Algunos detalles más que me enloquecen cuando le doy bien por el culo a mí chica.
Me provoca muchísimo escuchar cuando habla mientras la estoy sodomizando. No lo hace siempre (a veces se limita a gemir, también muy sexy, pero más "soso"), pero de vez cuando suelta alguna frasecita o comentario que me hace ponerme como el cerrojo de un penal. Puede ser un "la noto muy dentro", o un "por favor no me la rompas" (ella se refiere al culo normalmente como "la cola"), o un "me está gustando mucho"... Lo curioso es que no se suele dirigir a mí, lo dice como al viento, y es bien excitante, bien cachondo.
Tiene también todo un arsenal de gestos contenidos. Se muerde la mano flojito para ahogar sus gemidos, si nota que se está dejando llevar. Me coloca la mano en la cadera para refrenar la cadencia si me vengo arriba y le doy demasiado brusco. Arquea la espalda cuando mi polla profundiza y toca algún rincón sensible o fuerza en exceso su ojete abierto al máximo. Hunde la cabeza en el colchón cuando lo está disfrutando a tope y es como una señal para que yo incremente la velocidad y la energía de mis empujones. Y me encanta cuando le doy azotes en sus nalgas, cómo se mueve y como resuenan mis palmadas en su culazo por la habitación. O en el salón. O en la cocina.
Y parecerá una tontería, pero me complace muchísimo que cuando me corro dentro de su culo, muy muy dentro porque me gusta empujar bien al final, ella no se retira inmediatamente. Se queda así, en posición, respirando fuerte, y va dejando que sea mi polla poco a poco deshinchándose la que se salga, o más bien sea su culo la que la vaya expulsando, todavía un poco dura pero ya rendida. Es como si quisiera tenerla ahí hasta el final.