca y eligió estar conmigo y me sigue prefiriendo a mí y no alberga la más mínima duda.

Seguiré, como dije en el comentario anterior, cuando me vuelvan las ganas. Me lleva tiempo escribir y quiero cuidar la narrativa, y eso no lo puedo hacer si escribo desganado
gracias por tu respuesta
 
Este último comentario me parece interesante. El no tener dudas te da una visión plena de la realidad ?
 
Tómate tu tiempo. Pero que se pronto :ROFLMAO: 🤪

No podías haberlo explicado mejor, la verdad.

En nuestro caso tambien ha sumado, aunque no hayan sido cuernos, sino juego en pareja...

Espero tener novedades en breve.
Y me parece estupendo, cada cual que lleve su relación en libertad como más le plazca, en todos los sentidos. A mí, por ejemplo, que no digo que sea tu caso, pero no me gustaría estar mirando mientras otro folla a mi mujer, pero entiendo (y no juzgo) a quien le guste, y me parece perfecto.
 
El viernes, por la mañana, como cada día fue a trabajar, ese día, como venía siendo habitual, fueron al descanso juntos, él, mientras tomaban café, empezó a tratarla de convencer para que no se fuera el sábado, le pedía que se quedara un día más y se volviera el domingo.

Ella le ponía pegas, que qué me iba a decir a mí, que ni siquiera sabía si había autobuses para la vuelta del domingo, que donde se iba a quedar a dormir, que ya no tenía, para ese día, habitación de hotel.

Él contestó que por el hotel no había problema porque podía quedarse en su piso a pasar la noche, por el tema del transporte que era mirarlo y que de mí se tenía que encargar ella. Silvia, seguía reticente, que no lo veía, pero él insistía, que sólo era un día más.

Él, por la mañana, se dedicó a llamar por teléfono para encontrarla un transporte para volver el domingo. Cuando salieron, e iban los tres juntos de vuelta para el hotel, Gonzalo, sin cortarse un pelo, delante de la amiga, le dijo a mi mujer que no había autobuses de vuelta para el domingo, pero que había un tren que salía a las 4 de la tarde.

La compañera, lógicamente, preguntó y él la respondió que le había dicho a Silvia que se quedara un día más, mi mujer contestó que no le había dicho que sí, ella, entonces, se unió a él y le dijo que no fuera tonta, que, total era un día más, que luego se iba a volver y, que si podía aprovechar un día más que mejor.

Silvia, les contestó que eran unos pesados, que haber si había billete de vuelta y que cuando le iba a comprar, él se ofreció a ir a comprarlo esa misma tarde. Comieron, nuevamente, juntos y, en la comida, siguieron, los dos, insistiéndola.

Después del café, la compañera subió a la habitación y les volvió a dejar solos. Silvia le dijo que le iba a matar, pero ya la tenían, entre los dos, convencida. Después de estar un rato comiéndose el morro, él la dijo que si iban a su piso, Silvia le dijo que no, que había quedado con la compañera para ir de compras esa tarde, porque, como no había vuelto el fin de semana anterior, no tenía que ponerse para salir esa noche (que era la cena de despedida). Él dijo que vale, que iría a comprar el billete en ese mismo momento.

Por la tarde, después de descansar, fue con la compañera de compras, ella volvió a insistirla que se quedara y Silvia, al final, la dijo que se iba a quedar, que los dos eran unos liantes.

Esa tarde se compró dos vestidos, un conjunto de ropa interior y unos zapatos de tacón, he visto los cargos en la cuenta, que en su momento, no le di importancia, porque era ropa que se había comprado y, también me había comprado ropa a mi y a sus hermanas. Hay tres cargos en cuenta de ese día, uno de 54,99, otro de 35,99 y otro de 126,17.

Ese día, por la tarde, cuando volvieron de compras, bajó a la calle para llamarme por teléfono, para decirme que, al final se volvía el domingo, porque le hacían una cena de despedida las compañeras y que se volvía el domingo, yo claro, la dije que por qué no la hacían el viernes, ella contestó que, como el sábado se trabajaba, que habían decidido hacerla el sábado, que, total, sólo era un día más. A regañadientes, lo acepté.

Por la noche, se vistieron para la cena, mi mujer, se puso uno de los vestidos que había comprado que era rosa, falda más o menos a la altura de media pantorrilla, con escote de pico y un lazo a un lado, los zapatos de tacón que había comprado que eran también de color rosa y el conjunto de ropa interior, que era un tanga celeste de hilo y sujetador a juego.

La cena se desarrolló normal, y luego fueron de copas, bailaron, bebieron, él bailaba con ella, a veces bailando bajaba la mano a su culo, ella le paraba diciéndole que se cortara delante de la gente. En uno de los pubs, como a ella le hacían daño los zapatos, se sentó en una zona que había como reservado, él, al poco, se sentó con ella y empezó a comerla la boca, ella le dijo para, aquí no, que nos ven.

Él la dijo, pues vámonos ya, ella le contestó que qué decían y él, pues que nos vamos ya, ella le preocupaba que iban a pensar y él le respondió que más da lo que digan, si ya llevan así toda la semana. Ella le dijo que tenía razón, además, era el último día con todos.

Se despidieron, con cachondeo por parte de los compañeros, y se dirigieron hacia el coche de Gonzalo, por el camino la estuvo comiendo la boca y sobándola el culo y, una vez, dentro del coche, volvió al ataque.

Cuando llegaron al piso fueron directos a la habitación y se desnudaron, mi mujer se quedó en ropa interior y, Gonzalo, flipó con el conjuntín, le dijo que estaba buenísima y la tumbó en la cama y empezó a comerla con el conjunto puesto, la fue desnudando mientras la comía la boca, cuello, tetas…

Cuando la tuvo desnuda y, mientras jugaba con sus pezones, le dijo, comémela, Silvia. Mi mujer se puso encima de él y empezó a comerle la polla, despacio, él mientras jugaba con los dedos en su coño, cuando se lo vio bien encharcado, él la dijo ven aquí y la puso encima de él, empezó a cabalgarle mientras jugaba con sus pezones, eso la encendía y la vino el primer orgasmo.

Nada más que se corrió la tumbó boca arriba y empezó a bombearla con mucha energía, la volvió a venir otro orgasmo y, justo cuando ella se corría, él, casi a punto de correrse la dijo abre la boca, ella extasiada con el orgasmo ni se lo pensó, la abrió, él se salió y le hecho la corrida en la boca.

En esa posición, Silvia se atragantó bastante, incluso algo se la salió fuera, pero él no paró hasta que le hechó al última gota. Ella se fue al baño a limpiarse y volvió con él a la cama.

Después de un rato de conversación, él empezó a acariciarle los pezones, a mordisquearle el cuello y la volvió a poner a tono. La pidió que se diera la vuelta, que se pusiera a 4. Ella lo hizo, entonces, él, en esa posición jugueteaba con su coño, le acercaba la polla, se la pasaba por la rajita, hacía como que metía pero no se la metía.

Cuando la puso a tope y no se lo esperaba se la insertó del tirón, a ella se le escapó un gemido de placer y empezó a bombearla duro mientras sujetaba su cintura, le vino un orgasmo y, cuando ella gemía de placer por el orgasmo, él empezó a incrementar más la follada, la vinieron otros dos seguidos antes de que él la llenara el coño con su corrida.

Después de recuperarse, los dos, se vistieron y la llevó al hotel, su compañera ya dormía y ella se metió en la cama a hacer lo propio. Al día siguiente era sábado.
 
Última edición:
Se me ha olvidado un detalle importante de esa cena que es importante para lo que sucedió a posteriori.

En esa cena, entre otras cosas, se habló de lo típico que suele suceder en esos casos, que tenían que venir aquí a conocerlo, que tenían que quedar en venir un fin de semana para que vinieran todos aquí y, es, en ese momento, cuando la compañera de mi mujer, les ofreció, para cuando vinieran de visita, cenar en su casa. Ella vivía en un dúplex, y les invitó, para cuando vinieran a visitarlas, cenar ahí todos.
 
El sábado, como era el día de vuelta, los que eran de fuera no trabajaban, así que, mi mujer se levantó tarde. Desayunó con su compañera y subieron a la habitación a preparar las maletas.

La compañera salía a las 5 de la tarde, por lo que ese día habían quedado a comer, como despedida, todos juntos. Previamente, mi mujer había llevado sus maletas al coche de Gonzalo porque ya tenían que abandonar el hotel.

En la comida, volvieron a hablar de hacerlas una visita y, la compañera, nuevamente, ofreció su casa para cenar todos los que fueran juntos y luego, ya, saldrían de marcha.

Después de comer y los cafés, se despidieron y, mi mujer, fue al coche con Gonzalo para llevar las cosas al piso.

Tras entrar al piso y dejar las cosas, Gonzalo la empezó a comer la boca, le dijo que por qué no se ponía cómoda, así que quedó en ropa interior, él también, se tumbaron en la cama y volvió a la carga.

Mientras la comía la boca la soltó el sujetador y empezó a comerla las tetas, él se quitó los calzoncillos se sentó al lado de ella y le pidió que le comiera la polla, así que, Silvia, se cogió una goma del pelo, se ató el pelo y empezó a comerle la polla. Como no tenían prisa, ella se la estuvo comiendo con calma.

Cuando estaba muy a tope, Gonzalo la dijo que quería que le hiciese una cubana, así que ella se bajó y puso sus tetas en la polla de él y empezó a moverse, al cabo de un rato él la agarró las tetas y empezó a follárselas. Cuando se iba a correr la dijo que abriera la boca, no todos los chorros la llegaron a la boca, más bien muy poquito, la echó en la cara, en las tetas e incluso en el pelo. Ella así se lo dijo, que ahora tenía que lavarse el pelo.

Fue al baño y, después de limpiarse un poco, volvió a la cama con él, se pusieron a ver la tele y se quedaron dormidos.

Se despertaron a media tarde y él la dijo que ya que iba a pasar la noche con ella, que iba a ir a casa de sus padres un rato. Ella le dijo que de acuerdo, que así aprovechaba para ducharse y arreglarse para salir por la noche.

Cuando estuvo sola aprovechó para llamarme, y me dijo que esa noche saldría a cenar con las compañeras pero que no creía que fuera a estar hasta muy tarde, que no la apetecía salir, que cenaría y se iría al hotel.

Ahora no tengo tiempo de más, así que en la siguiente publicación cuento lo que pasó esa noche.
 
El sábado, como era el día de vuelta, los que eran de fuera no trabajaban, así que, mi mujer se levantó tarde. Desayunó con su compañera y subieron a la habitación a preparar las maletas.

La compañera salía a las 5 de la tarde, por lo que ese día habían quedado a comer, como despedida, todos juntos. Previamente, mi mujer había llevado sus maletas al coche de Gonzalo porque ya tenían que abandonar el hotel.

En la comida, volvieron a hablar de hacerlas una visita y, la compañera, nuevamente, ofreció su casa para cenar todos los que fueran juntos y luego, ya, saldrían de marcha.

Después de comer y los cafés, se despidieron y, mi mujer, fue al coche con Gonzalo para llevar las cosas al piso.

Tras entrar al piso y dejar las cosas, Gonzalo la empezó a comer la boca, le dijo que por qué no se ponía cómoda, así que quedó en ropa interior, él también, se tumbaron en la cama y volvió a la carga.

Mientras la comía la boca la soltó el sujetador y empezó a comerla las tetas, él se quitó los calzoncillos se sentó al lado de ella y le pidió que le comiera la polla, así que, Silvia, se cogió una goma del pelo, se ató el pelo y empezó a comerle la polla. Como no tenían prisa, ella se la estuvo comiendo con calma.

Cuando estaba muy a tope, Gonzalo la dijo que quería que le hiciese una cubana, así que ella se bajó y puso sus tetas en la polla de él y empezó a moverse, al cabo de un rato él la agarró las tetas y empezó a follárselas. Cuando se iba a correr la dijo que abriera la boca, no todos los chorros la llegaron a la boca, más bien muy poquito, la echó en la cara, en las tetas e incluso en el pelo. Ella así se lo dijo, que ahora tenía que lavarse el pelo.

Fue al baño y, después de limpiarse un poco, volvió a la cama con él, se pusieron a ver la tele y se quedaron dormidos.

Se despertaron a media tarde y él la dijo que ya que iba a pasar la noche con ella, que iba a ir a casa de sus padres un rato. Ella le dijo que de acuerdo, que así aprovechaba para ducharse y arreglarse para salir por la noche.

Cuando estuvo sola aprovechó para llamarme, y me dijo que esa noche saldría a cenar con las compañeras pero que no creía que fuera a estar hasta muy tarde, que no la apetecía salir, que cenaría y se iría al hotel.

Ahora no tengo tiempo de más, así que en la siguiente publicación cuento lo que pasó esa noche.
gracias @jupi por el magnifico relato
 
Al rato de hablar conmigo, él la llamó para decirla que se fuera preparando que iban a ir a cenar por ahí, así que ella se duchó, se rizó el pelo y empezó a vestirse.

Se puso el famoso tanga negro, era un tanga de hilo, bastante corto y con sujetador a juego de encaje. Puso un vestido que es una especie de dos piezas , es de estos coloridos. La falda es bastante corta y la parte de arriba es de manga larga con cremallera por la parte de adelante, y dejaba su cintura al descubierto.

La recogió, por supuesto, la dijo que estaba buenísima y fueron a cenar a un restaurante, después de cenar, salieron de fiesta, pero no fueron solos, fueron con los amigos de Gonzalo.

Bebieron, bailaron, obviamente, no se cortaron, a ella nadie la conocía ya y cuando él la buscaba el morro ella no le quitaba ni le ponía pegas.

Entre copas, bailecitos, morreos y magreos, la cosa se iba calentando, en uno de los pubs empezaron a comerse la boca en una esquinita y él metía la mano por la parte de arriba del vestido para intentar tocarla las tetas, ella le paró y le dijo que le daba vergüenza, que había mucha gente, que si quería se podían ir al piso. Él dijo que de acuerdo, así que se despidieron y se fueron.

Cuando llegaron al piso, entraron y fueron directos a la habitación, de pie empezaron a comerse la boca, mientras, el le bajaba la cremallera de la parte de arriba del vestido y le soltaba el sujetador. La tumbó en la cama y empezó a comerle las tetas.

Luego le quitó la falda y la dejó en tanguita, el tanguita le encantó (cosa que no me extraña). Así que el se desnudó y empezó a comerla la boca mientras se rozaba con ella con el tanga puesto.

Le pidió, entonces, que le comiera la polla con el tanga puesto porque le ponía a mil, así que Silvia empezó a comerle la polla, él mientras metió la mano por debajo del tanga y empezó a dedearla a la vez.

Cuando estaban los dos cachondísmos, la mandó parar, la dio la vuelta, le quitó el tanga y empezó a follarla a saco, estaban los dos muy a tope, así que fue una follada muy intensa, a mi mujer le vinieron dos orgasmos casi seguidos y él poco después del segundo de ella, le vino también y la llenó el coño.

Se tumbaron los dos a coger aire y al cabo de un rato, él empezó a acariciarle la espalda a mi mujer (ella estaba tumbada de espaldas). Se la acariciaba muy despacio e iba bajando al culo, a ella le empezó a entrar el gusto, y él se incorporó y empezó a comerla el culo, ella se puso muy cachonda con la comida de culo.

Él la dijo, te quiero follar el culo y antes de que ella contestara, él añadió, pero hou vengo preparado, se levantó y sacó un lubricante, ella se rió y él untó su polla, le untó a ella el culo y fue entrando poco a poco.

Silvia estaba completamente tumbada boca abajo, el fue entrando poco a poco, al tiempo que se iba moviendo mientras ella le guiaba, como estaba bastante cachonda le costó menos que el primer día que la enculó, así que él empezó a moverse.

Después de estar un rato bombeándola, le pidió que se pusiera a 4, así que ella se puso en posición de perrito y él volvió a insertarla la polla, evidentemente, entró casi sin resistencia porque ya había estado un rato follándola.

En esa posición, empezó a bombearla a saco, ella hasta perdía el aliento y la vino un orgasmo sin tocarla el coño, eso le dió a él aún más morbo y aceleró el ritmo provocando que no aguantara mucho más y se corriera en su culo.

Mi mujer se tumbó totalmente exausta, cuando recobró el aliento, se fue al baño a desocupar la corrida de su culo, al volver a la cama él estaba prácticamente dormido, así que, se tumbó a su lado y no tardó en domirse, también.

A la mañana siguiente se levantaron más bien tarde. Se fueron juntos a la ducha, donde estuvieron acariciándose, comiendose la boca, metiéndose mano, terminaron poniéndose muy cachondos y de la ducha se fueron a la cama, él la empezó a comer el coño.

Ella estaba tumbada boca arriba mientras el la comía el coño y a la vez jugaba con sus pezones, eso la ponía a mil y no tardó en correrse. Justo en el momento que se corría, él se puso encima de ella y se la insertó de golpe y empezó follarla, la vino otro orgasmo poco después de empezar a bombearla.

Después de un rato de estar follándosela en esa posición, la dijo que se pusiera encima, así que ella empezó a cabalgarle, él la agarraba de la cintura mientras ella se movía, volvió a correrse, quendando tan exhausta, que le dijo que no podía más, así que la dió la vuelta, la puso a 4 y empezó a bombearla hasta que se corrió en su coño.

Después de recuperar el aliento, volvieron a la ducha, mi mujer recogió la poca ropa que tenía por la habitación (obviamente no había deshecho las maletas, sólo había sacado la ropa que necesitaba) y se vistió para volver a casa.

Fueron a comer por ahí porque el tren no salía hasta las 4, en la comida hablaron de la visita que tenían que hacer y que habían hablado previamente, él la preguntó si, cuando vinieran, ella podía pasar la noche con él. Ella le contestó, que eso no, que podía llegar tarde a casa pero pasar la noche que no, y quedaron en ir hablando, pero ella le dejo claro que no podía llamarla al móvil, que si quería llamarla, que lo hiciera al trabajo.

La llevo a coger el tren, se despidieron y ella volvió a casa.

El famoso tanga, que vi cuando la ayudé a deshacer la maleta, fue el tanga de esa noche, claro ella, no había deshecho las maletas cuando fue al piso de él, sólo había sacado la ropa que necesitaba, por eso, ese tanga que había puesto esa noche lo había metido en una de las maletas sin más y es fácil deducir, porque tenía esa mancha, la puso bien cachonda mientras le tenía puesto y como había mojado bastante, lo manchó. Cuando lo recogió ella ni se fijó que tenía esa mancha.

Bueno, esto va llegando a su fin, la próxima cuento como se desarrollaron los días posteriores hasta el día de la cena y finalizaré.
 
Última edición:
Al rato de hablar conmigo, él la llamó para decirla que se fuera preparando que iban a ir a cenar por ahí, así que ella se duchó, se rizó el pelo y empezó a vestirse.

Se puso el famoso tanga negro, era un tanga de hilo, bastante corto y con sujetador a juego de encaje. Puso un vestido que es una especie de dos piezas , es de estos coloridos. La falda es bastante corta y la parte de arriba es de manga larga con cremallera por la parte de adelante, y dejaba su cintura al descubierto.

La recogió, por supuesto, la dijo que estaba buenísima y fueron a cenar a un restaurante, después de cenar, salieron de fiesta, pero no fueron solos, fueron con los amigos de Gonzalo.

Bebieron, bailaron, obviamente, no se cortaron, a ella nadie la conocía ya y cuando él la buscaba el morro ella no le quitaba ni le ponía pegas.

Entre copas, bailecitos, morreos y magreos, la cosa se iba calentando, en uno de los pubs empezaron a comerse la boca en una esquinita y él metía la mano por la parte de arriba del vestido para intentar tocarla las tetas, ella le paró y le dijo que le daba vergüenza, que había mucha gente, que si quería se podían ir al piso. Él dijo que de acuerdo, así que se despidieron y se fueron.

Cuando llegaron al piso, entraron y fueron directos a la habitación, de pie empezaron a comerse la boca, mientras, el le bajaba la cremallera de la parte de arriba del vestido y le soltaba el sujetador. La tumbó en la cama y empezó a comerle las tetas.

Luego le quitó la falda y la dejó en tanguita, el tanguita le encantó (cosa que no me extraña). Así que el se desnudó y empezó a comerla la boca mientras se rozaba con ella con el tanga puesto.

Le pidió, entonces, que le comiera la polla con el tanga puesto porque le ponía a mil, así que Silvia empezó a comerle la polla, él mientras metió la mano por debajo del tanga y empezó a dedearla a la vez.

Cuando estaban los dos cachondísmos, la mandó parar, la dio la vuelta, le quitó el tanga y empezó a follarla a saco, estaban los dos muy a tope, así que fue una follada muy intensa, a mi mujer le vinieron dos orgasmos casi seguidos y él poco después del segundo de ella, le vino también y la llenó el coño.

Se tumbaron los dos a coger aire y al cabo de un rato, él empezó a acariciarle la espalda a mi mujer (ella estaba tumbada de espaldas). Se la acariciaba muy despacio e iba bajando al culo, a ella le empezó a entrar el gusto, y él se incorporó y empezó a comerla el culo, ella se puso muy cachonda con la comida de culo.

Él la dijo, te quiero follar el culo y antes de que ella contestara, él añadió, pero hou vengo preparado, se levantó y sacó un lubricante, ella se rió y él untó su polla, le untó a ella el culo y fue entrando poco a poco.

Silvia estaba completamente tumbada boca abajo, el fue entrando poco a poco, al tiempo que se iba moviendo mientras ella le guiaba, como estaba bastante cachonda le costó menos que el primer día que la enculó, así que él empezó a moverse.

Después de estar un rato bombeándola, le pidió que se pusiera a 4, así que ella se puso en posición de perrito y él volvió a insertarla la polla, evidentemente, entró casi sin resistencia porque ya había estado un rato follándola.

En esa posición, empezó a bombearla a saco, ella hasta perdía el aliento y la vino un orgasmo sin tocarla el coño, eso le dió a él aún más morbo y aceleró el ritmo provocando que no aguantara mucho más y se corriera en su culo.

Mi mujer se tumbó totalmente exausta, cuando recobró el aliento, se fue al baño a desocupar la corrida de su culo, al volver a la cama él estaba prácticamente dormido, así que, se tumbó a su lado y no tardó en domirse, también.

A la mañana siguiente se levantaron más bien tarde. Se fueron juntos a la ducha, donde estuvieron acariciándose, comiendose la boca, metiéndose mano, terminaron poniéndose muy cachondos y de la ducha se fueron a la cama, él la empezó a comer el coño.

Ella estaba tumbada boca arriba mientras el la comía el coño y a la vez jugaba con sus pezones, eso la ponía a mil y no tardó en correrse. Justo en el momento que se corría, él se puso encima de ella y se la insertó de golpe y empezó follarla, la vino otro orgasmo poco después de empezar a bombearla.

Después de un rato de estar follándosela en esa posición, la dijo que se pusiera encima, así que ella empezó a cabalgarle, él la agarraba de la cintura mientras ella se movía, volvió a correrse, quendando tan exhausta, que le dijo que no podía más, así que la dió la vuelta, la puso a 4 y empezó a bombearla hasta que se corrió en su coño.

Después de recuperar el aliento, volvieron a la ducha, mi mujer recogió la poca ropa que tenía por la habitación (obviamente no había deshecho las maletas, sólo había sacado la ropa que necesitaba) y se vistió para volver a casa.

Fueron a comer por ahí porque el tren no salía hasta las 4, en la comida hablaron de la visita que tenían que hacer y que habían hablado previamente, él la preguntó si, cuando vinieran, ella podía pasar la noche con él. Ella le contestó, que eso no, que podía llegar tarde a casa pero pasar la noche que no, y quedaron en ir hablando, pero ella le dejo claro que no podía llamarla al móvil, que si quería llamarla, que lo hiciera al trabajo.

La llevo a coger el tren, se despidieron y ella volvió a casa.

El famoso tanga, que vi cuando la ayudé a deshacer la maleta, fue el tanga de esa noche, claro ella, no había deshecho las maletas cuando fue al piso de él, sólo había sacado la ropa que necesitaba, por eso, ese tanga que había puesto esa noche lo había metido en una de las maletas sin más y es fácil deducir, porque tenía esa mancha, la puso bien cachonda mientras le tenía puesto y como había mojado bastante, lo manchó. Cuando lo recogió ella ni se fijó que tenía esa mancha.

Bueno, esto va llegando a su fin, la próxima cuento como se desarrollaron los días posteriores hasta el día de la cena y finalizaré.


Hola Jupi

cuentanos cuando puedas,
todos disfutariamos del cierre de la experiencia que tan bien has contado
 
Hola Jupi

cuentanos cuando puedas,
todos disfutariamos del cierre de la experiencia que tan bien has contado
Gracias por tu comentario. A ver si encuentro un hueco y puedo terminar la historia. Me alegro que haya gustado y hayáis podido disfrutar, aunque sea un poquito, como yo lo he hecho
 
He tardado un poquito, sobre todo, por falta de tiempo, pero voy a terminar con la historia ya.

Al volver, la verdad, es que yo no la noté nada raro. Lo único, fue ese detalle que ya he contado, al ayudarla a deshacer la maleta, me topé con el tanga que había llevado la última noche y vi el manchurrón ese, que en ese momento, ella lo achacó al hecho de que estaba ovulando. Una respuesta, además, muy rápida que sonó bastante convincente.

La realidad, como ya he contado, es que se había mojado, bastante, esa noche por todo lo que habían hecho cuando aun le tenía puesto. Como estaban en el piso de él, metió, sin más, el tanga en la maleta, sin pensar que yo iba a ayudarla a deshacer la maleta. Tampoco pensó, cuando la deshacíamos, en el tanga, no se dio cuenta siquiera que tuviera esa mancha.

Cuando la pregunté que como es que había contestado tan rápido a mi pregunta, ella me dijo que no sabía, que fue lo primero que le vino a la mente.

Los días, entre nosotros, transcurrían con normalidad, él la llamaba al trabajo porque era en lo que habían quedado. Ella le prohibió llamarla o mandarla mensajes al móvil y le dijo que podía llamarla al trabajo. Allí, nadie pregunta nada, piensan que puede ser un cliente. Te pasan a una centralita, luego pides al departamento con el que quieres hablar y, por último, das el nombre de la persona y te la pasan, sin más. Ella, incluso, borró el teléfono de él.

Hablaban mucho al principio y, como es lógico, luego cada vez menos. Ella me cuenta que tenía sentimientos encontrados, por un lado la había encantado la aventura con él y dudaba si ponerle en fin en la visita planeada o continuar viéndole si fuera posible.

A medida que pasaban los días se inclinaba más por tener un último encuentro con él y dejarlo definitivamente.

Finalmente, pusieron la fecha en la que iban a hacer la visita y él la llamó para confirmárselo.

En principio, se apuntaron todos los del grupillo, pero, a medida que se acercaba la fecha se fue cayendo la gente, por unos u otros motivos. Estuvieron, incluso, a punto de posponerlo por ese hecho pero, Gonzalo, obviamente, tenía mucho interés en venir.

Al final, sólo se apuntaron él y otra compañera del grupito (por ahí hay algún comentario que daba por hecho que eran dos chicos, yo no lo he dicho en ningún momento, he utilizado un plural he dicho dos compañeros, no he sido inclusivo, quizás, pero eran chico y chica).

Ella, en principio, no me dijo nada hasta estar segura que venía, porque como he dicho, dudaban si posponerlo, me lo comunicó el día antes porque, normalmente, yo a esos encuentros de trabajo no suelo ir ya que me aburren y, además, ella entendía que si, encima, me lo decía con poco tiempo, con mayor seguridad la diría que no.

Cuando me lo dijo yo la contesté con un bueno, ya veremos. Cuando digo eso suele ser no, pero llegó el día y ya por la tarde, la dije que sí, eso la descolocó, no supo reaccionar, encima no tenía el teléfono de Gonzalo. Pensó que, como me iba a aburrir, quizás me fuera y ella podía quedarse, vio esa opción como la más idonea.

Al ir a la cena, la reacción de él fue la que he contado. Cuando ella vio su actitud, se dio cuenta que la opción que ella había pensado se desvanecía y, encima, yo, al ver la reacción de él (a lo que había que sumar lo del tanga) no hice amago en ningún momento de irme.

Ella tuvo, después, que lidiar con dos situaciones, la de su compañera, a la que había dicho que estábamos separados, y la de él.

A su compañera, el lunes siguiente, le dijo que habíamos vuelto, al poco de regresar de Salamanca y que la perdonara por no decirla nada, porque íbamos poco a poco y que, después de lo de Salamanca, la daba bastante vergüenza.

Gonzalo, ese mismo lunes, la llamó y la montó un número bastante gordo, la debió llamar de todo, ella no me ha contado lo que la dijo, pero ahí esfumó, definitivamente, las posibilidades de volver a tener nada con ella. Es curioso, lo hábil que fue para seducirla y lo torpe que fue reaccionando de esa manera.

Y hasta aquí la historia, igual el final ha decepcionado, pero desde un primer momento he dicho que iba a contar los hechos tal y como sucedieron.

Gracias por la acogida y espero que hayáis disfrutado de esta aventura tal y como yo lo he hecho
 
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