Cornudos consentidos. [Fotos y experiencias]. [CERRADO temporalmente. El presente hilo NO está en la sección de "Contactos" y NO es para contactar]

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LAS REGLAS

Ya conté en los primeros capítulos cómo mi mujer se fue emputeciendo y haciéndome al mismo tiempo cada vez más cornudo. Cuando me confesó su primera infidelidad y aseveró con firmeza que pensaba seguir siéndome infiel decidimos establecer una serie de reglas en las que por un lado estuviéramos cómodos los dos y por otro nos satisfacieran igualmente.

Decir que ella jugó con ventaja, se aprovechó de que fue evidente que a mí me excitaba esa situación y jugó sus cartas sabiendo que me podía mucho más el morbo y que acabaría aceptando sus condiciones sin apenas rechistar. Fue como un "o lo tomas o lo dejas" que yo tuve que asumir.

Por ejemplo, una de las cosas en las que no cedió fue en que yo insistí en que me gustaría estar presente en alguno de sus encuentros con alguno de sus amantes cuando fuera posible. Sin embargo fue imposible convencerla, en primer lugar alegó que le daba vergüenza planteárselo ni tan siquiera al macho de turno y que además no creía que a ninguno le hiciera gracia que yo estuviera presente. Por otro lado, ella no se encontraría cómoda sabiendo que yo la estaba mirando, aunque no participase, y tampoco se sentiría desinhibida para dar rienda suelta a sus deseos y fantasías sexuales.

De modo que no me quedó más remedio que aceptar el hecho de que me quedaría con las ganas de ver a mi esposa follando con otros tíos por más que yo lo desease. En lo que si estuvimos de acuerdo fue en que me contaría con el máximo detalle posible todo lo que había sucedido en cada una de sus citas y que igualmente trataría de documentarlo siempre que pudiera, o bien haciéndose fotos o grabando vídeos o audios que me iría mandando mientras estaba con el tío o que compartiríamos juntos después. También procuraría mantenerme informado mediante mensajes antes, durante y después de cómo iban transcurriendo esos encuentros.

Otra condición que impuse yo es que no se podía enrollar con tíos que fueran de nuestra localidad o conocidos por ambos. Su primer amante sí que había sido del pueblo y ya no había vuelta atrás, pero una vez que se acabó esa relación, a partir de entonces se los tendría que buscar fuera. Lo cierto es que no puso ningún inconveniente en esta norma ya que su amiga, con la que se juntó después para salir a ligar o quedar con hombres, era lo que hacía habitualmente.

Tampoco puso pegas en que no se podía traer a ningún rollo a nuestra casa. Eso no era problema alguno ya que si se liaba con alguien que no vivía donde nosotros residimos difícilmente se lo podía traer al piso.

Sobre lo que sí estuvimos debatiendo largo rato fue sobre si usar condón o no. A mí mujer le gusta hacerlo a pelo y a mí me ponía mucho que follara así con desconocidos. Lógicamente ella tomaba la píldora y aunque no existía el riesgo de quedarse embarazada sí que cabía la posibilidad de contraer alguna ETS. Tras mucho meditar decidimos asumir los riesgos y quedaría en manos de sus ligues la decisión de si usaban goma o no. De hecho, mi mujer nunca ha comprado preservativos y jamás llevaba ninguno preparado en el bolso por si acaso saltaba la sorpresa.

Una condición que impuso ella fue respecto al sexo anal. Nosotros lo habíamos intentado alguna vez pero ante los quejidos de ella cada vez que lo hacíamos desistimos de practicarlo. Sin embargo su primer corneador sí que consiguió desvirgarle por completo su culito y a pesar del dolor de las primeras veces al final consiguió cogerle el gusto y hasta convertirla casi en una adicta. Ya he comentado antes por ahí que a mi mujer le gusta terminar una buena follada con una enculada. De este modo, el culo de mi esposa quedó prohibido para mí. Me jodió un poco pero saber que hacía cosas con otros tíos que no practicaba conmigo aumentaba mi excitación. Decir que el sexo anal no fue la única práctica ni experiencia de la que tuvieron la exclusiva de gozar sus machos desde entonces, con el tiempo fue practicando nuevas cosas desconocidas por mí que ya iré desvelando.

Otra norma que impuse yo y en la que ella estuvo de acuerdo era que nuestra vida cotidiana, y sobre todo sexual, no se debía de ver afectada, por ello las relaciones tendrían que ser sin compromiso y alejadas de sentimientos fuera del sexo, se trataba de follar por follar y nada más.

Y básicamente estas fueron las reglas que nos impusimos ambos para que ella disfrutara libremente del sexo y yo aceptara mi condición de cornudo. Pensaréis que yo salí perdiendo en esta negociación y es más que probable que sea así pero lo cierto es que lo disfruté muchísimo, lógicamente ella lo disfrutó mucho más sin duda alguna.

Solo añadir que estas normas se cumplieron así como estaban estipuladas durante un largo tiempo pero con el paso de los años fuimos, más bien fue ella, relajando alguna, modificando o añadiendo otras o simplemente mi mujer se las fue saltando de forma unilateral pero eso ya es material para contar más adelante.
Espero que sigas contando
 
LAS REGLAS

Ya conté en los primeros capítulos cómo mi mujer se fue emputeciendo y haciéndome al mismo tiempo cada vez más cornudo. Cuando me confesó su primera infidelidad y aseveró con firmeza que pensaba seguir siéndome infiel decidimos establecer una serie de reglas en las que por un lado estuviéramos cómodos los dos y por otro nos satisfacieran igualmente.

Decir que ella jugó con ventaja, se aprovechó de que fue evidente que a mí me excitaba esa situación y jugó sus cartas sabiendo que me podía mucho más el morbo y que acabaría aceptando sus condiciones sin apenas rechistar. Fue como un "o lo tomas o lo dejas" que yo tuve que asumir.

Por ejemplo, una de las cosas en las que no cedió fue en que yo insistí en que me gustaría estar presente en alguno de sus encuentros con alguno de sus amantes cuando fuera posible. Sin embargo fue imposible convencerla, en primer lugar alegó que le daba vergüenza planteárselo ni tan siquiera al macho de turno y que además no creía que a ninguno le hiciera gracia que yo estuviera presente. Por otro lado, ella no se encontraría cómoda sabiendo que yo la estaba mirando, aunque no participase, y tampoco se sentiría desinhibida para dar rienda suelta a sus deseos y fantasías sexuales.

De modo que no me quedó más remedio que aceptar el hecho de que me quedaría con las ganas de ver a mi esposa follando con otros tíos por más que yo lo desease. En lo que si estuvimos de acuerdo fue en que me contaría con el máximo detalle posible todo lo que había sucedido en cada una de sus citas y que igualmente trataría de documentarlo siempre que pudiera, o bien haciéndose fotos o grabando vídeos o audios que me iría mandando mientras estaba con el tío o que compartiríamos juntos después. También procuraría mantenerme informado mediante mensajes antes, durante y después de cómo iban transcurriendo esos encuentros.

Otra condición que impuse yo es que no se podía enrollar con tíos que fueran de nuestra localidad o conocidos por ambos. Su primer amante sí que había sido del pueblo y ya no había vuelta atrás, pero una vez que se acabó esa relación, a partir de entonces se los tendría que buscar fuera. Lo cierto es que no puso ningún inconveniente en esta norma ya que su amiga, con la que se juntó después para salir a ligar o quedar con hombres, era lo que hacía habitualmente.

Tampoco puso pegas en que no se podía traer a ningún rollo a nuestra casa. Eso no era problema alguno ya que si se liaba con alguien que no vivía donde nosotros residimos difícilmente se lo podía traer al piso.

Sobre lo que sí estuvimos debatiendo largo rato fue sobre si usar condón o no. A mí mujer le gusta hacerlo a pelo y a mí me ponía mucho que follara así con desconocidos. Lógicamente ella tomaba la píldora y aunque no existía el riesgo de quedarse embarazada sí que cabía la posibilidad de contraer alguna ETS. Tras mucho meditar decidimos asumir los riesgos y quedaría en manos de sus ligues la decisión de si usaban goma o no. De hecho, mi mujer nunca ha comprado preservativos y jamás llevaba ninguno preparado en el bolso por si acaso saltaba la sorpresa.

Una condición que impuso ella fue respecto al sexo anal. Nosotros lo habíamos intentado alguna vez pero ante los quejidos de ella cada vez que lo hacíamos desistimos de practicarlo. Sin embargo su primer corneador sí que consiguió desvirgarle por completo su culito y a pesar del dolor de las primeras veces al final consiguió cogerle el gusto y hasta convertirla casi en una adicta. Ya he comentado antes por ahí que a mi mujer le gusta terminar una buena follada con una enculada. De este modo, el culo de mi esposa quedó prohibido para mí. Me jodió un poco pero saber que hacía cosas con otros tíos que no practicaba conmigo aumentaba mi excitación. Decir que el sexo anal no fue la única práctica ni experiencia de la que tuvieron la exclusiva de gozar sus machos desde entonces, con el tiempo fue practicando nuevas cosas desconocidas por mí que ya iré desvelando.

Otra norma que impuse yo y en la que ella estuvo de acuerdo era que nuestra vida cotidiana, y sobre todo sexual, no se debía de ver afectada, por ello las relaciones tendrían que ser sin compromiso y alejadas de sentimientos fuera del sexo, se trataba de follar por follar y nada más.

Y básicamente estas fueron las reglas que nos impusimos ambos para que ella disfrutara libremente del sexo y yo aceptara mi condición de cornudo. Pensaréis que yo salí perdiendo en esta negociación y es más que probable que sea así pero lo cierto es que lo disfruté muchísimo, lógicamente ella lo disfrutó mucho más sin duda alguna.

Solo añadir que estas normas se cumplieron así como estaban estipuladas durante un largo tiempo pero con el paso de los años fuimos, más bien fue ella, relajando alguna, modificando o añadiendo otras o simplemente mi mujer se las fue saltando de forma unilateral pero eso ya es material para contar más adelante.
Qué morbo me då leer estás situaciones.
 
Ya seguirás compartiendo experiencias, menuda hembra, como nos pones... Y nunca le has propuesto de hacer un trío??
 
Otro ejemplo de lo que me mandan la mujer y el corneador. Por cierto, que el macho follador también es miembro del foro. Ha sido idea de él que yo entre el este hilo con el consentimiento de mi mujer
Me encantaría reventarle ese coño
 
NOTA DE MODERACIÓN

Hola a todos, tras consensuarlo con @Voro41, creador de este hilo, se ha decidido mover este hilo, creado con el propósito de mostrar y contar vuestras experiencias propias acerca de la temática del hilo, a la sección de "Fotos y vídeos nuestros"

Tanto las fotos sacadas de internet, como las respuestas que hacían referencia a ellas, se han trasladado a otro hilo de nueva creación en la sección de "Porno casero", porque si bien este hilo devino en uno mas bien de contenido propio, en el primer post creo que no se expresó claramente este requisito. Por lo tanto no parecía justo eliminar ese contenido sin mas.

También, y aprovechando que se comunica esto, me gustaría decir que este hilo, como queda bien claro en su título, versa sobre la temática cornudos, por favor no lo convirtáis en uno para simplemente mostrar a vuestras mujeres. Ya existen varios hilos para esto: "Nuestras parejas, Solo reales amateur", "Enseñemos lo que tenemos en casa", "Enseñemos chochete nosotras", "Tetas de nuestras mujeres", etc...



Por último, me gustaría darle las gracias a @Voro41, por su predisposición a cambiar este hilo de sección, creo que esto es bueno para tener un foro más ordenado.
Un saludo.
 
Mi mujer recordándome cuando me hacia un buen cornudo
Una mujer para inundarla de placer por cada rincón de su cuerpo.Como se agradece vuestra generosidad fotográfica,la excitación está asegurada con tu hermosa y morbosa mujer.Una mujer para inundarla de placer por cada rincón de su cuerpo.Como se agradece vuestra generosidad fotográfica,la excitación está asegurada con tu hermosa y morbosa mujer.
 
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