Creo que ya he contado algo de mis experiencias, pero lo resumo aquí. Yo lo tuve muy fácil porque a mi mujer actual le encantan las pollas. Ya no solemos quedar con nadie (cosas de la edad), pero, cuando nos conocimos, fue una maravilla el pervertirla poco a poco proponiéndole mil guarrerías, aprovechando siempre sus momentos de mayor excitación. Con mis otras parejas no tuve tanta suerte. La primera, por falta de interés. No había nada que hacer. La segunda, por celos. Quizás se hubiera dejado follar por otro en mi presencia, pero no consentía la posibilidad de verme follar con otra, en el caso de que hubiéramos quedado con otras parejas. Con la tercera no hubo problema: teníamos tanta complicidad y era tan morbosa que le encantó, por ejemplo, que una vez le abriera el culo, estando a gatas, para que otro se la empotrara mas profundamente. El problema era que estaba casada... y que encontré a mi pareja actual. Como decía, la fui pervirtiendo poco a poco con mis fantasías. Primero accedió a quedar con un amigo para jugar y hacer un trio de sexo suave, sin penetración. Ella disfrutó mucho poniéndole la polla durísima, lamiéndola y frotándosela por su coñito. Y yo viéndola. Aquello salió bien y pasamos a mas: contactamos con otro chico y, por fin, hubo penetración. Y fuerte. No sabéis como se excita cuando tiene cerca una polla bien dura. O dos o tres. Llegamos a contactar con varios chicos y también con otras parejas como nosotros. Le encantaba tener un macho encima follándola sin contemplaciones. Terminamos haciéndolo a pelo y comprobé que la leche en su coño le excitaba aún mas que las pollas. Yo no tenía un papel pasivo y participaba como el que mas, dándole placer hasta decir basta. Por mi parte no hubo bajón alguno. La veía disfrutar tanto que me excitaba como nunca. Supongo que eso del bajón que nombráis se produce cuando solo es una fantasía o si no se tienen las ideas claras. Yo nací así de pervertido... En la foto, una de nuestras quedadas con un amigo, hace ya algunos años.