El Fruto Prohibido. ( Continuación - 390 )
Nos sentamos en el sofá del salón, uno pegado al otro, y pusimos la televisión tratando de encontrar algo interesante que ver; y así fue que dimos con una película ya empezada, uno de los clásicos del cine negro americano de mediados de los cincuenta.
Carmen se agarró a mi brazo y se acurrucó toda contra mi.
----- Achucame... ----- susurró.
Sonreí, y pasando mi brazo por su espalda la apreté aún más contra mi. Nos miramos y nos fuimos acercando hasta que unimos nuestros labios en un cálido y sensual beso cargado de sentimiento.
Repetimos y repetimos los besos con más intensidad hasta que nuestras lenguas se encontraron; así comenzamos un húmedo juego de sensaciones que poco a poco nos fue calentando y calentando.
Mientras nos besábamos nos íbamos tocando y acariciando como desesperados, desahogando el hambre que teníamos el uno por el otro, tras no habernos visto durante esos cuatro días que estuve ausente; así llegó un momento en que nuestro calentamiento llegó a un punto en que ya no aguantamos más. Apagamos la televisión, y tras ponerme en pié agarré su mano y la levanté también. A continuación la tomé en mis brazos y la llevé hasta el cuarto, donde suavemente la dejé sobre la cama.
Luego me tumbé a su lado, y tras abrazarnos nos continuamos besando como posesos y con una desesperación, como si se fuese a terminar el mundo.
Nos separamos un momento y nos dimos un poco de tregua para tomar aire.
----- Ufffff.... que ganas tenía de esto. ---- susurró.
Sonreí y le hice un gesto de complicidad, y así comencé a quitarle la ropa hasta que dejé libres esas hermosas tetas con que estaba dotada. Las contemplé unos segundos percibiendo lo ricas y apetecibles que se mostraban... Y así me lancé a por ellas como un poseso y comencé a lamérlas despacio y de manera suave, agarrándolas por la base del seno, acariciándolas y amasándolas; de esa manera las fui comiendo y saboreando, mientras que ella me agarraba por la nuca y me apretaba contra las mismas, incitándome a que se las devorase; a lo cual me dedique durante un buen rato, mientras ella gemía y jadeaba, a la vez que me decía que las disfrutase porque esas sus estupendas tetas eran para mi.
Y tras estar un buen rato disfrutando y recreándome con sus atributos pectorales, le fui quitando el resto de la ropa que aún llevaba puesta, y así la dejé solo con un hermoso tanga en color morado que llevaba puesto. Tras ello me fui quitando la ropa también, hasta quedarme solo con el slip.
Nuevamente me tumbé a su lado, y tras abrazarnos, volvimos a juntar nuestras bocas en otro cálido beso con el que volvimos a chocar nuestras lenguas, hasta enredárlas en en otro húmedo juego de sensaciones. Y así nos fuimos tocando y acariciando en ese juego de sensaciones que cada vez iba ganando intensidad, mientras que con mis manos seguí a garrando y amasando sus estupendas tetas que lucían con su máximo esplendor, mientras nos continuábamos besando con suaves y cálidos que cada vez iban ganando en intensidad y sensualidad.
Poco después fui bajando mi mano por su torso, mientras iba acariciando su suave piel y disfrutando de esa agradable sensación que me transmitía su tacto; y así fue que no tarde en llegar hasta su cintura donde me encontré con ese bonito tanga que aún llevaba puesto y que también le sentaba... Con los dedos aparté la goma y avancé por el interior acariciando su pubis hasta que llegué a su hermoso coño, el cual se lo agarré con suavidad y lo acaricié con ternura; ese magnifico coño con que estaba dotada y del que disfrutaba a tope cada vez que me lo entregaba.
Lo tenía bien rasurado, como era habitual en ella, y así me transmitía esa maravillosa sensación cada vez que se lo agarraba y acariciaba, disfrutando de aquel tacto especial que me volvía loco, y que me sumergía en una maravillosa y empalagosa sensación de lujuria... Uhhhmmmm....!!!!
Suavemente se lo agarraba y acariciaba sin parar, mientras nos besábamos y chocábamos nuestras lenguas, en un juego de sensaciones que no parecía tener fin.
Y en medio de todo, ella no paraba de susurrarme:
----- Dioooosssss... Ay mi amor, como me gusta esto que me haces
Entonces separé sus labios externos, que los tenía bien hinchados, y tras abrirle la raja que ya estaba bien humedecida, fue que comencé a recorrérsela con mi dedo, y cada vez que rozaba su ya hinchado clítoris, soltaba un profundo suspiro de placer.
Y así no paraba de susurrarme:
----- Ay mi amor... más, quiero más...
Cada vez le iba pasando el dedo con más intensidad, mientras que ella seguía susurrando:
----- Uhhhhhmmmmm.... Pero que me haces... Dioooossss...
----- ¿ Te gusta ? ----- le pregunté.
----- Si, si... me gusta mucho... Uhhhmmmm... como me gusta esto que me haces...
Y a continuación me pedía:
----- Sigue, sigue... no pares mi amor, no pares.
Y poco después, en medio de aquellas maniobras de placer que le estaba aplicando, fue que intercambiamos una sugerente mirada, que conociéndonos como nos conocíamos, la supe interpretar... Y más o menos me decía que no demorase más y que se la metiera ya.
Agarré su tanga por los laterales y con su ayuda se lo fui quitando poco a poco, a la vez que también me bajaba el slip y dejaba libre mi miembro que se mostraba bien duro y erguido, preparado para la batalla que se le presentaba.
Lo agarró con suavidad, y tras apretarlo le dio un par de meneos y susurró:
----- Uhhhhhhmmmm... como lo tienes.
----- Para ti. ----- le dije.
Y entonces me pidió:
----- Lo quiero dentro, y lo quiero ya.
Acto seguido separé sus piernas y me coloqué en medio tomando posición, a la vez que ella las elevaba y las apoyaba en mis hombros, quedando en una posición ideal para le penetración que le iba a hacer.
Así agarré mi duro y empalmado miembro y lo dirigí hacia su hermoso y hambriento coño, que todo húmedo estaba pidiendo guerra sin cuartel. Se lo puse en la entrada y poco a poco se lo fui introduciendo en su encharcada vagina, de la cual fui tomando posesión una vez más, mientras que ella me recibía con los ojos cerrados y mordiéndose el labio inferior mientras soltaba profundos suspiros de placer.
Una vez que se lo introduje por completo hasta el final del tronco; nos miramos a los ojos y ella con un gesto me dio a entender que comenzase ya. Y así fue que suavemente comencé a frotar mi pelvis contra la suya, haciendo que mi duro y erguido miembro se fuera deslizando en su interior, recorriéndolo por completo en un rítmico mete y saca que cada vez ganaba más intensidad, en medio de esos pequeños gemidos de placer que ella iba soltando.
Y así, según iba aumentando el ritmo de mis embestidas poniendo más y más ímpetu en las misma, ella no paraba de gemir y jadear de placer, de ese placer que le provocaban mis embestidas.
De esa manera me pedía y susurraba:
----- Sigue, sigue... No pares mi amor... Más, quiero más... Dame más.
En esta postura con sus piernas alzadas y apoyadas sobre mis hombros, conseguía hacerle unas penetraciones bien profundas que la llevaban a un éxtasis total, mientras que sus tetas se bamboleaban al ritmo de esas embestidas que le estaba aplicando y que la estaban llevando a un grado supremo de placer.
Poco después, cuando llegamos al orgasmo, la avisé y comencé a bombearle dosis abundantes de mi semen que iban inundando su interior, que como siempre iba recibiendo con profundos y cortos gemidos, mientras mezclaban con sus jugos y esencias internas, dejando su vagina bien regada con mi semilla.
Mi ritmo fue decayendo, y cuando me detuve me dejé caer sobre ella, que me acogió en sus brazos abrazándome con fuerza mientras nos besábamos con profundidad y pasión, mientras continuabamos acoplados despues de tan magnifico polvo que nos habíamos marcado.
Nos separamos para tomar aire y ella susurró:
----- Uooooohhhh....!!!! Que polvazo.
----- Siiii... intenso. ----- le dije.-
----- Y apoteosico...
----- Total, apoteosico total.
----- Diooossss... Como lo necesitaba.
----- Y yo, y yo.
Y así estuvimos una rato más acoplados, acariciándonos y besándonos con pequeños besos cargados de sensualidad.
Un poco más tarde nos desacoplamos y tras salir de la cama, fuimos al baño agarrados de la mano hasta el baño, donde nos fuimos aseando para ya irnos a dormir.
Una vez que regresamos al cuarto nos metimos de nuevo en la cama y nos tapamos bien con el nórdico ya que hacía bastante frío y no queríamos que nos afectase durante el sueño.
Ella se agarró a mi y yo la apreté entre mis brazos, sintiendo sus estupendas tetas apretadas contra mi pecho.
En esas sonrió y me dijo:
----- Ay mi amor, como te eché de menos.
----- Y yo a ti.
----- Y como se me hicieron de largos estos cuatro días.
Sonreí y le dije:
----- Como te he dicho antes, a partir de ahora no iré a ningún sitio sin ti.
Sin más le pedí que nos durmiésemos ya; al día siguiente teníamos que trabajar y seguramente que nos esperaba un día movido y agitado. Y así abrazados, nos besamos unas cuantas veces más hasta que apagué la luz y poco después nos quedamos profundamente dormidos. Yo debí caer primero porque estaba realmente cansado.
Al día siguiente me despertó la alarma del reloj; según abrí los ojos vi que Carmen dormía plácidamente boca abajo y pegada a mi; su brazo lo tenía extendido sobre mi pecho. Suavemente se lo retiré y agité su hombro suavemente tratando de despertarla.
Se removió levemente, y con voz tenue me dijo:
----- Que pasa.
----- Que ya es la hora.
Y viendo que no se inmutaba insistí:
----- Venga, hay que levantarse. Ya es hora de ir moviendose.
----- Jodeeeerrr... que putada. ----- susurró.
Me reí y le dije:
----- Si, es una putada, pero tenemos que currar, no vivimos del aire.
Si más encendí la lampara que tenía sobre la mesilla y me eché hacia mi lado, quedando sentado sobre el lateral de mi cama. Me restregué los ojos, y tras un bostezo y estirarme, me puse en pié. Me acerqué a Carmen por el otro lado, y agarrando su mano fui tirando de ella hasta que conseguí ponerla en pié.
----- Venga, vamos para arriba. ----- le decía.
Y ella protestaba diciendo:
----- Joder, vale... vale... hostias.
Me reí y una vez que conseguí que se sentase en el borde de la cama le dije:
----- Espabílate que nos vamos al baño ya.
----- Ve tu, que ya voy yo.
----- No, no... tu te vienes conmigo. No me fío de ti.
----- ¿ Que no te fías ?
----- No, no me fío.
----- ¿ Por que ?
----- Porque te conozco y se que si tedejo aquí sola te vuelves a dormir.
Empezó a reírse mientras que tomaba su mano de nuevo, y tirando de ella la puse en pié. Y así agarrados de la mano nos fuimos al baño donde nos aseamos para después vestirnos y prepararnos para ir al trabajo; yo terminé antes que ella y allí la dejé maquillándose.
Regresé al cuarto y comencé a vestirme con un atuendo sport, aprovechando que David aún no había regresado. tras ello me fui a la cocina, donde me puse a preparar café para Carmen y té para mi; también preparé unas tostadas con mermelada y mantequilla, más un par de zumos, y del frigorífico saqué unas piezas de fruta con las que rematar.
Justo cuando estaba terminando, Carmen apareció por la puerta ya vestida; se había puesto unos blue jeans de marca bien ajustados y apretados que marcaban su estupendo trasero, y una blusa con un jersey oscuro de lana por encima.
Toda sonriente se abrazó a mi, mientras despedía la esencia de su perfume habitual; la acogí apretándola entre mis brazos.
----- Ayyyy... cuanto vales mi amor. ----- me dijo.
Nos miramos y nos besamos cálidamente en los labios, tras lo cual le dije:
----- Para que veas lo que vas a ganar.
Alzó la mirada con una expresión risueña y me dijo:
----- Que ganas tengo de vivir contigo.
----- Y yo.
Nos volvimos a besar de nuevo, y a continuación nos pusimos a desayunar.
Y tras desayunar, agarré mi portátil y ella su carpeta; me puse un anorak y ella un abrigo de lana largo y oscuro. Y una vez listos bajamos al garaje, donde tomamos el coche y salimos poniendo rumbo al trabajo, donde hacía ya pasaban cuatro días que no hacíamos acto de presencia.
Continuará......................................................