Curioso tema!! No se me habría ocurrido a mi...
La verdad es que he disfrutado de las dos cosas.
Durante años la llevaba tapada. De hecho, en mi juventud y hasta los 18 años no conseguía bajarla hasta el final del glande. Con la práctica personal y ajena

, conseguí bajarla y así estuve muchísimos años. Solo destapada para la acción. Tenía el glande extremadamente sensible y el placer de cualquier roce era espectacular. He gozado, y mucho, de esa sensibilidad extrema.
Sin embargo, las penetraciones eran demasiado placenteras y, por lo tanto, el aguante escaso especialmente en el primer asalto. No me importaba en exceso porque el segundo asalto era cuestión de pocos minutos o incluso de segundos pero ese tiempo de reacción se iba alargando con la edad y empecé a descubrirme el glande en mi día a día. Al principio, solo unos minutos pues era muy molesto. Poco a poco, la molestia se iba disipando, hablo de años de ir haciendo eso, hasta el día de hoy en el que solo siento cierto cosquilleo cuando voy al descubierto pero nada de molestia.
Hoy en día, voy mucho rato con el glande fuera y la sensibilidad ha disminuido muchísimo por lo que mi aguante se ha incrementado espectacularmente. y mirad, he disfrutado mucho de la sensibilidad extrema, combinado con una recuperación rapidísima y disfruto mucho ahora de la sensibilidad reducida pero... con una capacidad de bombeo mucho mayor y una recuperación mucho menor. Cada cosa tiene su encanto.
Ahora, la llevo la mayor parte del tiempo descubierta y a veces, no siento si el glande esta cubierto o no. Es otra fase de mi vida, la fase de empotrador con aguante y quiero seguir explorando esta faceta alargando cada vez algo más el tiempo de trabajo. Eso si, ahora... los segundos asaltos, cuando se da el caso, normalmente son interminables. Es decir, o me cuesta mucho o, simplemente, no llego a correrme y tengo que parar porque la parienta anda reventada y eso también da mucho gustito.