Yo he hecho toples e incluso nudismo delante de mi hermana y de su marido y delante de amigas y amigos. La vergüenza es mayor si quien te ve es conocido. Eso es lógico lo mismo que también es mayor el morbo.
Pero te desnudas por lo que dices, porque es gente de confianza y sabes que no pasa nada.
Al revés también ocurre. No es lo mismo ver a un desconocido desnudo que a un amigo
Todo el mundo se comporta con normalidad pero todo el mundo es consciente del morboso de la situación
A mi siempre me ha llamado la atención que gente que va a playas nudistas, o mujeres que hacen topless de manera habitual, pongan reparos a hacerlo con amigos o familiares, e incluso a comentar que lo hacen.
Mi mujer, al principio, no quería decir a nadie que había practicado nudismo, únicamente con su hermana, con quien tiene mucha confianza, pero con el tiempo, afortunadamente, fue cambiado.
Yo la primera vez que fui a una playa nudista fue con 20 años y no dude en comentarlo con mi madre y mi hermana, que se sorprendieron pero les pareció genial que tuviera la valentía de hacerlo. Ellas no lo hacen, pero nunca les ha importado verme desnudo, ya sea en casa o en la playa. De hecho, fue mi madre quien, de alguna forma, me animó a estar desnudo por casa. Lo cuento.
Al poco de contarle que había estado en la playa nudista, un día, nos cruzamos en el pasillo al salir del baño, yo iba con la toalla enrollada a la cintura y me dijo "No entiendo, no te importa que te vea un montón de gente desnudo en la playa y te tapas delante de mi" y yo contesté "No es lo mismo" a lo que respondió "Desde luego que no es lo mismo, lo normal sería que te diese más vergüenza que te viese desnudo gente que no conoces de nada a que te vea tu madre, pero tú sabrás"
Me hizo reflexionar y pensé que tenía razón, que si me parecía natural estar desnudo en la playa, también lo era en casa, siempre que a la gente con que convives no le importase, como había quedado claro que era el caso. Los siguientes días, después de ducharme, iba del baño a la habitación sin nada, pero estaba a otras cosas y no me vio. Hasta que un día, después de ducharme, deje la puerta abierta del baño mientras me peinaba, pasó y me vio.
Se quedó parada en la puerta mirándome, me dijo "Ves no pasa nada, mucho mejor" Se acercó, me dio un cachetito en el culo, un besito en la espalda y se fue.
A partir de ese día, no es que estuviera todo el rato en pelotas por casa, ni mucho menos, pero sí que era habitual hacerlo después de la ducha o algún día desayunando en la cocina, algo que todavía me gusta mucho hacer, desayunar en pelotas si el clima lo permite.
Y sí, reconozco que al hacerlo las primeras veces había una mezcla de sentimientos entre el deseo de ser natural y el morbo de ser visto.
