En el instituto tuve una novia muy estrecha y al romper no me imaginaba lo que me estaba perdiendo. Tenía 18 años los huevos llenos y estaba salidísimo. Lo normal jajaja. Y después de dos años con una novia maciza, pero fría como un témpano de hielo tuve dos días increíbles y muy anales. Ese verano estuve unos días haciendo senderismo con un grupo y venían de intercambio franceses y francesas. Al cabo de una semana perdidos por la montaña una se me puso a tiro y una noche vivaqueando charlamos hasta tarde tumbados en los sacos. En cierto momento nos pareció que todos dormían y ella se me echó encima y me comió la boca. Nos calentamos y nos emepzamos a sobar por todas partes y abrimos las cremalleras de los sacos para facilitar todo. Me saqué la polla (la tengo grande afortunadamente) y ella me pajeaba con entusiasmo mientras yo tocaba tetas, culo y coño sin creerme la suerte y el morbo de que nos podían pillar. En un momento dado quise metérsela a pelo de pura desesperación y ella se giro de espaldas y me la agarró y me dijo: mejor así. Y se la metió en el culo!!! Casi me corro de la impresión. Ella se empezó a tocar y yo a mover lo mío. Creo que duré tres minutos y gracias, pero cuando me corrí se la estaba metiendo tan dentro del culo que casi se atraganta. Ese fue mi primer culo. Al día siguiente volví a casa y nunca más supe de la francesita.