Oceanicgip
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Esta es una de mis fantasías. No recuerdo su llegue a enviárselo a mi mujer. Pero desde luego me encantaría que ocurriera.
Hola! Amor
Te he imaginado, esta noche he estado mucho tiempo despierto.
Me he excitado mucho, deberías haberte visto. Eres increíble, estabas con un salto de cama rojo, un antifaz rojo que te hacia un aire ademas de erotico, enigmatico, imponente. Solo pensarte así ya estoy erecto.
Sentada en un sofá, tu sola yo mirándote.
De frente a ti el teléfono en modo llamada con cámara, al otro lado un hombre, también con antifaz.
Te dice que a partir de ese momento tendrás que hacer lo que el te pida.
Estas excitada, yo ni te cuento, el hombre parece sentirse seguro, dominante. Te pregunta si estás segura de querer seguir.
Le dices que si con voz de mimosa.
Estas muy sexy y atractiva te dice.
Te ordena que dejes caer los tirantes del salto de cama.
Me miras, te hago un gesto aceptando, como no. Estoy tan caliente.
Te muerdes el labio y los dejas caer por tus hombros. Primero el izquierdo, el derecho después.
Caen hasta que el tejido se engancha en tus erectos pezones.
Quiero ver esos pezones, te dice el.
Un ligero toque y tus maravillosas tetas se apoderan de la imagen en la pantalla.
Me miras excitada y sonriente. Seguro que la excitación supera a los nervios.
El se dirige a ti en tono suave pero seguro.
Mojate los dedos y acaricia tus pezones.
Te mueves inquieta pero no puedes resistir obedecerle.
Lo haces y suspiras, tu respiración se acelera. Nunca hubieras pensador en encontrarte en esta situación.
El te dice, ya ves como está tu marido, le va a reventar el pantalón.
Me miras con deseo de seguir.
Aprieta los pezones, lo haces sin dudar. Un gritito se escapa de tus labios. Aunque no parece dolor.
Te dice que lo haría el pero en este momento no puede, tiempo al tiempo.
Levanta el salto de cama hasta tu cintura, quiero saber lo que me comeré en un futuro.
Obedeces dudosa pero mi sonrisa te tranquiliza y lo caliente que estás te hace ser osada.
Estas depilada y con las piernas cerradas. Abre la piernas te dice.
Lo haces despacio, muy sensual y muy sexual.
Me volveré loco.
El brillo de tu humedad te delate.
Acaricia tus labios, te pide. Separalos, quiero ver tu clítoris.
Si te portas bien, algún día será mío y haré que te corras.
¿Te gustaría que sucediera? Te pregunta.
Contestas muy bajo que sí pero el no lo oye. Te vuelve a preguntar y te dice "dilo algo más fuerte, ni tu marido ni yo te hemos oido"
Siiiiii! Contestas.
Entonces empieza a enseñarnos como quieres que te haga.
Estas deseando demostrárselo, y separas los labios, te chupas los dedos y empiezas a acariciar ese magnífico clítoris que tanto placer te proporciona.
Con la otra mano acaricias la entrada de un encharcado coñito, metes un dedo ligeramente, con otro dedo rozas intencionadamente el ano, suspiras, gimes dominada por las sensaciones, me miras con cara de necesidad, como si me pidieras permiso para correrte.
En ese momento te dice que pares. Lo haces, le miras indignada por no dejarte acabar y con curiosidad.
¿Quieres correrte? Siiiiiii! Por favor. Dile a tu marido que quieres correrte para mí.
Me miras, sabes que lo deseo tanto como tu, me miras con ternura y deseo y me dices " Quiero correrme para el "
Mi contestación es la esperada, correte Amor. Hazlo.
Le miras y te dice "quiero ver tu placer en tus ojos, mirame"
La necesidad no te deja ni pensar y arrancas a proporcionar a tu cuerpo lo que tu cerebro solicita. El orgasmo se apodera de ti y te corres mirando al hombre que ha conseguido que desees hacerlo y ha conseguido que este sea el mejor orgasmo de tu vida hasta ahora.
Deja que te recuperes y se despide diciendo " permanece atenta, pronto tendrás noticias mías "
Me miras y recibes un beso apasionado y una caricia en la mejilla. Nos abrazamos y empezamos a proporcionarnos todo el amor y el deseo que se respira en la casa. Pronto nuestros cuerpos se retuercen de placer en el suelo.
¿Que te parece la idea?
¿Has fantaseado algo así alguna vez?
Piensa en como te gustaria que fuera, cambia el relato y me lo devuelves.
Hola! Amor
Te he imaginado, esta noche he estado mucho tiempo despierto.
Me he excitado mucho, deberías haberte visto. Eres increíble, estabas con un salto de cama rojo, un antifaz rojo que te hacia un aire ademas de erotico, enigmatico, imponente. Solo pensarte así ya estoy erecto.
Sentada en un sofá, tu sola yo mirándote.
De frente a ti el teléfono en modo llamada con cámara, al otro lado un hombre, también con antifaz.
Te dice que a partir de ese momento tendrás que hacer lo que el te pida.
Estas excitada, yo ni te cuento, el hombre parece sentirse seguro, dominante. Te pregunta si estás segura de querer seguir.
Le dices que si con voz de mimosa.
Estas muy sexy y atractiva te dice.
Te ordena que dejes caer los tirantes del salto de cama.
Me miras, te hago un gesto aceptando, como no. Estoy tan caliente.
Te muerdes el labio y los dejas caer por tus hombros. Primero el izquierdo, el derecho después.
Caen hasta que el tejido se engancha en tus erectos pezones.
Quiero ver esos pezones, te dice el.
Un ligero toque y tus maravillosas tetas se apoderan de la imagen en la pantalla.
Me miras excitada y sonriente. Seguro que la excitación supera a los nervios.
El se dirige a ti en tono suave pero seguro.
Mojate los dedos y acaricia tus pezones.
Te mueves inquieta pero no puedes resistir obedecerle.
Lo haces y suspiras, tu respiración se acelera. Nunca hubieras pensador en encontrarte en esta situación.
El te dice, ya ves como está tu marido, le va a reventar el pantalón.
Me miras con deseo de seguir.
Aprieta los pezones, lo haces sin dudar. Un gritito se escapa de tus labios. Aunque no parece dolor.
Te dice que lo haría el pero en este momento no puede, tiempo al tiempo.
Levanta el salto de cama hasta tu cintura, quiero saber lo que me comeré en un futuro.
Obedeces dudosa pero mi sonrisa te tranquiliza y lo caliente que estás te hace ser osada.
Estas depilada y con las piernas cerradas. Abre la piernas te dice.
Lo haces despacio, muy sensual y muy sexual.
Me volveré loco.
El brillo de tu humedad te delate.
Acaricia tus labios, te pide. Separalos, quiero ver tu clítoris.
Si te portas bien, algún día será mío y haré que te corras.
¿Te gustaría que sucediera? Te pregunta.
Contestas muy bajo que sí pero el no lo oye. Te vuelve a preguntar y te dice "dilo algo más fuerte, ni tu marido ni yo te hemos oido"
Siiiiii! Contestas.
Entonces empieza a enseñarnos como quieres que te haga.
Estas deseando demostrárselo, y separas los labios, te chupas los dedos y empiezas a acariciar ese magnífico clítoris que tanto placer te proporciona.
Con la otra mano acaricias la entrada de un encharcado coñito, metes un dedo ligeramente, con otro dedo rozas intencionadamente el ano, suspiras, gimes dominada por las sensaciones, me miras con cara de necesidad, como si me pidieras permiso para correrte.
En ese momento te dice que pares. Lo haces, le miras indignada por no dejarte acabar y con curiosidad.
¿Quieres correrte? Siiiiiii! Por favor. Dile a tu marido que quieres correrte para mí.
Me miras, sabes que lo deseo tanto como tu, me miras con ternura y deseo y me dices " Quiero correrme para el "
Mi contestación es la esperada, correte Amor. Hazlo.
Le miras y te dice "quiero ver tu placer en tus ojos, mirame"
La necesidad no te deja ni pensar y arrancas a proporcionar a tu cuerpo lo que tu cerebro solicita. El orgasmo se apodera de ti y te corres mirando al hombre que ha conseguido que desees hacerlo y ha conseguido que este sea el mejor orgasmo de tu vida hasta ahora.
Deja que te recuperes y se despide diciendo " permanece atenta, pronto tendrás noticias mías "
Me miras y recibes un beso apasionado y una caricia en la mejilla. Nos abrazamos y empezamos a proporcionarnos todo el amor y el deseo que se respira en la casa. Pronto nuestros cuerpos se retuercen de placer en el suelo.
¿Que te parece la idea?
¿Has fantaseado algo así alguna vez?
Piensa en como te gustaria que fuera, cambia el relato y me lo devuelves.