Fantaseando con preñarla

La causa / la consecuencia
 

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Una noche, estando de marcha, te reencuentras por casualidad con tu ex.

Os alegráis del reencuentro. Habláis durante mucho rato. La química sigue ahí. Una cosa lleva a la otra, y os enrolláis.

Al cabo de un rato la tienes en tu casa, totalmente desnuda, con el coño empapado y guiando con su mano tu rabo hacia su útero. Tu capullo está a milímetros de su vulva palpitante, dispuesta, y de su vagina cálida, apretada, dispuesta a ordeñarte despacio como tantas veces hizo.

En ese momento te dice:

- Ya no tomo la pastilla...

Notas que ha estado esperando este momento, sabe de tu morbo, y crees que quizás quiere atraparte de nuevo con un embarazo.

¿Qué haces?
 

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Una noche, estando de marcha, te reencuentras por casualidad con tu ex.

Os alegráis del reencuentro. Habláis durante mucho rato. La química sigue ahí. Una cosa lleva a la otra, y os enrolláis.

Al cabo de un rato la tienes en tu casa, totalmente desnuda, con el coño empapado y guiando con su mano tu rabo hacia su útero. Tu capullo está a milímetros de su vulva palpitante, dispuesta, y de su vagina cálida, apretada, dispuesta a ordeñarte despacio como tantas veces hizo.

En ese momento te dice:

- Ya no tomo la pastilla...

Notas que ha estado esperando este momento, sabe de tu morbo, y crees que quizás quiere atraparte de nuevo con un embarazo.

¿Qué haces?
Se la meto de una… a reventarla
 
Una noche, estando de marcha, te reencuentras por casualidad con tu ex.

Os alegráis del reencuentro. Habláis durante mucho rato. La química sigue ahí. Una cosa lleva a la otra, y os enrolláis.

Al cabo de un rato la tienes en tu casa, totalmente desnuda, con el coño empapado y guiando con su mano tu rabo hacia su útero. Tu capullo está a milímetros de su vulva palpitante, dispuesta, y de su vagina cálida, apretada, dispuesta a ordeñarte despacio como tantas veces hizo.

En ese momento te dice:

- Ya no tomo la pastilla...

Notas que ha estado esperando este momento, sabe de tu morbo, y crees que quizás quiere atraparte de nuevo con un embarazo.

¿Qué haces?
Esto me pasó, pero me lo dijo después de correrme dentro tres veces.
Cuando le bajó la regla a los días me escribió un escueto “esta vez has tenido suerte”.
 
Esto me pasó, pero me lo dijo después de correrme dentro tres veces.
Cuando le bajó la regla a los días me escribió un escueto “esta vez has tenido suerte”.
A mí también me pasó.

La primera vez llegué al borde del orgasmo y la saqué, pero como siempre me salió un grumo de lefa, que deje en la punta. Espere hasta que ella mirara y lo viera. Quería que fuera ella quien se la volviera a meter con la polla ya empapada en esperma. Y se volvió a meter, claro, ella misma guiando mi semen hacia su útero. Qué morbazo me daba eso. Y corrida dentro, por supuesto. Luego, a rezar.

Caía una y otra vez, pese a que sabía que no quería volver con ella y que probablemente estaba intentando atraparme. Esos polvos eran increíblemente apasionados. Y ella siempre terminaba inundada.

Aunque sabía que no debía hacerlo, no podía resistirme. Incluso yo llegaba a sacar un condón para usarlo, pero nunca fue así. El riesgo me excitaba mucho más que cualquier otra cosa. Y caía cada vez. CADA VEZ.
 
Yo con mi pareja siempre me corro dentro, me da igual si es fértil o no, tenemos una edad, pero el riesgo sigue ahí
 
Yo con mi pareja siempre me corro dentro, me da igual si es fértil o no, tenemos una edad, pero el riesgo sigue ahí

Pero es tu pareja. Si el riesgo se materializa en algo, lo asumís y listo. Pero jugar a la ruleta con las EX te puede joder la vida. No ya por las responsabilidades que, si te toca el premio, te van a caer, aunque sean ya solo las económicas, sino porque puede condicionar tus presentes y futuras relaciones de pareja.

Pero a veces somos inconscientes ante el morbo. Y no me excluyo. En un momento así, sé que podría ser uno de los que finalmente cae en la tentación.
 
Una noche, estando de marcha, te reencuentras por casualidad con tu ex.

Os alegráis del reencuentro. Habláis durante mucho rato. La química sigue ahí. Una cosa lleva a la otra, y os enrolláis.

Al cabo de un rato la tienes en tu casa, totalmente desnuda, con el coño empapado y guiando con su mano tu rabo hacia su útero. Tu capullo está a milímetros de su vulva palpitante, dispuesta, y de su vagina cálida, apretada, dispuesta a ordeñarte despacio como tantas veces hizo.

En ese momento te dice:

- Ya no tomo la pastilla...

Notas que ha estado esperando este momento, sabe de tu morbo, y crees que quizás quiere atraparte de nuevo con un embarazo.

¿Qué haces
La mayoría de nosotros no podríamos hacer nada salvo tirar para adelante. Es un momento de máxima excitación donde no puedes pensar racionalmente el probable lío en que la ex nos está metiendo. Lo más sensato sería ponerse un condón a la velocidad de la luz y si no tenemos, corrernos fuera después de varias embestidas, porque en esa situación es muy fácil que se nos escape dentro.
 

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