La mujer que dice al marido:
----- Cariño, que se me ha estropeado la plancha.
----- Que se te ha estropeado la plancha... ¿ Y que quieres que haga yo ?
----- Joooooo... podías arreglarla.
----- Pero vamos a ver. ¿ Acaso soy yo electricista ? ¿ Es que me ves cara de electricista ?
Al día siguiente:
----- Cariño, que se ha roto la cerradura de la despensa. ¿ Por que no la arreglas ?
----- Pero a ver... ¿ Es que yo soy cerrajero ? ¿ Tu a mi me ves cara de cerrajero ? Anda queeeee...
Dos días más tarde:
----- Cariño el grifo del fregadero no para de gotear...
----- No, no y no... No me vengas como siempre. ¿ Soy yo fontanero ? ¿ Tu a mi me ves cara de fontanero ?
Al otro día:
----- Cariño, que se ha roto la pata de una silla de la cocina.
----- ¿ Y que ? ¿ Que quieres que haga ? Porque yo no soy carpintero... ¿ o tu a mí me ves cara de carpintero ?
Pasa una semana y el tipo que viene de trabajar y la mujer toda contenta le dice:
----- Cariño, que ya está todo arreglado.
----- ¿ Como que esta todo arreglado ? ¿ Que es lo que se ha arreglado ?
----- Todo lo que se había roto.
----- Ahhhh... ¿ Y quien lo arregló ?
----- El vecino de ahí en frente.
----- ¿ Que vecino ?
----- Ese morenito dominicano que está bien macizo y buenorro.
----- Ahhhh...
----- Lo arregló todo, pero todo.
----- ¿ Y cuanto te cobró ?
----- Nada.
----- ¿ Como que nada ?
----- Nada... me dijo que a cambio me echaba un polvo o le hacía una tarta.
----- Ahhhh... ¿ Y que tal te salio la tarta ?
----- ¡¡ Tarta !! ¿ Pero que tarta ? ¿ Acaso yo soy pastelera ? ¿ Es que tu a mi me ves cara de pastelera ?






















