Experiencias voyeur

Mi pasión por el voyeurismo comenzó un verano, estaba en el chalet familiar, pasaba allí todo el verano, un buen día una de mis primas vino con una amiga suya. Tendrian unos 17 años, mi prima era muy morena, poco pecho, nada interesante, la verdad. Sin embargo, su amiga era un bombonazo, morena aprox 1’70 de altura, muy guapa, simpática, pero sobretodo lo que más destacaba de ella eran sus pedazo de tetas, grandes, redondas… esto sumado a prácticamente un mes sin a penas ver hembra estar con esa pedazo de chica todo el día en bikini contemplando su cuerpo me produjo estar más caliente que el palo de un churrero.

Tras estar todo el día en la piscina al llegar la tarde fueron a cambiarse, yo deambulaba por fuera de la casa paseando yendo a buscar algo, de repente me fijo en que la luz de una de las habitaciones se encendia a través de las rendijas de las persianas, yo como que no quiere la cosa me asomo, estaba atardeciendo, por lo que la calle estaba oscura, lo que me permitía ver todo lo que sucedía dentro perfectamente pero a mi no me podían ver, al asomarse contemplo asombrado que dentro estaban mi prima y su amiga hablando y preparando la ropa, mi excitación era brutal, no me creía lo que estaba a punto de ver, tras unos minutos eternos donde se abrazaron, palparon y hacían comentarios sobre sus cuerpos, de repente la amiga, por fin, se quita la parte de arriba del bikini dejando al aire sus preciosas tetas, mis primeras tetas en directo. Eran gigantes, un pezón pequeño que contrastaba con la dimensión de la teta, blancas, preciosas.

Mi excitación era tan grande que comencé a masturbarme, cuando se despojó del bikini no aguante mas y exploté, creo que no he tenido un orgasmo igual de brutal nunca, desde entonces he buscado mil veces volver a tener situaciones parecidas, pero nunca igual de increíble que la primera.
 
Pues a mi mujer es una fantasía que le atrae, que la vean intimando o follando, tengo que investigar que sitios de Málaga actualmente son los más "discretos" a ver si...
Holaa buenas noches , vivo en Benalmádena , soy discreto y me encanta el morbo ,si queréis podéis contar conmigo , saludos!!!
 
Voy a resucitar un poco este hilo con una breve experiencia que viví hace unas semanas en Zaragoza. Llegué en tren y al coger el taxi pasé por delante del hotel que está sobre la estación, las habitaciones son todo cristaleras hacia la calle por lo que para que no te vean tienes que echar las cortinas. Pues bien, se paró el taxista en un semáforo, miro al hotel y me encuentro una habitación con la cortina descorrida y la luz encendida. Y se veía perfectamente como una mujer le estaba haciendo una mamada a un hombre. El estaba de rodillas erguido sobre la cama y ella a cuatro patas. Fue menos de un minuto... el taxista también se percató y al darse cuenta que yo estaba mirando me dijo, mientras nos íbamos, "es relativamente habitual ver a gente pasándoselo así de bien este hotel desde la calle".
 
Hoy os cuento una experiencia de hace algunos años... (pero no demasiado). Iba haciendo algo de deporte por la zona del Peñón del Cuervo en Málaga. Y ya al final del trayecto decidí subir a una parte alta del camino para ver el mar desde un punto más alto y descansar un poco... Durante la subida hay unos bancos de madera debajo de una especie de pérgolas...
Cuando estaba llegando arriba vi una pareja de jóvenes que estaba muy cariñosa encima en el último banco, así que decidí quedarme a una distancia prudencial y disfrutar del mar... y ya de paso de ver lo que hacía la pareja. Y mi sexto sentido no falló puesto que en breve esas caricias y besos fueron ganando en intensidad hasta que ella decidíó meter la mano por debajo de la camiseta y claro, una cosa lleva a la otra y en vez de arriba terminó bajando esa mano. Llevaba un vestido de verano, con tirantes y cortito, así que él lo tenía fácil para meter mano y decidió que el sitio más corto para llegar era las tatas. Yo seguía mirando disimulando, aunque estaba más bajo que ellos por la situación que tenía no era fácil que me vieran (y con el calentón que llevaban tampoco creo que se hubieran fijado).
Así que allí siguieron, ella con sus pelos rizados besándose con su pareja mientras las manos intentaban llegar hasta donde podían.
Después de unos minutos de manoseos, y en los que él intentó llevarle la boca a su polla que ya estaba fuera del pantalón, ella decidió sentarse con las rodillas a cada lado de las piernas de su pareja hasta que ese movimiento sincronizado evidenciaba que el pene ya había entrado en la vagina. Con ritmo pausado, y otra veces más acelerado, estaban follando como si estuviesen solos en el mundo, besándose y acariciándose hasta que en unos 10 minutos la chica empezó a gemir (fue el único momento en el que lo hizo) y el muchacho parece que se corrió al mismo tiempo que ella.
Se volvió a su posición y se limpio como pudo unos metros atrás del banco entre las piedras. No sé si me vieron o no, pero ya me volví a casa porque empezaba a anochecer, y justo al coger el coche en el aparcamiento (hoy ocupado por autocaravanas) me di cuenta que el asiento del copiloto del coche otra pareja follando sin tapar los cristales, así que como arriba estaba muy expuesto, me senté en mi sitio y con disimulo me masturbé mientras follaban. Fue sesión doble... y eso que no iba buscando nada.
 
Hoy os cuento una experiencia de hace algunos años... (pero no demasiado). Iba haciendo algo de deporte por la zona del Peñón del Cuervo en Málaga. Y ya al final del trayecto decidí subir a una parte alta del camino para ver el mar desde un punto más alto y descansar un poco... Durante la subida hay unos bancos de madera debajo de una especie de pérgolas...
Cuando estaba llegando arriba vi una pareja de jóvenes que estaba muy cariñosa encima en el último banco, así que decidí quedarme a una distancia prudencial y disfrutar del mar... y ya de paso de ver lo que hacía la pareja. Y mi sexto sentido no falló puesto que en breve esas caricias y besos fueron ganando en intensidad hasta que ella decidíó meter la mano por debajo de la camiseta y claro, una cosa lleva a la otra y en vez de arriba terminó bajando esa mano. Llevaba un vestido de verano, con tirantes y cortito, así que él lo tenía fácil para meter mano y decidió que el sitio más corto para llegar era las tatas. Yo seguía mirando disimulando, aunque estaba más bajo que ellos por la situación que tenía no era fácil que me vieran (y con el calentón que llevaban tampoco creo que se hubieran fijado).
Así que allí siguieron, ella con sus pelos rizados besándose con su pareja mientras las manos intentaban llegar hasta donde podían.
Después de unos minutos de manoseos, y en los que él intentó llevarle la boca a su polla que ya estaba fuera del pantalón, ella decidió sentarse con las rodillas a cada lado de las piernas de su pareja hasta que ese movimiento sincronizado evidenciaba que el pene ya había entrado en la vagina. Con ritmo pausado, y otra veces más acelerado, estaban follando como si estuviesen solos en el mundo, besándose y acariciándose hasta que en unos 10 minutos la chica empezó a gemir (fue el único momento en el que lo hizo) y el muchacho parece que se corrió al mismo tiempo que ella.
Se volvió a su posición y se limpio como pudo unos metros atrás del banco entre las piedras. No sé si me vieron o no, pero ya me volví a casa porque empezaba a anochecer, y justo al coger el coche en el aparcamiento (hoy ocupado por autocaravanas) me di cuenta que el asiento del copiloto del coche otra pareja follando sin tapar los cristales, así que como arriba estaba muy expuesto, me senté en mi sitio y con disimulo me masturbé mientras follaban. Fue sesión doble... y eso que no iba buscando nada.
Muy bien relatado, joer que suerte, y uno cuando va buscando... Na de na! Jajajaja
 
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