Yo quiero

Yo quiero seguir eligiendo como hasta ahora, aunque eso haya tenido consecuencias que no me gustarán mucho. A cambio he vivido otras consecuencias, maravillosas.
 
Yo quiero, deseo un te azul.
Perdón por el retraso. ¿Se lo recaliento?
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Yo quiero decir todo lo que me molesta, de mi persona y de los demás. Ayer empecé y se queda una, como mucho mejor. No es bueno permitir ciertas cosas y una de ellas es guardar lo que no es bueno para ti.
 
Yo quiero unas tijeras, para cortar las injusticias, las guerras y las enfermedades por lo sano.
Yo quiero un paraguas, para evitar que las palabras hirientes, los insultos y las mentiras, me mojen.

Yo quiero una cerilla, para encender la pasión, la ilusión, la esperanza y así verlas con más claridad.
Yo quiero unas pinzas de tender para sujetar la salud, el amor, la comprensión, la tranquilidad y saber qué esas vestimentas, siempre estarán en casa.
 
Hay tantas cosas que quiero que no sé por dónde empezar
 
Yo quiero un día ideal.
Mi día ideal podría empezar esta misma noche. Metiéndome en la cama, con el aroma de unas sábanas recién puestas y llevando por pijama, una prenda masculina. La parte de arriba.

Acudiría, más pronto que tarde, la hora de despertar así que tendría que acompañarla desayunando juntas. Y para eso, nada mejor que un zumo de mandarinas, unos huevos revueltos pero no como las películas americanas no. Huevos revueltos españoles. Y ya si hay tostadas, mejor que mejor.

Después, un paseo, un café, una llamada telefónica, escribir, dibujar... Incluso una película, estaría bien.

Yo quiero un día ideal, para conversar, para reír, para escuchar, para tener arrugas en la cara y experiencias en el alma. Y llegar tan entretenida a la noche, que quiera dormir y no tener que buscar algún sueño, con el que coincidir en mi desvelo.
 
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