Don Pichote
Miembro muy activo
Yo es que tengo mas años ya que un bosque jajajajaja.Yo no viví esa época y me hubiera gustado, me toca disfrutarlas de otra manera, jeje.
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Yo es que tengo mas años ya que un bosque jajajajaja.Yo no viví esa época y me hubiera gustado, me toca disfrutarlas de otra manera, jeje.
Más experiencia querrás decir!Yo es que tengo mas años ya que un bosque jajajajaja.
Es directamente proporcional, jajajajaja.Más experiencia querrás decir!
Sigues con ella?Pues no creo que fuera muy raro por el lugar, pero sí por la situación. Lo cuento:
Siendo adolescentes, mi novia y yo fuimos a pasar el día con mi familia a la casa de campo. Era verano. Un rato después de comer dije que me iba a dar un baño a la piscina. Mi novia se apuntó al plan, pero a nadie más le apetecía, así que se quedaron en la mesa tomando el café y charlando.
Al poco de estar en la piscina, vino mi novia, preciosa con su bikini gris y con su cuerpo delgado, sus pechos redondos y perfectos que asomaban, su culito en forma de corazón invertido... Cuando la vi llegar me dio un calentón brutal y se me puso la polla como el cuello de un cantaor.
Cuando se metió en el agua fui hacia ella y la besé a la vez que le pegué el paquete para que notara mi erección. Su reacción fue de miedo y empezó a intentar disuadirme susurrando para que no nos oyeran:
- ¿Qué haces, tío, estás loco? Tu familia está ahí justo... ¿y si vienen?... Para.
- Ven... solo un poco, ven... - le dije.
- Ni hablar, ¡ya te digo yo que no!
Ella tenía razón y más sentido común que yo. Escuchábamos las voces como si estuvieran al lado, pero no podían vernos. Eso sí, podían aparecer de golpe en cualquier momento y pillarnos.
Ella se alejó nadando como respuesta a mi tentativa. Y yo la perseguí con la polla como una piedra. Pero en cuanto la alcanzaba, ella buceaba y se escabullía. Ese juego comenzó a excitarme más y más cada vez, y a ella también. Era evidente que estábamos los dos como una moto, pero ella quería protegernos de una situación peligrosa y potencialmente muy embarazosa, en todos los sentidos.
Pero me daba igual, así que seguimos con ese juego unos minutos, hasta que estábamos muy cansados de nadar, a la vez que híper-cachondos.
- Venga, solo un beso. Solo un beso - le supliqué.
- No, que no me fío - me dijo sonriendo.
- Venga... - le rogué.
Y entonces su expresión me dio a entender que me esperaba en esa esquina de la piscina, y que no escaparía más. Fui nadando directo, con mi polla actuando de timón. Y allí la abracé para que no escapara, mientras ella se sujetaba para no hundirnos y la besé forzándola a abrir su boca y a dejar entrar totalmente mi lengua en ella, que sabía que la excitaba mucho. En ese momento, sin pensarlo bajé mi mano, aparté su bikini y le metí dos dedos de golpe. Estaba totalmente empapada y era evidente que muy excitada. Separamos nuestros labios y empecé a masturbarla.
- Eres un cabrón, joder... - me espetó mientras jadeaba levemente.
El juego había terminado, y los dos lo sabíamos. Llegados a ese punto y viendo su actitud, yo sabía perfectamente que ya no habría ninguna resistencia, así que cuando la tuve a 100 me bajé mi bañador y dirigí mi capullo a su vulva, para penetrarla.
- Nos van a pillar, si aparecen se va a liar la mundial.
Era verdad. Mis padres, mi hermano, mi abuela... podían aparecer en cualquier momento y pillarnos. Ellos no sabían que ya teníamos relaciones y mucho menos sin protección.
No me importó. Mirándola fijamente a los ojos, forcé su cuerpo a descender y clavarse en mi rabo, duro como una piedra. Esa primera penetración tras el juego de "la cacería" en la piscina fue como tocar el cielo con las manos. Indescriptible. Ella dejó de resistir y de luchar. Ya era mía. Su cálida, húmeda y firme vagina comenzó a succionar mi rabo y a masajearlo, ordeñando mis jugos y animándome a seguir. Y allí, en una esquina de la piscina, me la follé escuchando a mi familia charlar y reír, mientras nuestra libido nos secuestraba la razón y nos hacía arriesgarnos a apostar nuestro futuro a la ruleta rusa de mi esperma. Y otro mes a rezar.
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