Compañeros

No creo que deba contarle ya, se supone desde lo que Carlos sabe, que Antonio ya no es infiel y además Carlos, se sentiría culpable en dos puntos: 1)por hacerlo para sacar provecho para follar con Silvia y 2) por iniciar la destrucción de una familia, más suponiendo que Silvia podría estar embarazada; ambas cosas que Carlos jamas se perdonaría y que lo podría llevar ser el protagonista de un funeral, que reuniria a todos los personajes, con adornos florales cortesía de Jamal.

Es que yo creo que Antonio sigue siendo infiel y tarde o temprano Silvia se va a enterar o bien a través de Carlos o por alguna imprudencia de Antonio.

En todo caso ,conociendo a Carlos, este santo varón, no se aprevechara para acostarse con Silvia ni destruirá una familia. Solo digo que cuando ocurra la crisis, Carlos estará al lado de Silvia ayudándole como hace con todos, y afloraran los sentimientos que tienen el uno por el otro.

Al final acabarán en la cama porque ambos lo desean.
 
Héctor y Cris, al final, han encontrado el camino y, hay que reconocerlo, Carlos ha tenido mucho que ver. Cris nunca se hubiera atrevido si Carlos no le da ese empujón. Está claro que la relación Cris/Carlos, le han venido muy bien a los dos. A Cris porque le ha hecho ver lo que de verdad siente por Héctor, y a Carlos porque se ha dado cuenta que aún puede satisfacer a una mujer. Ahora ya no le gusta tanto estar solo y ya está penando buscarse a alguien. Teniendo a Silvia tan cerca.

Cuando Cris y Héctor vuelvan de su viaje de amor, (me parece que van a pasar más tiempo en hoteles que visitando ruinas), se encontrarán con la sorpresa. Y que mejor oportunidad de inaugurar la casa de Cris, con los cuatro Cris/Héctor, Carlos/Silvia. Y Gema claro. Que no vaya a ser un intercambio.

Aunque para mi gusto, a este capítulo le ha faltado sentimiento, felicito al autor porque me ha parecido de los mejores.

Ahora voy a iniciar una colecta para hacerle un monumento a Carlos… que coño monumento, un altar, hay que beatificar a Carlos, San Carlos.


 
Para mi ha sido muy emotivo, yo creo que no han faltado sentimientos, se han mostrado sus miedos, se han escuchado,

Son diferentes apreciaciones, claro que ha habido sentimientos, pero muy superficiales. A mí no me ha echo soltar una lagrimita, que es mi manera de medir los sentimiento que transmite un relato. Para mi, se ha quedado corto. Pero es mi apreciación, claro.
 

62​

Dos semanas después.
Carlos


Silvia entró en mi despacho sonriente y dijo:

- ¿Qué planes tienes para esta tarde?

- Nada especial

- ¿Vamos al aeropuerto a recibir a los tortolitos?

- Mmmmm Irá la familia de Héctor ¿No?

- Sí, pero nosotros también podemos ir

- No sé, Silvia

- ¿Qué pasa?

- Me da corte por Héctor

- ¿Por haberte acostado con Cris?

- Sí, no sé por qué Cris se lo tuvo que contar, es demasiado abierta con las cosas del sexo, a veces hay que saber callarse

- Jajaja, es que no quiere secretos con él

- Ya, joe, pero hay cosas que…

- Bueno, se lo contó, y si no es esta tarde, será mañana cuando vuelvan al trabajo cuando lo veas ¿No?

- Ya, pero, no sé, no creo que le haga gracia que…

- Sé que puede ser incómodo para los dos, pero Cris me dijo que Héctor no se lo tomó mal, que él es consciente que antes de estar con él ha estado con otros, y no pasa nada

- Ya, pero yo soy su jefe y…

- Te vas a tener que enfrentar a esto, lo sabes, y me lo has dicho varias veces, Cris es super natural con el sexo, seguro que está todo hablado entre ellos y no pasa nada

- Ya


Dije sin estar nada convencido. Silvia, sonriente, dijo:

- Pues yo pienso ir, se lo dije anoche a Gema y está deseando ir a ver a Cris, a su novio y a los aviones jeje


Sonreí. Silvia continuó:

- Y le dije que ibas a ir, y dijo “Y Carlos me lleva en hombros” así que ya sabes

- Jeje, eres mala, usas a tu niña para manipularme

- Jeje

- Sabes cuales son mis puntos débiles

- Bueno, si eso no funcionaba era decirte que no me podías dejar sola

- Puff, lo ves, además de bruja con poderes, manipuladora

- Jajaja, te apuntas y ya está

- Vale, vale


Y se fue dejándome con una sonrisa pero también preocupado por el encuentro con Héctor.


Laira
Llamé a la puerta de la habitación del motel y rápidamente me abrió Yolanda abrazándome y besándome. Sin dejar de besarnos, me llevó a la cama pero allí la paré:

- Yoli, Yoli, para


Ella hizo casi omiso mientras intentaba desnudarme pero la dije:

- Yolanda, para, por favor


Yoli me miró extrañada. Inspiré y le dije:

- Tengo que contarte una cosa

- Luego, primero follemos, tengo unas ganas…


E intentó besarme de nuevo, pero yo no podía, tenía tan mal cuerpo que no podía tener sexo en ese momento. Me miró asustada y preguntó:

- ¿Te pasa algo? ¿Ha pasado algo?

- Sí, Yoli

- ¿Qué… qué pasa? No me asustes

- Me voy a ir

- ¿Qué? ¿Dónde?

- No lo sé, a otra ciudad, a otro burdel

- ¿Por qué? Yo… yo te quiero, estoy enamorada de ti ¿Tú no? Laira, por favor, no te vayas


Y vi que se le llenaban los ojos de lágrimas. Le dije:

- No es cosa mía

- No lo entiendo

- Jamal me lo ha dicho hoy, estoy aquí hasta el viernes

- ¿QUEEEEE? No, no, ni hablar

- No puedo quedarme, cariño

- Pero… pero… me voy contigo

- No sé ni donde voy

- Me da igual, me da igual, me voy contigo


Ahora ya lloraba sin control y me uní a sus lágrimas mientras nos abrazábamos. Le dije:

- Nunca te enamores de una puta, cariño, no somos buenas parejas

- Yo… yo… yo… (hipando por el lloro) también lo soy ¿No me quieres?

- Sí, con locura, Yoli, con locura, eres lo mejor que me ha pasado nunca

- Quédate, Laira, por favor

- No puedo, cariño, no puedo

- Huyamos, las dos, donde sea, solas, vámonos

- No, eso no, tienes que lograr tus sueños, Yoli, conmigo solo tendrías una vida de mierda

- No, no, no


Se levantó, fue a su bolso y, tras buscar, se metió en la boca varias pastillas. Le dije:

- Tienes que dejar esas pastillas

- Me… me… con ellas no pienso, así puedo follar con tíos, y así no me dolerá tanto que no estés

- No, no hagas eso, nos escribiremos y…

- No te vayas, Laira, por favor, me voy a morir sin ti


Y la abracé, las dos llorando. Se me partía el corazón, por verla así y por no volver a verla más.


Yolanda
Cuando se fue Laira, me quedé tumbada en la cama del motel. No habíamos follado, ninguna de las dos había tenido fuerza ni ánimo para eso, solo nos habíamos quedado abrazadas llorando.


No me podía creer que no la fuera a ver más. Me levanté y me tomé otras dos pastillas, necesitaba no pensar, me dolía el alma. Me volví a tumbar y entonces se me ocurrió una cosa. Cogí el móvil y llamé a Carmen. Cuando se puso, le dije:

- Carmen, Laira se va

- ¿Qué? ¿Quién?

- Laira, estamos enamoradas y se va, dile a Jamal que no lo haga, por favor

- ¿Quién es Laira?

- Laira, por favor, que no se vaya, por favor


Entonces caí que no estaba diciendo el nombre como la conocía Carmen. Dije:

- Kiara

- Ah

- Por favor, convence a Jamal, por favor

- ¿De qué?

- Por favor, Carmen

- ¿Estáis liadas? ¿En serio?

- Sí

- Joder, Yolanda, eres una zorra estúpida

- Por favor

- ¿Con esa zorra? ¿Qué te dije? Que tuvieras cuidado con ella, esa se las sabe todas

- La quiero, y ella a mí

- Esa no quiere a nadie, es una puta, y tú una idiota

- Por favor

- Mira, olvídate de ella, se va y ya está

- Carmen, por favor, te lo pido por favor, pregúntale a Jamal, tú puedes convencerlo, lo sé

- Joder, Yolanda, va, le preguntaré, pero no esperes nada

- Gracias, gracias


Y colgó. Y me ilusioné, aún quedaba esperanza, Carmen era mi amiga y seguro que me ayudaría.


Carlos
Alcé a Gema para ponerla en mis hombros de nuevo. Llevábamos en el aeropuerto una hora, viendo despegar y aterrizar aviones. Gema ya había volado ese verano cuando fueron a Tenerife, y le había encantado, y se quedaba alucinada cuando los veía aterrizar o despegar. Silvia me dijo:

- Creo que esos que salen ahora son los del vuelo de Cris y Héctor

- Gema, a ver si ves a Cris


Esperamos unos minutos hasta que Gema empezó a gritar:

- CRIS CRIS CRIS


Al poco, los vimos, los dos cogidos de la mano, sonrientes. Vimos como Cris se paraba y miraba alrededor, mientras Héctor se dirigía a un grupo, imaginé que sería su familia. Cris nos vio y abrió muchos los ojos. Vino hacia nosotros y dijo:

- Pero ¿Habéis venido?


Solté a Gema que corrió a ella y la abrazó. Cris se agachó y la besó y alzó, riendo las dos. Nos acercamos y Silvia la abrazó y le dio dos besos, quedándose con Gema. Cris se me acercó y me dio un fuerte abrazo con dos besos en las mejillas y dijo:

- Gracias, Carlos por convencerme de hacer esta locura, ha sido increíble, qué bien me lo he pasado y… y tengo novio, tengo novio de verdad jijiji


Me soltó, y riendo nerviosa, nos dijo:

- Voy a saludar a su familia, que nervios

- Anda, ve

- ¿Venís? Estoy asustadísima


Silvia la cogió del brazo y dijo:

- Venga, vamos, que sé bien lo que es conocer a la suegra jejeje


Fuimos con ellos y Héctor presentó a Cris, que estaba muy nerviosa y casi no le salían las palabras. Luego, presentó a Silvia diciendo:

- Silvia es nuestra compañera de trabajo y Carlos es…


Me adelanté y dije:

- El compañero viejo, encantado de conocerles


No tenía ganas de que me presentara como su jefe, estaba allí como amigo. Y Héctor continuó:

- Y esta niña tan guapa es…

- Me llamo Gema, y ¿Tú eres el novio de Cris?


Todos nos reímos viendo como Cris y Héctor se ponían colorados. Estaban los padres de Héctor y un hermano, que miraba alucinado a Cris. Charlamos todos un poco y luego salimos fuera. Allí escuchamos como la madre invitaba a Cris el fin de semana para almorzar con ellos. Cris aceptó con un hilillo de voz. Luego, Silvia dijo:

- Te llevamos, Cris

- ¿No os importa?

- No, hemos venido con Carlos


Todos nos despedimos. Cuando Héctor fue a darme la mano, pasó de ella y me abrazó. Me dijo bajando la voz “Gracias por convencer a Cris de ir a por mí”. Cuando se separó, sonreía ampliamente. Luego, vimos como Cris y Héctor se miraban tristemente, la separación tras dos semanas juntitos. Fuimos al aparcamiento, y primero llevé a Silvia y Gema a su casa. Durante el camino, Gema no paró de contarle a Cris sus cosas mientras ella la animaba a contar más y más. Cuando salieron del coche, Cris se puso a mi lado y la llevé a su casa. Al llegar, Cris se puso a contarme mil cosas, nerviosa perdida. Cuando paró para tomar aliento, aproveché y le dije:

- Héctor me ha dado las gracias por convencerte de ir allí

- Sí, se lo conté

- Y sabe lo nuestro ¿Verdad?

- Sí

- Cris, hay cosas que es mejor callarse, para no hacer daño al otro, él quizás…

- No, él entiende perfectamente que me haya acostado con otros

- Pero soy vuestro jefe, ahora todo será incómodo y…

- Que no, que lo hablamos entre nosotros y él no es posesivo, a ver, vamos a ser una pareja fiel y tradicional, y lo que haya pasado antes, pasó

- No sé…

- Sí, de verdad, Héctor no se ha obsesionado con eso ni con mis tríos, no me juzga por el pasado, me juzga por como soy con él ahora

- Mmmm

- Es un chico maravilloso, super atento conmigo, y somos super compatibles en la cama jiji


Tras un buen rato de cháchara, salió y la vi meterse en el portal con su maleta. Estaba totalmente prendada de Héctor. Me alegró verla tan contenta e ilusionada.


Laira
Fui hacia el despacho de Jamal. Iba a implorarle quedarme, incluso le diría de rebajar mi porcentaje en los servicios, lo que fuera, lucharía por no perder lo único bueno que tenía en esta puta vida. Me acerqué a la puerta que estaba entornada y escuché a Carmen, estaba dentro. Arrugué la nariz, con ella allí no iría a implorarle. Me iba a ir cuando escuché a Carmen decir:

- La muy estúpida va y se enamora de esa puta


Me quedé de piedra. Me acerqué en silencio para escuchar mejor. Carmen estaba indignada y dijo:

- Me ha pedido que interceda contigo para que se quede la putilla negra

- ¿Y?

- Una mierda, esa se va ya

- Pero Carmen, ya te dije que me quedo con una chica menos, no estaría mal que se quedara unos meses más

- No, la quiero fuera, ya

- Pero…

- Pero nada, la puta negra se va, y ponemos a la estúpida en su lugar, está claro que como puta de lujo no sirve, se coloca muchísimo para follar, anda como una zombi de mierda y ya se nos han quejado varios

- Ya

- Que pagan una pasta, Jamal, que menos que chuparla bien, pero ni eso

- Ya te lo dije

- Y la serie de videos son una mierda por ella, no se vende nada de nada ¿No?

- No demasiado

- ¿Ni recuperamos la inversión?

- Eso sí, claro, pero es verdad que esas pelis no tienen tirón como las tuyas

- Pues nada, a Yolanda la ponemos de puta de burdel y nos buscamos a otra

- Yo creo que ni para eso sirve

- Pues la drogas más, yo que sé, Jamal, tú sabrás pero yo paso de esa estúpida, es toda tuya


Estaba sorprendida y encabronada. Sorprendida porque Yoli no me había contado que estaba haciendo pelis pornos. Y encabronada con esa hija de puta de Carmen, menudo desprecio desprendía hacia mi Yoli y hacia mí, pero me dolía más con Yoli, que era muy ingenua y había ido viendo estas semanas como se estaba volviendo adicta a las putas pastillas por culpa de Carmen. Además, estaba claro que Carmen era la que había provocado que Jamal me diera la patada.


Carmen siguió diciendo:

- Este sábado rodamos la última escena de la serie, que se la follen 10 tíos a lo bestia y ya está, emputecida del todo, fin de la serie

- ¿10?

- 8, 10, 20… lo que sea, que hagan con ella lo que quieran, todo permitido

- Joder, Carmen, que Yolanda es bastante…

- Mira, que espabile, la niña es una estúpida, así despierta de una puta vez, que menudo cabreo tengo con ella, la muy imbécil


Y de pronto, salió, y me pilló. Nos quedamos mirándonos sorprendidas y entonces, me cogió del pelo y me metió dentro diciendo:

- Mira quien nos espiaba


Jamal me miró enfadado. Dije:

- Sois unos hijos de puta, no podéis hacerle eso a Yolanda

- Mira, negrita, hacemos lo que nos da la gana

- La has convertido en adicta, hija de puta

- Ella sabrá, es la que pide las drogas

- Jamal, no le hagas eso, por favor, ella es…


Carmen me dio un bofetón que me tiró al suelo. Dijo:

- Tú… tú estabas aquella noche ahí fuera, escuchando como hoy

- ¿Qué?

- Y… y te alegrabas de lo que me había pasado, zorra estúpida

- Sí, hija de puta, claro que me alegraba de verte jodida, zorra

- Será…


Y vino a mí a pegarme pero me levanté y le pegué yo un guantazo. Ella me cogió del pelo, yo a ella, y nos zarandeamos. Entonces, Jamal me cogió y me retuvo, cosa que aprovechó Carmen para pegarme varios bofetones. Entonces dije:

- Jódete, zorra, te quedaste sin Carlos y me alegré


Y me di cuenta de mi error. Todos nos quedamos quietos hasta que ella dijo:

- ¿Y tú como sabes de Carlos?

- No… no… lo escuché esa noche y...


Carmen miró a Jamal y dijo:

- Esta zorra fue la que le pasó todo a Carlos, Jamal, ella te robó o metió aquí el virus o lo que sea

- Joder, recuerdo haberla pillado aquí un día, serás hija de puta


Jamal me soltó y me dio un puñetazo en el estómago que me dejó tirada en el suelo intentando respirar. Carmen me cogió del pelo y me incorporó aunque yo seguía intentando recuperarme del golpe, intentando respirar bien. Dijo:

- Ahora nos vas a contar todo, zorra


Negué con la cabeza y Carmen dijo:

- Jamal, ya sabes lo que hacer


Y vi como Jamal me miraba muy cabreado, y temblé.​
 
Última edición:
Carmen es un ser repugnante, vil y miserable que no tiene ni una sola virtud. El problema es que tiene totalmente dominado a Jamal.
Esperemos que No le hagan nada malo a Liara. Quizás Silvia y Carlos la puedan ayudar a Ella y Yolanda. Estás 2 chicas merecen ser felices y rehacer sus vidas.
 

62​

Dos semanas después.
Carlos


Silvia entró en mi despacho sonriente y dijo:

- ¿Qué planes tienes para esta tarde?

- Nada especial

- ¿Vamos al aeropuerto a recibir a los tortolitos?

- Mmmmm Irá la familia de Héctor ¿No?

- Sí, pero nosotros también podemos ir

- No sé, Silvia

- ¿Qué pasa?

- Me da corte por Héctor

- ¿Por haberte acostado con Cris?

- Sí, no sé por qué Cris se lo tuvo que contar, es demasiado abierta con las cosas del sexo, a veces hay que saber callarse

- Jajaja, es que no quiere secretos con él

- Ya, joe, pero hay cosas que…

- Bueno, se lo contó, y si no es esta tarde, será mañana cuando vuelvan al trabajo cuando lo veas ¿No?

- Ya, pero, no sé, no creo que le haga gracia que…

- Sé que puede ser incómodo para los dos, pero Cris me dijo que Héctor no se lo tomó mal, que él es consciente que antes de estar con él ha estado con otros, y no pasa nada

- Ya, pero yo soy su jefe y…

- Te vas a tener que enfrentar a esto, lo sabes, y me lo has dicho varias veces, Cris es super natural con el sexo, seguro que está todo hablado entre ellos y no pasa nada

- Ya


Dije sin estar nada convencido. Silvia, sonriente, dijo:

- Pues yo pienso ir, se lo dije anoche a Gema y está deseando ir a ver a Cris, a su novio y a los aviones jeje


Sonreí. Silvia continuó:

- Y le dije que ibas a ir, y dijo “Y Carlos me lleva en hombros” así que ya sabes

- Jeje, eres mala, usas a tu niña para manipularme

- Jeje

- Sabes cuales son mis puntos débiles

- Bueno, si eso no funcionaba era decirte que no me podías dejar sola

- Puff, lo ves, además de bruja con poderes, manipuladora

- Jajaja, te apuntas y ya está

- Vale, vale


Y se fue dejándome con una sonrisa pero también preocupado por el encuentro con Héctor.


Laira
Llamé a la puerta de la habitación del motel y rápidamente me abrió Yolanda abrazándome y besándome. Sin dejar de besarnos, me llevó a la cama pero allí la paré:

- Yoli, Yoli, para


Ella hizo casi omiso mientras intentaba desnudarme pero la dije:

- Yolanda, para, por favor


Yoli me miró extrañada. Inspiré y le dije:

- Tengo que contarte una cosa

- Luego, primero follemos, tengo unas ganas…


E intentó de nuevo besarme, pero yo no podía, tenía tan mal cuerpo que no podía tener sexo en ese momento. Me miró asustada y preguntó:

- ¿Te pasa algo? ¿Ha pasado algo?

- Sí, Yoli

- ¿Qué… qué pasa? No me asustes

- Me voy a ir

- ¿Qué? ¿Dónde?

- No lo sé, a otra ciudad, a otro burdel

- ¿Por qué? Yo… yo te quiero, estoy enamorada de ti ¿Tú no? Laira, por favor, no te vayas


Y vi que se le llenaban los ojos de lágrimas. Le dije:

- No es cosa mía

- No lo entiendo

- Jamal me lo ha dicho hoy, estoy aquí hasta el viernes

- ¿QUEEEEE? No, no, ni hablar

- No puedo quedarme, cariño

- Pero… pero… me voy contigo

- No sé ni donde voy

- Me da igual, me da igual, me voy contigo


Ahora ya lloraba sin control y me uní a sus lágrimas mientras nos abrazábamos. Le dije:

- Nunca te enamores de una puta, cariño, no somos buenas parejas

- Yo… yo… yo… (hipando por el lloro) también lo soy ¿No me quieres?

- Sí, con locura, Yoli, con locura, eres lo mejor que me ha pasado nunca

- Quédate, Laira, por favor

- No puedo, cariño, no puedo

- Huyamos, las dos, donde sea, solas, vámonos

- No, eso no, tienes que lograr tus sueños, Yoli, conmigo solo tendrías una vida de mierda

- No, no, no


Se levantó, fue a su bolso y, tras buscar, se metió en la boca varias pastillas. Le dije:

- Tienes que dejar esas pastillas

- Me… me… con ellas no pienso, así puedo follar con tíos, y así no me dolerá tanto que no estés

- No, no hagas eso, nos escribiremos y…

- No te vayas, Laira, por favor, me voy a morir sin ti


Y la abracé, las dos llorando. Se me partía el corazón, por verla así y por no volver a verla más.


Yolanda
Cuando se fue Laira, me quedé tumbada en la cama del motel. No habíamos follado, ninguna de las dos había tenido fuerza ni ánimo para eso, solo nos habíamos quedado abrazadas llorando.


No me podía creer que no la fuera a ver más. Me levanté y me tomé otras dos pastillas, necesita no pensar, me dolía el alma. Me volví a tumbar y entonces se me ocurrió una cosa. Cogí el móvil y llamé a Carmen. Cuando se puso, le dije:

- Carmen, Laira se va

- ¿Qué? ¿Quién?

- Laira, estamos enamoradas y se va, dile a Jamal que no lo haga, por favor

- ¿Quién es Laira?

- Laira, por favor, que no se vaya, por favor


Entonces caí que no estaba diciendo el nombre como la conocía Carmen. Dije:

- Kiara

- Ah

- Por favor, convence a Jamal, por favor

- ¿De qué?

- Por favor, Carmen

- ¿Estáis liadas? ¿En serio?

- Sí

- Joder, Yolanda, eres una zorra estúpida

- Por favor

- ¿Con esa zorra? ¿Qué te dije? Que tuvieras cuidado con ella, esa se las sabe todas

- La quiero, y ella a mí

- Esa no quiere a nadie, es una puta, y tú una idiota

- Por favor

- Mira, olvídate de ella, se va y ya está

- Carmen, por favor, te lo pido por favor, pregúntale a Jamal, tú puedes convencerlo, lo sé

- Joder, Yolanda, va, le preguntaré, pero no esperes nada

- Gracias, gracias


Y colgó. Y me ilusioné, aún quedaba esperanza, Carmen era mi amiga y seguro que me ayudaría.


Carlos
Alcé a Gema para ponerla en mis hombros de nuevo. Llevábamos en el aeropuerto una hora, viendo despegar y aterrizar aviones. Gema ya había volado ese verano cuando fueron a Tenerife, y le había encantado, y se quedaba alucinada cuando los veía aterrizar o despegar. Silvia me dijo:

- Creo que esos que salen ahora son los del vuelo de Cris y Héctor

- Gema, a ver si ves a Cris


Esperamos unos minutos hasta que Gema empezó a gritar:

- CRIS CRIS CRIS


Al poco, los vimos, los dos cogidos de la mano, sonrientes. Vimos como Cris se paraba y miraba alrededor, mientras Héctor se dirigía a un grupo, imaginé que sería su familia. Cris nos vio y abrió muchos los ojos. Vinos a nosotros y dijo:

- Pero ¿Habéis venido?


Solté a Gema que corrió a ella y la abrazó. Cris se agachó y la besó y alzó, riendo las dos. Nos acercamos y Silvia la abrazó y le dio dos besos, quedándose con Gema. Cris se me acercó y me dio un fuerte abrazo con dos besos en las mejillas y dijo:

- Gracias, Carlos por convencerme con esta locura, ha sido increíble, que bien me lo he pasado y… y tengo novio, tengo novio de verdad jijiji


Me soltó, y riendo nerviosa, nos dijo:

- Voy a saludar a su familia, que nervios

- Anda, ve

- ¿Venís? Estoy asustadísima


Silvia la cogió del brazo y dijo:

- Venga, vamos, que sé bien lo que es conocer a la suegra jejeje


Fuimos con ellos y Héctor presentó a Cris, que muy nerviosa, casi no le salían las palabras. Luego, presentó a Silvia diciendo:

- Silvia es nuestra compañera de trabajo y Carlos es…


Me adelanté y dije:

- El compañero viejo, encantado de conocerles


No tenía ganas de que me presentara como su jefe, estaba allí como amigo. Y Héctor continuó:

- Y esta niña tan guapa es…

- Me llamo Gema, y ¿Tú eres el novio de Cris?


Todos nos reímos viendo como Cris y Héctor se ponían colorados. Estaban los padres de Héctor y un hermano, que miraba alucinado a Cris. Charlamos todos un poco y luego salimos fuera. Allí escuchamos como la madre invitaba a Cris el fin de semana para almorzar con ellos. Cris aceptó con un hilillo de voz. Luego, Silvia dijo:

- Te llevamos, Cris

- ¿No os importa?

- No, hemos venido con Carlos


Todos nos despedimos. Cuando Héctor fue a darme la mano, pasó de ella y me abrazó. Me dijo bajando la voz “Gracias por convencer a Cris de ir a por mí”. Cuando se separó, sonreía ampliamente. Luego, vimos como Cris y Héctor se miraban tristemente, la separación tras dos semanas juntitos. Fuimos al aparcamiento, y primero llevé a Silvia y Gema a su casa. Durante el camino, Gema no paró de contarle a Cris sus cosas mientras ella la animaba a contar más y más. Cuando salieron del coche, Cris se puso a mi lado y la llevé a su casa. Al llegar, Cris se puso a contarme mil cosas, nerviosa perdida. Cuando paró para tomar aliento, aproveché y le dije:

- Héctor me ha dado las gracias por convencerte de ir allí

- Sí, se lo conté

- Y sabe lo nuestro ¿Verdad?

- Sí

- Cris, hay cosas que es mejor callarse, para no hacer daño al otro, él quizás…

- No, él entiende perfectamente que me haya acostado con otros

- Pero soy vuestro jefe, ahora todo será incómodo y…

- Que no, que lo hablamos entre nosotros y él no es posesivo, a ver, vamos a ser una pareja fiel y tradicional, y lo que haya pasado antes, pasó

- No sé…

- Sí, de verdad, Héctor no se ha obsesionado con eso ni con mis tríos, no me juzga por el pasado, me juzga por como soy con él ahora

- Mmmm

- Es un chico maravilloso, super atento conmigo, y somos super compatibles en la cama jiji


Tras un buen rato de cháchara, salió y la vi meterse en el portal con su maleta. Estaba totalmente prendada de Héctor. Me alegró verla tan contenta e ilusionada.


Laira
Fui hacia el despacho de Jamal. Iba a implorarle quedarme, incluso le diría de rebajar mi porcentaje en los servicios, lo que fuera, lucharía por no perder lo único bueno que tenía en esta puta vida. Me acerqué a la puerta que estaba entornada y escuché a Carmen, estaba dentro. Arrugué la nariz, con ella allí no iría a implorarle. Me iba a ir cuando escuché a Carmen decir:

- La muy estúpida va y se enamora de esa puta


Me quedé de piedra. Me acerqué en silencio para escuchar mejor. Carmen estaba indignada y dijo:

- Me ha pedido que interceda contigo para que se quede la putilla negra

- ¿Y?

- Una mierda, esa se va ya

- Pero Carmen, ya te dije que me quedo con una chica menos, no estaría mal que se quedara unos meses más

- No, la quiero fuera, ya

- Pero…

- Pero nada, la puta negra se va, y ponemos a la estúpida en su lugar, está claro que como puta de lujo no sirve, se coloca muchísimo para follar, anda como una zombi de mierda y ya se nos han quejado varios

- Ya

- Que pagan una pasta, Jamal, que menos que chuparla bien, pero ni eso

- Ya te lo dije

- Y la serie de videos son una mierda por ella, no se vende nada de nada ¿No?

- No demasiado

- ¿Ni recuperamos la inversión?

- Eso sí, claro, pero es verdad que esas pelis no tienen tirón como las tuyas

- Pues nada, a Yolanda la ponemos de puta de burdel y nos buscamos a otra

- Yo creo que ni para eso sirve

- Pues la drogas más, yo que sé, Jamal, tú sabrás pero yo paso de esa estúpida, es toda tuya


Estaba sorprendida y encabronada. Sorprendida porque Yoli no me había contado que estaba haciendo pelis pornos. Y encabronada con esa hija de puta de Carmen, menudo desprecio desprendía hacia mi Yoli y hacia mí, pero me dolía más con Yoli, que era muy ingenua y había ido viendo estas semanas como se estaba volviendo adicta a las putas pastillas por culpa de Carmen. Además, estaba claro que Carmen era la que había provocado que Jamal me diera la patada.


Carmen siguió diciendo:

- Este sábado rodamos la última escena de la serie, que se la follen 10 tíos a lo bestia y ya está, emputecida del todo, fin de la serie

- ¿10?

- 8, 10, 20… lo que sea, que hagan con ella lo que quieran, todo permitido

- Joder, Carmen, que Yolanda es bastante…

- Mira, que espabile, la niña es una estúpida, así despierta de una puta vez, que menudo cabreo tengo con ella, la muy imbécil


Y de pronto, salió, y me pilló. Nos quedamos mirándonos sorprendidas y entonces, me cogió del pelo y me metió dentro diciendo:

- Mira quien nos espiaba


Jamal me miró enfadado. Dije:

- Sois unos hijos de puta, no podéis hacerle eso a Yolanda

- Mira, negrita, hacemos lo que nos da la gana

- La has convertido en adicta, hija de puta

- Ella sabrá, es la que pide las drogas

- Jamal, no le hagas eso, por favor, ella es…


Carmen me dio un bofetón que me tiró al suelo. Dijo:

- Tú… tú estabas aquella noche ahí fuera, escuchando como hoy

- ¿Qué?

- Y… y te alegrabas de lo que me había pasado, zorra estúpida

- Sí, hija de puta, claro que me alegraba de verte jodida, zorra

- Será…


Y vino a mí a pegarme pero me levanté y le pegué yo un guantazo. Ella me cogió del pelo, yo a ella, y nos zarandeamos. Entonces, Jamal me cogió y me retuvo, cosa que aprovechó Carmen para pegarme varios bofetones. Entonces dije:

- Jódete, zorra, te quedaste sin Carlos y me alegré


Y me di cuenta de mi error. Todos nos quedamos quietos hasta que ella dijo:

- ¿Y tú como sabes de Carlos?

- No… no… lo escuché esa noche y...


Carmen miró a Jamal y dijo:

- Esta zorra fue la que le pasó todo a Carlos, Jamal, ella te robó o metió aquí el virus o lo que sea

- Joder, recuerdo haberla pillado aquí un día, serás hija de puta


Jamal me soltó y me dio un puñetazo en el estómago que me dejó tirada en el suelo intentando respirar. Carmen me cogió del pelo y me incorporó aunque yo seguía intentando recuperarme del golpe, intentando respirar bien. Dijo:

- Ahora nos vas a contar todo, zorra


Negué con la cabeza y Carmen dijo:

- Jamal, ya sabes lo que hacer


Y vi como Jamal me miraba muy cabreado, y temblé.​
Fran por favor, no nos dejes así hasta mañana un poquito más
 
Lo que temíamos ha sucedido:
Jamal y Carmen se van a enterar de todo, cuando hagan confesar a Liara. Corre riesgo su vida, pero también las de Silvia y Carlos... O la pérfida Carmen se vengará de Silvia destrozando su matrimonio?.
Se acostará con Antonio, para vengarse así de la amiga de Carlos?
Pretendiendo dañarla, le hará Carmen a Silvia el mayor favor de su vida?
Intervendrá de alguna manera Carlos, para salvar a Liara y destruir a Jamal y a Carmen?.
Muchas incógnitas para resolver en los próximos capítulos.
Excelente historia, Franrel.
 
Me parece curioso que ahora el santo Carlos, de repente tenga dudas y temores por la incomodidad que pueda haber en el trabajo por haber estado follando con Cris. Eso se piensa antes, porque aunque no hubieran acabado de novios, también hubiera habido incomodidad. Aquí ha estado más consecuente Héctor que el santo varón. Quizá Héctor debería hablar con él para tranquilizarlo.

 
Tras un buen rato de cháchara, salió y la vi meterse en el portal con su maleta. Estaba totalmente prendada de Héctor. Me alegró verla tan contenta e ilusionada.

Y aquí hubiera estado bien un polvo de despedida.

Que lo digo en broma, ¿eh? Ni de coña hubiera estado bien, aunque me parce que Carlos se ha quedado con las ganas. Esta noche toca paja pensando en ¿Cris? ¿Silvia? ¿Cris y Silvia?
 
Hay malas personas, seres despreciables, deshechos humanos, personajes que no merecen ni el aire que respiran y luego está Carmen. Mae mia, mae mia, que vileza, que impresentabble y deleznable comportmiento, el día que se muerda la lengua se envenena. Ojalá Laira pida hayuda a Silvia y esta responda afirmativamente y desmonte el tinglado que tiene montado Jamal con Carmen y los hundan en la miseria.
 
Fran por favor, no nos dejes así hasta mañana un poquito más

Perdona, acabo de llegar a casa. Publiqué y me fui de domingo.

Ya queda poco como podréis imaginar, así que mejor no adelanto, y más porque aún tengo que decidir que hacer con el episodio final que me ha salido demasiado largo. Seguramente lo divida en varios capítulos, o no, lo tengo que pensar porque tampoco quiero dejar ciertas situaciones ahí "empantanadas" de un día a otro.
 
Tarde o temprano, estas dos historias convergerán. Silvia y San Carlos ayudarán a Kaira/Laira. Se lo deben.
Me parece que Kaira no saldrá bien de esta situación y no veo como su novia pueda ayudarla, ella no conoce a Silvia.
En cambio Carmen se enterará que todo fue una maniobra de Silvia e irá por la venganza via Antonio.
He ahí la razón de ser de la permanencia de Carmen en esta historia
 

63​

Al día siguiente.
Carlos


Levanté la vista al escuchar pasos. No me sorprendí al comprobar que era Héctor, que se paró en mi puerta sonriente y me dijo:

- Buenos días, Carlos

- Buenos días ¿Qué tal estás?

- Cansado, pero con ganas de estar aquí

- ¿Sí?

- Sí, creo que no soy muy viajero, estaba bastante harto de tanto andar con la mochila a cuestas… aunque luego, las dos semanas con Cris han sido otra cosa, así sí me gusta viajar jeje

- Claro, es bonito aquello ¿No?

- Mucho, ha sido fantástico

- Genial

- Bueno, voy a encender el equipo, que me estará esperando una buena lista de tareas

- Silvia me dijo que te iba a mandar un correo con las cosas que hay que meterle mano, olvida el resto de correos que muchas cosas ya las han hecho Silvia y Cris

- Ah, perfecto

- Bienvenido de vuelta, Héctor, te echábamos de menos

- Y yo a vosotros


Y se fue sonriente. Parecía otra persona, más seguro de sí mismo, y era normal después de conseguir a la chica de sus sueños, la cual llegó media hora más tarde, que, con una amplia sonrisa, me saludó:

- Buenos días, Carlos

- Buenos días, Cris ¿Cómo estás?

- Cansada, pero con ganas de trabajar

- ¿Sí? ¿No echas de menos esas islas griegas?

- Jajaja, un poquito jajaja ¿Con qué me pongo?

- Lee los correos de estas dos semanas, y ahora cuando venga Silvia, nos reunimos todos y vemos con que nos ponemos cada uno ¿Vale?

- Perfecto


Y se dirigió a su sitio.


Cristina
Vi a Héctor sentado en su silla, concentrado en la pantalla. Dejé mi bolso en mi mesa, encendí el ordenador y fui a él para tocarle el hombro diciéndole:

- Buenos días, nene


Héctor dio un pequeño salto para luego mirarme avergonzado por el susto. Se levantó y me miró indeciso. Le di un beso en los labios y él sonrió diciéndome:

- Buenos días ¿Has dormido bien?


Miré hacia el despacho de Carlos. Vi que estaba ocupado mirando la pantalla y me acerqué a Héctor y le di un beso con lengua que tuve que acortar por estar en la oficina, aunque me costó. Nos miramos sonriendo y le contesté:

- No, me costó dormirme solita

- Ya, me pasó lo mismo

- Y peor ha sido despertarme sola, jo, te he echado mucho de menos

- Y yo más


Le cogí de la mano, necesitaba tocarlo. Habían sido dos semanas fantásticas en todo, me lo había pasado como nunca con alguien, y estaba totalmente colgada de él, lo notaba hasta en el alma. Me mordí el labio y pregunté:

- ¿Cuándo te podrás quedar a dormir?

- ¿Esta noche?


Lo miré sorprendida. Le pregunté:

- ¿Tan pronto?

- Sí, si quieres

- Claro que quiero, pero tus padres ¿Qué van a decir? Ayer, con los nervios, no podía ni hablar con ellos, habrán pensado que menuda novia tan tonta te has echado

- ¡¡¡Que va!!! Les has encantado

- Eso me lo dices para que no me sienta mal

- No, no, mi madre dice que eres muy guapa, y no le ha parecido mal que estuvieras tímida, mucho peor soy yo

- Estuve horrible, pero es que estaba super cortada, quería hacerlo bien de verdad y estaba tan presionada por mí misma que no podía hablar, lo siento, nene

- Jeje, no pasa nada, de verdad, y si es muy pronto para almorzar con ellos, me invento algo

- NOOOO, que entonces sí que me pone la cruz… Intentaré estar mejor y hablar con ella, te lo prometo

- No te preocupes tanto, poco a poco, Cris


Nos miramos sonrientes. Entonces me dijo:

- Cris, he pensado que podría ir a recogerte por las mañanas para que no vengas en autobús

- ¿Sí? ¿No te pilla mal?

- Que va, sin problema

- Pues… genial, así nos vemos tempranito jiji

- Perfecto, y como esta noche me quedo contigo, ya hablamos sobre la hora de venirnos al trabajo

- Bien… esta noche te voy a hacer una cena especial

- No hace falta, Cris

- No es ninguna molestia, al revés, me encanta cocinar

- ¿Y si voy un poco antes y te ayudo?

- Mmmm vale, eso me gusta aún más

- Genial, así aprendo algo, que en la cocina solo sé hacer tortilla y bocadillos jeje

- Ah, y te tengo que enseñar la casa, que, ahora que caigo, no la has visto aún

- Pues es verdad

- Te va a encantar, aunque… joe, que no tengo muebles en el salón, me los tienen que traer y montar, no sé dónde vamos a… ah, ya sé, comeremos en la terraza, en el suelo como si estuviéramos en el campo ¿Te parece bien?

- Perfecto

- Como aún hace unas noches tan buenas, estaremos bien, creo

- Si estoy contigo, todo está bien, Cris


Le sonreí feliz.


Carlos
Llevábamos un buen rato los cuatro reunidos, repasando trabajos y prioridades. Me sentía contento al tener de vuelta al equipo completo y ver a Cris y Héctor tan motivados. Dije:

- Bueno, pues venga, al lío


Todos se levantaron pero le dije a Silvia:

- Silvia, quédate un minuto


Cris y Héctor salieron y le pregunté a Silvia:

- ¿Qué te pasa?


Ella suspiró y dijo:

- Anoche me llegó la regla

- Oh

- Joe, pensaba que… me ha llegado con retraso y pensaba que esta vez…

- Lo siento

- Pero eso no es lo peor, cuando se lo dije a Antonio ni se inmutó, como si no fuera con él la cosa


La miré sin querer entrar a discutir la reacción de Antonio, no me quería meter ahí, pero estaba claro que Silvia ansiaba quedarse embarazada, que menos que consolarla o darle ánimo, e incluso también sentirse abatido por esa noticia, pero ya veía que no era el caso. Silvia continuó:

- Está claro que no quiere más niños, discutimos fuerte anoche

- Vaya

- Se fue a dormir al sofá, enfadado

- ¿Y tú también lo estás?

- Estoy… desanimada, no sé que hacer, si insistir en tenerlo o no, porque viendo la actitud de Antonio se me quitan todas las ganas

- Ya

- ¿Qué opinas?

- Ufff, Silvia, eso es algo muy de pareja, yo poco puedo decir

- Ya, si no digo la decisión en sí, sino ¿Debo dejarlo durante unos meses y probar de nuevo en verano o así?

- ¿Por qué verano?

- Porque suele ser cuando más activos estamos… sexualmente, me refiero

- Ah, no sé, Silvia, no sé que decirte, lo siento

- Ya

- Ve a tu ginecóloga, tienes confianza con ella y ella sí entiende, seguro que te da mejores consejos que yo

- Tienes razón

- Yo solo te puedo asegurar que aquí me tienes para desahogarte siempre que quieras

- Lo sé, gracias

- Ya ves tú, si no he hecho nada

- Pues me acabas de desbloquear, que llevo desde anoche indecisa sin saber que hacer… Voy a pedir cita

- Bien


Y se levantó con una sonrisa triste. “Que complicaciones de pareja” pensé.


Cristina
Escuché como Silvia le decía a Héctor:

- Los de financiero han llamado por un problema ¿Puedes ir tú, Héctor?

- Sí, claro ¿Ya?

- Sí, a ver que les pica


Héctor se levantó y se fue rápido, tras lanzarme una sonrisa. Entonces miré a Silvia. Estaba preocupada por algo, no era la Silvia de siempre. Me acerqué a ella y le pregunté:

- ¿Te pasa algo, Silvia?

- ¿Qué? Ah, nada

- Mmmmm


Silvia inspiró profundamente y luego expiró, para decir:

- Que me ha llegado la regla

- Ah, ¿Y te duele? ¿Quieres que vaya a la farmacia a…?

- No, no, eso lo tengo controlado

- Ah

- Es que no me debería haber llegado


Abrí mucho los ojos y dije:

- Ah, que estáis buscando un hermanito para Gema

- Eso se supone

- Ah, que bien, se pondrá loca de contenta

- Jeje, seguro

- Bueno, será el mes que viene

- Sí, bueno, no sé… la cosa es que me ha llegado con retraso y esperaba que…

- Oh, vaya

- En fin, nada, que es cosa de insistir

- Claro, claro


Ella sonrió y me dijo:

- Eso de insistir me parece que tú lo llevas muy bien ¿No? Jeje

- Jajaja, bueno, sí, pero con protección jeje

- Claro

- Esta noche me ha costado muchísimo dormirme sola

- Oh, vaya

- Es una tontería pero lo echaba muchísimo de menos a mi lado en la cama

- De tontería nada, nena, que una se acostumbra y…

- Sí, es que me ha dado muy fuerte con Héctor, muy, muy fuerte

- Se os nota

- Yo no sé como en todos estos años no me he dado cuenta

- Porque estaba ahí mismo, como amigo

- Ya, pero es que es… es mi media naranja, Silvia, estoy completamente segura

- Chiquilla, que solo lleváis dos semanas juntos

- Pero lo conozco desde hace mucho y es igual de bueno como amigo que como pareja… Bueno, que va, es aún mucho mejor como pareja porque en la cama… jijiji

- Jajaja

- A ver, que Alberto no era nada malo, y Carlos mucho mejor aún que Alberto, pero con Héctor es… es que somos plenamente compatibles, no sé explicarlo, nunca había sentido algo así por nadie

- Te has enamorado

- Totalmente, Silvia, es algo que me tiene sorprendida, te lo digo de verdad, nunca he sentido algo así por alguien

- Jajaja, el amor

- Esta noche viene a mi casa y estoy hasta nerviosa ¿Te lo puedes creer?

- Jajaja

- Que tonta estoy jajaja


Y nos reímos un rato.


Yolanda
Miré el móvil, Laira seguía sin leerme. Estaba en mi cuarto, tumbada en mi cama. Había llegado hacía un rato de limpiar una casa y no paraba de pensar en Laira.


Estaba muy nerviosa sin saber de ella. Y, encima, Carmen tampoco me respondía a mis mensajes preguntándole si había hablado con Jamal para interceder por Laira.


Pensé en ir al burdel a verla o ver a Carmen o lo que sea, hacer algo porque me iba a dar un ataque de ansiedad. Me cambié de ropa, y entonces entró mi madre:

- Yoli ¿Te vas?

- Sí

- Pensaba que me ibas a ayudar con la cena

- No puedo, he quedado


Y me fui dejando a mi madre mirándome, sospechaba algo.


Marina
Vi como Yolanda se iba y pensé “A esta niña le pasa algo”. Cuando rompió con Santi me alegré, no me gustaba ese chico, muy guapo y atractivo, pero me recordaba demasiado al padre de Yolanda, un bala perdida que nunca mantenía un empleo estable.


Miré el cuarto de Yoli. Abrí un cajón. Últimamente se estaba comprando demasiada ropa nueva y me extrañaba. Y luego estaba su ropa interior, había empezado a comprar sujetadores, tangas y bragas sexis. Sospechaba que tenía un nuevo novio que le regalaba la ropa. Además, a veces se dormía en los laureles, pensativa o medio lela. Tenía que ser eso, un nuevo novio, pero ella siempre lo negaba cuando le preguntaba al respecto.


Suspiré y cerré el cajón para luego salir de su habitación. Parecía que ya no me acordaba lo que era ser joven y enamorarse. Solo esperaba que fuera un buen chico, que hubiera aprendido de su experiencia con Santi. “Al menos no la ha dejado embarazada como me pasó a mí” pensé cerrando la puerta de la habitación de Yolanda.


Héctor
Salí del ascensor del edificio de Cris. Estaba impresionado. Era un recinto nuevo y con un gran jardín, piscina,… Nada que ver con los pisos donde había vivido antes Cris, según me había contado.


Vi la puerta de la casa de Cris e intenté tranquilizarme, estaba nervioso. En realidad, la pasada noche me había costado dormir, nervioso porque ahora, de vuelta a la rutina, tenía miedo. Las dos semanas de vacaciones habían sido espectaculares, con Cris feliz, contenta y con muchas ganas de sexo, y pensaba que había conseguido tenerla satisfecha. El problema era la vuelta a la realidad, no las tenía todas conmigo que estando ya en la rutina, ella siguiera viendo en mí algo interesante.


Y esa idea me había mantenido despierto buena parte de la noche. Pero luego, en la oficina, había visto a una Cris igual de feliz y contenta de verme, de tocarme, todo el rato mirándome con una sonrisita cómplice. Y tras almorzar, me había llevado a una esquina medio oculta donde nos habíamos morreado durante casi un cuarto de hora, comiéndonos la boca y acariciándonos sin parar.


Y esta noche me quedaría con ella ¿Sería igual el sexo para ella sin la emoción de las vacaciones o se dará cuenta que no valgo para tanto? “Joder, eres idiota, como sigas así, la vas a cagar, no vas a saber satisfacerla, deja de pensar en eso, solo déjate llevar por ella” pensé aún más nervioso.


Cerré los ojos y llamé a la puerta. Escuché unos pasos rápidos, con tacones. Se abrió la puerta y vi a Cris muy arreglada, con el pelo suelto, con algo de maquillaje, pinta labios y un vestido veraniego cortito y escotado, con mi colgante. Me miró sonriente y le dije:

- Pero… ¿Al final salimos?


Pensé en mi ropa, camiseta y vaqueros. Sentí vergüenza. Ella rio, me cogió la mano y tiró de mí diciendo:

- No, pero quería estar guapa para mi chico


Y me besó, un beso lento, con algo de lengua. Cuando nos separamos, le dije:

- Tú siempre estás guapa


Ella rio y cerró la puerta. Me dijo:

- Ven, te enseño la casa


Y guiándome sin soltarme la mano, me llevó por diferentes habitaciones, casi todas vacías. Vi que el vestido tenía la espalda al aire, su bonita espalda. Me llevó a la cocina diciendo:

- Mira que bonita es ¿verdad? Y enorme


Luego, al salón, también enorme pero vacío. Señaló una pared y dijo:

- Y ahí pienso colgar un montón de tus dibujos

- Ya no dibujo

- Pero yo los tengo todos guardados, tonto, los pienso enmarcar y poner ahí

- ¿Los guardas?

- Claro, me encantan


La miré sorprendido. Ella, sonriente, salió fuera a una terraza enorme, de muchísimos metros cuadrados. Me llevó a una barandilla diciendo:

- Mira que vistas, es precioso ¿No?


Luego, señaló un lugar donde había puesto una manta en el suelo y cubiertos, diciendo:

- Cenaremos ahí, lo siento, ya ves que no tengo muebles

- Está muy bien


Me llevó dentro, a ver más habitaciones, un cuarto de baño, y finalmente, al dormitorio principal, que sí estaba amueblado, pero antes me enseñó otro cuarto de baño, el principal que se accedía desde esa habitación y dijo:

- Mira, bañera jacuzzi, la tenemos que estrenar jiji


Y finalmente, se sentó en la cama y dijo:

- Y esto también lo tenemos que estrenar, que solo he dormido aquí 4 o 5 noches, y este colchón necesita algo de marcha jiji, ven, pruébalo


Me senté a su lado y ella dijo:

- Esta noche lo estrenaremos bien, eso seguro


Sonriéndome muy contenta. Le puse una mano en un muslo, acariciándolo, y le dije:

- ¿Y hay que esperar a la noche?

- ¿Tú qué crees? (sonriendo)


Me incliné y la besé. Pronto estábamos los dos tumbados besándonos apasionadamente mientras nos acariciábamos. Le bajé el tirante de su hombro derecho dejando fuera su pecho ya que no llevaba sujetador. Vi que no se había puesto el piercing de sus pezones y lo besé y chupé, tirando de él mientras Cris jadeaba. Luego hice lo mismo con el otro pecho para finalmente bajar a sus piernas que besé hasta llegar a sus pies. Le quité las sandalias y se los besé y lamí. En las vacaciones había descubierto que eso le ponía mucho.


La falda se le había levantado y vi sus bragas blancas donde se notaba claramente una mancha de humedad, estaba realmente cachonda. Dejé sus pies y fui a quitarle las bragas. Lo hice lentamente y vi como varios hilillos de líquido se desplegaban desde su coño a las bragas. Luego, le pasé la lengua lentamente por su rajita comprobando que realmente estaba muy mojada.


Se lo comí sin prisas pero sin pausa mientras Cris no paraba de gemir y jadear, hasta que me dijo:

- Nene, fóllame, que no aguanto más


Me incorporé y, mientras me quitaba la ropa, vi que ella hacía lo mismo con su vestido para quedarse desnuda esperándome con las piernas cerradas. En cuando terminé de desnudarme y vio mi polla totalmente dura, abrió las piernas con mirada lasciva. Me quedé unos segundos mirándola, era totalmente un sueño hecho realidad, su cara colorada por la excitación, así como su coño reluciente por la humedad. Me puse encima suya penetrándola despacio mientras nos besábamos, pero ella dijo:

- No puedo más, rápido, rápido, córrete conmigo


Me rodeó con sus brazos y piernas y la follé rápido. En unos segundos, se corrió y yo con ella. Y como otras veces, me abrazó fuertemente mientras se convulsionaba y gemía. Siempre que nos corríamos en esa postura, Cris necesitaba un par de minutos abrazándome fuerte hasta recuperarse del orgasmo, así que esperé besándola en el cuello lentamente mientras sus espasmos iban desapareciendo poco a poco.


Cuando se tranquilizó, nos miramos sonrientes para luego besarnos con dulzura. Y entonces me dijo:

- Te quiero, Héctor


La miré sorprendido. Era la primera vez que me lo decía. Ella sonrió tímidamente y dijo:

- Te quiero, te quiero, te quiero… nunca se lo había dicho a nadie

- Oh


Ella me miró esperando y entonces me di cuenta:

- Yo te quiero desde el primer día que te vi

- ¿Sí? ¿Sin conocerme?

- Mmmmmm bueno, vale, tienes razón, ahí me gustaste mucho, pero te quiero desde que te empecé a conocer y vi que no eras solo una chica guapa

- ¿Y eso cuándo fue?

- En el primer trabajo que hicimos juntos, no tenías ni idea de informática pero perseverabas todo el rato, y me gustó que no te dieras por vencida y que no quisieras que yo hiciera todo el trabajo

- Claro, tenía que aprender, y si lo hacías tú todo, no iba a hacerlo

- Por eso, me di cuenta que no solo eras una chica guapa


Nos miramos sonrientes. Aún seguíamos abrazados, yo encima de ella, pero mi polla ya estaba fuera y flácida. Entonces dijo:

- Muy buen estreno de la cama ¿No?

- Sí

- Pero luego más y más rato jiji

- Vale

- Es que tenía un calentón enorme jajaja

- Ya me he dado cuenta

- Anda, muévete, voy a preparar la cena, he pensado en hacer varios platos para compartir ¿Vale?

- Perfecto

- Quédate aquí descansando, yo me encargo de todo

- Ni hablar, he venido para estar contigo y para que me enseñes


Ella sonrió ampliamente y me dijo:

- Genial, me gusta cocinar con compañía, y más si es la tuya ¿Vamos?


Me aparté y nos vestimos. Ella me cogió de la mano y nos dirigimos a la cocina, sonrientes y felices por estar juntos.


Carmen
Miré a Kiara. Sentía algo de lástima por ella pero se lo había buscado. Teníamos a la negrita encerrada en una habitación, totalmente drogada para que estuviera tranquila y por los dolores que tenía por la paliza de Jamal.


Miré su cara, con un ojo hinchado y varias contusiones, incluso algún diente roto. Jamal se había pasado con ella, pero fue culpa de la zorra, por atacarlo en vez de aguantar y por haber tardado tanto en contarnos lo que queríamos saber.


Le toqué la frente, tenía algo de fiebre y murmuraba cosas pero no se le entendía. “La puta negrita de los cojones, como me jodió los planes, y ni lo sospeché” pensé con rabia. Al final, gracias a la paliza, nos había contado que Carlos la había contratado para hacerse con información, y nos había dicho donde tenía el dinero guardado que le había dado Carlos, dinero que nos pensábamos quedar, naturalmente.


Le quité la sábana y vi sus muñecas atadas a la cama, y su cuerpo con bastantes moratones. Sospechaba que tenía alguna costilla rota. “Que se joda”. Ahora el problema era qué hacer con ella. La queríamos fuera del país, lejos, pero primero tendría que recuperarse para que la pudiéramos vender a otro burdel o lo que fuera, me daba igual. “Estúpida zorra, si no te hubieras abalanzado sobre Jamal, no se habría enfadado tanto… y ahora mira como estás, gilipollas” dije en voz alta, aunque sabía que ella no me escuchaba, estaba en otro mundo por las drogas.


La verdad es que ya no me importaba lo de Carlos. Las cosas nos iban muy bien. Me acababa de mudar a un chalet con Jamal, tenía dinero, mucho dinero, diversión, me encantaba mi trabajo y follaba sin parar. Jamal era mi pareja perfecta, follaba como nadie y no era nada celoso ni posesivo, y yo era igual, me daba igual que se follara a sus putas si le apetecía. Y el negocio iba genial. Las pelis pornos eran un entretenimiento más que otra cosa, me daban mucho morbo. Y los servicios como puta de lujo igual. El dinero de verdad entraba por el burdel, las drogas y el negocio de extorsiones y chantajes que teníamos montado con el diputado, aunque esto último era cada vez más turbio. Al principio consistía en grabar a personajes importantes con putas, pero últimamente las fantasías de esos mierdas eran cada vez más truculentas, y encima había tenido que participar en la última porque no nos fiábamos de meter a ninguna puta por si se iba de la lengua.


Fruncí el ceño al recordar la última grabación y todo lo que había tenido que hacer con el gordo ese y esos críos. “Menos mal que existen las drogas” pensé meneando la cabeza. No había querido ver la grabación, se lo había dejado a Jamal que le daba igual, para él era solo un buen negocio, y tenía razón, el diputado nos había dado un pastón por esa grabación.


Miré de nuevo a la putilla y la tapé. Salí de la habitación, cerrándola con llave. Era una habitación fuera de la zona del burdel, pero dentro del local. Fui al burdel y allí se me acercó una chica que me dijo:

- Está aquí Rosa

- ¿Rosa?

- Tu… tu chica

- Ah, sí, Yolanda ¿Qué quiere?

- Está preguntando por Kiara

- ¿Qué le habéis dicho?


La chica dio un paso atrás asustada y dijo:

- Nada, que hablara contigo

- Bien, dile que vaya al despacho


Entré en el despacho y al poco llegó Yolanda, visiblemente nerviosa:

- Carmen ¿Dónde está Lai… Kiara? Nadie me dice donde está y…

- Se ha ido

- ¿Ido? ¿Qué? ¿Dónde? No me ha dicho nada y…

- A su nuevo burdel

- Pero ¿Ya se ha ido?


Vi que las lágrimas brotaron de sus ojos. Dijo:

- ¿No le has dicho nada a Jamal?

- Estaba ya todo decidido

- Por favor, Carmen, haz que vuelva, por favor


La miré. Por culpa de esa zorra y la paliza que se había llevado, habíamos tenido que enviar a ese burdel a otra chica, por lo que teníamos a dos chicas menos. Lo había hablado con Jamal y teníamos un plan mientras él buscaba más chicas. Le dije:

- Mira, cariño, son negocios pero quizás podemos hacer una cosa

- ¿Qué?

- Jamal está buscando una chica para sustituirla aquí

- Pero que la traiga de vuelta, no entiendo nada, ella es…

- Espera, déjame terminar

- Lo siento, estoy muy nerviosa

- Cuando la encuentre, ya no volverá Kiara

- Pero…

- Que me dejes hablar, coño

- Perdona, perdona

- Pero he pensado una cosa, Yolanda, que tú sustituyas a Kiara aquí en el burdel, mientras negociamos la vuelta de Kiara

- ¿Qué? Pero me dijiste que yo no sería una puta de burdel, solo para servicios caros y…

- Lo sé, pero si quieres que vuelva, Jamal no debe buscar sustituta, pero necesitamos que entre alguien, estamos con pocas chicas


La miré. La chica no servía para servicios caros, pero para chuparla y echar un polvo por 50 euros valdría. Me miró indecisa y dijo:

- Pero ¿Cuándo sería? ¿Cuánto tiempo?


Se lo expliqué y ella dijo:

- ¿Y volverá Kiara?

- Eso intentaremos

- De acuerdo, por ella lo haré

- Bien, pues ve con las chicas y que te expliquen todo, y empiezas ya


Yolanda me miró con los ojos muy abiertos y preguntó:

- ¿Hoy?

- Sí, que Jamal vea que los ingresos no se recienten y así lo puedo convencer

- Bueno

- Buena chica, ya verás, será hasta divertido

- No creo


Pero se levantó y salió fuera. La miré irse sonriendo “Un problema menos”.


Cristina

Fui a la cocina y busqué las copas. Saqué el champán del frigorífico y volví a salir a la terraza diciendo:

- Y ahora, vamos a brindar


Había pasado una tarde noche sensacional con Héctor. Además del polvazo cuando llegó, luego nos lo habíamos pasado muy bien cocinando juntos mientras reíamos y nos contábamos cosas, sin dejar de acariciarnos y besarnos cada dos por tres. Y la cena en el suelo de la terraza había sido aún mejor.


Me notaba muy excitada, deseando enrollarme con él y llevármelo a la cama, pero era temprano y quería brindar con el champán que había comprado esa tarde, y quería que esta sensación de felicidad durara lo máximo posible.


Héctor abrió la botella saliendo el corcho por los aires mientras reíamos, y bebimos besándonos. Rápidamente se me subió el champán a la cabeza y puse música lenta para bailar con él abrazados. En sus brazos me sentía querida y segura, me encantaba. Tras unos minutos, le dije de tumbarnos, estaba mareada y él se sentó sobre la manta, poniendo su espalda en la pared, y yo me eché poniendo mi cabeza en su muslo. Miré el cielo negro, lleno de puntitos brillantes. Me parecía todo demasiado bonito para lo que me merecía, pero deseché ese pensamiento que llevaba años persiguiéndome.


Héctor me acarició la cara suavemente. Me encantaba como me acariciaba. Sus dedos pasaban suavemente por mis labios, mi nariz, mi frente… luego fue bajando por mi cuello, mi escote para finalmente colarse dentro de mi vestido, cogiéndome un pecho y jugando con mi pezón. Se me escapó un gemido de placer, y noté como su pantalón se estiraba con su erección. Entonces tuve una idea y le dije:

- Quiero postre


Él, extrañado por ese cambio, me preguntó:

- ¿Qué te traigo?

- Ya está aquí


Héctor miró lo que había en la manta y le dije:

- Aquí


Poniendo mi mano en su paquete. Él se rio mientras yo, a duras penas, intentaba sacársela del vaquero. Al final, me incorporé poniéndome a cuatro sobre el suelo y conseguí sacarla, ya dura. Se la lamí despacio, mirándolo. Héctor seguía sentado en el suelo, con la espalda apoyada a la pared y me devolvía la mirada atentamente.


Sonreí por dentro y me la metí en la boca. Héctor gimió bajito y eso me puso muy cachonda. Comencé la mamada con ritmo lento. Durante las vacaciones se la había chupado mucho, me encantaba, pero siempre acabábamos follando, me ponía tan cachonda que no podía evitar querer follar, y eso mismo me pasaba ahora, quería montarme encima de él, sentir su polla dentro de mí, pero me contuve a duras penas y seguí chupándosela, esta vez quería probar su semen, después me lo follaría en la cama.


Tras un par de minutos, me retiré y le dije que se levantara. Él pensó que sería para irnos dentro, al dormitorio, pero me volví a abalanzar sobre él y seguí la mamada, ahora él de pie y yo sentada en el suelo. Héctor dijo:

- Cris, vamos dentro


Negué con la cabeza y él insistió hasta que le dije:

- Quiero mi postre


Y le saqué la lengua a modo de burla, riéndome, para luego volver a metérmela en la boca. Y entonces se me ocurrió otra idea. Me incliné, cogí la botella de champán y derramé un poco sobre su polla, para luego volver a metérmela en la boca e hice un ruidito de gusto, así su polla sabía aún mejor.


Cuando se dio cuenta que no iba a dejarme convencer, se relajó, aumenté el ritmo y no tardó en correrse, llenándome la boca pero fui tragándome todo sin dejar de chupársela. Cuando estuve satisfecha, liberé su polla y lo miré sonriente:

- Mmmmm rico, rico, jiji

- Jajaja, que cosas tienes


Y se inclinó y me besó tiernamente.


Yolanda
El tío se movía sobre mí, follándome rápido, pero no se corría. Se me estaba haciendo eterno aunque no debía llevar más de un minuto. Le apestaba el aliento a alcohol y tabaco, y me apretaba demasiado fuerte una teta mientras me decía que estaba muy buena.


Era el quinto que me follaba esa noche y estaba ya harta, quería irme a mi casa de una vez. Le dije:

- ¿Te corras ya o qué?

- Coño con las prisas, tía


Le iba a contestar con una bordería pero me mordí la lengua. En cambio le dije:

- ¿Quieres follarme a 4?

- Mmmmm vale


Se quitó de encima y me giré. Al menos, así, no tendría que aguantarle encima y oler su aliento. Me cogió por las caderas y me la metió rápido. Esperé impaciente hasta que se corrió.


Me vestí rápido y fui al baño donde me encerré, necesitaba desconectar, estaba siendo una noche de mierda, y aún me quedaban 2 horas allí. “Joder, Laira, amor, esto es una mierda, no sé como lo aguantas todas las noches” pensé con ganas de llorar. Me planteé ir a hablar con Carmen para que me diera una pastilla, así no pensaría en Laira ni en los tíos asquerosos, pero entonces escuché como entraban dos de las chicas y se ponían a cuchillear mientras se limpiaban. No sabían que yo estaba en el baño ya que tenía la puerta cerrada y no dije nada. Tampoco les presté atención hasta que escuché “Kiara” en la conversación. Entonces sí agucé el oído para escuchar:

- Tía, esta mañana le llevé agua y tiene la cara hecha un cristo, pobrecilla

- Seguro que se lo ha buscado, ya la conoces, le gusta mucho tocar los cojones

- Ya, pero ¿La has visto?

- Sí, Jamal se ha pasado mucho, debe haberla liado pero bien

- ¿Qué habrá hecho?

- Ni idea, ni quiero saberlo, algo de la hija de puta de Carmen, seguro, ya sabes como se llevan esas dos, y mira que se lo he dicho veces a Kiara, que dejara en paz a Carmen, que tiene bien cogido a Jamal de los huevos, pero es una cabezona y así ha acabado, con una paliza que casi la mata


Entonces salí rápidamente del baño, asustada pero también enfadada y les dije:

- ¿Dónde está?


Las dos chicas me miraron asustadas por mi repentina aparición. Les insistí y una me dijo:

- Yo no… no quiero saber nada

- ¿Dónde está Lai… Kiara?


Las dos chicas se miraron, indecisas. Les dije:

- Por favor

- Carmen ha dicho que no te digamos nada


Las miré enfadadas pero salí de allí para ir a ver a Carmen al despacho, pero antes fui a donde estaba mi ropa y saqué de mi bolso la navaja que ahora siempre llevaba conmigo. Cuando entré en el despacho, vi a Carmen con el portátil. Me sonrió y dijo:

- Me han dicho las chicas que se te está dando bien la noche y…


Entonces se calló al verme la cara y preguntó:

- ¿Qué pasa?

- ¿Qué le has hecho a Laira?


No dijo nada y me miró seria. Le pregunté:

- ¿Dónde está?

- ¿Quién te lo ha dicho?

- No me han dicho nada, he escuchado una conversación donde decían que le habéis dado una paliza


Carmen suspiró y dijo:

- Una paliza merecida

- Eres… eres… y me has engañado, me has hecho creer que…

- Mira, niña, olvídate de esa zorra

- ES MI NOVIA, JODER


Entonces Carmen se rio despectivamente y dijo:

- Es una puta, igual que tú, que folléis no quiere decir que te quiera

- SI ME QUIERE


Entonces me abalancé sobre ella y le puse la navaja en el cuello mientras le gritaba:

- ¿DÓNDE ESTÁ?


Carmen
Noté como la hoja de la navaja me apretaba el cuello, y me asusté al ver los ojos de Yolanda, de rabia total. Esta vez no era como cuando me amenazó en mi casa. Por Santi no sentía casi nada, pero por esa puta negra sí, estaba clarísimo. Tenía que ir con cuidado, Yolanda podría hacer una tontería muy grande en el estado en el que estaba así que dije:

- Tranquila, Yolanda, tranquila

- Una mierda, dímelo o te empiezo a rajar

- Está… está dentro, encerrada en una habitación

- Llévame


Me levanté con cuidado mientras ella seguía sin apartar la navaja. Se puso detrás mía y la guié hasta la habitación donde teníamos encerrada a la puta. Entonces pensé en un plan, la encerraría allí con la puta. Abrí la puerta e intenté hacerme a un lado para que ella viera a Kiara y entrara corriendo, pero no, me empujó para que entrara delante de ella.


Cuando estuvimos dentro me eché a un lado y la miré. Yolanda miraba horrorizada a la cama. Entonces, despacio, me moví para salir de la habitación, pero Yolanda se dio cuenta y me dio un fuerte empujón. Perdí el equilibrio y me caí al suelo, dándome en la cabeza contra una mesa. Perdí la visión unos segundos y cuando la recuperé, vi a Yolanda abalanzarse sobre la cama diciendo:

- Laira, Laira, mi amor ¿Qué te han hecho?


Y empezó a llorar. Intenté levantarme pero me volví a caer y perdí el conocimiento.


Yolanda

Abrí la puerta de la casa y ayudé a Laira a entrar. No paraba de llorar viendo como estaba mi Laira. La llevé al dormitorio y la desvestí con cuidado para que se acostara.


Todo había sido una locura. Cuando la vi en aquella habitación en ese estado, me quise morir. Laira estaba drogada y al principio ni me reconocía. Conseguí que se despertara y me hablara. Tenía claro que teníamos que salir de allí. A duras penas, Laira se levantó y la llevé fuera donde las chicas nos ayudaron. La llevaron a su habitación para vestirla. Mientras, yo cogí a Carmen que seguía inconsciente y la puse en la cama. La até y la amordacé metiéndole sus bragas en la boca. Luego, cerré la puerta echando la llave y, de una patada, rompí la llave dentro de la cerradura, les llevaría un rato sacarla de allí.


Cuando volví con Laira, ya estaba vestida. Me vestí también y recogimos sus pocas pertenencias. Me dijo que se habían llevado su dinero así que fuimos al despacho pero no hubo forma de abrir la caja donde Laira decía que estaba el dinero de Jamal y sus drogas. Cogimos el portátil para revenderlo y las chicas nos dieron el dinero de la recaudación de esa noche y también algo de su propio dinero. Se portaron muy bien, no llamaron a Jamal ni al tío que estaba en la puerta.


Salimos del local a escondidas cuando ellas llamaron al de la puerta a gritos, haciéndose las asustadas. Luego, cogí mi moto y con Laira de paquete, nos fuimos. Tenía miedo por Laira, estaba muy mal y casi no tenía fuerza para agarrarse a mí. Paré en el motel donde solíamos quedar, pero ella dijo:

- Aquí nos van a encontrar muy pronto


Pensé y entonces tuve una idea. Una de las casas que limpiábamos estaba vacía en ese momento, sus dueños estaban en el extranjero. Volvimos a la moto y fuimos a mi casa. Dejé a Laira en la moto y subí rápido. Entré en mi casa silenciosamente y busqué la llave de la casa que sabía que mi madre tenía guardada. Luego, fui a mi habitación y metí en una bolsa de deporte ropa y dinero. También cogí ibuprofeno y lo que encontré para el dolor.


No sabía cuando iba a poder volver. Quise despedirme de mi madre pero ella no lo entendería ni me dejaría irme. Me fui de mi casa llorando.


Luego, llevé a Laira a esa casa y allí estábamos. Laira estaba mal, muy mal. Tenía el cuerpo lleno de moratones, y le dolía respirar. Seguro que tenía costillas rotas o fracturadas. Necesitaba un médico pero ella no quería ir. Le di las pastillas para el dolor. Entonces me dijo:

- Mañana llama a mi amiga Silvia, la que te conté que la ayudé con el novio de Carmen

- ¿Para qué?

- Ella sabrá que hacer, es una mujer muy lista, y también está Carlos… Ellos nos ayudarán, seguro

- Va… vale

- Es el contacto que pone Pizza en mi móvil


Y se durmió. Me acosté a su lado abrazándola con cuidado y lloré en silencio.​
 

63​

Al día siguiente.
Carlos


Levanté la vista al escuchar pasos. No me sorprendí al comprobar que era Héctor, que se paró en mi puerta sonriente y me dijo:

- Buenos días, Carlos

- Buenos días ¿Qué tal estás?

- Cansado, pero con ganas de estar aquí

- ¿Sí?

- Sí, creo que no soy muy viajero, estaba bastante harto de tanto andar con la mochila a cuestas… aunque luego, las dos semanas con Cris han sido otra cosa, así sí me gusta viajar jeje

- Claro, es bonito aquello ¿No?

- Mucho, ha sido fantástico

- Genial

- Bueno, voy a encender el equipo, que me estará esperando una buena lista de tareas

- Silvia me dijo que te iba a mandar un correo con las cosas que hay que meterle mano, olvida el resto de correos que muchas cosas ya las han hecho Silvia y Cris

- Ah, perfecto

- Bienvenido de vuelta, Héctor, te echábamos de menos

- Y yo a vosotros


Y se fue sonriente. Parecía otra persona, más seguro de sí mismo, y era normal después de conseguir a la chica de sus sueños, la cual llegó media hora más tarde, que, con una amplia sonrisa, me saludó:

- Buenos días, Carlos

- Buenos días, Cris ¿Cómo estás?

- Cansada, pero con ganas de trabajar

- ¿Sí? ¿No echas de menos esas islas griegas?

- Jajaja, un poquito jajaja ¿Con qué me pongo?

- Lee los correos de estas dos semanas, y ahora cuando venga Silvia, nos reunimos todos y vemos con que nos ponemos cada uno ¿Vale?

- Perfecto


Y se dirigió a su sitio.


Cristina
Vi a Héctor sentado en su silla, concentrado en la pantalla. Dejé mi bolso en mi mesa, encendí el ordenador y fui a él para tocarle el hombro diciéndole:

- Buenos días, nene


Héctor dio un pequeño salto para luego mirarme avergonzado por el susto. Se levantó y me miró indeciso. Le di un beso en los labios y él sonrió diciéndome:

- Buenos días ¿Has dormido bien?


Miré hacia el despacho de Carlos. Vi que estaba ocupado mirando la pantalla y me acerqué a Héctor y le di un beso con lengua que tuve que acortar por estar en la oficina, aunque me costó. Nos miramos sonriendo y le contesté:

- No, me costó dormirme solita

- Ya, me pasó lo mismo

- Y peor ha sido despertarme sola, jo, te he echado mucho de menos

- Y yo más


Le cogí de la mano, necesitaba tocarlo. Habían sido dos semanas fantásticas en todo, me lo había pasado como nunca con alguien, y estaba totalmente colgada de él, lo notaba hasta en el alma. Me mordí el labio y pregunté:

- ¿Cuándo te podrás quedar a dormir?

- ¿Esta noche?


Lo miré sorprendida. Le pregunté:

- ¿Tan pronto?

- Sí, si quieres

- Claro que quiero, pero tus padres ¿Qué van a decir? Ayer, con los nervios, no podía ni hablar con ellos, habrán pensado que menuda novia tan tonta te has echado

- ¡¡¡Que va!!! Les has encantado

- Eso me lo dices para que no me sienta mal

- No, no, mi madre dice que eres muy guapa, y no le ha parecido mal que estuvieras tímida, mucho peor soy yo

- Estuve horrible, pero es que estaba super cortada, quería hacerlo bien de verdad y estaba tan presionada por mí misma que no podía hablar, lo siento, nene

- Jeje, no pasa nada, de verdad, y si es muy pronto para almorzar con ellos, me invento algo

- NOOOO, que entonces sí que me pone la cruz… Intentaré estar mejor y hablar con ella, te lo prometo

- No te preocupes tanto, poco a poco, Cris


Nos miramos sonrientes. Entonces me dijo:

- Cris, he pensado que podría ir a recogerte por las mañanas para que no vengas en autobús

- ¿Sí? ¿No te pilla mal?

- Que va, sin problema

- Pues… genial, así nos vemos tempranito jiji

- Perfecto, y como esta noche me quedo contigo, ya hablamos sobre la hora de venirnos al trabajo

- Bien… esta noche te voy a hacer una cena especial

- No hace falta, Cris

- No es ninguna molestia, al revés, me encanta cocinar

- ¿Y si voy un poco antes y te ayudo?

- Mmmm vale, eso me gusta aún más

- Genial, así aprendo algo, que en la cocina solo sé hacer tortilla y bocadillos jeje

- Ah, y te tengo que enseñar la casa, que, ahora que caigo, no la has visto aún

- Pues es verdad

- Te va a encantar, aunque… joe, que no tengo muebles en el salón, me los tienen que traer y montar, no sé dónde vamos a… ah, ya sé, comeremos en la terraza, en el suelo como si estuviéramos en el campo ¿Te parece bien?

- Perfecto

- Como aún hace unas noches tan buenas, estaremos bien, creo

- Si estoy contigo, todo está bien, Cris


Le sonreí feliz.


Carlos
Llevábamos un buen rato los cuatro reunidos, repasando trabajos y prioridades. Me sentía contento al tener de vuelta al equipo completo y ver a Cris y Héctor tan motivados. Dije:

- Bueno, pues venga, al lío


Todos se levantaron pero le dije a Silvia:

- Silvia, quédate un minuto


Cris y Héctor salieron y le pregunté a Silvia:

- ¿Qué te pasa?


Ella suspiró y dijo:

- Anoche me llegó la regla

- Oh

- Joe, pensaba que… me ha llegado con retraso y pensaba que esta vez…

- Lo siento

- Pero eso no es lo peor, cuando se lo dije a Antonio ni se inmutó, como si no fuera con él la cosa


La miré sin querer entrar a discutir la reacción de Antonio, no me quería meter ahí, pero estaba claro que Silvia ansiaba quedarse embarazada, que menos que consolarla o darle ánimo, e incluso también sentirse abatido por esa noticia, pero ya veía que no era el caso. Silvia continuó:

- Está claro que no quiere más niños, discutimos fuerte anoche

- Vaya

- Se fue a dormir al sofá, enfadado

- ¿Y tú también lo estás?

- Estoy… desanimada, no sé que hacer, si insistir en tenerlo o no, porque viendo la actitud de Antonio se me quitan todas las ganas

- Ya

- ¿Qué opinas?

- Ufff, Silvia, eso es algo muy de pareja, yo poco puedo decir

- Ya, si no digo la decisión en sí, sino ¿Debo dejarlo durante unos meses y probar de nuevo en verano o así?

- ¿Por qué verano?

- Porque suele ser cuando más activos estamos… sexualmente, me refiero

- Ah, no sé, Silvia, no sé que decirte, lo siento

- Ya

- Ve a tu ginecóloga, tienes confianza con ella y ella sí entiende, seguro que te da mejores consejos que yo

- Tienes razón

- Yo solo te puedo asegurar que aquí me tienes para desahogarte siempre que quieras

- Lo sé, gracias

- Ya ves tú, si no he hecho nada

- Pues me acabas de desbloquear, que llevo desde anoche indecisa sin saber que hacer… Voy a pedir cita

- Bien


Y se levantó con una sonrisa triste. “Que complicaciones de pareja” pensé.


Cristina
Escuché como Silvia le decía a Héctor:

- Los de financiero han llamado por un problema ¿Puedes ir tú, Héctor?

- Sí, claro ¿Ya?

- Sí, a ver que les pica


Héctor se levantó y se fue rápido, tras lanzarme una sonrisa. Entonces miré a Silvia. Estaba preocupada por algo, no era la Silvia de siempre. Me acerqué a ella y le pregunté:

- ¿Te pasa algo, Silvia?

- ¿Qué? Ah, nada

- Mmmmm


Silvia inspiró profundamente y luego expiró, para decir:

- Que me ha llegado la regla

- Ah, ¿Y te duele? ¿Quieres que vaya a la farmacia a…?

- No, no, eso lo tengo controlado

- Ah

- Es que no me debería haber llegado


Abrí mucho los ojos y dije:

- Ah, que estáis buscando un hermanito para Gema

- Eso se supone

- Ah, que bien, se pondrá loca de contenta

- Jeje, seguro

- Bueno, será el mes que viene

- Sí, bueno, no sé… la cosa es que me ha llegado con retraso y esperaba que…

- Oh, vaya

- En fin, nada, que es cosa de insistir

- Claro, claro


Ella sonrió y me dijo:

- Eso de insistir me parece que tú lo llevas muy bien ¿No? Jeje

- Jajaja, bueno, sí, pero con protección jeje

- Claro

- Esta noche me ha costado muchísimo dormirme sola

- Oh, vaya

- Es una tontería pero lo echaba muchísimo de menos a mi lado en la cama

- De tontería nada, nena, que una se acostumbra y…

- Sí, es que me ha dado muy fuerte con Héctor, muy, muy fuerte

- Se os nota

- Yo no sé como en todos estos años no me he dado cuenta

- Porque estaba ahí mismo, como amigo

- Ya, pero es que es… es mi media naranja, Silvia, estoy completamente segura

- Chiquilla, que solo lleváis dos semanas juntos

- Pero lo conozco desde hace mucho y es igual de bueno como amigo que como pareja… Bueno, que va, es aún mucho mejor como pareja porque en la cama… jijiji

- Jajaja

- A ver, que Alberto no era nada malo, y Carlos mucho mejor aún que Alberto, pero con Héctor es… es que somos plenamente compatibles, no sé explicarlo, nunca había sentido algo así por nadie

- Te has enamorado

- Totalmente, Silvia, es algo que me tiene sorprendida, te lo digo de verdad, nunca he sentido algo así por alguien

- Jajaja, el amor

- Esta noche viene a mi casa y estoy hasta nerviosa ¿Te lo puedes creer?

- Jajaja

- Que tonta estoy jajaja


Y nos reímos un rato.


Yolanda
Miré el móvil, Laira seguía sin leerme. Estaba en mi cuarto, tumbada en mi cama. Había llegado hacía un rato de limpiar una casa y no paraba de pensar en Laira.


Estaba muy nerviosa sin saber de ella. Y, encima, Carmen tampoco me respondía a mis mensajes preguntándole si había hablado con Jamal para interceder por Laira.


Pensé en ir al burdel a verla o ver a Carmen o lo que sea, hacer algo porque me iba a dar un ataque de ansiedad. Me cambié de ropa, y entonces entró mi madre:

- Yoli ¿Te vas?

- Sí

- Pensaba que me ibas a ayudar con la cena

- No puedo, he quedado


Y me fui dejando a mi madre mirándome, sospechaba algo.


Marina
Vi como Yolanda se iba y pensé “A esta niña le pasa algo”. Cuando rompió con Santi me alegré, no me gustaba ese chico, muy guapo y atractivo, pero me recordaba demasiado al padre de Yolanda, un bala perdida que nunca mantenía un empleo estable.


Miré el cuarto de Yoli. Abrí un cajón. Últimamente se estaba comprando demasiada ropa nueva y me extrañaba. Y luego estaba su ropa interior, había empezado a comprar sujetadores, tangas y bragas sexis. Sospechaba que tenía un nuevo novio que le regalaba la ropa. Además, a veces se dormía en los laureles, pensativa o medio lela. Tenía que ser eso, un nuevo novio, pero ella siempre lo negaba cuando le preguntaba al respecto.


Suspiré y cerré el cajón para luego salir de su habitación. Parecía que ya no me acordaba lo que era ser joven y enamorarse. Solo esperaba que fuera un buen chico, que hubiera aprendido de su experiencia con Santi. “Al menos no la ha dejado embarazada como me pasó a mí” pensé cerrando la puerta de la habitación de Yolanda.


Héctor
Salí del ascensor del edificio de Cris. Estaba impresionado. Era un recinto nuevo y con un gran jardín, piscina,… Nada que ver con los pisos donde había vivido antes Cris, según me había contado.


Vi la puerta de la casa de Cris e intenté tranquilizarme, estaba nervioso. En realidad, la pasada noche me había costado dormir, nervioso porque ahora, de vuelta a la rutina, tenía miedo. Las dos semanas de vacaciones habían sido espectaculares, con Cris feliz, contenta y con muchas ganas de sexo, y pensaba que había conseguido tenerla satisfecha. El problema era la vuelta a la realidad, no las tenía todas conmigo que estando ya en la rutina, ella siguiera viendo en mí algo interesante.


Y esa idea me había mantenido despierto buena parte de la noche. Pero luego, en la oficina, había visto a una Cris igual de feliz y contenta de verme, de tocarme, todo el rato mirándome con una sonrisita cómplice. Y tras almorzar, me había llevado a una esquina medio oculta donde nos habíamos morreado durante casi un cuarto de hora, comiéndonos la boca y acariciándonos sin parar.


Y esta noche me quedaría con ella ¿Sería igual el sexo para ella sin la emoción de las vacaciones o se dará cuenta que no valgo para tanto? “Joder, eres idiota, como sigas así, la vas a cagar, no vas a saber satisfacerla, deja de pensar en eso, solo déjate llevar por ella” pensé aún más nervioso.


Cerré los ojos y llamé a la puerta. Escuché unos pasos rápidos, con tacones. Se abrió la puerta y vi a Cris muy arreglada, con el pelo suelto, con algo de maquillaje, pinta labios y un vestido veraniego cortito y escotado, con mi colgante. Me miró sonriente y le dije:

- Pero… ¿Al final salimos?


Pensé en mi ropa, camiseta y vaqueros. Sentí vergüenza. Ella rio, me cogió la mano y tiró de mí diciendo:

- No, pero quería estar guapa para mi chico


Y me besó, un beso lento, con algo de lengua. Cuando nos separamos, le dije:

- Tú siempre estás guapa


Ella rio y cerró la puerta. Me dijo:

- Ven, te enseño la casa


Y guiándome sin soltarme la mano, me llevó por diferentes habitaciones, casi todas vacías. Vi que el vestido tenía la espalda al aire, su bonita espalda. Me llevó a la cocina diciendo:

- Mira que bonita es ¿verdad? Y enorme


Luego, al salón, también enorme pero vacío. Señaló una pared y dijo:

- Y ahí pienso colgar un montón de tus dibujos

- Ya no dibujo

- Pero yo los tengo todos guardados, tonto, los pienso enmarcar y poner ahí

- ¿Los guardas?

- Claro, me encantan


La miré sorprendido. Ella, sonriente, salió fuera a una terraza enorme, de muchísimos metros cuadrados. Me llevó a una barandilla diciendo:

- Mira que vistas, es precioso ¿No?


Luego, señaló un lugar donde había puesto una manta en el suelo y cubiertos, diciendo:

- Cenaremos ahí, lo siento, ya ves que no tengo muebles

- Está muy bien


Me llevó dentro, a ver más habitaciones, un cuarto de baño, y finalmente, al dormitorio principal, que sí estaba amueblado, pero antes me enseñó otro cuarto de baño, el principal que se accedía desde esa habitación y dijo:

- Mira, bañera jacuzzi, la tenemos que estrenar jiji


Y finalmente, se sentó en la cama y dijo:

- Y esto también lo tenemos que estrenar, que solo he dormido aquí 4 o 5 noches, y este colchón necesita algo de marcha jiji, ven, pruébalo


Me senté a su lado y ella dijo:

- Esta noche lo estrenaremos bien, eso seguro


Sonriéndome muy contenta. Le puse una mano en un muslo, acariciándolo, y le dije:

- ¿Y hay que esperar a la noche?

- ¿Tú qué crees? (sonriendo)


Me incliné y la besé. Pronto estábamos los dos tumbados besándonos apasionadamente mientras nos acariciábamos. Le bajé el tirante de su hombro derecho dejando fuera su pecho ya que no llevaba sujetador. Vi que no se había puesto el piercing de sus pezones y lo besé y chupé, tirando de él mientras Cris jadeaba. Luego hice lo mismo con el otro pecho para finalmente bajar a sus piernas que besé hasta llegar a sus pies. Le quité las sandalias y se los besé y lamí. En las vacaciones había descubierto que eso le ponía mucho.


La falda se le había levantado y vi sus bragas blancas donde se notaba claramente una mancha de humedad, estaba realmente cachonda. Dejé sus pies y fui a quitarle las bragas. Lo hice lentamente y vi como varios hilillos de líquido se desplegaban desde su coño a las bragas. Luego, le pasé la lengua lentamente por su rajita comprobando que realmente estaba muy mojada.


Se lo comí sin prisas pero sin pausa mientras Cris no paraba de gemir y jadear, hasta que me dijo:

- Nene, fóllame, que no aguanto más


Me incorporé y, mientras me quitaba la ropa, vi que ella hacía lo mismo con su vestido para quedarse desnuda esperándome con las piernas cerradas. En cuando terminé de desnudarme y vio mi polla totalmente dura, abrió las piernas con mirada lasciva. Me quedé unos segundos mirándola, era totalmente un sueño hecho realidad, su cara colorada por la excitación, así como su coño reluciente por la humedad. Me puse encima suya penetrándola despacio mientras nos besábamos, pero ella dijo:

- No puedo más, rápido, rápido, córrete conmigo


Me rodeó con sus brazos y piernas y la follé rápido. En unos segundos, se corrió y yo con ella. Y como otras veces, me abrazó fuertemente mientras se convulsionaba y gemía. Siempre que nos corríamos en esa postura, Cris necesitaba un par de minutos abrazándome fuerte hasta recuperarse del orgasmo, así que esperé besándola en el cuello lentamente mientras sus espasmos iban desapareciendo poco a poco.


Cuando se tranquilizó, nos miramos sonrientes para luego besarnos con dulzura. Y entonces me dijo:

- Te quiero, Héctor


La miré sorprendido. Era la primera vez que me lo decía. Ella sonrió tímidamente y dijo:

- Te quiero, te quiero, te quiero… nunca se lo había dicho a nadie

- Oh


Ella me miró esperando y entonces me di cuenta:

- Yo te quiero desde el primer día que te vi

- ¿Sí? ¿Sin conocerme?

- Mmmmmm bueno, vale, tienes razón, ahí me gustaste mucho, pero te quiero desde que te empecé a conocer y vi que no eras solo una chica guapa

- ¿Y eso cuándo fue?

- En el primer trabajo que hicimos juntos, no tenías ni idea de informática pero perseverabas todo el rato, y me gustó que no te dieras por vencida y que no quisieras que yo hiciera todo el trabajo

- Claro, tenía que aprender, y si lo hacías tú todo, no iba a hacerlo

- Por eso, me di cuenta que no solo eras una chica guapa


Nos miramos sonrientes. Aún seguíamos abrazados, yo encima de ella, pero mi polla ya estaba fuera y flácida. Entonces dijo:

- Muy buen estreno de la cama ¿No?

- Sí

- Pero luego más y más rato jiji

- Vale

- Es que tenía un calentón enorme jajaja

- Ya me he dado cuenta

- Anda, muévete, voy a preparar la cena, he pensado en hacer varios platos para compartir ¿Vale?

- Perfecto

- Quédate aquí descansando, yo me encargo de todo

- Ni hablar, he venido para estar contigo y para que me enseñes


Ella sonrió ampliamente y me dijo:

- Genial, me gusta cocinar con compañía, y más si es la tuya ¿Vamos?


Me aparté y nos vestimos. Ella me cogió de la mano y nos dirigimos a la cocina, sonrientes y felices por estar juntos.


Carmen
Miré a Kiara. Sentía algo de lástima por ella pero se lo había buscado. Teníamos a la negrita encerrada en una habitación, totalmente drogada para que estuviera tranquila y por los dolores que tenía por la paliza de Jamal.


Miré su cara, con un ojo hinchado y varias contusiones, incluso algún diente roto. Jamal se había pasado con ella, pero fue culpa de la zorra, por atacarlo en vez de aguantar y por haber tardado tanto en contarnos lo que queríamos saber.


Le toqué la frente, tenía algo de fiebre y murmuraba cosas pero no se le entendía. “La puta negrita de los cojones, como me jodió los planes, y ni lo sospeché” pensé con rabia. Al final, gracias a la paliza, nos había contado que Carlos la había contratado para hacerse con información, y nos había dicho donde tenía el dinero guardado que le había dado Carlos, dinero que nos pensábamos quedar, naturalmente.


Le quité la sábana y vi sus muñecas atadas a la cama, y su cuerpo con bastantes moratones. Sospechaba que tenía alguna costilla rota. “Que se joda”. Ahora el problema era qué hacer con ella. La queríamos fuera del país, lejos, pero primero tendría que recuperarse para que la pudiéramos vender a otro burdel o lo que fuera, me daba igual. “Estúpida zorra, si no te hubieras abalanzado sobre Jamal, no se habría enfadado tanto… y ahora mira como estás, gilipollas” dije en voz alta, aunque sabía que ella no me escuchaba, estaba en otro mundo por las drogas.


La verdad es que ya no me importaba lo de Carlos. Las cosas nos iban muy bien. Me acababa de mudar a un chalet con Jamal, tenía dinero, mucho dinero, diversión, me encantaba mi trabajo y follaba sin parar. Jamal era mi pareja perfecta, follaba como nadie y no era nada celoso ni posesivo, y yo era igual, me daba igual que se follara a sus putas si le apetecía. Y el negocio iba genial. Las pelis pornos eran un entretenimiento más que otra cosa, me daban mucho morbo. Y los servicios como puta de lujo igual. El dinero de verdad entraba por el burdel, las drogas y el negocio de extorsiones y chantajes que teníamos montado con el diputado, aunque esto último era cada vez más turbio. Al principio consistía en grabar a personajes importantes con putas, pero últimamente las fantasías de esos mierdas eran cada vez más truculentas, y encima había tenido que participar en la última porque no nos fiábamos de meter a ninguna puta por si se iba de la lengua.


Fruncí el ceño al recordar la última grabación y todo lo que había tenido que hacer con el gordo ese y esos críos. “Menos mal que existen las drogas” pensé meneando la cabeza. No había querido ver la grabación, se lo había dejado a Jamal que le daba igual, para él era solo un buen negocio, y tenía razón, el diputado nos había dado un pastón por esa grabación.


Miré de nuevo a la putilla y la tapé. Salí de la habitación, cerrándola con llave. Era una habitación fuera de la zona del burdel, pero dentro del local. Fui al burdel y allí se me acercó una chica que me dijo:

- Está aquí Rosa

- ¿Rosa?

- Tu… tu chica

- Ah, sí, Yolanda ¿Qué quiere?

- Está preguntando por Kiara

- ¿Qué le habéis dicho?


La chica dio un paso atrás asustada y dijo:

- Nada, que hablara contigo

- Bien, dile que vaya al despacho


Entré en el despacho y al poco llegó Yolanda, visiblemente nerviosa:

- Carmen ¿Dónde está Lai… Kiara? Nadie me dice donde está y…

- Se ha ido

- ¿Ido? ¿Qué? ¿Dónde? No me ha dicho nada y…

- A su nuevo burdel

- Pero ¿Ya se ha ido?


Vi que las lágrimas brotaron de sus ojos. Dijo:

- ¿No le has dicho nada a Jamal?

- Estaba ya todo decidido

- Por favor, Carmen, haz que vuelva, por favor


La miré. Por culpa de esa zorra y la paliza que se había llevado, habíamos tenido que enviar a ese burdel a otra chica, por lo que teníamos a dos chicas menos. Lo había hablado con Jamal y teníamos un plan mientras él buscaba más chicas. Le dije:

- Mira, cariño, son negocios pero quizás podemos hacer una cosa

- ¿Qué?

- Jamal está buscando una chica para sustituirla aquí

- Pero que la traiga de vuelta, no entiendo nada, ella es…

- Espera, déjame terminar

- Lo siento, estoy muy nerviosa

- Cuando la encuentre, ya no volverá Kiara

- Pero…

- Que me dejes hablar, coño

- Perdona, perdona

- Pero he pensado una cosa, Yolanda, que tú sustituyas a Kiara aquí en el burdel, mientras negociamos la vuelta de Kiara

- ¿Qué? Pero me dijiste que yo no sería una puta de burdel, solo para servicios caros y…

- Lo sé, pero si quieres que vuelva, Jamal no debe buscar sustituta, pero necesitamos que entre alguien, estamos con pocas chicas


La miré. La chica no servía para servicios caros, pero para chuparla y echar un polvo por 50 euros valdría. Me miró indecisa y dijo:

- Pero ¿Cuándo sería? ¿Cuánto tiempo?


Se lo expliqué y ella dijo:

- ¿Y volverá Kiara?

- Eso intentaremos

- De acuerdo, por ella lo haré

- Bien, pues ve con las chicas y que te expliquen todo, y empiezas ya


Yolanda me miró con los ojos muy abiertos y preguntó:

- ¿Hoy?

- Sí, que Jamal vea que los ingresos no se recienten y así lo puedo convencer

- Bueno

- Buena chica, ya verás, será hasta divertido

- No creo


Pero se levantó y salió fuera. La miré irse sonriendo “Un problema menos”.


Cristina

Fui a la cocina y busqué las copas. Saqué el champán del frigorífico y volví a salir a la terraza diciendo:

- Y ahora, vamos a brindar


Había pasado una tarde noche sensacional con Héctor. Además del polvazo cuando llegó, luego nos lo habíamos pasado muy bien cocinando juntos mientras reíamos y nos contábamos cosas, sin dejar de acariciarnos y besarnos cada dos por tres. Y la cena en el suelo de la terraza había sido aún mejor.


Me notaba muy excitada, deseando enrollarme con él y llevármelo a la cama, pero era temprano y quería brindar con el champán que había comprado esa tarde, y quería que esta sensación de felicidad durara lo máximo posible.


Héctor abrió la botella saliendo el corcho por los aires mientras reíamos, y bebimos besándonos. Rápidamente se me subió el champán a la cabeza y puse música lenta para bailar con él abrazados. En sus brazos me sentía querida y segura, me encantaba. Tras unos minutos, le dije de tumbarnos, estaba mareada y él se sentó sobre la manta, poniendo su espalda en la pared, y yo me eché poniendo mi cabeza en su muslo. Miré el cielo negro, lleno de puntitos brillantes. Me parecía todo demasiado bonito para lo que me merecía, pero deseché ese pensamiento que llevaba años persiguiéndome.


Héctor me acarició la cara suavemente. Me encantaba como me acariciaba. Sus dedos pasaban suavemente por mis labios, mi nariz, mi frente… luego fue bajando por mi cuello, mi escote para finalmente colarse dentro de mi vestido, cogiéndome un pecho y jugando con mi pezón. Se me escapó un gemido de placer, y noté como su pantalón se estiraba con su erección. Entonces tuve una idea y le dije:

- Quiero postre


Él, extrañado por ese cambio, me preguntó:

- ¿Qué te traigo?

- Ya está aquí


Héctor miró lo que había en la manta y le dije:

- Aquí


Poniendo mi mano en su paquete. Él se rio mientras yo, a duras penas, intentaba sacársela del vaquero. Al final, me incorporé poniéndome a cuatro sobre el suelo y conseguí sacarla, ya dura. Se la lamí despacio, mirándolo. Héctor seguía sentado en el suelo, con la espalda apoyada a la pared y me devolvía la mirada atentamente.


Sonreí por dentro y me la metí en la boca. Héctor gimió bajito y eso me puso muy cachonda. Comencé la mamada con ritmo lento. Durante las vacaciones se la había chupado mucho, me encantaba, pero siempre acabábamos follando, me ponía tan cachonda que no podía evitar querer follar, y eso mismo me pasaba ahora, quería montarme encima de él, sentir su polla dentro de mí, pero me contuve a duras penas y seguí chupándosela, esta vez quería probar su semen, después me lo follaría en la cama.


Tras un par de minutos, me retiré y le dije que se levantara. Él pensó que sería para irnos dentro, al dormitorio, pero me volví a abalanzar sobre él y seguí la mamada, ahora él de pie y yo sentada en el suelo. Héctor dijo:

- Cris, vamos dentro


Negué con la cabeza y él insistió hasta que le dije:

- Quiero mi postre


Y le saqué la lengua a modo de burla, riéndome, para luego volver a metérmela en la boca. Y entonces se me ocurrió otra idea. Me incliné, cogí la botella de champán y derramé un poco sobre su polla, para luego volver a metérmela en la boca e hice un ruidito de gusto, así su polla sabía aún mejor.


Cuando se dio cuenta que no iba a dejarme convencer, se relajó, aumenté el ritmo y no tardó en correrse, llenándome la boca pero fui tragándome todo sin dejar de chupársela. Cuando estuve satisfecha, liberé su polla y lo miré sonriente:

- Mmmmm rico, rico, jiji

- Jajaja, que cosas tienes


Y se inclinó y me besó tiernamente.


Yolanda
El tío se movía sobre mí, follándome rápido, pero no se corría. Se me estaba haciendo eterno aunque no debía llevar más de un minuto. Le apestaba el aliento a alcohol y tabaco, y me apretaba demasiado fuerte una teta mientras me decía que estaba muy buena.


Era el quinto que me follaba esa noche y estaba ya harta, quería irme a mi casa de una vez. Le dije:

- ¿Te corras ya o qué?

- Coño con las prisas, tía


Le iba a contestar con una bordería pero me mordí la lengua. En cambio le dije:

- ¿Quieres follarme a 4?

- Mmmmm vale


Se quitó de encima y me giré. Al menos, así, no tendría que aguantarle encima y oler su aliento. Me cogió por las caderas y me la metió rápido. Esperé impaciente hasta que se corrió.


Me vestí rápido y fui al baño donde me encerré, necesitaba desconectar, estaba siendo una noche de mierda, y aún me quedaban 2 horas allí. “Joder, Laira, amor, esto es una mierda, no sé como lo aguantas todas las noches” pensé con ganas de llorar. Me planteé ir a hablar con Carmen para que me diera una pastilla, así no pensaría en Laira ni en los tíos asquerosos, pero entonces escuché como entraban dos de las chicas y se ponían a cuchillear mientras se limpiaban. No sabían que yo estaba en el baño ya que tenía la puerta cerrada y no dije nada. Tampoco les presté atención hasta que escuché “Kiara” en la conversación. Entonces sí agucé el oído para escuchar:

- Tía, esta mañana le llevé agua y tiene la cara hecha un cristo, pobrecilla

- Seguro que se lo ha buscado, ya la conoces, le gusta mucho tocar los cojones

- Ya, pero ¿La has visto?

- Sí, Jamal se ha pasado mucho, debe haberla liado pero bien

- ¿Qué habrá hecho?

- Ni idea, ni quiero saberlo, algo de la hija de puta de Carmen, seguro, ya sabes como se llevan esas dos, y mira que se lo he dicho veces a Kiara, que dejara en paz a Carmen, que tiene bien cogido a Jamal de los huevos, pero es una cabezona y así ha acabado, con una paliza que casi la mata


Entonces salí rápidamente del baño, asustada pero también enfadada y les dije:

- ¿Dónde está?


Las dos chicas me miraron asustadas por mi repentina aparición. Les insistí y una me dijo:

- Yo no… no quiero saber nada

- ¿Dónde está Lai… Kiara?


Las dos chicas se miraron, indecisas. Les dije:

- Por favor

- Carmen ha dicho que no te digamos nada


Las miré enfadadas pero salí de allí para ir a ver a Carmen al despacho, pero antes fui a donde estaba mi ropa y saqué de mi bolso la navaja que ahora siempre llevaba conmigo. Cuando entré en el despacho, vi a Carmen con el portátil. Me sonrió y dijo:

- Me han dicho las chicas que se te está dando bien la noche y…


Entonces se calló al verme la cara y preguntó:

- ¿Qué pasa?

- ¿Qué le has hecho a Laira?


No dijo nada y me miró seria. Le pregunté:

- ¿Dónde está?

- ¿Quién te lo ha dicho?

- No me han dicho nada, he escuchado una conversación donde decían que le habéis dado una paliza


Carmen suspiró y dijo:

- Una paliza merecida

- Eres… eres… y me has engañado, me has hecho creer que…

- Mira, niña, olvídate de esa zorra

- ES MI NOVIA, JODER


Entonces Carmen se rio despectivamente y dijo:

- Es una puta, igual que tú, que folléis no quiere decir que te quiera

- SI ME QUIERE


Entonces me abalancé sobre ella y le puse la navaja en el cuello mientras le gritaba:

- ¿DÓNDE ESTÁ?


Carmen
Noté como la hoja de la navaja me apretaba el cuello, y me asusté al ver los ojos de Yolanda, de rabia total. Esta vez no era como cuando me amenazó en mi casa. Por Santi no sentía casi nada, pero por esa puta negra sí, estaba clarísimo. Tenía que ir con cuidado, Yolanda podría hacer una tontería muy grande en el estado en el que estaba así que dije:

- Tranquila, Yolanda, tranquila

- Una mierda, dímelo o te empiezo a rajar

- Está… está dentro, encerrada en una habitación

- Llévame


Me levanté con cuidado mientras ella seguía sin apartar la navaja. Se puso detrás mía y la guié hasta la habitación donde teníamos encerrada a la puta. Entonces pensé en un plan, la encerraría allí con la puta. Abrí la puerta e intenté hacerme a un lado para que ella viera a Kiara y entrara corriendo, pero no, me empujó para que entrara delante de ella.


Cuando estuvimos dentro me eché a un lado y la miré. Yolanda miraba horrorizada a la cama. Entonces, despacio, me moví para salir de la habitación, pero Yolanda se dio cuenta y me dio un fuerte empujón. Perdí el equilibrio y me caí al suelo, dándome en la cabeza contra una mesa. Perdí la visión unos segundos y cuando la recuperé, vi a Yolanda abalanzarse sobre la cama diciendo:

- Laira, Laira, mi amor ¿Qué te han hecho?


Y empezó a llorar. Intenté levantarme pero me volví a caer y perdí el conocimiento.


Yolanda

Abrí la puerta de la casa y ayudé a Laira a entrar. No paraba de llorar viendo como estaba mi Laira. La llevé al dormitorio y la desvestí con cuidado para que se acostara.


Todo había sido una locura. Cuando la vi en aquella habitación en ese estado, me quise morir. Laira estaba drogada y al principio ni me reconocía. Conseguí que se despertara y me hablara. Tenía claro que teníamos que salir de allí. A duras penas, Laira se levantó y la llevé fuera donde las chicas nos ayudaron. La llevaron a su habitación para vestirla. Mientras, yo cogí a Carmen que seguía inconsciente y la puse en la cama. La até y la amordacé metiéndole sus bragas en la boca. Luego, cerré la puerta echando la llave y, de una patada, rompí la llave dentro de la cerradura, les llevaría un rato sacarla de allí.


Cuando volví con Laira, ya estaba vestida. Me vestí también y recogimos sus pocas pertenencias. Me dijo que se habían llevado su dinero así que fuimos al despacho pero no hubo forma de abrir la caja donde Laira decía que estaba el dinero de Jamal y sus drogas. Cogimos el portátil para revenderlo y las chicas nos dieron el dinero de la recaudación de esa noche y también algo de su propio dinero. Se portaron muy bien, no llamaron a Jamal ni al tío que estaba en la puerta.


Salimos del local a escondidas cuando ellas llamaron al de la puerta a gritos, haciéndose las asustadas. Luego, cogí mi moto y con Laira de paquete, nos fuimos. Tenía miedo por Laira, estaba muy mal y casi no tenía fuerza para agarrarse a mí. Paré en el motel donde solíamos quedar, pero ella dijo:

- Aquí nos van a encontrar muy pronto


Pensé y entonces tuve una idea. Una de las casas que limpiábamos estaba vacía en ese momento, sus dueños estaban en el extranjero. Volvimos a la moto y fuimos a mi casa. Dejé a Laira en la moto y subí rápido. Entré en mi casa silenciosamente y busqué la llave de la casa que sabía que mi madre tenía guardada. Luego, fui a mi habitación y metí en una bolsa de deporte ropa y dinero. También cogí ibuprofeno y lo que encontré para el dolor.


No sabía cuando iba a poder volver. Quise despedirme de mi madre pero ella no lo entendería ni me dejaría irme. Me fui de mi casa llorando.


Luego, llevé a Laira a esa casa y allí estábamos. Laira estaba mal, muy mal. Tenía el cuerpo lleno de moratones, y le dolía respirar. Seguro que tenía costillas rotas o fracturadas. Necesitaba un médico pero ella no quería ir. Le di las pastillas para el dolor. Entonces me dijo:

- Mañana llama a mi amiga Silvia, la que te conté que la ayudé con el novio de Carmen

- ¿Para qué?

- Ella sabrá que hacer, es una mujer muy lista, y también está Carlos… Ellos nos ayudarán, seguro

- Va… vale

- Es el contacto que pone Pizza en mi móvil


Y se durmió. Me acosté a su lado abrazándola con cuidado y lloré en silencio.​
me tienes totalmente enganchado!! para mi un 10 tus relatos @FranRel 💕
 

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