Creo que en mayor o menor medida podemos hablar de que en este mundo, el equilibrio entre excitación y humillación son las dos caras de la misma moneda.
Esto me lleva al café y charla previo con el chico al que elegimos para estar con mi mujer, fue una hora se charla en el que el se centro de manera casi exclusiva en que tipo de mujer era mi esposa y que le gustaba pero sobre todo en los límites que me ponía en la cama y que es lo que no le gustaba, su interés me dijo que era puramente para no hacerla sentirse incómoda, pero posteriormente te das cuenta que, sin saberlo, le estás marcando los objetivos y lo que tú crees que pones de límite es una meta.
En el vídeo se ve perfectamente que el macho la fue preparando llevándola a un nivel de excitación muy alto y cuando la vio preparada y lógicamente fue muy habilidoso en eso, con bastante firmeza se saltó el que el sabía que era el que con más insistencia le habia dicho que ella no toleraba. El tema no era el hecho de que lo hubiera conseguido por el hecho físico, el tema es que lo había hecho sin que ella pusiera ninguna resistencia y se notara una muestra de desacuerdo, es más , después de ver el vídeo esboza una pequeña sonrisa y sus gemidos aumentaron de intensidad porque él empezó a darle mucho más fuerte.
En ese momento y sobre todo cuando él mira a la cámara un instante como diciéndome: ¿Que es lo que no le gustaba? ¿Cuál era el límite?, me sentí realmente humillado y furioso.
Evidentemente el chico era un macho dominante con experiencia y como tal me tenía que demostrar su supremacía.
Sí hubiera estado presente y con más tiempo, es muy probable que hubiera asaltado todas las líneas rojas sin oposición de mi mujer, que por su cara lógicamente estaba entregado completamente.
Un saludo.