Relatos de Famosas

Por favor, mucho más de esto. Recuperad también los de la anterior página, pero nuevos. Hay pocas cosas que se disfruten más que esto.
Había uno de un tio que contrataba a Anna Simon para que fuera follada por desconocidos en un autobús si alguien lo tiene por favor q lo suba
 
Concierto de Malú:
Como cada mañana, me disponía a ir a trabajar. Después de la ducha habitual, procedí a preparar mi café espresso como de costumbre. El día anterior habíamos dejado todo preparado, solo faltaban algunos retoques y que los músicos y demás integrantes de toda la farándula que mueve un concierto dieran el visto bueno.



Cuando, allá por el 2008, puse mi currículum para trabajar en una empresa de mobiliario, nunca pensé que todo aquello me depararía la cantidad de historias, anécdotas, risas y buenos momentos que he vivido. Un muchacho de 27 años que lo dejaba todo atrás, simplemente quería vivir la vida.



Y ahí estaba yo, con mis 1,80 metros de pura vagancia, como solía decirme mi madre siempre que volvía a casa, vistiéndome con los vaqueros y el polo de la empresa, a punto de salir para dejar listo el escenario para un concierto de Malú. Uno más para la cuenta de una lista de conciertos que ya simplemente había dejado de contar.



No tenía pareja, nunca nadie aguantó mi ritmo de vida. Así que cada mañana, lo único que me motivaba era acabar la jornada para ir al bar e intentar que alguna chica entrara en mi juego. Es difícil eso de asumir una relación con alguien tan dominante y tan maniático.



Juan apareció por mi portal como cada mañana con su furgón. Sus gafas último modelo y su camisa de pitillo no hacían presagiar a lo que nos dedicábamos.



-¡Ey, muchacho, date vida que no llegamos! – me dijo Juan sin dejar de esbozar una amplia sonrisa.



-Tranquilo, que tenemos todo el día por delante –le respondí.



Cuando llegamos al recinto, ya se podía sentir el ambiente de concierto. Las típicas quinceañeras fanáticas, mucho chavalaje detrás de ligarse alguna de aquellas chicas y alguna que otra madre que no quería que su hija abandonara el corral. También se notaba que las medidas de seguridad habían aumentado; el vallado exterior ya estaba montado. Paco, nuestro amigo de toda la vida, ya no era el único vigilante jurado. Por su amplia sonrisa, se podía intuir que estaba contento por semejante presencia femenina en los alrededores.



Nada más empezamos con la faena, intuí que no iba a ser un día normal. Normalmente, había mucho más "meneo" detrás de un concierto; era algo extraño que solo estuvieran la representante y el organizador del evento a las 9:00 de la mañana, cuando solo faltaban unas 12 horas para empezar el concierto.



Una rubia con unos ojos azules que te dejaban embobado, unos pantalones vaqueros que le marcaban muy bien el trasero, y un abrigo marrón que ocultaba más que enseñaba, se dirigió hacia mí:



-Oiga, mozo, esos focos de luz no funcionan, alguien debería comprobar todas las conexiones –me dijo con una voz cantarina, la que poco después me enteraría que era la guapa representante de Malú.



-No se preocupe, en un momento llamo a un compañero para que lo revise todo –le respondí.



-He dicho que se debe revisar ahora mismo, así que deje lo que esté haciendo y soluciónelo ya –parecía que había despertado a una mala bestia. ¿Dónde estaba ese ángel que había visto venir con ese andar garboso hacia mí hacía tan solo unos segundos?



Solté mi herramienta, la miré con tono desafiante y me dispuse a llamar por el "walkie" a Juan.



-Juan, parece que aquí en la zona 3 del escenario hay unos focos que no funcionan, ¿me copias? –dije por el walkie.



-Magic, no me jodas que estoy aquí con el inspector de seguridad, ya lo solucionaré más tarde –se escuchó decir a Juan poco después por la emisora. "Magic" era el nombre por el que todos me conocían en mi juventud, porque solía desaparecer de las fiestas sin dejar rastro.



-Señora, ya ha oído, tendrá que esperar –le dije a la representante.



-Vaya mierda de equipo hay aquí en Santander, la próxima vez me lo pensaré dos veces antes de aceptar a esta ciudad en una gira como esta –replicó la arrogante representante.



Me pareció tan fuera de lugar que dejé lo que estaba haciendo y fui a ver qué demonios pasaba con esos focos. Nadie iba a dejar mal a la empresa para la que trabajaba y a mis amigos por ser malos profesionales. Después de revisar todo varias veces, comprobé que una de las conexiones no estaba en la fase correcta y procedí a arreglarlo.



-¡Ta-chán! –le dije a la representante–, y de pronto se hizo la luz.

Cuando vio que estaba todo solucionado, volvió a su móvil como si no hubiera mañana.



Llegó la hora de la comida; los muchachos iban a ir al restaurante chino de la esquina. Yo ya estaba harto de tanto chino; estaba aborreciendo el arroz tres delicias y el cerdo agridulce. Así que simplemente fui a la máquina expendedora que habíamos instalado en la zona de la prensa a sacarme una Twist.



Andaba en mis pensamientos camino de comprar mi ansiada chocolatina cuando de repente me choqué con alguien y la tiré al suelo. El golpe fue como cuando un autobús se choca con un poste de luz. Al autobús no le pasa nada, sin embargo el poste de luz se resquebraja y queda para el arrastre. Agaché la vista para ayudar a levantarse a esa desafortunada que había tenido la mala suerte de chocar con un autobús. ¿Cuál fue mi sorpresa? Al ver esa pequeña cabecita girarse hacia el cielo como pidiendo clemencia, vi una mirada que me dejó embobado.



Malú, esa cantante que pasaba con su gira "Gracias 2008" por Santander, acababa de tener un choque conmigo. Lejos de estar enfadada, aquella muchacha con mirada penetrante y dos trenzas muy sensuales parecía estar pidiéndome perdón.



-Lo siento, ¿estás bien? -alcancé a decir.



-Sí, sí, no te preocupes, hoy ando de un patoso… -me contestó ella.



-"Sí, sí" fue una antigua emperatriz -respondí yo en tono sarcástico-, hay que mirar por donde se camina. Encima de todos los follones que llevo hoy, como para que encima lesione a la artista principal.



-La verdad es que yo estaba más preocupado por cómo estaba Malú que por mí mismo. De hecho, ni siquiera había reparado en que tenía toda mi ropa empapada de café. Bien se veía que ella llevaba una taza de café en la mano cuando nos chocamos y este se proyectó en mi ropa de trabajo. Fue entonces cuando caí en la cuenta de que esa belleza que tenía ante mí también estaba toda pringada de ese líquido color oscuro.



-No te preocupes, no puedo dejarte así -me dijo en tono apresurado-. Deja que te ofrezca al menos un café y una camiseta para que te cambies.



-Lo que necesito para continuar con mi trabajo de manera satisfactoria no me lo puedes dar tú -le contesté.



-No me lo creo, en mi camerino hay de todo.



-Mira, señorita, si nos vamos a tu set, mi frustración irá en aumento, porque tú no podrás satisfacer mis necesidades y me tendré que ir peor de lo que entré.



Después de haberle manchado de café, no puedo más que ofrecerme a compensarte de la manera que sea.



Estas palabras se grabaron en mi cabeza. Llegaba el momento de intentar aprovechar aquella oportunidad para sacar algún beneficio propio. Así que sin más, puse rumbo al camerino principal acompañado de Malú.



Al entrar y cerrar la puerta, sin más decidí hablarle claro a la señorita. Siempre en mi vida había sido directo en las relaciones, más de una vez me habían dado calabazas o incluso me habían llamado degenerado. Pero a estas alturas de la vida no iba a cambiar.



-Mira, niña, si me has traído aquí para que me tome un café contigo, estás equivocada. Para eso me voy con mis compañeros al chino de la esquina. He venido contigo porque tú te has ofrecido a compensarme por el estropicio este. Si quieres compensarme, ya te estás poniendo de rodillas y abriéndome la bragueta.



Los ojos con los que me miró nunca los olvidaré, una mezcla entre excitación y odio. Parecía como si nunca nadie le hubiese hablado así de claro. Se dio la vuelta y continuó preparando el café. Luego empezó a buscar entre su ropa como si no hubiese oído mis palabras. Así que, visto que allí no tenía nada más que hacer, pues ella no había reaccionado de ninguna manera a mis palabras, me di la vuelta dispuesto a marcharme.



Cuando estaba agarrando el pomo de la puerta para proceder a abrirla, una mano interrumpió mi movimiento. Me giré y allí estaba ella de nuevo.



-No te vayas, antes de comenzar, tenía que dejar todo listo para la prueba de vestuario -lo que acababa de oír me había dejado descolorado. Y mira que normalmente solía salirme con la mía.



-A mí no me cuentes historias, aquí quien marca los pasos soy yo; tú tienes que satisfacerme a mí, lo demás te debe dar igual -le solté, intentando ver hasta dónde estaba dispuesta a llegar.



A esas alturas, mi polla ya estaba empezando a ponerse en pie de guerra, y más aún cuando esa belleza que tenía ante mí comenzó a arrodillarse delante mía. Una vez estuvo agachada, me miró con mirada temerosa y me dijo:



-Esto no saldrá de aquí, es la primera vez que hago algo parecido.



-Todavía no te has dado cuenta de que si lo vas a hacer es porque te atrae la idea, y si te atrae la idea, estarás en mis manos -le contesté, sabiéndome ganador.



-De acuerdo, mañana estaré a miles de kilómetros de aquí.



-Sí, eso puede ser peor. Hasta entonces, vas a disfrutar como nunca antes lo has hecho. Ahora, déjate de bobadas y haz tu trabajo, que yo haré el mío.



Sin más, se cayó y procedió a sacarme mi polla, que ya hacía rato que estaba dura, de mis pantalones, y, mirándome a los ojos, comenzó a lamerme con la punta de la lengua. Al principio, la dejé hacer, pues quería saber qué tan bien era capaz de hacerlo. Después de un buen rato, decidí que ya era suficiente; le agarré el pelo por esas trenzas tan sexis que tenía y le dije que abriera la boca. Mi polla no era muy grande, 13-14 cm, pero sí era ancha. Ella abrió la boca entendiendo lo que quería.



Mi polla entraba y salía de su boca a un ritmo frenético, y sabía que si seguía a ese ritmo, acabaría enseguida, y yo quería jugar un poco más. En seco, la paré, e incluso ella pareció enfadarse por ello. La levanté por los hombros y la invité a desnudarse para mí. Llevaba una camisa suelta de esas que usan mucho las mujeres para hacer gimnasia y baile, transparentando un sujetador negro que dejaba muy poco a la imaginación. La dejé hacer, y ante mí aparecieron unos pechos bonitos, algo pequeños, pero muy bonitos y con falta de una buena ración de sol. Poco a poco, se fue despojando de sus vaqueros y de su manga negro. Ante mí apareció su sexo, con poco pelo y bien arreglado. Se tumbó en el sofá como esperando que yo le devolviera el favor, pero no se lo había ganado aún.



La agarré y le di la vuelta, dejándola a cuatro patas encima del sofá. Me escupí en los dedos y me dispuse a penetrarla suavemente con los dedos. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que estaba empapadísima. Sin más, apunté con mi falo a su entrada y comencé a bombear, despacio al principio y rápido después, controlando en todo momento la situación.



En un momento dado, su respiración comenzó a agitarse; sabía lo que venía después, pero no quería que llegara su momento aún. Paré y decidí que era el momento de que me cabalgara ella a mí.



-Eres un cabrón -me dijo, aunque sin apenas convicción.



-Y tú te estás dejando que te folle el que monta el escenario -respondí.



Comenzó a subir y a bajar en un ritmo cada vez más frenético; estaba claro que le estaba gustando y que esa sensación de sentirse dominada la ponía muy cachonda.



Los espasmos y jadeos dejaron bien claro que su momento había llegado; la dejé disfrutar de ello y, cuando me faltaba poco a mí, la quité de encima. Quería que mi corrida fuera de esas que recordara toda la vida. Me levanté y le dije que me la chupara de nuevo.



-córrete en mis tetas, pero no en mi cara, por favor. Tengo la prueba de vestuario en breve y no tengo tiempo de volver a maquillarme -me rogó.



-Prefiero en tu boca. Si no quieres que deje todo esto perdido -le dije.



-No me gusta que lo hagan en mi boca -respondió.



-Me da igual lo que te guste, yo lo quiero.



Continuó chupándomela y, cuando se dio cuenta de que me iba a correr, sacó mi miembro de su boca y comenzó a apuntar a sus pechos. Ese gesto me enfadó mucho, así que la agarré de nuevo por una de las trenzas y, con la otra mano, apunté mi polla hacia su cara. En pocos segundos, comencé a derramar chorros de semen por su cara y su pelo, aunque ella intentaba evitarlo. Cuando quedé satisfecho por completo, busqué mi móvil en el pantalón y le dije que se quedara quieta. Ella intentaba levantarse para mirarse en el espejo el estropicio que tenía en la cara. A mí aquello me parecía súper bello, así que procedí a sacarle una foto para el recuerdo.



-No me saques fotos, cabrón. Ahora no llegaré a tiempo a la prueba de vestuario y tendrán que maquillarme de nuevo.



-Esta foto es para que recuerdes que esta noche, cuando termine el concierto, me buscarás para ir al hotel contigo. Porque sabes que estás en mis manos y te gusta.



-Eres un cabrón…



Sin más, me comencé a vestir y me fui. Ya eran más de las 16:00, y mis compañeros se estarían preguntando dónde estaba su amigo Magic.
 
Capítulo 1: María es una mujer.

La pequeña sala se iluminó y retumbaron los aplausos. Apenas unas decenas de personas habían valido para llenar el acogedor local. María se levantó del piano y recogió en pie la ovación. Había estado pletórica. Tras aquello disfrutó del calor de los fans, que no dudaban en pedirle fotos, autógrafos o dedicarle unas palabras. Era la parte bonita de aquellos conciertos tan en petit comité. Tras casi una hora de recargar emociones se despidió de los pocos que quedaban y se metió en el camerino a recoger sus cosas. Allí, en soledad, volvió a mirar el móvil. En la pantalla la última conversación con su ya ex pareja. El texto, para nada escueto, daba por finalizada la relación, con unos motivos que a María le sonaron a excusas. Estuvo a punto de soltar una lágrima. La coraza que había diseñado antes de subirse al escenario amenazaba con romperse. Un par de golpes sonaron en la puerta. Sin esperar contestación, el pomo giró y apareció la cara de su manager. No eran pocas las veces que lo hacía, a pesar de las broncas que había recibido de la artista, a quien no le gustaba la actitud de quien dirigía su carrera. En más de una ocasión la había pillado cambiándose de ropa, lo que le hacía sospechar que aquellas interrupciones eran bastante adrede.

-German, ¿Que te he dicho de entrar sin llamar?- María se giró hacia la puerta y vio la sonrisa malvada de él.
-Perdon, siempre se me olvida. Te quería comentar que yo me voy a marchar ya, por si quieres que te acerque al hotel...
-No, no hace falta. Tengo una amiga que vive aquí y a la que hace mucho que no veo. No ha podido venir al concierto pero íbamos a tomar algo juntas ahora.
-Que no se te haga muy tarde, mañana tenemos el AVE temprano.
-No te preocupes.- y se giró otra vez hacia el tocador.
Germán, y sus ganas de acompañar a María a la habitación, se marcharon, cerrando tras de si la puerta.
Se miró al espejo y, esta vez sí, dejó escapar algunas lágrimas. Las estaba conteniendo desde hacía bastante. Se dejó ir. Pensó en todos los momentos vividos junto a su pareja. En la distancia, que hacia que la relación se enfriase, y que acabó por distanciarlos. Lloró todo cuanto pudo, intentando sacar de dentro todo lo que la había estado doliendo, hasta que el grifo se cortó. Se miró al espejo. Tenía todo el maquillaje corrido por la cara. Cogió aire y trató de serenarse. "Así no te puedes ir al hotel" pensó para si misma. La historieta de la amiga era solo una mentira para tratar de escabullirse de Germán. Le daba cierto reparo quedarse con él a solas tras los conciertos. Sabía que ya le quedaba poco junto a él. En unos meses, su contrato de representación finalizaría y ella podría firmar con otro agente con el que llevaba tiempo hablando y al que se veía más serio. Cogio una toalla desmaquillante y arreglo el estropicio que tenía en la cara. Tardó un rato en volver a estar radiante. Miró la pequeña bolsa con ropa que tenía en el camerino. Para cada actuación llevaba un par de modelitos de cambio. En algunos bolos usaba todos y en otros apenas se cambiaba. Escogió un pantalón de cuero oscuro y una camiseta de tirantes ceñida y con algo de escote que ponía en el centro del foco sus dos prominentes pechos. Se miró en el espejo y rotó la cintura un par de veces sin despegar los pies del suelo para verse desde distintos ángulos. Puso mala cara, no le terminaba de quedar bien. Se quitó la camiseta y la apoyó sobre el pequeño tocador. Acto seguido llevo ambas manos a la espalda y desabrocho el sujetador negro que llevaba, lanzándolo contra la pequeña maleta. Volvió a colocarse la camiseta y a ajustarse ambos pechos con las manos para evitar marcar en exceso la zona del pezón. Se miró al espejo y respiro hondo. Ahora sí, ahora estaba radiante.
Recogió un poco toda la estancia y salió del camerino. El propietario de la sala aguardaba fuera, junto a una mujer que parecía dedicarse a la limpieza del local. La gaditana sonrió y le entregó las llaves del camerino.
-Has estado muy bien, chica. Espero que te vaya todo fenomenal en tu carrera.
Ella siguio sonriendo y le dio las gracias. Se fijó en que aquel tipo lanzaba constantes miradas a su escote. No se molestó. Es más, esos gestos no solían molestarla. Al revés, los prefería. Prefería eso a seguir siendo "la niña de la voz." Quería dejar claro que ya no era una cría, sino una mujer. Una mujer que ya había lidiado con la dureza de la vida y que aborrecía las miradas condescendientes. Caminó por el largo pasillo que daba a la salida trasera de la sala. Le daba vueltas a la mirada del dueño, sonriendo por ver que en todo el día había hecho mención al concurso que la catapultó a la fama. Recordó una anécdota de un par de años atrás en otra ciudad en la que actuó gracias a una gira de cierta emisora de radio. El bolo se celebró en un teatro en el que varios artistas cantaron un par de canciones. Varios de ellos habían acabado ya su actuación y compartían unas cervezas en el backstage. Uno de los encargados de luces se acercó al ver a María con un tercio de cerveza en la mano.
-¿Tu no eres muy joven para beber?
María le miró con cara seria y dispuesta a que fuese él quien pagase los platos que otros fueron rompiendo antes.
-Tengo 19 años, cariño. Bebo y follo cuando quiero.
Las caras de todos fueron un poema. Sobre todo la de aquel técnico que no volvió a acercarse a ningún artista en el resto de la noche.
María se acercaba sonriendo a la puerta de salida y el frío se empezaba a hacer notar. Paró un momento para colocarse una chaqueta de cuero antes de lanzarse a las calles de Bilbao. No tenía plan, no sabía dónde iba a acabar, lo que tenía claro es que la noche no era para quedarse en el hotel.

(Continuará)
 
Capítulo 1: María es una mujer.

La pequeña sala se iluminó y retumbaron los aplausos. Apenas unas decenas de personas habían valido para llenar el acogedor local. María se levantó del piano y recogió en pie la ovación. Había estado pletórica. Tras aquello disfrutó del calor de los fans, que no dudaban en pedirle fotos, autógrafos o dedicarle unas palabras. Era la parte bonita de aquellos conciertos tan en petit comité. Tras casi una hora de recargar emociones se despidió de los pocos que quedaban y se metió en el camerino a recoger sus cosas. Allí, en soledad, volvió a mirar el móvil. En la pantalla la última conversación con su ya ex pareja. El texto, para nada escueto, daba por finalizada la relación, con unos motivos que a María le sonaron a excusas. Estuvo a punto de soltar una lágrima. La coraza que había diseñado antes de subirse al escenario amenazaba con romperse. Un par de golpes sonaron en la puerta. Sin esperar contestación, el pomo giró y apareció la cara de su manager. No eran pocas las veces que lo hacía, a pesar de las broncas que había recibido de la artista, a quien no le gustaba la actitud de quien dirigía su carrera. En más de una ocasión la había pillado cambiándose de ropa, lo que le hacía sospechar que aquellas interrupciones eran bastante adrede.

-German, ¿Que te he dicho de entrar sin llamar?- María se giró hacia la puerta y vio la sonrisa malvada de él.
-Perdon, siempre se me olvida. Te quería comentar que yo me voy a marchar ya, por si quieres que te acerque al hotel...
-No, no hace falta. Tengo una amiga que vive aquí y a la que hace mucho que no veo. No ha podido venir al concierto pero íbamos a tomar algo juntas ahora.
-Que no se te haga muy tarde, mañana tenemos el AVE temprano.
-No te preocupes.- y se giró otra vez hacia el tocador.
Germán, y sus ganas de acompañar a María a la habitación, se marcharon, cerrando tras de si la puerta.
Se miró al espejo y, esta vez sí, dejó escapar algunas lágrimas. Las estaba conteniendo desde hacía bastante. Se dejó ir. Pensó en todos los momentos vividos junto a su pareja. En la distancia, que hacia que la relación se enfriase, y que acabó por distanciarlos. Lloró todo cuanto pudo, intentando sacar de dentro todo lo que la había estado doliendo, hasta que el grifo se cortó. Se miró al espejo. Tenía todo el maquillaje corrido por la cara. Cogió aire y trató de serenarse. "Así no te puedes ir al hotel" pensó para si misma. La historieta de la amiga era solo una mentira para tratar de escabullirse de Germán. Le daba cierto reparo quedarse con él a solas tras los conciertos. Sabía que ya le quedaba poco junto a él. En unos meses, su contrato de representación finalizaría y ella podría firmar con otro agente con el que llevaba tiempo hablando y al que se veía más serio. Cogio una toalla desmaquillante y arreglo el estropicio que tenía en la cara. Tardó un rato en volver a estar radiante. Miró la pequeña bolsa con ropa que tenía en el camerino. Para cada actuación llevaba un par de modelitos de cambio. En algunos bolos usaba todos y en otros apenas se cambiaba. Escogió un pantalón de cuero oscuro y una camiseta de tirantes ceñida y con algo de escote que ponía en el centro del foco sus dos prominentes pechos. Se miró en el espejo y rotó la cintura un par de veces sin despegar los pies del suelo para verse desde distintos ángulos. Puso mala cara, no le terminaba de quedar bien. Se quitó la camiseta y la apoyó sobre el pequeño tocador. Acto seguido llevo ambas manos a la espalda y desabrocho el sujetador negro que llevaba, lanzándolo contra la pequeña maleta. Volvió a colocarse la camiseta y a ajustarse ambos pechos con las manos para evitar marcar en exceso la zona del pezón. Se miró al espejo y respiro hondo. Ahora sí, ahora estaba radiante.
Recogió un poco toda la estancia y salió del camerino. El propietario de la sala aguardaba fuera, junto a una mujer que parecía dedicarse a la limpieza del local. La gaditana sonrió y le entregó las llaves del camerino.
-Has estado muy bien, chica. Espero que te vaya todo fenomenal en tu carrera.
Ella siguio sonriendo y le dio las gracias. Se fijó en que aquel tipo lanzaba constantes miradas a su escote. No se molestó. Es más, esos gestos no solían molestarla. Al revés, los prefería. Prefería eso a seguir siendo "la niña de la voz." Quería dejar claro que ya no era una cría, sino una mujer. Una mujer que ya había lidiado con la dureza de la vida y que aborrecía las miradas condescendientes. Caminó por el largo pasillo que daba a la salida trasera de la sala. Le daba vueltas a la mirada del dueño, sonriendo por ver que en todo el día había hecho mención al concurso que la catapultó a la fama. Recordó una anécdota de un par de años atrás en otra ciudad en la que actuó gracias a una gira de cierta emisora de radio. El bolo se celebró en un teatro en el que varios artistas cantaron un par de canciones. Varios de ellos habían acabado ya su actuación y compartían unas cervezas en el backstage. Uno de los encargados de luces se acercó al ver a María con un tercio de cerveza en la mano.
-¿Tu no eres muy joven para beber?
María le miró con cara seria y dispuesta a que fuese él quien pagase los platos que otros fueron rompiendo antes.
-Tengo 19 años, cariño. Bebo y follo cuando quiero.
Las caras de todos fueron un poema. Sobre todo la de aquel técnico que no volvió a acercarse a ningún artista en el resto de la noche.
María se acercaba sonriendo a la puerta de salida y el frío se empezaba a hacer notar. Paró un momento para colocarse una chaqueta de cuero antes de lanzarse a las calles de Bilbao. No tenía plan, no sabía dónde iba a acabar, lo que tenía claro es que la noche no era para quedarse en el hotel.

(Continuará)
Buen relato la verdad. Pero de qué famosas se trata? No la consigo pillar
 
Alguien tiene más relatos? En el foro anterior había muchísimos bastante buenos
 
Había un relato de Ivonne Armant en el foro anterior. Si alguien lo tiene...
 

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Estaba mirando por la ventana de mi habitación, a última hora de la tarde ... haciendo un poco de turismo con mis binoculares ... por el vecindario para algo de acción. No pasó mucho tiempo, ya que me di cuenta de que mi nueva vecina de al lado era Eva Isanta.



La morbosa milf actriz de la que avecina acababa de tomar una ducha y accidentalmente ... oa propósito ... había dejado las cortinas abiertas en su dormitorio de arriba.



Sonreí felizmente. He tenido algo por la diosa madura del sexo por un tiempo .... Ella es una fantasía de follar esperando ser soñada ... y correrse por todas partes.



Observé de cerca cómo mi vecina milf caliente cepillaba lentamente su pelo ... sonriendo mientras lo hacía. Solo llevaba una toalla blanca ... y esa sonrisa sexy. Empecé a frotar mi polla a través de mis pantalones de chándal .



Es casi como si Eva supiera que la estaba mirando. Ella mantuvo lentamente el brillo de su cabello. Lo sostuvo en su mano izquierda y lo cepilló ... hacia abajo y hacia afuera ... con la derecha. Su gran cepillo negro pasó suavemente por ese cabello. Era como si me estuviera dando instrucciones para masturbarme con sus hermosos movimientos..



Lentamente hacia arriba y hacia abajo ... hacia adelante y hacia atrás ... movimientos lentos y constantes con ese gran cepillo ... su pequeña mano agarrándolo con fuerza mientras cepilla ese cabell que fluye ... una suave sonrisa en sus labios. Suavemente se lamió los labios carnosos ... mordiendo seductoramente el inferior. Eva siguió sonriendo ... y saqué mi polla. Lo dejé colgar allí mientras me enfocaba claramente en la exhibición de burlas del cabello de Eva. Quería a esta perra ... y sabía que la iba a tener.



Se cepilló todo el cabello ... arqueando la espalda ... inclinándose ligeramente hacia atrás ... mientras se cepillaba la espalda con los mismos movimientos lentos y provocadores que usaba en el resto de su cabello. Eva siguió sonriendo ... lamiendo lentamente sus deliciosos labios desnudos.



Eva dejó su cepillo y fue al evento principal. Miré ansiosamente a través de mis binoculares mientras Eva agarraba su toalla ... luego la abría ... sonriendo con confianza mientras desnudaba ese hermoso cuerpo. Mi gran

polla saltó con lujurioso entusiasmo ... ahora completamente erecto desde la exhibición de cepillado de cabello de Eva.



Mi gran polla seguía saltando, viendo a Eva acariciar suavemente su cuerpo suave y flexible ... su piel blanca brillando con gotas de agua adheridas a sus pechos alegres y perfectamente formados.



Eva amasó sus tetas ... secándolas ... ahuecándolas ... frotando suavemente sus pezones duros y rosados para secarlos. Observé de cerca ... todavía sin tocarme. Dejé que mi gran polla saltara y rebotara ... dura como el acero mirando a la madura al rojo vivo secándose al lado.



Eva se pasó las manos por su cuerpo maduro. Se secó ... asegurándose de secar cada pulgada blanca y suave. Frunció sus labios carnosos ... mordiéndolos seductoramente ... mientras sus manos bajaban lentamente por su barriga ... más allá de su cabello ... hasta su vagina pulsante.



Me acerqué y finalmente agarré mi polla. Lo acaricié mientras veía a mi vecina milf caliente frotar su clítoris. Cerró los ojos y gimió mientras "secaba" su clítoris. Ella lo frotó en círculos ... luego lo movió hacia arriba desde el fondo ... moviendo su cuerpo al ritmo de su clítoris jugueteando.



Ella se movió a sus labios hinchados ... frotando esos labios carnosos. Su dedo índice derecho se deslizó entre sus labios ... frotando lentamente hacia arriba y hacia abajo una y otra vez. Eva se lamió los labios, sonriendo tan grande. Se frotó los labios cada vez más rápido ... su cuerpo temblaba. Eva palmeó constantemente su alegre clítoris rosa. Se mordió el labio inferior y se frotó su hermoso coño tan asombrosamente rápido. Tiré más rápido.



Eva hizo su cara de orgasmo ... frotando su jugoso coño rosado cada vez más rápido. Ella se corrió por todos sus dedos ... gimiendo en éxtasis orgásmica. Sonreí. Me iba a gustar tener a Eva como vecina.



Al día siguiente, Eva estaba sola en casa. Decidí tener mi cámara lista ... en caso de que hiciera otro show. Tuve el presentimiento de que ella iba a volver... y tenía razón.



Supongo que Eva pidió una pizza porque un joven ... probablemente 18 o 19 ... el repartidor de pizzas tocó el timbre ... pizza en la mano.



Eva abrió la puerta con solo una bata blanca de algodón. El joven repartidor se sorprendió gratamente. Decidí sacar la cámara y filmar una posible pornografía casera.



Eva consiguió que el joven entrara mientras ella conseguía el dinero para pagarle. Esto iba en una buena dirección. Pagó al repartidor y tomó la pizza ... sentándola en el sofá.



Eva se acercó al repartidor y le dedicó una sonrisa muy sexy ... pasando lentamente su dedo por su pecho. Abrió su bata ... mostrándonos a él ... ya mí ... sus hermosas y alegres teta.



El repartidor lo miró con asombro. Eva le agarró las manos y se las puso sobre los senos. Se quedó allí mirando. Eva se rió ... luego apretó sus pechos con sus manos ... las de ella sobre las de él.



Se mordió el labio inferior de una manera tan sexy. Eva estaba en celo y yo estaba duro como una roca mirándola.



Eva movió su mano derecha hacia su entrepierna y la apretó a través de sus vaqueros. Ella sonrió, le gustó su tamaño. Ella se arrodilló y le desabrochó los vaqueros. Eva sacó su polla ... mirándola ... lamiendo la cabeza. Ella plantó besos ... dejando huellas de labios rojos ... en todo su eje y corona regordeta.



Eva chupó la dura polla del repartidor en su boca ... moviendo la cabeza rápidamente sobre ella. Su largo y ondulado cabello voló salvajemente mientras su cabeza se balanceaba sobre esa joven y dura polla.



Las mejillas de Eva estaban ahuecadas, subastando con fuerza el largo pero delgado eje. Ella le hizo cosquillas en las bolas con uñas rojas. El joven repartidor agarró el cabello de Eva y agachó su boca. Eva felizmente lo dejó hacerse cargo. Golpeó su carne joven en la garganta del bombón de la que se avecina. Eva se atragantó un poco ... su saliva rezumaba por las comisuras de su boca.



El repartidor no duró mucho. Estaba demasiado emocionado de poder enfrentarse a la hermosa Eva Isanta. Él gimió y empujó su polla hasta el fondo de la garganta de Eva. Su cuerpo tembló cuando su polla bombeó su esperma directamente al estómago de Eva. Salió alrededor de cuatro ráfagas de esperma antes de que su polla se deslizara fuera de la dulce boca chupadora de Eva. Ella le sonrió y besó la cabeza de su polla ... lamiendo su raja de orina para sacarle cada gota de crema joven.



Eva se levantó ... se lamió los labios para limpiarlos ... y sonrió al joven repartidor. Rápidamente guardó su polla y cerró la cremallera. Recibió una propina increíble. Él le devolvió la sonrisa a la milf cachonda y se fue.



Filmé todo y decidí usarlo para conseguir qué ... y a quién ... quería.



Al día siguiente, noté que Eva estaba otra vez, sola en casa. Agarré la cinta y me dirigí a la puerta de al lado ... para presentarme formalmente a mi vecina milf y cachonda. Toqué el timbre. Eva respondió ... vestida con mucho escote, marcando coño y tanta ... y tacones rojos. A ella le gusta estar cómoda en casa ... como yo.



"Hola Eva ... soy tu vecino Juan".



"Oh ... hola. Es un placer conocerte finalmente, Juan. Me preguntaba cuándo vendrías y te presentarías . Por favor, pasa".



Entré. Es una hermosa casa. Es un vecindario exclusivo, así que sabía que era una hermosa casa de todos modos. Nos sentamos en el sofá de Eva ... Busqué restos de pizza de la noche anterior. No había ninguno ... pero sonreí de todos modos ... sabiendo lo que Eva hizo con el joven repartidor.



Hablamos unos pocos ... y bebimos un poco de vino blanco. Eva se sentó a mi izquierda ... rebotando su pierna ... besando su copa de vino mientras sorbía el vino. Eva era una seductora ... y supe cómo manejarla.



Empecé a pasar mi mano por su pierna. Ella no me detuvo, así que seguí adelante. Eva me miró, su copa de vino presionada suavemente contra sus deliciosos labios. "Sabes ... te vi mamar al repartidor, así que quiero follarte ". Lo puse sobre la mesa. También desabroché el cinturón de su bata ... y lo abrí. Esas hermosas tetas milf inmediatamente me llamaron la atención. Empecé a tantearlos.



"Oh ... me alegro de que lo hicieras. Al igual que me alegro de que me hayas visto después de mi ducha."



Ella sabía que estaba mirando. Lo sabía. Realmente me gusta esta mujer.



"Entonces ..." Saqué mi polla y dejé que se lo comiera con los ojos. "¿Consigo lo que quiero?" Me acerco y pongo mi mano sobre su hermosa cabeza y la animo a chupar mi polla.



"Bueno ... supongo que me tienes sobre un sable, por así decirlo. Sin embargo, nunca he sido proxeneta. Sin embargo, la idea me excita. No dejes que mi marido se entere. Es un mojigato. .. y Soy una puta ". Eva pateó sus labios carnosos y húmedos, mientras dejaba su copa de vino y se inclinaba ... lamiendo mi raja ... mirándome con una enorme sonrisa en su rostro sexy.



"Tú y yo vamos a tener una hermosa relación perra. Ahora chúpame la polla". Empujé su cabeza hacia abajo sobre mi gran y gruesa polla. Eva obedeció alegremente.



Eva me chupo la polla durante media hora. Tragarme lentamente ... luego acelerar su paso. Ella tomó mi base gruesa mientras tomaba cada centímetro de la cabeza de mi polla palpitante. Ella lo masticó perfectamente ... lamiendo lentamente la parte inferior sensible ... sonriéndome, mientras yo gemía feliz por la increíble sensación.



Rachel asintió rápidamente con la cabeza sobre mi polla excitada ... su cabello largo, ondulado y rojo caía salvajemente. Agarré su hermoso cabello y lo envolví alrededor de mi mano. Me follé su boca de cachonda ... conduciendo hacia esa hermosa boca y garganta de succión, profundamente.



Eva gimió feliz ... su saliva rezumaba por todo mi eje y mis bolas. Eva lo lamió, ahuecando y apretando suavemente mis bolas grandes. Lancé mi carga cremosa en su boca ... luego empujé profundamente por su garganta y terminé allí. Eva chupó hasta la última gota, lamiendo y chupando.



"Delicioso, papi. Me encantará ser tu puta. Soy una puta tan cachonda".



Solo sonreí ... sabiendo lo divertido que me iba a divertir con esta perra cachonda. Chupé sus tetas. Exprimiéndolos ... chupándolos con avidez. Mastiqué sus pezones gruesos. Eva tiene pezones perfectos.



Me comí su coño, cuidadosamente recortado. Tiré de ese alegre y rosado clítoris, tan lejos como pude y dejé que retrocediera. "¡Yessssssssss!" A Eva le encantó. Lo hice una y otra vez. Toqué su apretado y suave botín mientras sacaba su jugoso y rosado coño. Rodé mi lengua como loca, dentro de ese dulce coño. Eva jugó con mi cabello castaño, mientras yo reventaba y lamía mi lengua en esos pliegues rosados. Froté su clítoris duro tan malditamente rápido. Eva se vino en mi boca tres veces. Me tragué la nuez de su sabroso coño y la lamí hasta dejarla limpia.



Eva monta mi gran polla, golpeando tan fuerte en mi regazo. Le di una bofetada y apreté sus hermosas tetas .... Le sonreí y ella me devolvió la sonrisa ... una sonrisa tan cachonda.



Golpeé el coño a Eva al estilo perrito ... golpeando ese coño húmedo y apretado como solo yo puedo. La perforé como una puta. Eva estaba inclinada sobre su sofá. Su marido llamó y seguí follándola mientras ella hablaba con él. "Sí querida ... ¡¡OH DIOS MÍO !! ... no, estoy bien ... estoy haciendo ejercicio. Se siente tan malditamente bien. ¡¡YESSSSSSSSSSS !!" Sonreí y le di una palmada en su dulce y bien tonificado trasero. "¡¡YESSSSSS !! ... lo siento ... es un entrenamiento intenso". Eva me miró y sonrió ... me guiñó un ojo y me lanzó un gran beso.



Golpeé su culo apretado. Ella dijo que no había hecho anal en un tiempo. Me estiré y revisé ese culo apretado tan jodidamente bueno. Me echó a chorros cinco veces y me encantó cada maldito segundo. Eva gritó de pura felicidad orgásmica y sexualmente poderosa. Perforé ese culo apretado una y otra y otra vez ... tirando de su hermoso cabello ... golpeando ese hermoso, tan perfectamente redondeado botín más y más fuerte. "YESSSSSSSSSSS ... ¡¡PERFORA MI CULO PAPIIIIIIIIIIII !!" Eva estaba jodidamente cachonda.



Golpeé ese trasero durante dos horas ... sin parar. Ella chorreó tantas malditas veces que perdí la cuenta. Su corrida estaba por todas partes. Podías olerlo y yo sonreí como loco. Me encantan las zorras calientes ... y realmente me encantaba esta.



Finalmente me corrí con su hermoso rostro. Eva estaba de rodillas y cubrí esa hermosa cara de milf con semen. Ella solo sonrió y tomó la masiva corrida facial. Cuando terminé, me chupó profundamente ... chupando cada jodida gota de esperma en mí. Comencé a besar su garganta. Eva se asustó. La miré para ver qué iba a hacer. Ella me hizo feliz cuando me tragó la polla profundamente y tomó mi orina caliente hasta su garganta. Sonreí y me enojé.



Dejé escapar un gran chorro de orina y Eva lo manejó perfectamente ... bebiéndolo todo. Me retiré y oriné en su cara cubierta de semen y sus tetas chorreando leche. "¡SÍHHHHHHHHHHHH ... MMMMMMMMMMMMM! ¡ME ENCANTA PAPI!" Eva es una puta tan sexy.



Eva me chupó hasta dejarme seco ... sonriéndome con esa dulce, hermosa ... y cachonda ... sonrisa en mí todo el tiempo. "Vas a ser un buena puta Eva ... y un buen juguete para follar para mí." Le di una bofetada en la cara y le escupí. Eva sonrió tan feliz y gimió su aprobación. Lamió mi saliva y besó cada centímetro de mi polla y mis bolas. Luego se limpió la cara con las manos y lamió cada jodida gota de semen y orina. Ella jugó con el semen, sacándolo de sus labios y succionándolo. Maldita sea ... me encanta esta mujer madura.



Fin


Si alguien quiere que le escriba un relato solo hago intercambio de relatos, es decir, me dices de qué quieres el relato y yo lo hago, a cambio tú haces un relato para mí sobre lo que yo quiera, sin límites
 
¡Vamos, David! ¡Ve a divertirte! "



Las palabras resonaron lo suficientemente fuerte como para ser escuchadas por David Muñoz, a pesar de la música fuerte que los rodeaba. Su mujer, Cristina Pedroche, lo miró con una mirada suplicante en su rostro, tratando de que se levantara de su silla y entrara a la pista de baile.



Estaban filmando el último de un programa sobre cocina que presentaban juntos para Antena tres; con el suficiente tiempo libre en sus manos, habían decidido tomarse un descanso del trabajo y salir con algunos de los chicos del equipo. Ya sabes, relájate un poco y diviértete antes de volver a la acción.



Aunque 'volver a la acción' no eran palabras que a David Muñoz le gustaría escuchar, y mucho menos usar, por el momento ...



"Lo siento, Cris, pero realmente no estoy de humor para esto. Ve a divertirte solo, no te preocupes por mí."



La morena de pelo largo parecía casi indignada por esto, negándose a retroceder. "En serio, David. ¡Han pasado meses desde que te quitaron esa estrella michellin! ¡Hombre, diviértete!" Cris lo agarró del brazo, tratando de levantarlo.



No se movió. "Vas a hacer una escena". Dijo, riendo un poco.



"¿Y qué? No es como si nadie más supiera quiénes somos”



"No puedo creer que esté escuchando esto". David se rió. La cara de Cris sonriente, pero algo seria, solo lo hace más divertida. "En serio, Cris. Simplemente no estoy de humor en este momento."



"Entonces súbete ahora mismo. Vinimos aquí para divertirnos, y lo tendrás incluso si tengo que forzarte". Cris dijo, adoptando un tono 'amenazante'.



Todavía le costó un poco convencerla, pero finalmente logró que él fuera a la pista de baile con ella. Una vez allí, Cris tuvo mucha más influencia con la que trabajar y tratar de hacer que se relajara.



Durante la siguiente hora más o menos, los dos bailaron juntos en la pista, David finalmente se metió en ello cuando su esposa hizo que se relajara y se soltara. Los dos llamaron mucho la atención, aunque nadie pareció reconocerlos realmente; se estaban divirtiendo el uno con el otro, una alegría amistosa que podría malinterpretarse como burla e intimidad, que combinada con su buena apariencia los hacía destacar.



Después de un tiempo, Cris lo soltó, entonces unas chicas que habían estado comiéndose con los ojos mirando al macho cocinero aprovecharon y ocuparon su lugar a su alrededor; él no se dio cuenta hasta que fue demasiado tarde, y para entonces no pudo hacer mucho más que mirar fijamente a su figura que se alejaba y se reía mientras era casi agredido sexualmente por las chicas.



"Bueno, si echar un polvo con dos veinteañeras universitarias no le hace olvidar que perdió una estrella de su restaurante, no sé qué lo hará". Dijo, Cris todavía riendo un poco.



"Supongo que depende de con quién se acueste". Una de las compañeras de trabajo de Cris fue a la discoteca en secreto para apoyar a su amiga en la realización de su plan de ofrecer a su marido coños más jóvenes ya que parece ser que el suyo no le fue suficiente durante los anteriores meses. La amiga era Lorena Castell y le dijo mientras tomaba una copa en el bar. "El chico se las arregló para permanecer en la misma relación durante varios años, no parece del tipo que simplemente salta a la siguiente chica".



"Pero sigue siendo un hombre; no importa lo dulce que sea, un idiota siempre intentará abrirse camino en un coño". Cris filosofó, su tono práctico hizo que Lorena casi derramara su bebida mientras se reía. "Además, no será tanto él saltando sobre ellas como ellas saltando sobre él. Mira, la chica se está frotando tanto contra él que terminará quemando sus ropas por puro desgaste".



Entonces Cris simplemente se encogió de hombros y dio un sorbo a su bebida. "Voy al baño. Llámame si las cosas van bien".



Lorena sonrió y le guiñó un ojo, riendo. "Hasta luego, buena esposa."



Cristina Pedroche se rió un poco, se abrió paso entre la pequeña multitud y abrió la puerta del baño. Rápidamente entró en uno de los cubículos y se sentó, suspirando mientras se aliviaba la vejiga.



Una vez que terminó y estaba a punto de irse ...



"Hombre, que jodidamente aburrida fiesta."



"¿De qué estás hablando? ¡Acabamos de llegar aquí!"



"Y ya me di cuenta de que había un idiota en la pista de baile llamando la atención de todas las chicas".



Cristina sintió ganas de gritar. Esas eran voces masculinas ... ¡¿Qué diablos estaban haciendo en el baño de chicas ?!



...



Era el baño de chicas, ¿no?



Ahora que lo pensaba, recordaba vagamente haber visto algo parecido a un urinario cuando entró; en su prisa por aliviarse, no le prestó atención ...



"¡Dios mío! ... Bueno, al menos puedo decir que usé el baño de hombres una vez." Pensó, escondiendo el rostro entre las manos y sin saber realmente si avergonzarse o reír.



"¿No dijeron que ese tipo entró con una linda chica morena? ¿Viste con quién estaban hablando fuera...?



"Genial, ahora están hablando de mí ..." dijo Cristina en su mente.



Pensó en la situación. Podía esperar a que se fueran y luego salir; esta era una buena idea, y obviamente la que haría cualquier persona cuerda en su situación. Pero entonces, ninguna persona cuerda estaría en su situación.



Entonces, en lugar de esperar, decidió enfrentarlo. Abra la puerta —con cuidado, no había necesidad de una gran entrada— y salga, ya sea que la vean o no; después de todo, ¿qué es lo peor que podría pasar? A lo sumo, tendría una buena historia que contar si alguna vez dejaba salir esto.



Entonces, abrió la puerta y salió ...



"¡¿Qué diablos ?!"



... justo en frente de uno de los hombres.



Uno de los chicos acababa de terminar de orinar y se dirigía al fregadero cuando Cristina salió, por lo que era imposible que la echara de menos. El otro, que acababa de orinar, casi había saltado uno que vio lo que molestó a su amigo.



"Yo ... creo que estoy en el baño equivocado ..." dijo Cristina, un poco avergonzada para ser inteligente.



El tipo que la atrapó parecía incrédulo. "No acabas de entrar. Estabas en el establo ..."



"Incluso antes de que llegáramos." Agregó el otro chico.



"Uhmm ... En realidad ... no me di cuenta de que estaba en el baño equivocado cuando entré ..." "Bueno, esto se estaba poniendo demasiado incómodo".



Hubo silencio por un momento, Cristina tratando de no mirarlos a los ojos. Sin embargo, cuando sus ojos se posaron en el chico que aún estaba junto al urinario, su estrategia de desviar la vista fracasó.



"Uhmm ... ¿Puedes subirte la cremallera de los pantalones, por favor?"



El chico parpadeó, notando inmediatamente que todavía tenía su pene afuera para que todos lo vieran. Y por el aspecto de las cosas, parecía bastante ... feliz, por decir lo menos.



"Mierda." Dijo, y estaba a punto de cerrar la cremallera antes de detenerse de repente; sus manos cayeron a sus costados, su rostro se volvió hacia Cristina con una sonrisa burlona tirando de sus labios.



"Solo pensé ... No creo que hayas venido aquí por accidente. Y tampoco te estás asustando por esto".



El otro chico pareció entender lo que estaba diciendo, pero Cristina no. Tampoco se dio cuenta de que la situación empezaba a volverse bastante mala para ella y que no era el momento adecuado para hacer bromas.



Sin embargo, siendo Cristina Pedroche, no pudo resistirse a bromear. "¿Por qué debería asustarme? Francamente, no es muy impresionante".



Ambos hombres la miraron en estado de shock, el primero parecía que iba a reír mientras que el que mostraba la polla parecía enojado. Avanzó hacia Cristina.



"¡Está bien, perra sabelotodo!" Dijo, y Cristina enarcó una ceja. "Creo que conozco tu tipo. Tú eras el que bailaba con ese tipo antes, ¿verdad? ¿El que dijeron que se frotaba sobre él?"



De acuerdo, esto también irritó a Cristina. "Si lo soy, ¿qué te importa?"



"Cuando una chica viene al baño de hombres, generalmente es para darle la cabeza a alguien. Y ciertamente eres del tipo que hace eso".



"¿Qué cojones?" Cristina preguntó, indignada. Ella avanzó hacia él, sin rehuir la confrontación. "Mira, idiota sin cabeza, ¿quién diablos te crees que eres? Mejor aún, ¡¿quién diablos crees que soy para llamarme puta ?!"



"No lo sé, y no me importa quién carajos seas, puta".



Cristina no se apartó del insulto y rápidamente le dio una bofetada en la cara. El otro chico, simplemente mirando, parecía estupefacto; el que fue golpeado, sin embargo, no lo tomó muy bien.



Agarró los brazos de Cristina, superando fácilmente a la luchadora presentadora; la atrajo hacia él, sus miradas aburridas en los ojos del otro.



La tensión era palpable en el aire entre los dos ... y solo parecía hacerlo más feliz.



"¿Ya le habías volado a alguien antes de que entramos, puta? ¿Quizás el chico del baile?" Preguntó, su voz enojada y sus ojos nunca dejaron los de ella.



"Vete a la mierda". Ella respondió de la misma manera, sin dejar de mirarlo.



"¿No? Bueno, entonces es una pena, puta; tenemos que corregirlo. Baja ahí." Con sorprendente fuerza empujó a Cristina hacia abajo, haciéndola dar un pequeño grito de sorpresa. Ella terminó de rodillas, su cara al nivel de su pene, ahora completamente rígido. "Haz tu trabajo ahora. Chúpame".



"Oye, no la fuerces." Dijo el otro tipo, junto al fregadero. Simplemente lo estaba viendo todo, con no poco interés.



"No estoy forzando nada, ella quiere esto. ¿No tú, perra?"



Cristina no estaba escuchando en este momento, ya que su mente se quedó en shock cuando su ojos vieron a la barra de carne frente a ella. Tenía un gran tamaño, alrededor de 9 o 10; antes de casarse con David eso no era nada extraño para ella. Ciertamente era muchísimo más grande que el de su marido, la verdad es que ella no se casó con David por su eficiencia en la cama, le quería pero hacía tiempo que no recibía una gran satisfacción por parte de un miembro de gran tamaño, así que instintivamente se lamió los labios.



"¿Ves? ¡Ella casi lo está suplicando!" El tipo liberado de la polla se rió. "Vamos, morena. No te atrevas a morder."



Ella no lo escuchó. Ella ni siquiera notó que sus manos le bajaban los pantalones y la ropa interior, y probablemente no habría notado sus manos agarrando su largo cabello moreno si no hubiera comenzado a jalarla hacia adelante. Cuando recuperó sus sentidos, la cabeza del pene estaba a punto de tocar sus labios ...



"Represa, Cris! ¡Esto es degradante! ¡¡Empújalo, no dejes que este imbécil te moleste así !! "Escuchó brevemente que su mente le gritaba, demasiado tarde para detener el contacto; y cuando sucedió, su cuerpo parecía en llamas, qué irónico. Y ya no podía volver.



La cabeza de la polla empujó contra su cara, el hombre la arrastró brevemente a lo largo de sus labios como un lápiz labial antes de forzar su camino más allá de ellos. Ya sea por su propia voluntad o por puro instinto, la boca de Cristina se aferró inmediatamente a ella, su lengua comenzó a girar alrededor de la cabeza bulbosa. . Sus manos, igualmente, fueron a agarrar el eje, apretándolo y acariciándolo con creciente entusiasmo.



Ella movió sus manos a sus bolas, jugando con ellas mientras apartaba la boca de la cabeza de su polla para en su lugar lamer hacia arriba y hacia abajo; alternaba entre mantener los ojos cerrados, gimiendo suavemente a veces, y mirarlo con ojos sensuales.



"Mierda." Dijo, usando su mano en su cabello para empujar su cara hacia adelante y hacer que ella tomara más de su polla. Con aún más carne dentro de su boca, Cristina comenzó a chuparla con fuerza, su cabeza sacudiéndose eróticamente como una estrella porno profesional, moviendo las manos.





Gimiendo y de vez en cuando balbuceando obscenidades, el hombre de repente la tiró violentamente, metiendo toda su longitud dentro de su cueva y atravesando su garganta. Cristina trató de retroceder, pero él mantuvo el agarre en la parte posterior de su cabeza, sosteniendo su cara contra su vello púbico y prácticamente tratando de asfixiarla con su polla.



Cristina Pedroche, una de las presentadoras más famosas de los últimos años en España, deseada por muchos hombres, e incluso mujeres, de todo España.



Y todas esas personas darían cualquier cosa solo por verla en su situación actual: luchando por respirar, agitando las manos y golpeando débilmente los muslos de un hombre mientras su boca y garganta se llenaban con la polla del mismo hombre.



Su cara se estaba poniendo roja, sus ojos se humedecían, y justo cuando se sentía a punto de desmayarse por la falta de aire sintió que él la soltaba; ella inmediatamente echó la cabeza hacia atrás, alejándola de su polla. La cantidad excesivamente copiosa de saliva que se había acumulado salió babeando, una hebra espesa que mantuvo su boca conectada a la cabeza de su polla; un poco incluso salió volando, consecuencia de su brusca toma de aire.



Se tomó un momento para respirar de nuevo, dejando que la saliva cayera al suelo mientras tosía para recomponerse. Era una suerte que se hubiera maquillado poco o nada esa noche, de lo contrario su rostro estaría hecho un desastre.



"Vamos, morena. Eres lo suficientemente grande como para estar recuperada".



Agarrándola del pelo de nuevo, el hombre tiró de su rostro hacia arriba, dándole una muestra de lo duro que se estaba volviendo su cita. Cristina estaba totalmente de acuerdo con eso, dándole una sonrisa tonta antes de agarrar su herramienta y una vez más regresar al trabajo: lamiendo, chupando, sacudiendo, haciendo garganta profunda.



"¡Eso es, puta! ¡Juega con esas tetas y cómeme la polla!"



A medida que la diversión se volvía cada vez más áspera, Cristina se perdía cada vez más. Muy pronto ella tenía sus manos en su camisa, acariciando sus pechos mientras movía su cabeza agresivamente — probablemente iba a tener un poco de dolor de cuello más tarde — para encontrarse con su pene empujando mientras él golpeaba su cara sin piedad. Finalmente, la obligó a hacer otra garganta profunda, agarrando su rostro con rudeza contra su pelvis.



Excepto que, esta vez, su polla no fue lo único que llenó su garganta.



"¡Toma eso, puta sucia! ¡Bébete todo, no dejes que se te escape ni uno!" Gritó, sin importarle si alguien los escuchó mientras sus ojos se cerraban con fuerza mientras llegaba al orgasmo.



La semilla jugosa y salada se disparó directamente a su esófago, haciéndola sentir un poco de arcadas; el disparo no fue como una manguera, sino más como disparos de escopeta constantes, continuando disparando por un tiempo. Incluso cuando terminó, se las arregló para mantener el agarre por un tiempo, tratando de repetir la casi asfixia erótica de antes y obligándola a tragar todo en lugar de escupir ni siquiera un poco.



"Dios ... Dios mío ... Qué boca ..." dijo el hombre, soltando a Cris y descansando contra una pared mientras se recuperaba.



"Me alegra ser de ayuda..."



... Bueno, fue Cristina Pedroche. Incluso en este estado, de rodillas en el suelo y secándose la boca, podía intentar ser descarada.



"Entonces ... ¿Puedes ayudar aquí también?"



Girándose hacia el fregadero, resistió el impulso de poner los ojos en blanco. El otro, aparentemente más educado, también tenía los pantalones bajados y la polla fuera. Aparentemente, él había estado observando todo este tiempo, y si ella tenía que adivinar, se estaba masturbando.



Aún así, sería bastante grosero dejarlo colgado.



Haciéndole señas para que se acercara, agarró la base de su polla. Era un poco más grande, unos veinticinco centímetros.



Al principio se tomó despacio, sopló un poco en la cabeza y disfrutó de la vista del pre-semen. Después de un par de lamidos, ella comenzó a masturbarlo y se acercó, tomando una de sus bolas en su boca y chupándola.



"¡Oh, mierda!"



Ella lo torturó haciendo que el hombre retroceda y se apoye en el fregadero. En esta posición podía echar un vistazo a la puerta del baño; cómo nadie había entrado tan lejos, no tenía ni puta idea. No es que importara, probablemente terminarían queriendo una parte de ella también, y obteniéndolo.



Hacia tanto tiempo que no se sentía tan morbosa, tan caliente, tan nifomana que no hubiera podido parar aunque hubiera querido.







Después de un tiempo, se aburrió de torturar y decidió salirse con la suya de nuevo.



Manteniendo contacto visual con él, agarró su polla rígida y la apuntó hacia arriba, luego lamió desde la base a una velocidad insoportablemente lenta hasta llegar a la cabeza. Cuando alcanzó la cima, en un solo y rápido movimiento, se echó hacia adelante y lo envolvió, inmediatamente estableciendo un paso violento y rápido.



Gruñó en voz alta, casi un gruñido, y sus manos agarraron con fuerza el fregadero. Cristina una vez más hizo una mamada demasiado vistosa y desordenada, moviendo la cabeza y las manos de una manera tan tentadora que la mayoría de las estrellas porno sentirían envidia. No fue menos placentero, ya que el receptor tenía la cabeza echada hacia atrás de puro placer.



"¡Maldita sea, que boca!" Se las arregló para pensar, sintiendo sus labios suaves y regordetes moviéndose alrededor de su piel sensible, así como la humedad de su lengua y saliva; todo fue abrumador.



Cristina sintió que su garganta se tensó para adaptarse a su tamaño más grande, su saliva excesiva sirvió como un buen lubricante. No era tan contundente como el primero, en verdad, ella era la que lo hacía, pero el tamaño adicional lo compensaba con creces en términos de placer.



"¡Oh Dios!" Ella lo escuchó gemir, sus manos moviéndose a lo largo de su cabello, pero sin agarrarlo, mientras ella continuaba moviendo la cabeza hacia atrás y hacia adelante, tomando toda su longitud en su boca; ella estaba prácticamente golpeando su cara contra su pelvis ahora.



"¡AAARGHH!"



Mientras trataba de sostener su rostro contra su pelvis, Cristina fue repentinamente tirada hacia atrás por un fuerte tirón de su cabello, lo suficiente como para hacerla soltar un grito de dolor. Cuando sus ojos miraron a su atacante, vio que era el primer chico, su rostro con una sonrisa maliciosa.



"No creas que puedes olvidarte de mí todavía, morena."



Cristina le devolvió la sonrisa, manteniendo la mirada fija en él mientras abría la boca con expectación para que él pudiera meter su polla algo flácida en su boca de nuevo, esta vez manteniendo su mano en su cabello y forzando su cabeza hacia adelante y hacia atrás.



"No pensé que me divertiría tanto ...", pensó Cristina mientras él la obligaba bruscamente a inclinar la cabeza hacia un lado, follando el interior de su mejilla. Ella gimió, dejando que la saliva se le cayera de la boca.



"Hhhmmmm ..." Cristina gimió, dejando brevemente que la polla se le cayera de la boca para poder mirar a un lado. El otro chico, tal vez ella debería haber sabido sus nombres, se había arrodillado a su lado y estaba moviendo su mano en su pecho, ahuecando un pecho sobre su camisa. "Ustedes realmente están cachondos ..."



"No todos los días nos encontramos con una puta chupa pollas en el baño de hombres". El chico —no es necesario adivinar cuál— dijo, tirando de su cabello de nuevo. "¡Ahora, vuelve a poner tu boca a trabajar!"



Cuando Cristina fue tratada una vez más con un bocado de polla, sintió que le subían la camisa y que sus tetas envueltas en sujetador rebotaban libres. Eran más que un puñado, un orgullo suyo, y obviamente el 'caballero' los admiraba.



"Hhhhmmm ..." Ella gimió en voz alta, mientras él tocaba y apretaba sus pechos. Al momento siguiente llegó un gemido aún más grande cuando el hombre se inclinó, le quitó el sostén para revelar sus suculentos pechos y lo sujetó con la boca, lamiendo y succionando como lo haría un bebé recién nacido.



"Maldita sea, sus tetas son increíbles ..." Dijo el chico educado lamiendo la areola y alcanzando su otro globo con la mano. Todo el tiempo la chica siguió siendo follada violentamente por su amigo.



"¿Qué tal si las ponemos a prueba también, eh?"



Empujada hacia atrás y cayendo sin ceremonias sobre su espalda, Cristina ni siquiera pudo intentar sentarse antes de que el maldito bastardo le montara la barriga. Terminó de quitarle la camisa, y justo después de eso, los sonidos de rasgado llenaron sus oídos mientras tiraba y rasgaba su sostén antes de tirar los restos al suelo.



"Joder, no estabas bromeando. Mira esas tetas ..."



A decir verdad, a Cristina Pedroche siempre le encantó que sus pechos recibieran esta atención. Eran muy sensibles, ya ella siempre le gustó que un amante les prestara una atención especial, ya fuera amorosamente, besando los montículos, jugando con los pezones, simplemente abrazándolos, o incluso con violencia, apretando, mordiendo, pellizcando. .. La atención era atención, y de cualquier manera era placentera.



¿Adivina de qué manera la manejaron en este momento?



"¡Jaja! ¡No me había divertido tanto desde hace tiempo!" Dijo Cristina.



"Me alegro de que te esté gustando, puta."



Cristina gimió en voz alta mientras sus tetas eran manoseadas y apretadas, el hombre prácticamente yacía sobre ella mientras succionaba y mordía; de vez en cuando les daba fuertes bofetadas, haciéndolas rebotar y Cristina gritaba de dolor y de placer. Estaba realmente fascinado por sus pechos, cómo apenas podía agarrarlos todos con sus manos, y sus puntiagudos y duros pezones que perforaban su palma cada vez que apretaba los montículos.



"¿Tienes alguna experiencia con follar con las tetas?"



"¿Quieres descubrir el buen camino?" Cristina respondió sonriendo.



No necesitaba pensarlo dos veces mientras mantenía sus tetas en su lugar y avanzaba, deslizando su polla entre los montículos gemelos. Comenzó a mover sus caderas hacia adelante y hacia atrás en esa posición, simulando un coño con su perchero; la parte superior de su polla saliendo de la parte superior de sus pechos.



"¡Esas tetas fueron hechas para follar!" Gruñó, pellizcando y torciendo los pezones sin dejar de moverse.



Cristina gritó en una mezcla de dolor y placer por las acciones, mientras dejaba que la parte superior de su cuerpo se usara como una muñeca de sexo real. Mientras se mordía los labios para evitar lo que hubiera sido un grito bastante fuerte, sintió una mano en su barbilla volviendo su rostro hacia un lado; dejando que la guiara, vio al otro chico, su polla aún dura y apuntándola.



Con un entendimiento y un acuerdo silenciosos, se movió para sentarse con la cabeza de ella en su muslo; de esta manera, simplemente tenía que girar la cabeza hacia un lado para dejar que su polla entrara en su boca.



En esta posición, con un hombre sentado boca abajo y follándole el pecho y su cabeza apoyada en la de otro mientras le chupaba la polla, la presentadora pronto se encontró alcanzando su propio punto de ruptura. Mientras ambos hombres empujaban en equipo, logrando un ritmo alucinante, Cristina soltó un gemido sordo y fuerte mientras se corría con fuerza; sus jugos se derramaron en sus bragas, hasta el punto en que estaba segura de que sus pantalones cortos tendrían una mancha húmeda.



Las vibraciones de su gemido, junto con el hecho de que él no se había corrido antes, hicieron que la polla en su boca explotara y, por segunda vez esta noche, Cristina sintió que le disparaban la garganta con semen. Esta vez, sin embargo, lo sacaron antes de que pudiera conseguirlo todo; el hombre, en cambio, terminó su eyaculación en su rostro, disparando cuerdas de su sustancia blanca por todo el rostro de la estrella.



Su rostro probablemente estaba hecho un desastre, empapado con el semen, con manchas particularmente blancas en sus mejillas y barbilla, esta última comenzando a caer a su cuello. Con él terminado, Cristina miró al primer chico; al verla, su rostro ensuciado por el semen ...



Él joroba su pecho con renovado vigor, moviendo su polla más rápido y más fuerte contra sus tetas mientras las abofetea. Después de un rato se levantó rápidamente y empezó a masturbarse mientras miraba su cuerpo medio desnudo y maltratado; en poco tiempo comenzó a correrse por segunda vez, disparando una cantidad menor pero esta vez disparándolo directamente a su pecho desnudo. Mientras lo hacía, Cristina ayudó acariciando sus propios pechos, untando su semen sobre ella.



Una vez que terminaron, Cristina se sentó y revisó su situación. Estaba cansada y desordenada, su cuerpo cubierto de sudor, con algo de semen mezclado tanto en la cara como en el pecho, y su sostén ahora era solo un trapo espinoso en el piso con su camisa al lado. En este momento, toda esta escena era un espectáculo digno de contemplar.



"Afortunadamente nadie entró al baño ..." pensó Cristina.



En ese momento exacto se abrió la puerta del baño, y ella giró la cabeza en esa dirección para ver a un David Muñoz completamente asombrado y conmocionado allí de pie.



"¡¿QUÉ MIERDA ?!"....





Fin.

Si alguien quiere que le escriba un relato solo hago intercambio de relatos, es decir, me dices de qué quieres el relato y yo lo hago, a cambio tú haces un relato para mí sobre lo que yo quiera, sin límites
 
Cuando Aitana Ocoña comenzó a diseñar su nueva gira para apoyar su nuevo álbum, sabía que tenía que pensar en una idea que le garantizara el codiciado premio Artista del Año.



Pero también se le ocurrió una manera de asegurarse de que uno de sus fans masculinos tuviera la experiencia de su vida en un programa.



No era algo que se sintiera cómoda compartiendo con el mundo, pero Aitana sabía cómo entretener, y para ella eso significaba más que solo con sus conciertos.



Así que se le ocurrió la idea de que un afortunado fan suyo se la follara en el escenario antes de su espectáculo como parte de la experiencia "360 completa" que acompañaba a su gira, y aunque le costó algo de esfuerzo conseguir su equipo de gestión para aprobarlo, Aitana simplemente sabía que esta era la pieza que faltaba para elevar su carrera aún más.



Y yo fui el afortunado que ganó el paquete de "experiencia 360 completa" cuando su tour llegó a mi ciudad, y decir que estaba emocionado sería quedarse corto.



Había escuchado a través de la parra que Aitana era una mujer de palabra, ya que chicos habían tomado nombres falsos para comentar con detalles gráficos todas las formas en que la follaron en paradas anteriores de la gira.



Entonces, cuando descubrí que yo era el ganador para mi ciudad, estaba comprensiblemente emocionado y ya había hecho los arreglos necesarios con su equipo de administración al respecto.



La noche del concurso no pudo llegar lo suficientemente rápido para mí, pero finalmente lo hizo y Aitana y su equipo me llevaron adentro y me trataron como a la realeza, y, naturalmente, no podía apartar los ojos de ella, incluso si ella estaba vestida "informal" con su ropa previa al desfile en lugar de los vestidos y la ropa glamorosa que usa en el escenario para sus desfiles.





"Oye semental. ¿Cuál es tu nombre?" Aitana me preguntó una vez que estuvimos solos


fin


Si alguien quiere que le escriba un relato solo hago intercambio de relatos, es decir, me dices de qué quieres el relato y yo lo hago, a cambio tú haces un relato para mí sobre lo que yo quiera, sin límites
 
Me encontraba de viaje en Barcelona. En las pocas semanas que estuve allí, me lo estaba pasando en grande.



De primero, lo que más me sorprendió es que los famosos hacen vida normal, no como en Madrid, donde vivo, donde se les acosa hasta cuando tosen. Si bien al principio me sorprendía de que en la planta baja del hotel casi siempre había una estrella del cine con una entrevista, con el tiempo se me hizo de lo más normal, o al menos, eso creía. A pocos días de terminar mis vacaciones, regresé de un buen paseo por la ciudad cuando, al entrar en el hotel, quedé petrificado: Edurne estaba haciendo una entrevista para una revista.



Edurne ya me había cautivado hacía tiempo, pero verla en persona fue fantástico. Ella ni se fijó, por supuesto, así que seguí de largo para entrar en el ascensor y subir a mi piso. Centrado como estaba en mis pensamientos ni me di cuenta de que una mano impidió cerrar la puerta del ascensor y una persona entró conmigo. Cuando me giré para ver quien era(la natural curiosidad), sí que quedé helado: era la propia Edurne. -¡¡¡Guau-exclamé sin poder evitarlo-!!. Ella se giró para mirarme, con gesto interrogante.



Evidentemente estaba a la expectativa de ver que decía yo e intenté, lo que pude, contestar. -Yo…esto…joder…¿cómo se decía?- Me estaba hacienda un lío monumental. El nerviosismo que tenía era muy grande y ni siquiera podía pensar con claridad. Ella arqueó una ceja y me miró divertida, cruzándose de brazos- Veo que estás nervioso-. Abrí los ojos como nunca. La voz que oí fue la de ella, quien se rió como una loca, llevándose una mano a la boca intentado disimular sus grandes carcajadas. -Lo siento-me dijo-…es que estabas tan gracioso… -No he sido muy brillante, ¿verdad-pregunté rascándome la nuca-?. -No, no mucho, pero sí gracioso. Bueno, ¿tocas o qué?. -¿El qué?. -El botón para subir. Se me había olvidado hasta eso. Ella iba al octavo piso, y yo al décimo.



Me estaba riendo de mí mismo por aquel ridículo cuando, de repente, el ascensor se paró entre los pisos 4º y 5 º, y todo comenzó a temblar muy fuerte. Me quedé allí, muerto de miedo, ante aquel terremoto, y ella no quedó indiferente. Por instinto nos abrazamos el uno al otro, arrinconados en una esquina. Cuando todo cesó, probé varias veces a pulsar el botón, pero el terremoto dejó encallado el ascensor y no había manera de moverlo. Los dos habíamos quedado encerrados dentro. -¿Qué se hace cuando ocurre un terremoto-pregunté-?. -¿No lo sabes-me preguntó extrañada-?. -No. Donde yo vivo apenas hay terremotos.



En todos años que llevo donde vivo solo hubo uno, y fue de 2.1 ó algo parecido, en la escala Ritcher. -Pues normalmente, después de un terremoto, avisan a los equipos de emergencia, comprueban los inmuebles y edificios y procuran comprobar que los ascensores están vacíos de gente. No creo que tarden mucho en venir por nosotros. -Uuuuuuuffff-suspiré de alivio-. Menos mal… -¿Tienes miedo?. -Claro que lo tengo. Yo no estoy hecho a terremotos. Además, se supone que estoy aquí por vacaciones, no para morirme de miedo. -Vale. Si te parece bien charlemos un poco para matar el tiempo, ¿qué haces aquí?.





Poco a poco fui contándole mis motivos para hacer tan largo viaje y lo bien que lo pasaba. Le conté que lo mejor era ver los nombres del Paseo de la Fama y recorrer esas calles larguísimas, que parecen no tener fin. Edurne notó que era un cinéfilo de pies a cabeza y me escuchó con mucha atención. Ella también me contó algunas cosas suyas, aunque otras ya las sabía por la prensa. Al mirar mi reloj, noté que ya estábamos allí una hora, y ni oíamos voces al otro lado preguntando si había alguien ni escuchaba ruido de que vinieran a sacarnos de allí. Comencé a inquietarme y pulsé varias veces el botón de emergencia, pero no sabía si funcionaba. Lo que sí sabía era que, pese a culminar un sueño al estar con ella, no aguantaba estar allí atascado. -¿De verdad eres un gran fan mío?. -¿Perdón-pregunté totalmente ensimismado-?. -Lo que dijiste antes. ¿De verdad eres un fan mío?. -Eres una de mis cantantes favoritas, y mi lista es muy selecta-dije orgulloso-. -¿Ah sí?, ¿y quien más hay en esa lista-preguntó jocosa-?. -Pues….Shakira…Lola Indigo…Aitana… -¿Aitana-preguntó asombrada-?. -Sí, me gusta mucho como canta. ¿Ocurre algo?. -No no…cada uno tiene sus gustos…en fin…Aitana-murmuró en voz baja, sin acabarse de creerlo-



Esbozó una amplia sonrisa de orgullo. Se notaba que le gustaba sentirse halagada, como cualquier otro famoso. Mirando su ropa(unos apretados jeans y una camisa blanca abrochada a medias) no pude evitar recorrerla con los ojos y fantasear con ella, pero me quité esas ideas y al notar que estaba un poco duro me senté a su lado disimular. De nuevo ella me miró arqueando una ceja con mirada divertida. -Vaya vaya…veo que mi forma de cantar no es lo único que te gusta… A pesar de estar sentado en el suelo se notó un poco mi erección. Me lamenté de haber sido descubierto. Me sentí igual que cuando me pillaban robando caramelos en los kioscos cuando era niño. -Lo siento…es que…siendo sincero, tienes un cuerpo de infarto…estás buenísima… -¿Y que se supone?, ¿qué vamos a hacerlo aquí y ahora?. -Pues….la verdad…no-respondí, con total indeferencia-… -¿No-preguntó, sorprendida-?, ¿y por qué no?. -Vamos, está claro…tú eres una estrella…y yo un tío de la calle…tú eres como las demás…te vas con otros cantantes ó con futbolistas o algo parecido…las cantantes no se fijan en tíos de la calle… -Perdona que te diga-me espetó herida en su amor propio-…yo no nací siendo famosa. Mi fama me la gané. Empecé siendo una "tía de la calle", como tú dices, y luego me hice famosa ¿vale?. -Sí, perdón. Lo que quería decir era que… -No hace falta. Quedó muy claro que eres de los que creen que los famosos vivimos en otro mundo. -Sí, a veces sí. -Pues cambia eso porqué estás muy equivocado. -Quizá, pero no cambia el hecho de que tú solo te irías con cantantes ó futbolistas, gente famosa como tú. Ni por asomo te fijarías en un tío como yo. -¿Eso crees-me desafió-?. -Sí, lo creo. -A ti te hace falta una buena lección. Muy bien, niño, vamos a ver si puedes conmigo-dijo, poniéndose al otro lado del ascensor-. -¿Contigo?. -Sí, conmigo.





Los dos solos, en un ascensor, sin salida…venga…ven por mí…nadie se enterará…y podrás presumir de haberte follado a Edurne…ven si tienes pelotas…venga… -¿Lo dices en serio-pregunté dudando-?. -Y tan en serio. ¿No estás excitado?. Pues venga, ven a follarme si te atreves. En ese momento fui yo quien se sintió herido en mi amor propio.



Desde luego no iba dejar que ella me pusiera a prueba, ni ella ni nadie, de modo que acepté su desafío. Me fui hasta ella y le agarré fuerte del culo mientras la besaba. Que labios, dios mío, que labios. No hay palabras. No me extraña que obsesionen tanto a los hombres. Como besaba, y como manejaba la lengua. Aquellos vaqueros ajustados le marcaban bien el culo como un guante y lo estaba disfrutando. La sostenía en el aire y hacía que ella cruzara las piernas alrededor mío mientras la sobaba tanto como podía. Nuestras bocas parecían centrifugadoras de tanto que nos movíamos, mientras nos dábamos unos besos de tornillo que casi nos dejaban sin aliento. Su boca sabía deliciosa, jugosa, y muy húmeda. Sus labios se unían a los míos, literalmente se fundían. Al dejar de besarla metí mi cabeza entre sus pechos y apreté fuerte.



Subí mis manos para acariciarlas, y me maravillé. Sensacional. Con mis dedos sobre su ropa busqué ávido sus pezones y al encontrarlos jugué un rato con ellos, notando como Edurne comenzaba a gemir y cerraba los ojos para dejarse llevar. De inmediato me apartó y se quitó la camisa y una camiseta corta de tirantes. No llevaba sujetador. Casi me desmayé cuando por fin vi esas joyas, firmes, que me miraban directamente. Me lancé a comerle las tetas como un desesperado. Metía lengua por todas partes y probaba el sabor de aquellos pezones que tanto excitaban a media España.



Sentí un enorme arrebato de orgullo ante aquel panorama: yo, un perfecto don nadie, un tío normal y corriente, estaba comiéndole las tetas a una de las cantantes más famosas y deseadas de España, y menudo manjar. Bajé una mano por su vientre y desabrochando sus vaqueros, le metí mano.





La muy guarra ya estaba muy mojada. Aquello renovó mis fuerzas y continué mamando con delicadeza y mimo, hasta que ella me paró súbitamente, lanzándome contra la pared. -¿¿Qué estás haciendo-preguntó, enfadada-??. Para hacer el amor me busco un marido…no necesito alguien como tú…¿queda claro?... -¿¿¡¡Con que esas tenemos eh!!??, pues ya verás lo que te doy a dar hija de perra… Volví a por ella y todas las delicadezas se fueron al diablo. La comía las tetas con rápidez y glotonería, la acariciaba por todas partes y de vez en cuando le apretaba esas nalgas tan firmes y aquellas tetas. Si quería echar un polvo, pues eso tendría. -Mmmmmmmm….así, asíiiiiiiiiiii…venga…damé más…insúltame…vuelve a insultarme…dime guarradas… -¿¿Con qué te gusta que te insulten eh??. -Me excita…me pone muy mojada-dijo mientras la hurgaba entre pierna-…aaaaaaaaaahhh aaaaaahh aaaaahh…sí, asíiiiiiiiii…tócame, tócame el coño… -Ya verás, ¡¡golfa!!, ¡¡guarra!!....¿¿harás lo que yo diga de acuerdo??... -Sí…lo que tú quieras…haré todo lo que quieras… -¡Así me gusta zorrita!…zorra, que eres zorra…ahora vas a chuparme y tragarte mi polla y quiero que la tragues toda, ¿entendido?...y si no te daré unos buenos azotes en ese rico culo que tienes… Se arrodilló delante de mí, me bajó los pantalones y comenzó a sobarme la verga y a mamármela tal y como le ordenaba. Nunca hubiera imaginado que Edurne fuera toda una sumisa en la vida real, una sumisa encantada con un macho que la sometiera para hacer con ella cuanto deseaba. Yo me encontraba en el cielo. ¡Menuda felación me estaba dando!, ¡¡joder con la famosa cantante, menuda chupapollas estaba hecha!!. Con esa boquita y aquellos labios, daba unas mamadas de impresión, capaces de dejarme sin aliento. Parecía que iba a quitarme la vida en cada larga chupada que me daba. Su lengua se enroscaba entorno a mi amoratado miembro y lo saboreaba como una loca. Ocasionalmente tocaba el glande con la lengua y eso me provocaba roncos gemidos y espasmos varios. Rechinaba entre dientes de puro goce. ¡¡Ya podían todas chuparla tan bien como ella!!. -Ooooooohhhhh oooooooohhh ooooooooohhh…así, chupa chupa…no pares hija de perra…que cerda eres…mírate, pareces una puta barata…una fulana…vamos chupa más fuerte…….ooooooooooohhhhh OOOOOHHHHH OOOOOOOOOOHH OOOOOOOOOOHHHHHHH….ESO ES, SÍIIIIIIIIII…OOOOOHHHH OOOOOOOOHHH… La cogí del pelo y la hice mamar más fuerte. Estaba alucinando. Nunca me había gustado el rollo ese de dominador y sumiso, y parecía todo un experto sometiéndola a ella.





Con su mano se aferraba a mi tranca y chupó y chupó todo lo que quiso hasta que la hice detenerse, la hice levantarse y cogiéndola de los hombros la empujé contra la pared, fui hasta ella bajando con fuerza sus pantalones, lo que la hizo gemir de placer, me agaché y comencé a comerle el coño. -Aaaaaahh aaaaaaaaaah aaaaaaaaahh aaaaaaaahhh aaaaaaaaaaaaaahh aaaaaaaaaaahhh…tú sí que sabes comer un coño…oh dios mío…¡¡OH DIOS MÍO!!...QUE COMIDA…AAAAAHH AAAAAAAHH AAAAAAHH… -Menudo coño tienes aquí-dije irónico-…voy a gozar comiéndomelo todo… Tal y como hacía antes, no se lo estaba haciendo con delicadeza si no con fuerza, sin importarme que ella gozase. Se lo comía a lo bestia, como siempre había querido hacerle a una mujer. Menudos chorros emanaban de ella, parecía un río en plena inundación. Le salían como si fuesen a explotar y yo me los bebía a toda prisa, me los engullía ansioso de ellos. Con mis dedos acariciaba su endurecido clítoris y totalmente frenético lo agitaba, escuchando como Edurne gemía y viendo su cuerpo retorcerse y agitarse en todas direcciones. Sus piernas temblaban. Eso me indicó que estaba a punto, y rápidamente me incorporé, la sostuve por las piernas y la penetré hasta el fondo.





La cogí por sorpresa por lo rápido de mi acción. -Aaaaaaaahhhhhhhhh-gimió-…aaaahh uuuuummmmm… -Te voy a follar viva-dije entre dientes como enfurecido-…te la pienso meter por todos los agujeros de tu cuerpo pedazo de puta… Se relamió por mis insultos y mis intenciones, que casi eran de violador.



Tras unos momentos de deleite, sintiendo esa codiciada vulva de cantante, comencé a bombear dentro de ella como si quisiera echar abajo una pared de hormigón armado. Sacaba casi toda mi polla excepto la cabeza, luego se la metía entera y repetía operación una y otra vez, adentro y afuera adentro y afuera disfrutando de cada acometida. Jamás había entrado nunca en una vulva tan húmeda. Me sentía como en una bañera de agua caliente, incluso podía oír el chapoteo de nuestros fluidos mezclándose. Que ardor de mujer. Empecé a comerle el cuello y hacer chupetones, mientras sus manos iban locas a mis nalgas, se aferraban a ellas y al oído ella me susurraba, "más fuerte, métemela más fuerte". ¡¡Joder que golfa era!!. Sin inhibición alguna me la follé hasta sentir que más que follarla la estaba violando. Sus gemidos debían estar resonando por todo el hueco del ascensor, y los míos también, supongo. Mi excitación además era doble ya que el ascensor es uno de los sitios que más me excitan para hacer el amor. -Uuuuffff que polvo….es el mejor polvo de mi vida…¿quieres que me corra dentro, perrita?, ¿quieres que te llene ese coñito de leche?... -No, no te corras dentro…quiero que me la des en la boca… -¿Así que te gusta tragar, eh?. -Síiiiiiii…me encanta el sabor a leche de hombre…soy una esclava del semen…adoro tragarme semen… -Pues…aaaaaaaahh aaaaaaahh…si semen quieres, semen tendrás, ¡puta!…





Disfruté como un loco de las últimas embatidas dentro de ella, sintiendo ese calor que emanaba, y cuando estuve a punto de gozar me salí de ella, la agaché delante de mi tranca, me masturbó y comencé a eyacular. Aaaaaaaaahhhh que corrida…No quedó nada fuera. Edurne se había metido mi polla en su boca y se bebió todo mi semen. Nunca había visto nada igual. Fue increíble verla tragando, y cuando acabó me agaché y la folle el coño con los dedos hasta que se corrió con unos gritos de placer que me volvieron loco. Me comí sus últimos jugos y nos echamos en el suelo agotados. Me quité el sudor de la frente y la miré, sonriendo.



Vaya mujer, que hembra más caliente. Ella me miró y me dio un beso en los labios. -¿Qué?, ¿sé o no sé dar echar un polvo con un hombre normal y corriente?. -Sí…sí que sabes…eres increíble…el que consiga tenerte para él será un hombre muy pero que muy afortunado…b


-resoplé-…dios mío, que polvo… Edurne comenzó a reírse por mis exclamaciones y mis comentarios. Realmente me había dejado en una especie de shock. Nunca una mujer me había hecho gozar tanto. -Bueno-me dijo-…creo que el que ahora debe sentirse afortunado eres tú, ¿verdad?...Por cierto…¿Cómo te llamas, corazón?. -Alex-respondí-, me llamó Alex. -Hola Alex, soy Edurne…¿qué tal?...



Su broma hizo que me riera con fuerzas. Le di un buen abrazo y probé de nuevo esos dulces labios. Mi excitación, añadida por el olor a sexo que había en aquel lugar, consiguió volver a ponerme erecto. Ella lo vio y me lo masajeó un buen rato. Me dio unos cuantos besos en el glande y gemí con fuerza. Me sentía como si viviera una película porno. Presa de mis deseos, me abalancé como un tigre sobre Edurne para besarla y acariciarla. La hice ponerse a cuatro patas y yo detrás de ella. Desde esa posición pude ir por sus pezones y su clítoris a la vez. Me fascinaba ver a Edurne pidiendo más con su boca jadeante abierta y su cuerpo de diosa temblando y gozando con mis caricias.





Sin decirle nada, apunté mi polla directa a su culo, y para cuando ella se dio cuenta de lo que yo pretendía, fue demasiado tarde. La penetré hasta el fondo y ella lanzó un doloroso gemido. Aquello fue música para mis oídos. -AAAAAAAAAHH…por el culo no…Que bestia eres… -¡Ya, claro!, como si no te gustase, ¿verdad?. Ahora me vas a decir que no te guste que te den por el culo, ¿no?. Ella no respondió. Su silencio habló por ella. Una vez me acomodé en la postura que habíamos pillado, comencé a encularla con frenesí. Si el coño era sensacional, su culo tampoco se quedaba atrás. Que culazo de estrella me estaba disfrutando. Y ella no tardó ni un minuto en apoyar las manos en la pared, mover las caderas y comenzar a disfrutar de la follada que le estaba dando. Nuestros jadeos comenzaron a ir a ritmo de nuestros movimientos. Me incliné sobre ella y le lamía el cuello y acariciaba su espalda, su vientre, sus pezones, su conejito húmedo y sus caderas, con las que me daba fuertes empujones. -Uuuuummmm…¡¡aaaaaaaah aaaaaaaahhh aaaaaaaaaahh aaaaaaaaaahh!!...Joder que pedazo de culo…que culo de golfa tienes…buff bufff…esto es manteca de la buena…¡¡TOMA POR CULO!!, ¡¡TOMA POR CULO SO GUARRA!!... -Aaaaaayyyy…aaaaaaaayyy que bien entraaaaaaaa…fóllame más, métela bien…madre mía que polla…que gozada de polla…vamos sigue insultándome…llámame de todo… -Vamos puta…ramera, que eres una ramera…tú no eres una superestrella...eres una superputa…una guarra… Comencé a insultarla de todos los modos posibles.



A los pocos minutos ya ni siquiera podía hablar. Estaba centrado de gozar ese culo que era la octava maravilla del mundo. Metía y sacaba, metía y sacaba, adelante y atrás, adelante y atrás en un martilleo constante. La cogí bien de la cintura y de los hombros, me pegué lo máximo posible a su cuerpo y empezamos la recta final. Me encantaba el sonido que hacían sus nalgas al chocar contra mis caderas. -¡¡¡OH DIOOOOOOOOOOOOOSSS!!...VOY A CORRERME…ME VOY A CORRER…OOOOOOOOHHH OOOOOOOOHHH… -VAMOS, GUARRITA MÍA…YA ESTOY A PUNTO…DALE DALE…ERES UNA CERDA, UNA GRAN FOLLADOEA…VOY A LLENARTE LAS NALGAS… -OOOOOOHH SÍIIIII…OOOOOOOHH ¡¡¡OOOOOHHH OOHHH OOOHH!!!...CÓRRETE CÓRRETEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE… -ME CORRO ME CORROOOOOOO ¡¡AAAAAARRRRRGGGGHHH!!… Apreté los dientes y luego lancé hondos y profundos gemidos cuando gocé y comencé a llenarle ese culo de semen. No eyaculé tanto como la primera vez pero sí que me corrí a base de bien dentro de ella. Después de gozar quedé dentro de ella un poco más, saboreando los últimos momentos. Al sacarla ella me la estuvo limpiando y la dejó como los chorros del oro. Teníamos la ropa por el suelo y a mi lado vi su tanga. Lo cogí, lo olí y llevaba impregnado el olor de su coñito húmedo. -Esto me lo quedo-dije esbozando una sonrisa malévola-… Le di un par de cachetes en el culo como último capricho. Entonces escuchamos un ruido en la puerta del ascensor que nos dio un susto de muerte. Escuchamos unas voces diciendo que los bomberos iban a llegar en enseguida, de modo que nos vestimos rápidamente, metí su tanga en uno de mis bolsillos y a los pocos minutos la puerta se abrió con una palanca. Según nos dijeron hubo daños considerables por toda la ciudad y debido a los atascos tardaron en llegar al hotel.





Fin.

Si alguien quiere que le escriba un relato solo hago intercambio de relatos, es decir, me dices de qué quieres el relato y yo lo hago, a cambio tú haces un relato para mí sobre lo que yo quiera, sin límites
 
Avance a través de la oscuridad del área del backstage, siguiendo el camino que el roadie me había señalado. Estaba completamente oscuro a excepción de un campo de luz gigante que se extendía a un lado. Los músicos y los bailarines de respaldo actuaban a la luz, sudando mientras daban todo lo que tenían para dar.



Podía ver a todos menos a la estrella del espectáculo. Podía escuchar su voz, escucharla decirle a la audiencia que se pusiera ruidosa y loca, pero ella permaneció invisible para mí hasta que encontré a un pequeño hueco privado formado por cajas al costado del escenario. Y fue entonces cuando la vi.



Lola Indigo.



Se veía gloriosa bajo el reflector, cubierta por una fina capa de sudor que la dejaba reluciente. Llevaba un minivestido tan ajustado que parecía que podría salirse de ella en cualquier momento, era tan corto que era alucinante pensar en la vista que estaban ofreciendo los miembros de la audiencia en la primera fila.



Ella estaba saltando arriba y abajo al ritmo de la música, sus pechos amenazaban con estallar en su vestido mientras se ondulaban y se tambaleaban con cada salto.



La canción alcanzó un crescendo, Lola gritó su gratitud a la multitud por ser la "mejor audiencia de todos los tiempos", hizo una reverencia, saludó y salió corriendo del escenario.



Salí corriendo del escenario, directo a donde yo estaba parado solo y esperándola.



"¡Oh hola!" Dije mientras corría hacia mí, las luces del escenario se apagaban para dejar la arena en la oscuridad, la audiencia rugía. "Gran espectáculo, yo ---."



Ella no me dejó terminar. En cambio, me empujó contra la pila de cajas, mi Pase VIP rebotando contra mi pecho, y presionó sus labios contra los míos, su lengua los separó para deslizarse dentro de mi boca.



Sabía dulcemente a lápiz labial. Mi estómago, mi corazón, mi propio ser saltó ante la sensación, mis entrañas se movieron rápidamente a la vida.



"Mmmm ... ¡buen chico!" Dijo, sus labios todavía tan angustiosamente cerca de los míos. "Estás justo donde te dije que estuvieras. Eso significa que obtienes una recompensa, pero vamos a tener que hacerlo rápido. ¡Tengo un bis que hacer!"



Estaba tan cerca de mí que todo lo que podía ver eran sus ojos brillando con deseo, todo lo que podía sentir era el calor de su aliento y la firmeza de su cuerpo, sus pechos aplastando contra mi pecho.



Pero luego sentí una cosa más. Su mano en mi cinturón, tirándolo con movimientos rápidos y decisivos, y me pregunté cómo podría haber tenido tanta suerte de haber terminado aquí ...



Estuve en mi primer club de Barcelona por no más de diez minutos y ya había tenido a Ana Guerra pasando junto a mí en su camino a la cabina del DJ. Si ese iba a ser mi único encuentro con una celebridad, pensé que sería bastante bueno, pero luego me golpearon con fuerza en el hombro.



"Disculpame." Dijo una voz atronadora detrás de mí. Me volví para mirar a un tipo cuya cabeza calva parecía solo uno de los muchos músculos que tenía bajo una camiseta negra.



"La señorita. Indigo quería que tuvieras esto". Dijo, poniendo un pase laminado en mi mano. Hizo un gesto por encima del hombro hacia un reservado de la esquina, donde vi a Lola Indigo, de todas las personas, bebiendo champán en medio de un séquito que reía tontamente.



Llevaba un vestido muy parecido al que luego la vería luciendo en el escenario. Estaba tan ajustado que parecía pintado. Me estaba mirando con sus penetrantes ojos, una pequeña sonrisa tímida jugando en sus labios.



Eché un vistazo al pase que me había dado el tipo. Era un cordón de acceso a todas las áreas para un concierto suyo que estaba programado para la noche siguiente.



Me quedé atónito. Era fanático de la música de Lola Indigo, no sabía qué hacer con ella, pero pensé que, al menos, debería agradecerle por ello ... si es que ella tenía la intención de que me lo diera en primer lugar.



Caminé con paso vacilante hacia la cabina, atraído por el rayo tractor de la mirada penetrante y los muslos magnéticos de Lola. Me dirigió una sonrisa blanca cuando llegué a la mesa.



"UH Hola." Dije. No es la introducción más sencilla.



"Hola." Ella se rió y el resto de su séquito se unió.



"Uh, gracias por esto ..." dije, sosteniendo el pase. "¿Es parte de alguna promoción o algo ...?"



"No. Es solo para ti", dijo Lola, todos sus fuera de juego riendo de nuevo. "Asegúrate de estar allí antes del bis, cariño."



"¿Asegúrate de estar donde antes del bis? ¿Exactamente?" Le pregunté, esperando que no fuera una pregunta tonta y enrojecida por ella llamándome 'lindo'.



"Al lado del escenario", dijo. "Vas a ser equipo de apoyo. Sólo una noche".



Y ella y todos sus amigos volvieron a reír. Todo se sintió muy extraño, como si todos estuvieran en una broma privada o algo así ...



... una broma que ahora estaba comenzando a entender cuando Lola me bajó los pantalones, mi miembro que se endurecía rápidamente rozó su mejilla mientras se soltaba.



"¡Oh!" Dijo ella, arrullando al verlo. "¡Todo lo que esperaba y más!"



No perdió más tiempo, la audiencia ya era un huracán de ruido exigente, Lola estaba sumergiéndose en chupar mi polla como si su vida dependiera de ello.



"¡Oh mierda!" Jadeé, completamente desprevenido para la sensación apresurada de la boca ferviente de Lola Indigo, de su lengua cálida y húmeda envuelta alrededor de mi eje tensado.



"Mmmmmm ..." gimió alrededor de mi polla, sorbiendo hambrienta en la cabeza tensa, la punta de su lengua moviendo el agujero, haciéndome cosquillas, antes de detenerse el tiempo suficiente para murmurar, "... he estado deseando esto todo el dia."



Nunca dejó de mirarme con sus llamativos ojos mientras chupaba y chupaba y acariciaba y acariciaba, incluso cuando yo me perdía en el encanto hipnótico de sus muslos expuestos y sus firmes pechos.



No pude resistir. Me incliné hacia adelante para ahuecar y acariciar sus pechos. Eran tan suaves como la almohada, tan deliciosamente sedosos.



"¡Unnh! ¡Mmmmnnnhh! ¡Hhuhh!" Ella gimió y jadeó cuando pellizqué y le hice cosquillas en los pezones. Dejó de chupar el tiempo suficiente para preguntar sin aliento: "¿Te gustan mis tetas?"



"¡Oh Dios, sí!" Respondí, sus pezones tan duros como piedras contra mis palmas.



"Apriétalos." Ella dijo, y yo felizmente obedecí, aplastándolos y amasando. Mientras jugaba con el espectacular perchero de Lola Indigo, ella regresó a su mamada entusiasta y descuidada, agarrando mi polla venosa mientras se balanceaba hacia arriba y hacia abajo sobre el eje emergente.



"¡Lo-La! ¡Lo-La! ¡Lo-La!" La multitud gritaba, pisaba fuerte y aplaudía en un intento apasionado de que su ídolo volviera al escenario, pero ella estaba demasiado ocupada para eso en ese momento.



La mano libre que Lola la había usado para desabrocharse los tirantes ahora se deslizó más abajo para enganchar el dobladillo de su vestido. Enterró su mano en sus bragas con el mismo gusto que había mostrado al chuparme, masturbándose tan furiosamente que manchaba su ropa interior con lo mojada que estaba.



"¡Mmhhhmm! ¡Mnnmmmnnn!" Ella gimió cada vez más fuerte, sus ojos se cerraron serenamente mientras se concentraba en chuparme y masturbarme al mismo tiempo que acariciaba su clítoris y toqueteaba su húmedo e hinchado coño.



Nuestros rugidos y gruñidos combinados fueron ahogados por el rugido de la multitud cuando, con una sola voz, exigieron:



"¡Más! ¡Más! ¡Más! ¡Más!"



Sabía exactamente cómo se sentían cuando me perdí en los labios de Lola. Era tan experta chupando pollas que ahora estaba haciendo cosquillas en la punta de mi polla con sus amígdalas, y la sensación me estaba volviendo loca.



Todo en lo que podía pensar era en disparar mi carga en la boca de Lola, en tomar cada carga de energía que corría por mi cuerpo y enviarla a toda velocidad por su garganta.



Pero Lola se me adelantó.



Prácticamente mordió mi polla, su cuerpo se estremeció, mientras explotaba en un orgasmo, jadeando por aire con mi eje aún alojado entre sus labios.



"¡Fffffaaahhh!" Ella lloró y resopló, sus muslos se doblaron en el suelo sucio del escenario, su mano se hizo borrosa mientras chapoteaba y se derramaba en sus ajustadas bragas.



"¡Fuh-jodido ...! ¡Jodido cumming!" Se apartó de mi pene para decírmelo, como si necesitara la explicación.



"¡Semen!" La urgí. "¡Maldito semen!"



"¡Uuuuuunnnnhhhhhh!" Ella gritó en respuesta mientras montaba la ola más alta de su clímax turbulento, inundando su ropa interior con cada gota de su placer líquido, su grito se perdió ante el sonido de la audiencia atronadora que estaba fuera del alcance de sus ojos.



Aunque estaba jadeando y balanceándose, se recompuso lo suficiente como para redoblar sus esfuerzos en acariciar mi polla, balbuceando mientras me miraba una vez más con esos increíbles ojos.



"Vine por ti", susurró con urgencia. "¡Ahora correte para mí! ¡Corre para mí, bebé! ¡Hazlo! ¡Joder, hazlo!"



Escupió en la cabeza de mi eje, lubriéndolo, acariciándome tan fuerte y tan fuerte que se sentía como si pudiera follarle el culo. Se lanzó de nuevo a chuparme, su boca estaba tan caliente como cuando empezó, en el mismo momento exacto en que sentí la marejada saliendo de mis bolas.



"¡Uuuoonnhhhh! ¡Mierda!" Juré cuando las endorfinas inundaron mi cerebro y mi polla surgió, el casco se encendió cuando se abrió y mi ardiente y caliente esperma brotó en la boca agradecida de Lola Indigo.



"¡Mmmmnnnnn! Mmmmmyyyyeeahhhh!" Suspiró y murmuró de alegría mientras una carga tras otra de crema blanca pegajosa inundó su boca y goteó sobre sus labios, atrapando la hinchazón de su escote y sus pezones.



"¡Oh, coño, sí, bebé!" Dijo, llevándose la mano a los labios para lamer el desborde desordenado, secándose las gotas sueltas que habían caído sobre su barbilla. "¡Exactamente lo que necesitaba!"



La audiencia se estaba volviendo tan ruidosa que se estaba volviendo salvaje. Si Lola no subía al escenario, y pronto, había muchas posibilidades de que hubiera un motín. Al sentir esto, Lola se puso de pie, sus tacones de aguja se aseguraron de que estuviéramos cara a cara mientras se subía los tirantes de su vestido y luchaba por llevar sus pechos a su lugar debajo del material apretado de la piel.



"Ahora lleva tu trasero caliente a mi camerino", dijo, alisándose el cabello y reajustando el dobladillo de su vestido. "Después de hacer este bis, quiero que tengamos un bis propio ..."



Me dio una palmada en el trasero y me dio un guiño descarado como un dibujo animado antes de volver al escenario. Ella no era más que una silueta curvilínea con las luces de la arena bajas, pero en el segundo en que la multitud la vio, gritaron de excitación.



La vi lanzarse a su bis, la banda ya había tomado sus lugares detrás de sus instrumentos, y mientras ella rebotaba y saltaba, me subí los pantalones, abroché la bragueta y me abroché el cinturón.



Me sentí como si hubiera caído en una especie de dimensión paralela surrealista, donde las estrellas del pop me agarraron de la calle para darme pases entre bastidores y mamadas sorpresa. Sin embargo, si se trataba de otro planeta, sabía una cosa al respecto. Nunca quise irme.



Arriba en el jumbotron que llenaba la parte trasera del escenario, el rostro de Lola de repente llenó la pantalla. Ella estaba apretando su micrófono tan fuerte como había estado apretando mi polla momentos antes.



Y aunque era difícil de detectar, y aunque no podrías decir qué era si no lo supieras ya, podías ver una pequeña gota brillante en la barbilla de Lola, la única gota de mi semen que ella no logro limpiar a tiempo.



La vista de ella brillando en su piel envió un escalofrío sucio a través de mi cuerpo. Tan fascinante como me pareció verlo, y tan asombroso como era ver el cuerpo de Lola mientras bailaba y cantaba, me volví para dejar nuestro pequeño rincón privado en el costado del escenario.



Tenía que ir a su camerino. No quería perderme el bis ...



Mi polla se sentía gruesa y pegajosa en mis calzoncillos, todavía húmeda con la saliva de Lola, mientras navegaba por el área detrás.

Cuando llegué al camerino de Lola me encontré con el mismo matón musculoso que me había dado el pase detrás del escenario la noche anterior. Sentí que debería abrazarlo u ofrecerle comprarle una bebida dado donde me había metiendo, pero no tuve la oportunidad, ya que él inmediatamente abrió la puerta del camerino y me hizo pasar sin decir palabra.

La puerta se cerró de golpe detrás de mí, dejándome solo en una habitación sorprendentemente espaciosa.



Escuché que la canción llegó a una conclusión culminante, la banda retumbó hasta el final mientras la multitud rugía en gratitud saciada. Mi polla ya se había endurecido mientras permanecía de pie en la expectativa del regreso de Lola, cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad.

Finalmente, la puerta se abrió y Lola entró en la habitación. Tenía una botella de vodka en una mano y me miraba con la mirada de un depredador. Cerró la puerta de golpe y no desperdició palabras, agarrándome y besándome con todo su ardiente deseo.

Me perdí en la suavidad de sus labios, el océano ondulante de su lengua y el dulce perfume de su piel. Pero Lola claramente no estaba de humor para el romance.

"Sácame de este maldito vestido." Ella ordenó y obedecí felizmente, buscando desde la cremallera hasta el vestido asombrosamente ajustado en el que prácticamente había sido cosida. Se desprendió sin poco esfuerzo, y cuando el vestido finalmente cayó al suelo, fui recompensada con una vista completa del cuerpo desnudo de Lola Indigo.

Ella era todo lo que alguna vez me había imaginado que fuera.



No esperé la aprobación. La tomé en mis brazos y pasé mi boca por toda ella, lamiendo y besando su cuello y pecho, haciendo mi camino hacia abajo con entusiasmo para plantar mi cara entre sus pechos.

En poco tiempo estaba sorbiendo sus pezones perfectos, moviendo sus pezones con mi lengua y apretando la mayor parte de sus pechos en mis manos. Eran tan suaves...

"¡Oye!" Dijo con firmeza, deteniéndome a mitad de lamer.

"Antes era divertido, pero eso era solo el aperitivo. Ahora estamos en mi tiempo y vamos a follar como me gusta follar. ¿Entendido?"

"Uh ... seguro." Dije, sin saber adónde iba esto.

"Bien", respondió ella, tomando un trago de la botella de vodka. "Ahora desnúdate y acuéstate debajo de la mesa".

"¿Qué?"

"Me escuchaste", dijo mientras me miraba fijamente. "No me hagas repetirme".

Tenía que admitir que estaba un poco desconcertado al ver este lado de ella. Antes había sido un poco juguetona, como una cómplice. Ahora ella se estaba volviendo una diva completa conmigo, como si ella fuera la maestra y yo el esclavo.

Sin embargo, dada la forma en que se veía, con su cabello rubio revuelto alrededor de su rostro perfecto, sus ojos brillando peligrosamente y su cuerpo desnudo brillando en la suave luz del camerino, no sentí la necesidad de objetar.

Me quité la ropa ante el murmullo de aprobación de Lola y me deslicé debajo de la mesa.

"¿Ahora que?" Yo pregunté.

"Te mostraré qué." Lola arrastraba las palabras, tomando un último trago de la botella de vodka y terminándolo. Pasó una pierna sobre la mesa y yo la miré con asombro, concediéndole una vista de la que ni siquiera su ginecólogo estaría al tanto.

Observé con los ojos muy abiertos y maravillada mientras se agachaba sobre mí, con las piernas abiertas mientras comenzaba a mover sus dedos furiosamente dentro y fuera de su coño pegajoso, gotas de líquido caliente colgando de sus labios para salpicar la superficie de metacrilato de la mesa de café. .

"¡Mierda…!" Murmuré para mí mismo mientras veía a la cantante follarse a sí misma justo encima de mi cabeza.

Todo lo que quería hacer era estirar la mano y tocarla, para ejecutar una larga lamida en el centro de sus labios hinchados, pero la mesa me mantenía a una distancia tan agonizante de ella que todo lo que podía hacer era recostarme y disfrutar de la espectáculo.

"¡Nnn! ¡Mmmm! ¡O!" Lola gruñó y murmuró, jodiendo ella misma mientras se lamía los labios elegantes y se movía a su propio ritmo. Con gran dificultad, abrió los ojos para mirarme, las gotas de sudor ya se acumulaban en su frente.

"¿Te gusta eso? ¿Hmm?



¿Te gusta verme tocándome con los dedos? ¿Te gusta que juegue con mi coño? ¿Eh? ¡Contéstame! ”Exigió, con los dedos hundidos profundamente en su coño.

"Joder, sí." Respondí, mis ojos nunca se rompieron al ver su montículo rosado y los dedos trabajando incansablemente en él.

"Entonces hazte una paja." Ordenó, su dedo medio deslizándose alrededor de su clítoris, haciéndola sacudirse.

"Qué...?" Yo pregunté.

"¡Me escuchaste!" Dijo sin aliento, su ceño fruncido, sus ojos brillando con ira. "¡Pon tu mano sobre tu pene y empieza a follarte a ti mismo!"

Aunque mis mejillas ardían de vergüenza, y aunque lo hice con gran vacilación, me agaché para empezar a masturbarme, mi polla palpitaba agradecida en mi agarre.

No me importaba la humillación que estaba sintiendo. Todo lo que me importaba era ver el coño de Lila abierto de par en par, sus dedos pegajosos entrando y saliendo, sus amplios pechos ondeando en lo alto, el olor del sudor de su coño llenando la habitación.

"Eso es, pequeña perra", gimió Lola, masajeando sus dedos en su jugoso montículo. "Vete a la mierda. Mírame y vete a la mierda ... ¡ahh! ¡Ahhmm! ¡Hhahhh!"

Igualé su velocidad, masturbándome tan rápido como ella se estaba follando el clítoris. El líquido de su placer comenzaba a brotar, los jugos se acumulaban en sus labios suaves y babeaban por sus muslos. Más y más salpicaduras caían sobre el metacrilato. Todo esto se sumó a mi deseo, y aunque se sentía extraño hacer esto, también se sentía extrañamente emocionante.

"¿Te gusta mi coño, eh? ¿Te gusta verme follarlo? ¿Quieres follarlo? ¿Hn? ¡Dime! ¡Nnhh! ¿Quieres follar mi dulce y pequeño coño, idiota?"

A través de todo el abuso, registré solo la pregunta pertinente que se me había planteado y respondida de inmediato.

"¡Sí! ¡Sí, quiero follarte!"

"¿Cuánto quieres?" Lola demandó.

"¡Como nadie más que haya querido antes! ¡Quiero estar tan jodidamente dentro de ti que probarás mi polla en el fondo de tu garganta!"

Nunca he sido muy bueno hablando sucio, pero lo que dije pareció funcionar. Lola chilló de emoción ante mis palabras, plantando su trasero en la mesa de café mientras sus piernas cedían debajo de ella. Su coño era como una esponja mojada en el plástico, rezumando un charco que quería lamer y alimentar con cuchara.

"¡¡¡Yo ... yo soy! ... Mmmnnaaahh !!!" Lola gimió, el tatuaje de 'Jesús' en su muñeca se volvió borroso mientras se martillaba a sí misma hasta la felicidad. Con los ojos cerrados y los dientes apretados, Lola gritó mientras comenzaba a correrse.

"¡¡¡Fuh !! ¡¡¡Fuh !! ¡¡¡Fuh !!!! ¡¡¡Hhhhqqqqccckkk !!!!" Lloró cuando su coño explotó debajo de ella, un espeso riachuelo de jugo brotó de ella para salpicar por toda la mesa. Era como estar dentro de una casa y ver a alguien lavar una ventana, con los jugos de su coño corriendo por la superficie resbaladiza como lluvia.

¿Quién sabía que Lola Indigo era squirter?

"¡Oh mierda!" Ella jadeó. "¡Oh joder! ¡Joder! ¡Ohhh Gggod!"

Se permitió un momento para recuperar el aliento, su pecho subía y bajaba mientras se frotaba lánguidamente el coño. Finalmente, abrió los ojos para mirarme.

"¿Que estas esperando?" Ella preguntó. "Sube aquí y fóllame ya."

Casi rompo la pata de la mesa de café mientras luchaba por salir de debajo lo más rápido que podía.

Lola, sentada en la mesa de café, se dio la vuelta para mirarme mientras me levantaba. Corriendo para colocarme entre sus piernas, me detuvo en seco su pequeño pie descalzo presionando firmemente mi pecho.

"No tan rápido ..." Me reprendió, pasando su pie por mi torso, sus dedos moviéndose en mi barbilla. Miré profundamente sus brillantes ojos, sus largas y gruesas pestañas revoloteando, mientras agarraba su pierna. Con una mano agarré y acaricié su maravilloso muslo mientras con la otra agarré su pequeño tobillo.

Sin romper el contacto visual con ella, metí sus delicados dedos de los pies entre mis labios y los chupé, pasando mi lengua por el esmalte brillante de sus uñas pintadas, lanzándola entre sus dedos y haciéndola retorcerse.

Tomando una larga lamida de su talón rosado a lo largo del arco y la parte anterior de su pie, chupé su dedo meñique. Lola murmuró y se retorció, sus muslos se separaron aún más. Al ver mi oportunidad, empujé su pierna hacia un lado y me deslicé más cerca de ella.

Su trasero chirrió en el charco de sus propios jugos mientras movía sus muslos, permitiéndome ponerme entre ellos. Podía sentir el calor latiendo de su hendidura goteante mientras mi pecho desnudo presionaba sus pechos, haciéndole cosquillas en los pezones y haciéndola ronronear.

"Estás tan duro ..." Dijo, mirando hacia mi miembro, con los labios fruncidos y la respiración entrecortada. "... Veamos qué podemos hacer con eso, ¿hmm?"

Agarrando mi polla, la guió hacia su enorme agujero, mordiéndose el labio inferior mientras la cabeza del hongo se presionaba contra sus resbaladizos pliegues.

"¡Fffffffuccckkkkkyyyeeeesssssssssss ------!" Suspiró en un largo y prolongado gemido mientras yo seguía adelante, hundiendo cada cresta venosa en su famoso coño. Sus uñas estaban en mis omóplatos, alrededor de mi cuello, rascándome el pecho mientras se entregaba al placer que manaba dentro de ella.

"¡Mierda, sí!" Yo exaltado mientras aplasto la base de mi eje hacia ella, llenándola con cada pulgada palpitante que tenía para ofrecer. Pulsando profundamente dentro de ella, sentía como si la cabeza de mi polla le hiciera cosquillas en la boca del estómago.

Comencé con caricias lentas y deliberadas, haciendo que Lola lo sintiera mientras la follaba profunda y completamente, pero pronto mi resolución se debilitó y aumentamos la velocidad, la mesa golpeando debajo de nosotros.

"¡Nnhhrr! ¡Unh! ¡Dámelo! ¡Joder, dámelo!" Ella gritó cuando mis bolas golpearon la carne de la parte interna de sus muslos, su suculento coño chapoteando con cada embestida.

"¡Que se joda mi dulce coñito! ¡Que se joda duro!" Lola gimió, su aliento caliente en mi oído, sus labios haciendo cosquillas en mi piel. Ella se meció debajo de mí, sus muslos apretados alrededor de mi cintura, mientras nos perdíamos en el crudo y abrumador acto de follar.

"¡Más fuerte!" Ordenó Lola, empujando su espalda contra la mesa. "¡Más fuerte!"

Cumpliendo con su orden, dupliqué mi velocidad, lanzando todo lo que tenía para arar su coño con mi polla gruesa y palpitante, sus tetas temblando como tazas de pudín de vainilla.

Debajo de nosotros, la mesa de metacrilato comenzó a agrietarse bajo nuestro peso, una delgada línea de lápiz astilló el centro. Ninguno de los dos le prestó atención mientras avanzábamos tronando, follando con la velocidad incesante de un tren que se precipitaba por las vías, retumbando cada vez más cerca de nuestro destino final y arrebatado.

"¡Detener!" Lola gritó de repente, su abrupta demanda me hizo congelar. Mi polla salió de su raja, salpicando gotas de líquido sobre los dos mientras me empujaba hacia atrás.

"Qué---?" Comencé a preguntar, pero Lola me detuvo en seco agarrándome de la muñeca y tirándome hacia una de las sillas tipo huevo al otro lado de la habitación.

Sorprendida por su fuerza mientras me empujaba en la silla, apenas tuve tiempo de poner mis piernas en el taburete antes de que Lola subiera a mi regazo dándome la espalda.

Por muy emocionante que fuera la perspectiva de que Lola Indigo me follara como vaquera inversa, no pude evitar sentirme decepcionada de que su hermoso rostro y sus perfectas tetas estuvieran ahora fuera de mi vista.

Pero luego vi nuestros reflejos mutuos mirándome desde el espejo colocado frente a la silla, y la vista me hizo derretir; Lola Indigo sentada encima de mí, desnuda y sonrojada, su coño colocado justo encima de mi polla esperando.

Deslizando una mano hacia abajo para apretar con fuerza mi polla, me miró seductoramente desde el espejo mientras preguntaba:

"¿Quién es mi perra?"

"Yo." Respondí, moviendo mis caderas debajo de ella, solo queriendo decir lo que necesitaba oír para seguir follándome.

"Eso es correcto", dijo. "Y te voy a follar como una perra."

Levantándose sobre sus rodillas, Lola se puso en cuclillas con la cabeza de mi polla presionando los pliegues resbaladizos de su coño. Presionando hacia abajo, se empaló a sí misma en mi lanza pulsante, dejándome llenar su abismo inundado.

"¡Shhhhttttt!" Lola siseó con los dientes apretados, la saliva se acumuló en su barbilla cuando comenzó a montarme. Decidiendo quedarme quieto por el momento, me recosté para disfrutar de la sensación de la famosa estrella follándose a sí misma en mi bastón.

"¡Hf! Hf! Hf! Hf!" Lola jadeaba con cada empuje hacia abajo, sus pechos apretados juntos mientras sostenía mis rótulas, usándolas como palanca para bombearse hacia arriba y hacia abajo en el mástil de mi polla.

Deslicé mis manos hacia abajo para apretar sus firmes y redondeadas nalgas, separándolas para exponer su pequeño culo blanqueado y extendiendo sus pliegues cada vez más amplios, dejando que sus jugos rodaran hacia abajo y se acumularan en mis bolas.

"¡AAauuhhh!" Ella gritó, haciéndome saber cuánto lo disfrutaba mientras mi polla cavaba cada vez más profundamente dentro de ella; un grito que duplicó su fuerza cuando comencé a rebotar mi pelvis al mismo tiempo que la de ella, follando mi polla dentro de ella.

"¡¡Joder, sí !!" Lola arrastraba las palabras, aumentando la velocidad y la intensidad de sus embestidas, sus pechos rebotaban salvajemente mientras me montaba con tanta fuerza que la silla gimió y se estremeció debajo de nosotros.

"¡Hnnn!" Gruñí mientras deslizaba mis manos alrededor de su torso para agarrar firmemente sus tetas, apretándolas con seguridad en su lugar y pellizcando los duros y sensibles pezones para su regocijo chillón.

"¡Sí! ¡Oh, mierda! ¡Pellizca mis malditos pezones! ¡Hazme correrme, puta! ¡Puta de mierda!" Lola gritó, arriesgándose a perder el equilibrio cuando tomó una de las manos que sostenían mis muslos y se la ofreció a su clítoris. Su dedo medio recorrió círculos rápidos como el rayo en la protuberancia erecta mientras Lola echaba la cabeza hacia atrás, sus ojos se cerraban con fuerza y su boca colgaba abierta.

"¡Puedo sentirlo!" Ella siseó. "¡Puedo sentir ... sentir! ... ¡sentir ...!"

Apuñalando su clítoris con tres dedos, su cuerpo tenso, sus caderas empujando con una terrible y dolorosa necesidad, Lola gimió y gritó mientras comenzaba a correrse ...

"¡Ah-hu-unnhh! ¡Mmnh! ¡Nhhh! ¡Nnrrr! NnGodYyess! ¡Dios! ¡Joder! ¡Yesssssssss!"

Su coño estaba tan húmedo ahora que era como una presa estallando, sus jugos se derramaban entre mis muslos y empapaban la almohada debajo de mi trasero.

"¡Joder, joder, joder, joder!" Lola maldijo una y otra vez mientras se agitaba y se sacudía encima de mí, apretando los músculos de su coño tan apretados alrededor de mi tensa polla que tuve



No hay esperanza en el mundo de aguantar más.

"¡Shhhhiiitt, sí!"

Lola sacó rápidamente mi polla, se agachó y descargué toda mi carga en su cara. Mi cabeza dando vueltas, mi cuerpo entero hormigueando, no pude evitar reflexionar sobre mi suerte. ¿Cómo diablos había logrado todo esto?



Fin.


Si alguien quiere que le escriba un relato solo hago intercambio de relatos, es decir, me dices de qué quieres el relato y yo lo hago, a cambio tú haces un relato para mí sobre lo que yo quiera, sin límites
 
Avance a través de la oscuridad del área del backstage, siguiendo el camino que el roadie me había señalado. Estaba completamente oscuro a excepción de un campo de luz gigante que se extendía a un lado. Los músicos y los bailarines de respaldo actuaban a la luz, sudando mientras daban todo lo que tenían para dar.



Podía ver a todos menos a la estrella del espectáculo. Podía escuchar su voz, escucharla decirle a la audiencia que se pusiera ruidosa y loca, pero ella permaneció invisible para mí hasta que encontré a un pequeño hueco privado formado por cajas al costado del escenario. Y fue entonces cuando la vi.



Lola Indigo.



Se veía gloriosa bajo el reflector, cubierta por una fina capa de sudor que la dejaba reluciente. Llevaba un minivestido tan ajustado que parecía que podría salirse de ella en cualquier momento, era tan corto que era alucinante pensar en la vista que estaban ofreciendo los miembros de la audiencia en la primera fila.



Ella estaba saltando arriba y abajo al ritmo de la música, sus pechos amenazaban con estallar en su vestido mientras se ondulaban y se tambaleaban con cada salto.



La canción alcanzó un crescendo, Lola gritó su gratitud a la multitud por ser la "mejor audiencia de todos los tiempos", hizo una reverencia, saludó y salió corriendo del escenario.



Salí corriendo del escenario, directo a donde yo estaba parado solo y esperándola.



"¡Oh hola!" Dije mientras corría hacia mí, las luces del escenario se apagaban para dejar la arena en la oscuridad, la audiencia rugía. "Gran espectáculo, yo ---."



Ella no me dejó terminar. En cambio, me empujó contra la pila de cajas, mi Pase VIP rebotando contra mi pecho, y presionó sus labios contra los míos, su lengua los separó para deslizarse dentro de mi boca.



Sabía dulcemente a lápiz labial. Mi estómago, mi corazón, mi propio ser saltó ante la sensación, mis entrañas se movieron rápidamente a la vida.



"Mmmm ... ¡buen chico!" Dijo, sus labios todavía tan angustiosamente cerca de los míos. "Estás justo donde te dije que estuvieras. Eso significa que obtienes una recompensa, pero vamos a tener que hacerlo rápido. ¡Tengo un bis que hacer!"



Estaba tan cerca de mí que todo lo que podía ver eran sus ojos brillando con deseo, todo lo que podía sentir era el calor de su aliento y la firmeza de su cuerpo, sus pechos aplastando contra mi pecho.



Pero luego sentí una cosa más. Su mano en mi cinturón, tirándolo con movimientos rápidos y decisivos, y me pregunté cómo podría haber tenido tanta suerte de haber terminado aquí ...



Estuve en mi primer club de Barcelona por no más de diez minutos y ya había tenido a Ana Guerra pasando junto a mí en su camino a la cabina del DJ. Si ese iba a ser mi único encuentro con una celebridad, pensé que sería bastante bueno, pero luego me golpearon con fuerza en el hombro.



"Disculpame." Dijo una voz atronadora detrás de mí. Me volví para mirar a un tipo cuya cabeza calva parecía solo uno de los muchos músculos que tenía bajo una camiseta negra.



"La señorita. Indigo quería que tuvieras esto". Dijo, poniendo un pase laminado en mi mano. Hizo un gesto por encima del hombro hacia un reservado de la esquina, donde vi a Lola Indigo, de todas las personas, bebiendo champán en medio de un séquito que reía tontamente.



Llevaba un vestido muy parecido al que luego la vería luciendo en el escenario. Estaba tan ajustado que parecía pintado. Me estaba mirando con sus penetrantes ojos, una pequeña sonrisa tímida jugando en sus labios.



Eché un vistazo al pase que me había dado el tipo. Era un cordón de acceso a todas las áreas para un concierto suyo que estaba programado para la noche siguiente.



Me quedé atónito. Era fanático de la música de Lola Indigo, no sabía qué hacer con ella, pero pensé que, al menos, debería agradecerle por ello ... si es que ella tenía la intención de que me lo diera en primer lugar.



Caminé con paso vacilante hacia la cabina, atraído por el rayo tractor de la mirada penetrante y los muslos magnéticos de Lola. Me dirigió una sonrisa blanca cuando llegué a la mesa.



"UH Hola." Dije. No es la introducción más sencilla.



"Hola." Ella se rió y el resto de su séquito se unió.



"Uh, gracias por esto ..." dije, sosteniendo el pase. "¿Es parte de alguna promoción o algo ...?"



"No. Es solo para ti", dijo Lola, todos sus fuera de juego riendo de nuevo. "Asegúrate de estar allí antes del bis, cariño."



"¿Asegúrate de estar donde antes del bis? ¿Exactamente?" Le pregunté, esperando que no fuera una pregunta tonta y enrojecida por ella llamándome 'lindo'.



"Al lado del escenario", dijo. "Vas a ser equipo de apoyo. Sólo una noche".



Y ella y todos sus amigos volvieron a reír. Todo se sintió muy extraño, como si todos estuvieran en una broma privada o algo así ...



... una broma que ahora estaba comenzando a entender cuando Lola me bajó los pantalones, mi miembro que se endurecía rápidamente rozó su mejilla mientras se soltaba.



"¡Oh!" Dijo ella, arrullando al verlo. "¡Todo lo que esperaba y más!"



No perdió más tiempo, la audiencia ya era un huracán de ruido exigente, Lola estaba sumergiéndose en chupar mi polla como si su vida dependiera de ello.



"¡Oh mierda!" Jadeé, completamente desprevenido para la sensación apresurada de la boca ferviente de Lola Indigo, de su lengua cálida y húmeda envuelta alrededor de mi eje tensado.



"Mmmmmm ..." gimió alrededor de mi polla, sorbiendo hambrienta en la cabeza tensa, la punta de su lengua moviendo el agujero, haciéndome cosquillas, antes de detenerse el tiempo suficiente para murmurar, "... he estado deseando esto todo el dia."



Nunca dejó de mirarme con sus llamativos ojos mientras chupaba y chupaba y acariciaba y acariciaba, incluso cuando yo me perdía en el encanto hipnótico de sus muslos expuestos y sus firmes pechos.



No pude resistir. Me incliné hacia adelante para ahuecar y acariciar sus pechos. Eran tan suaves como la almohada, tan deliciosamente sedosos.



"¡Unnh! ¡Mmmmnnnhh! ¡Hhuhh!" Ella gimió y jadeó cuando pellizqué y le hice cosquillas en los pezones. Dejó de chupar el tiempo suficiente para preguntar sin aliento: "¿Te gustan mis tetas?"



"¡Oh Dios, sí!" Respondí, sus pezones tan duros como piedras contra mis palmas.



"Apriétalos." Ella dijo, y yo felizmente obedecí, aplastándolos y amasando. Mientras jugaba con el espectacular perchero de Lola Indigo, ella regresó a su mamada entusiasta y descuidada, agarrando mi polla venosa mientras se balanceaba hacia arriba y hacia abajo sobre el eje emergente.



"¡Lo-La! ¡Lo-La! ¡Lo-La!" La multitud gritaba, pisaba fuerte y aplaudía en un intento apasionado de que su ídolo volviera al escenario, pero ella estaba demasiado ocupada para eso en ese momento.



La mano libre que Lola la había usado para desabrocharse los tirantes ahora se deslizó más abajo para enganchar el dobladillo de su vestido. Enterró su mano en sus bragas con el mismo gusto que había mostrado al chuparme, masturbándose tan furiosamente que manchaba su ropa interior con lo mojada que estaba.



"¡Mmhhhmm! ¡Mnnmmmnnn!" Ella gimió cada vez más fuerte, sus ojos se cerraron serenamente mientras se concentraba en chuparme y masturbarme al mismo tiempo que acariciaba su clítoris y toqueteaba su húmedo e hinchado coño.



Nuestros rugidos y gruñidos combinados fueron ahogados por el rugido de la multitud cuando, con una sola voz, exigieron:



"¡Más! ¡Más! ¡Más! ¡Más!"



Sabía exactamente cómo se sentían cuando me perdí en los labios de Lola. Era tan experta chupando pollas que ahora estaba haciendo cosquillas en la punta de mi polla con sus amígdalas, y la sensación me estaba volviendo loca.



Todo en lo que podía pensar era en disparar mi carga en la boca de Lola, en tomar cada carga de energía que corría por mi cuerpo y enviarla a toda velocidad por su garganta.



Pero Lola se me adelantó.



Prácticamente mordió mi polla, su cuerpo se estremeció, mientras explotaba en un orgasmo, jadeando por aire con mi eje aún alojado entre sus labios.



"¡Fffffaaahhh!" Ella lloró y resopló, sus muslos se doblaron en el suelo sucio del escenario, su mano se hizo borrosa mientras chapoteaba y se derramaba en sus ajustadas bragas.



"¡Fuh-jodido ...! ¡Jodido cumming!" Se apartó de mi pene para decírmelo, como si necesitara la explicación.



"¡Semen!" La urgí. "¡Maldito semen!"



"¡Uuuuuunnnnhhhhhh!" Ella gritó en respuesta mientras montaba la ola más alta de su clímax turbulento, inundando su ropa interior con cada gota de su placer líquido, su grito se perdió ante el sonido de la audiencia atronadora que estaba fuera del alcance de sus ojos.



Aunque estaba jadeando y balanceándose, se recompuso lo suficiente como para redoblar sus esfuerzos en acariciar mi polla, balbuceando mientras me miraba una vez más con esos increíbles ojos.



"Vine por ti", susurró con urgencia. "¡Ahora correte para mí! ¡Corre para mí, bebé! ¡Hazlo! ¡Joder, hazlo!"



Escupió en la cabeza de mi eje, lubriéndolo, acariciándome tan fuerte y tan fuerte que se sentía como si pudiera follarle el culo. Se lanzó de nuevo a chuparme, su boca estaba tan caliente como cuando empezó, en el mismo momento exacto en que sentí la marejada saliendo de mis bolas.



"¡Uuuoonnhhhh! ¡Mierda!" Juré cuando las endorfinas inundaron mi cerebro y mi polla surgió, el casco se encendió cuando se abrió y mi ardiente y caliente esperma brotó en la boca agradecida de Lola Indigo.



"¡Mmmmnnnnn! Mmmmmyyyyeeahhhh!" Suspiró y murmuró de alegría mientras una carga tras otra de crema blanca pegajosa inundó su boca y goteó sobre sus labios, atrapando la hinchazón de su escote y sus pezones.



"¡Oh, coño, sí, bebé!" Dijo, llevándose la mano a los labios para lamer el desborde desordenado, secándose las gotas sueltas que habían caído sobre su barbilla. "¡Exactamente lo que necesitaba!"



La audiencia se estaba volviendo tan ruidosa que se estaba volviendo salvaje. Si Lola no subía al escenario, y pronto, había muchas posibilidades de que hubiera un motín. Al sentir esto, Lola se puso de pie, sus tacones de aguja se aseguraron de que estuviéramos cara a cara mientras se subía los tirantes de su vestido y luchaba por llevar sus pechos a su lugar debajo del material apretado de la piel.



"Ahora lleva tu trasero caliente a mi camerino", dijo, alisándose el cabello y reajustando el dobladillo de su vestido. "Después de hacer este bis, quiero que tengamos un bis propio ..."



Me dio una palmada en el trasero y me dio un guiño descarado como un dibujo animado antes de volver al escenario. Ella no era más que una silueta curvilínea con las luces de la arena bajas, pero en el segundo en que la multitud la vio, gritaron de excitación.



La vi lanzarse a su bis, la banda ya había tomado sus lugares detrás de sus instrumentos, y mientras ella rebotaba y saltaba, me subí los pantalones, abroché la bragueta y me abroché el cinturón.



Me sentí como si hubiera caído en una especie de dimensión paralela surrealista, donde las estrellas del pop me agarraron de la calle para darme pases entre bastidores y mamadas sorpresa. Sin embargo, si se trataba de otro planeta, sabía una cosa al respecto. Nunca quise irme.



Arriba en el jumbotron que llenaba la parte trasera del escenario, el rostro de Lola de repente llenó la pantalla. Ella estaba apretando su micrófono tan fuerte como había estado apretando mi polla momentos antes.



Y aunque era difícil de detectar, y aunque no podrías decir qué era si no lo supieras ya, podías ver una pequeña gota brillante en la barbilla de Lola, la única gota de mi semen que ella no logro limpiar a tiempo.



La vista de ella brillando en su piel envió un escalofrío sucio a través de mi cuerpo. Tan fascinante como me pareció verlo, y tan asombroso como era ver el cuerpo de Lola mientras bailaba y cantaba, me volví para dejar nuestro pequeño rincón privado en el costado del escenario.



Tenía que ir a su camerino. No quería perderme el bis ...



Mi polla se sentía gruesa y pegajosa en mis calzoncillos, todavía húmeda con la saliva de Lola, mientras navegaba por el área detrás.

Cuando llegué al camerino de Lola me encontré con el mismo matón musculoso que me había dado el pase detrás del escenario la noche anterior. Sentí que debería abrazarlo u ofrecerle comprarle una bebida dado donde me había metiendo, pero no tuve la oportunidad, ya que él inmediatamente abrió la puerta del camerino y me hizo pasar sin decir palabra.

La puerta se cerró de golpe detrás de mí, dejándome solo en una habitación sorprendentemente espaciosa.



Escuché que la canción llegó a una conclusión culminante, la banda retumbó hasta el final mientras la multitud rugía en gratitud saciada. Mi polla ya se había endurecido mientras permanecía de pie en la expectativa del regreso de Lola, cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad.

Finalmente, la puerta se abrió y Lola entró en la habitación. Tenía una botella de vodka en una mano y me miraba con la mirada de un depredador. Cerró la puerta de golpe y no desperdició palabras, agarrándome y besándome con todo su ardiente deseo.

Me perdí en la suavidad de sus labios, el océano ondulante de su lengua y el dulce perfume de su piel. Pero Lola claramente no estaba de humor para el romance.

"Sácame de este maldito vestido." Ella ordenó y obedecí felizmente, buscando desde la cremallera hasta el vestido asombrosamente ajustado en el que prácticamente había sido cosida. Se desprendió sin poco esfuerzo, y cuando el vestido finalmente cayó al suelo, fui recompensada con una vista completa del cuerpo desnudo de Lola Indigo.

Ella era todo lo que alguna vez me había imaginado que fuera.



No esperé la aprobación. La tomé en mis brazos y pasé mi boca por toda ella, lamiendo y besando su cuello y pecho, haciendo mi camino hacia abajo con entusiasmo para plantar mi cara entre sus pechos.

En poco tiempo estaba sorbiendo sus pezones perfectos, moviendo sus pezones con mi lengua y apretando la mayor parte de sus pechos en mis manos. Eran tan suaves...

"¡Oye!" Dijo con firmeza, deteniéndome a mitad de lamer.

"Antes era divertido, pero eso era solo el aperitivo. Ahora estamos en mi tiempo y vamos a follar como me gusta follar. ¿Entendido?"

"Uh ... seguro." Dije, sin saber adónde iba esto.

"Bien", respondió ella, tomando un trago de la botella de vodka. "Ahora desnúdate y acuéstate debajo de la mesa".

"¿Qué?"

"Me escuchaste", dijo mientras me miraba fijamente. "No me hagas repetirme".

Tenía que admitir que estaba un poco desconcertado al ver este lado de ella. Antes había sido un poco juguetona, como una cómplice. Ahora ella se estaba volviendo una diva completa conmigo, como si ella fuera la maestra y yo el esclavo.

Sin embargo, dada la forma en que se veía, con su cabello rubio revuelto alrededor de su rostro perfecto, sus ojos brillando peligrosamente y su cuerpo desnudo brillando en la suave luz del camerino, no sentí la necesidad de objetar.

Me quité la ropa ante el murmullo de aprobación de Lola y me deslicé debajo de la mesa.

"¿Ahora que?" Yo pregunté.

"Te mostraré qué." Lola arrastraba las palabras, tomando un último trago de la botella de vodka y terminándolo. Pasó una pierna sobre la mesa y yo la miré con asombro, concediéndole una vista de la que ni siquiera su ginecólogo estaría al tanto.

Observé con los ojos muy abiertos y maravillada mientras se agachaba sobre mí, con las piernas abiertas mientras comenzaba a mover sus dedos furiosamente dentro y fuera de su coño pegajoso, gotas de líquido caliente colgando de sus labios para salpicar la superficie de metacrilato de la mesa de café. .

"¡Mierda…!" Murmuré para mí mismo mientras veía a la cantante follarse a sí misma justo encima de mi cabeza.

Todo lo que quería hacer era estirar la mano y tocarla, para ejecutar una larga lamida en el centro de sus labios hinchados, pero la mesa me mantenía a una distancia tan agonizante de ella que todo lo que podía hacer era recostarme y disfrutar de la espectáculo.

"¡Nnn! ¡Mmmm! ¡O!" Lola gruñó y murmuró, jodiendo ella misma mientras se lamía los labios elegantes y se movía a su propio ritmo. Con gran dificultad, abrió los ojos para mirarme, las gotas de sudor ya se acumulaban en su frente.

"¿Te gusta eso? ¿Hmm?



¿Te gusta verme tocándome con los dedos? ¿Te gusta que juegue con mi coño? ¿Eh? ¡Contéstame! ”Exigió, con los dedos hundidos profundamente en su coño.

"Joder, sí." Respondí, mis ojos nunca se rompieron al ver su montículo rosado y los dedos trabajando incansablemente en él.

"Entonces hazte una paja." Ordenó, su dedo medio deslizándose alrededor de su clítoris, haciéndola sacudirse.

"Qué...?" Yo pregunté.

"¡Me escuchaste!" Dijo sin aliento, su ceño fruncido, sus ojos brillando con ira. "¡Pon tu mano sobre tu pene y empieza a follarte a ti mismo!"

Aunque mis mejillas ardían de vergüenza, y aunque lo hice con gran vacilación, me agaché para empezar a masturbarme, mi polla palpitaba agradecida en mi agarre.

No me importaba la humillación que estaba sintiendo. Todo lo que me importaba era ver el coño de Lila abierto de par en par, sus dedos pegajosos entrando y saliendo, sus amplios pechos ondeando en lo alto, el olor del sudor de su coño llenando la habitación.

"Eso es, pequeña perra", gimió Lola, masajeando sus dedos en su jugoso montículo. "Vete a la mierda. Mírame y vete a la mierda ... ¡ahh! ¡Ahhmm! ¡Hhahhh!"

Igualé su velocidad, masturbándome tan rápido como ella se estaba follando el clítoris. El líquido de su placer comenzaba a brotar, los jugos se acumulaban en sus labios suaves y babeaban por sus muslos. Más y más salpicaduras caían sobre el metacrilato. Todo esto se sumó a mi deseo, y aunque se sentía extraño hacer esto, también se sentía extrañamente emocionante.

"¿Te gusta mi coño, eh? ¿Te gusta verme follarlo? ¿Quieres follarlo? ¿Hn? ¡Dime! ¡Nnhh! ¿Quieres follar mi dulce y pequeño coño, idiota?"

A través de todo el abuso, registré solo la pregunta pertinente que se me había planteado y respondida de inmediato.

"¡Sí! ¡Sí, quiero follarte!"

"¿Cuánto quieres?" Lola demandó.

"¡Como nadie más que haya querido antes! ¡Quiero estar tan jodidamente dentro de ti que probarás mi polla en el fondo de tu garganta!"

Nunca he sido muy bueno hablando sucio, pero lo que dije pareció funcionar. Lola chilló de emoción ante mis palabras, plantando su trasero en la mesa de café mientras sus piernas cedían debajo de ella. Su coño era como una esponja mojada en el plástico, rezumando un charco que quería lamer y alimentar con cuchara.

"¡¡¡Yo ... yo soy! ... Mmmnnaaahh !!!" Lola gimió, el tatuaje de 'Jesús' en su muñeca se volvió borroso mientras se martillaba a sí misma hasta la felicidad. Con los ojos cerrados y los dientes apretados, Lola gritó mientras comenzaba a correrse.

"¡¡¡Fuh !! ¡¡¡Fuh !! ¡¡¡Fuh !!!! ¡¡¡Hhhhqqqqccckkk !!!!" Lloró cuando su coño explotó debajo de ella, un espeso riachuelo de jugo brotó de ella para salpicar por toda la mesa. Era como estar dentro de una casa y ver a alguien lavar una ventana, con los jugos de su coño corriendo por la superficie resbaladiza como lluvia.

¿Quién sabía que Lola Indigo era squirter?

"¡Oh mierda!" Ella jadeó. "¡Oh joder! ¡Joder! ¡Ohhh Gggod!"

Se permitió un momento para recuperar el aliento, su pecho subía y bajaba mientras se frotaba lánguidamente el coño. Finalmente, abrió los ojos para mirarme.

"¿Que estas esperando?" Ella preguntó. "Sube aquí y fóllame ya."

Casi rompo la pata de la mesa de café mientras luchaba por salir de debajo lo más rápido que podía.

Lola, sentada en la mesa de café, se dio la vuelta para mirarme mientras me levantaba. Corriendo para colocarme entre sus piernas, me detuvo en seco su pequeño pie descalzo presionando firmemente mi pecho.

"No tan rápido ..." Me reprendió, pasando su pie por mi torso, sus dedos moviéndose en mi barbilla. Miré profundamente sus brillantes ojos, sus largas y gruesas pestañas revoloteando, mientras agarraba su pierna. Con una mano agarré y acaricié su maravilloso muslo mientras con la otra agarré su pequeño tobillo.

Sin romper el contacto visual con ella, metí sus delicados dedos de los pies entre mis labios y los chupé, pasando mi lengua por el esmalte brillante de sus uñas pintadas, lanzándola entre sus dedos y haciéndola retorcerse.

Tomando una larga lamida de su talón rosado a lo largo del arco y la parte anterior de su pie, chupé su dedo meñique. Lola murmuró y se retorció, sus muslos se separaron aún más. Al ver mi oportunidad, empujé su pierna hacia un lado y me deslicé más cerca de ella.

Su trasero chirrió en el charco de sus propios jugos mientras movía sus muslos, permitiéndome ponerme entre ellos. Podía sentir el calor latiendo de su hendidura goteante mientras mi pecho desnudo presionaba sus pechos, haciéndole cosquillas en los pezones y haciéndola ronronear.

"Estás tan duro ..." Dijo, mirando hacia mi miembro, con los labios fruncidos y la respiración entrecortada. "... Veamos qué podemos hacer con eso, ¿hmm?"

Agarrando mi polla, la guió hacia su enorme agujero, mordiéndose el labio inferior mientras la cabeza del hongo se presionaba contra sus resbaladizos pliegues.

"¡Fffffffuccckkkkkyyyeeeesssssssssss ------!" Suspiró en un largo y prolongado gemido mientras yo seguía adelante, hundiendo cada cresta venosa en su famoso coño. Sus uñas estaban en mis omóplatos, alrededor de mi cuello, rascándome el pecho mientras se entregaba al placer que manaba dentro de ella.

"¡Mierda, sí!" Yo exaltado mientras aplasto la base de mi eje hacia ella, llenándola con cada pulgada palpitante que tenía para ofrecer. Pulsando profundamente dentro de ella, sentía como si la cabeza de mi polla le hiciera cosquillas en la boca del estómago.

Comencé con caricias lentas y deliberadas, haciendo que Lola lo sintiera mientras la follaba profunda y completamente, pero pronto mi resolución se debilitó y aumentamos la velocidad, la mesa golpeando debajo de nosotros.

"¡Nnhhrr! ¡Unh! ¡Dámelo! ¡Joder, dámelo!" Ella gritó cuando mis bolas golpearon la carne de la parte interna de sus muslos, su suculento coño chapoteando con cada embestida.

"¡Que se joda mi dulce coñito! ¡Que se joda duro!" Lola gimió, su aliento caliente en mi oído, sus labios haciendo cosquillas en mi piel. Ella se meció debajo de mí, sus muslos apretados alrededor de mi cintura, mientras nos perdíamos en el crudo y abrumador acto de follar.

"¡Más fuerte!" Ordenó Lola, empujando su espalda contra la mesa. "¡Más fuerte!"

Cumpliendo con su orden, dupliqué mi velocidad, lanzando todo lo que tenía para arar su coño con mi polla gruesa y palpitante, sus tetas temblando como tazas de pudín de vainilla.

Debajo de nosotros, la mesa de metacrilato comenzó a agrietarse bajo nuestro peso, una delgada línea de lápiz astilló el centro. Ninguno de los dos le prestó atención mientras avanzábamos tronando, follando con la velocidad incesante de un tren que se precipitaba por las vías, retumbando cada vez más cerca de nuestro destino final y arrebatado.

"¡Detener!" Lola gritó de repente, su abrupta demanda me hizo congelar. Mi polla salió de su raja, salpicando gotas de líquido sobre los dos mientras me empujaba hacia atrás.

"Qué---?" Comencé a preguntar, pero Lola me detuvo en seco agarrándome de la muñeca y tirándome hacia una de las sillas tipo huevo al otro lado de la habitación.

Sorprendida por su fuerza mientras me empujaba en la silla, apenas tuve tiempo de poner mis piernas en el taburete antes de que Lola subiera a mi regazo dándome la espalda.

Por muy emocionante que fuera la perspectiva de que Lola Indigo me follara como vaquera inversa, no pude evitar sentirme decepcionada de que su hermoso rostro y sus perfectas tetas estuvieran ahora fuera de mi vista.

Pero luego vi nuestros reflejos mutuos mirándome desde el espejo colocado frente a la silla, y la vista me hizo derretir; Lola Indigo sentada encima de mí, desnuda y sonrojada, su coño colocado justo encima de mi polla esperando.

Deslizando una mano hacia abajo para apretar con fuerza mi polla, me miró seductoramente desde el espejo mientras preguntaba:

"¿Quién es mi perra?"

"Yo." Respondí, moviendo mis caderas debajo de ella, solo queriendo decir lo que necesitaba oír para seguir follándome.

"Eso es correcto", dijo. "Y te voy a follar como una perra."

Levantándose sobre sus rodillas, Lola se puso en cuclillas con la cabeza de mi polla presionando los pliegues resbaladizos de su coño. Presionando hacia abajo, se empaló a sí misma en mi lanza pulsante, dejándome llenar su abismo inundado.

"¡Shhhhttttt!" Lola siseó con los dientes apretados, la saliva se acumuló en su barbilla cuando comenzó a montarme. Decidiendo quedarme quieto por el momento, me recosté para disfrutar de la sensación de la famosa estrella follándose a sí misma en mi bastón.

"¡Hf! Hf! Hf! Hf!" Lola jadeaba con cada empuje hacia abajo, sus pechos apretados juntos mientras sostenía mis rótulas, usándolas como palanca para bombearse hacia arriba y hacia abajo en el mástil de mi polla.

Deslicé mis manos hacia abajo para apretar sus firmes y redondeadas nalgas, separándolas para exponer su pequeño culo blanqueado y extendiendo sus pliegues cada vez más amplios, dejando que sus jugos rodaran hacia abajo y se acumularan en mis bolas.

"¡AAauuhhh!" Ella gritó, haciéndome saber cuánto lo disfrutaba mientras mi polla cavaba cada vez más profundamente dentro de ella; un grito que duplicó su fuerza cuando comencé a rebotar mi pelvis al mismo tiempo que la de ella, follando mi polla dentro de ella.

"¡¡Joder, sí !!" Lola arrastraba las palabras, aumentando la velocidad y la intensidad de sus embestidas, sus pechos rebotaban salvajemente mientras me montaba con tanta fuerza que la silla gimió y se estremeció debajo de nosotros.

"¡Hnnn!" Gruñí mientras deslizaba mis manos alrededor de su torso para agarrar firmemente sus tetas, apretándolas con seguridad en su lugar y pellizcando los duros y sensibles pezones para su regocijo chillón.

"¡Sí! ¡Oh, mierda! ¡Pellizca mis malditos pezones! ¡Hazme correrme, puta! ¡Puta de mierda!" Lola gritó, arriesgándose a perder el equilibrio cuando tomó una de las manos que sostenían mis muslos y se la ofreció a su clítoris. Su dedo medio recorrió círculos rápidos como el rayo en la protuberancia erecta mientras Lola echaba la cabeza hacia atrás, sus ojos se cerraban con fuerza y su boca colgaba abierta.

"¡Puedo sentirlo!" Ella siseó. "¡Puedo sentir ... sentir! ... ¡sentir ...!"

Apuñalando su clítoris con tres dedos, su cuerpo tenso, sus caderas empujando con una terrible y dolorosa necesidad, Lola gimió y gritó mientras comenzaba a correrse ...

"¡Ah-hu-unnhh! ¡Mmnh! ¡Nhhh! ¡Nnrrr! NnGodYyess! ¡Dios! ¡Joder! ¡Yesssssssss!"

Su coño estaba tan húmedo ahora que era como una presa estallando, sus jugos se derramaban entre mis muslos y empapaban la almohada debajo de mi trasero.

"¡Joder, joder, joder, joder!" Lola maldijo una y otra vez mientras se agitaba y se sacudía encima de mí, apretando los músculos de su coño tan apretados alrededor de mi tensa polla que tuve



No hay esperanza en el mundo de aguantar más.

"¡Shhhhiiitt, sí!"

Lola sacó rápidamente mi polla, se agachó y descargué toda mi carga en su cara. Mi cabeza dando vueltas, mi cuerpo entero hormigueando, no pude evitar reflexionar sobre mi suerte. ¿Cómo diablos había logrado todo esto?



Fin.


Si alguien quiere que le escriba un relato solo hago intercambio de relatos, es decir, me dices de qué quieres el relato y yo lo hago, a cambio tú haces un relato para mí sobre lo que yo quiera, sin límites
Uno de Aitana y te hago otro
 
Guardé este relato del anterior foro y ahora que he encontrado este hilo quería resubir este y otro relato más; espero que los autores no se molesten y se animen a volver a aportar su creatividad.

Campanadas de año nuevo

Acaban de terminar las campanadas y en el piso desde el cual se había emitido la retransmisión comenzaron a sacar el cava y los canapés y demás cosas para a celebración, estaba todo el equipo al completo pero desde luego las que destacaban era claramente las presentadoras Paula Vázquez y Anna Simón que iban preciosas, con el paso del rato el cava comenzaba a hacer efecto en la gente sobre todo en Manu que era uno de los peces gordos de la cadena y bastante prepotente debido a ello, iba trajeado muy elegante y con ropa cara, Manu vio a Anna sentada en el sofá con su copita mirándola como muy pensativa, y no lo dudo y se acercó a ella para hablarle.

Manu: Feliz año nuevo Annita - Le dijo mientras se sentaba a su lado en el sofá.
Anna: Igualmente Manu - Dijo la guapa rubia con una gran sonrisa.
Manu: Te veo muy pensativa...
Anna: Si bueno pensando un poco en el resumen del año
Manu: Bueno no te podrás quejar no?
Anna: Desde luego que no, ha sido un año fantástico

En ese momento Manu la coge por la cintura y se le acerca al oído y le dice:

Pues podríamos comenzar este año igual de bien no? - Dijo con un tono que se daba a entender que estaba cachondisimo.
Eres tonto? Deja de beber anda y suéltame. - Le dijo Anna mosqueada apartándole la mano de su cintura.
Anna es que me pones un montón mira lo dura que la tengo.. -Le coge la mano y hace que le toque la polla por encima del pantalón.
Ahhh puto cerdo, párate anda. - Dijo Anna asqueada aunque por una parte se había sorprendido de lo dura que estaba.
Vaa si lo estas deseando... - En ese momento se le lanzo a comerle el cuello y le metió la mano por dentro de la falda hasta tocarle el coño.
Anna que se dejó durante 2 segundos porque en realidad le dio placer lo apartó de golpe y se levantó de ahi.

Al cabo de 1 hora Annita ya iba bastante borracha y se acercó a la mesa donde estaba el picoteo donde estaba uno de los cámaras con el que se llevaba muy bien.

Anna: Que como va la noche Andrés?
Andrés: Muy bien esta todo muy bueno, y tu que?
Anna: Pues mira que al parecer me he pasado con el cava un poquito ajjaja
Andrés: El que si se ha pasado con el cava es Manu eeeh anda que vaya jefe, le visto como te metía mano.
Anna: Es un cerdo, ha empezado a decirme de empezar el año bien y todo el rollo.
Andrés: Madre mía que asco de tío!
Anna: Aunque la verdad es que tiene su parte de razón... - Le dijo de una forma muy insinuante.
Andrés: Anna, por dios! Que estoy casado!
Anna: No no, yo no digo nada solo te daré una cosita y te diré que estaré un buen rato en el lavabo, la decisión es tuya. ;)

Le había dado un papel doblado, Andrés lo abrió y vio que ponía dentro: "Vale por un polvo de año nuevo", Andrés se vio sorprendido al ver esto, miró a los lados y se lo guardó en el bolsillo.
A los 10 minutos Manu se acercó a hablar con Andrés.

Manu: Que como va la noche?
Andrés: Muy bien, habéis organizado una fiesta perfecta.
Manu: Me alegró que te guste, y las tías que? que tal? Has visto como va la zorra esa de la Anna Simón? ajjaja
Andrés: Manu, por dios! tengo mujer!
Manu: Bueno pero opinar entre hombres no hay problema no?
Andrés: Va muy guapa si.
Manu: Me pone que flipas esas tetas que tiene! Haber si me la follo...
Andrés: Le deseo suerte entonces.
Manu: Por cierto que habéis estado hablando antes?
Andrés: Nada me ha venido a dar una cosa.
Manu: Que cosa?

En ese momento Andrés saca el papelito del vale por un polvo y se lo enseña a Manu.

Manu: JODERRR!! Enserio?!!
Andrés: Si.. bueno... pero lo tiraré.
Manu: No puedes hacer eso tío.
Andrés: Que voy a hacer sino? Tengo mujer.
Manu: Mira si no lo vas a usar tu, dámelo!

Andrés realmente no quería dárselo ya que como a todos los de la cadena Manu les caía muy mal debido a su arrogancia, pero termino cediendo y dándoselo pensando también que Anna no iba a hacer ninguna locura...

Manu se dirigió al baño donde estaba Anna con el papel en la mano y al entrar en el vio a Anna apoyada en la pared hincándose una botella de cava ella solita.

Anna: Vaya... que haces tu aquí?
Manu: Pues veras... mira lo que tengo...
Anna: No esperaba que fueses tu el que iba a venir...
Manu: Pues sorpresa...

Anna se acercó a Manu y con voz muy seductora le dijo:
Anna: Entonces quieres usar tu el vale?
Manu: Exacto!...

Manu y Anna se empezaron a besar desesperadamente, Manu la cogió del culo y empezó a bombear la cintura contra ella, Anna le cogió de la cabeza y se la bajo hasta sus tetas para que se las chupase y Manu encantado accedió, cuando los dos ya no podían estar mas calientes Manu se separó un paso atrás y comenzó a sacarse la polla, Anna captó el mensaje y se arrodillo delante suyo y cuando termino de sacársela se la metió entera de golpe en la boca y comenzó a mamársela de forma intensa, Manu la cogió de la cabeza y comenzó a gozar de esa increíble mamada.

Por otro lado Andrés al ver que Manu no volvía comenzó a dar por hecho de que se la estaba tirando al final, y empezó a darle vueltas a la cabeza, que si tendría que haber ido el o no?... Que si el cabrón de Manu con lo mal que le cae le ha regalado un polvo, etc..

Dentro de lavabo Anna continuaba haciéndole ese trabajo oral a Manu hasta que dio un parón porque estaba cansada.
En ese momento Manu la agarró fuerte de la cabeza y le dio una embestida que casi la ahoga

Toma eso puta!!!! - Anna intentó aguantarlo y al conseguir poner la garganta del todo profunda Manu comenzó a follarle la boca de una forma bestial.

Anna se levantó cuando no podía mas y le quitó esa cara americana a Manu tirándola al suelo y lo agarró de la corbata tirándolo hacía ella y comenzó a besarle. Manu que se dejaba llevar mientras la besaba fue desabrochándose los botones de la camisa blanca, una vez termino Anna empezó a pasar las manos por el torso de Manu que hay que decir estaba bastante trabajado en el gimnasio, todo esto sin dejar de besarse hasta que Anna comenzó a bajar poco a poco por el cuerpo de Manu dándole besos hasta llegar a la cintura, y luego subió rápidamente hacía arriba lamiéndole, le cogió la polla y comenzó a pajearle y le dijo:

Anna: Llego el momento de la verdad.

Entonces de un empujón lo sentó en el váter y ella se levanto la falda un poco para poder pasar las piernas y se sentó encima de el. Comenzó a trotarle un poco lento porque le estaba costando metérsela pero a la que entró del todo bien comenzó a follarle muy rápidamente y Manu que iba turnándose las manos entre su culo y sus tetas.

Anna: Ohh ooohhh!
Manu: Ves como ibas a disfrutar zorra??
Anna: Eres un cerdo y un gilipollas pero me encanta tu polla por dios!!!
Manu: Y tu no tienes ni puta gracia pero estas buenísima joder!!
Anna: JODERR!! no pares! Esto es una maravilla. -Manu comenzó a hacerla botar rápidamente.
Manu: Toma perra!!! quiero ver bien esas tetas. -Anna se bajó la única manga del vestido y dejó a relucir esos magníficos pechos.
Anna: Cómeme las tetas joder, pero no bajes el ritmo.
Manu: Joder!! vaya peras dios!! -Comenzó a comérselas con mucho gusto mientras Anna no paraba de chillar por esa follada.

En ese momento los dos estaban completamente en estasis, mientras Andrés seguía dándole vueltas haciéndose la idea de la oportunidad que acababa de dejar pasar para dársela a una de las personas que mas rabia le tiene.

Manu: Anna levanta.
Anna: Que dices?!
Manu: Claro que si.. toca reventarte el culo...

Anna se levantó y se apoyo contra la pared levantándose la falda para que llegase Manu y se le metiese por detrás, una vez hecho Manu comenzó a follársela con un ritmo rapidísimo también.

Anna: ooohh!! sii!! joder!! me encanta, me encanta!!!
Manu: Vaya culazo que tienes zorra! Es que es para reventarlo así.
Anna: Pues cállate y reviéntalo joder!!

Y así siguieron unos minutos mas hasta que Manu no pudo mas.

Manu: Me voy a correr haber donde estas esas tetas niña?!
Anna: Aquí las tienes báñalas enteritas.

Anna se arrodillo y Manu no solo se las baño enteras sino que además sobró para regarle esa carita que tiene Annita.

Manu: Bueno ya sabes si tienes mas ganas de polla avísame putita. - Y Manu comenzó a vestirse y salió de lavabo.

Andrés cuando vio a Manu salir del lavabo sudando y con la camisa arrugada fue corriendo al lavabo y se encontró con Anna sentada en el váter agotada, sudando y con mucha lefa por la cara y las tetas y al ver a Andrés le dijo:

Anna: Hubieras gozado de verdad, pero has sido tonto...
 
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