Fotos y Videos Tratados como putas

Hay que estar fáciles y aceptar lo que nos hagan sin darles problemas.
Mientras no se echen novia fija, pues que puedan usarnos las veces que necesiten. No es bueno que estén con los cojones llenos sin poder descargar. Les tensa mucho y se ponen agresivos.
Estoy de acuerdo, para eso estamos, para servir cuando ellos quieran, que disfruten siempre que quieran
 
A los 18 ya me daban a diario. Cuanto antes aprendes tu sitio, mejor.


Que rico, siempre que puedo me gusta llevar tanguita con el culito bien penetrado...
 
Que rico, siempre que puedo me gusta llevar tanguita con el culito bien penetrado...

Cuando el macho se levanta y te deja ahí tirada, con el culo lleno de lefa y se va sin decir ni media.
Te quedas un poco perdida pero ese momento nos gusta. Es el que más saboreamos, porque el resto hay que estar atentas al macho y no puedes pensar en otra cosa que en lo que él diga y en lo que él quiera
 
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A las putas nos buscan para
meternos lo que no les entra a otras hembras.
Nos las clavan hasta las huevos sin miramientos y
nos dan con toda la brutalidad que quieren.
Se vacían los cojones en nuestras tripas y, cuando la sacan,
nos las llevan a la boca para que se la limpiemos y nos llevemos hasta la última gota de su semen.
Nos dejan doloridas, ensanchadas, rellenadas y no
les importa lo más mínimo porque no somos más que putas, estamos para eso.

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Guauuuu q me encantaría disfrutar de una polla como esa!!! 😍😍😍
 
Mi llegada al ejército (fantasía)

Alístate en el ejército, me dijeron. Eres muy joven. Allí terminarás de madurar y te harás un hombre. La camaradería, la lealtad y el compañerismo son la base del ejército. Así que lo hice, pero pronto se dieron cuenta de mi carácter y empezaron a tentarme y poco después a usarme. Ahora me he convertido en la putita del regimiento. Me usan cuando quieren y como quieren. No sé decir que no (ni debo). Obedezco órdenes.

Desde que llegué los conflictos y las agresiones han disminuido drásticamente. Con los cojones vacíos mis compañeros están mucho más tranquilos. Así que me esfuerzo por contribuir al bienestar de mi base. Alguien debería condecorarme.

 
Un sábado cualquiera (fantasía)

Estaba en casa, en el sofá, viendo la TV. De repente, he empezado a sentir ese ardor en el pecho. Lo conozco muy bien. Es el calentón que me entra cuando necesito ser usado, cuando no puedo pasar ni un minuto más sin que me utilicen sin miramientos, sin que me follen como la puta que soy. Sin pensarlo me monto en el coche y voy rápido hacia mi zona de cruising favorita. Allí abro la puerta del coche para mostrar mi disponibilidad. Se acerca un hombre mayor, seguramente me dobla la edad. No dice nada. Yo me pongo a cuatro patas y me bajo el pantalón para ofrecerle un tributo a su virilidad.

- Por favor, ponte condón - le suplico.

Sonríe malévolamente mientras aprieta su capullo contra mi culo. Buf. Ya está dentro. Y al cabo de unos segundos el resto de su rabo. Mierda. Ya soy suyo. Nada que objetar. Que siga. ¿Quién soy yo para obligarle a ponerse condón? Me folla con fuerza, con el vigor de un macho. Varias veces tengo que parar. Me duele demasiado. Pero cada vez vuelvo a por más, ofreciéndole mi culo, mi culo tragón y sediento.

Veo a otro hombre que se acerca. Me giro. Está haciendo cola. Joder. Está claro que tendré que atenderlo también. Se me acumula el trabajo.

Con lo tranquilo que estaba en mi casa. Pero yo me lo he buscado. Esto es lo que me pasa por puta.
 
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