Suelta lo que piensas, ¡ya!

Esperamos. Volver a verte, sano

Ya nos contarás, no puedes dejarnos así.



He sido de los primeros en llegar. Cuando he accedido al vestuario me he encontrado con varios compañeros alegrándome especialemente de ver a dos con los que hacía tiempo no coincidía: uno bastante desmejorado (la pandemia ha hecho estragos en algunas personas) y el otro estaba alegre (como siempre y a cualquier hora).

Minutos después una vez reunido el grupo en el tatami (una instalación ideal para la práctica deportiva y que estaba impecablemente limpia y bien ventilada), he ido observando uno por uno a todos los integrantes, mientras el profesor se presentaba e iba explicando a grandes rasgos lo que íbamos a realizar además de lanzar preguntas y frases tratando de empatizar.

En cuanto a los atuendos la cosa iba de extremos: desde compañeras a las que no les faltaba detalle, en buena forma física, con sus pelos recogidos y tan bien conjuntadas que parecían sacadas de una serie americana de esas en la que todo es "cool" (igual hasta se han puesto de acuerdo con los modelitos) a otras compañeras de más edad, menos en forma por decirlo de manera benévola y cuya indumentaria deportiva era menos ajustada y más unisex; mientras que en el grupo masculino había una sorprendente mezcolanza de estilos que iban del sport-pijo de unos, al rapero-chandalero-baratero de otros, pasando por el estilo "libre" o freestyle de otros entre los que se se encontraba uno de los jefes, además de alguno de los que combinan ropa deportiva con ropa de calle comunmente conocidos como athleisures. Y en cuanto a mí, vestía pantalones de chándal y camiseta de cuello redondo, ambas prendas de riguroso negro sin rótulos ni mensajes.

Mención especial para uno de los participantes que se ha presentado con un atuendo inclasificable, consistente en unos pantalones de chándal que le venían enormes con sudadera atada a la cintura y camiseta de un conocido equipo de fútbol (prendas que probablemente serán de su hijo) la camiseta metida por dentro del pantalón y este con la cintura subida, varias vueltas remangada para acortar la largura adaptándolo a su talla: las risas se han debido escuchar desde la calle porque encima ha llegado tarde, con la clase recién comenzada, y al profesor se le notaban los esfuerzos para aguantar la compostura al verle aparecer de esa guisa pidiendo disculpas por el retraso —decía— al no encontrar aparcamiento (mentira segura).

En resumen y sin entrar en las variadas configuraciones físicas para no extenderme más, el grupo resultaba de lo más heterogéneo.


Continuará... Mañana, si dispongo de tiempo.

Un saludo.

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He sido de los primeros en llegar. Cuando he accedido al vestuario me he encontrado con varios compañeros alegrándome especialemente de ver a dos con los que hacía tiempo no coincidía: uno bastante desmejorado (la pandemia ha hecho estragos en algunas personas) y el otro estaba alegre (como siempre y a cualquier hora).

Minutos después una vez reunido el grupo en el tatami (una instalación ideal para la práctica deportiva y que estaba impecablemente limpia y bien ventilada), he ido observando uno por uno a todos los integrantes, mientras el profesor se presentaba e iba explicando a grandes rasgos lo que íbamos a realizar además de lanzar preguntas y frases tratando de empatizar.

En cuanto a los atuendos la cosa iba de extremos: desde compañeras a las que no les faltaba detalle, en buena forma física, con sus pelos recogidos y tan bien conjuntadas que parecían sacadas de una serie americana de esas en la que todo es "cool" (igual hasta se han puesto de acuerdo con los modelitos) a otras compañeras de más edad, menos en forma por decirlo de manera benévola y cuya indumentaria deportiva era menos ajustada y más unisex; mientras que en el grupo masculino había una sorprendente mezcolanza de estilos que iban del sport-pijo de unos, al rapero-chandalero-baratero de otros, pasando por el estilo "libre" o freestyle de otros entre los que se se encontraba uno de los jefes, además de alguno de los que combinan ropa deportiva con ropa de calle comunmente conocidos como athleisures. Y en cuanto a mí, vestía pantalones de chándal y camiseta de cuello redondo, ambas prendas de riguroso negro sin rótulos ni mensajes.

Mención especial para uno de los participantes que se ha presentado con un atuendo inclasificable, consistente en unos pantalones de chándal que le venían enormes con sudadera atada a la cintura y camiseta de un conocido equipo de fútbol (prendas que probablemente serán de su hijo) la camiseta metida por dentro del pantalón y este con la cintura subida, varias vueltas remangada para acortar la largura adaptándolo a su talla: las risas se han debido escuchar desde la calle porque encima ha llegado tarde, con la clase recién comenzada, y al profesor se le notaban los esfuerzos para aguantar la compostura al verle aparecer de esa guisa pidiendo disculpas por el retraso —decía— al no encontrar aparcamiento (mentira segura).

En resumen y sin entrar en las variadas configuraciones físicas para no extenderme más, el grupo resultaba de lo más heterogéneo.


Continuará... Mañana, si dispongo de tiempo.

Un saludo.

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Como en botica jaja, con interés espero el. Segundo capítulo.
 


He sido de los primeros en llegar. Cuando he accedido al vestuario me he encontrado con varios compañeros alegrándome especialemente de ver a dos con los que hacía tiempo no coincidía: uno bastante desmejorado (la pandemia ha hecho estragos en algunas personas) y el otro estaba alegre (como siempre y a cualquier hora).

Minutos después una vez reunido el grupo en el tatami (una instalación ideal para la práctica deportiva y que estaba impecablemente limpia y bien ventilada), he ido observando uno por uno a todos los integrantes, mientras el profesor se presentaba e iba explicando a grandes rasgos lo que íbamos a realizar además de lanzar preguntas y frases tratando de empatizar.

En cuanto a los atuendos la cosa iba de extremos: desde compañeras a las que no les faltaba detalle, en buena forma física, con sus pelos recogidos y tan bien conjuntadas que parecían sacadas de una serie americana de esas en la que todo es "cool" (igual hasta se han puesto de acuerdo con los modelitos) a otras compañeras de más edad, menos en forma por decirlo de manera benévola y cuya indumentaria deportiva era menos ajustada y más unisex; mientras que en el grupo masculino había una sorprendente mezcolanza de estilos que iban del sport-pijo de unos, al rapero-chandalero-baratero de otros, pasando por el estilo "libre" o freestyle de otros entre los que se se encontraba uno de los jefes, además de alguno de los que combinan ropa deportiva con ropa de calle comunmente conocidos como athleisures. Y en cuanto a mí, vestía pantalones de chándal y camiseta de cuello redondo, ambas prendas de riguroso negro sin rótulos ni mensajes.

Mención especial para uno de los participantes que se ha presentado con un atuendo inclasificable, consistente en unos pantalones de chándal que le venían enormes con sudadera atada a la cintura y camiseta de un conocido equipo de fútbol (prendas que probablemente serán de su hijo) la camiseta metida por dentro del pantalón y este con la cintura subida, varias vueltas remangada para acortar la largura adaptándolo a su talla: las risas se han debido escuchar desde la calle porque encima ha llegado tarde, con la clase recién comenzada, y al profesor se le notaban los esfuerzos para aguantar la compostura al verle aparecer de esa guisa pidiendo disculpas por el retraso —decía— al no encontrar aparcamiento (mentira segura).

En resumen y sin entrar en las variadas configuraciones físicas para no extenderme más, el grupo resultaba de lo más heterogéneo.


Continuará... Mañana, si dispongo de tiempo.

Un saludo.

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Venga con ánimo e ilusión a darlo todo.
 
Ayer vino una pareja de policías a hablar conmigo y a buscar al enemigo.
Para alegría de muchos de vosotros, ella os hubiera gustado. Rubia,alta,guapa, imponiéndose porque ella lleva la voz principal en este asunto.
Para alegría mía, quien le acompañaba no estaba mal pero no era mi tipo. Que se le va a hacer. Seguro que mi enemigo me da la posibilidad nuevamente, de alegrarme la vista con otra pareja de patrulla. 😎
 
Con las manos en la masa 😂
Ya te digo...ayer lo pillaron pero hizo mutis por el foro. No por este foro, sino por el foro de la comunidad de vecinos.

Seguiré informando de mi enemigo.
Aunque creo más bien que soy yo su enemiga, no debo caerle muy bien. 😂
Eso de que te jodan todos los días de la semana y no puedas hacer con libertad lo que quieras, porque sabes que te has excedido en tus libertades y ahora te requieren....pues no mola mucho no.
No mola nada tenerme de vecina.
Si yo lo entiendo 😎 😂
 
Ayer vino una pareja de policías a hablar conmigo y a buscar al enemigo.
Para alegría de muchos de vosotros, ella os hubiera gustado. Rubia,alta,guapa, imponiéndose porque ella lleva la voz principal en este asunto.
Para alegría mía, quien le acompañaba no estaba mal pero no era mi tipo. Que se le va a hacer. Seguro que mi enemigo me da la posibilidad nuevamente, de alegrarme la vista con otra pareja de patrulla. 😎
Algo bueno ha hecho 🤣
 
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