Entre los sueños y la realidad....entre las sombras y la luz...

Llevo unos días en la que mis sueños siempre sales tú....siempre son tus besos los que sueño.....siempre es tu mirada la que me hace temblar de emoción...siempre es tu voz la que me me hace imaginar....sueño con estar dentro de ti, sueño con sentir como tú coño aferra mi polla y tira de mi......
 

Archivos adjuntos

  • IMG_20240409_111839.jpg
Ni con todas las palabras que existen podría describir cuanto te deseo.....
Y si juntaras todas esas palabras, no describirian lo que tú me haces sentir cuando imagino que eres Mía.
Porque el deseo que siento por ti es aún mayor.
 

Archivos adjuntos

Última edición:
Llevo unos días en la que mis sueños siempre sales tú....siempre son tus besos los que sueño.....siempre es tu mirada la que me hace temblar de emoción...siempre es tu voz la que me me hace imaginar....sueño con estar dentro de ti, sueño con sentir como tú coño aferra mi polla y tira de mi......
Soñar es maravilloso....voy a ver si sueño que vas entrando poco a poco dentro de mi....
 
Soñar es maravilloso....voy a ver si sueño que vas entrando poco a poco dentro de mi....
Buenos días,
Pues es un sueño muy bonito... Poco a poco disfrutando de todas las sensaciones que en ese momento se desatarían....
Me encanta tu sueño....... Me encanta soñar....soñamos juntos?
Besos 💋💋💋 💋.
 
Última edición:
Hola Marranita09,

Me encanta saber que podemos soñar juntos, podemos crear y tener ese lugar especial donde coincidir. Me fascina pensar en esos sueños que podríamos compartir, como una "película" que escribimos juntos, escena por escena.
Cada vez que pienso en esos momentos, me imagino un juego de miradas que dice más de mil palabras. Y sí, esos sueños siempre tienen un toque mágico, un toque que nos deje sin aliento.
Y tú, ¿qué escenas te gustaría añadir a nuestra "película" soñada? ¿Hay algún lugar o momento que quieras explorar en nuestros sueños compartidos?
 
La luz tenue apenas alcanza a iluminar el desorden de mi camisa desabrochada, y no puedo evitar imaginarla en ti. Grande, un poco descuidada, abrazando tus hombros mientras juegas con los botones, cerrándola y abriéndola, como si el simple roce del tejido en tu piel contara una historia que solo tú y yo entendemos. Y pienso en cómo cada gesto tuyo, cada movimiento, podría ser un preludio de algo más profundo, más nuestro.

La copa que sostengo entre mis dedos podría estar en los tuyos. Imagino cómo la levantarías con cuidado, cómo el cristal tocaría tus labios antes de beber. Pero no es el vino lo que quiero probar. Es ese momento de pausa, esa forma en que cierras los ojos por un instante, dejando que el sabor se quede contigo. Porque sí, lo que quiero es quedarme también, en tu memoria, en tu piel, en tu forma de respirar cuando estás cerca de mí.

Pienso en tus manos. En cómo recorrerían los pliegues de esta camisa que llevo puesta, desabrochando cada botón con esa calma que puede desarmarme por completo. No hay prisa, solo el ritmo que marcas, dejándola caer poco a poco, como si fuera un ritual entre nosotros. Y cuando la camisa ya no esté, cuando quede olvidada en algún rincón, sabré que no hay nada más importante que lo que sigue, lo que tú decidas.

No quiero solo que me mires; quiero que sientas cómo te miro. Que cada mirada mía sea un roce invisible que te erice la piel, que te haga sentir viva, deseada, en control y a la vez perdida. Quiero que sientas cómo el tiempo se detiene, cómo cada segundo pesa entre nosotros, cómo el silencio dice lo que las palabras no alcanzan.

Todo esto, esta escena que ves, no es casualidad. El nudo flojo de mi corbata, el desaliño de mi ropa, es un lenguaje silencioso que te invita. Una forma de decirte: “Aquí estoy, listo para ser desordenado por ti, para que tomes lo que quieras, para que dejes tu huella.” Porque sé que lo harás. Y quiero que lo hagas.

Quizá te susurre algo al oído. Algo que no deberías escuchar, pero que no podrás olvidar. O tal vez solo me quede en silencio, dejando que mi presencia lo diga todo. Porque, aunque puedo ser atrevido, incluso descarado, también quiero que sepas que hay algo más allá de eso. Quiero que sientas que no es solo un juego, que hay un deseo genuino de verte perderte en este momento, en este espacio que hemos creado.

Y cuando decidas dejarte llevar, cuando todas las dudas se desvanezcan, prometo que no quedará nada más que tú y yo. El resto del mundo desaparecerá. Solo quedaremos nosotros, explorando cada rincón, cada suspiro, cada latido. No es solo cuestión de deseo. Es cuestión de que entiendas que, aquí y ahora, no hay nada más importante que tú.

Dime, ¿qué sientes al imaginarlo? Porque yo lo tengo claro: no hay mayor placer que descubrirte, una y otra vez, como si cada momento contigo fuera el primero. Como si cada palabra, cada mirada, fuera un secreto que solo nosotros compartimos.
 

Archivos adjuntos

Y de repente me acerco a tu oído, susurrando:
—¿Qué sientes al saber que nuestras fantasías están a punto de volverse realidad? ¿Qué sientes al tener mis labios rozando tu piel, al saber que estamos tan cerca que el latido de mi corazón vibra en tu pecho?

Sé lo que responderías, pero lo que realmente quiero es descubrir tu reacción, explorar lo que provocan mis manos cuando se posan en tu cintura, cómo se transforma tu respiración al sentir mis dedos deslizándose lentamente por las curvas de tu cuerpo.

Con calma, sin prisas, dejo que mis manos acaricien y memoricen cada detalle, cada contorno, buscando esas miradas que me revelan tus secretos, esos suspiros que nacen sin querer, y la manera en que tu piel responde, como si el lenguaje entre nosotros no necesitara palabras.

Es un juego entre lo que imagino y lo que descubro. Entre tu mente y mi deseo. Y en este instante, todo se reduce a una sola verdad: quiero que sientas cómo te leo, cómo te entiendo, y cómo te deseo...
 

Archivos adjuntos

"Una camiseta que abraza, unos brazos que invitan y una postura que dice: 'Acércate, si te atreves'. Pero cuidado... entre lo que ves y lo que puedes imaginar, hay un juego peligroso. ¿Existe alguna curiosidad tan audaz como para cruzar ese límite?"
 

Archivos adjuntos

Hoy me apetece colmarte de sensaciones, de sensaciones nunca antes sentidas....
Hoy me apetece encontrarte en la cama, con tu sensual lencería blanca, esperando a tu amante. Hoy me apetece acariciarte muy despacio, mientras beso tú cuello, tus hombros y tus brazos, me apetece comenzar muy despacio, buscando y encontrando cada una de tus zonas erógenas, mientras no dejo de besarte, mientras mis labios no se separan de tu cuello, sentir el tacto de tu lencería en la llema de mis dedos, sentir el calor de tu pecho mientras recorro todo su contorno, como respiras como reaccionas, recorrer tu cuello mientras sientes el roce de mis dedos subiendo y bajando por tu canalillo, como mis dedos dan circulos por tu pecho, por su contorno, siempre al mismo ritmo, para que te relajes completamente, para que disfrutes más, a n sobresaltos, tan solo tus sensaciones, sentir tu respiración, besar tus labios, acariciar tu cintura y tus caderas, hacer que tú cuerpo de forma involuntaria se mueva al ritmo de mis caricias.
Hoy me apetece cocinar a fuego lento, sin prisas, preparando a conciencia cada paso que de, sin dejar de mirarte a los ojos, sin dejar de sonreírte, sin dejar de prestarte toda mi atención. Comenzar a acariciar tus piernas a la vez que doy besos suaves por tus clavículas, bajando entre tus pechos, repartiendo besos a ambas, besar tus aureolas, todo su contorno, cada vez más cerca de tus pezones, subir de nuevo a tu cuello, bajar más suave y despacio que antes, sin dejar de sentir la suavidad de mis dedos por tus muslos, tu rodilla, subiendo despacio hasta tu ingle, rozar tu pubis, para bajar por tú otra ingle, besar tu ombligo y tu cintura, justo hasta llegar al elástico de tu lencería, volver a subir mientras mis manos acarician tu cabello y tu nuca, hasta llegar a tus labios y besarlos, besos suaves, succionando suavemente tu labios inferior para besar tu cuello, seguir besándote, mientras sientes como bajo de nuevo, pasando entre tú pecho, siguiendo su contorno, todo su contorno, que sientas mi aliento a través de tu lencería, que tú cuerpo no desee despegarse de mis labios, sigo bajando por tu vientre, tu cintura, tu ombligo, beso cada mm de tus ingles, paso de una a otra justo por encima de tu clítoris, pero sin rozarlo, tan solo mi aliento cálido, despertando lo poco a poco, sin dejar de mirarte a los ojos, cojo una de tus piernas y comienzo a besarla, hasta llegar a tus gemelos, sentir que tus piernas no pueden resistirse, empezar por una de ellas y pasar a la otra, con ese momento justo en el que sientes mi aliento sobre tu clítoris, mirándote a los ojos para ver tu reacción, para notar en qué punto estás, para que tu mirada me indique la continuación, no dejar de acariciarte mientras me coloco entre tus piernas, masajeando a suave ritmo tu torso por encima de tu lencería, besando tus labios de forma suave. Que sientas que eres la mujer más deseada del mundo, que sentir mis manos colándose por tu lencería haga que tus ojos se abran de par en par por la excitación, por lo que sabes que voy a provocar....
Hoy tengo ganas de hacerte sentir un mundo.....
 

Archivos adjuntos

Hoy me apetece seguir explorándote.....
Llevando cada caricia un paso más allá, pero siempre a tu ritmo, al compás de tus suspiros. Quiero que cada parte de tu cuerpo sepa que está siendo adorada, que cada centímetro de tu piel reciba la atención que merece, sin prisas, sin omitir detalles.
Mis manos se deslizan suavemente por tus muslos, acariciando la suave tela de tu lencería. Siento cómo tu piel se eriza al contacto, cómo tus piernas se entreabren ligeramente, invitándome a seguir explorando. Pero no me apresuro. Mi mirada busca la tuya, quiero ver el brillo en tus ojos, esa mezcla de deseo y rendición que me invita a perderme en ti.
—No te preocupes por nada, solo siénteme —te susurro al oído, dejando que mi aliento roce tu piel.
Mis labios vuelven a buscar los tuyos, en un beso lento, profundo. Cada beso es una promesa, cada caricia es un juramento. Mis manos recorren tu cintura, deslizándose por debajo de la tela, tocando tu piel desnuda, cálida y suave.
Quiero que sientas que el mundo exterior ha desaparecido.
Mis dedos trazan un camino lento por tu espalda, acariciando cada curva, cada línea, mientras mi boca sigue explorando tu cuello y tus hombros. Quiero que sientas cómo mi deseo crece, pero también cómo lo controlo, porque mi prioridad eres tú y solo tú. No hay prisa. Todo sucede a su tiempo.
Me detengo a mirarte de nuevo. Quiero leer en tus ojos cada emoción, cada latido. Mis manos vuelven a tus muslos, esta vez acariciando tu piel desnuda, ascendiendo lentamente, trazando círculos suaves que hacen que tu respiración se acelere.
Siento cómo te arqueas ligeramente bajo mis caricias, cómo tu cuerpo responde sin que puedas evitarlo. Y eso me fascina. Me tomo mi tiempo, rozando tu piel con los labios, dejando pequeños besos que parecen encenderte aún más.
—Eres preciosa... —te susurro, dejando que mis palabras se mezclen con mis besos.
Quiero que cada palabra, cada gesto, cada caricia, te hagan sentir única. Mis manos encuentran el borde de tu lencería y lo deslizan suavemente hacia abajo, sin prisa, siempre observando tus reacciones. Quiero que sientas cómo mis dedos trazan un mapa de tu cuerpo, descubriendo tus secretos, pero siempre con respeto, siempre con deseo de que disfrutes cada segundo.
Voy descendiendo de nuevo, mis labios recorriendo tu vientre, tus caderas, tus muslos. Me detengo justo antes de llegar a donde más me deseas. No por jugar, sino para que sientas que cada segundo es un regalo. Mi aliento roza tu piel, y sé que lo sientes, sé que lo estás esperando. Pero no me apresuro.
Mis labios regresan a tus labios. Quiero verte sonreír, quiero verte relajada, entregada, sabiendo que todo lo que hago es para ti. Porque hoy, solo tú importas.

Hoy, cada parte de ti será celebrada, explorada y adorada....... El único objetivo es hacerte sentir un mundo.....
 

Archivos adjuntos

Última edición:
Hoy me apetece colmarte de sensaciones, de sensaciones nunca antes sentidas....
Hoy me apetece encontrarte en la cama, con tu sensual lencería blanca, esperando a tu amante. Hoy me apetece acariciarte muy despacio, mientras beso tú cuello, tus hombros y tus brazos, me apetece comenzar muy despacio, buscando y encontrando cada una de tus zonas erógenas, mientras no dejo de besarte, mientras mis labios no se separan de tu cuello, sentir el tacto de tu lencería en la llema de mis dedos, sentir el calor de tu pecho mientras recorro todo su contorno, como respiras como reaccionas, recorrer tu cuello mientras sientes el roce de mis dedos subiendo y bajando por tu canalillo, como mis dedos dan circulos por tu pecho, por su contorno, siempre al mismo ritmo, para que te relajes completamente, para que disfrutes más, a n sobresaltos, tan solo tus sensaciones, sentir tu respiración, besar tus labios, acariciar tu cintura y tus caderas, hacer que tú cuerpo de forma involuntaria se mueva al ritmo de mis caricias.
Hoy me apetece cocinar a fuego lento, sin prisas, preparando a conciencia cada paso que de, sin dejar de mirarte a los ojos, sin dejar de sonreírte, sin dejar de prestarte toda mi atención. Comenzar a acariciar tus piernas a la vez que doy besos suaves por tus clavículas, bajando entre tus pechos, repartiendo besos a ambas, besar tus aureolas, todo su contorno, cada vez más cerca de tus pezones, subir de nuevo a tu cuello, bajar más suave y despacio que antes, sin dejar de sentir la suavidad de mis dedos por tus muslos, tu rodilla, subiendo despacio hasta tu ingle, rozar tu pubis, para bajar por tú otra ingle, besar tu ombligo y tu cintura, justo hasta llegar al elástico de tu lencería, volver a subir mientras mis manos acarician tu cabello y tu nuca, hasta llegar a tus labios y besarlos, besos suaves, succionando suavemente tu labios inferior para besar tu cuello, seguir besándote, mientras sientes como bajo de nuevo, pasando entre tú pecho, siguiendo su contorno, todo su contorno, que sientas mi aliento a través de tu lencería, que tú cuerpo no desee despegarse de mis labios, sigo bajando por tu vientre, tu cintura, tu ombligo, beso cada mm de tus ingles, paso de una a otra justo por encima de tu clítoris, pero sin rozarlo, tan solo mi aliento cálido, despertando lo poco a poco, sin dejar de mirarte a los ojos, cojo una de tus piernas y comienzo a besarla, hasta llegar a tus gemelos, sentir que tus piernas no pueden resistirse, empezar por una de ellas y pasar a la otra, con ese momento justo en el que sientes mi aliento sobre tu clítoris, mirándote a los ojos para ver tu reacción, para notar en qué punto estás, para que tu mirada me indique la continuación, no dejar de acariciarte mientras me coloco entre tus piernas, masajeando a suave ritmo tu torso por encima de tu lencería, besando tus labios de forma suave. Que sientas que eres la mujer más deseada del mundo, que sentir mis manos colándose por tu lencería haga que tus ojos se abran de par en par por la excitación, por lo que sabes que voy a provocar....
Hoy tengo ganas de hacerte sentir un mundo.....
Es una delicia verte y leerte, gracias
 
Hoy me desperté con una fantasía de seducción...una seducción muy íntima...jugando con las sensaciones y las emociones.......para poder traspasar los límites....

Hoy quiero llevarte más allá de los límites de lo conocido, pero siempre siguiendo el ritmo que tú marcas, escuchando lo que tu cuerpo y tu mirada me dicen.

Me detengo por un momento, permitiéndome contemplarte. Tu respiración agitada, la forma en que tus labios se entreabren buscando aire, la curva de tus hombros, el calor que emana de tu piel... todo de ti me invita a seguir.

—Quiero que cierres los ojos —te susurro, acercándome a tu oído—.

Mis dedos se deslizan por tus brazos, dejando un rastro de caricias ligeras, como si quisiera dibujarte con la yema de mis dedos. Mis labios encuentran el hueco entre tu cuello y tu hombro, ese lugar que siempre parece guardar el aroma más embriagador. Lo beso suavemente, dejando que mi aliento lo acaricie antes de moverme más abajo, hacia la curva de tu clavícula.

—Cada rincón de ti merece ser descubierto como un secreto que nunca termina.

Mis palabras son sinceras, no solo un juego para seducirte. Quiero que sientas que en este momento eres el centro de mi mundo. Mis labios viajan lentamente hacia tus pechos, dejando un rastro de besos suaves que te hacen estremecer. Mi lengua apenas roza tu piel, como si quisiera probarte sin apresurarme, mientras mis manos se mueven con cuidado por tu cintura, con una delicadeza que parece prometerte que estás a salvo.
Me detengo un instante, observando cómo tus manos se aferran a las sábanas, cómo tu pecho sube y baja con cada respiración. Mis labios regresan a tus labios, en un beso profundo y suave, como si quisiera atraparte en este instante, hacerlo eterno.

Mis dedos comienzan a explorar nuevamente, esta vez trazando un camino más atrevido. Bajan lentamente por tu vientre, tocando con suavidad la curva de tus caderas antes de deslizarse hacia tus muslos. Acaricio tu piel como si fuera seda, deteniéndome justo en los lugares donde sé que las sensaciones son más intensas.

Quiero que sientas cada roce como un destello de placer que se expande por todo tu cuerpo. Mis labios siguen su propio camino, descendiendo por tu cuello, pasando por tus clavículas, hasta detenerse en el borde de tu lencería. La suavidad de la tela contrasta con el calor de mi aliento, y sé que puedes sentirlo.

Mis manos continúan su viaje por tus piernas, subiendo y bajando con un ritmo que parece dictado por tu respiración. Mis labios rozan la parte interior de tus muslos, sientes cómo mi aliento se acerca lentamente a ese lugar donde el deseo es más intenso. Pero no te toco, no todavía.

Quiero que lo imagines, que lo desees tanto como yo lo deseo. Me detengo, dejando que el momento se prolongue, observando tu rostro, buscando en tus ojos la confirmación de que estás lista para seguir.

Mi voz es un susurro, una promesa de que no hay nada más importante para mí que hacerte sentir un mundo. Este instante no es solo mío; es nuestro, y cada caricia, cada beso, cada palabra, está destinada a asegurarte que eres la mujer más deseada del mundo.


Quizá no encaje en este foro...pero no puedo evitar pensar e imaginar estás situaciones...😵‍💫😵‍💫😵‍💫....
 
Es una delicia verte y leerte, gracias
El verdadero placer es mío al tenerte por aquí, dejando palabras tan amables que inspiran y motivan.
Saber que disfrutas lo que comparto, tanto en palabras como en sensaciones, es un halago que valoro profundamente. Siempre serás bienvenida en este espacio, donde cada línea está pensada para quien sabe apreciar lo sutil y lo elegante.
Gracias por detenerte y regalarme tu tiempo, porque eso, para mí, es un verdadero deleite.

💋💋💋
 
Uuuuuuuffff que cuerpazo tienes, me encanta tu forma de mostrarte, siempre es un placer verte e imaginarte jajaja 😚
Con un comentario como el tuyo, me has dejado imaginando cosas…
Me encantaría devolverte ese beso que insinúas, aunque sea en forma de palabras por aquí. Me quedo imaginando con cierta intriga todo lo que te imaginas...
💋💋💋💋
 
Hoy quiero desnudarte ......

El ambiente de la habitación estaba envuelta en una atmósfera cálida, con una luz tenue que acariciaba las sombras y hacía que cada rincón pareciera parte de un sueño. Él la observaba, fascinado, como si cada gesto suyo fuera un enigma que solo él podía desentrañar. Sus ojos se encontraron, y en esa mirada había más que deseo, había una chispa íntima, un juego silencioso que ambos entendían sin necesidad de palabras.

Se acercó despacio, dejando que su mano rozara el brazo de ella con una caricia apenas perceptible. La piel de ella se erizó bajo su toque, un pequeño detalle que él interpretó como la confirmación de que el momento era suyo. No había prisa en sus movimientos, como si supiera que cada segundo debía ser atesorado.
-Eres preciosa- dijo él, con una voz suave que llevaba consigo una verdad profunda, no un cumplido vacío.

Los labios de él buscaron los de ella, encontrándolos en un beso que fue mucho más que un simple contacto. Era un diálogo entre deseos, un lenguaje que ninguno de los dos necesitaba traducir. Cuando sus labios se separaron, él dejó que sus dedos exploraran un camino lento desde el cuello de ella hasta la línea del vestido que abrazaba su espalda. No se apresuró; todo debía ser un homenaje a lo que ella era, a la belleza que representaba más allá de la piel.

Con una delicadeza casi ceremonial, él deslizó el cierre del vestido. El suave sonido fue una melodía que parecía resonar en el aire. Pero no dejó que la prenda cayera del todo. Prefirió que quedara a medio camino, revelando apenas los hombros de ella, piel que parecía brillar bajo la luz tenue.
-¿Sabes lo perfecta que eres?-.
Susurró él, mientras la miraba con una mezcla de admiración y deseo. Ella respondió con una sonrisa tímida, cómplice, un gesto que era una invitación a seguir.

Él dejó que sus dedos trazaran círculos suaves sobre su piel desnuda, disfrutando de cómo la respiración de ella se volvía más profunda. Poco a poco, el vestido descendió, dejando al descubierto su clavícula. Él no pudo resistir la tentación de inclinarse para besar ese punto delicado, sintiendo cómo ella se estremecía bajo su toque.

Entonces, él se detuvo. Dio un paso atrás, sus ojos aún fijos en ella. Ella lo miró, algo confundida, pero había una curiosidad juguetona en su expresión.
-¿Por qué te detienes? -preguntó ella en un susurro.
Él respondió con una mirada cargada de significado, una mezcla de deseo y paciencia. -Porque quiero que cada segundo sea inolvidable- dijo finalmente.

Y así fue como el vestido terminó de deslizarse, como un susurro de seda que se posó en el suelo. Allí estaba ella, sin más barreras entre ellos. Pero no era solo su desnudez lo que llenaba la habitación, sino la forma en que su vulnerabilidad se transformaba en fuerza, en cómo su confianza parecía iluminar todo a su alrededor.

-Perfecta- murmuró él, con una voz grave que mezclaba admiración y anhelo.
Ella rió, una risa suave y libre que lo desarmó por completo, rompiendo cualquier distancia invisible entre ellos. En ese instante, no existía nada más que la promesa de un deseo compartido, de un juego sensual que apenas comenzaba y que ninguno de los dos tenía intención de terminar.

Hoy quiero desnudarte con mi mirada....
 
Mi imagen en el espejo.....

El reflejo en el espejo cuenta una historia que apenas comienza, una invitación que no necesita palabras. Mi camisa abierta deja entrever lo suficiente para encender tu curiosidad, para avivar algo que se despierta en lo más profundo de ti. Me acerco despacio, dejando que sea tu mirada la primera en recorrerme, en decidir hasta dónde llegará este juego.

Al principio, puedo sentir tus dudas. Tus manos titubean entre quedarse suspendidas en el aire o lanzarse al descubrimiento. Pero cuando tu piel roza la mía por primera vez, todo cambia. Un leve temblor recorre tu cuerpo, como si el calor que emana de mí encendiera algo en ti, algo primitivo, instintivo, que ha estado dormido demasiado tiempo.

Mis manos se posan en tu cintura, firmes, seguras y poco a poco desdibujan cualquier rastro de duda que pudiera quedarte. Con cada caricia, voy dibujando un camino en tu piel, trazando líneas invisibles que te hacen cerrar los ojos y entregarte al momento. Deslizo mis dedos por tu espalda, y siento como te arqueas hacia mí, como si tu cuerpo buscara más, como si la cercanía no fuera suficiente.

Te dejas llevar, finalmente, guiada por algo que no puedes controlar. Tus manos comienzan a explorar, primero con timidez, luego con la audacia de quien se pierde en el deseo. Tus dedos se cuelan bajo los pliegues de mi ropa, tocando, sintiendo, descubriendo cada centímetro de mi piel como si fuera un mapa secreto. Y con cada descubrimiento, tu respiración se acelera, tu cuerpo se acerca más al mío, buscando el calor, la conexión, el roce que te vuelve más vulnerable y más fuerte al mismo tiempo.

Nuestros labios se encuentran, al principio con suavidad, pero la chispa que explota en ese primer beso se convierte rápidamente en una llamarada. Mis manos, mientras tanto, no dejan de explorarte, suben por tus costados, acarician tus brazos, y vuelven a bajar, deteniéndose justo donde tu piel es más sensible. Gimes suavemente, apenas un susurro, pero suficiente para hacerme saber que ya no hay marcha atrás.

Tus labios abandonan los míos y se deslizan por mi cuello, dejando un rastro ardiente que me hace cerrar los ojos. Cada beso, cada roce, está cargado de intención, de un deseo que no necesita palabras. Y mientras sigues tu camino, mientras tus manos continúan explorándome, siento cómo te liberas, cómo cada capa de inhibición desaparece, dejándote guiada únicamente por sus instintos.

Me inclino hacia ti, mis labios encuentran el hueco de tu cuello, y mi lengua traza un camino lento, pausado, que te hace estremecerte. Mis manos descienden por tu espalda, deteniéndose justo en el límite, provocándote, tentándote a cruzar todas las fronteras. Me observas, tus ojos estan llenos de fuego, y sonrien, segura, consciente de que ahora es tu turno de tomar el control.

Con movimientos deliberados, tomas mis muñecas y guías mis manos a tu ritmo, llevándome a explorarte donde sabes que más te enciende. Tu respiración se convierte en jadeos suaves, entrecortados, mientras mis dedos trazan círculos en tu piel, mientras descubres en cada roce nuevas formas de placer.

El espejo es testigo de todo. Refleja tu cuerpo arqueándose hacia mí, mis manos recorriéndote, nuestros labios encontrándose una y otra vez con una intensidad que parece crecer a cada segundo. Pero lo que el espejo no muestra es lo que está ocurriendo en tu interior, cómo has dejado de pensar, cómo has abandonado toda lógica y te has rendido por completo a tus deseos más básicos.

Nuestros cuerpos se sincronizan, el calor compartido se vuelve casi insoportable, pero ninguno de los dos quiere detenerse. Tus uñas se clavan suavemente en mi espalda, y yo respondo deslizando mis labios por tu clavícula, bajando lentamente, probando, explorando. Y en ese instante, somos puro instinto, puro deseo, una danza que ninguno de los dos quiere que termine.

En ese momento, ya no eres la misma. Has descubierto algo en ti misma, una fuerza, una pasión que te consume, y yo estoy dispuesto a seguir alimentándola, a ser el lienzo en el que pintes tus deseos más oscuros y secretos.....
 

Archivos adjuntos

Última edición:
Atrás
Top Abajo