MachoVelludo
Miembro activo
Ese día más tarde llegue a casa a la hora de comer y mis padres me estaban esperando para comer todos juntos, charlamos un poco cosas sin importancia y luego me fui a mi habitación a estudiar un poco.
En mi casa siempre ha sido costumbre hacer siesta (cosa que a día de hoy sigo encontrando una costumbre bastante coñazo y aburrida) así que después de comer di por hecho que mis padres se pondrían a dormir en el sofá.
Mientras estaba estudiando llegaba un momento que empecé a saturarme (a quien no le ocurre) y empecé a pensar en las folladas de mi padre, en porno, en todo lo que habíamos compartido hasta ahora y la polla se me puso durísima enseguida, tanto es así que el precum me salía por fuera de los calzoncillos de lo cachondo que estaba, mi polla me estaba avisando de que quería marcha y yo encantado de dársela y además necesitaba desconectar.
En mi casa solían entrar sin avisar a mi cuarto si necesitaban algo pero como ya he dicho muchas veces yo cuando me ponía cachondo no razonaba, me nublaba y me la sudaba todo. Me bajé el pantalón hasta los pies y la polla salto como un resorte mientras salpicaban unas pocas gotas por el aire por el balanceo, “me estalla la polla joder” pensé yo,
Encendí el portátil y me puse a buscar porno y tiré de lo que siempre funciona, una buena peli porno. Debo decir que a mí hay un género que siempre me ha puesto muy cachondo y son las películas italianas del dios Mario Salieri, sigo pensando que aún hoy sigue teniendo el trono de ser el mejor poseedor del porno más morboso que existe.
Me puse una escena donde dos tíos se calzaban a una tía a lo bestia para recordarme a mi padre y a mí como si estuviéramos bombeando a una buena zorra y ahí que empecé a darle.
Me daba morbo que mi padre de alguna manera supiera que me la estaba cascando, que su hijo estaba trabajando su hombría con su mano así que pillé un poco de lubricante y me lo puse entre la mano izquierda y las pelotas, restregué un poco por los huevos y la mano y la mantuve ahí y con la otra mano empecé a darle al rabo que estaba lleno de venas y bien gordo.
Las pajas con lubricante son otro rollo y siempre me han puesto más cerdo de lo normal. Con el lubricante y el vaivén de la polla las pelotas sonaban una barbaridad untadas en lubricante, era como estar chocando con el coño de una buena tía lo que aumentaba más mi excitación y el saber que mi padre podría escucharme.
Continuaba dándole y con todo en silencio y todos haciendo siesta aún resonaban más las pelotas (que no el porno ya que yo usaba auriculares). Le daba, gemía, me mordía los labios, la mente se me impregnaba de pensamientos más y más cerdos cada vez, más prohibidos y más lujuriosos, me tocaba los pezones y volvía a las pelotas otra vez. La polla cada vez se estaba hinchando más mientras en el portátil dos buenos tíos cabalgaban bien duro a una tía mientras ella se quejaba sin parar.
A todo esto yo estaba de pie ya que a mí me encanta pajearme de pie y siempre me da morbo ver hasta donde llega la lefa estando así. En una de estas mientras estaba sacudiéndomela noté que alguien me observaba ¿esa sensación de que alguien os mira y de alguna manera lo sabéis? Pues lo mismo.
Mire a la puerta y recé porque fuera mi padre y en efecto ahí estaba el cabronazo mirándome y cascandosela mientras me miraba, diré que me puso bastante cerdo el tema de que estuviera mirándome mientras le daba bien duro al otro lado, mi padre me dijo:
Sigue sigue, haz como que no estoy aquí.
Y eso hice, seguí dándole mientras miraba porno y haciendo como que mi padre no estaba, los dos pajeandonos cada uno desde su sitio y mi excitación iba aumentando por momentos. En una de esas mi padre se puso el dedo en los labios haciéndome callar y entró en la habitación cerrándola otra vez.
En mi casa siempre ha sido costumbre hacer siesta (cosa que a día de hoy sigo encontrando una costumbre bastante coñazo y aburrida) así que después de comer di por hecho que mis padres se pondrían a dormir en el sofá.
Mientras estaba estudiando llegaba un momento que empecé a saturarme (a quien no le ocurre) y empecé a pensar en las folladas de mi padre, en porno, en todo lo que habíamos compartido hasta ahora y la polla se me puso durísima enseguida, tanto es así que el precum me salía por fuera de los calzoncillos de lo cachondo que estaba, mi polla me estaba avisando de que quería marcha y yo encantado de dársela y además necesitaba desconectar.
En mi casa solían entrar sin avisar a mi cuarto si necesitaban algo pero como ya he dicho muchas veces yo cuando me ponía cachondo no razonaba, me nublaba y me la sudaba todo. Me bajé el pantalón hasta los pies y la polla salto como un resorte mientras salpicaban unas pocas gotas por el aire por el balanceo, “me estalla la polla joder” pensé yo,
Encendí el portátil y me puse a buscar porno y tiré de lo que siempre funciona, una buena peli porno. Debo decir que a mí hay un género que siempre me ha puesto muy cachondo y son las películas italianas del dios Mario Salieri, sigo pensando que aún hoy sigue teniendo el trono de ser el mejor poseedor del porno más morboso que existe.
Me puse una escena donde dos tíos se calzaban a una tía a lo bestia para recordarme a mi padre y a mí como si estuviéramos bombeando a una buena zorra y ahí que empecé a darle.
Me daba morbo que mi padre de alguna manera supiera que me la estaba cascando, que su hijo estaba trabajando su hombría con su mano así que pillé un poco de lubricante y me lo puse entre la mano izquierda y las pelotas, restregué un poco por los huevos y la mano y la mantuve ahí y con la otra mano empecé a darle al rabo que estaba lleno de venas y bien gordo.
Las pajas con lubricante son otro rollo y siempre me han puesto más cerdo de lo normal. Con el lubricante y el vaivén de la polla las pelotas sonaban una barbaridad untadas en lubricante, era como estar chocando con el coño de una buena tía lo que aumentaba más mi excitación y el saber que mi padre podría escucharme.
Continuaba dándole y con todo en silencio y todos haciendo siesta aún resonaban más las pelotas (que no el porno ya que yo usaba auriculares). Le daba, gemía, me mordía los labios, la mente se me impregnaba de pensamientos más y más cerdos cada vez, más prohibidos y más lujuriosos, me tocaba los pezones y volvía a las pelotas otra vez. La polla cada vez se estaba hinchando más mientras en el portátil dos buenos tíos cabalgaban bien duro a una tía mientras ella se quejaba sin parar.
A todo esto yo estaba de pie ya que a mí me encanta pajearme de pie y siempre me da morbo ver hasta donde llega la lefa estando así. En una de estas mientras estaba sacudiéndomela noté que alguien me observaba ¿esa sensación de que alguien os mira y de alguna manera lo sabéis? Pues lo mismo.
Mire a la puerta y recé porque fuera mi padre y en efecto ahí estaba el cabronazo mirándome y cascandosela mientras me miraba, diré que me puso bastante cerdo el tema de que estuviera mirándome mientras le daba bien duro al otro lado, mi padre me dijo:
Sigue sigue, haz como que no estoy aquí.
Y eso hice, seguí dándole mientras miraba porno y haciendo como que mi padre no estaba, los dos pajeandonos cada uno desde su sitio y mi excitación iba aumentando por momentos. En una de esas mi padre se puso el dedo en los labios haciéndome callar y entró en la habitación cerrándola otra vez.