Muy buenas! Perdón por la espera, pero no ando muy inspirada últimamente y todo lo que escribo lo acabo borrando 3847583475683745345 veces. Tengo mucha presión (mía, por supuesto) en no bajar el listón y eso me pasa factura.
Pero fuera dramas, que aquí venimos a divertirnos! Os dejo con la continuación!
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Ya habían pasado un par de meses desde aquella prueba, y la verdad que estaba súper contenta y motivada con los ensayos. Pasamos de quedar un día a la semana a quedar dos y hasta 3 veces. Fuera de los ensayos, mi vida seguía igual. Iba a clase, luego al súper a trabajar, cuando podía me juntaba con Ginesta y con Marcos y de vez en cuando jugaba con algunos de mis conocidos “contactos”. Sí que había cogido el mal hábito de beber y fumar entre semana, pero bueno, las estrellas de rock somos así (equisdé, es una bromi).
Yo cada vez estaba más suelta y con más confianza con el resto de integrantes de la banda (no en el sentido que estáis pensando, guarros) y salvo alguna broma jocosa y alguna mirada a mis tetas (cosas de ir sin sujetador por la vida) no había pasado nada con ninguno/a de los compis. Me estaba comportando.
Esa semana, uno de los días que escogimos para el ensayo, fue el domingo por la mañana, así aprovechábamos el terreno que tenían allí, y ya que no hacía demasiado frío pese a ser Noviembre, podíamos hacer una mini-barbacoa o, como yo la llamo, barbacoa.
El plan era simple y atractivo, quedar sobre las 10, ensayar hasta las 12:30/13:00 y luego ya comer y lo que surgiera. Lo bueno de tener alquilado un local entero en un recinto así, es que no es algo que vaya por horas, y te puedes estar el tiempo que quieras cuando quieras, una maravilla, la verdad.
La noche del sábado al domingo fue movidita, pero no por mi parte. Ginesta vino a casa, como muchos sábados y, como muchos otros sábados desde su “encuentro” con Gabri, se acostaron juntos. Puede que haya sonado a celosa, pero ni mucho menos, casi siempre era espectadora en primera fila de sus cópulas, solo que soy humana y hay veces que me apetece descansar, y más cuando tengo un ensayo al día siguiente por la mañana.
A parte de levantarme cansada, porque Ginesta es mala de nacimiento, sabe que me flipa escucharla, y se dedicó a no cortarse un pelo y no dejarme dormir, estaba más salida que la proa del Titanic, precisamente por el mismo motivo que me causó el insomnio.
Me pegué una ducha de esas que desearías quedarte a vivir allí dentro para siempre, y me fui a vestir. Lo recuerdo como si fuera ayer, era pleno noviembre, era por la mañana, y estábamos a 15 grados, así que no me preocupé del frío y para la ocasión escogí unos pantalones de los Celtics (los he tenido que jubilar este año, un minuto de silencio por ellos, que me costaron 40 pavos), y por culpa de la calentura que llevaba encima, una camiseta de tirantes con la que no tuviera ningún tipo de problema si quería “jugar” a los descuidos. Me até las converse y bajé a esperar a Marcos, que el pobre parecía mi taxista personal.
Puntual como un reloj, ya me hacía aspavientos desde su asiento por mis 10 minutos de retraso.
Marcos: Tú siempre igual, eh?
Sofía: Mira, calla, que no he pegado ojo y voy con una marcha menos.
Marcos: Hahahahahahaha a saber qué habrás hecho, viciosa.
Marcos arrancó el coche y nos pusimos en marcha.
Sofía: Pues para tu sorpresa, yo nada, pero estos dos estuvieron dale que te pego hasta las tantas y no me pude dormir hasta que terminaron.
Marcos: Joder con el bueno de Gabri, ya me dirá cómo lo hace, que yo hasta la fecha aún no he conseguido quedar a solas con Ginesta.
Sofía: Oye que si os molesto no voy, eh? hahahahaha
Marcos: Hostia cómo vienes tú hoy hahahahah Ya sabes a lo que me refiero, mujer.
Sofía: Encima de estar ahí escuchándoles con el tracatraca, y la otra que ya sabes que es una escandalosa…
Marcos: Vamos, que vas cachonda perdida.
Sofía: Me voy a follar el freno de mano, Marcos.
Los dos nos echamos a reír a carcajadas. Me gustaba la confianza que tenía con gente como Marcos, esas bromas siempre escandalizan a más de uno y de una.
Marcos: Imagino que la camiseta esa que llevas tiene algo que ver con que vayas así de salida, no?
Con las luces de mi casa ni me di cuenta, cogí una de tirantes roja de esas básicas (entre la camiseta roja y los pantalones verdes parecía sacada de una peli de Navidad), que son cómodas, pero a la vez me es muy fácil hacer que se me salga todo. Pero de lo que no me di cuenta es de que iba marcando los pezones de una forma exagerada.
Sofía: Me cago en la puta hahahaha Por dios, dime que tienes una sudadera que dejarme!
Marcos: En el maletero tengo una y me va un poco pequeña, pero no sé si dejártela…
Sofía: Solo me rodeo de gente mala, a cada cuál peor.
Marcos: Va, enséñales las tetas a ese pelotón de ahí, y no solo te la dejo, te la regalo.
Vivíamos en una zona de montaña cerca de la típica carretera que sube hasta arriba del todo, por lo que los pelotones de ciclistas eran considerados fauna autóctona de allí, y justo estábamos por adelantar a un grupito.
Sofía: En serio me propones eso pensando que en algún momento voy siquiera a dudarlo?
Marcos: No serás capaz.
Antes de que acabara de decir “capaz”, justo a la altura de la mitad del pelotón, me bajé la camiseta y pegué las tetas contra la ventana del coche. No hacía frío, pero la ventana parecía sacada directamente del corazón de vuestros/as ex.
Marcos redujo drásticamente la velocidad, dando tiempo al pelotón a que se avisaran unos a otros. Todo era un ambiente bastante festivo, la verdad, ya que estábamos todos, tanto dentro como fuera del coche, muriéndonos de risa.
Recordáis lo que he dicho de que solo me rodeo de gente mala? Pues Marcos, en un total alarde de ser el mismísimo sucesor de Morgoth, pero en cabrón, no aceleró el coche en ningún momento para que pudiéramos pillar en rojo el semáforo que había unos metros más adelante.
Sofía: Eres lo peor, me vas a regalar la sudadera y el puto coche también.
Marcos: Hahahahah disfruta, que ahí viene tu público!
Sofía: Son ciclistas, es un semáforo, obviamente, no van a parar.
Es lógico pensar eso, no? Los ciclistas y los semáforos son enemigos por naturaleza. Como los taxistas y los ciclistas. O los autobuseros y los ciclistas. O los demás conductores y los ciclistas. O los ciclistas y otros ciclistas. Malditos ciclistas, han destrozado el ciclismo.
Pues, para sorpresa de todos, en ese semáforo sí pararon. Me saludaban, sonreían, uno me hacía el gesto de bajarme la camiseta… Tampoco fueron groseros, cosa que hizo que la anécdota me siga pareciendo muy divertida a día de hoy. Antes de arrancar, les hice un amago de que me iba a bajar la camiseta, pero les dejé con las ganas.
Marcos: Estás de la olla hahahahaha
Sofía: Pero si luego voy a la playa y me paso el día en tetas, ya ves tú.
Marcos: Te has ganado esa sudadera.
Llegamos al recinto y, pese a los nervios y ansiedad de Marcos porque “es que vamos a llegar tarde porque eres una tardona bla bla bla”, fuimos los primeros en llegar. Marcos abrió la verja con el mandito, dejamos el coche aparcado y nos bajamos.
Hacía un día de puta madre. Eran las 10 de la mañana y hacía sol, se podía estar en tirantes, no había ni una puta nube en el cielo… Parecía finales de Mayo, un lujo. Cogimos la bebida y la carne que habíamos traído, Marcos me dio MI sudadera, y pasamos para dentro del local.
Guardamos todo en la nevera, Marcos empezó a afinar su guitarra y a hacer unas primeras pruebas de sonido para que todo estuviera listo cuando los demás llegaran, mientras yo le ayudaba con los “ssssssi” “ssssssssi” del micro. Trabajo en equipo, chavales.
No tardaron mucho en llegar los demás, a los 10 minutos ya estaban allí Nadia y Aarón, y cuando no habíamos ni terminado de saludarles, entraron Fran y Carles.
Nadia: Joder, al final soy la única mongola que ha venido en pantalón largo. Bueno, y Fran, pero lo suyo ya es de estudio.
Fran: Sí, en Massachusetts ya están contactando conmigo para empezar las pruebas.
Sofía: Tu madre no te iba a dejar ir tan lejos tú solo.
Carles: Bueno, Sofía se ha ganado no hacer la carne! Punto para ella!
Fran: Tampoco iba a llegar a la parrilla.
Sofía: Qué cabrón hahahahhaha Yo esto lo veo un empate.
Me gustaba TANTO, ese ambiente que había de “te tiro puyita, me la devuelves” pero luego todo eran risas… Me sentía como en casa, eran todos una gente maravillosa, la verdad. Estuvimos 5 minutos de charla pre-ensayo, y tras hacerle 4 últimos apaños al sonido del micro, empezamos a ensayar.
A la hora y pico decidimos hacer un poco de pausa, y aprovechando el buen día salimos a fumar fuera. Había unas mesitas a la sombra de un árbol, y nos pusimos allí a hablar todos con todos. Yo estaba sentada en la mesa con los pies en la banqueta, y Nadia se me acercó.
Nadia: Tía, no te asas con la sudadera puesta?
Sofía: Como un puto pollo, pero es que mira.
Me abrí la sudadera y le enseñé el panorama. Se me marcaban hasta las areolas de los pezones. Nadia se puso roja como un tomate y pude notar un ligero suspiro que salía de su boca. Lo había hecho a propósito? Obvio.
Nadia: Hahahahahaha pero joder, es que no te miras antes de salir de casa?
Sofía: Tú te crees que si me hubiera visto hubiera venido así? Menos mal que Marcos me ha podido dejar la sudadera.
Nadia: Bueno, menos mal para ti, que el resto nos perdemos el espectáculo hahahahah
Sofía: Oye! hahahah descarada!
Volvimos ambas a la conversación con el grupo y al cuarto de hora más o menos ya estábamos listos para volver.
Aarón: Bueno, creo que ya es hora de seguir!
Carles: Padentro todo el mundo.
Yo estaba empanada, mirando vete a saber qué, lo mismo una hoja de árbol que se había caído o algún pájaro. La cosa es, que al pasar cerca de mí, Nadia me pellizcó a modo de broma en uno de mis pezones para despertarme de mi empanada monumental. Funcionó, vaya si funcionó, pero ese día no era el mejor para hacer ese tipo de cosas. Me subió un cosquilleo desde los pies hasta la base de la nuca, y no pude evitar que se me escapara un ligero gemido, imperceptible para el resto, pero que Nadia escuchó en primera persona.
Nadia: Joder, sí que los tienes sensibles hahahahah
Sofía: Mi… mira! Calla eh! El daño que me has hecho…
Intenté disimular, pero no me salió muy bien la cosa. Igual que con los chicos soy muy valiente y muy echada para adelante, con las chicas me pongo nerviosa. Cosa que desde fuera es bastante divertido de ver en mi opinión.
Nadia: Sí, ya, daño, sí hahahahah
Sofía: Ahora verás!
Salí corriendo tras ella y echó a correr para esconderse detrás de Carles entre risas.
Sofía: Ya saldrás de ahí! Cobarde!
Marcos: No, no, no, aquí si os vais a pelear, que sea en bikini y en el barro.
Aarón: Eso, eso!
Sofía: Ya verás cuando te coja!
Nos gritamos un par de tonterías más y seguimos con el resto del ensayo. Terminamos con la canción de Zombie, de The Cranberries y cuando estábamos recogiendo las cosas, Carles se acercó a mí.
Carles: Por cierto, me estoy aprendiendo esta misma canción pero en versión acústica. Cómo lo ves para hacerla?
Sofía: Hostia, pues tiene que sonar genial… Sí, sí, dale!
Una vez todo estaba recogido, Aarón y Fran salieron para empezar a hacer el fuego, Marcos y Carles fueron a por un bidón, y Nadia y yo sacamos el hielo, las cervezas y la carne para fuera.
La escena me da nostalgia a día de hoy cuando la pienso. Qué de domingos pasamos así. La barbacoa en un lateral, las mesas a la sombra, los bidones con hielo hasta arriba de birras… Como el trabajo ya estaba hecho, me abrí una cerveza, me bebí media de un trago y empecé a incitar a Marcos a la mala vida.
Sofía: Marcos… dime un número del 1 al 10.
Marcos: Qué dices tú ahora?
Sofía: Un número del 1 al 10, no es tan difícil.
Marcos: Yo qué sé… el 7.
Sofía: Te toca hacerte un porro.
Marcos: Hija de puta, en lo que te conozco no te he visto liar ni una sola vez.
Sofía: Es que a ti te quedan muy chulos.
Nadia: Eso mismo, eso es un arte y tú eres todo un artista!
Aarón: El DaVinci de los canutos!
Marcos: Sois una panda de pelotas…
A Marcos no hacía falta liarle mucho, pero le gustaba hacerse de rogar. En 5 minutos ya tenía hecho su característico Cuerno de Gondor y empezamos a fumar para acompañar las birras. Ni frutos secos ni hostias. Porrillos. Así he acabado.
Después de un buen rato entre risas, cervezas, más sustancias y el buen tiempo, empezó a llegar un olorcito a carne… Ya se acercaba la hora de comer. Nadia y yo repartimos los platos y los cubiertos de plástico y los cocineros trajeron las dos bandejas bien rebosantes de churrascos, chistorras, butifarras… Madre mía, son las 3 y media de la madrugada, pero lo pienso y me da un hambre…
Empezamos a arrasar con todo de una manera un tanto grotesca. Pronto, los cubiertos pasarían a un segundo plano y solo se oía el ruido de masticar, como si de una manada de lobos fumados se tratase. Como en toda barbacoa que se precie, sobró algo para aprovechar en la merienda, incluso para cenar o comer al día siguiente. Terminamos el manjar con un chupito de ratafía (por si alguien no lo sabe, es un licor muy típico en Cataluña) que Carles había traído, y seguimos con nuestras conversaciones sobre todo y nada.
Una vez bajó un poco la comida, Aarón se acercó al maletero de su coche para poner la guinda al domingo… Volvió levantando en sus brazos, al más puro estilo Rafiki y Simba, una pelota de baloncesto. Marcos y Carles empezaron a hacer ruidos como de neandertal, a darse golpes en el pecho y espalda el uno al otro y a correr para la zona de las canastas, que estaba al lado. Hombre tener pelota. Hombre estar contento.
Nadia, Fran y yo nos quedamos atónitos ante tal muestra de testosterona. Aarón les tiró la pelota, Carles la botó muy fuerte contra el suelo con ambas manos y Marcos la recogió en el aire dando un salto totalmente innecesario. Aarón echó a correr hacia ellos gritando “PÁSALA PÁSALA”, para luego tirar un triple lamentable que ni tocó aro. En ese momento lo tuve claro, esos eran mis amigos.
Nadia: Madre mía, ya nos podemos despedir de ellos.
Sofía: Pero, por qué? Vamos para allí nosotros también.
Fran: Yo es que con el deporte…
Sofía: Eso ni es deporte ni es nada, es hacer el tonto con los colegas.
Fran: Yo me quedo aquí.
Nadia: Yo también, si eso ahora me acerco.
Marcos sabía que yo había jugado a básket desde pequeña (podéis hacer todos los chistes que queráis, pero no me vais a decir nada que no me hayan dicho ya), pero el resto no… Era la oportunidad de lucirme, algo que siempre me ha gustado, para qué mentir.
Estaban haciendo una especie de 1vs1 por turnos, tirando por tirar… Como un calentamiento, pero con alcohólicos y drogadictos en vez de con jugadores. Cuando Marcos vio que me acercaba, le hice un gesto con el dedo para que se callara, y le pedí el balón.
Lo cogí, me acerqué a ellos botándolo como si tuviera algún tipo de disfunción y tiré a canasta de forma ridícula, con una mecánica que haría llorar a Steph Curry.
Sofía: Venga, va, Aarón y yo contra vosotros dos.
Aarón: Sí hombre, yo para que me humillen ya tengo el Counter.
Marcos: Va, que será divertido.
Me guiñó un ojo, me conocía y me estaba viendo venir de lejos.
Sofía: Va, sacamos nosotros. Toma!
Estuvimos un rato haciendo un poco el tonto, me dejaban espacio para tirar, me la devolvían cuando fallaba… En una de estas, Carles se puso a marcarme de frente.
Carles: Va, ahora ya voy en serio!
Una vez se acercó a mí, la boté por debajo de sus piernas, la cogí, hice un reverso justo en la cara de Marcos y metí canasta con una bandeja a mano cambiada que creo que en mi vida me había salido tan perfecta.
Carles: Filla de puta… Cómo nos has vacilado.
Sofía: Juego a esto desde los 7 años, os voy a hundir en la mierda.
Aarón: Hostias hahahaha Ahora no me la pases, que no voy a estar a la altura.
Nos pusimos a jugar en serio y joder, que tarde tan divertida. Aprovechaba cuando Marcos me marcaba para darle la espalda, pegarle el culo en el paquete y ponerle nervioso.
Marcos: Joder, es que así no hay quién se concentre!
Le pasé la pelota a Aarón, que tiró, y poniendo cuerpo para coger el rebote, le pasé la mano por el paquete a Marcos, que ya estaba medio morcillón.
Sofía: Estamos a lo que estamos o qué?
Marcos: Así no se puede…
Aarón falló el tiro y el rebote lo cogió Carles (sí, he jugado a basket, pero me sacaban dos cabezas) y cuando estaba saliendo para fuera de la línea de 3, vi cómo se acercaba Nadia.
Nadia: Chicos, puedo yo?
Marcos: Sí, cámbiate por mí, que yo me tengo que ir ya. Te vas con alguno de ellos, Sofi?
Sofía: Sí, claro, no te preocupes!
Carles: Yo me voy a sentar un rato, que no suelo hacer deporte.
Aarón: Yo voy a por una birra, que estoy seco.
Nadia: Jooo, ahora que llego yo vais a parar?
Sofía: Tranqui mujer, va, que te enseño a tirar.
Nadia: Quién te ha dicho a ti que no sé tirar?
Sofía: Ah, perdona.
Nadia: Hahahahah te estaba vacilando, no tengo ni puta idea.
Le enseñé un poco lo básico. Cómo poner los pies, el movimiento de rodillas, la posición de las manos…
Sofía: Mira, esta mano solo la aguanta, tienes que hacer el arco con este brazo…
Nadia: Uy, qué cerquita, no me acose, entrenadora hahahaha
Sofía: E… es que… Joder, yo aquí enseñándote y tú tomándotelo a cachondeo.
Nadia: Hahahah que estoy de broma, a ver, entonces la fuerza viene desde abajo… me incorporo y tiro!
No fue una mierda de tiro, pero tampoco estuvo genial. Oye, para ser el primero que probamos, ni tan mal.
Nadia: Casi! Lo has visto! Joder, parezco una profesional.
Sofía: Hahahahah no te vengas arriba, va, otra vez.
Me acerqué a ella botando la pelota e hizo un intento de quitármela.
Sofía: Huy, pues no te queda nada para quitarme a mí la pelota.
Nadia: Sí, eh?
Empezó a intentar quitarme la pelota, pero mal. Corriendo hacia la pelota, rodeándome, metiendo la mano para robarla… Como vio que eso no funcionaba, probó directamente con el contacto físico. Me agarraba del brazo, de la sudadera, pero ni por esas.
Nadia: Joder, así no es divertido!
Sofía: Para mí sí!
Le hice una pequeña finta, y cuando pasé por su lado le di un azote, bastante sonoro, en el culo. Ahora fue ella la que soltó un ligero ruido más parecido a un gemido que a una queja.
Nadia: Ufff… Maldita!
Sofía: Aquí te espero!
Se acercó a mí, pero en vez de ir a por la pelota, fue directa a mis tetas, concretamente a uno de mis pezones, como ya hizo antes, y como antes pasó, el mismo escalofrío me subió hasta la nuca. Esta vez el disimulo me salió de 10 e hice ver como que me había hecho daño. Se acercó mucho a mí, preocupada por si se había pasado.
Nadia: Perdona, perdona! No te quería hacer daño.
Me puse muy cerca de su cara y le susurré.
Sofía: No calientes lo que no te vayas a comer…
Se quedó muy roja y abrió mucho los ojos de primeras, pero sonrió.
Nadia: Y quién te dice que no me lo voy a comer?
Me dio un pequeño mordisco en el labio, y ahora sí, consiguió cogerme la pelota.
Nadia: Wuuuh! Sí! He ganado yo! Jódete!
Alzaba la pelota como si fuera un trofeo y yo seguía atónita, entre el calentón que ya llevaba de serie, y que me estaban ganando en mi propio terreno… Iba a explotar.
Nadia: Va, vamos a por una birra, hay que celebrarlo!
Sofía: S… sí, mejor…
Nos acercamos a la mesa con el resto de la banda, ya un poco cansados todos. Nos abrimos una cerveza cada una y nos sentamos con ellos.
Nadia: Fran, Aarón, si queréis que os lleve tiene que ser después de la birra, que tengo que ir a casa de Miquel a llevarle unas cosas.
Aarón: Ah, pero habéis vuelto?
Nadia: Nah, ni ganas, voy a llevarle unas cosas que quedaban en mi piso y solo coincidíamos hoy.
Bingo. Si algo no soporto es meterme en medio de una relación, pero parece ser que tenía vía libre en el caso de que sus “travesuras” fueran en serio.
Sofía: Carles, me acercas tú entonces? Me han dejado aquí sola y desamparada.
Carles: Sí, claro, pero tienes prisa? Así me baja un poco el alcohol y eso.
Sofía: No, no, sin problema, así miramos lo de la versión acústica.
Nadia se terminó la cerveza, se despidió y se marchó junto a Aarón y Fran.
Carles: Vamos dentro si quieres, que ya se está yendo el sol.
Sofía: Sí, mejor.
Entramos al local y nos sentamos en el sofá para ver los vídeos de la versión de Zombie, y ahí fue dónde vino el primer problema de ir todo el día en sudadera y haber estado jugando a basket. Una de las cosas que más vergüenza me da en la vida, es que alguien pueda notar mi olor corporal por haber sudado, aunque no huela a absolutamente nada, pero me hace estar muy inquieta e incómoda. Recordé que en el local había ducha y toallas, y aunque no llevaba ropa para cambiarme, ni que fuera me podía dar un agua.
Sofía: Carles, me sabe muy mal cortarte, pero te importa si me doy una ducha rápida? Es que de estar correteando de arriba a abajo me da miedo apestarte en la cara, y si vamos a estar aquí un rato…
Carles: Ah, no, no, sin problema, te enseño dónde están las toallas y demás.
Pasamos para el baño y ahí mi cabeza, mis hormonas y mi calentón de todo el día empezaron a hacer que por mi mente pasaran muchos pensamientos intrusivos. En ningún momento me había pasado nada sexual por la cabeza con Carles, pero al estar los dos solos y, perdón por ser pesada con lo mismo, que llevaba desde la mañana salida perdida, no lo podía evitar.
Carles se agachó y del armario cogió un par de toallas blancas, en ese momento aproveché para quitarme la sudadera, solo la sudadera, pero todos sabemos qué es lo que había debajo. El haber estado haciendo deporte y el cambio de temperatura no ayudaba, tenía los pezones y las areolas completamente marcados. En una camiseta de un color más claro hubiera ido transparentando sin ninguna duda.
Carles se incorporó con las toallas.
Carles: Las toallas las limpiamos uno cada semana, no te preocupes que están todas lim…pias…
Sofía: Vale! Gracias!
Miró para todos los sitios posibles para que no notara que había estado mirando dónde yo pretendía que mirara. Le cogí las toallas de las manos, rozando una de mis manos con la suya.
Carles: N… necesitas algo más?
Sofía: No, gracias! Si va a ser un momento!
Carles salió, cerró la puerta, y yo aproveché para desvestirme toda. Lo primero que hice fue llevarme la mano a la entrepierna. Efectivamente, estaba mojada. No aquello que digas “TSUNAMIII”, pero estaba bien mojada.
Los pensamientos intrusivos seguían rondándome y ya llegó un punto en el que cedí a ellos. Me puse a mirar por el baño si había algo que pudiera hacer o usar en mi ayuda y vi que dentro de la ducha había una cajonera lo suficientemente alta como para que yo no llegara.
Abrí el grifo, me metí debajo, cogí el gel y con una precisión digna de Ray Allen lo coloqué en el estante de arriba. No pretendía lavarme el pelo, pero sabía que el “efecto mojado” ayuda en todo.
Cogí una de las toallas, que por suerte no eran muy grandes, y me la até de tal forma que no enseñaba nada, ni por arriba ni por debajo, pero que poco faltaba. Me fui para la puerta, la entreabrí, y me medio asomé.
Sofía: Carles, por favor, cógeme el gel que no llego! hahahahah Cómo se os ocurre poner eso tan arriba, panda de ogros!
Carles: Eh? Ah, s… sí, voy.
Carles entró y yo estaba dentro de la ducha, con el grifo apagado, haciendo un poco el tonto.
Sofía: Es… que… no… llego!
Iba estirando el brazo sabiendo que la toalla se iba a subir lo justo para que desde dónde estaba él, se intuyera mi culo.
Carles levantó el brazo, lo cogió y me lo acercó. Estaba muy rojo, y cada vez podía disimular menos a dónde miraban sus ojos.
Sofía: Gracias! Te juro que no te molesto más hahahahaha
Estiré el brazo para coger el gel de su mano y, con una actuación digna de un Óscar, hice un leve movimiento con la otra mano que hizo que la toalla se abriera. Para mí, la gracia en un descuido, es que parezca que de verdad es un descuido, por muy preparado que esté, como era el caso. Hice ver que me daba un micro infarto y me agarré la toalla como buenamente pude, dejando uno de mis pechos sin tapar y toda la parte trasera, que aunque no la podía ver, estaba al aire.
Carles se quedó ojiplático, seguía rojo y tenía hasta la boca un poco abierta. Esa. Esa era la cara que yo quería ver.
Carles: Perdón! Perdón!
Se dio la vuelta y se iba dirección a la puerta. Yo ya había tenido lo que quería, pero tenía dos opciones en ese momento. O dejaba que se fuera y todo quedaba en una anécdota graciosa pero morbosa… O culminaba lo que había empezado… Y creedme que me costó decidirme, pero acabé optando por lo obvio, que era la segunda opción.
Sofía: Carles.
Se quedó quieto y ni se giró.
Carles: Qué?
Sofía: Te quieres quedar?
Carles: Qué?
Sofía: Que si te quieres quedar, no me importa.
Carles: Pero… estás segura?
Sofía: Hahahahah te lo estoy pidiendo yo, no?
Carles: No te importa?
Sofía: Ay, si lo sé no te pregunto, hijo.
Carles: No, no, no, me quedo.
Dejé la cortina abierta y abrí el grifo. De primeras Carles solo estaba ahí, no se asomaba a la ducha, ni me estaba viendo, ni nada, solo resoplaba. Yo empecé a ducharme, porque era verdad, me sentía sudorosa y necesitaba quitarme esa sensación.
Empecé a escuchar pasos lentos. Carles se acercó, y se apoyó en la pared contraria a la que estaba, teniendo una visión perfecta de mi cuerpo. Ahí ya pasé a ducharme de forma más… sensual digamos. Empecé a enjabonarme los pechos de forma pausada, apretándolos y recreándome un poco, pero haciendo ver como que él no estaba ahí.
Carles: Dios mío… No me creo que esté pasando esto…
Sofía: Hahahahah qué exagerado… Pero te vas a quedar ahí, no quieres pasar ni nada?
Carles: Ufff… No te enfades, es que me apetece mirar.
Joder, si os hiciérais una idea de lo que me puso esa frase… Me di la vuelta y pasé a enjabonarme la parte baja de la espalda, pasando por las caderas y rodeando el culo, llevando una de mis manos a mi entrepierna, usando la otra para apoyarme un poco en la pared y así poder inclinarme un poco.
Empecé a masturbarme despacio, pero llevaba un día de tantos calentones que no pude evitar gemir nada más comenzar.
Carles: Joder… Mira cómo me tienes…
Me giré y Carles agarraba su paquete por encima del pantalón. Se le notaba un bulto grande y que el pantalón iba a reventar.
Sofía: Hahahahahaha va, no te cortes.
Carles: No, no, me espero a que termines.
Seguí masturbándome hasta que, al poco tiempo, noté cómo mis dos piernas comenzaban a temblar y mis gemidos se agudizaban un poco más.
Carles: Te vas a correr?
Sofía: Sí…
Carles: Dios…
Sofía: Me… voy… a… uffff…. me… Ah!...
Un gemido diferente al resto pero también suave, dio a entender que ya había culminado. Me encantó, el poder masturbarse para alguien siempre es… genial.
Salí de la ducha, Carles cogió una de las toallas y estiré el brazo para cogerla. Su intención no era la de darme la toalla. Cogió mi brazo y me pasó la toalla por él, de forma suave pero a la vez fuerte. Carles, pese a ser muy bonachón, era un tipo muy grande y gordete, y entre la barba y la cabeza rapada intimidaba un poco, pero hacía las cosas de forma muy segura, y eso siempre me ha gustado.
Me secó los brazos poco a poco, pasó por mi pecho, por mi espalda y llegó hasta mis piernas. Una vez llegó hasta ahí, me pasó la toalla de forma delicada por la entrepierna. Yo me acababa de correr y estaba muy sensible ahí abajo, por lo que otro gemido se escapó de mi boca.
Sofía: Joder…
Carles: Te molesta?
Sofía: No, no, para nada…
Carles se agachó para tener mejor movilidad y siguió pasando con su mano la toalla por mi coño, cada vez haciendo más presión y acelerando un poco el ritmo. Yo separé un poco las piernas para facilitarle el trabajo, y apoyé las manos en sus hombros. Llegados a un punto, Carles ya tiró a tomar por culo la toalla y pasó a masturbarme con las manos.
El tío manejaba, la verdad. Con una mano me metió dos dedos y empezó a jugar con ellos dentro, mientras que con la otra jugaba con mi clítoris. Yo intentaba sentirme mal por tener al chaval ahí haciéndolo todo, pero de vez en cuando también me gusta que tengan iniciativa propia.
Le agarré de la cabeza, ya que el cambio de ritmo me pilló desprevenida, y ahí aprovechó para llevarse una teta a la boca. No era delicado, pero tampoco brusco, lo hacía con la intensidad que requería el momento. Su barba me iba marcando la piel, me arañaba y era áspera, pero sentirla era muy excitante.
Sofía: Carles… Carles… ya… ya…
Estaba a puntito de correrme otra vez. Entonces hizo algo que realmente no sé si es bueno, pero que en ese momento me encendió más si cabe.
Paró. Paró de golpe. Yo tenía las piernas empezando a temblar, y notaba cómo me palpitaba el coño. Estaba tan, pero tan cerca de correrme, que solo podía pensar en terminar.
Sofía: Q.. qué… por qué paras?
No dijo nada. Se levantó, puso las manos en mis hombros, y me puso de rodillas. Seguía sin decir nada, pero creo que no hacía falta. Estaba tan salida en ese momento, que me daba igual todo.
Llevé las manos a sus pantalones y se los bajé, dejándole en un boxer negro muy apretado con una gran mancha húmeda. Le pasé la mano por el bulto. Era grande y estaba duro como una piedra. Bajé el boxer de forma muy lenta. Siempre hay mucha expectación la primera vez que vas a ver a alguien desnudo. Normalmente, asociamos a la gente más subida de peso con atributos más pequeños, pero os aseguro que no era el caso.
Cuando terminé de bajar el bóxer por su último centímetro de carne, una polla gorda y grande dio a parar en mi mejilla, dejando un hilo de líquido preseminal desde mi cara hasta su punta.
Era una polla a proporción. Es decir, lo mismo una polla de ese tamaño en un cuerpo como el de Carles no parecía algo descomunal, pero os recuerdo que es un tipo que pasaba del 1,90 y de los 110kg y que yo no llego al 1,55.
La cogió por la base y siguió pasando el glande por mi mejilla, por mis labios… Yo como ya había asumido lo de dejarme hacer, cuando la noté en los labios abrí la boca y saqué un poco la lengua para facilitar el acceso, cosa que hizo poco a poco.
Primero metía solo la punta en la boca, mientras con la otra mano me cogía con delicadeza de la cara. Poco a poco la fue metiendo más, y la sacaba despacio. Cuando ya notó que entre mi saliva y su propio fluido ya estaba todo bien lubricado, empezó a acelerar el ritmo.
Estuve un rato dejándome follar la boca, ya que no era de esos burros que la meten hasta los topes y siempre es agradable disfrutar de una sesión de sexo sin arcadas ni falta de oxígeno.
Debido a una diferencia notable de altura entre ambos, la posición estaba empezando a ser cada vez más antinatural para él. Apartó mi ropa de la banqueta y, sin dejar de subir y bajar la mano por su miembro, se sentó a observarme.
Yo seguía de rodillas con las piernas medio temblorosas, y como no estaba acostumbrada al papel que me había tocado hacer ese día, no sabía bien bien qué hacer, así que esperé a ver cómo avanzaba todo.
No pasaron muchos segundos hasta que sugirió que diéramos un paso más.
Carles: En mi cartera tengo condones.
Estaba intentando ser un poco más consciente de las cosas que podían pasarme si seguía yendo de cabra loca por la vida, así que cogí la cartera de su pantalón, cogí un condón, me levanté y caminé hacia él. Me senté sobre sus piernas, tocando la base de su polla con mi coño y le di el condón.
Mientras él lo abría despacio, yo me dediqué a masturbarle con las dos manos. Soy la primera que defiende la expresión “el tamaño no importa”, y la defenderé hasta que me muera, porque me lo he pasado de lujo con chorras de todos los tamaños, pero me encanta eso de poder pajear una polla con ambas manos, llamadme hipócrita si queréis
Disfrutamos ambos de esa situación durante un rato, y una vez se puso el condón me levantó, me dio la vuelta y empezó a pasarme la punta por mi vagina de adelante hacia atrás. Estaba empapada, me había quedado tan al borde del orgasmo que creía que no iba a tardar ni 5 segundos en correrme. Por mi cabeza solo pasaba el “métemela de una vez”, y en otra situación hubiera sido yo misma la que hubiera cogido y “raca, padentro”. Pero eso estaba siendo divertido también.
Me cogió por la cintura con su enorme mano y empezó a introducirla poco a poco.
Sofía: Uuuh… Joder… sí que estoy sensible…
Una vez ya toda dentro, y con sus dos manos sobre mi cintura, ahora sí que había llegado el momento en el que tenía que actuar yo. Lo que me gusta de una postura así, es que yo misma controlo el ritmo. Y estando como estaba, el ritmo iba a ser bastante movido.
Coloqué mis manos sobre las suyas, las apreté, enviándole el mensaje de que quería que él me apretara, cosa que captó de primeras, y empecé a mover mis caderas muy rápido sin separar mi culo de su regazo.
Ya he comentado varias veces que no soy muy fan del sexo con penetración, que raras veces me apetece o me gusta, pero llegar a esa conclusión me llevó bastantes años de práctica… Por lo que, sin querer echarme muchas flores, no es algo que se me dé precisamente mal.
Carles jadeaba y gruñía (chicos, sed ruidosos, de verdad que nos encanta) mientras sus manos recorrieron mi cintura y mis costillas hasta llegar a las tetas. Me las apretaba con firmeza, dejando mis pezones entre sus dedos, con los que iba jugando de tanto en tanto.
Yo estaba intentando no correrme muy deprisa, porque aunque podía seguir, estaba disfrutando mucho de la sesión. Pero la idea de Carles era otra.
Una de sus manos subió por mi busto hasta alcanzar el cuello, que apretó con la fuerza justa para que fuera muy morboso, sin rozar el ahogamiento. Se acercó a mi oído y me susurró algo.
Carles: Córrete… sé que estás a punto.
Todavía me pone la piel de gallina recordar ese momento. Seguí moviéndome, acelerando el ritmo poco a poco mientras Carles me apretaba el cuello cada vez con un poco más de fuerza. Llegué a mi límite, ya no pude aguantar más y por mi boca empezaron a salir gemidos ahogados.
Sofía: Ah… Ya… jod… ya… AH!
Notaba cómo las paredes de mi vagina se contraían y podía hasta sentir las palpitaciones en la polla de Carles. La parte interior de mis muslos temblaba y en ese momento no sabía ni cómo cojones me iba a levantar. Cosa por la que tampoco tuve que preocuparme mucho.
Al notar que yo ya había terminado, Carles me tumbó en la banqueta, se sacó el condón y se puso a masturbarse a la altura de mi cara, quedando yo en medio de sus piernas.
No decía nada, pero sí era muy expresivo en cuánto a expresiones, movimientos, ruidos… Pude notar que se iba a correr cuando su respiración se aceleraba y se entrecortaba.
Carles: Uff… no p… no puedo más… me corro…
Acercó más la polla a mi cara, y por como estaba puesta, lo único que pude hacer era sacar la lengua. Pero la boca no era su objetivo.
Agitaba su polla de una forma muy agresiva y pude ver como de golpe paró a la altura del glande, para volver a reanudar la marcha con unos movimientos mucho más lentos, pero apretándosela bastante más fuerte.
Imagino que es una forma de controlar mejor la corrida, ya que empezó a correrse de forma abundante pero controlada. Un primer lefazo cayó por toda mi cara, llegando desde la barbilla hasta la frente, seguido de otros tantos que no pude ver, ya que por acto reflejo cerré los ojos.
Notaba cómo iban cayendo, unos más largos, otros más densos, otros simplemente gotas, pero todos dentro de su objetivo, sin salir ninguno disparado hacia la nada. Abrí la boca para coger una bocanada de aire, que entró acompañada por su polla, todavía dura y empapada.
Estuve chupando hasta que, poco a poco, se empezó a desinflar. Carles se separó de mí y me acercó una toalla.
Sofía: Te has quedado a gusto, eh? Hahaha
Carles: Ya, perdona, es que cuando me vengo arriba…
Sofía: Pero me he quejado yo en algún momento?
Carles: Te puedo pedir algo?
Sofía: Me pides permiso para pedirme algo pero no para correrte en mi cara? Caballeros así ya no quedan hahahaha Dime.
Carles: Esto que ha pasado… Podría quedar entre tú y yo?
Sofía: A ver… No me digas que tienes novia…
Carles: No, no, para nada, pero es que soy muy reservado con mi vida personal, y si vamos a venir a ensayar y eso… No me gustaría que hubiera malos rollos o miradas raras.
Sofía: Pues mira, me parece perfecto. Chocamos la mano? Como que ya no hace falta, no?
Carles: Hahahahaha siempre con el cachondeo… te lo agradezco, en serio.
Me pegué una ducha, por lo obvio, y Carles se quedó en el baño conmigo. Hubo un intento de masturbación por su parte, pero resultó ser de los que una vez terminan, necesitan su tiempo. 100% respetable.
Una vez limpia, hicimos lo planeado en un principio, que era ver los vídeos de la versión acústica para el ensayo y Carles me acercó a mi casa.
Me fui a dormir con una sensación rara. Me había encantado ese encuentro, lo había disfrutado un montón. Quería seguir jugando a mis chorradas sin necesidad de crear algún tipo de enemistad... Cosa que, en ese momento, veía muy complicado.
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Perdonad que haya tardado tanto! Pero entre que no ando muy motivada y casi no saco tiempo para escribir… Espero que hayáis disfrutado de la lectura, espero con muchas ganas vuestras reacciones y comentarios!
Un saludo a todos!