Volviendo a sentir 6
ILLIA
Recibí una llamada de Duncan, Aurora estaba a salvo, escuchar eso me alivio mucho. Aurora era inocente, mi padre había ido muy lejos al ponerla en peligro. Ahora era hora de rescatar a Lisa, tanto mi padre y mi madre eran unos enamorados de la historia. Mientras mi madre le gustaban las mitologías, Griega, escandinava y Egipcia, mi padre se sentía fascinado de la crueldad que la humanidad había demostrado durante la historia y esa habilidad para desarrollar métodos nuevos de tortura más atroces que los anteriores.
Sentía predilección por un antiguo escrito, en la antigua Roma, utilizaban una pequeña isla que en su momento estuvo unida a la isla Vulcano, cerca de Sicilia. Esta isla se había separado de la isla Vulcano después de un gran cataclismo. Esta pequeña isla sin nombre era utilizada para sacrificar mujeres en nombre del dios Vulcano, para calmar su ira. Las mujeres eran encadenadas a dos columnas que se encontraban frente al pequeño volcán.
Aquel volcán tenía una peculiaridad y no era otra que carecía de caldera propia, cuando se separó de la isla original siguió conectada a la caldera de la isla Vulcano. Sus erupciones eran de menor escala y duraban hasta que disminuía la presión en la caldera. El mayor peligro de ese volcán era el flujo piroclástico, las mujeres encadenadas eran tragadas por este flujo muriendo entre terribles sufrimientos. Tenía claro que mi padre ejecutaría a Lisa de aquella manera, el problema era que alrededor de la Isla Vulcano había unas diez islas pequeñas y al estar el volcán extinto tendríamos que esperar a que mi padre usara la máquina para poder dar con la isla adecuada.
Los flujos piroclásticos son una mezcla de gases volcánicos calientes, materiales sólidos calientes y aire atrapado, se mueven a una velocidad que oscila entre los diez kilómetros por hora a setecientos kilómetros por hora. Es una avalancha aterradora de la que no puedes escapar, una vez te atrapa la materia orgánica se carboniza y el agua se evapora, dejando unas macabras esculturas vacías. No tardas mucho en morir, pero ese corto lapso de tiempo tiene que ser como estar en el mismísimo infierno.
Otra parte de este sacrificio es la tortura, los dos pilares están a suficiente distancia para que veas como el flujo baja por la ladera con la intención de engullirte. En mi opinión esta es la peor parte, porque estás atado y no puedes escapar y solo te queda esperar esa horrible muerte. Los Romanos llamaban bárbaros a todo ser viviente que no fuera Romano, pero fueron ellos los que perpetraron las mayores barbaridades.
Metí todo lo que necesitaba en una mochila y después llame a Antonella y Duncan para contarles lo que había averiguado. Baje al garaje y cogí el coche de mi madre, en ese momento me alegre de no haberlo vendido. Lo arranqué y puse rumbo hacia el hospital en donde estaba Dante, no me había dado cuenta, pero la noche había pasado dejando paso a un fría, pero bonita mañana. Aparque el coche y cogiendo la mochila me fui directo a la entrada de aquel hospital.
Antonella me esperaba, tenía una expresión de extremo cansancio, pero se le veía más tranquila.
• Por tu expresión veo que Dante está mejor – mientras la besaba como saludo.
• Sí, ya está fuera de peligro, pero todavía estará en cuidados intensivos unos días más – mientras me devolvía el beso.
• Illia, dime que has encontrado a Lisa.
• Lisa va a ser ejecutada en una de las islas que rodean a la Isla Vulcano, cerca de Sicilia.
• ¿Cómo estás tan seguro?
• Mi padre ama la crueldad de los Romanos y ellos sacrificaban a las mujeres en aquella isla, además sus minerales son perfectos para crear más diamantes.
• Tu padre dijo que los diamantes no le interesaban.
• Un guepardo sigue siendo un guepardo aunque le quites las manchas.
Entramos y me permitieron ver a Dante, la verdad es que daba mucha impresión verlo rodeado de tubos y máquinas que monitorizaban sus constantes vitales. Su expresión era serena, mirándole le prometí que para cuando despertara Lisa estaría a su lado. Duncan y Erin estaban de camino, habían llamado a los padres de Duncan para que cuidaran de Dante y Aurora. Por lo que me dijo Antonella, los padres de Duncan odiaban a muerte a mi padre, algo que teníamos en común, pensé.
Antonella empezó a reírse, según parece ese pensamiento lo había soltado en voz alta, fuimos a la cafetería del hospital, allí nos esperaba Aurelio. Su expresión era de cansancio, pero también de alivio, estaba hablando con Chiara. Antonella le arrebato el teléfono cuando este le dijo que Isabella quería hablar con ella, me senté en la mesa mientras Aurelio pedía un café muy cargado para mí.
• ¿La has encontrado? – pregunto Aurelio.
• Sí, más o menos.
• ¿Cómo que más o menos?
• Digamos que estará en una de las islas que rodean a la isla Vulcano.
• Eso es menos que más, ¿no te parece Illia?
• No, solo hay una isla que cumple todas las características.
• ¿Estás seguro?
• Es una intuición Aurelio, pero he aprendido a no ignorarlas.
• Tu padre no se entregara sin luchar, ¿estás preparado para verlo morir?
• ¿A qué viene esa pregunta? – dije enfadado.
• Aunque sea un maldito cabrón, no deja de ser tu padre.
• No te preocupes por eso, él será su propia ruina.
• Explícame eso.
• A su debido tiempo – dije mientras lo miraba fijamente.
Aurelio sabía que no le contaría nada más, se moría de curiosidad, pero sabía que no volvería a preguntar nada y me dejaría explicarlo cuando llegara el momento. Mi padre sería su propio ejecutor, pero todavía no era consciente de ello.
ANTONELLA
Hablar con Isabella me subió mucho el ánimo, pero no podía evitar mirar de reojo a la mesa donde estaban sentados mi hermano e Illia. Duncan y Erin habían recuperado a Aurora, pero si no conseguíamos recuperar a Lisa sería un gran golpe para Duncan y para mi hermano. Duncan estuvo a punto de dar su vida para conseguir el medicamento que curo a Lisa, si la perdía ahora sería un daño irreparable. Después estaba mi hermano, no fue del todo feliz hasta que conoció a Lisa.
Lisa le devolvió la sonrisa y ahora era lo que le daba fuerzas para seguir luchando por su vida. Isabella era ajena a todo y yo me sentía agradecida por ello, ya paso bastante miedo, cuando la secuestraron. Isabella volvió a pasarle el teléfono a Chiara, me dijo que las niñas querían hablar con su padre. Era increíble como se transformaba la expresión de mi hermano cuando hablaba con sus hijas, pasaba de un rostro duro como el pedernal a una sonrisa llena de felicidad.
Aurelio se levantó, yo aproveché para pedirme un café y sentarme al lado de Illia.
• ¿Qué planea tu padre?
• No lo sé seguro, pero lo que tengo claro es que tenemos que proteger a Duncan.
• ¿Que quieres decir?
• Para mi padre, Duncan es el causante de sus desgracias, intentara secuestrarlo y le obligara a ver morir a Lisa.
• ¿Y los demás?
• En realidad no le importamos, si nos ataca será para curarse en salud.
• ¿Cómo estás tan seguro?
Illia saco un libro muy grueso de la mochila, lo abrió y extendió una hoja que parecía un mapa, en él aparecían dos columnas en frente de un volcán. Lisa sería atada a esas columnas con cadenas y una vez encendieran la máquina, la presión iría aumentando hasta hacer que la montaña erupcionara, con el dedo me señalo dos rocas que se encontraban a unos kilómetros de las dos columnas. Según ese libro, allí se ejecutaba a un familiar de la mujer que serviría de sacrificio, le daría tiempo de ver morir a Lisa antes de que el flujo piroclástico le alcanzara a él.
• Esto es dantesco Illia.
• Lo sé, los Romanos no eran muy amables y mi padre tampoco.
• ¿Cómo lo detendremos?, tu padre tiene todas las cartas ganadoras.
• Eso cree él, pero no es así.
• ¿Qué quieres decir?
• Te diré lo mismo que le he dicho a Aurelio, os lo explicaré a su debido momento, ¿confías en mí?
• Siempre.
Las horas pasaban y no había rastro de Duncan, Erin y Aurora, los padres de Duncan llegaron, la cara del padre de Duncan se transformó al saber que todavía no habían llegado. Todos estábamos preocupados, Aurelio salió a hacer unas llamadas, entonces Illia sacando un portátil de la mochila, entro en una página y tecleo unos números. El todoterreno de Duncan tenía transpondedor, la pantalla del portátil señalaba la zona exacta donde el todoterreno se encontraba, todos tuvimos un mal presentimiento. Illia, los padres de Duncan y yo decidimos ir a ver que había pasado, porque el todoterreno no se movía. Una pregunta se repetía una y otra vez en mi cabeza, ¿Boris habría sido capaz de atacar el todoterreno?, pronto obtendríamos la respuesta. No tardamos en llegar. El todoterreno tenía marcas de haber impactado contra otro vehículo y dentro se encontraban Aurora y Erin.
Erin se encontraba aparentemente bien, asustada, aferrada a su madre, que estaba inconsciente. Llamamos a una ambulancia, al llegar estos trasladaron a madre e hija al hospital. Después de unas cuantas pruebas, Aurora solo tenía leves contusiones. Las pruebas de Erin tardaron más, pero solo se había desmallado por el impacto, estaría unos cuantos días en el hospital en observación.
Entonces el móvil de Illia empezó a sonar, por el rostro de Illia supe que era su padre. Puso el manos libres para que todos lo escucháramos.
• He sido magnánimo, podía haberme deshecho de la madre y la hija, pero les he perdonado la vida – dijo Boris mientras se reía.
• Tú no haces nada gratis padre, ¿qué estás tramando?
• Solo vengarme de la persona que me destruyo la vida, tendrá que ver morir a su hermana antes de morir.
• ¡Eso destruirá la vida de Erin y Aurora! – dije muy enfadada.
• Esa es la guinda del pastel – riéndose como un desquiciado.
• No te vas a salir con la tuya padre.
• Es una amenaza, ¿hijo?
• ¡Es una promesa! – jamás había visto a Illia tan enfadado.
Se empezaron a escuchar las risas de Boris hasta que este colgó la llamada, Aurelio pidió que la habitación donde estaría Erin estuviera cerca de la de nuestro hermano, para poder vigilar a los dos. El médico hizo una llamada y le dijo a mi hermano que la habitación de Erin sería la que estaba enfrente de la de Dante, fue una noche larga. Illia se la paso monitorizando la actividad tectónica que pudiera venir de aquellas islas, Los demás estuvimos moviéndonos de una habitación a la otra, Erin seguía sedada, pero su expresión de dolor se había calmado, entonces Dante despertó del coma.
Me sentí muy aliviada, pero como le íbamos a explicar el paradero de Lisa, conociendo a mi hermano de enterarse, intentaría ir a buscar al amor de su vida. Fue Aurelio quien hablo con él, impidiendo que este se levantara de un arrebato, sacándose todas las vías. Ver llorar a Dante fue muy duro, entonces Illia entro en la habitación y con una voz calmada le dijo a Dante.
• Nosotros rescataremos a Duncan y Lisa, pero tú me tienes que hacer un gran favor.
• ¿Cuál favor Illia?
• Tienes que proteger a Erin y Aurora, hasta que Duncan y Lisa regresen.
La expresión de mi hermano cambio y de un gesto de su cabeza nos hizo saber a todos que así lo haría, los médicos y enfermeras llegaron y nos hicieron salir a todos, tenían que hacer una serie de pruebas a Dante. Todos fuimos a la cafetería, entonces Illia nos miró y nos dijo, una vez que el volcán entrara en erupción no podríamos salir de la isla
ni por mar ni por aire. El flujo piroclástico era más rápido que cualquier barco y la ceniza volcánica obstruiría los motores de cualquier avión.
• ¿Entonces cuál es el plan Illia?
• ¿Veis este saliente en la montaña?
• Sí – contestamos todos.
• Es una cueva lo suficientemente profunda, nos refugiaremos allí hasta que la erupción se calme.
• ¿Podremos sobrevivir allí?
• Sí, usando esto.
Illia saco unas máscaras con dos grandes filtros, según él eran las mejores máscaras que se habían inventado y los filtros filtraban hasta las partículas más pequeñas.
• Illia esas máscaras serán suficientes, ¿y si los filtros se atascan o algo?
• Tranquila, llevaré filtros de sobra, la máscara protegerá nuestros ojos y vías respiratorias.
• ¿Cómo escapara tu padre? – pregunto Aurelio.
• Usando una versión más moderna de la tuneladora que usamos Antonella y yo.
• ¡Al final se nos escapara otra vez! – dije enfadada.
• No, esta vez su plan tiene un fallo catastrófico – dijo Illia.
Illia saco el viejo libro de la mochila y abriendo una hoja la extendió, en ella aparecía un mapa, había un gran círculo y dentro de él se encontraban las islas. Según nos relato ese círculo era la caldera y cada isla estaba conectada a él por una especie de chimenea. Boris sabía perfectamente que no podía huir de allí ni en barco ni en avión, pero su idea era utilizar la tuneladora y crear un túnel hasta la isla de Vulcano, que era la que más alejada estaba y estaría más despejada para poder escapar en un pequeño avión.
Illia mirándonos a todos nos contó que hacer eso era un suicidio, la tuneladora se había diseñado para poder desplazarse en roca sólida, pero lo que había debajo de cada isla era roca fundida. Al principio la tuneladora avanzaría por la inercia, pero pronto se detendría, pues el magma obstruiría los impulsores. El casco aguantaría la temperatura y la presión, pero la refrigeración de la tuneladora no estaba diseñada para hacer frente a semejante temperatura.
Al principio la refrigeración podría combatir el calor, pero llegaría un momento que el calor del exterior sería demasiado y la temperatura dentro de la tuneladora iría aumentando hasta que Boris terminara muriendo de hipertermia, sería como la fábula de la rana hervida. Boris estaría condenado por estar dentro de un habitáculo presurizado.
• ¿Estás seguro?, no deja de ser tu padre Illia – dijo Aurelio.
• Ese hombre jamás ha sido mi padre, él no dudara en matarnos a todos si sobrevive y si tiene una oportunidad – dijo Illia con expresión seria.
Las semanas fueron pasando, Erin despertó a los tres días, no paraba de llorar, se sentía culpable porque dirigió todos sus esfuerzos en proteger a Aurora. Yo habría hecho lo mismo si hubiera sido Isabella la que hubiera estado en esa tesitura. Conociendo a Duncan estoy segura de que él estará mucho más tranquilo sabiendo que Erin y Aurora están a salvo. Dante ya podía levantarse de la cama y se movía en una silla de ruedas, pasaba el día en la habitación de Erin intentando animar a Aurora, la pobre estaba muy apenada al ver lo triste que estaba su madre. Aurora hizo que mi hermano olvidara durante unos instantes ese miedo de perder a Lisa que le atenazaba la garganta.
Habían pasado tres semanas y todos estábamos muy nerviosos, Illia seguía muy concentrado mirando la pantalla, Él estaba casi seguro de la isla en la que Boris ejecutaría a Lisa y Duncan, pero nos pedía que no moviéramos un dedo y mantuviéramos la calma.
• Illia, confió en ti, pero Aurelio y yo no podemos estar sin hacer nada sabiendo que nuestros amigos podrían morir en cualquier momento.
• Antonella, crees que es fácil para mí, para que el plan salga bien mi padre tiene que seguir creyendo que tiene el control.
• ¿Por qué?
• Porque si no desaparecerá y jamás encontraremos a Lisa y Duncan.
Los días iban pasando y cada vez se hacía más difícil, pero todo le llega al que sabe esperar y esos datos que Illia estaba esperando por fin llegaron. Su intuición había estado acertada desde el primer momento. El plan estaba claro, Aurelio, Illia y yo nos acercaríamos a aquella pequeña isla en un bote. Lo haríamos remando, teníamos que ser lo más sigilosos posible, de esa manera cogeríamos por sorpresa a los hombres de Boris.
Illia dejo claro que nuestra única prioridad era rescatar a Duncan y Lisa, una vez rescatados iríamos lo más deprisa posible hacia aquella cueva. Illia tenía muy claro que era imposible que Boris escapara con vida, llego la hora, los tres nos preparamos y nos montamos en un barco que nos acercaría a una distancia en la que no seriamos descubiertos. Ya en el barco, mi hermano reviso una a una todas lar armas, no quería que ninguna le fallara, yo hice lo propio con mi rifle y el arma que Illia llevaría.
Illia se sentó a mi lado y después de besarme me ayudo con todas las armas, el capitán nos aviso que ya habíamos llegado. Metimos todo en el bote y después nos subimos nosotros. Después de desearnos buena suerte, el capitán dio orden para que nos bajaran al agua, una vez en el agua, Illia y Aurelio empezaron a remar, yo miraba desde la mira telescópica de mi rifle. Illia nos indico que en aquella isla había un sitio por donde podríamos entrar en la isla sin ser descubiertos. En el mapa que él tenía había una pequeña abertura en un acantilado que no aparecía en ninguno de los modernos mapas.
Así fue, entramos en aquella abertura y seguimos remando hasta llegar a una orilla que se encontraba dentro de una cueva. Illia sonrió y nos dijo que esta abertura era solo de entrada, una vez que la erupción empezara se llenaría de lava. Seguimos las indicaciones de mi novio y llegamos a un saliente que nos dejaba a unos cuantos metros sobre el suelo. Los tres tumbados en el suelo empezamos a observar, mientras lo hacíamos el suelo empezó a temblar.
Me daba miedo, aquel volcán no era muy grande, pero tenía la suficiente fuerza para borrarnos a todos de la faz de la tierra, Illia viendo mi miedo me cogió de la mano y me dijo que todo saldría bien. Se le veía tan tranquilo, tan seguro de que su plan no tenía ninguna fisura que hizo que me tranquilizara. Solo había cuatro hombres armados, dos custodiando a Duncan que se encontraba amarrado contra una gran roca y otros dos custodiando a Lisa, Duncan parecía que estaba inconsciente, pero Lisa estaba entera. Una vez Duncan me dijo que su hermana era la mujer más fuerte que hubiera conocido y así lo estaba demostrando. Aurelio y yo nos miramos, él rescataría a Duncan y yo me encargaría de rescatar a Lisa.
Aurelio y yo bajamos de aquel saliente y nos fuimos acercando escondiéndonos en las grandes rocas que adornaban el lugar. De un rápido movimiento, Aurelio se puso a la espalda de los hombres armados. Coloco los cuchillos en el cuello de cada uno de los hombres, se deshizo de ellos de un rápido movimiento sin darles tiempo a decir nada. Mientras él desataba a Duncan yo llegue a donde los otros dos hombres que custodiaban a Lisa.
Con la mala suerte que uno de ellos se giro y vio a mi hermano mientras desataba a Duncan. Fue a decir algo, entonces le lance mi rifle y mientras este intento cogerlo de forma inconsciente, me dio tiempo de sacar mi arma y abatir a los dos hombres. Lisa estaba a salvo, pero el padre de Illia habría escuchado los disparos. Cuando mire para donde estaba Boris con unos científicos, Illia ya se había acercado hasta allí, desate a Lisa que me lo agradeció con una sonrisa, estaba agotada por todas las horas que se había pasado allí encadenada.
Aurelio se acerco con Duncan y me dijo que fuera a ayudar a Illia, él se encargaría de ir llevando a Duncan y Lisa hasta la cueva donde nos refugiaríamos. Me empecé a acercar y pude escuchar la conversación entre padre e hijo.
• Te he subestimado hijo, eres mucho más listo de lo que me había imaginado.
• Eso es lo que haces siempre subestimar a la gente, como hiciste con mama, si hoy estoy aquí es por toda la información que recabo mama sobre ti.
• Esa maldita mujer – dijo Boris, muy enfadado.
• Ríndete, no tienes escapatoria.
• Eso crees tu hijo, yo me iré en esta tuneladora mientras vosotros moriréis en esta isla.
• Si entras ahí morirás – las palabras de Illia hicieron dudar a Boris, pero eso, duro un pequeño instante.
Los científicos viendo que Boris tenía la intención de dejarlos en esa isla se acercaron con la intención de llevarse la tuneladora, ese movimiento fue su final. Con una ráfaga de disparos, Boris los ejecuto a todos.
• ¿Has venido a detenerme, Hijo?
• Eso lo harás tú solo, yo ya te he dicho lo que te pasara.
Boris apuntó a su hijo con el arma, el volcán empezó a rugir con una intensidad que me paro el corazón. Boris lanzó la metralleta al suelo y abriendo la puerta de la tuneladora entro en ella, se paro y nos miro con una gran sonrisa de triunfo en el rostro. Intente correr para acabar con aquel demonio, pero Illia me detuvo.
• Déjalo, la erupción ya ha comenzado, tenemos el tiempo justo para llegar a la cueva.
• ¿Pero tu padre?
• Mi padre ya está muerto, yo ya le he avisado y ha tomado su propia decisión.
Lo último que vi fue la tuneladora entrando en la tierra, Illia y yo cogimos nuestras mochilas y corriendo alcanzamos a Aurelio que estaba a medio camino de la cueva, cogimos a Duncan entre Illia y yo y Aurelio cogió en brazos a Lisa. Por suerte la cueva estaba cerca, porque escuchamos un gran estruendo y toda la tierra tembló, parecía el fin del mundo. Illia nos dio una máscara a cada uno, entramos en la cueva y le seguimos a el hasta llegar a un alto donde estaríamos a salvo.
Mientras curábamos las heridas de Duncan y Lisa, Illia saco una especie de tablet que estaba conectada a un satélite, en él podía monitorear los datos que arrojaba la tuneladora. Esta se había detenido al entrar en la caldera magmática y ya no se movía, a un lado de la pantalla había una especie de termómetro que indicaba la temperatura en el interior de lo que sería el ataúd de Boris, durante las primera hora la refrigeración aguanto, pero pasado ese tiempo la temperatura en el interior de la tuneladora empezó a aumentar.
Illia comento que no le hubiera gustado estar en el sitio de su padre, una vez la tuneladora dejo de moverse, Boris sabía perfectamente que iba a morir. Desde el primer momento se convirtió en una tortura esperando a su inevitable final, la temperatura empezó a subir, treinta, cuarenta, cincuenta. Me recordaba a la tortura del toro de Falaris, donde metían a una persona dentro de un toro de bronce y prendían fuego. Decían que era una de las peores torturas que inventaron nuestros antepasados.
Illia no lo estaba pasando bien, era un cabrón, pero no dejaba de ser su padre. El interior de la tuneladora llego a cien grados, nadie podía soportar esa temperatura, desde que la temperatura había empezado a subir dentro de la tuneladora hasta que llego a los cien grados habían pasado dos horas, no sabíamos si Boris había aguantado hasta entonces, pero lo que todos teníamos claro era que habría sufrido mucho, entonces me vino un pensamiento a la cabeza.
• Illia, ¿y si era un doble y tu padre sigue escondido?
• Estoy seguro de que era mi padre, cuando Dante llego al hospital presentaba manchas de sangre que no eran de él, al analizarlas el resultado fue que era de mi padre, fue el quién torturo a Dante personalmente.
Coloque mi cabeza en su hombro, Illia soltó la tablet y pasando su brazo por mi espalda me acerco a él. Duncan, Lisa y Aurelio se encontraban frente a nosotros, esperamos pacientemente a que la erupción se calmara, no pudieron venir a rescatarnos hasta que Illia se cercioro de que el flujo piroclástico se había extinguido y la erupción había empezado a cesar, no sabría decir cuanto tiempo estuvimos allí, pero cuando pudimos salir de la cueva ya era de día. Illia nos permitió quitarnos las caretas solo para hidratarnos, después teníamos que seguir llevándolas.
Andando nos acercamos hasta una pequeña playa, de una gran bolsa Illia saco un bote hinchadle que utilizamos para salir de la isla. Después saco un teléfono por satélite para llamar al barco que nos había traído hasta esa isla. Tardaron en llegar, pero una vez que todos estuvimos a bordo fue la primera vez que respire aliviada, el reencuentro fue muy emotivo, Aurora salto a brazos de su padre mientras Erin no podía dejar de llorar.
Lisa miró a Dante que tenía el rostro arrasado en lágrimas, al verlo le fallaron las piernas, pues estaba convencida de que estaba muerto. Una vez que se recupero salto para abrazarlo y no se separo de él hasta que todos pudieron salir del hospital, una vez les dieron el alta, Todos nos despedimos en el aeropuerto, Illia, Aurelio y yo cogimos un avión con destino a Milán, lo que más quería ahora era abrazar a mi hija.
EPILOGO
De aquellos sucesos ha pasado un año, me encuentro sentada en el porche de mi casa con la imponente vista del Vesubio, mientras Illia e Isabella juegan juntos y miran como me toco la tripa, queda poco para que nazca nuestro hijo y hermanito de Isabella. Ella está encantada de tener un hermanito. Illia es feliz, no lo veía así de feliz desde que murió su madre, se convirtió en un padrazo para Isabella y tenía claro que también lo sería para nuestro hijo.
Como pronto daría a luz, decidimos hacer una comida con todos para celebrarlo, estábamos esperando que todos vinieran, mis hermanos Dante y Aurelio querían darme una sorpresa, tendría que disimular, porque Chiara y Lisa fueron incapaces de guardar el secreto de que también estaban embarazadas, la verdad es que teníamos mucho que celebrar, ya habíamos sufrido todos bastante.
Durante un tiempo estuve investigando, no me fiaba de Boris, había demostrado ser escurridizo como una anguila, pero todas las pruebas apuntaban a que había muerto de verdad. Aquella caldera que empezaba a enfriarse sería su tumba, había sido un hombre cruel y tuvo una muerte a la altura de la crueldad que él había demostrado.
Lo hemos pasado mal, pero también he encontrado el amor y he creado una familia al lado de Illia, Isabella y el pequeño que está a punto de venir a este mundo, no podía ser más feliz.
FIN.