Capítulo 622
Las horas se me pasaron lentísimas hasta el momento. En lo que ella venía me dediqué a pensar bien lo que le tenía que decir y cómo hacerlo, aunque estaba tan nervioso que no lograba centrarme en el tema. Seguramente porque ya sabía cómo iba a terminar la situación. Por eso intenté distraerme recogiendo las sábanas y guardándolas, preparando algo para comer, aunque no tenía mucho apetito, optando al final por algo ligero y luego pasando a jugar a la consola, pero tampoco me lograba concentrar para jugar bien. Al final me quedé sentado en el sofá con la tele apagada dándole vueltas a qué decir y cómo hacerlo. Poco a poco iba montando un esquema en mi cabeza e intentaba imaginar sus reacciones para ponerme en situación, aunque una vez sonó el timbre, dándome un buen susto, mi mente se quedó en blanco y se me secó la boca. No iba a ser nada fácil lo que iba a tener lugar.
Al abrir me encontré a Valentina, como ya esperaba, muy guapa con uno de sus vestidos de verano con falda larga, llevando además unas sandalias. Tan solo llevaba su bolso encima, sin haber rastro de algún tipo de equipaje que pensaba yo que llevaría consigo al venir de viaje. En cualquier caso, su expresión era bastante normal, sin llegar a estar más seria de lo que ya era ella de por sí, pero tampoco la veía con una de sus radiantes sonrisas. Amagó un poco a la hora de interactuar conmigo, pero se acabó acercando para agarrar mi nuca con suavidad para darnos un beso en los labios, los cuales ella se había humedecido poco antes. Al menos no venía en plan guerrillera, porque el tono que capté en sus mensajes no era muy tranquilizante. Sin embargo, ahora parecía estarlo. Pero no le hice esperar mucho, haciéndola pasar y preguntándole si quería algo de beber. En cuanto regresé con ella, sentándome en el sofá a su lado empezaría la conversación.
-¿Qué tal está tu padre?
-Bien. Ya no hay peligro de nada. Ha sido un susto más que nada. ¿Qué ha pasado? -preguntó directamente.
-Ah...
-¿Cómo es que le das clase y no me has dicho nada?
-Pues por esto mismo, Valentina. Porque te conozco bien y sabía que te ibas a poner muy nerviosa y que ibas a estar así durante todo el tiempo que ella iba a estar en la academia.
-Pues no... No tiene por qué.
-Sí, Valentina. Ambos sabemos que te gusta tenerlo todo controlado por completo y si te cuento eso estarías nerviosa todo el tiempo, preguntando por todos lados y con miedo de que se me escapara a mí que te conozco y demás.
-Pero si eso es precisamente lo que ha acabado pasando sin que me hayas llegado a decir nada.
-Ya, pero es que no tuve más remedio.
-¿Por qué?
-Anoche salí, como hablamos.
-Ya, no creo que ella haya venido aquí, ¿no?
-No. Estuve saliendo con mis amigos de aquí y estuvimos tomando algo.
-¿Bebiste mucho?
-Qué va. No me emborraché ni nada.
-Vale.
-Y estuve con ellos, pero bueno, no estaba muy cómodo y me acabé yendo temprano.
-¿No estabas cómodo? ¿Por qué? ¿Pasó algo?
-Bueno, no gran cosa. Es que resulta que una de las chicas de ese grupo de amigos... A ver, que le atraigo.
-Am...
-Y no es nada nuevo. Hace ya bastante que se me insinúa y tal y yo en su día también lo hice, antes de que tú y yo fuéramos pareja y de que nos empezáramos a ver siquiera. Pero ya le avisé de que me había echado novia y que tenía que parar con eso. No ha sido el caso, porque no ha dejado de insinuarse y eso. Pero que no pasó nada con ella. Me llegó a incomodar por lo insistente que se puso y decidí marcharme para dejar el tema ahí.
-¿La conozco?
-No. No es la que nos pilló ahí -dije mirando a la entrada de la casa.
-Bueno, ¿y que tiene que ver esto con mi sobrina?
-Pues que al salir de dónde estábamos, pasé por un parque que hay aquí al lado y me la encontré sentada en un banco.
-Mmm... ¿Y de qué la conoces?
-¿No te acuerdas aquello que te conté de que me topé con una chica un día que salí de tu casa con prisa porque llegaba tarde al trabajo?
-Ah, sí.
-Era ella. Si te lo dije y tú luego me dijiste que era tu sobrina.
-Ya, es verdad.
-Después de eso coincidí con ella una noche y se me acercó haciendo la gracia de que le dolía el pie. Estuvimos hablando un poco y tal... No pasó nada, obviamente, pero surgió el tema de que trabajo en la academia y ella se interesó por eso, diciéndome que le vendría bien sacarse un curso para poder ponerlo en su currículum. Así fue cómo se animó a apuntarse.
-¿Y cómo van las clases con ella?
-Bien. Es muy aplicada y también le he ido preparando ejercicios para que haga en casa y pille el ritmo.
-¿Y por qué le has contado que me conoces y que estás conmigo?
-Porque bueno... La cosa se puso...
-¿Qué cosa? ¿Qué pasó?
-Estaba mareada cuando me la encontré. Estaba allí sola y le saludé. Me contó que estaba de cumpleaños de una amiga. Me extrañó un poco, porque me dijiste que fue contigo y con tu hermana a ver a tu padre, pero ella me contó que como no era nada serio y como llevaba bastante sin ver a esa amiga, pues que se volvió en autobús para poder ir al cumpleaños y tal. Pero según me dijo se le fue la mano bebiendo, cosa que ya comprobé por lo mareada que estaba y tal.
-¿Pero se puso mala?
-No. No fue para tanto. Pero se tambaleaba bastante, así que decidí acompañarla a casa después de recomendarle que no bebiera más. Es que con los tacones que llevaba se iba a matar si se caía. Y cuando llegamos a su casa me dijo de pasar para invitarme a una copa por haber sido tan amable.
-Ajá... -decía con tono de mosqueo.
-Estuvimos hablando de varias cosas, aunque nada muy personal más allá de que le dije que tenía novia. Charlamos mucho de la academia y el curso que estaba haciendo. Pero de repente me dijo tenía calor y se fue rápidamente, dejándome ahí. Salió con un bikini y me dijo que fuera con ella a la piscina que tenía. Me senté mientras se metía y nadaba un poco.
-¿Por qué no te fuiste?
-Pues no sé... Estaba un poco cortado por cómo había salido. Pero le dije de irme, aunque ella no quería que me fuera y salió de la piscina. Me dijo que me quedara un poco más y se volvió a meter en la piscina. Yo ya estaba incómodo y le dije que me marchaba, pero volvió a salir y no sé cómo, estaba desnuda.
-¿Qué? -dijo retorciéndose.
-No pasó nada, no te preocupes. Le dije que tenía novia, pero ella se reía. Me dijo que era muy raro que teniendo novia saliera solo, por haber coincidido la primera vez y también esta. No se me ocurrió otra cosa que decirle que tú eras mi pareja. No para que se cortara, sino para que me dejara en paz de una vez, porque parecía importarle poco que tuviera novia en general. Creí que si veía que eras tú esa persona, pues se le quitaría rápido de la cabeza. Y creo que ha sido así.
-Pfff... Todo esto es demasiado. No sabía que mi sobrina fuera así...
-No pasa nada. Si es lo más normal con esa edad.
-Me he puesto muy nerviosa esta mañana cuando me ha llamado contándome que te ha conocido y que le has contado que me he divorciado y ahora estoy contigo.
-No tuve más remedio.
-Y luego mi hermana pues me ha hecho un interrogatorio. Que no le parece mal que me haya divorciado. Si ella lo ha hecho también y se imaginaba que lo mío con mi exmarido no iba bien, pero le ha molestado mucho que no le haya contado nada. Me ha regañado como si fuera una niña pequeña. Y no le parece bien tan poco que esté con un chico tan joven.
-¿Por qué?
-Porque opina que con tu edad solo se va a lo que se va y que no tenéis ni la paciencia ni lo que hay que tener para meteros en una relación seria.
-Am...
-Vaya viajecito de vuelta me ha dado... Te quiere conocer, porque ahora está en plan madre protectora conmigo, ¿sabes?
-Pues vaya...
-A mis padres no les hemos dicho nada, por supuesto. Demasiado tienen con lo que ha pasado como para que yo lleve más problemas.
-Ajá...
-A ver, problemas no... Ya me entiendes.
-Sí, sí.
-Ay... Menos mal. Creía que me habías engañado con mi sobrina cuando me ha llamado contándome todo eso y con todos los detalles que me has dado tú... -dijo dándome un fuerte abrazo.
-La noche no acabó ahí... -dije después de abrazarla durante unos segundos acariciando su espalda.
Me costó bastante encarar la situación para llevarla por ese camino. Parecía que se había tranquilizado cuando le terminé de contar lo que había pasado, porque estaba muy tensa. Podía notar cómo su cuerpo hacía algún espasmo nervioso, cosa que se acabó con aquel abrazo, pero noté como su espalda se irguió con esas últimas palabras que salieron de mi boca. Como digo, fue algo que me costó mucho decir, porque teniéndola ahora a mi lado pensaba que no quería perderla. Sentir su tacto, su olor, su beso, a ella en general, era algo que me gustaba mucho y que no quería dejar de hacer, pero tenía que contárselo y acarrear con las consecuencias de lo que había hecho.
-¿No? -dijo apartándose de mí, volviendo a ponerse nerviosa.
-Pues no -dije resignado.
-¿Qué pasó?
-Al volver me paré a tomarme algo para tranquilizarme un poco, porque estaba bastante nervioso. Y me encontré a alguien. Hacía mucho tiempo que no la veía y me hizo mucha ilusión.
-¿Tu exnovia?
-¿Qué? No, no. Qué va. Es una amiga de hace bastante. Nos conocimos en el primer año de universidad y fuimos muy amigos durante todos esos años. Entre mi ex y ella hubo problemas, porque mi ex se puso celosa de ella y en fin...
-¿Qué me tienes que contar?
-La cosa entre nosotros no acabó muy bien por una cosa o por otra, pero a ambos nos hizo ilusión volver a encontrarnos. Queríamos hablar y como estábamos cerca de aquí, pues vinimos. Y después de una larga charla pues le di un beso.
Valentina se quedó mirándome sería, aunque no llegó a decir nada. Casi que ni se inmutaba.
-Pero no quedó ahí la cosa -continué-, porque nos acabamos acostando.
Permaneció de la misma manera que cuando le dije lo del beso. Mi reacción al verla así de petrificada fue darle un abrazo.
-Lo siento. Te juro que no quería hacerte daño, pero fue algo que pasó. Esa chica es alguien muy especial para mí y no pude... No te mereces que te haga esto después de todo lo que te ha pasado y prometiéndote que no te volviera a pasar de nuevo, pero al final...
Al ver que Valentina no respondía de ninguna manera, ni diciendo ni haciendo nada cuando la abracé, me aparté de ella para acariciar su cara con mi mano, pero ella me la apartó.
-No me toques.
-Valentina, lo siento. No sé...
-Me voy. Que te lo pases bien con tu amiguita, porque a mí no me vas a volver más -dijo levantándose.
-Espera -dije agarrando su mano con firmeza, aunque ella se intentó zafar.
-No.
-No tienes porqué tomar esta decisión así en caliente. Sé que te he hecho mucho daño y que no estoy en posición de pedirte nada, pero quiero que lo pienses con calma una vez te tranquilices. No quiero perderte.
-Si no quisieras perderme de verdad, no habrías hecho eso.
-Dame una oportunidad, por favor. Te quiero. Que esta chica haya reaparecido no significa que ya no lo haga.
-Sabes de sobra por todo lo que he pasado. Pongo mi confianza en ti al contarte toda mi vida y al decidir seguir viéndote para formar una pareja. Y me haces esto. Me haces esto cuando estoy fuera porque mi padre está malo... No te mereces ninguna segunda oportunidad.
-Pero nos queremos y hemos estado muy bien desde que hemos dado ese paso.
-Sí. Hemos estado bien hasta que has decido hacer esto.
-Piénsalo tranquilamente, ¿vale? Tómate el tiempo que necesites, pero no tomes esta decisión ahora.
-No hay nada que decidir -dijo levantándose.
-Valentina, por favor. No quiero que esto se acabe. He hecho una estupidez muy grande, sí, pero te lo he contado para que veas que soy sincero.
-Mi hermana tenía razón. Ha sido un error muy grande haber confiado en un chico tan joven -dijo yendo hacia la entrada.
-Bueno, tú tranquila, ¿vale? Descansa, que seguro que lo necesitas después del viaje y ya más tranquila piensas en esto.
-Javi, no te quiero volver a ver más. Me has hecho mucho daño -dijo abriendo la puerta para marcharse sin dejarme que le respondiera.