La noche que cambió a Carmen

Que hipocrecia la de Ana. Se enoja con el acoso que sufrio Carmen pero de la Infidelidad de esta no dice ni pio. Bueno que se puede esperar, creo que ambas estan cortadas por la misma tijera. :poop:
Que yo sepa, le mostró su inconformidad, pero al final es sólo dar consejos. Otra cosa ya es cuando hay violencia. No se puede tratar de igual forma.
 
Que yo sepa, le mostró su inconformidad, pero al final es sólo dar consejos. Otra cosa ya es cuando hay violencia. No se puede tratar de igual forma.
Pues yo no vi que en ningún momento mostrará su inconformidad y si lo hizo fue tela de suave.
Si hubiera sido yo, por muy amiga que sea, le hablo bastante claro .
 
He leído hoy todos los post del relato y estoy en desacuerdo en un punto con el resto de opiniones sobre luis (o parte de las opiniones de los leeyentes), como corneador y conocedor de gente cornuda sin conocimiento, se le está tachando a luis de algo que se llama CONFIANZA CON TU ESPOSA, si eso es motivo de crítica.... Ya no se de qué valen los valores y el matrimonio... Pero como todo es mi opinión repatble como la del resto de leeyentes. PD: La historia no sé si es real o ficticia pero si es un culebrón que engancha, mis dieses!
 
Precisamente Luis es el único personaje íntegro de esta historia. Así que todo lo bueno que le pase, a mí me parecerá muy bien.
Esto está muy cantado y solo queda el momento en el que el sepa lo que está haciendo su mujer.
Divorcio más que claro y ya veremos cómo hacen conforme a las leyes.
 
"Carlos, con los ojos ya vidriosos, se inclinó hacia delante. “¿Quién? ¿La de Madrid otra vez? Cuéntalo todo, cabrón.” Javier sonrió, esa sonrisa canalla que lo definía, y sacó el móvil. Abrió el ********* de Carmen, fotos familiares que ella había colgado: una en la playa con un vestido ligero, otra en Navidad con Luis y una sonrisa forzada, otra paseando por el Retiro. Nada explícito, pero su melena rubia y su figura se adivinaban en cada toma. “Mirad, esta es ella”, dijo, pasándoles el teléfono.

July silbó, dando un trago largo a su cerveza. “Joder, qué cabrón, pues la mami esta está muy buena. ¿Y folla bien?” La pregunta salió cruda, sin filtro, y el aire se llenó de una energía casi desagradable. Javier rió, una risa grave que escondía algo de incomodidad, pero no se contuvo. “Una guarrilla tremenda, y menudo culo tiene la cabrona. No veáis cómo se mueve.” "

Aqui es donde Javier pierde todo el respeto por Carmen , no dandole su sitio y convirtiendola en una cualquiera, ante Marcos y July, "Una guarrilla tremenda, y menudo culo tiene la cabrona. No veáis cómo se mueve.” " y a partir de aqui Marcos actua de esa manera hasta que ve que ella no esta por la labor , y no lo estoy justificando , se ha pasado tres pueblos , es javier el instigador de las conductas de Marcos , son los tres unos depredadores , y Carmen una Victima mas, veremos como sigue el tema
 
Yo siento que Javier siente algo fuerte por ella, pero eso le da vergüenza frente a sus amigos, y se comporta como un chulito engreído, como si fuera un crío inmaduro, pero ya tiene como 35. Aún así, él no tiene ninguna responsabilidad por el ataque sufrido por Carmen. El tal Carlos es un enfermo, y Carmen debe exponerlo cuanto antes.

Sobre Luis pues, tiene confianza en su esposa y eso es bueno, pero no lo es, el hecho de que no la encare, cuando ya es evidente que ahí algo pasa.
 
Y a Luis qué le pasa?
Hace más cuentas que el tesorero del Barça.
Tanto mirar los números, y no le echa cuentas a su mujer?
Se puede provocar algo, por acción u omisión. Y Luis ha dimitido como esposo de Carmen, hace tiempo.
Qué pensará Carmen, cuando se va de casa todos los fines de semana, y su marido ni pregunta, ni indaga más allá de sus burdas mentiras?
Luis intuye que le miente, y sigue con sus números!!!.
Por supuesto que la culpable de infidelidad es Carmen, pero Luis debería reaccionar como si estuviera vivo.
Tiene que hablar con Carmen y dejarla inmediatamente, esto ya no tiene arreglo.
Y Carmen que se vaya con Javier y sus colegas July y Carlos, los primates en celo.
Todo esto dicho desde el cariño a Luis. 😜.
Carmen 😈
Luis 😇
 
Y a Luis qué le pasa?
Hace más cuentas que el tesorero del Barça.
Tanto mirar los números, y no le echa cuentas a su mujer?
Se puede provocar algo, por acción u omisión. Y Luis ha dimitido como esposo de Carmen, hace tiempo.
Qué pensará Carmen, cuando se va de casa todos los fines de semana, y su marido ni pregunta, ni indaga más allá de sus burdas mentiras?
Luis intuye que le miente, y sigue con sus números!!!.
Por supuesto que la culpable de infidelidad es Carmen, pero Luis debería reaccionar como si estuviera vivo.
Tiene que hablar con Carmen y dejarla inmediatamente, esto ya no tiene arreglo.
Y Carmen que se vaya con Javier y sus colegas July y Carlos, los primates en celo.
Todo esto dicho desde el cariño a Luis. 😜.
Carmen 😈
Luis 😇
y crees que con las mentiras que ya le dice si el pobre le pregunta a Carmen donde anda de verdad ella le dirá la verdad? XD
 
Lo miremos por donde lo miremos, como he dicho en otro comentario, el único personaje íntegro, al menos que se sepa, es Luis.
Carmen ya ha perdido los papeles por completo y es imposible que la perdone, aunque habrá que ver si ella quiere que le perdone.
Le ha faltado al respeto por completo a Luis y a mí está clase de personas no me merecen ningún tipo de consideración. Ojalá se hunda en los infiernos.
Javier, estará todo lo soltero y podéis justificar lo como queráis, pero es un golfo y un sinvergüenza que se ha metido con una mujer casada. Ojalá el karma también se cebe con este.
Por último, Ana, a la que el compañero Javieron la ha querido defender diciendo que ella si se lo ha hecho ver, yo sinceramente no lo vi o al menos fue de forma muy light.
Lo que a mí me encantaría y sería impresionante es que Luis, sabiendo desde hace tiempo lo que está haciendo Carmen, este desde hace tiempo con otra mujer que lo valore como se merece y este esperando el momento para asestar el golpe, pasarle los papeles del divorcio, y si puede ser legal, dejarle sin casa y sin casi nada.
Lo que no me gustaría nada es que los malos se fueran sin ningún tipo de castigo.
 
y crees que con las mentiras que ya le dice si el pobre le pregunta a Carmen donde anda de verdad ella le dirá la verdad? XD
Es más fácil que todo eso.
Si Carmen tiene reuniones en Zaragoza el fin de semana, yo de Luis me iba con ella, con la excusa de ver a la Pilarica.
Y a ver por dónde sale.
 
Vamos... Que piensas que ella mentiría XD pero como siempre pasa en las infidelidades no consentidas, la culpa siempre es del cornudo por confiar y no saber XD
 
En primer lugar, muchas gracias por la gran aceptación e interés en el relato. La lectura y entradas sustentan que tenga sentido, las interacciones y opiniones son totalmente imprescindibles (tanto las de aquellos que lo siguen desde el principio como las de foreros que se incorporaron después).

Por todo ello, es momento de realizar un momento de reflexión sobre el papel de cada persona en esta historia (como ya se hizo con Luis en un capítulo anterior). Un capítulo de transición (puede que innecesario para aquellos que ya conocen a todos desde el principio, pero un gesto con el objetivo de que lectores que se incorporaron más tarde puedan hacer un enfoque de lugar y el momento).

También puede servir de punto de debate y opinión, lo que enriquece cada momento de la lectura. Os animo a dar vuestras opiniones y a participar, gracias y toda respuesta es bienvenida.

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Carmen

Es una mujer atrapada entre dos mundos, su vida rudimentaria la había apagado, pero el encuentro con Javier encendió una chispa que no esperaba. Es apasionada, vulnerable y contradictoria: se entrega al deseo con una intensidad casi animal —los encuentros con Javier lo demuestran—, pero también busca control, como cuando frenó a Carlos o decidió no contarle nada a Javier. Su rutina es un escudo, una forma de mantener la serenidad frente al caos que lleva dentro. Con Ana, mostró su fragilidad al confesar, pero también una terquedad que la hace enterrar el dolor en lugar de enfrentarlo.

¿Podrá seguir ignorando lo que pasó con Carlos, o el peso la hará estallar? ¿Seguirá buscando a Javier, arriesgándolo todo, o intentará reparar su vida con Luis? ¿Confesará su doble vida cuando la mentira se vuelva insostenible?

Javier


Javier, en sus treinta y pocos, es un hombre de contrastes: seductor, descarado, pero con un fondo de inseguridad que lo lleva a dudar. Su voz grave y su actitud conquistaron a Carmen desde Barcelona, y su deseo por ella es visceral. Sin embargo, también es débil ante la influencia de sus amigos, Carlos y July, cayendo en noches de excesos que lo alejan de la conexión profunda que tiene con Carmen. Su silencio tras el fin de semana y su mensaje preocupado muestran que siente algo real, pero su crudeza al hablar de ella con sus amigos revela una faceta más superficial y machista. Javier es el catalizador del despertar sexual y emocional de Carmen, pero también una fuente de conflicto potencial. Representa la libertad y el peligro, un imán que la atrae pero que podría destruirla si sus mundos chocan.

¿Descubrirá lo que Carlos le hizo a Carmen? Si es así, ¿reaccionará con violencia o con distancia? ¿Seguirá haciéndole caso, o sus amigos lo arrastrarán más al fondo, alejándolo de ella? ¿Es capaz de ofrecerle algo más que sexo y promesas rotas?

Luis (Tuvo su capítulo propio en el que se le puede conocer más a fondo, pero también lo incluimos como parte fundamental del relato)

Luis, de 43 años, es la estabilidad personificada. Economista por vocación, su vida gira en torno a los números y una rutina que lo define: trabajo mecánico, cenas frente al televisor y paseos dominicales. Ama a Carmen con una devoción tranquila, pero su carácter respetuoso y pasivo lo ha vuelto ciego a sus cambios. No tener hijos no lo marcó, pero la apatía de su matrimonio sí, aunque no lo admite. Últimamente la nota rara, atractiva de un modo que lo intriga, pero su naturaleza no lo lleva a presionar; prefiere creer en sus excusas antes que enfrentar una verdad que no imagina. Luis es el contrapunto, el ancla de la vida “normal” de Carmen que ella está dejando atrás. Su ignorancia de los cuernos lo hace vulnerable, pero también humano, un hombre que podría despertar si las señales se vuelven demasiado obvias.

¿Seguirá aceptando las mentiras de Carmen sin cuestionarlas, o algo lo hará sospechar de verdad? Si descubre el affaire, ¿reaccionará con dolor, furia o resignación? ¿Intentará reconquistarla, o su pasividad lo llevará a perderla del todo?

Ana

Ana es la confidente, la voz de la razón y la furia en el mundo de Carmen; su mejor amiga en Madrid. Su actitud es directa, protectora, con un temperamento que no teme alzar la voz. Ana es el espejo moral de Carmen, un reflejo que la desafía a enfrentar lo que evita. Su discusión marca un punto de inflexión, mostrando que incluso su apoyo tiene límites si Carmen no se defiende como mujer o centra su vida.

¿Respetará el deseo de Carmen de guardar silencio, o tomará cartas en el asunto por su cuenta? ¿Contactará a Javier para contarle lo de Carlos, traicionando la confianza de su amiga? ¿Se alejará de Carmen si no la ve reaccionar, o insistirá en sacarla de su letargo? ¿Hablará con Luis?

Carlos

Es un cabraloca de manual: crudo, impulsivo, sin filtros. Su vida de excesos lo define, como se vio en la noche de copas con Javier y July, y su actitud hacia Carmen pasó de una admiración grosera a un acto de abuso descarado en el descampado. Es un hombre que no mide consecuencias, guiado por el deseo, el alcohol y otras sustancias. Su risa y sus comentarios en el bar revelan una misoginia que choca con la conexión que Javier siente por Carmen. Carlos es el villano inesperado por algunos y algunas que todavía se creen su fachada falsa, una amenaza que rompe cualquier burbuja de pasión. Su acto en el Seat León añade una capa de oscuridad a la historia, un recordatorio de los riesgos que rodean a Javier.

¿Volverá a cruzarse con Carmen, o su disculpa fue un intento real de dejarlo atrás? Si Javier se entera, ¿Cómo justificará lo que hizo? ¿Seguirá siendo el amigo leal de Javier, o su comportamiento lo aislará de todos?

July

Es el complemento de Carlos: otro tipo con poca cordura, más secundario pero igual de inmerso en la vida de excesos. Su personalidad es débil pero su presencia refuerza el ambiente tóxico que arrastra a Javier, un eco de la camaradería sin límites ni moral. July es un apoyo en la sombra, un amigo necesario, el mal menor en una noche de fiesta, parte del telón de fondo que da forma al mundo de Javier. No tiene un impacto directo en Carmen, pero su complicidad con Carlos lo hace cómplice indirecto de la dinámica que la hirió.

¿Seguirá siendo un mero espectador, o tomará un rol más activo si la verdad sale a la luz? ¿Apoyará a Carlos en un enfrentamiento con Javier, o se desmarcará para evitar problemas? ¿Qué tan lejos está dispuesto a seguir en esa vida de desenfreno?
 
Vamos... Que piensas que ella mentiría XD pero como siempre pasa en las infidelidades no consentidas, la culpa siempre es del cornudo por confiar y no saber XD
Es que confundimos los términos.
El engañado no tiene culpa. Pero si tu pareja empieza a tener cambios de comportamiento, poca cercanía contigo, y pasa mucho más tiempo que antes fuera de casa. No hace falta ser Sherlock Holmes para sacar conclusiones.
Luis lo sabe o lo intuye, y no quiere hacerle frente a la situación, ésa es mi crítica.

También hay que reconocer, que es una forma de reaccionar como otra cualquiera. Si al afectado o afectada, le da más pereza deshacer su matrimonio , que hacer como que no pasa nada y seguir adelante: Allá cada cual.

También podría ser, que Carmen saliera muy mal parada de su aventura, y Luis tuviera que recoger los pedazos.
 
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(Continúa...)


Carmen salió de la cafetería con un hilo de rabia ardiendo en su pecho, una chispa que no sabía si dirigir hacia Ana o hacia sí misma. Las palabras de su amiga —afiladas, llenas de juicio— habían golpeado su conciencia como martillos, reabriendo heridas que ella quería coser con olvido. “No te reconozco,” había dicho Ana, y eso dolía más que el resto, porque Carmen tampoco se reconocía del todo. Pero el desprecio hacia su amiga crecía con cada paso por las calles de Madrid; ¿por qué no se puso de su lado, por qué no entendió que necesitaba silencio, no un escándalo? Al mismo tiempo, los recuerdos la abrumaban, imparables, como si su cuerpo fuera un campo de batalla hormonal. A sus 41 años, se sentía como una adolescente atrapada en una piel adulta, las emociones desbocadas, el deseo y el miedo peleando por el control.

Dos días después, regresaba del trabajo en metro —el Audi estaba en el taller tras un problema con el alternador—, cuando una luz se encendió en su oscuridad. El vagón estaba medio vacío, el traqueteo llenándole los oídos, cuando su móvil vibró en el bolso. Lo sacó con manos torpes, y al ver el nombre de Javier en la pantalla, el nerviosismo la atravesó como un relámpago. “¿Puedes hablar ahora?” decía el mensaje. Sus dedos temblaron mientras escribía, el pulso acelerándose como si estuviera a punto de saltar a un precipicio. “Sí que puedo pero solo 10 minutos, llego en nada a Chamberí,” respondió, mordiéndose el labio, la expectativa apretándole el estómago.

El teléfono sonó casi al instante, y la voz de Javier llenó el auricular, cálida, con un cariño que hizo que las pestañas de Carmen volvieran a brillar, como si alguien hubiera encendido de nuevo sus ojos. “Hola, mi catalana, ¿cómo estás?” dijo él, y esa ternura genuina, sin rastro de artificio, la derritió. Javier no sabía nada del incidente con Carlos —ella lo había enterrado profundo, y él, ajeno, seguía en su mundo—, pero se percibía en su tono que había estado pensando en ella, que su interés era real, no un juego pasajero. “Te he echado de menos,” añadió, y Carmen sonrió, apretando el móvil contra su oreja mientras el metro frenaba en una estación. “Yo también, mi nene,” susurró, la voz suave pero cargada de un deseo que no podía esconder.

Hablaron rápido, entre el ruido de fondo y las prisas. Él le contó que había pasado unos días liado con trabajo en Zaragoza, pero que no dejaba de recordar su fin de semana, su piel, sus gritos. Ella rió, nerviosa, el calor subiéndole por el cuello mientras esquivaba miradas en el vagón. Los diez minutos se esfumaron, y justo cuando el metro llegaba a Chamberí, Javier lanzó la propuesta: “¿Qué tal si voy a Madrid el domingo? Quiero verte, guapa.” Carmen dudó, el deseo chocando contra la realidad. Sin la complicidad de Ana, escaparse sería más difícil; las excusas con Luis empezaban a sonar huecas incluso en su propia cabeza. Pero su voz, esa promesa de tenerlo cerca otra vez, la venció. “Vale, sí, ven,” aceptó, ya tramando una nueva mentira, algo que la salvara una vez más.

Colgaron, y Carmen salió del metro con el corazón latiendo desbocado, los pasos rápidos hacia el piso, la mente tejiendo planes mientras el shock del fin de semana se diluía bajo el eco de Javier. En Zaragoza, él guardó el móvil con una sonrisa, decidido a no trasnochar el sábado. Quedó con Carlos y July en el bar de siempre. Pidieron cervezas, y mientras ellos se lanzaban a contar batallas —groserías sobre tías, tonterías de quinceañeros atrapados en cuerpos de treinta y tantos—, Javier se mantuvo al margen, más callado de lo habitual. Carlos hablaba de una pelea en un after, July de una conquista que probablemente era mentira, y el aire se llenaba de risas burdas y vacías.

Pasada la medianoche, Javier apuró su segunda cerveza y se levantó, ajustándose la chaqueta. “Bueno, chavales, yo me abro, que mañana me voy a Madrid, ya sabéis por qué,” dijo, con un guiño que intentaba ser ligero. Carlos soltó una risa disimulada, nerviosa, sus ojos esquivando los de Javier. Sabía lo que había hecho en el descampado, y aunque Carmen no había hablado, el miedo a que aflorara la verdad lo carcomía. “Qué cabrón, siempre con la mami esa,” respondió, bravuconería en la voz para tapar las dudas, dando un trago largo a su botella. July, por su parte, sintió una punzada de envidia, mezclada con tedio. Otra noche con Carlos prometía desenfreno —copas, quizás un burdel, siempre el mismo vacío—, y él, atrapado en sus complejos, miraba a Javier con admiración contenida y resentimiento interior. “Suerte, tío, no te canses mucho,” dijo, sarcástico, mientras lo veía salir.

Javier caminó hacia su piso bajo el cielo frío de Zaragoza, el eco de las risas de sus amigos desvaneciéndose. Pensaba en Carmen, en su voz al teléfono, en la promesa del domingo. No sabía del desprecio de ella hacia Ana, del shock que aún la perseguía, del incidente con Carlos que lo cambiaría todo si saliera a la luz. En Madrid, Carmen llegó al piso, saludó a Luis con un “Hola” apagado y se encerró en el baño, desmaquillándose y mirándose a sí misma en el espejo como si se hubieran doblado los focos del tocador.
 
Es mejor que no diga lo que pienso de Carmen capítulo a capítulo porque os vais a enfadar conmigo.
Pero me da muchísima rabia el comportamiento. Luis no se merece esto para nada.
Ojalá Luis se recupere de lo que se ve venir y supere el daño que le va a causar está mujer.
Es el único personaje que se merece ser feliz, el reto dan mucho asco. Bueno, los que dan asco son el golfo y la adúltera.
Ana debería hablar seriamente con esta mala mujer y a ver si al menos le remuerde la conciencia.
 
Espero que está vez los pille Luis o alguien cercano a el y la mandé a paseo de una puñetera vez.
Me está dando muchísima rabia lo que le están haciendo a un buen hombre como Luis
De verdad está mala mujer no se ha parado ni un segundo a pensar si está haciendo las cosas bien, que es evidente que no ? No se da cuenta que ese tío no le conviene para nada?.
En fin, que espero que de una puñetera vez el se entere y la mandé a la mierda y desde luego espero que los malos no se salgan con la suya.
 
Que por cierto, nadie podrá decir que Luis no le da libertad, pero que tenga cuidado, porque creo que en este encuentro que va a tener con ese tiparraco en Madrid, creo que los va a pillar, directamente o porque alguien los vea juntos, y entonces se le acabó ese mundo de fantasía irreal en el que vive está mujer y quién sabe, lo mismo se acuerda que está casada y que quizás, aunque se que es mucho para su cerebro carente de neuronas, entonces si se de cuenta de su nefasto comportamiento.
 

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