VirginiaXX-La portadora del diamante, el regreso [Verificada]

Niña buena o mala? Qué historia se os ocurre? O que historia pensáis que hay detrás de estas fotos?😈😈😈
Buenos días, cuanto tiempo hacía que no pasaba por aquí, la verdad que debería pasar a menudo......


Una imagen así abre puertas a historias que se bifurcan entre lo prohibido y lo misterioso. ¿Eres niña buena, tan buena que conoces cada regla solo para saber cuál romper? O tal vez... una niña mala, tan mala que convierte la tentación en arte y deja huellas imborrables en cada mirada.

Permíteme imaginar dos escenas:

La niña buena entra en la habitación con una mezcla de curiosidad y nervios. Es su primera vez probando algo fuera de lo común, y aunque cada hebilla le habla de límites, en su mirada hay un fuego que pide descubrir lo desconocido. Ella no busca quebrar las reglas, sino comprenderlas desde adentro, explorando los detalles con dulzura y respeto. Pero al final, cuando se desatan los nudos, ella sonríe como quien ha encontrado una nueva libertad.

La niña mala, en cambio, es quien domina el juego incluso cuando parece ceder. Ella elige el momento, el lugar, y cada hebilla está perfectamente ajustada no para contenerla, sino para subrayar su control sobre la situación. No hay nervios, solo una mirada que dice: 'Sé exactamente lo que quiero y sé cómo lo voy a conseguir'.

¿Y tú? Tal vez seas un enigma que mezcla lo mejor de ambas, capaz de dibujar líneas entre la dulzura y la osadía con una precisión que deja huella. ¿Te gusta que te cuenten historias o prefieres ser la autora del próximo capítulo? Sea cual sea tu respuesta, hay algo indiscutible: cualquier historia contigo tendría mucho más de pasión que de tinta.

Que historia prefieres una de niña buena.....o niña mala...
 
Última edición:
Eras una niña buena que llegó a la conclusión; que para pasárselo bien y disfrutar no hay nada mejor que ser una niña mala, pasearse con una cola de zorrita buscando algún Macho que te dé una buena "educación" 🍆💦
Estoy contigo. Yo siempre estoy buscando alguien que me enseñe una buena educación🔥🔥🔥💋
 
Buenas tardes preciosa 😘😘😘
Yo quiero pensar que fuiste mala 😏😏
Yo me imagino que, por la mañana te pusiste un vestidito sin ropa interior, tacones y medias de liguero sin decir nada. Una vez en la calle empiezas a jugar a hacer flashes para que vea que vas sin nada y con medias de liguero. Pero me prohíbes tocar y así me tienes todo el día. Calentándome durante la mañana mientras visitamos algún lugar y después en el restaurante vas jugando conmigo y calentándome (tu sí que puedes tocar y hacer lo que quieras). En los desplazamientos sigues jugando y haciendo cosas en el coche para ponerme enfermo con la prohibición de tocar y de correrme. Así pasamos toda la tarde y yo muy caliente y cachondo🔥🔥🔥🔥🔥🔥
Al llegar a casa me dices que me siente en el sofá y tu te vas a la habitación. Al poco rato me llamás y al entrar en la habitación te encuentro a ti con la cola y con el arnés en la mano y me dices: se que he sido mala y ahora es momento que me castigues 😏😏😏
En ese momento te pongo las esposas y el arnés y te digo, voy hacerte unas fotos para que vean como has acabado después de lo mala que has sido 😏😏😏.
En ese momento te ordeno que empieces a jugar con tu boca en mi pene hasta que te digo que pares y te pongas como en la foto para poder cogerte de la colita y poder entrar en ti por tu precioso coñito y follar hasta que esté a punto de correrme. En ese momento la sacaría y pediría que te pusieras de rodillas para a abar en tu boquita y carita 😏😏🔥🔥🔥🔥

Se que pedías la historia que ha detrás y yo he hecho la que pienso que hay detrás más la continuación 😏😏😜😜
Espero que no te moleste ☺️☺️😘😘
Creo que como bien dices habría sido muy muy mala durante el día. El ir sin ropa interior es algo muy normal en mi y desde luego a mí chico se lo hago saber siempre. Seguramente en el restaurante estaríamos sentados uno enfrente del otro y mi pie travieso se colaría por debajo de la mesa para enredar con tu pene. Aprovecharía el camino al baño para ir contoneándome y quizás se me enganchara la bota y tuviera que agacharme a soltarla y quien sabe si alguien más del restaurante se daría cuenta que no llevo ropa interior. Creo que el chico de barbas del fondo que está con su chica se ha dado cuenta xq me mira un sonríe y yo con todo mi descaro le sonreiría también y luego te miraría a ti para q supieras que tengo más candidatos. Así que sí, habría sido mala durante todo el día, te habría calentado hasta que te doliese la polla pero mi coñito estaría también caliente y deseoso de que lo saborearas. Así que al llegar a casa me habría puesto mi uniforme de sumisa para que supieras q era el momento de jugar y de disfrutar. Y si terminabas regando mi cuerpo habría sido un gran día🔥🔥🔥🔥💋💋
 
Buenos días, cuanto tiempo hacía que no pasaba por aquí, la verdad que debería pasar a menudo......


Una imagen así abre puertas a historias que se bifurcan entre lo prohibido y lo misterioso. ¿Eres niña buena, tan buena que conoces cada regla solo para saber cuál romper? O tal vez... una niña mala, tan mala que convierte la tentación en arte y deja huellas imborrables en cada mirada.

Permíteme imaginar dos escenas:

La niña buena entra en la habitación con una mezcla de curiosidad y nervios. Es su primera vez probando algo fuera de lo común, y aunque cada hebilla le habla de límites, en su mirada hay un fuego que pide descubrir lo desconocido. Ella no busca quebrar las reglas, sino comprenderlas desde adentro, explorando los detalles con dulzura y respeto. Pero al final, cuando se desatan los nudos, ella sonríe como quien ha encontrado una nueva libertad.

La niña mala, en cambio, es quien domina el juego incluso cuando parece ceder. Ella elige el momento, el lugar, y cada hebilla está perfectamente ajustada no para contenerla, sino para subrayar su control sobre la situación. No hay nervios, solo una mirada que dice: 'Sé exactamente lo que quiero y sé cómo lo voy a conseguir'.

¿Y tú? Tal vez seas un enigma que mezcla lo mejor de ambas, capaz de dibujar líneas entre la dulzura y la osadía con una precisión que deja huella. ¿Te gusta que te cuenten historias o prefieres ser la autora del próximo capítulo? Sea cual sea tu respuesta, hay algo indiscutible: cualquier historia contigo tendría mucho más de pasión que de tinta.

Que historia prefieres una de niña buena.....o niña mala...
Según el día ángel o demonio. Pero siempre soy una niña buena revoltosa que le gusta jugar y poner las cosas difíciles aunque pueda dar otra impresión. Si me preguntas que historia prefiero...con ese atuendo y en esa pose lo digo todo. Soy tuya pero mi cuerpo se revela ante la posibilidad de no liberarse...así que como me libertarias? 🔥🔥🔥🥂
 
Según el día ángel o demonio. Pero siempre soy una niña buena revoltosa que le gusta jugar y poner las cosas difíciles aunque pueda dar otra impresión. Si me preguntas que historia prefiero...con ese atuendo y en esa pose lo digo todo. Soy tuya pero mi cuerpo se revela ante la posibilidad de no liberarse...así que como me libertarias? 🔥🔥🔥🥂

Niña buena revoltosa... me gusta cómo juegas con esa dualidad, moviéndote entre ser buena y ser indomable.
Pero dime, ¿es tu cuerpo quien se revela o es tu mente quien se resiste a ceder del todo?
Libertarte no sería una cuestión de romper cadenas, sino de entender qué parte de ti realmente quiere ser libre... y cuál quiere quedarse atrapada en este juego.
A veces, los nudos no son para sujetar, sino para resaltar aquello que, sin ellos, quedaría invisible.
Si me preguntas cómo te liberaría... creo que primero haría que desees tus cadenas tanto como desearías soltarlas. La clave no está en apresurarse, sino en alargar cada momento hasta que los límites desaparezcan por completo.

Ahora bien, niña buena revoltosa, ¿crees que soy el tipo de persona que jugaría según tus reglas... o alguien capaz de escribir un nuevo capítulo para este juego?
Tú decides si prefieres darme pistas... o dejarme adivinar.
 
Creo que como bien dices habría sido muy muy mala durante el día. El ir sin ropa interior es algo muy normal en mi y desde luego a mí chico se lo hago saber siempre. Seguramente en el restaurante estaríamos sentados uno enfrente del otro y mi pie travieso se colaría por debajo de la mesa para enredar con tu pene. Aprovecharía el camino al baño para ir contoneándome y quizás se me enganchara la bota y tuviera que agacharme a soltarla y quien sabe si alguien más del restaurante se daría cuenta que no llevo ropa interior. Creo que el chico de barbas del fondo que está con su chica se ha dado cuenta xq me mira un sonríe y yo con todo mi descaro le sonreiría también y luego te miraría a ti para q supieras que tengo más candidatos. Así que sí, habría sido mala durante todo el día, te habría calentado hasta que te doliese la polla pero mi coñito estaría también caliente y deseoso de que lo saborearas. Así que al llegar a casa me habría puesto mi uniforme de sumisa para que supieras q era el momento de jugar y de disfrutar. Y si terminabas regando mi cuerpo habría sido un gran día🔥🔥🔥🔥💋💋
Buenos días preciosa 😘😘😘😘
Uuuuuuuuuuuffffff madre mía Virginia!!!! Está versión extendida con comentarios del director sube el nivel y el calentamiento de la historia de manera espectacular 😍🔥😍🔥😍🔥😍😍
Uuuuuuuuuuuffffff que morbazo que otros se dieran cuenta de lo mala que estarias siendo 🔥🔥🔥🔥🔥🔥
Uuuuuuuuuuuffffff madre mía cómo me has puesto con tus palabras...realmente ahora mismo estoy con el dolor de polla que comentas en el relato 😏😏😏😏🔥🔥🔥🔥 uuuuuuuuuuuffffff 🔥🔥🔥🔥🔥
Muchas gracias por tu relato y que tengas un gran viernes y finde 😘😘😘
 
Niña buena o mala? Qué historia se os ocurre? O que historia pensáis que hay detrás de estas fotos?😈😈😈
¿Niña buena o Niña mala ....?
¡That's the question!
¿Por qué no una niña mala que esté muy buena ....?, pero en este caso son dos.
Dos mujeres impresionantes, ambas amantes de sensaciones fuertes, que disfrutan sirviendo a sus amos; una de ellas enfatiza su condición de sumisa, y con su cola de zorra su condiciones de tal.
Ambas sometidas a sus Amos, y como objetos sexuales, obedecen sus requerimientos, sean cuáles sean.
 
Niña buena revoltosa... me gusta cómo juegas con esa dualidad, moviéndote entre ser buena y ser indomable.
Pero dime, ¿es tu cuerpo quien se revela o es tu mente quien se resiste a ceder del todo?
Libertarte no sería una cuestión de romper cadenas, sino de entender qué parte de ti realmente quiere ser libre... y cuál quiere quedarse atrapada en este juego.
A veces, los nudos no son para sujetar, sino para resaltar aquello que, sin ellos, quedaría invisible.
Si me preguntas cómo te liberaría... creo que primero haría que desees tus cadenas tanto como desearías soltarlas. La clave no está en apresurarse, sino en alargar cada momento hasta que los límites desaparezcan por completo.

Ahora bien, niña buena revoltosa, ¿crees que soy el tipo de persona que jugaría según tus reglas... o alguien capaz de escribir un nuevo capítulo para este juego?
Tú decides si prefieres darme pistas... o dejarme adivinar.
Yo creo que tal y como escribes serías dominante y querrías explorar mis límites y escribir las reglas. Estamos en alineación planetaria así que a lo mejor tendrías suerte. Pero nunca se sabe cuando la niña rebelde , la yegua salvaje que habita en mi, rompería las cadenas invisibles o no y rompería todas tus reglas
 
Yo creo que tal y como escribes serías dominante y querrías explorar mis límites y escribir las reglas. Estamos en alineación planetaria así que a lo mejor tendrías suerte. Pero nunca se sabe cuando la niña rebelde , la yegua salvaje que habita en mi, rompería las cadenas invisibles o no y rompería todas tus reglas
Parece que detrás de esa alineación planetaria se esconde un reto cautivador....

¿Dominante? Quizás sí, pero no en el sentido común. Más que poner reglas prefiero crear la necesidad a través de la seducción y del conocimiento, que imagines como juego con esa dualidad disfrutando de ambas, porque las reglas a veces están para romperlas juntos, si el momento lo exige. Y me gustaría que la niña buena revoltosa imagine, que el verdadero arte no está en controlar a la yegua salvaje, sino en bailar con ella, en crear un ritmo que haga que ambas partes quieran jugar.

Dices que romperías mis reglas, pero... ¿y si las escribiera solo para que las rompas? No hay cadenas invisibles que tu espíritu no pueda desafiar, pero tal vez el verdadero desafío para ti sería alguien que te obligue a desear esas cadenas. No por necesidad, sino por elección.

¿Qué pasaría si la niña rebelde que llevas dentro se enfrentara a alguien que no teme su resistencia, que no huye de sus desafíos? ¿Crees que podrías romper las reglas más rápido de lo que yo sería capaz de escribirlas?

No te pediré pistas esta vez; prefiero descubrirlo. Pero cuidado, porque en este juego, lo que empieza con un '¿cómo me liberarías?' puede terminar siendo un '¿cómo me rendirías?' Sin prisa, sin pausa, siempre al filo del control.

Así que dime, VirginiaXX: ¿Que crees que desearía si te tuviera justo en frente de mi?
 
Última edición:
Buenos días preciosa 😘😘😘
Espero que hayáis tenido un magnífico finde y hayas podido ser mala ☺️☺️😘😘
También te deseo que tengáis un gran inicio de semana 😘😘😘
 
Parece que detrás de esa alineación planetaria se esconde un reto cautivador....

¿Dominante? Quizás sí, pero no en el sentido común. Más que poner reglas prefiero crear la necesidad a través de la seducción y del conocimiento, que imagines como juego con esa dualidad disfrutando de ambas, porque las reglas a veces están para romperlas juntos, si el momento lo exige. Y me gustaría que la niña buena revoltosa imagine, que el verdadero arte no está en controlar a la yegua salvaje, sino en bailar con ella, en crear un ritmo que haga que ambas partes quieran jugar.

Dices que romperías mis reglas, pero... ¿y si las escribiera solo para que las rompas? No hay cadenas invisibles que tu espíritu no pueda desafiar, pero tal vez el verdadero desafío para ti sería alguien que te obligue a desear esas cadenas. No por necesidad, sino por elección.

¿Qué pasaría si la niña rebelde que llevas dentro se enfrentara a alguien que no teme su resistencia, que no huye de sus desafíos? ¿Crees que podrías romper las reglas más rápido de lo que yo sería capaz de escribirlas?

No te pediré pistas esta vez; prefiero descubrirlo. Pero cuidado, porque en este juego, lo que empieza con un '¿cómo me liberarías?' puede terminar siendo un '¿cómo me rendirías?' Sin prisa, sin pausa, siempre al filo del control.

Así que dime, VirginiaXX: ¿Que crees que desearía si te tuviera justo en frente de mi?
Bueno...parece que esperas que te describa el momento... A ver que te parece:

Podría ser un viernes por la noche. Yo había dejado atrás el día como quien cierra un capítulo lleno de responsabilidades. Llego puntual al lugar que habías elegido. Visto un sencillo pero elegante vestido negro. Al cruzar la puerta, mis ojos te buscan, ahí estás, de pie, observándome con una intensidad que desarma.

Sin palabras, me ofreces tu mano. La tomo, dejando en ese gesto toda mi voluntad. Camino tras de ti como si los minutos de esa noche te pertenecieran únicamente a ti. Subimos al ascensor, y el aire entre los dos se llena de tensión. No hay necesidad de preguntas ni de explicaciones. Ambos sabemos lo que yo busco: el descanso, la entrega, el placer de no decidir, aunque solo sea por unas horas.

Al entrar en la habitación, todo es diferente. La habitación está cuidadosamente iluminada por velas estratégicamente colocadas. El olor a madera y vainilla envuelve el ambiente. Te colocas detrás de mi, y con un movimiento lento deslizas tus dedos por mi espalda, acariciando la piel que quedaba al descubierto al bajar la cremallera de mi vestido.

—Hoy, olvídate de todo. Solo escucha. Solo siente. -Me susurras al oído.

Asiento, sin mediar palabra, y cierro los ojos. El peso de las decisiones se esfuma en el aire. Mi única tarea es obedecer, disfrutar, dejar que tú me guies. Cada caricia, cada susurro, cada gesto es una invitación a perderme en ese espacio donde no había prisas ni preocupaciones.

Me ordenas que no me mueva, que me quede quieta mientras tu das vueltas a mi alrededor observándome como un lobo hambriento. Me siento vulnerable, estoy expuesta ante ti, pero me da igual, hago lo que me dices sin dudar. Entonces, noto cómo tus manos exploran mi cuello, mis hombros, mi pecho, mis brazos, como si leyeras en mi piel los días de esfuerzo acumulados.

Tu boca comienza a dibujar líneas invisibles sobre mi cuerpo, y con cada beso, me siento más ligera, más libre, más viva.

Y entonces, en un instante de absoluta calma, me dices al oído:
—Eres mía esta noche, pero tú decides cómo termina.

Sonrío, con la tranquilidad de saber que el verdadero poder sigue siendo mio, pero con el delicioso placer de no usarlo.
Entonces, dejas caer el vestido al suelo con un movimiento suave y vuelves a observarme, sin prisa, como quien admira una obra de arte. No hay urgencia en tus movimientos.

Me guías hasta la cama con la delicadeza de quien sabe que lo importante no es el destino, sino el trayecto. Yo me dejó llevar. Me siento sobre el colchón con las piernas abiertas hacia tí. Arrodillándote frente a mí, no con sumisión, sino con una veneración que me hace sentir que, por una vez, ser vulnerable es mi mayor fortaleza, me quitas los tacones uno a uno.

Aun arrodillado, en un momento tan íntimo, levantas la vista, entierras tu cara entre mis piernas y aspiras el aroma de mi sexo a través del tanga que aun llevo puesto.
Ese gesto me hace estremecer, estoy totalmente expuesta ante ti y ahora sé que a tu merced. Mi respiración se acelera y mi sexo se contrae por lo sensual del momento, por la expectación de lo que va a seguir….
 
Bueno...parece que esperas que te describa el momento... A ver que te parece:

Podría ser un viernes por la noche. Yo había dejado atrás el día como quien cierra un capítulo lleno de responsabilidades. Llego puntual al lugar que habías elegido. Visto un sencillo pero elegante vestido negro. Al cruzar la puerta, mis ojos te buscan, ahí estás, de pie, observándome con una intensidad que desarma.

Sin palabras, me ofreces tu mano. La tomo, dejando en ese gesto toda mi voluntad. Camino tras de ti como si los minutos de esa noche te pertenecieran únicamente a ti. Subimos al ascensor, y el aire entre los dos se llena de tensión. No hay necesidad de preguntas ni de explicaciones. Ambos sabemos lo que yo busco: el descanso, la entrega, el placer de no decidir, aunque solo sea por unas horas.

Al entrar en la habitación, todo es diferente. La habitación está cuidadosamente iluminada por velas estratégicamente colocadas. El olor a madera y vainilla envuelve el ambiente. Te colocas detrás de mi, y con un movimiento lento deslizas tus dedos por mi espalda, acariciando la piel que quedaba al descubierto al bajar la cremallera de mi vestido.

—Hoy, olvídate de todo. Solo escucha. Solo siente. -Me susurras al oído.

Asiento, sin mediar palabra, y cierro los ojos. El peso de las decisiones se esfuma en el aire. Mi única tarea es obedecer, disfrutar, dejar que tú me guies. Cada caricia, cada susurro, cada gesto es una invitación a perderme en ese espacio donde no había prisas ni preocupaciones.

Me ordenas que no me mueva, que me quede quieta mientras tu das vueltas a mi alrededor observándome como un lobo hambriento. Me siento vulnerable, estoy expuesta ante ti, pero me da igual, hago lo que me dices sin dudar. Entonces, noto cómo tus manos exploran mi cuello, mis hombros, mi pecho, mis brazos, como si leyeras en mi piel los días de esfuerzo acumulados.

Tu boca comienza a dibujar líneas invisibles sobre mi cuerpo, y con cada beso, me siento más ligera, más libre, más viva.

Y entonces, en un instante de absoluta calma, me dices al oído:
—Eres mía esta noche, pero tú decides cómo termina.

Sonrío, con la tranquilidad de saber que el verdadero poder sigue siendo mio, pero con el delicioso placer de no usarlo.
Entonces, dejas caer el vestido al suelo con un movimiento suave y vuelves a observarme, sin prisa, como quien admira una obra de arte. No hay urgencia en tus movimientos.

Me guías hasta la cama con la delicadeza de quien sabe que lo importante no es el destino, sino el trayecto. Yo me dejó llevar. Me siento sobre el colchón con las piernas abiertas hacia tí. Arrodillándote frente a mí, no con sumisión, sino con una veneración que me hace sentir que, por una vez, ser vulnerable es mi mayor fortaleza, me quitas los tacones uno a uno.

Aun arrodillado, en un momento tan íntimo, levantas la vista, entierras tu cara entre mis piernas y aspiras el aroma de mi sexo a través del tanga que aun llevo puesto.
Ese gesto me hace estremecer, estoy totalmente expuesta ante ti y ahora sé que a tu merced. Mi respiración se acelera y mi sexo se contrae por lo sensual del momento, por la expectación de lo que va a seguir….
Buenas tardes ViginiaXX,
Antes de nada, quiero agradecerte que hayas compartido todas estas emociones, tu relato no solo es sensual, si no, que además es profundamente humano. Logras plasmar la emociones que hacen que parezca que este justo en frente de ti.
Me gusta como muestras que la entrega no es una perdida de poder si no una decisión cargada de fortaleza. El echo que puedas ceder el control en un contexto así demuestra una gran confianza en ti misma.
Después de leerlo reflexione sobre el privilegio que es leer tus respuestas.
Saludos y abrazos 💋💋💋.
 
Bueno...parece que esperas que te describa el momento... A ver que te parece:

Podría ser un viernes por la noche. Yo había dejado atrás el día como quien cierra un capítulo lleno de responsabilidades. Llego puntual al lugar que habías elegido. Visto un sencillo pero elegante vestido negro. Al cruzar la puerta, mis ojos te buscan, ahí estás, de pie, observándome con una intensidad que desarma.

Sin palabras, me ofreces tu mano. La tomo, dejando en ese gesto toda mi voluntad. Camino tras de ti como si los minutos de esa noche te pertenecieran únicamente a ti. Subimos al ascensor, y el aire entre los dos se llena de tensión. No hay necesidad de preguntas ni de explicaciones. Ambos sabemos lo que yo busco: el descanso, la entrega, el placer de no decidir, aunque solo sea por unas horas.

Al entrar en la habitación, todo es diferente. La habitación está cuidadosamente iluminada por velas estratégicamente colocadas. El olor a madera y vainilla envuelve el ambiente. Te colocas detrás de mi, y con un movimiento lento deslizas tus dedos por mi espalda, acariciando la piel que quedaba al descubierto al bajar la cremallera de mi vestido.

—Hoy, olvídate de todo. Solo escucha. Solo siente. -Me susurras al oído.

Asiento, sin mediar palabra, y cierro los ojos. El peso de las decisiones se esfuma en el aire. Mi única tarea es obedecer, disfrutar, dejar que tú me guies. Cada caricia, cada susurro, cada gesto es una invitación a perderme en ese espacio donde no había prisas ni preocupaciones.

Me ordenas que no me mueva, que me quede quieta mientras tu das vueltas a mi alrededor observándome como un lobo hambriento. Me siento vulnerable, estoy expuesta ante ti, pero me da igual, hago lo que me dices sin dudar. Entonces, noto cómo tus manos exploran mi cuello, mis hombros, mi pecho, mis brazos, como si leyeras en mi piel los días de esfuerzo acumulados.

Tu boca comienza a dibujar líneas invisibles sobre mi cuerpo, y con cada beso, me siento más ligera, más libre, más viva.

Y entonces, en un instante de absoluta calma, me dices al oído:
—Eres mía esta noche, pero tú decides cómo termina.

Sonrío, con la tranquilidad de saber que el verdadero poder sigue siendo mio, pero con el delicioso placer de no usarlo.
Entonces, dejas caer el vestido al suelo con un movimiento suave y vuelves a observarme, sin prisa, como quien admira una obra de arte. No hay urgencia en tus movimientos.

Me guías hasta la cama con la delicadeza de quien sabe que lo importante no es el destino, sino el trayecto. Yo me dejó llevar. Me siento sobre el colchón con las piernas abiertas hacia tí. Arrodillándote frente a mí, no con sumisión, sino con una veneración que me hace sentir que, por una vez, ser vulnerable es mi mayor fortaleza, me quitas los tacones uno a uno.

Aun arrodillado, en un momento tan íntimo, levantas la vista, entierras tu cara entre mis piernas y aspiras el aroma de mi sexo a través del tanga que aun llevo puesto.
Ese gesto me hace estremecer, estoy totalmente expuesta ante ti y ahora sé que a tu merced. Mi respiración se acelera y mi sexo se contrae por lo sensual del momento, por la expectación de lo que va a seguir….
Sientes como comienzo a acariciar tus piernas lo hago suave sin dejar de mirarte, mis manos van del tobillo hasta tus inglés, tan solo las rozo con mis dedos. Pronto mis labios recorren tus piernas, y sientes mi aliento por tus muslos internos, se lo que más deseas, pero también se que lo mejor es recorrer el camino completo para que llegado el momento lo experimentes más intenso y durante más tiempo.
Sientes mis labios más cercanos subiendo por tus inglés, justo cuando están por encima de tu tanguita durante unos segundos me detengo, siento como tú respiración se acelera en ese momento, esperando el contacto, alargó unos segundos ese momento, hasta que sientes como te beso por encima de la tela, el sonido de mis besos es el necesario para transmitirte que me encanta donde estoy, sentir mi aliento justo por encima de tu clítoris te excita y por momentos odias la tela de tu tanguita por privarte de la sensación completa, tu espalda se tensa por las sensaciones y la excitación.
Pero yo deseo jugar más en el filo de esa entrega del control, quiero que realmente lo desees con todas tus fuerzas que sientas que estoy seduciendo tu cuerpo y tu mente en este momento. Me incorporo besando cada mm de tu piel, colocándome a tu espalda, acaricio tus hombros y tú cuello y sientes como beso tu nuca, mis manos acarician tus hombros y brazos, beso tu cuello, sientes como esos besos y esas caricias poco a poco te seducen, sigo besándote, descubriendo esas zonas que te hacen vibrar, sientes como el sujetador cae de tu cuero y como mis manos acarician tú pecho, van desde tus clavículas bajando por el centro del pecho, hasta que en un momento circular las envuelvo, sientes como uno de mis dedos da círculos sobre tus aureolas, lo hago suave y sin prisa.
En ese momento sientes mi frente en tus hombros y como suspiro.
-No te imaginas cuánto te necesito. Te susurro al oído.
Esa demostración de mi debilidad hacia ti, hace que tus manos busquen las mías para apretarlas en tu pecho, para sentirme más cercano aún y para hacerme saber que estás conmigo.
Te acomodo en la cama, acompañando con mis manos tu espalda hasta que estás completamente tumbada en la cama, boca arriba, después estiró tus brazos suavemente hacia el cabezal de la cama, te miro a los ojos y en tu mirada siente la pasión y la confianza, me sonríes de forma desafiante mientras ato tus muñecas al cabezal de la cama con una suave tela de terciopelo, sin dejar de mirarme sientes como ajusto los nudos, son suaves pero firmes a la vez. Compruebas que están firmementes atadas, y ahora sí te sientes totalmente a mí merced, por un momento sientes algo de vergüenza pero sientes más excitación, el día a día, el estrés diario, los nervios y las vivencias de la rutina ya no existen para ti, solo deseas seguir con este desafío. Sientes el roce de mis manos recorriendo tu cuerpo que ahora está más expuesto que nunca, beso tu pecho, tu ombligo y tu cintura, sientes que estoy decidido a ganarme tu entrega dando lo máximo de mi.
Me miras con una mirada llena de pasión, empiezas a impacientarse, deseas sentirme completamente, pero mis intenciones son otras, quiero que lo desees tanto, quiero que desees tanto darme tu entrega que en tu mente solo este la fantasía de hacerlo realidad.
Ves como saco una cinta de tela negra beso tus labios, nos besamos de forma pasional, en besos interminables, húmedos y sensuales, mientras coloco la tela en tus ojos, ahora sí que te sientes totalmente expuesta y a mí merced, seguimos besándonos mientras mis manos recorren tu cuerpo en todas las direcciones y poco a poco me separo de ti, sientes mis pasos y mi respiración, te estoy observando, escuchas el roce de la tela desliza dose por mi cuerpo, intuyes que me estoy desnudando, vuelves a sentirte expuesta con algo de apuro, pero sientes que en tu interior está creciendo un calor que no puedes explicar. Esa espera te excita, no saber por dónde voy a aparecer te excita más y no poder mover tus manos hace que empieces a sentir humedad.
En ese momento, sientes como mis manos abren tus piernas suavemente pero con gran firmeza, las abren al máximo, y al momento sientes mis labios por encima de tu tanga, mientras mis manos suben y bajan por tu torso.........un gran suspiro sale de tu boca, pues cada vez tienes más ganas de sentirme completamente.....
 
Buenas tardes ViginiaXX,
Antes de nada, quiero agradecerte que hayas compartido todas estas emociones, tu relato no solo es sensual, si no, que además es profundamente humano. Logras plasmar la emociones que hacen que parezca que este justo en frente de ti.
Me gusta como muestras que la entrega no es una perdida de poder si no una decisión cargada de fortaleza. El echo que puedas ceder el control en un contexto así demuestra una gran confianza en ti misma.
Después de leerlo reflexione sobre el privilegio que es leer tus respuestas.
Saludos y abrazos 💋💋💋.
💋💋💋
 
Buenos días preciosa 😘😘😘😘😘
Uuuuuuuuuuuffffff menudos relatos...como habéis hecho volar mi imaginación y como me habéis puesto 😏😏🔥🔥🔥
Espero que tengáis un magnífico día 😘😘
 
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