En agosto para ella fue un mes 'sin'. El técnico del camping que vino a hacer unas reparaciones en el bungalow y que se la follo a diario durante 3 semanas, un vecino maduro y muy verde del mismo camping que se gastó la reserva de viagra con ella y dos chavales aficionados al porno que experimentaron de todo con ella. Fui presente siempre menos en una vez con los chavales y nunca fui tan excitado de ver las pollas invadir su intimidad, reventarla el culo y sus orificios destrozados de tantos asaltos diarios y nocturnos.
Muy morboso lo que cuentas, Txabi.
Me he tomado la libertad de leer todos tus posts y me parece que tenemos muchas cosas en común: ambos hemos conocido a nuestras esposas muy jóvenes, ambas eran adictas al sexo, nosotros nos dimos cuenta y a los dos nos gustó que fuera así. No nos importaba ser "cornudos".
La diferencia es que a mí me gusta serlo y tú, en cambio, lo ves como una situación natural. No te sientes cornudo, sino como un marido abierto y liberal.
A ti, dices, te gusta estar siempre presente y yo en cambio disfruto también cuando ellos quieren estar solos. Disfruto imaginándolo, lo que estarán haciendo, y luego cuando ella viene y me lo cuenta.
Y es que yo tengo esa vena sumisa que tú pareces no tener, según cuentas de vuestras aventuras.
A mí me gusta ser cornudo, que nuestros amigos (o sea, los que participan del "asunto", no los normales de la vida corriente) me hagan bromas, me tomen el pelo, y me traten como a un inferior. Y que mi mujer, cuando está con ellos, haga lo mismo y me trate como a un subalterno.
Ya sé que esto es difícil de explicar, que poca gente lo puede comprender, pero cualquiera que entre en páginas como esta sabe de sobra que la sexualidad es un mundo sin límites, donde cabe todo lo que la imaginación pueda dar de sí....salvo, obviamente, lo que caiga dentro de lo delictivo, los abusos, lo criminal, etc.
Pero ambos disfrutamos de ver a nuestra mujer compartida, desde muy jóvenes, y eso nos une.
