59
Al día siguiente.
Carlos
- ¿Tienes un minuto, Carlos?
Levanté la cabeza de los papeles en mi mesa y asentí a Cris, que pasó dentro de mi despacho pero sin sentarse. Dijo:
- Esta tarde quiero ver unos pisos de alquiler por la zona universitaria
- Bien
- Si te parece bien, cuando termine, te aviso para que me recojas ¿Puedes esperarme?
- Sin problema
- Genial, quiero ver 3 o 4
- ¿Qué pasó con el piso que vimos?
- Lo estuve pensando y tenías razón, era pequeño y estaba mal, tengo que mirar más
- Haces bien
Cris se iba a retirar pero le pregunté:
- Por curiosidad ¿Cuánto te quieres gastar en el alquiler?
- Uff, no sé, unos 200 al mes o así, depende de si comparto con dos o más chicas
- Y lo de irte sola a un piso sigues sin verlo ¿No?
- Lo he pensado, pero el problema es el dinero, los alquileres son muy caros. Cuando tuve que hacerme cargo del alquiler yo sola lo pasé muy mal con el dinero, eran 800 al mes y estaba agobiadísima… cuando Sara pagaba su parte eran 400 y eso sí me lo podía permitir, pero pagar yo sola un alquiler no, prefiero compartir y estar tranquila económicamente
- Bueno, habrá pisos por 400 o 500 ¿No?
- Habrá pero no cerca de aquí y no sé en qué condiciones… Quizás en uno o dos años me lo plantee, pero ahora mismo prefiero priorizar mi economía
- La verdad es que el mercado inmobiliario está muy caro. Cuando pensé que lo mío con Carmen era serio, miramos casas y estuve a punto de meterme en una que era carísima
- Pero si ya tienes dos casas
- A Carmen no les gustaban
- Pero si son geniales, sobre todo la del campo
- Ya
- ¿Y la compraste?
- No, no, que va, pero fue por cuestión de días
- Menos mal, no quiero imaginarme lo que es meterse en la compra de una casa jeje
- Ya
- Por cierto, como quiero ver varios, para que no se nos haga muy tarde, en cuanto salgamos de aquí iré a verlos, comeré algo rápido en la uni ¿Vale?
- No tengo prisa, come aquí tranquila y luego te llevo
- No, que seguro que se me hace tarde viendo pisos y no quiero hacerte perder toda la tarde y que volvamos a tu casa a las tantas… Me voy corriendo e intento no tardar demasiado, te lo prometo ¿Vale?
- Como veas
- Gracias, Carlos, eres un cielo, como siempre
Y me sonrió ampliamente para luego irse.
Carmen
En cuanto descolgó Yolanda a mi llamada, le dije:
- Ayer te llamé un par de veces y ni me lo cogiste ni me devolviste las llamadas
- Ah, hola, Carmen, sí, lo siento, estaba… estaba con mi madre, no podía cogerlo
- ¿Y después? A ver, niña, si te llamo, me devuelves la puta llamada, puedo estar llamándote porque tengo un servicio para ti ¿Entiendes?
- Sí, perdona, se me olvidó
- Pues que no se te olvide más
- Descuida
- Era para preguntarte como estabas tras tu “debut”
- Ah, bien
- ¿Contenta con el dinero?
- Sí, sí, una pasada
- Me dijo Jamal que te colocaste mucho, y estuviste muy pava
- Joder, pero si follé con todos, creo
- Antes de la orgía
- Estaba cortada, Carmen
- Hasta que te follaste a la negrita
- Kiara es fantástica, sí, y luego me hicieron efectos las pastillas y follé con todos, que es lo que querías ¿No?
- Abrirse de piernas lo hace cualquiera, niña, hay que dar algo más, hay que ser seductora, provocativa,.. y tú fuiste una pava
- Ya, pero era mi primera vez, Carmen, estaba super nerviosa
- Pues tienes que espabilar, Yolanda, si quieres ganar pasta, espabila
- Vale
- Quieres seguir ¿No?
- Sí, sí
- Bien, pues tengo un servicio para esta noche
- ¿En el burdel?
- No, en un hotel, dos horas
- Pero ¿Yo sola?
- Sí
- ¿No puedo ir con… con Kiara?
- No, niña, sola, y es un servicio especial
- ¿Eso qué quiere decir?
- Te tienes que disfrazar de colegiala, se quiere follar a una puta colegiala
- Que asco ¿Es un pervertido?
- Jajaja, niña, espabila, esta gente paga por hacer realidad sus fantasías, y si quieren imaginar que se follan a una colegiala, te vistes como tal y follas ¿Entiendes?
- Sí, pero joder, me parece muy fuerte
- Y este tío ha pagado el servicio completo, te follará por el culo también
- ¿Qué? Pero si yo no…
- Te follaron el culo en la orgía ¿No?
- Creo que sí, me dolía y…
- Pues ya estás desvirgada, déjate de gilipolleces, que paga muy bien
- Pero es que…
- Mira, niña, si no quieres hacerlo, bien, no lo hagas, mando a otra, pero estás a prueba, si no lo quieres, no te llamo más ¿Entiendes?
- Ya, pero ¿No podría ser algo más… normal?
- No, Yolanda, ninguno va a pagar ese dinero por echarte un polvo como los de Santi ¿Entiendes?
- Sí, eso lo sé
- No tengo tiempo para esto ¿Lo quieres o no?
- Mmmmm bueno, vale
- Pásate a las 8 por el burdel, te daremos la ropa de colegiala y alguna cosa más que ha pedido el cliente. Imagino que tienes bragas y sujetadores normales blancos ¿No?
- Claro
- Pues te traes eso, no quiere nada sexy, y una camisa blanca, la falda, calcetines y zapatos te los damos aquí
- Vale
- Hasta luego
- Sí, hast…
Colgué. Esta niña era muy tontita, necesitaba espabilarse de una puta vez. Esta noche lo haría.
Cristina
Me metí en el coche de Carlos y le dije:
- Gracias, Carlos, siento haberte hecho esperar
- Nada, Cris
- Es que he visto 4 pisos, y se charla mucho para conocernos algo, ya sabes
- Claro ¿Y alguno interesante?
- Un par, uno me gusta porque la habitación es grande y dos baños pero está más lejos del trabajo. También es el más caro, 270 al mes
- Ajá, dentro de tu presupuesto ¿No?
- Sí, sí, pero tendría que ir andando casi 15 minutos a la parada del bus… Los otros están más cerca pero son pequeñitos y un solo baño, y sería compartir con otras tres chicas, quizás demasiado
- Entiendo
- Tengo que decidirme esta semana, que lo están viendo más chicas
- Ya… Oye, Cris ¿Tienes prisa por volver?
- ¿Yo? No, si lo que me pasa es que me siento mal por haberte hecho perder toda la tarde esperándome, lo siento mucho
- Pues ahora te toca a ti hacerme el favor ¿Te importa? Es que tengo que ir a mirar una cosa
- Claro que no me importa
Carlos arrancó. Me sentía bastante mal por obligarle a esperarme así que no me importaba nada de nada si tenía que esperarlo porque él necesitaba hacer algo. Carlos condujo mientras yo le contaba lo que había visto y lo que me parecía cada piso. Tenía mucho que pensar, había cogido notas de cada piso con mis impresiones de los pisos en sí y de las chicas. Esa noche lo repasaría todo y decidiría.
Vi que Carlos se metía en una zona nueva de la ciudad, llena de edificios nuevos y parques, muy bonita. Entró en un edificio y dijo:
- Hay que buscar el A23, avísame si lo ves
Cada aparcamiento estaba numerado y lo encontramos fácilmente. Se bajó y dijo:
- Es la primera vez que vengo ¿Me acompañas?
- Claro, pero ¿Vas a ver a alguien?
- No, a revisar una cosa
Buscamos el ascensor y subimos a la última planta donde solo había una puerta. La abrió y entramos en la casa. Estaba totalmente vacía, sin muebles ni nada, pero limpia. Era un ático enorme. Salimos fuera y dije:
- Que pasada de ático, esto es enorme
- Sí, y tiene buenas vistas ¿No?
- Sí ¿Te vas a mudar aquí?
- No, no, jeje, es que ¿Te acuerdas que te dije que estuve a punto de comprar una casa para irme a vivir con Carmen?
- Sí
- Al final no lo hice, pero mi asesor contable, que es amigo de toda la vida, me dijo que invirtiera en inmuebles, y le dije que de acuerdo y compró este piso
- ¿Para qué?
- Por no dejar el dinero en el banco, se invierte para luego alquilar, o revenderlo… esas cosas
- Ah
- Entremos a ver las habitaciones
Dimos una vuelta y eran habitaciones grandes, y un salón y cocinas alucinantes. La cocina sí estaba amueblada y era una pasada. Entonces me dijo:
- ¿Te gusta?
- Pues claro jeje, esto es increíble
- Te lo alquilo
- ¿Qué? Yo no puedo pagar esto, Carlos
- Claro que sí
Lo miré y negué con la cabeza. Me dijo:
- A ver, Cris, tú y yo nos lo estamos pasando muy bien pero los dos sabemos que esto se acabará muy pronto, en cuanto vuelvas a tu vida normal no nos volveremos a acostar
- Bueno, eso no es lo que dije
- ¿No?
- Dije que no podemos ser pareja, pero no dije nada de dejar de follar si ambos estamos solteros y sin compromisos
- Bueno, el problema es que si esto dura más, yo me puedo acabar enamorando de una chica como tú, Cris
- Ya, también he pensado que me puede pasar eso contigo
- Es mejor volver a ser amigos y ya está
- Mmmmmm
Lo entendía, y sabía que tenía razón, pero estaba tan bien con Carlos, y disfrutaba tanto del sexo con él que me costaba dejarlo así como así, tan racionalmente. Entonces dijo:
- Es solo que tengo este piso vacío y tú buscas uno
- Pero esto lo puedes alquilar por una mensualidad que yo no puedo pagar
- Míralo bien, imagínatelo amueblado ¿Cuánto estarías dispuesta a pagar por vivir aquí?
- Uffff
- Ven
Salimos fuera y miramos por la barandilla. Él señaló con el brazo y dijo:
- Ahí está la parada del autobús
- Ah
- Entonces, ¿Cuánto pagarías?
- Bueno, como hay tres habitaciones, si consigo a dos chicas para compartir podría ser…
- No, sería para ti sola, Cris, ya va siendo hora que tengas tu casa
- Pero…
- Obviamente podrías invitar a quien quisieras, sería tu casa, pero quiero que empieces a tener tu independencia de verdad, sin compartir
- Ya, pero yo no puedo pagar los 900 o más que podrías cobrar por esto, Carlos
- Págame lo que pagabas en tu anterior piso, tu parte de ese alquiler
- ¿400? Eso es muy poco para esto, Carlos
- Suficiente para mí… Mira, Cris, te lo podría dejar más barato, eso no sería problema, pero vamos a buscar un equilibrio para que no estés agobiada por la mensualidad y a la vez no sientas esto como un regalo
- Jo, Carlos, pero es que…
- Cierra los ojos e imagínate viviendo aquí, a tu bola, invitando a quien quieras, haciendo cenas para tus amigos, tomando el sol en esa terraza… Ah, y abajo hay piscina, por cierto
- Pero yo…
- Hazlo, Cris, cierra los ojos
Los cerré, y claro que lo podía imaginar, pero los abrí rápidamente:
- Esto no es para mí, Carlos
- ¿Por qué?
- Porque no lo merezco, sabes lo que hice, no merezco que…
- Tu culpabilidad, lo sé
- Gracias por esta idea pero no puedo aceptarlo
- A mí me harías feliz si aceptaras, y ya sabes que te dije, tenemos que aprender a perdonarnos, empieza por esto, imagínate lo feliz que puedes ser aquí y acepta esto de un amigo
- No me digas eso
- Sé lo que te pasó y sé como te sientes y quiero que seas feliz, Cris, deja de machacarte, claro que mereces esto, y mucho más, eres una chica fantástica que cometió un error cuando era una cría, pero el camino para intentar corregir eso no es machacarte y la culpabilidad, tienes que ser feliz e intentar solucionar las cosas con tu familia, aunque sea con tus hermanos
- Ojalá, pero me odian
- Pues te lo curras para que vean como eres realmente, pero no te escondas, te lo digo desde la experiencia, tienes mucho que ofrecer, hazme caso, que tengo un par más de años que tú jeje
- Tonto
Y le abracé fuerte. Entonces le dije:
- ¿De verdad que esto no te causaría un problema económico?
- Para nada
- Si te lo causa y necesitas vender o alquilar de verdad, me lo dirías ¿No?
- Te lo estoy alquilando de verdad
- Ya sabes a qué me refiero… Me lo dirías si necesitas el piso ¿No?
- Sí, jeje, pero no va a ocurrir
Lo solté y lo miré, dudando. Entonces él dijo:
- Solo tengo una condición, Cris
- Dime
- Cuando seas mi inquilina, ya no nos volveremos a acostar
- No estoy de acuerdo, si estamos solteros y…
- No, quiero una amistad sin fisuras, si te llamo para echar un polvo, estaría todo el rato pensando que podría ser que aceptes porque te sientes obligada por estar aquí y…
- Pero eso no es verdad, ya me acuesto contigo sin tener esto, el sexo contigo es porque te encuentro muy atractivo y…
- Y eso puede cambiar… O puede ocurrir que te llame para eso y tú pienses que me quiero aprovechar por tenerte aquí y te veas obligada a...
- NO, te conozco, tú no eres así, no voy a pensar jamás eso
- Cris, es mi condición, tú no quieres perder a Héctor como amigo, y yo no te quiero perder a ti como amiga, y sé que esas cosas me reconcomerían
- Pero… No, no acepto esa condición, lo siento
- Cris…
- ¿Y si un día en tu casa me entra calentón y a ti también y por la mierda de esta condición no quieres? No, lo siento pero me niego, Carlos, quiero libertad de echarte un polvo cuando a los dos nos apetezca
- Jeje
- Carlos, eres mi mejor amante y no pienso renunciar a ti
- Jajaja, ya, claro
- Sí, tonto, lo eres, más quisiera Alberto follar como tú, que mucho músculo y muy buena polla, pero solo eso
- ¿Y te parece poco?
- Pues sí, ahora sí, me parece poquísimo… tú tocas y miras de una forma que me pone cachondísima, él se limitaba a agarrar mi cuerpo, mis tetas y mi culo, hay mucha diferencia, y durante el polvo aún más diferencias, y en todas eres mejor
Me quedé mirándolo mientras él meneaba la cabeza pero sonriendo. Me dijo:
- Prométeme que si te parece que me estoy aprovechando, me lo dirás
- Claro que te lo diré, no hace falta que me alquiles esto para que te diga algo así, eres mi jefe y no siento para nada que te aproveches de eso para acostarte conmigo
- Menos mal
Y alargó su mano diciendo:
- ¿Trato hecho?
- ¿Estás seguro, Carlos?
- Claro, de todas formas, será todo legal, haremos un contrato y lo revisarás, pero por mí, me estrechas la mano y te quedas ya con las llaves
Hice caso omiso de su mano y lo estreché dándole un beso en la boca. Nos sonreímos y él dijo:
- También sirve eso para cerrar el trato jeje ¿Vamos a ver el resto del recinto? Que no lo conozco
- Pero ¿Cómo puedes comprar algo así sin haberlo visto?
- Porque era en plan inversión, lo movió todo mi asesor
Me dio las llaves y salimos de la casa a curiosear por el recinto mientras decía:
- Y ahora vamos a buscarte una buena cama, que es lo primero que necesitas… Luego, con más tranquilidad, vas viendo muebles para el salón y lo que necesites, todo eso lo pago yo, que para eso es mi casa
- Jo, Carlos, menudo gasto te voy a hacer, me siento mal
- Tranquila, controlaré que no te pases jeje
- Claro que no me voy a pasar, tenlo por seguro
- Tengo seguro que incluso buscarás lo más barato, y por eso iré contigo, ni tanto ni tan poco, Cris
Y le sonreí, me conocía bien.
Yolanda
Entré en el burdel y busqué con la mirada a Kiara. Tras la tarde fantástica que habíamos pasado juntas, me había dicho que tenía turno todas las tardes y noches que quedaban de la semana por lo que no podíamos quedar, y me moría de ganas de volver a estar con ella.
La vi junto a un tío asqueroso, tonteando, y me entró algo malo por el cuerpo cuando la vi irse a una habitación con ese tío. Sabía perfectamente que ella no lo hacía por gusto, que era trabajo, pero no podía evitar sentir celos. Me recompuse y pregunté por Carmen.
Al poco llegó y me dijo:
- Ven, vamos al vestuario
Allí me dijo:
- Cuando entres en la habitación, le dices que te tienes que cambiar y te pones esto
Alargándome ropa, una falda de uniforme de colegio pijo, unos zapatos y unos calcetines largos. También me dio una camisa blanca con un lazo como corbata. Dijo:
- Te haces un par de coletas y ¿Te has puesto las bragas y sujetador blancos?
- Sí
- A verlos, bájate el pantalón
La miré enfadada pero lo hice. Ella asintió y dijo:
- Bien… Y ponte esto antes de salir del baño
Y me dio un plug anal. Le puse mala cara y dijo:
- Lo ha pedido, y te viene bien para dilatar, te va a dar por el culo
- ¿Y tengo que dejarle hacer eso? Sabes que yo…
- Mira, niña, el tío tiene una fantasía y tú se la vas a hacer realidad, y paga muy bien así que haces todo lo que te diga durante las dos horas
La miré con desesperación. Mis polvos con Santi no duraban más de 10 minutos, no sabía que podía hacer durante dos horas. Le pregunté:
- ¿Y qué hago durante dos horas?
- Cariño, por eso no te preocupes, él te irá diciendo
- Mierda, Carmen, no sé si esto es para mí, de verdad
- No me jodas ahora, Yolanda, no me jodas
- Ufff, iré, iré, pero yo no sé si…
- Tú vas, le sonríes tímidamente y haces lo que él diga. Si se harta de que seas tímida, te comportas como una zorra y ya está
- Pero ¿Cómo sabré si quiere…?
- Lo sabrás
Entonces entró Jamal y me dijo:
- Tranquila, preciosa, lo harás bien
- Ya
- Por cierto, no eres muda ¿No?
- ¿Qué? No
- Pues gime, jadea, grita,... que el otro día en la orgía parecías muda, coño, todas gimiendo como locas menos tú
- Es que…
Carmen me dijo:
- Ya sé que no te pone, pero échale teatro, niña, que parezca que es el polvo de tu vida
- Ya
- Sí, que a los tíos eso le encanta, aunque paguen y sepan que solo lo haces por eso
- Bueno
- Bueno no, lo vas a hacer y punto, que bien que gimes y gritas cuando te corres, no eres de las silenciosas
Me ruboricé sin querer y me dio rabia. Carmen siguió dándome instrucciones hasta que me dijo:
- Vete para el hotel, ya tienes todo lo que necesitas, recuerda la habitación
- Sí… Carmen ¿No podrías darme alguna pastilla?
Me miró seria y dijo:
- No te vayas a colocar para estar zombi
- No, no, es solo para animarme
- Toma
Y me dio un par. Salimos del vestuario e intenté ver si localizaba a Kiara pero no la veía por ninguna parte. Me fui al hotel echa un manojo de nervios. Estuve a punto de echarme atrás un par de veces, pero el miedo a enfrentarme a Carmen me lo impidió. Cuando me abrió la puerta el cliente y vi que era un tío de unos 50 años bastante gordo, quise salir corriendo, pero me obligué a decir sonriendo:
- Hola, soy Yol… soy Rosa
- Que guapa, entra, preciosa, entra
El tío iba con una toalla en la cintura. Me dijo:
- Déjame dos minutos, me has pillado saliendo de la ducha
- Claro
- Pero deja que te mire bien, date la vuelta, preciosa
Eso hice y el tipo me cogió el culo diciendo:
- Mmmm que culito, voy a disfrutar mucho follándomelo jejejeje
Y empezó a toser. “Que asco de tío” pensé pero le sonreí. Se metió en el baño y al poco salió perfumado en exceso y con un albornoz. Le dije:
- ¿Puedo cambiarme?
- Claro, claro
Entré en el baño, y tras cerrar la puerta, lo primero que hice fue tomarme las dos pastillas, las iba a necesitar. Me cambié sin parar de pensar “que asco, que asco”. Cuando ya tenía el disfraz de colegiala, me hice las dos coletas. Me miré al espejo sin ninguna ganas de salir, cuando el tipo llamó a la puerta:
- ¿Te queda mucho, zorrita? Que pago por horas
- Ya estoy
- Bien, que no se te olvide el consolador en el culo
Se me había olvidado completamente. Rápidamente lo saqué de la mochila y, echándole abundante lubricante, me lo puse. Me subí las bragas e inspiré resignada. Guardé el bote de lubricante en la mochila pero luego lo cogí junto a los condones, y salí. El tipo babeó diciendo:
- Joder, perfecta, parece que tienes 15 años
“Puto pervertido” pensé pero le sonreí. Se me acercó y me cogió las tetas diciendo:
- Te sobran tetas, zorrita, no te quites la camisa hasta que te lo diga, que me jodes la fantasía, putita
Asentí. Entonces se quitó el albornoz quedándose desnudo y me morreó asquerosamente mientras me cogía el culo. Le respondí al morreo como pude porque el tío me metía la lengua por todos lados. Alargué la mano y le cogí el paquete. Entonces él se apartó y me dijo enfadado:
- ¿Qué haces, zorra?
Lo miré sin entender que pasaba. Me dijo:
- Eres una zorra, te gustan las pollas ¿Verdad, pequeña zorra?
Asentí un poco asustada. Entonces se sentó en la cama y me dijo:
- Ven, zorrita, mereces un castigo, por puta
Me quedé quieta, sin saber si estaba de verdad enfadado o qué. Me gritó y me acerqué dudando. Dijo:
- Túmbate sobre mis piernas
Lo miré sin entender y él tiró de mi brazo y me tumbó boca abajo sobre sus muslos. Me levantó la falda y me empezó a dar tortazos en el culo, no demasiado fuerte pero era humillante, y mientras me insultaba. Luego, me quitó las bragas y dijo:
- Pero, menuda puta estás hecha, niña ¿Te gusta llevar un consolador en el culo, zorra?
No dije nada, pero entendí que todo era parte del juego. Dijo:
- ¿Te gusta que te follen el culo, zorra?
- Sí (mentí)
- Joder, menuda putita la niña... Tranquila, que esta noche vas a tener polla de sobra en ese culito, zorrita jajaja
Me siguió dando palmadas en el culo hasta que se cansó y me dijo que me levantara. Me puse de pie, notaba el culo caliente, seguro que lo tenía rojo. Me dijo:
- Enséñame el coño, zorrita
Me levanté la falda y dijo:
- Así me gusta, sin pelos, un coñito de niña, me encanta, zorrita
Se chupó un dedo y me lo metió. Hice un esfuerzo por no dar un paso atrás y le dejé hacer. Luego, dijo:
- Estás deseando chupar polla ¿No, putita?
Asentí disimulando mi asco. Busqué un condón, me arrodillé y, tras ponérselo, me metí su cosa en la boca.
Cristina
Salí del cuarto de baño y bajé por la escalera. Estaba aún flipando por lo del piso, que era una maravilla. Además, el dormitorio que había comprado Carlos me encantaba aunque me sentía mal por ese gasto que estaba haciendo.
Habíamos recorrido un par de sitios antes de encontrarlo y él, al ver mi cara, lo compró sin pensarlo. Lo llevarían a la casa en unos días. Y cuando habíamos vuelto, aunque ya era tardecillo, nos habíamos metido en la piscina y me lo había follado con ganas. Luego, nos habíamos duchado antes de la cena. Pensaba hacerle una cena especial pero cuando iba por la mitad de la escalera olí la comida y bajé corriendo entrando en la cocina y diciéndole:
- No vale, pensaba hacerte algo especial para cenar
- Ah, lo siento, te he adelantado
- Jo, Carlos, me estás mal acostumbrando
Él se rio y lo abracé por detrás, apretando fuerte y besándole en el cuello. Era un tío perfecto, lástima de tanta diferencia de edad. Le dije:
- ¿Con qué me pongo?
- Ve poniendo la mesa, a esto le queda 5 minutos
- Vale
La puse y luego abrí el frigorífico para sacar bebidas, pero vi una botella dentro y la saqué:
- ¿Y esto? ¿Champán?
- Para celebrar que tienes piso ¿No?
- No será como el de Navidad ¿No?
- ¿Quieres uno de 500 euros?
- Noooo, estaba muy rico pero nooooo, que seguro que me sienta mal jajaja
- Jeje, tranquila, es normalito
- ¿Me quieres emborrachar para acostarte conmigo?
Dije inocentemente. Él rio y contestó:
- Bueno, no es mal plan ¿No? El otro día cuando te emborrachaste estuvo muy bien jeje
- ¿El otro día? Ah, el de la cena especial con champán… No me emborraché realmente, cogí el puntito. Con Gaby sí me emborrachaba de verdad, y me colocaba, pero eso lo dejé hasta empezar a salir con Sara que le gustaba fumar y las pastillas, pero me di cuenta que realmente no me gusta colocarme y descontrolar, prefiero beber lo justo para coger el puntito y divertirme sin que luego ni me acuerde de lo que he hecho, así es mejor
- Claro, mucho mejor
- Pero me gusta tu plan, y me apetece brindar y beber burbujitas jiji
En cuanto estuvo la cena, comimos alegremente, no podía dejar de sonreír como una tonta.
Yolanda
No veía la hora de irme, llevaba ya casi dos horas allí y se me estaban haciendo eternas. El cabrón me había pedido de todo y aún la tenía dura. “Puta viagra de los cojones” pensé mientras me movía encima suya, cabalgándolo rápido, deseando que se corriera.
Me dolía el culo, el cabrón me había dado bien por ahí. Y los pezones, le gustaba tirar de ellos y me los tenía irritados. Aumenté el ritmo, follándomelo rápido mientras gemía y jadeaba sin parar, intentando excitarlo. “Joder, viejo asqueroso, córrete de una puta vez” pensé aumentando el volumen de mis gemidos.
Cristina
Me puse encima de Carlos y me la metí despacio, sintiendo como su polla se adentraba en mí lentamente. Acababa de tener un orgasmo mientras me follaba a cuatro en su cama, y seguía cachonda, muy cachonda. Encima es que no era el primer orgasmo de esa noche, también me había corrido mientras me lo comía porque era fabuloso en el sexo oral.
Cuando la tuve totalmente dentro me quedé sentada sobre él y empecé a mover mi cadera, quería sentirla bien dentro. Le sonreí mientras notaba una excitación sorprendente tras dos orgasmos, aún tenía ganas de más. Tras unos segundos así, comencé a cabalgarlo despacio, en un mete saca lento.
Carlos me acarició las tetas, suavemente, jugando con mis pezones, y eso aún me puso más cachonda. Noté como algo me recorría por dentro y pensé “Carlos, aguanta, aguanta, no te corras aún”. Me incliné y lo besé con lengua, sin parar de moverme lentamente. Luego, me erguí y me moví más rápido. No quería aumentar mucho el ritmo, quería que esa sensación durara un poco más, pero entonces él me acarició el cuello, una oreja, mi cara.. y ya no pude reprimirme más. Comencé a cabalgarlo rápidamente, gimiendo descontroladamente, hasta lanzar un grito y quedarme quieta mientras el orgasmo palpitaba dentro de mí para luego explotar. Grité como una loca mientras las ráfagas recorrían mi cuerpo, y caí sobre él, temblando sin parar.
Yolanda
Salí de la habitación. Menuda noche de mierda. Encima, estaba colocada, me había tomado las dos pastillas y bebido alcohol, y se me había subido muchísimo, pero no lo suficiente para olvidar la mierda de experiencia. “Que asco de viejo ¿A quién le va a gustar follarse a tíos de 50 años? Que asco, que asco”.
Cristina
Acaricié el pecho de Carlos que dormía profundamente. Aún me notaba las piernas entumecidas por el gran orgasmo que había tenido y como había estado temblando durante unos segundos eternos.
Miré su cara y su cuerpo con la luz de la luna que entraba por la ventana. En otro momento de mi vida me hubiera enamorado de él, estaba segura. En la cama era fantástico, pero era aún mejor como persona, y él no valoraba ni una cosa ni la otra, era sorprendente que con lo listo que era, no se diera cuenta de esas cosas. Me dolía en el alma que se quedara solo, no se lo merecía, pero yo no podía ser su mujer, eso lo tenía claro y él también. Tenía que hablar con Silvia y pensar entre las dos como ayudarlo, animarlo para que saliera con otras mujeres o algo así.
Lo echaría mucho de menos, en la cama y como compañía, pero tenía que irme, si me quedaba más tiempo, uno de los dos se terminaría enamorando y eso no sería bueno para ninguno.