Asomándome a la cámara de fotografía y vídeo, del degenerado (porque eso y los que son como él, sólo tienen ese nombre) que está tarde tenía al lado y he visto, lo que estaba grabando, no he podido evitar decirle que, qué hacía grabando.
El asco, ha hecho que le dijera, una palabra en concreto. Me ha debido escuchar perfectamente a pesar del ruido. Ha dejado de grabar y se ha ido.
Espero no tener que asomarme a más cámaras y no ver, lo que he visto hoy. Porque no dudaré en tirar la cámara al suelo, romperle los dedos y sacarle los ojos.
Y si se me concede, ya que estamos en Navidad, al próximo que pille en ese plan, me gustaría que lo colgarán de los huevos, bocabajo hasta secarse como una pasa y ser comido por los buitres. Previo, que le hagan lo que suelen hacer en prisión con los tipos como ese. Y me quedo corta.