No hay cosa que me dé más morbo que imaginar que otro tipo y yo nos follamos a mi mujer hasta dejarla exhausta. Sin humillaciones, ni roles sumiso-pasivo/macho alfa. Gozando los dos de ella y ella con nosotros. Y así es como se lo hice saber.
Estábamos en casa. Mis hijas haciendo los deberes en el salón, mi mujer sentada en el sofá mirando el móvil y yo en la cocina preparando la cena. En un momento dado, "Pa" me pregunta:
Pa: ¿Has visto el estado de Bárbara?
Hago un inciso para deciros que Bárbara es la ex-mujer de un amigo nuestro, que tras el divorcio se puso en modo fit, se operó los labios y el pecho y constantemente cuelga en sus redes sociales fotos sugerentes en bikini y ropa interior. Está tremenda y se lo hace saber al resto de la humanidad. Antes de separarse, una noche en la que los cuatro salimos a cenar juntos y las botellas de vino habían hecho efecto, nuestro amigo nos dijo que, antes de estar con él, a Bárbara le encantaba hacer dogging, tríos y sobre todo las dobles penetraciones. A él no le gustaba eso y su relación fue de lo más "normal" hasta el divorcio.
Tras decirme eso Pa, cogí mi móvil y comprobé el estado de Bárbara. Bestial. Estaba en cuclillas con un short deportivo, marcando chochazo y un mini sujetador en la parte de arriba. Tapaba sólo sus pezones, pero se le marcaban visiblemente.
Al: Está desatada. Le ha sentado bien el divorcio.
Pa: Ya ves. Así volverá a cogerlas de dos en dos. (haciendo clara referencia a su gusto por las dobles penetraciones y el sexo en grupo, pero en clave porque mi hijas danzaban por ahí y no quería que supiesen de qué hablamos).
Al: Hace bien. Yo también lo haría si pudiera.
Ella abrió los ojos como platos y me dijo:
Pa: Creo que no te estás enterando. Tú me estás diciendo arriba y abajo (vaginal y anal) y yo te digo dos (pollas a la vez)
Al: Creo que la que no se está enterando eres tú. Yo te lo podría colocar arriba y abajo (vaginal y anal) y si quisieras dos (pollas) también.
Mi mujer se revolvió en su asiento y vino hasta la cocina para hablarlo directamente. No se lo quería creer. Medio sonriendo y con mirada picarona me dijo en voz baja:
Pa: A ver. Te estoy diciendo que ella volverá a follárselos de dos en dos y tú te crees que es por los dos agujeros pero un tío sólo. Ya sé que tú me quieres follar los dos cada vez que puedes.
Al: Y si te los follase con otro tío, también diría que sí.
Ella me miraba y no sabía que decir. Sonriendo pero incrédula todavía, me preguntó:
Pa: ¿Harías un trío conmigo y con otro tío?
Al: No hay cosa que me ponga más cachondo que imaginar que otro tío y yo te follamos los tres agujeros y tú no paras de correrte y de pedirnos más. Que te demos más y más fuerte. Que te vuelves la más guarra y nos dejas las pollas en carne viva y sin una gota de leche.
Lo mejor fue su respuesta.
Pa: Ufff. No sé. Creo que me daría pena por ti. Yo cabalgando una polla y tú ahí delante. (¡¡NO DIJO QUE NO!!)
Al: Si tú estás cabalgando una polla y yo estoy delante, ten por seguro que pena no te iba a dar porque estaría trabajándote cualquiera de las otras dos opciones.
Pa: ¿Lo dices en serio?
Al: Claro.
Pa: ¿Y preferirías buscarlo o que surgiera?

Eso sí que no me lo esperaba. Y ahí, compañeros, tiré del freno de mano y dije lo que realmente me pone. Podría haber forzado un poco más la máquina, pero preferí hacerlo bien desde el principio. ¡En una sola conversación había avanzado muchísimo!
Al: Preferiría que surja con alguien que te inspire confianza y te haga palpitar la pepitilla. Un compañero de trabajo. Alguien del gimnasio. Alguien que se nos acerca con educación en un pub o un bar, como aquél que nos entró en la playa de Ibiza (ya contaré esa historia). Un tío de los muchos que te habrías follado antes de estar conmigo y que ahora no lo harías por estar casada. ¿Sabes lo que te digo? Que estemos a gusto los tres y tú pienses "¿Por qué no?"
En ese momento entraron las niñas en la cocina y se acabó la conversación. Ya os contaré la reacción que tuvo al día siguiente.
Por cierto. Se me ha olvidado decir que antes de estar conmigo, Pa hizo dos tríos con chicos. O sea, que no sería la primera vez que se trabaja dos pollas al mismo tiempo.