slibera
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Jorge se levanta y se va al baño a limpiar su vientre de semen y cuando vuelve encuentra a Maribel tumbada boca arriba, desnuda, leyendo un libro.
Se tumba a su lado, también desnudo y mira su móvil, que tiene en silencio.
Tiene una notificación.
La abre.
“Buenas tardes cornudo”
Nuevo mensaje
Aparece una foto de Maribel en el supermercado unas horas antes, andando de frente.
“En persona me ha gustado todavía más que en foto”
Nuevo mensaje
Otra foto desde detrás, concretamente enfocando a su culo.
“me tiene loquito todo el día”
Jorge las mira y sonríe y se da cuenta de que el de la gorra y las gafas de sol con el que le había parecido que se cruzaba varias veces debía ser Pedro y él no se había dado cuenta. Le da morbo que el tío les haya fotografiado al encontrarse con ellos en el super.
Nuevo mensaje
Foto de Maribel en la playa tumbada tomando el sol
Nuevo mensaje
Foto de Maribel saliendo del agua con Jorge de la mano
Nuevo mensaje
Foto de los dos comiendo una paella en el chiringuito
Ahora Jorge se preocupa ¿les ha seguido todo el día?
Estas últimas fotos no son de móvil sino de una cámara de fotos sería y con un potente teleobjetivo.
Nuevo mensaje
Foto de ambos saliendo del chiringuito
Nuevo mensaje
Foto de ambos caminando hacia la casa.
“¿te molesta cornudo? sabiendo que mi puta estaba aquí, tenía que verla”
A Jorge le inquieta tanta persecución, pero en el fondo, le gusta que la desees. Mientras todo quede en un juego morboso, le parecerá bien.
“donde está mi puta ahora mismo”
Jorge gira el móvil con disimulo y saca una foto de Maribel desnuda a su lado.
“joderrr que rica ¿cuándo me la presentas cornudo?”
"eeeh que todavía no ha accedido a follar con nadie y menos contigo”
“¿Qué tal si me la presentas ahora mismo”
Ding dong
Suena el timbre de la casita
Maribel se gira mirando a su marido con cara de sorpresa
“¿quién será?”
“no tengo ni idea”
Ding dong
Jorge se levanta, busca un bañador en el armario y se lo pone. Mira a Maribel que se ha levantado y coge el vestido que llevó a la playa. Se lo pone rápidamente sin nada debajo.
Ding dong
“Ya va, ya va”
Jorge se dirige a la puerta principal y observa que no hay mirilla, así que la abre y se encuentra con alguien a quien no esperaba en absoluto:
“Hola, soy Pedro Aguirre, de la empresa que os alquila la casa. Venía a asegurarme de que estaba todo bien, que estáis a gusto, y por si os puedo echar una mano para disfrutar de vuestra estancia”.
Extiende la mano derecha ofreciéndosela a Jorge para que la estreche.
Jorge mira a Pedro sorprendido, incapaz de reaccionar por unos 30 segundos y con el corazón desbocado.
“Hola soy Jorge” contesta finalmente estrechando la mano de Pedro.
“Muchas gracias, está todo bien”.
“¿puedo pasar? Es que quería comprobar que los de mantenimiento habían dejado bien la depuradora de la piscina. Verás, es que se averió hace unos días y la estuvieron reparando ayer. Parece que necesitan cambiar una pieza y le han hecho un apaño mientras llega y el apaño a veces falla y hay que volver a hacer una cosita para que no se pare la depuradora y se eche a perder la piscina”.
“Claro, claro, pasa, pasa”.
Jorge se echa a un lado, nervioso, intranquilo, sin saber que va a pasar a continuación.
Pedro cruza el salón y sale a la terraza donde se encuentra a Maribel sentada con las piernas cruzadas y leyendo.
“Hola, soy Pedro, de Aguirre, de la empresa que os alquila la casa. Es que venía a comprobar que la depuradora de la piscinita está funcionando bien, porque la arreglaron ayer pero no estaban seguros de que aguante.”
Maribel se levanta y Pedro le planta dos besos sin más. “Yo soy Maribel, encantada”. Jorge mira desde el salón paralizado y temiendo que Pedro meta la pata en cualquier momento y todo su matrimonio se hunda en cuestión de segundos.
Pedro asiente y sonríe diciendo “no tardo nada” con cuatro pasos se acerca a la piscina y abre una tapa en el suelo. Se pone en cuclillas y manipula varios grifos e interruptores. Maribel le mira desde la terraza. El tipo es un tiarrón, alto, corpulento, masculino. Viste unas bermudas, una camisa blanca de algodón remangada en los antebrazos y unas zapatillas de esparto. Su piel está muy bronceada. Por la anchura de sus hombros, las piernas y los antebrazos es evidente que el tío entrena regularmente. Estará en los cincuenta y tantos como ellos dos, pero parece un play boy.
Pedro cierra la tapa y se pone de pie “Ya está, menos mal que he venido porque ya estaba a punto de fallar. Se os iba a poner la piscina inservible si falla…. íbamos a esperar a que os fuerais para repararla, por las molestias y tal, pero va a ser imposible. Voy a llamar a ver cuándo les llega la pieza.”
Pedro se aparta para llamar. Mientras espera que cojan la llamada, mira a Maribel observando sus curvas, apenas disimuladas por el vestido suelto que viste y que le llega por medio muslo. Es un vestido de playa, de algodón, blanco y con una tela fina, que por zonas transparenta ligeramente. Tiene tirantes en los hombros que dejan ver un buen escote y el maravilloso canalillo de Maribel que tanto le excita. Sus pezones oscuros se adivinan tras la tela blanca pegada irremediablemente a su pecho en esa zona.
“Hola, soy Pedro Aguirre. Si. Oye ¿lo de la depuradora para el Racó de Miguel os ha llegado? Estupendo. ¿Podríais instalarlo mañana? Es que la chapucilla que me dejasteis no funciona y esto está de mírame y no me toques. Y tengo la casa alquilada…¿ah si? Oye, pues estupendo ¿mañana a las 12? Sin problema”
Ya habréis oído, mañana resuelto.
“me alegro” contesta Maribel.
Pedro se acerca hacia ella y se pone de pie a un metro juntando las palmas de las manos a la altura del pecho. “Mil perdones, de verdad, no sabes la rabia que ne da esta situación. No me gusta nada molestar a los huéspedes durante la estancia con estas cosas”
Jorge observa en silencio. Sigue incapaz de tranquilizarse ante la perspectiva de que Pedro suelte cualquier inconveniencia que rompa su vida conyugal.
Maribel sonríe con amabilidad “no pasa nada Pedro, las cosas se rompen, lo importante es poder arreglarlas y es evidente que estás encima de ello, así que tenemos que agradecerte tu esfuerzo y dedicación”.
“Bueno, te agradezco el voto de confianza Maribel. Si no os parece mal, voy a intentar compensaros por las molestias. Si no tenéis otros planes, yo os ofrezco sacaros en mi barco mañana por la mañana. Así mientras están los operarios aquí, no teneís molestias y de paso podéis conocer la bahía ¿os parece?”
Maribel se fija en sus exquisitos modales y su manera de hablar, que le parecen de clase alta y colegios exclusivos. Mira a Jorge sin saber que decir.
Jorge contesta “bueno, la verdad es que no hace falta que te tomes tantas molestias”
“No es una molestia hombre, además… os va a encantar. Os voy a llevar a sitios donde solamente puede llegarse en barco y que seguro que no conoceis.
¿Qué os parece si vengo a recogeros a las 11?”
Maribel y Jorge se miran y es Maribel la que asiente sonriendo.
Al mover su cabeza, sus pechos tienen un pequeño vaivén, libres de sujetador y a Pedro no se le escapa el detalle.
Jorge, que observa a Pedro con atención, percibe adonde se le va la mirada a Pedro.
“Bueno, no quiero molestaros más. Os veo mañana. Solamente tenéis que venir dispuestos a disfrutar del mar. Os vais a bañar en las mejores calas de Baleares. ¿de acuerdo?”
Maribel asiente de nuevo y de nuevo sus pechos delatan su libertad de movimiento. Y de nuevo Jorge ve a Pedro mirarle las tetas a su mujer.
“Soy muy malo con los nombres, Jorge me dijiste que te llamas ¿no?” Jorge asiente, aún nervioso por la situación. “Estupendo, me marcho ya” dice dirigiéndose a la puerta. La abre y antes de salir se vuelve y se despide “hasta mañana Maribel”.
De vuelta en la terraza con su mujer Jorge expresa sus dudas:
“Oye, yo no se si es buena idea ir en barco con este tipo. No le conocemos”
“¿y por qué no? A ver ¿a ti te invitan a ir en yate todos los días? Porque a mí no…. Además, me ha caído bien, es un tío super bien educado, se le ve de clase alta… seguro que lo pasamos bien”.
“Maribel, no se si te has fijado, pero te estaba desnudando con la mirada…”
“Claro, no tenía mucha tela que quitar con la mirada ¿no?”
“¿Que pasa que no te importa que te mire las tetas como un baboso?”
“A mí no ¿Y a ti?”
Maribel se acerca y mete su mano dentro del bañador de Jorge agarrándole su miembro
"Acaso no te gusta que excite a otros hombres? ¿No quieres verme ser una zorra de otro delante de ti?”
Las palabras de Maribel despiertan la polla de Jorge irremediablemente.
“No querías que hiciera topless este verano”
La polla de Jorge ya está dura del todo
“A ver si vas a estar todo el día mañana con la tienda de campaña cornudito”
“Pues mira, creo que tengo el bañador adecuado para lo de mañana
“No te irás a poner el blanco”
“Precisamente”.
Se tumba a su lado, también desnudo y mira su móvil, que tiene en silencio.
Tiene una notificación.
La abre.
“Buenas tardes cornudo”
Nuevo mensaje
Aparece una foto de Maribel en el supermercado unas horas antes, andando de frente.
“En persona me ha gustado todavía más que en foto”
Nuevo mensaje
Otra foto desde detrás, concretamente enfocando a su culo.
“me tiene loquito todo el día”
Jorge las mira y sonríe y se da cuenta de que el de la gorra y las gafas de sol con el que le había parecido que se cruzaba varias veces debía ser Pedro y él no se había dado cuenta. Le da morbo que el tío les haya fotografiado al encontrarse con ellos en el super.
Nuevo mensaje
Foto de Maribel en la playa tumbada tomando el sol
Nuevo mensaje
Foto de Maribel saliendo del agua con Jorge de la mano
Nuevo mensaje
Foto de los dos comiendo una paella en el chiringuito
Ahora Jorge se preocupa ¿les ha seguido todo el día?
Estas últimas fotos no son de móvil sino de una cámara de fotos sería y con un potente teleobjetivo.
Nuevo mensaje
Foto de ambos saliendo del chiringuito
Nuevo mensaje
Foto de ambos caminando hacia la casa.
“¿te molesta cornudo? sabiendo que mi puta estaba aquí, tenía que verla”
A Jorge le inquieta tanta persecución, pero en el fondo, le gusta que la desees. Mientras todo quede en un juego morboso, le parecerá bien.
“donde está mi puta ahora mismo”
Jorge gira el móvil con disimulo y saca una foto de Maribel desnuda a su lado.
“joderrr que rica ¿cuándo me la presentas cornudo?”
"eeeh que todavía no ha accedido a follar con nadie y menos contigo”
“¿Qué tal si me la presentas ahora mismo”
Ding dong
Suena el timbre de la casita
Maribel se gira mirando a su marido con cara de sorpresa
“¿quién será?”
“no tengo ni idea”
Ding dong
Jorge se levanta, busca un bañador en el armario y se lo pone. Mira a Maribel que se ha levantado y coge el vestido que llevó a la playa. Se lo pone rápidamente sin nada debajo.
Ding dong
“Ya va, ya va”
Jorge se dirige a la puerta principal y observa que no hay mirilla, así que la abre y se encuentra con alguien a quien no esperaba en absoluto:
“Hola, soy Pedro Aguirre, de la empresa que os alquila la casa. Venía a asegurarme de que estaba todo bien, que estáis a gusto, y por si os puedo echar una mano para disfrutar de vuestra estancia”.
Extiende la mano derecha ofreciéndosela a Jorge para que la estreche.
Jorge mira a Pedro sorprendido, incapaz de reaccionar por unos 30 segundos y con el corazón desbocado.
“Hola soy Jorge” contesta finalmente estrechando la mano de Pedro.
“Muchas gracias, está todo bien”.
“¿puedo pasar? Es que quería comprobar que los de mantenimiento habían dejado bien la depuradora de la piscina. Verás, es que se averió hace unos días y la estuvieron reparando ayer. Parece que necesitan cambiar una pieza y le han hecho un apaño mientras llega y el apaño a veces falla y hay que volver a hacer una cosita para que no se pare la depuradora y se eche a perder la piscina”.
“Claro, claro, pasa, pasa”.
Jorge se echa a un lado, nervioso, intranquilo, sin saber que va a pasar a continuación.
Pedro cruza el salón y sale a la terraza donde se encuentra a Maribel sentada con las piernas cruzadas y leyendo.
“Hola, soy Pedro, de Aguirre, de la empresa que os alquila la casa. Es que venía a comprobar que la depuradora de la piscinita está funcionando bien, porque la arreglaron ayer pero no estaban seguros de que aguante.”
Maribel se levanta y Pedro le planta dos besos sin más. “Yo soy Maribel, encantada”. Jorge mira desde el salón paralizado y temiendo que Pedro meta la pata en cualquier momento y todo su matrimonio se hunda en cuestión de segundos.
Pedro asiente y sonríe diciendo “no tardo nada” con cuatro pasos se acerca a la piscina y abre una tapa en el suelo. Se pone en cuclillas y manipula varios grifos e interruptores. Maribel le mira desde la terraza. El tipo es un tiarrón, alto, corpulento, masculino. Viste unas bermudas, una camisa blanca de algodón remangada en los antebrazos y unas zapatillas de esparto. Su piel está muy bronceada. Por la anchura de sus hombros, las piernas y los antebrazos es evidente que el tío entrena regularmente. Estará en los cincuenta y tantos como ellos dos, pero parece un play boy.
Pedro cierra la tapa y se pone de pie “Ya está, menos mal que he venido porque ya estaba a punto de fallar. Se os iba a poner la piscina inservible si falla…. íbamos a esperar a que os fuerais para repararla, por las molestias y tal, pero va a ser imposible. Voy a llamar a ver cuándo les llega la pieza.”
Pedro se aparta para llamar. Mientras espera que cojan la llamada, mira a Maribel observando sus curvas, apenas disimuladas por el vestido suelto que viste y que le llega por medio muslo. Es un vestido de playa, de algodón, blanco y con una tela fina, que por zonas transparenta ligeramente. Tiene tirantes en los hombros que dejan ver un buen escote y el maravilloso canalillo de Maribel que tanto le excita. Sus pezones oscuros se adivinan tras la tela blanca pegada irremediablemente a su pecho en esa zona.
“Hola, soy Pedro Aguirre. Si. Oye ¿lo de la depuradora para el Racó de Miguel os ha llegado? Estupendo. ¿Podríais instalarlo mañana? Es que la chapucilla que me dejasteis no funciona y esto está de mírame y no me toques. Y tengo la casa alquilada…¿ah si? Oye, pues estupendo ¿mañana a las 12? Sin problema”
Ya habréis oído, mañana resuelto.
“me alegro” contesta Maribel.
Pedro se acerca hacia ella y se pone de pie a un metro juntando las palmas de las manos a la altura del pecho. “Mil perdones, de verdad, no sabes la rabia que ne da esta situación. No me gusta nada molestar a los huéspedes durante la estancia con estas cosas”
Jorge observa en silencio. Sigue incapaz de tranquilizarse ante la perspectiva de que Pedro suelte cualquier inconveniencia que rompa su vida conyugal.
Maribel sonríe con amabilidad “no pasa nada Pedro, las cosas se rompen, lo importante es poder arreglarlas y es evidente que estás encima de ello, así que tenemos que agradecerte tu esfuerzo y dedicación”.
“Bueno, te agradezco el voto de confianza Maribel. Si no os parece mal, voy a intentar compensaros por las molestias. Si no tenéis otros planes, yo os ofrezco sacaros en mi barco mañana por la mañana. Así mientras están los operarios aquí, no teneís molestias y de paso podéis conocer la bahía ¿os parece?”
Maribel se fija en sus exquisitos modales y su manera de hablar, que le parecen de clase alta y colegios exclusivos. Mira a Jorge sin saber que decir.
Jorge contesta “bueno, la verdad es que no hace falta que te tomes tantas molestias”
“No es una molestia hombre, además… os va a encantar. Os voy a llevar a sitios donde solamente puede llegarse en barco y que seguro que no conoceis.
¿Qué os parece si vengo a recogeros a las 11?”
Maribel y Jorge se miran y es Maribel la que asiente sonriendo.
Al mover su cabeza, sus pechos tienen un pequeño vaivén, libres de sujetador y a Pedro no se le escapa el detalle.
Jorge, que observa a Pedro con atención, percibe adonde se le va la mirada a Pedro.
“Bueno, no quiero molestaros más. Os veo mañana. Solamente tenéis que venir dispuestos a disfrutar del mar. Os vais a bañar en las mejores calas de Baleares. ¿de acuerdo?”
Maribel asiente de nuevo y de nuevo sus pechos delatan su libertad de movimiento. Y de nuevo Jorge ve a Pedro mirarle las tetas a su mujer.
“Soy muy malo con los nombres, Jorge me dijiste que te llamas ¿no?” Jorge asiente, aún nervioso por la situación. “Estupendo, me marcho ya” dice dirigiéndose a la puerta. La abre y antes de salir se vuelve y se despide “hasta mañana Maribel”.
De vuelta en la terraza con su mujer Jorge expresa sus dudas:
“Oye, yo no se si es buena idea ir en barco con este tipo. No le conocemos”
“¿y por qué no? A ver ¿a ti te invitan a ir en yate todos los días? Porque a mí no…. Además, me ha caído bien, es un tío super bien educado, se le ve de clase alta… seguro que lo pasamos bien”.
“Maribel, no se si te has fijado, pero te estaba desnudando con la mirada…”
“Claro, no tenía mucha tela que quitar con la mirada ¿no?”
“¿Que pasa que no te importa que te mire las tetas como un baboso?”
“A mí no ¿Y a ti?”
Maribel se acerca y mete su mano dentro del bañador de Jorge agarrándole su miembro
"Acaso no te gusta que excite a otros hombres? ¿No quieres verme ser una zorra de otro delante de ti?”
Las palabras de Maribel despiertan la polla de Jorge irremediablemente.
“No querías que hiciera topless este verano”
La polla de Jorge ya está dura del todo
“A ver si vas a estar todo el día mañana con la tienda de campaña cornudito”
“Pues mira, creo que tengo el bañador adecuado para lo de mañana
“No te irás a poner el blanco”
“Precisamente”.