Escribe tu diario

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Ainsss, mi diario.

Que sólo me acuerdo de ti cuando quiero escribir cosas tristes o nostálgicas.

Tengo alguna cosita que escribir, alguna dicha, alguna cosita que me da vidilla , alegría y me pone las pilas.

Lo que pasa, que como sólo se llorar... pues me cuesta escribir cosas alegres.

A ver si algún día lo consigo.

Esto solamente ha sido un intento, o una buena intención.
 
A la gris melancolía
de un orto de primavera,
-es día treinta, mes de abril-
que semeja ser otoño,
por el canto de las gotas,
que caen por el canalón,
con una prisa febril,
me ha dado por divagar,
calcular lo inevitable,
aquello que, aunque no quiera,
-espero que mucho tarde-
va a pasar, y pasará,
y me he puesto yo a escribir,
en este nuestro diario,
un resumen funerario,
¡ qué alegre eres, condenado !

Una mañana cualquiera,
yo me marcharé, en silencio,
sin causar gran alboroto,
no tengo grandes devotos.
¿Qué quedará por acá?
Poca cosa, un par de fotos,
muchos papeles dispersos,
escritos con garabatos,
que sólo comprendo yo.
Cuatro amigos, tal vez seis,
si he echado las cuentas bien,
enemigos, no han lugar,
los dejé por el camino.
Mil libros, o algunos más,
de discos, otro millar,
dos personas a las que amo,
que son mi norte y mi faro,
otra que he aprendido a amar.
Mis cuentas con el pasado,
un futuro por llegar,
un presente que está ausente,
un auto que cae a trozos,
una casa en un lugar,
en medio de las montañas,
que gusto de contemplar.
Una pipa sin tabaco,
de cuando yo fui pureta,
y fumaba mezcla inglesa,
por gusto de destacar.
Una escopeta del doce,
de la casa Sarasqueta,
que yo nunca he disparado,
una canana de cuero,
con un cartucho no más,
-hay que tener un plan-B-.
Una navaja barbera,
marca Kobra por demás,
un asentador, la brocha,
y una vacía sin usar.
Una pastilla de magno,
de Álvarez-Gómez colonia,
un termo todo abollado,
una maleta vacía.
Perversiones sólo mías,
ilusiones algo rotas,
enteras melancolías,
certezas, de eso no había,
pasiones ya un poco frías,
canciones que me dan vida,
inacabadas poesías,
tristezas que son amigas,
lecturas de largos días.
Una boina, diez sombreros,
una gorra de visera,
una bota ya sin vino,
una navaja, un yesquero.
En el banco, cuatro duros,
me he gastado mi dinero,
en comprar de a poco en vez,
aquello que voy perdiendo,
y pienso que es valioso,
en lo que más, en el tiempo.
Así pues, no dejo nada,
o dejo lo que más quiero,
al igual que nada llevo,
salvo lo que llevo dentro,
las alforjas descargadas,
dan al pollino contento.
 
Parlotea mi mente sin parar, sin razón, sin rumbo, ni motivo, ni causa, la observó, no lo sabe pero estoy hay, atento a sus movimientos, un instante fugaz, una pausa, no parece darse cuenta ¿quién observa?

¿Sera un fallo del sistema? o ¿realmente es así? ¿se puede vivir en esos instanstes? acallar ese parloteo, es un remanso de paz cuando lo tienes, pena y frustración cuando se va, es como perseguir olas o nubes, no las puedes poseer, están hay, sí, a tú alcancé pero no te pertencecen ¿habrá alguna forma?

Si la hay, la encontraré, estoy seguro de ello, pero me inquieta, se que tendré que dejar todo atrás, sin apegos, nada que me ate, en busca continua de la solitaria libertad, de la verdadera libertad, la que no te da el deseo, el dinero, ni las leyes, ni los derechos, tampoco un gobierno o presidente.

Todo lo tienes hay al alcance de la mano, eres capaz de dar el salto, sabes en lo más profundo que nada será igual, verás las mentiras de la gente, sus deseos y ambiciones, miedos y iras, también las tuyas propias, las que callas para ti, lo más aterrador mirarte sin el velo y descubrir lo que eres ¿te gustará querido niño?

Pero es necesario, es la unica salida de verdad a todo ésto, un sin sentido que inventamos, que seguimos, que alimentamos con cada pensamiento, no es que todo pensar sea malo en sí, hay cosas buenas, gente que merece la pena, a esos son a los que tenemos que prestar nuestra atención, a esos son a los que tenemos que amar desde la libertad, sin las cadenas del ego que les corte las alas o les arrastren al abismo.

Vuela alto y libre, sin aferrarte a la maldad, ni a los buenos deseos.
 
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- 3 de Mayo, madre mía, ¡ Viva la Revolución !
+ ¡ No hombre, no !, nada de eso.
- ¿Viva la Masturbación?
+ ¡ Tampoco, bobo, tampoco !
- Pues no sé, hoy estoy espeso...

No se si es melancolía,
o esta mala cabeza mía,
pero ando yo "enmimismado"
"meditabajo", "cabibundo",
lo que viene siendo hundido,
en una suerte de círculo,
del que no logro salir.
Cuando pienso que refloto,
la cabeza por encima,
de las túrbidas riadas,
un peso atrapa mis piernas,
y me vuelve a sumergir.
Otra vez a tragar agua,
con denuedo a bracear,
a luchar con las corrientes,
que me pretenden ahogar.

Y ya que hablo del elemento,
líquido y en movimiento,
por los hilos he colgado,
una concatenación,
de mis absurdas ideas,
aplicadas al fluir,
con un cierto tono erótico,
y jocoso de por si,
mientras suena en mi cerebro,
una vocecilla amarga,
mi propio "Pepito Grillo",
no cesa de repetir:
todo fluye, todo fluye,
se mueve con la corriente,
gira en círculos veloces,
su propósito postrero,
salir por el sumidero.

Pero alguien me ha hecho notar,
que no es este buen lugar,
para ser serio o solemne,
no venimos por acá,
para ser introspectivos,
ni para reflexionar.
Por tanto, todo al carajo,
veré de salir del paso,
como buenamente pueda...
Tal vez el Padre Pacorro,
tenía razón cuando daba,
su edificante filípica,
en mi época colegial,
"la masturbación mastuerzos,
seca meninge y cerebro,
y conduce a la idiotez",
tendré pues que masturbarme,
con frecuencia y con denuedo,
a ver si a fuerza de pajas,
se me seca el pensamiento,
y me transformo en un tipo,
alegre y dicharachero...

(Se agradecerá la ayuda,
que me pudiesen prestar,
en pudiendo ser, las féminas,
que esto lleguen a leer,
puesto que mi cabezota,
-la de arriba, ¿cual va a ser?,
la de abajo es cabecita-,
ya no da para inventivas,
dejó la imaginación perdida,
en un oscuro rincón,
repleto de trastos viejos,
sin uso ni aplicación,
y por mucho que lo intento,
no consigo recordar,
donde quedaba el lugar,
para cuanto más, el seso).



;)😘
 
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En busca de un equilibrio,
que no existe o que no tengo,
tengo que escribir y escribo,
cosas sin mucho sentido,
sentido, como el del tiempo,
segundos, minutos, hora,
la una y veinte más o menos,
viernes, día diez, mes de mayo,
mayo, aún nos faltan treinta días,
para quitarnos el sayo,
sayo, que es de sayonara,
hasta luego, muchas gracias,
gracias, esas que no tengo,
y suplo con las palabras,
palabras que lleva el viento,
sin peso, sin fundamento,
fundamento, que es la base,
el acomodo, el asiento,
asiento, que es el lugar,
donde cansado, me siento,
siento, que no siento nada,
que estoy yo muerto, por dentro,
dentro de mí, que es tu afuera,
o al menos así lo pienso,
pienso, cebada de burros,
que les sirve de alimento,
alimento mis neuronas,
con lecturas que me encuentro,
encuentro cosas hermosas,
en lugares que no espero,
espero, no desespero,
que vaya cambiando el tiempo,
tiempo, del clima, cambiante,
como cambia mi talante,
"talante", que es el que corta,
por su pie, los grandes árboles,
árboles, que no me dejan,
ver el bosque como antes,
antes mejor que después,
tendré que dejar la búsqueda,
búsqueda que es de buscar,
si encuentro algún equilibrio,
equilibrio, equilibrar,
y volvemos a empezar...
 
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Creo que solamente soy feliz en el desplazamiento, en el movimiento.

Ya, nada más empezar a escribir, apenas en la segunda línea iba a plantearme si feliz es el adjetivo indicado en la frase de arriba. Quizás debería rebajar unos grados y decir "Creo que solamente en el desplazamiento encuentro la paz"

Encontrar la paz suena más a mí, porque suena a encontrar el alivio, a encontrar un remedio, a dejar de sufrir.

Eso de dejar de sufrir suena muy melodramático, suena muy exagerado, tampoco es que sufra.

Quizás lo que sucede es que no sé cual es el termino medio entre ser feliz y dejar de sufrir. Tiene que haber algo entre ambos estados, pero no sé... Bueno, sí que lo sé, porque es el estado en el que transito. Mejor dicho, es el estado en el que me hallo, porque transitar implica movimiento, y no veo ese movimiento.

Es el estado en el que me hallo. Encontrar la paz suena más a mí. Hallar, encontrar. Creo que nunca he encontrado mi sitio. Quizás por eso solamente sea feliz/encuentre la paz/deje de sufrir en el desplazamiento.

Tiene sentido. En el viaje, en el desplazamiento, en el movimiento, no estoy en ningún sitio fijo. No hecho raíces, no me arraigo ni me ato, y me siento libre. Como no estoy en un sitio fijo, no me planteo cual es mi sitio.

Tiene cierto sentido el sinsentido de arriba. Siempre me da mucha paz pensar que , puedo irme de aquí, de mi ciudad, de mi trabajo, de un día para otro. Siempre me da mucha paz fantasear con abandonarlo todo y empezar de cero. Obvio que no es tan fácil hacerlo, pero no es imposible. Lo tengo relativamente fácil. Y aunque eso me da la paz, sé que en el fondo eso no es bueno.

No tengo gran apego a lo material. Mi madre siempre decía que podía ser feliz en un convento, en una celda vacía, solo con una cama y un frio colchón. No sé porqué se llaman celdas a las habitaciones/aposentos de conventos, monasterios, etc. Pienso que, en esas celdas, me sentiría verdaderamente libre. Que cosas tía Felisa.

No sé si sucede en los conventos, si que sé que en los monasterios hay gente que puede ir a pasar una temporada a desconectar, a llevar vida monástica, a limpiar su alma y espíritu, a descontaminarse de los pensamientos negativos.

Supongo que lo mismo sucederá en los conventos. Llegarás, te cortarán el pelo, te darán los hábitos, y a hacer su vida, a seguir sus reglas. Eso de cortar el pelo me suena haberlo visto en alguna película, no sé si será verdad.

Aquí supongo que me dejo llevar porque en el instituto me aprendí de memoria algunos poemas de Santa Teresa de Jesús. Me fascinaban las clases de literatura, cuando nos explicaban sus poemas, cuando leías, leías literalmente y no entendías nada. La profesora preguntaba, ¿Qué quiere decir aquí Santa Teresa?, y nadie sabía que responder. Y luego, la profesora iba explicando cada verso, cada estrofa, e íbamos apuntando al lado de lo que había escrito, lo que verdaderamente quería decir. Y me fascinaba aquella señora, Santa Teresa, al igual que me fascinaba San Juan de la Cruz, y me imaginaba que no había cosa más maravillosa que estar en tu convento, en tu monasterio, cultivando la tierra, cuidando de algún animal domestico, y en una celda, encerrarte y escribir del éxtasis.

En cierto modo, es algo que hago cuando me siento en mi habitación/celda y escribo. No hay ni un lujo en mi habitación. Bueno hay un colchón decente, y hay un buen edredón. Supongo que Santa Teresa no tenía esos lujos.

Lo de escribir sobre el éxtasis es mas complicado. A ver... cuando escribo en este foro, de temática porno y sexual, pues hay mucho éxtasis en el mismo, pero el argumento está muy cogido con pinzas.

Éxtasis como pastillas para vender en discotecas, pues tampoco van por ahí los tiros.

¿Ves como no encuentras tu lugar? ¿Ves como este no es tu lugar?

Necesito un viaje.

Un viaje de verdad, no un viaje de sustancias psicotrópicas, ni de éxtasis.

Bueno de éxtasis de pastillas no lo necesito, de los otros éxtasis no estaría de más y seguramente dejaría de escribir tonterías.

Necesito un viaje.

Un viaje a cualquier otro lugar.

Un viaje a ninguna parte.

Un viaje a cualquier otro lugar, siempre a cualquier otro lugar. Una cuantas horas en un tren, mirando por la ventanilla, viendo el paisaje pasar.
En verdad, necesitaría un viaje en autobús. Pero esos les hacía hace 20 años.... ahora me he acomodado. Pero un viaje en autobús, un viaje largo, de dos días o así, estaría genial. Tengo una vecina de Rumania. Hay un viaje en autobús hasta Bucarest, que son unas 50 horas. Estaría genial para mi paz mental. Me gustaba viajar en autobús, meter las maletas en el portaequipajes. Ya solamente el hecho de como se abren los portamaletas de los autobuses me fascina, como se levanta hacia arriba el portón. Subir al bus, buscar tu asiento, ponerte tu música o hablar con la persona del asiento de al lado, ¿por qué resulta siempre tan fácil hablar con la persona del asiento de al lado?. Siempre pienso que es el sitio más indicado para ligar. Y miles de kilómetros por delante. Y parar cada dos horas en áreas de servicio. Parar y comerte un bocadillo en un bar de carretera, comprarte un botellín de agua. De verdad, lo juro, me parece una de las cosas mas atractivas que hay, que el bus pare y diga, vamos a hacer una parada de 30 minutos para comer, cenar, etc... y que nos bajemos y algunos coman un plato combinado en la cafetería, otros compren un bocadillo, otros coman la comida que se traen de casa...

Si, para una cita, sería fácil de contentar. Llévame a un área de servicio y comamos un bocadillo de tortilla de patata calentada al microondas y un botellín de agua, y con eso seré feliz. Sí sí,,, feliz de verdad, sin medias tintas.

Buffff, mi cabeza no está muy ordenada. Con razón no sé cual es mi sitio. Tan pronto estoy en la celda del convento, como estoy en un autobús camino a Bucarest.

Necesito un viaje, esa es la verdad. Sigo sin encontrar mi lugar, tengo muy claro que este no es mi lugar.

Si pudiera viajar en el tiempo...

Mitad del siglo XX. Y mitad de los años que tengo.

Ainsssssssssssssssssssssss
 
Ando buscando, ya ha tiempo,
como busca un topo ciego,
una luz que me ilumine,
o me alumbre, o me revele,
aquello que se me esconde,
que siento, pero no veo.

Procuro insistentemente,
por dentro de mi cerebro,
sacudiéndoles el polvo,
a los muebles que aún conservo,
tapados con viejas sábanas,
de la múltiples mudanzas,
por las que pasó mi ego.

He encontrado algunas sillas,
un diván, un cabecero,
una suerte de mesillas,
que deben ser de diseño,
pues no hallo su utilidad.
Un quinqué de los de chispa,
sin carburo que lo alumbre,
que estaba sobre un bargueño,
el escritorio repleto,
de cartas de desamor,
tan frágiles y tan viejas,
como mi vida anterior.

Hallé también una caja,
que una vez tuvo un sombrero,
que calcé yo en mi cabeza,
para ser un mosquetero,
y amar a Lady de Winter,
o morir en el intento,
-Mylady, nunca me quiso,
y como es de imaginar,
dado que acá les escribo,
tampoco yo acabé muerto,
aunque dolido, pues sí-

Mis botas de cuero viejo,
también yo guardaba allí,
aquellas que mil caminos,
me incitaron a seguir,
y a su lado, y en el suelo,
una pella, barro seco,
de la tierra que pisé,
cuando aún era un andariego,
con todo el mundo ante mí.

No me creerán, pero es cierto,
en un rinconcito oscuro,
cubierto de telarañas,
con la cuerda destensada,
mi arquito hecho de madera,
de indio apache, mescalero,
fabricado por mi abuelo,
con sauce para más señas,
escondido me esperaba,
por ver si volvía a ser niño,
y yo jugaba con él;
lo intenté, yo se lo juro,
pero estaba duro y seco,
inflexible cual tablón,
y al tratar yo de encordarlo,
en mis dedos, se quebró,
y así mismo quede yo,
como el arco entre mis manos,
roto, reseco, quebrado,
y otra luz, que yo guardaba,
de un suspiro, se apagó.

Es miércoles, quince, mayo,
diario de a bordo de yo,
año dos mil veinte y cuatro,
sin exacta posición,
la brújula gira loca,
y no responde el timón,
la ampolleta marca veinte,
malos vientos a estribor.
 
Última edición:
Hoy que es viernes diez y siete,
una música insistente,
me ronda por la cabeza,
no es nuevo, no se preocupen,
me acompaña desde siempre,
desde tardo-adolescente,
-circulaba yo sin frenos,
en la década del veinte-.

Eso no es adolescencia,
supongo dirán ustedes,
¿qué quieren que yo les diga?
cada quien llega a sus fechas,
cuando quiere, puede o dejan.

En resumen y a lo que iba,
era rock de "alternativas"
o así se lo conocía,
el grupo eran "Los Padrinos",
The Godfathers en inglés;
la canción ya me gustaba,
ya le tenía cierta ley.
No me lo creía del todo,
pensaba que había algo más,
- los libros me hicieron daño,
y Hollywood mucho más -;
el amor y esas mandangas,
de lindos cuentos de hadas,
en las que el chaval con granos,
conquista a su bien amada,
y comen todos contentos,
no perdices, avutardas.

A medida que envejezco,
y el tiempo se va acabando,
cada vez suena más alto,
más cerca, más fuerte y cierto.
Volviendo a la analogía,
del cine, de las películas,
es el tema principal,
insistente y machacón,
de un pésimo musical,
ni siquiera una "de acción".

¿Quieren saber de qué hablo,
y cuál es esa canción?
en los hilos por ahí,
la colgué yo alguna vez,
pero para ahorrarles trabajos,
la pondré otra vez aquí.

Un viernes del mes de mayo,
diecisiete más allá,
del que se contó primero,
lo he escrito así, a vuelapluma,
sobre usada servilleta,
de un lugar que no frecuento,
las manchas que la autentican,
no son lágrimas, es grasa,

y sin tinta, ni tintero,
no con mi sangre, no es eso,
es ketchup de la hamburguesa,
que yo me he estado comiendo.


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Querido diario.
No ha sido la semana más productiva de mi vida pero el lunes empieza otra.
¡A comerse el mundo!
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Ayer, recién salido de la tumba,
en la que entierro las horas que yo debo,
para ser una persona "de provecho",
decidí echarme a caminar,
sin rumbo ni destino manifiesto,
sólo poner un pie delante, otro detrás,
por simple y mecánico placer,
y para solamente, respirar.

Era tarde, o temprano, ¿qué más da?
madrugada incierta en la ciudad,
cuando las calles aún existen entre sombras,
y casi nadie las habita, sólo cuatro,
que los antros vomitan al cerrar.

Me acompañaba un silencio punteado,
por broncas voces de borrachos y juerguistas,
y una llovizna suave y pertinaz,
que goteaba por el ala del sombrero,
en gotas silenciosas y pausadas,
como lágrimas que no te decides a llorar.

Me paré, para prender un cigarrillo,
al socaire de una esquina porcheada,
y, al levantar la vista deslumbrada,
por la luz incierta del cerillo,
mis ojos tropezaron, por azar,
en una parejita entretenida,
en los juegos del amor... o la ansiedad.

Se comían como dos náufragos, hambrientos,
tras un mes de privaciones en el mar,
las ropas en desorden, y los cuerpos,
en una semidesnudez fundamental,
lo justo y necesario, nada más,
para aquello que buscaban alcanzar.

Mojados como dos perros callejeros,
que no tienen un abrigo que buscar,
la lluvia resbalaba sobre ellos,
creando un halo casi sobrenatural.

Con su espalda fundida con las piedras,
de la fachada lateral del edificio,
reclamaba con sus manos engarfiadas,
ella los envites de su amante-amigo,
él, con los pantalones al tobillo,
empapados en el agua sucia de los charcos,
mordía el cuello de su víctima-verdugo,
con el ansia insaciable de un vampiro,
mientras se iba clavando más profundo,
mezclando la lluvia y la humedad.

Les miré por un momento, allá en lo oscuro,
con envidia, con deseo, y también cierta curiosidad,
tratando de recordar, ¿corazón o cerebro?
si yo alguna vez, en otro tiempo,
había sentido una igual necesidad,
una pulsión tan acuciante, tan vehemente,
que todo lo demás me diese igual,
y recordé, cierta vez, en algún sitio,
en cierta ciudad, -mejor no determinar-
junto a un parque famoso y conocido,
y una calle donde se trataba en libros,
unas manos clavándose en mi cuerpo,
y mi boca bebiendo de otro cuello,
fundiéndonos de a dos en puro fuego...

El pitillo, olvidado, descuidado,
consumido por su propia combustión,
me quemó con fuerza entre los labios,
dejándome en la boca un mal sabor,
a amargura, ceniza y que se yo.
Lo escupí en el suelo, ya agotado,
y me fuí, dejando atrás, pisoteado,
el pucho del tabaco desechado,
y el de lo que alguna vez, fuimos tu y yo,
en otra primavera, en otro mayo,
que tal vez sólo haya sido imaginado,
producto de mi absurda sinrazón.

Un domingo cualquiera, en primavera,
pero ya con la esperanza del verano,
así lo consigno en este diario,
en el que sólo escribo de amarguras,
de tristezas ya pasadas o aún presentes, o futuras,
de cosas que han pasado, o tal vez no.
 
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Querido diario.

He leído novelas, incluso diarios, en los cuales los autores siempre empezaban con "Queridísimo diario". Pero bueno, creo que lo nuestro no es para tanto.

Querido diario, nunca he tenido mucho apego a las cosas materiales. Estas vienen y se van... Bueno supongo que todo viene y se va... lo material y lo inmaterial, aunque a veces lo inmaterial forma parte de nuestra mochila y somos incapaces de dejarlo atrás.

Hay una novela de Antonio Muñoz Molina, La noche de los tiempos, en que su protagonista, de la noche a la mañana, deja todo lo material de su vida, todo lo pierde en un instante... Suelo acordarme mucho de esa novela, porque mientras la leía recuerdo que me hacía preguntas y reflexionaba sobre lo material... sobre todo lo que nos rodea y ¿nos ata???

A saber a qué nos ata... a saber si preferimos vivir atados a ser libres... Ufff no lo sé.

Querido diario, te cuento un secreto? Me cuesta sonreír. Y eso que tengo fama de ser una persona risueña. Pero me cuesta sonreír, de verdad que sí. Me cuesta sonreír de verdad.
Quiero decir, no tengo problemas para mover los músculos de la cara, o la boca, y fingir una sonrisa.
Pero lo que es por dentro,,, por dentro no sonrío.

Mi corazón no sonríe.

Alaaaaaaaaaaaaaaaa. Ya salió la melodramática, ya salió la agonías... Mi corazón no sonríe. Póntelo de estado de whatsapp anda.

De niña sonreía de verdad... tímida pero risueña, no como ahora, que sonríe por egoísmo, por compromiso, o por evitar complicaciones.

Y cuando no tenía nada, sonreía.

Te equivocas pequeña saltamontes. Cuando lo tenías todo, sonreías.

Cuando lo tenías todo, sonreías.

Pongamos que hablo de Madrid.

Uyss no,,, esa no es mi canción.

Pongamos que hablo de los años 80. Mediados de los 80. Pongamos que era una mocosa de 7 u 8 años.

Pongamos que vivía con mis padres y mi hermano en un pisito modesto, como la mayoría de los españolitos. No teníamos nada, pero no nos faltaba de nada. Clase media por los pelos... más clase baja que media. Eso siempre lo notaba en mis compañeras de clase, parecían tener siempre más que yo. Mejor ropa, mejores cuadernos, mejor estuche, mejores pinturas, mejor coche sus padres, mejores casas. Pero vamos... a mi me daba igual. Siempre he sido de vivir en mi mundo. Lo de las casas, los pisos lo notaba porque cuando iba a casa de mis compañeras de cole, tenían salón!!! o salita!!!. Y con mis amigas, o iba a la habitación de ellas.... habitación con mesa de estudio!!!... y luego veíamos la tele en su salón!!! o en su salita!!!

Y yo en mi casa,,, mi habitación no tenía mesa de estudio. Yo hacía la tarea en la cocina. Y en mi casa no había ni salitas ni salones. la tele en la cocina, una tele con antenas de cuernos, en blanco y negro y de 14 pulgadas.
Pero de verdad que era muy feliz. La envidia, cuando era peque, no iba conmigo. Con la edad me he vuelto una persona mas envidiosa.

Mi hermano mayor se emperró en que quería un ordenador. Supongo que era el tiempo en que empezaba el boom de los ordenadores. Y recuerdo a mi hermano diciéndole a mi padre "Quiero un ordenador, cómprame un ordenador, necesito un ordenador". Y mi padre, "pero que es eso de un ordenador"???

Y así pasaban los días... mi hermano con su retahíla de "cómprame un ordenador necesito un ordenador quiero un ordenador". Yo cuando iba a casa de mis amigas en sus casas todas tenían un ordenador. No sé si de ellas, de sus hermanos mayores mayores, de sus padres, etc.

Algunas tenían un Amstrad, otras un Spectrum, otras un commodore... algunas tenían un ordenador con monitor y torre, y hasta monitor en color. Algunas tenían un monitor pero en que la pantalla solo salía el color verde y el negro, con infinitas variaciones del verde.

A mi me daba igual, no sabía para que servía aquello. No me daba mal rato.

Pero mi hermano, siempre estaba con su "cómprame un ordenador, quiero un ordenador, necesito un ordenador". Y mi padre, "pero para qué quieres un ordenador"? Y mi hermano... "Pues para hacer la tarea".

Mi hermano mayor, siempre mas listo que yo. Con los pies en los suelos, no como yo, con la cabeza en las nubes.

Total... recuerdo aquel día... recuerdo aquel día.

Llegaron mi padre y mi hermano, entraron a casa con una caja enorme. Pero grande grande. Llegaron y se fueron a la habitación "vacía". La habitación vacía, como bien dice su nombre, era una habitación que no tenia nada. Esa habitación con el tiempo, y con los ahorros de papá y mamá, se convirtió años mas tarde en nuestra salita. Pero muchos años estuvo vacía. Solo tenía una televisión enorme y superantigua, una tele en blanco y negro que nunca veíamos porque era una tele muy grande, y nuestra madre nos reñía si la encendíamos porque decía que gastaba mucha luz. También había una mesa enorme... creo que era una mesa que se trajeron del pueblo. Mis abuelos cambiaron los muebles en la casa del pueblo, y mi madre dijo, aquella mesa vieja y enorme, que ocupaba prácticamente toda la habitación, aquella para nuestra casa. Y alguna silla feísima de tapizado verde, pero en las que apenas me llegué a sentar porque mi madre decía que las ensuciábamos.

Total , mi padre y mi hermano se pasaron toda la tarde montando el ordenador... una cosa minuscula, un spectrum chiquitin.... la verdad que no recuerdo si era spectrum o era Inves... era una cosa rara.
Para mi eso no era un ordenador. Yo había visto en casa de mis amigas "cacharros" grandes... eso era mas pequeño que una máquina de escribir.

Eso si... llevaba mil cables.

El cable a la tele

El cable a la luz

El transformador

El cable del sonido de los altavoces

El cable del transformador

El cable al radiocasete

Y enciende el radio casete a la luz

Y enciende la televisión a la luz.


Aquello era un oceano de cables. Recuerdo a mi madre, cuando mi padre no estaba en casa, echarle unas broncas a mi hermano cuando estaba con el ordenador, diciendole, "apaga eso, esto no gasta mas que luz, menudas facturas nos viene"

Recuerdo a mi padre diciendo... "pero este cacharro que hace, que haces con esto" Y mi hermano no sabía que responder, porque en realidad, poco hacían los primeros ordenadores, ahí estaban, pero no sabíamos muy bien que hacían.

Recuerdo a mi hermano que se compraba revistas, alguna como Micromanía (creo que se llamaba así), que venían con hojas para que programases tus juegos. No se como se llamaba el lenguaje de entonces,,, Basic???

Total, recuerdo a mi hermano escribiendo toda una semana aquellas cantidades enormes de código o de instrucciones, para que luego el juego creado fueran dos "palas" a los lados de la tele, y una pelotita que se movía de una a otra.

Recuerdo a mi padre... echarle broncas a mi hermano, ¿Pero este cacharro que hace??? Esto es una mierda!!!

Recuerdo los juegos de casete que compraba mi hermano.

Como se cargaban, ponia la cinta y a la vuelta de 20 minutos, el juego cargado. Y mientras cargaba, rayas en la pantalla , y una especie de "pitido/chillido". Y mi hermano me decía... "está cargando". Y yo miraba absorta aquellas rayas... me gustaba mas ver como cargaba el juego, que luego ver el juego en realidad.

Y mi hermano tuvo varios juegos... Arkanoid, Renegade, Army moves.... y Robocop.

También tenía uno de futbol... me hacía jugar contra el y echabamos partidos, pero yo no sabía jugar. Mi hermano me dejaba el joystick a mi y el jugaba con el teclado,,, pero ni por esas. Siempre me ganaba 10 a cero, y yo nunca metia un gol.

El juego que mas me gustaba y que mas recuerdo era Robocop.

Pero sabes una cosa, queridisimo diario??? Aquel juego me gustaba por la música.... desde el primer día que la escuche,,, dije,,, alaaaaaaaaaaaa, que musica, que sonido!!! Como un ordenador tan malo, tan caca, puede hacer esa musica.

Y mi hermano decía que el ordenador no era malo, solo que no le entendiamos.

Escuchaba la música de robocop mientras el jugaba.

Le pedia a mi hermano que me pusiera Robocop. Mi hermano decía, "para que lo quieres, si no sabes jugar???"

y yo le decia, "quiero escuchar la música"

Y mi hermano me cargaba el juego. Y yo no jugaba, pero me quedaba escuchando su musica, la de la pantalla de inicio.


Y cuando no tenía nada, sonreía.

No te equivoques pequeña saltamontes. Cuando lo tenías todo, sonreías.
 
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Hoy porque sí, porque es lunes,
y ya casi fin de mes,
he vuelto al hombre de negro,
a su voz aguardentosa,
a sus demonios, sus letras,
-mis demonios y mis letras-
a ahogarme en ese regusto,
de amargura de su voz,
en su tristeza infinita,
por haberse conocido,
a la tristeza que habita,
desde que tengo memoria,
en alguna esquina maldita,
de mi cerebro cabrón.

Y me pasa como a él,
nos conocemos tan bien,
nos sabemos de memoria,
nuestros miedos y flaquezas,
que sabemos el remedio,
para anestesiarla un rato:
Un vaso de bourbón lleno,
en mi caso de coñac,
un cigarrillo en la boca,
por ver de justificar,
esas lágrimas traidoras,
que escapan sin avisar,
una canción, un poema,
algo bello que admirar,
mejor de lejos que cerca,
a una distancia prudente,
para que no se marchite,
si llegamos a tocar.

Hoy he vuelto con mi amigo,
compañero de mil días,
las noches no sé contar,
hoy Jhonny se ha presentado,
a la puerta de mi casa,
como siempre, por sorpresa,
los amigos de verdad,
¿para qué van a avisar?
Yo he levantado mi copa,
y lo he invitado a pasar,
sírvete un bourbon, amigo,
desempolva la guitarra,
y cántame sin parar,
tal vez oyendo tu música,
me ponga más triste un rato,
pero, se nos pasará.

Jhonny afinó su guitarra,
y se puso a rasguear,
en sordina, como sabe,
una canción de amistad,
me pidió que no este triste,
el también la ve a menudo,
nuestra amiga oscuridad.

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Hoy no encuentro mi banda sonora.

Ya sabes que me encanta escribir en tus páginas escuchando música de fondo.

Ya sabes que a veces, no necesito escuchar música, pues la música está en mi cabeza. Siempre hay alguna melodía rondando en mi mente.

Pero hoy no encuentro la melodía adecuada, no hay nada que consiga tararear mentalmente.

Y aunque lleve un rato buscando, tampoco encuentro en mi colección de música algo que me relaje y me calme. Es un poco triste tener la música en carpetas de ordenador, o de Spotify, o de esas aplicaciones. Aplicaciones. O sea, ahora la música se tiene en una aplicación.

Y yo me pregunto, ¿una aplicación de qué? ¿Qué es una aplicación?. ¿Aplicación viene de aplicar?. En ese caso, ¿Qué es lo que aplica una aplicación?

Aplicación viene de APP, que son las siglas en diminutivo de application.

Sin música no hay inspiración. ¿Sabes lo que hay en mi cabeza cuando no hay música? ¿Eh, lo sabes diario? Hay pensamientos autodestructivos, de esos que te minan la moral, de esos que te empequeñecen. Supongo que por eso desde pequeña llene mi cabeza con música, para no escucharlos. Como cuando pones la radio mas alta. Como cuando discutían por la noche y los gritos y las voces se oían por toda la casa. Entonces ponía la radio al máximo volumen para no oír nada. O le cogía las cintas a mi hermano y las ponía en el radiocasete a todo volumen. Y así me aficioné a la música de la movida de los años 80. Aunque en verdad, era por otras movidas. Juas

Los recuerdos son para siempre, hay cosas que no se olvidan, y que te acompañan siempre, y que nunca puedes dejar atrás.

Mentira.

Ya no me conoces cuando te hablo, ya no sabes quien soy, y aunque te visite todos los días siempre tengo que decirte quien soy. Tu cabeza esta vacía, como cuando decías que a las personas mayores se les quedan los sesos hechos agua. Yo me acuerdo de todo y tu no te acuerdas de nada. Yo no puedo olvidar, y tu olvidaste por completo. Y ríes como si nada. Me miras y ríes como si nada. Y yo también río, no sé si de miedo, de impotencia, o de qué.

Al fin y al cabo yo también olvidaré algún dia.

Nada te lo llevas a la tumba. Ni siquiera los secretos te los llevas a la tumba.

Yo también olvidaré.

Necesito una canción, pero una canción animada. No de esas depresivas que tanto me gustan. Pero tampoco una de Taylor Swift, por dios que tía tan petarda. Parece salida de un cuento de Disney, tan perfecta tan alta tan rubia tan delgada tan piernas largas. Tan millonaria. ¿Para qué quieres tanto Taylor, pa qué? ¿pa qué?.

No entiendo la verdad. O sea, pagas casi 200 euros por una entrada para ver a la flacucha esa. 200 euros. Que mucha crisis mucha crisis, pero 200 lereles. Y tienes que esperar 4 o 5 horas haciendo cola. Y luego, a saber lo que escuchas, porque hay una multitud de 80.000 niñas enloquecidas gritando a cada mueca o ñoñeria que hace la Taylor. O sea, que no escuchas ni un carajo.

Necesito una canción y olvidar. Pero la Taylor descartada.

Podria poner ACDC, que estuvieron en Sevilla el miercoles también. También petado de gente, pero estos ya con publico mas mayorcito. Ahí bebiendo cervezas a tutiplen. Quiza el publico de ACDC necesitaba más los pañales que el publico de la Taylor, por la cerveza que bebieron. Pufff, pero nunca me ha gustado ACDC. Me dan bastante grima. Ahí está el cantante con mas de 70 años dándolo todo. Pero que no.... quita quita.

Podría poner a Lana del Rey, que estuvo ayer en el primavera sound de Barcelona. Pero quita, joer me corto las venas. Soy capaz de tirarme por la ventana como me ponga una de sus depresivas canciones.

Ya está. Ponte a Cold play. Que tengo una compañera de trabajo que va a ir a verlos este verano, que deben venir a España. Cold Play gusta a todo el mundo. Chicos majos, sanos y formales. Tienen el record de vender entradas y llenar estadios. ¿A quien no le gusta Cold Play?

Ey diario, te digo un secreto??? Un secretito, pero no se lo digas a nadie vale? Bueno a mí sí, que soy Nadie, pero a nadie más, vale?. No me gusta Cold Play. No los soporto. Me parecen tan formales, tan majos, tan de catequesis. No se... no lo veo

mmm ya me va viniendo una canción a la cabeza. Sólo tenía que intentarlo una vez mas. Try again, como dirian los ingleses.
 
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Voy leyendo por ahí,
sobre una banda sonora,
y, yo pienso, ¡ qué curioso !
pues he venido hoy aquí,
a dejarles un poema,
si lo prefieren un tema,
del enorme Robe Iniesta,
que me encarta de tal modo,
que pude escribirlo yo,
si tuviera su talento,
es mi confesión de hoy,
en este nuestro diario,
sábado primero del mes,
del dios Juno, dios romano.


Nada Que Perder​

Robe Iniesta​


Me equivoco una y otra vez
Y te puedo asegurar
Que el paso de los años
No impide que vuelva a tropezar
Ni que me vuelva a romper
Contra otro desengaño
Volvería a mis adicciones
Si acaso fuera, si fuera necesario
Caer en los mismos errores
Si acaso fuera, si fuera necesario
Íbamos dejándonos llevar
Pero la inercia se acabó
Y siguió corriendo el tiempo
Quédate escuchado esta canción
Que yo me tengo que marchar
Está cambiando el viento
Volvería solo por amor
Si acaso fuera, si fuera necesario
Cometer de nuevo el mismo error
Si acaso fuera, si fuera necesario
Una luz encendida
La claridad perdida
Busco en medio de esta oscuridad

Señales de mí mismo
Sentado en este abismo
Con el que me suelo tropezar
No puedo perder nada
Que vengo de la nada
Y solo vivo provisionalmente
No puedo caer más bajo
Que vengo del fracaso
Y acaso ser solo un superviviente
Siempre le pregunto a la razón
Y me contesta que tal vez
Que se lo está pensando
Voy a preguntarle al corazón
Que se tiene que marchar
Me lo están arrancando
Volvería a mis adicciones
Si acaso fuera, si fuera necesario
Caer en los mismos errores
Si acaso fuera, si fuera necesario
Buscaré entuertos que deshacer
Y batallas que librar
Perdidas de antemano
Buscaré imposibles que lograr
Que no me importa fracasar
Y volver a intentarlo
Volvería a hacerlo por amor
Si acaso fuera, si fuera necesario
Cometer de nuevo el mismo error
Si acaso fuera, si fuera necesario
Una luz encendida
La claridad perdida
Busco en medio de esta oscuridad
Señales de mí mismo
Sentado en este abismo
Con el que me suelo tropezar
No puedo perder nada
Que vengo de la nada
Y solo vivo provisionalmente
No puedo caer más bajo
Que vengo del fracaso
Y acaso ser solo un superviviente
No puedo perder nada
Que vengo de la nada
Y solo vivo provisionalmente
No puedo caer más bajo
Que vengo del fracaso
Y acaso ser solo un superviviente.


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Última semana del mes, de un mes que es de mis favoritos desde que tengo uso de razón, siempre me trae buenos recuerdos y eso es porqué siempre me pasarón cosas buenas en Mayo o eso creo.

Pero esta ha sido especial, una sorpresa a final de semana, del todo inesperada, pero muy deseada, sólo puedo agradecer lo ocurrido, la valentía del hecho, el dejarme conocer, esa mirada franca, la calidez y serenidad que desprende, si pudiera, si la vida fuera otra, no te dejaría escapar, quizás si hay otras vidas, otros mundos o vete a saber qué, tengo claro que te querré a mí lado.

Los primeros peces de plata de la temporada han sido diferentes, especiales, siempre me han gustado mucho, pero estos han tenido un sabor a amistad y amor.

Ahora tengo unos recuerdos asociados a esos eventos, cada vez que vaya por allí, cuando miré la mar y sienta la sal en el aíre, estarás hay.

Solo puedo dar gracias por estos momentos vividos, si por algo merece la pena vivir, son por ellos, esos instantes que se graban en tú ser, con las personas que merecen la pena, eso no se puede fotografiar, ni subir a insta/gram, no se lo merecen, esos son recuerdos para el alma, para que nos acompañen toda la vida.

Aunque no leas ésto, te doy las gracias de corazón, me has curado de mis males, de los físicos y de los del espíritu, se que suena exagerado pero es la realidad, no es casualidad, creo que en el fondo lo intuyes, me has hecho feliz, más de lo que imaginas, brindo por nosotros, por las personas como tú con un corazón tan grande, cuanta falta hace gente así, le das color a la vida.

Nunca imaginé que me podría pasar algo así, es más no lo creía posible, a pesar de ver que les ha ocurrido a otras personas, pero dicen que es de sabios rectificar, eso no lo sé, pero es justo hacer esa rectificación, si es posible, sin buscar, ni pretender, puede ocurrir, solamente con cariño y respeto mutuo, encontrar sin buscar.


De L con amor, que no te olvidará pasé lo que pasé ❤️
💋💋💋

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Al hilo de otros escritos,
de algunos de mis amigos,
- perdonen llamarles eso,
pero así les considero,
aquí, en este espacio al menos-
que se pasan por acá,
a dejar sus sentimientos,
y abundando yo "en lo mío",
mis paranoias y eso,
sigo de banda sonora.
Hoy día dos de un mes de Junio,
que se apunta caluroso,
a otro amigo recupero.
Su nombre es Jorge Ilegal,
Martínez es su apellido,
un tipejo peculiar,
al que admiro, sin dudar,
por su forma de contar,
cosas que yo, no me atrevo.

Estrella venenosa.

Jorge Ilegal y los Magníficos Feat. Josele Santiago.


Grito al Ministerio de Salud Pública
Todo lo que llaman sano quiere matarme
Mejor es fumar cigarros abandonados
Esnifar a la Bestia hasta subirme por los tejados
Prefiero oscuridad, putas y botellas
A ese perfume vano de las doncellas
Que la vida consume como en un fuego
De esos de pague ahora sálvese luego

¡Viva quien quiera vivir!
¡Muera quien quiera morir!
Quien quiera llorar, que llore...

Porque todo lo que llaman sano quiere matarme
Odio los deportes a cada instante
Fútbol o natación no van a agradarme
El ciclismo por veloz resulta distante
Uso gafas oscuras pa' ver boxeo
Pero siempre me duerme, nunca lo veo
Será que todo acaba por aburrirme
Solo el veneno da fuerzas pa' divertirse

¡Viva quien quiera vivir!
¡Muera quien quiera morir!
Quien quiera llorar, que llore...

Veo por todas partes cuerpos felices
El mío llevo cubierto de cicatrices
Que la vida ha dejado como de broma
Por divertirse, a veces me deja en coma
Espero morirme un día dentro de un tiempo
Para no padecer el aburrimiento
De tanta salud loca, tanto enfermero
Antes de que me alcance muero primero
Este deseo mio ha de cumplirse
Se lo he pedido a una estrella de fuego venenosa
Que me ha mirado una noche mientras pensaba:
¿Porqué derrocho vida si se me acaba?

¡Viva quien quiera vivir!
¡Muera quien quiera morir!
Quien quiera llorar, que llore...

¡Viva quien quiera vivir!
¡Muera quien quiera morir!
Quien quiera llorar, que llore...


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Última edición:
Y van pasando los días,
todo permanece igual,
eterna rueda baldía,
astenia ¿ primaveral ?
el ciclo vuelve a cerrar.
Mañana, pasado, al otro,
va a llegar, y llegará,
otra discusión inútil,
otra tristeza a sumar,
un acuerdo racional,
una semana de tregua,
y luego, vuelta a empezar,
otro intento más, tan fútil,
como todos los demás,
por más que en ello me empeño,
de buscar lo que no hay.
Lunes diez, del mes de junio,
navegando sumergido,
resuenan en el sonar,
cercanas las explosiones,
cargas de profundidad,
mejor me quedo en el fondo,
ignorando la batalla,
que nunca voy a ganar.
 
Querido diario.

He soñado tantas veces con esto,

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Soñar con la libertad de conducir por una carretera perdida de USA, con una ruta 66 autentica, aunque la de ahora es como un parque temático , demasiadas turistadas. Soñar que estoy en una carretera perdida conduciendo me da mucha paz y me tranquiliza. Es un pensamiento al que suelo recurrir cuando quiero relajarme y sentirme en paz. Lo he repetido mas veces, en el movimiento encuentro la paz.
Qué mayor paz que estar lejos, muy lejos de aquí, y no tener destino donde ir... ni importar muy bien a donde ir.

Sin embargo, siento miedo y angustia al ver ese video. Cuando empieza a anochecer y caer el sol, vaya miedo.
Soy muy miedosa
Y ese miedo me ha afectado a mi vida personal.
Si miro para atrás y veo la cantidad de decisiones no correctas que he tomado por dejarme llevar por el miedo.
A veces me gusta sentir miedo, me hace sentir viva.
Veo el video y cuando empieza a anochecer y a caer el sol, vaya miedo!. Conducir de noche por esas carreteras en las que no te cruzas con un coche, en la noche oscura donde las sombras parecen cualquier cosa, donde cualquier luz brillante te pone el corazón a mil.
Querido diario, bien sabes tu que he conducido muchas noches, muchas madrugadas, para demostrarme a mi misma que no tengo miedo. Bien sabes que he conducido de noche por carreteras secundarias, de esas en las que apenas pueden cruzarse dos coches, de esas que ni siquiera tienen pintada la raya en medio, he conducido por esas carreteras para sentir miedo y para demostrarme que puedo superarlo.
Uno de esos pensamientos estúpidos que tengo, que si supero un miedo puedo superar cualquier miedo. Como si el miedo a conducir de noche tuviera relación con otros miedos que me paralizan. Y no, no tienen ninguna relación. He conducido por carreteras sinuosas en la madrugada, incluso he llegado a hacerlo con el depósito en la reserva, he estado al borde de la taquicardia, y me he sentido viva.
He parado en el arcen, incluso he parado el motor, sin la certeza de que podria volver a arrancar de nuevo, en el fin del mundo. Sin saber donde estaba, sin saber quien pasaría, sin saber qué pasaría.

Y el miedo estaba ahí,,, pero siempre le superé.

Siempre yo resulté vencedora.

He admirado tanto, tantísimo a mi padre que quizá nadie diga con tanto orgullo como yo, eso de "mi padre era camionero". Y quizá un psicólogo argentino encontrara relación en mi padre camionero y mi gusto por el movimiento, por el conducir, o por el solamente encontrar la paz en el desplazamiento.

Te quiero papá. Quédate un poquito, quédate un poquito mas.

No quiero que te vayas así, habiéndote defraudado.

Quédate, quédate un poquito más y déjame hacer que te sientas orgulloso.

Quédate un poco más, te demostraré que he superado mis pánicos

Te presentaré a alguien, sonreirás, y podrás marchar tranquilo.
 
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La he puesto en otro hilo, pero no me resisto a ponerla aquí también.

Tu sabes por qué, verdad queridísimo diario???

Porque soy yo.

Si, soy yo.

Soy yo, en mi lugar secreto. Sí, yo tengo un lugar secreto donde a solas contemplo la ciudad.

Contemplo el bullicio del día, y contemplo también la noche.

La ciudad, la gran ciudad, ¿Cómo se puede sentir tanta soledad en una urbe de millones de personas?

Desde arriba se os ve a todos tan felices, tan contentos.

Por la noche imagino la vida que sucede en las ventanas iluminadas de los pisos que veo a mi alrededor.

Y en todas esas ventanas la vida fluye, a veces feliz, a veces triste, pero la vida fluye.

La vida fluye, y yo apenas he vivido.

Tu sabes de lo que hablo, verdad diario?

Nada en la vida de Nadie.

Siempre eligiendo mal las cartas, lo aposté todo por ti y ahora tu te vas...

Y me quedo aquí abajo aunque no me importaría irme contigo, toda mi vida has sido tu.

Soy yo... claro que soy yo.

Yo también contemplo la ciudad con los ojos vidriosos por las noches, haciéndome infinitas preguntas, o haciéndome siempre la misma pregunta.

Yo también necesito huir del mundanal ruido por el día y refugiarme en mi lugar secreto, donde nadie puede hacerme daño.

Soy yo, soy yo.

No sabía que era francesa, ni sabía que era así de bonita.

Nunca he sabido mirarme al espejo, quizá porque no miro mas allá de mi ombligo.

Le pido al cielo tiempo.

No tiene que ser tan difícil verdad? Ser como las personas que habitan en las ventanas iluminadas que cada noche me rodean. No tiene que ser tan difícil.

Voy a intentarlo una vez mas... si, voy a intentarlo otra vez más.

Quizá ahora, sabiendo que soy francesa y que soy bonita, todo sea más fácil.
 
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