Pajas juveniles con amigos

No, nunca tuve ninguna experiencia así.

Lo aprendí por mi mismo
Vaya... aprenderlo de uno mismo es bastante raro... porque lo normal es que otro chaval con el que tengas confianza, ya sea un amigo, vecino, compañero de clase, un primo u otro familiar, te contase que:

"hay una cosa llamada paja, que consiste en cogerte la picha con la mano y al ponerse dura, moverla hacia arriba y hacia abajo muchas veces... y que al cabo de un rato haciendo eso te entra un gusto increíble... una sensación muy muy placentera que te entra por todo el cuerpo y que lo disfrutas muchísimo..."

A mí fue algo muy parecido a eso lo que me contaron y hasta me dieron alguna que otra clase práctica...
Al verme que no la cogía como había que hacerlo y además lo hacía sin estar empalmado, me explicaron que antes de darme con la mano parriba y pa bajo, lo primero y más importante era ponerme el pito tieso...
Que para que se me pusiera tieso tenía que acariciármela antes y pensar en las tetas y en las tías desnudas... y una vez que la tuviese dura, ya podía cogerla con la mano y subir y bajar...

El chaval que me enseñó se bajó los pantalones y los calzoncillos frente a mí, y se la empezó hacer para que viera cómo se hacía. Él tendría dos o tres años más que yo, y junto a otro chaval no solo me enseñó a mí, también lo hizo con unos cuantos chavales más, por lo que tuve la oportunidad de asistir primero a una clase privada entre él y yo, y varios días después, a otras clases en las que ya éramos unos cuántos alumnos...

Años más tarde, me tocó hacer el papel de profesor y compartir mi sabiduría pajillera con algún que otro chaval, sobre todo con mis primos jejeje.
 
"hay una cosa llamada paja, que consiste en cogerte la picha con la mano y al ponerse dura, moverla hacia arriba y hacia abajo muchas veces... y que al cabo de un rato haciendo eso te entra un gusto increíble... una sensación muy muy placentera que te entra por todo el cuerpo y que lo disfrutas muchísimo..."
Me leo y menudos buenos recuerdos los que se me vienen a la mente...
Me pongo palote al instante y no sé si es que con el tiempo he idealizado todo aquello, pero el morbo no es que siga, sino, que ha aumentado...

Con la facilidad de hoy para acceder al porno, hecho de menos hasta todas las dificultades que sufríamos en el pasado y me la sigo cascando pensando en las pajillas que había que hacerse con las fotos de las tías en bragas de los catálogos del supermercado, en las que se transparentaban las pelambreras entre los encajes ejejejeje
 
Me leo y menudos buenos recuerdos los que se me vienen a la mente...
Me pongo palote al instante y no sé si es que con el tiempo he idealizado todo aquello, pero el morbo no es que siga, sino, que ha aumentado...

Con la facilidad de hoy para acceder al porno, hecho de menos hasta todas las dificultades que sufríamos en el pasado y me la sigo cascando pensando en las pajillas que había que hacerse con las fotos de las tías en bragas de los catálogos del supermercado, en las que se transparentaban las pelambreras entre los encajes ejejejeje
Comparto plenamente lo que comentas, también me pasa que un poco llego a idealizar aquellos años de adolescencia, cuando al porno se tenía poco y complejo acceso y el material para las pajas eran aquellos catálogos o revistas donde apareciera alguna dama ligera de ropas; las revistas porno solian pasar por muchas manos antes de llegar a las nuestras :LOL:
 
Nunca llegué a hacerlo. Lo más cerca que estuve fue a los 10 años que nos quedamos 4 amigos solos en casa y nos animamos a enseñarnos las pollas, que recuerdo que cuando nos bajamos los pantalones estabamos todos empalmadísimos desde el momento 0. Estuvimos como 5 minutos con las pollas tiesísimas comentando como las teníamos y lo que nos gustaba de cada una de ellas.

Estabamos calentísimos y justo cuando empezábamos a masturbarnos... llega la madre del anfitrión a la casa, así que nos las guardamos a toda prisa y ahí quedó la cosa. Nunca repetimos porque nos daba un poco de corte.
 
Comparto plenamente lo que comentas, también me pasa que un poco llego a idealizar aquellos años de adolescencia, cuando al porno se tenía poco y complejo acceso y el material para las pajas eran aquellos catálogos o revistas donde apareciera alguna dama ligera de ropas; las revistas porno solian pasar por muchas manos antes de llegar a las nuestras :LOL:
Así es, y aunque envidiemos mucho las facilidades de acceso al porno de hoy en día aquel material era igual de morboso que el que más.
Y bien dices pasaba por muchas manos y lo que te llegaba no era ninguna revista entera, con suerte un par de páginas arrancadas de una revista porno con unas fotos de las que no te cansabas por más veces que las veías...
 
Nunca llegué a hacerlo. Lo más cerca que estuve fue a los 10 años que nos quedamos 4 amigos solos en casa y nos animamos a enseñarnos las pollas, que recuerdo que cuando nos bajamos los pantalones estabamos todos empalmadísimos desde el momento 0. Estuvimos como 5 minutos con las pollas tiesísimas comentando como las teníamos y lo que nos gustaba de cada una de ellas.

Estabamos calentísimos y justo cuando empezábamos a masturbarnos... llega la madre del anfitrión a la casa, así que nos las guardamos a toda prisa y ahí quedó la cosa. Nunca repetimos porque nos daba un poco de corte.
A veces es que no bastaba con tener un grupillo de colegas con ganas de hacerse unas pajillas, sino también de tener ocasión y sitio para poder hacéroslas.
Y no era habitual contar con la casa de alguno de nosotros a solas para poder echar la tarde y había que aprovechar cualquier sitio que valiera, como las cocheras, los huecos al final del pasillo en los portales, las zonas más escondidas del parque, los descampaos o casas abandonadas en las que solíamos jugar... y todo ello con el riesgo de que nos pudiese pillar o ver cualquiera, o que llegasen las niñas del grupo o el chaval chivato del barrio con el que no se podía hacer nada porque luego se lo contaría a los padres...

Sobre chivarse precisamente recuerdo una vez que por culpa de un chaval del grupo que se lo contó a su madre y esta a su vez al resto de madres y nos metió en un buen lio.
Sobre todo fue una verdadera putada para el chaval que llevó la revista porno, que quedó como el malo de la historia y el que incitaba a los demás hacer cosas que no debían, cuando en realidad no era así.
Todos le estábamos agradecidos por llevarla y poder cascárnosla gracias a él, pero por culpa del que se chivó se armó un buen follón en el barrio y nos quedamos un tiempo bien jodidos, regañados y castigados cuando nadie hizo nada malo. Solo éramos unos críos haciendo cosas de críos, libremente, sin que nadie nos obligase a nada...

Pero a quién se le ocurre contarle a su madre que en el descampao tus amigos se han bajao los pantalones, se han sacao la chorra y uno se la quería tocar a otro, o que tal ha dicho de cuál que tiene una chorra grande o pequeña... y han acabado haciéndose una cosa que se llama paja mirando unas fotos con chicas desnudas que ha traído el más mayor de los chavales...

Esa madre cogió y le contó a las madres del resto la historia tergiversada, insinuando las malas intenciones que había detrás de nuestro colega, acusándolo incluso de querer abusarnos cuando no era cierto. No solo él había llevado porno, todos llevábamos lo poco que íbamos consiguiendo, desde fotos sueltas, posters, catálogos de ropa interior, recortes de revistas o hojas sueltas...
Aunque todos lo apoyamos y negábamos lo que se decía, el pobre lo pasó fatal y nosotros castigados sin salir o poder juntarnos entre nosotros...

Con el tiempo la historia se fue olvidando y pudimos volver a juntarnos con normalidad, aunque con el chaval que se chivó dejamos de estar con él todo lo que podíamos y por supuesto, nunca lo volvimos invitar a nuestras quedadas pajilleras a pesar de que alguna vez nos llevó alguna que otra revista, la cual se la quitábamos regañándole por haberla llevado, y que escondíamos para verla y pajearnos después cuando se fuera...
 
Los cojones y los amigos son inolvidables. La verdad es que un amigo te toque los huevos proporciona mucho placer

A mi me agarro los huevos un amigo en una pelea de adolescentes sin ninguna transcendencia y me corri en sus manos. Me dijo ¿Que has hecho? Y se saco la polla y me puse a chuparsela.... Me volvi a calentar y me agarro la polla....toco mis huevos...no podia mas y antes que se la meteria a la boca lo llene de semen toda la cara. Me pego una manotada en los huevos porque le dio asco y creia que lo hice apropósito. Me hizo bastante daño y cai al suelo....Le dije que no era mi intención y que me perdonará, se puso a chuparmela de verdad, volvi a correrme...le agarre los huevos, se los acaricie, le toque la polla y note un espasmo que me lleno de semen la cara, pero yo segui y me meti su polla en la boca....me puse de rodillas delante de mi amigo, le vi la cara de placer y de superioridad...y decidi comerle bien los huevos...se volvio a correr....y paramos los dos, no podiamos mas, nos dolian nuestros huevos y las pollas de tantas corridas.

Desde ese dia siempre hemos sido hermanos amigos, nos hemos admirado y respetado mutuamente y nos hemos querido y ayudado. Muchas veces nos decimos mutuamente que tenemos un par de huevos y nos los agarramos mutuamente. Son de los pocos amigos que sé que los tendre de por vida, un amor incondicional hasta la muerte.
 
Última edición:
A veces es que no bastaba con tener un grupillo de colegas con ganas de hacerse unas pajillas, sino también de tener ocasión y sitio para poder hacéroslas.
Y no era habitual contar con la casa de alguno de nosotros a solas para poder echar la tarde y había que aprovechar cualquier sitio que valiera, como las cocheras, los huecos al final del pasillo en los portales, las zonas más escondidas del parque, los descampaos o casas abandonadas en las que solíamos jugar... y todo ello con el riesgo de que nos pudiese pillar o ver cualquiera, o que llegasen las niñas del grupo o el chaval chivato del barrio con el que no se podía hacer nada porque luego se lo contaría a los padres...

Sobre chivarse precisamente recuerdo una vez que por culpa de un chaval del grupo que se lo contó a su madre y esta a su vez al resto de madres y nos metió en un buen lio.
Sobre todo fue una verdadera putada para el chaval que llevó la revista porno, que quedó como el malo de la historia y el que incitaba a los demás hacer cosas que no debían, cuando en realidad no era así.
Todos le estábamos agradecidos por llevarla y poder cascárnosla gracias a él, pero por culpa del que se chivó se armó un buen follón en el barrio y nos quedamos un tiempo bien jodidos, regañados y castigados cuando nadie hizo nada malo. Solo éramos unos críos haciendo cosas de críos, libremente, sin que nadie nos obligase a nada...

Pero a quién se le ocurre contarle a su madre que en el descampao tus amigos se han bajao los pantalones, se han sacao la chorra y uno se la quería tocar a otro, o que tal ha dicho de cuál que tiene una chorra grande o pequeña... y han acabado haciéndose una cosa que se llama paja mirando unas fotos con chicas desnudas que ha traído el más mayor de los chavales...

Esa madre cogió y le contó a las madres del resto la historia tergiversada, insinuando las malas intenciones que había detrás de nuestro colega, acusándolo incluso de querer abusarnos cuando no era cierto. No solo él había llevado porno, todos llevábamos lo poco que íbamos consiguiendo, desde fotos sueltas, posters, catálogos de ropa interior, recortes de revistas o hojas sueltas...
Aunque todos lo apoyamos y negábamos lo que se decía, el pobre lo pasó fatal y nosotros castigados sin salir o poder juntarnos entre nosotros...

Con el tiempo la historia se fue olvidando y pudimos volver a juntarnos con normalidad, aunque con el chaval que se chivó dejamos de estar con él todo lo que podíamos y por supuesto, nunca lo volvimos invitar a nuestras quedadas pajilleras a pesar de que alguna vez nos llevó alguna que otra revista, la cual se la quitábamos regañándole por haberla llevado, y que escondíamos para verla y pajearnos después cuando se fuera...
Es verdad que lugares de intimidad eran importantes y no los teníamos; así que estas situaciones apenas se daban.

Que mal cuerpo deja la historia del chivato, no tanto por él como por la actuación de la madre, que al final es siempre lo mismo: "mi hijo es inmaculado impoluto y si ha visto esas guarradas es por la mala influencia de fulanito que les está trayendo porno y pervirtiéndoles", en lugar de pensar que es algo bastante humano, que ninguno somos inmaculados y que tampoco era algo necesariamente malo. Lo que habría correspondido es una charleta sobre educación sexual y dejar que disfrute con la pilila siempre que no deje de cumplir sus obligaciones.
 
A veces es que no bastaba con tener un grupillo de colegas con ganas de hacerse unas pajillas, sino también de tener ocasión y sitio para poder hacéroslas.
Y no era habitual contar con la casa de alguno de nosotros a solas para poder echar la tarde y había que aprovechar cualquier sitio que valiera, como las cocheras, los huecos al final del pasillo en los portales, las zonas más escondidas del parque, los descampaos o casas abandonadas en las que solíamos jugar... y todo ello con el riesgo de que nos pudiese pillar o ver cualquiera, o que llegasen las niñas del grupo o el chaval chivato del barrio con el que no se podía hacer nada porque luego se lo contaría a los padres...

Sobre chivarse precisamente recuerdo una vez que por culpa de un chaval del grupo que se lo contó a su madre y esta a su vez al resto de madres y nos metió en un buen lio.
Sobre todo fue una verdadera putada para el chaval que llevó la revista porno, que quedó como el malo de la historia y el que incitaba a los demás hacer cosas que no debían, cuando en realidad no era así.
Todos le estábamos agradecidos por llevarla y poder cascárnosla gracias a él, pero por culpa del que se chivó se armó un buen follón en el barrio y nos quedamos un tiempo bien jodidos, regañados y castigados cuando nadie hizo nada malo. Solo éramos unos críos haciendo cosas de críos, libremente, sin que nadie nos obligase a nada...

Pero a quién se le ocurre contarle a su madre que en el descampao tus amigos se han bajao los pantalones, se han sacao la chorra y uno se la quería tocar a otro, o que tal ha dicho de cuál que tiene una chorra grande o pequeña... y han acabado haciéndose una cosa que se llama paja mirando unas fotos con chicas desnudas que ha traído el más mayor de los chavales...

Esa madre cogió y le contó a las madres del resto la historia tergiversada, insinuando las malas intenciones que había detrás de nuestro colega, acusándolo incluso de querer abusarnos cuando no era cierto. No solo él había llevado porno, todos llevábamos lo poco que íbamos consiguiendo, desde fotos sueltas, posters, catálogos de ropa interior, recortes de revistas o hojas sueltas...
Aunque todos lo apoyamos y negábamos lo que se decía, el pobre lo pasó fatal y nosotros castigados sin salir o poder juntarnos entre nosotros...

Con el tiempo la historia se fue olvidando y pudimos volver a juntarnos con normalidad, aunque con el chaval que se chivó dejamos de estar con él todo lo que podíamos y por supuesto, nunca lo volvimos invitar a nuestras quedadas pajilleras a pesar de que alguna vez nos llevó alguna que otra revista, la cual se la quitábamos regañándole por haberla llevado, y que escondíamos para verla y pajearnos después cuando se fuera...
La búsqueda de cierta intimidad en calle, parque o donde fuera era parte de esa aventura, y siempre hallábamos un sitio donde cascársela a gusto, solo o acompañado, a veces con algún colega que hiciera de "campana" para avisar si hubiera peligro, mientras los demás a lo suyo; por cierto, a mí me tocó ser campana varias veces de otros colegas pajilleros, aunque este era un rol que cualquiera podia ocupar
 
La búsqueda de cierta intimidad en calle, parque o donde fuera era parte de esa aventura, y siempre hallábamos un sitio donde cascársela a gusto, solo o acompañado, a veces con algún colega que hiciera de "campana" para avisar si hubiera peligro, mientras los demás a lo suyo; por cierto, a mí me tocó ser campana varias veces de otros colegas pajilleros, aunque este era un rol que cualquiera podia ocupar
Lo del sitio era importante, y creo que lo he contado ya alguna vez. En mi caso, preferiamos las casas de alguno del grupo, eramos cuatro, cuando se ivan los padres y se quedaban vacias por un buen rato, y si no, buscabamos la intimidad de las escaleras por las partes de las buhardillas, ventajas de vivir en casa antiguas del centro de Madrid jajaja. Y si no, tambien en lo celebre cines de sesion continua, con dos peliculas que proyectaban, y que sabiendo elegir el sitio, te deajaban pajaerte tranquilamente mientras veias a la actriz que te gustaba, y el amiguete te pajeaba o pajeabas tu.
 
La búsqueda de cierta intimidad en calle, parque o donde fuera era parte de esa aventura, y siempre hallábamos un sitio donde cascársela a gusto, solo o acompañado, a veces con algún colega que hiciera de "campana" para avisar si hubiera peligro, mientras los demás a lo suyo; por cierto, a mí me tocó ser campana varias veces de otros colegas pajilleros, aunque este era un rol que cualquiera podia ocupar
En mi caso más de una vez aprovechábamos una especie de caseta que nos hacíamos en el descampado con palés, maderas y cartones que cogíamos de los alrededores y que nos servía a parte de para echar la tarde jugando, para hacerlos las pajillas correspondientes que no podían faltar, ya fuese a primera hora, a media tarde o a última hora antes de subirnos a casa para cenar
 
Lo del sitio era importante, y creo que lo he contado ya alguna vez. En mi caso, preferiamos las casas de alguno del grupo, eramos cuatro, cuando se ivan los padres y se quedaban vacias por un buen rato, y si no, buscabamos la intimidad de las escaleras por las partes de las buhardillas, ventajas de vivir en casa antiguas del centro de Madrid jajaja. Y si no, tambien en lo celebre cines de sesion continua, con dos peliculas que proyectaban, y que sabiendo elegir el sitio, te deajaban pajaerte tranquilamente mientras veias a la actriz que te gustaba, y el amiguete te pajeaba o pajeabas tu.
La mayoría de los lugares que mencionas mis amiguetes de entonces y yo hemos tenido como lugares para la paja, lo del cine ya fue cuando yo tenia ya la mayoria de edad y me iba a los cines xxx
 
En mi caso más de una vez aprovechábamos una especie de caseta que nos hacíamos en el descampado con palés, maderas y cartones que cogíamos de los alrededores y que nos servía a parte de para echar la tarde jugando, para hacerlos las pajillas correspondientes que no podían faltar, ya fuese a primera hora, a media tarde o a última hora antes de subirnos a casa para cenar
bien de aventura! me encanta
 
En mi caso más de una vez aprovechábamos una especie de caseta que nos hacíamos en el descampado con palés, maderas y cartones que cogíamos de los alrededores y que nos servía a parte de para echar la tarde jugando, para hacerlos las pajillas correspondientes que no podían faltar, ya fuese a primera hora, a media tarde o a última hora antes de subirnos a casa para cenar
Tal cual… yo tb era de esos jejeje
 
La mayoría de los lugares que mencionas mis amiguetes de entonces y yo hemos tenido como lugares para la paja, lo del cine ya fue cuando yo tenia ya la mayoria de edad y me iba a los cines xxx
En mi epoca, eran los cines que ponian peliculas S, esa clasificacion infumable que se inventaron para proyectar en España jajaja
 
Yo , quizás por ser otros tiempos, solo nos pajeamos los amigos juntos una vez.
Fue una noche 5 amigos todos juntos, tendríamos unos 14 años y solo llegaron a correrse dos creo recordar.
Yo me sentí bastante mal porque mi polla era de las más pequeñas y no me terminé la paja.
Nunca más volvió a repetirse.
 
Que mal cuerpo deja la historia del chivato,...
Siento lo de ese mal cuerpo... No era mi intención cortaros el rollo, solo compartía esa anécdota que nos pasó en el grupo...

Y como bien dices y con toda la razón, lo de la madre...
Por supuesto que no solo esa, sino todas nuestras madres se pusieron en ese plan como si ninguno de nosotros hubiésemos roto un plato y todo fuese fruto de las malas influencias... Cuando en realidad nadie nos obligó a nada y todos sabíamos lo que hacíamos perfectamente...

Recuerdo incluso oír a mi padre en casa, que por suerte puso algo de cordura en el asunto, decirle a mi madre y a la madre de mi vecinillo de enfrente que se dejaran de historias, que no pasaba nada porque solo eran cosas de críos... asumiendo que todos los chavales llegando a una edad, lo han hecho, lo hacen y lo seguirán haciendo
 
Siento lo de ese mal cuerpo... No era mi intención cortaros el rollo, solo compartía esa anécdota que nos pasó en el grupo...

Y como bien dices y con toda la razón, lo de la madre...
Por supuesto que no solo esa, sino todas nuestras madres se pusieron en ese plan como si ninguno de nosotros hubiésemos roto un plato y todo fuese fruto de las malas influencias... Cuando en realidad nadie nos obligó a nada y todos sabíamos lo que hacíamos perfectamente...

Recuerdo incluso oír a mi padre en casa, que por suerte puso algo de cordura en el asunto, decirle a mi madre y a la madre de mi vecinillo de enfrente que se dejaran de historias, que no pasaba nada porque solo eran cosas de críos... asumiendo que todos los chavales llegando a una edad, lo han hecho, lo hacen y lo seguirán haciendo
Menos mal que tu padre, siendo hombre, puso algo de cordura en la situacion. No lo digo por nada, sino porque los hombres lo vemos como algo normal
 
Siento lo de ese mal cuerpo... No era mi intención cortaros el rollo, solo compartía esa anécdota que nos pasó en el grupo...

Y como bien dices y con toda la razón, lo de la madre...
Por supuesto que no solo esa, sino todas nuestras madres se pusieron en ese plan como si ninguno de nosotros hubiésemos roto un plato y todo fuese fruto de las malas influencias... Cuando en realidad nadie nos obligó a nada y todos sabíamos lo que hacíamos perfectamente...

Recuerdo incluso oír a mi padre en casa, que por suerte puso algo de cordura en el asunto, decirle a mi madre y a la madre de mi vecinillo de enfrente que se dejaran de historias, que no pasaba nada porque solo eran cosas de críos... asumiendo que todos los chavales llegando a una edad, lo han hecho, lo hacen y lo seguirán haciendo
Nada que disculpar, es simplemente que la actitud de la madre era la típica hipocresía victoriana de pureza y castidad, cuando la realidad es que a todas -y a todos- nos gusta lo que nos gusta y no tiene nada de malo.
 

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